Desvirgamiento a una chica
Historia de como una joven de 19 años pierde si virginidad con un compañero de su salón.
Mi nombre es Ericka tengo 19 años, soy una joven alta, guapa, delgada de grandes ojos verdes. Soy de tez blanca como la leche y de excelentes proporciones. Lo que voy a contarles es como perdí mi virginidad. Cuando esto sucedió yo tenia 18 años. Estudiaba la carrera de Administración de Empresas y tenia unos excelentes compañeros de clase. En esta etapa de mi vida yo era la única virgen de mi grupo de amigas y no obstante eso no me hizo querer perderla rápido y con quien fuera. Era el mes de julio, y como siempre la presión de los exámenes semestrales se venia haciendo presente cada día. Unos meses antes había empezado una excelente amistad (que aun mantengo) con un compañero del salón de nombre Javier. La mayoría de nuestras charlas eran por messenger y por radio por lo que durábamos horas y horas charlando; sin querer cada día se tornaron mas subidas de tono. Llego un momento en que él propuso reunirnos para hacer de lo que platicábamos. Ese día hablamos por el radio temprano para ultimar detalles. Yo salí de mi casa con pretexto de reunirme con una amiga en el cine, a las 6 llegue a su oficina. Yo llevaba puesta una blusa rosa de botones y una faldita de jeans con su tanguita rosa. El salió a recibirme y se subió a mi coche, platicamos aproximadamente 15 minutos dentro y yo seguía nerviosa, traía puesta la ropa de la mañana, jeans y suéter rojo, que le sientan muy bien, aunque se rasuro cosa que no me gusta en un hombre. Por fin entramos a su oficina. Era un lugar frió con un sillón negro de piel y un mostrador. Yo me senté en la silla de detrás del mostrador y nos quedamos una hora platicando de cosas que no venían al caso. Cuando yo pensaba salir de ahí porque no pasaba nada y llegue a la conclusión de que no quería que pasara nada, Javier me sorprendió con tremendo beso que me dejo viendo estrellitas. Tengo que reconocer que besa riquísimo, y sus besos descargaban tanta pasión, que no pude evitar fundirme inmediatamente, juraría que vino mi primera corrida. Comenzamos a besarnos, y entre más profundos eran nuestros besos, mas me mojaba, él comenzó a acariciarme las piernas y el sentir como se acercaba a mi conchita me tenia a mil. Mientras seguía sentada él me tocaba mi conchita, primero con un dedo y acariciaba mi clítoris con tal intensidad que no pude evitar dejar escapar un gemido de aceptación y de placer, parece que esto lo excito mas por que a cada gemido mío él mas aumentaba la velocidad, hasta que yo deje de respirar y vino mi primera corrida. Fue una sensación diferente a todo, pero muy parecida a una montaña rusa. El continuaba besándome y no dejaba de tocarme, sus manos estaban en una sola parte y a la vez en todos lados. Me desabotono la blusa y desabrocho el sujetador. La forma en que besaba y lamía mis pezones me hacían estremecer, no quería que acabara. Pero he de confesar que lo que más me gusto era como besaba. Continuo prestándole atención a mis tetas, estas a cada roce se ponían mas redonditas y los pezones muy bien paraditos. Yo no sabia que hacer pero instintivamente puse mi mano en su verga, el sentir ese bulto moviéndose me hizo que me volviera a correr. Lo masajee con movimientos primero lentos y luego rápidos a lo que el respondía con un beso de mayor duración. A quien haya experimentado hacer el amor sin dejar de besarse, encontrara que es una de las experiencias más gratificantes. Con una mano me tocaba las tetas y con la otra mi conchita. Era tan deliciosa la sensación de su mano sobre mi conchita que todo se me olvido en un momento, me introdujo un dedo y después dos, a pesar de que era virgen no me dolía nada y sentía de lo más rico. En eso él me dijo: "Ven" y me senté en el mostrador, me quito mis braguitas y me subió la falda completamente, continuamos besándonos, yo me sentía como borracha, ida... me recargue y comenzó a descender por mi cuello, luego bajo a mis pezones prestándole particular atención a cada uno, continuo bajando y me dio mi primer sexo oral, que también fue buenísimo. Se detuvo súbitamente y se levanto y me dio un beso, se desabrocho los pantalones, se bajo los boxers y me sorprendí cuando lo vi. Tenia una verga hermosa, limpia, me dieron tantas ganas de mamarla que así lo hice, aunque era inexperta por la forma en que el gemía sentí que era la forma correcta, cuando tenia la verga durísima, me retiro y coloco su preservativo, yo ya sabia lo que venia a continuación, por lo que el simple hecho de ver como se lo colocaba, me dieron tantas ganas de tenerlo dentro. Me volvió a dar un beso y me dijo: "Recárgate, así..." continuamos besándonos, y empecé a sentir que algo se introducía lentamente en mi. Mi humedad y mi excitación me forzaban a abrir mas mis piernas a tal grado de que me encontraba completamente encima del mostrador. Javier hizo un mete y saca lento primero, después más rápido, yo no podía dejar de gemir ni de tocarme, de pronto sentí como un temblor por todo mi cuerpo por lo que supe que había llegado, después otro... y luego una sensación de extraño hormigueo me recorrió desde el vientre por todo el pecho y las piernas y así sin mas mis jugos seguían llenándolo a el y al lugar cuando me vino mi ultimo múltiple el se vino y pude sentir como su verga se ponía flácida dentro de mi. Javier se quedo recostado un minuto sobre mí y después me incorpore, el se retiro de mí lentamente, y me dio un ultimo beso. Procedí a acomodarme la ropa y el pelo, el también comenzó a vestirse, al finalizar hablamos poco y salí huyendo, a pesar de que me había encantado, no podía verlo. Aun así, seguimos haciéndolo por otros 2 meses. Esta semana Javier hablo conmigo de volver a hacerlo... aun no se que contestar.