Destrucción de una familia 5

Algunos misterios se empiezan a develar.

Capítulo 5 – Retrospectiva

Pasaban los minutos y Miranda no reaccionaba. Desde sus posiciones los tres hombres se miraban entre sí en su impotencia y se desesperaban al no poder hacer nada ni por las mujeres secuestradas ni por la que yacía en el sofá, desnuda, golpeada y violada brutalmente al límite de ver crecer una mancha roja que se extendía lentamente bajo su cuerpo. Su amplio y redondo culo apuntaba hacia ellos y podían ver los moretones en el dejado por los salvajes violadores.

En un momento dado, Antonio después de forcejear un rato logro aflojar las cuerdas que ataban sus manos y segundos después se liberó totalmente. Parecía que no hubiese sido atado tan fuertemente como a los otros dos.

No bien se soltó corrió hacia su mujer para comprobar su estado, llamándola por su nombre, a lo cual ella no respondía. No obstante pudo ver que respiraba aún, aunque la hemorragia se tornaba preocupante. Con desesperación buscó un teléfono y tras varios minutos halló uno que no le importó de quien era, y desde él realizó la llamada a emergencias explicando la situación de forma rápida y nerviosa.

Luego fue hasta donde estaban los otros hombres y los desató. También tuvo que contenerlos pues se hallaban en un estado de desesperación total al ver secuestradas a sus mujeres. Los pobres Jorge y Esteban apenas podían moverse, sobre todo Jorge que llevaba casi 24 horas amarrado, tuvieron que guardar reposo tirados en el piso, llorando y maldiciendo por el destino de Eleanor y sus hijas.

Para no hacer tan largo esta parte, solo diré a grandes rasgos que llegó la policía, la ambulancia y algún que otro medio periodístico local de los que nunca sabes cómo se enteran.

Miranda fue llevada urgentemente al sanatorio donde entró a quirófano inmediatamente ya que poseía múltiples desgarros en vagina y colon. La suturaron y permaneció mucho tiempo internada.

A Jorge, Esteban y Antonio también los internaron pero solo por unas horas hasta que se recuperaron físicamente. Psicológicamente la tarea sería mucho más ardua.

La policía se puso manos a la obra para tratar de determinar a donde tenían cautivas a Eleanor y sus hijas, así como detener a los malvivientes. El resultado fue nulo prácticamente, parecía que se habían evaporado de la tierra.

El hijo de Antonio y Miranda volvió de su viaje con sus compañeros y fue derivado a la casa de sus abuelos paternos, puesto que Antonio tenía que cuidar a su esposa. Esta volvió en si al otro día después de operarla, pero se hallaba en trance, en un estado latente de shock del que los médicos esperaban que saliera pronto.

Hubo declaraciones y más declaraciones por parte de los sobrevivientes y toda la historia quedó registrada en documentos. La policía no se explicaba de porque el ensañamiento de los malhechores con esta familia. Si bien no determinaron nunca de quienes se trataban, si sabían que los integrantes de la familia eran gente decente y honrada que nunca estuvo mezclada en nada turbio.

Antonio pasaba largas horas sentado al lado de la cama de Miranda, a veces hablándole, dándole de beber, cuidándola en lo que podía. Fue en uno de esos momentos de largo pensar que revivió en su mente lo acontecido 3 meses atrás.

Como dentro de una nube se transportó al pasado cuando estaba sentado en su oficina escuchando atentamente lo que un sujeto maduro y elegante le narraba.


-Lamentablemente sus sospechas se han confirmado Antonio. Esta es la parte ingrata de mi trabajo como investigador, cuando debo darle las pruebas al cliente y asegurar que tenía razón al contratarme para espiar a su pareja creyéndose engañado.

Antonio escuchaba sin pronunciar palabra, lo que instó al investigador a proseguir.

-He seguido a su mujer durante estas dos semanas y he logrado infíltrame en su ámbito, colocando cámaras ocultas, tomando fotografías con teleobjetivo, hackeando mails y celular, colocando también micrófonos. Por lo que puedo asegurar confirmado el ciento por ciento su sospecha.

Su esposa actualmente mantiene relaciones con su jefe, el director del colegio, aunque parece que el viejo solo recibe sexo oral, pues las veces que los espié, ella solo se la chupaba. Acá tiene unas fotos que pude tomar desde la azotea de enfrente.

Le alcanzó a Antonio un sobre con una docena de fotos donde en todas aparecía una mujer de pelo largo, lacio y castaño, con un viejo semi pelado y canoso. En todas las fotos había algo indecente, y no eran del mismo día, pero si el mismo lugar, la oficina del rector del colegio. Ese anciano era el rector y la mujer era Miranda, la esposa de Antonio, profesora de filosofía del instituto. Se la veía a ella agachada agarrando con una mano el pene del viejo mientras se lo llevaba a la boca, en algunas ella aparecía con la camisa abierta fregándose la verga de su jefe por las tetas. También se lo veía a él mamando esas tetas y hasta masturbándola por debajo de la falda.

Antonio miraba una a una las fotos y conservaba una calma que asombraba al investigador.

-Pero lo peor. –continuó el espía. – Es que ha estado teniendo relaciones con su personal training que es también el profesor de gimnasia del instituto. Un tipo joven, 23 años, soltero y picaflor que vive con su madre viuda y su hermana de 20. Ambos han de ser trofeos, para el muchacho su esposa es una apetecible MILF, de muy buen ver, casada y compañera de trabajo. Y para ella, él es como 15 años más joven, impetuoso y fogoso, un recordatorio de que los años no pasaron. No creo que haya sentimientos entre ellos, pero si sexo desenfrenado.

El investigador trataba de apaciguar con palabras hábiles la furia que sabía sentía por dentro su cliente. Pues un hombre en ese extremo, cuando recibe una noticia así, con la carga adrenalínica, es capaz de cometer cualquier locura.

Al ver que Antonio asimilaba todo bastante calmo, se envalentonó para lo peor, las pruebas.

- Acá tengo algunas fotos más, (se las alcanzó) y también esta tarjeta SD… En ella… está lo que pude filmar. Con cámaras ocultas en el gimnasio y el colegio, más un par de tomas que les pude hacer en el parque donde van a correr.

El material puede ser impactante para usted, no tiene necesidad de verlo, con las fotos ya le alcanza para iniciar el divorcio por adulterio.

-Démela. –Antonio habló por primera vez.

-Como quiera. –dijo el investigador alcanzándole la memoria. –Agregaré algunos comentarios que escuché mientras rondaba el colegio. Le oí decir a varios alumnos, sobre todo los mayores, cosas como “la conchuda de filosofía me puso un 3, pero que orto que tiene!!!!” o “que carácter de mierda tiene la de filosofía, pero que buena que está!” “acá le alcancé a sacar una foto con el celu al ojete de la vieja de filosofía, me voy a clavar 4 pajas al hilo hoy”.

Y cosas por el estilo, con lo que deduzco que es un poco calienta pijas e histérica.

Luego se saludaron y el tipo se fue. Antonio quedó pensativo dando vueltas la tarjeta en sus dedos, después abrió el nuevo sobre de fotos y constató que había unas 20 fotografías, donde veía a su esposa elongando en   el parque junto a su profesor, un tipo alto y bien musculoso, joven, agradable. Otras fotos en el mismo parque se veían que él la tenía arrinconada contra un árbol y se devoraban la boca mutuamente.

Una punzada sintió Antonio en su pija, se la veía muy bien a Miranda enfundada en calzas y tops deportivos, donde resaltaba sobre todo su cabellera larga y lacia y su poderoso culo.

También vio una secuela de fotos en un auto, donde se seguían besando y manoseando. Y las más eróticas de todas eran un par sacadas se ve desde mucha distancia, de un edificio a otro. En ellas se observa perfectamente  la cara de Miranda contra la ventana, desnuda y con el grandote detrás, ella apoya las manos sobre el marco de la ventana y su cara es un poema de gozo y erotismo al ser penetrada desde atrás por su amante.

Apartó las fotos y tomando la tarjeta SD la insertó en su computadora, levantó el teléfono y le pidió a su secretaria que no lo moleste nadie hasta nuevo aviso. Cerró la puerta de su oficina con llave y volvió a su escritorio. Había cuatro videos, hizo clic en el primero y apareció la imagen del edificio y la ventana de las dos últimas fotos. La distancia era enorme, pero se ve que el investigador contaba con equipos de primera y de muy largo alcance porque aunque no nítidamente se podía ver muy bien que Miranda era la mujer que estaba siendo penetrada por detrás por un tipo alto de brazos musculosos. El video duraba 3 o 4 minutos solamente donde solo se veía lo descripto hasta que luego salían los amantes de escena, seguramente para seguir fornicando en una cama.

A pesar de su indignación y dolor, el pene de Antonio estaba rígido ya.

Abrió el segundo video en el que se veían tomas cortas enlazadas entre sí. Todas ellas de día y en el parque. Los dos corriendo, a veces él le manoseaba el culo a lo que ella fingía falsa indignación, se besaban en alguna oportunidad y hasta se vio en una toma como ella agarraba el paquete de él sobre el short y lo masajeó unos segundos. Las escenas no eran todas del mismo día pero en todas, ellos tenían la misma clase de comportamiento.

El tercer video era similar al anterior pero eran seguimientos en auto. Se ve que el investigador los seguía filmándolos, los arrumacos se vislumbraban desde la luneta trasera. También donde estacionaban y bajaban, allí la toma se ampliaba para que se pudiera ver con claridad en el hotel que entraban. Después cuando salían. Algunas tomas nocturnas más, y al final una que llamó la atención de Antonio pues reconoció su propio barrio. El sujeto paró el auto a escasas dos cuadras de la casa que compartían Antonio y Miranda. El fisgón se bajó del auto sin dejar de filmar para tener un mejor ángulo. Cuando enfocó la ventanilla del auto solo se veía al tipo, pero segundos después se vio emerger la cabeza de ella para darle un beso en la boca y volver a desaparecer. Le estaba realizando una mamada a su amante a escasos metros de su casa y siendo solo la tardecita.

El colmo de la inmoralidad y la calentura, puta de mierda… pensó Antonio.

Luego se vuelven a besar y ella se baja del auto y se terminó el video.

Por último abrió el cuarto video para descubrir que este era con cámaras fijas. Las mismas, al menos tres estaban colocadas en el gimnasio donde concurría Miranda, dos en los vestuarios y una apuntando a los aparatos.

Como el tipo había podido lograr colocarlas es una pregunta que Antonio se hizo.

-Es un profesional. –se contestó a si mismo zanjando el dilema.

Primero se veían imágenes de los aparatos, como la cinta para correr y las bicicletas. Tenían audio, pero la música tapaba todo lo que hablaban su mujer, corriendo en una cinta con el tipo a su lado. Algunas otras personas pasaban por la lente y parecía que se iban yendo.

Luego Miranda apagó la máquina y se bajó de la misma para acto seguido agarrarle el bulto al grandote y a posterior darse unos buenos morreos, para ir después desapareciendo de la cámara lentamente y manoseándose de lo lindo.

A continuación cambiaba la imagen a los vestuarios femeninos donde entraron ambos, se veía que ya nadie quedaba en las instalaciones.

Ella se desnudó completamente delante de él y entró a una ducha desde donde se escuchaba como lo invitaba a acompañarla. A fin lo convenció y sacándose toda la ropa el profesor exhibió una buena erección en su pene de tamaño normal y entró a la ducha con ella. Ninguna cámara tomaba dentro de la ducha pero  pocos minutos después ambos salieron desnudos y mojados abrazados como un solo cuerpo, él la levantó desde el culo y ella lo envolvió con sus potentes piernas.

La depositó sobre el banco central del vestuario y se metió entre los muslos de Miranda para practicarle una lamida de concha que hacía que la infiel mujer se retorciera en éxtasis.

-Deberías depilarte completa. –se escuchó al tipo decir.

-Nooo… jaja… como le explico a mi marido si lo hago, que me lo pidió mil veces… jaja – contestó ella.

Después la giró completamente poniéndola en cuatro patas sobre el banco y continuó con la lamida.

En una cámara salía la cara de gozo de Miranda y en la otra su culo semitapado por la cabeza de su amante.

Luego él se incorporó y en esa misma posición la penetró.

Exclamando una expresión de sorpresa y dolor, mitad fingida, mitad real, Miranda se dio vuelta para recriminarle la brusquedad en broma.

-Es que tu culo me pone a cien mamucha! – se disculpó él mientras la envestía. –Tu colita se ve muy apetitosa desde aquí… ¿no querés que le haga una visita?

-Ya te dije que no!!! Dejame el culo en paz… ¿no te alcanza lo demás? – Miranda le recriminaba.

-Jajaja… está bien, está bien, señora… tome esta… y esta… ufff…

La escena continuó hasta que ella tuvo un par de orgasmos y cuando él eyaculó, ella le limpió toda la verga con su boquita de mamona viciosa.

-Hija de mil putas!!!! –exclamó Antonio. –Nunca te quisiste tragar mi leche… puta, más que puta!!!!.

Y retiró la tarjeta de la PC sin más presa de un estado iracundo que no presagiaba nada bueno para su mujer.


En ese momento Miranda se quejó en sueños y sacó a Antonio de sus recuerdos. La miró sonriendo socarronamente pensando.

-“Dejá mi culo en paz… jejeje… que me decís ahora, putita!!!”

Ella estaba toda entubada con suero y demás aparatos médico y aún no había despertado después de la cirugía.

Más tarde llegaron a reemplazarlo en el cuidado de su esposa la hermana del medio de Miranda y Eleanor,  Yamila,  40 años, la cual no era tan bella de cara como Miranda, ni siquiera como Eleanor, pero era poseedora de un físico imponente. Más alta que sus hermanas y más robusta,  con unas caderas amplias con un culo que invitaba a morderlo, así como unos pechos bastantes más grandes que sus parientas que fallaban en ese punto. Solo los ojos eran idénticos en las tres. Esta madura Yamila era en verdad un bocado muy apetitoso había pensado siempre Antonio.

Era madre de tres hijos varones de 17, 15 y 9 años y estaba casada con un industrial de su misma edad. Residían en una ciudad algo alejada lo que explicó su tardanza en concurrir junto a su hermana en desgracia.

También estaba en viaje el hermano menor de las tres mujeres Julián de 30 años junto a su esposa Marisa de 29 que vivían en el extranjero. Pero de ellos hablaremos más tarde.

No bien llegó a su casa, Antonio llamó por teléfono a su amigo de siempre Fabián, psiquiatra, soltero, mujeriego y sádico.

-Y Fabián? Contame las novedades.

-Ya tenemos candidato para tu cuñada, a las pendejas no las ofrecimos porque podemos sacarle algo de jugo acá. –contestó Fabián. – Y para cuando vas a venir?

-Paciencia amigo… recién pasaron 4 días y mi otra cuñada acaba de llegar… A propósito de eso, hacía rato que no la veía a Yamila y los 40 le sentaron muy bien! Vamos a preparar algo en el futuro para ella jejeje.

-Jaja! Insaciable! Bueno te cuento, a Eleanor ya la preparé como me dijiste, con todos los anillos y todo, lo hice yo mismo, pero me puse una máscara así que no me reconoció. A las pibas no les hicimos nada, están descansando y juntando fuerzas… las van a necesitar. No fue fácil aguantar cogerse esas ricuras. –explicaba Fabián.

-Ok, en cuanto estabilice todo acá voy, calculo que en 2 o 3 días más… cuidalas bien eh! –le ordenó Antonio en tono jocoso.

-Dejá todo en mis manos, que hasta ahora no falló nada.

Colgó el teléfono y se sirvió un trago sentándose en el sofá volvió a recordar unos días atrás, cuando le contaba a su amigo Fabián de la infidelidad de su esposa.


-Yo ya sospechaba algo porque se mostraba cada vez más esquiva conmigo. Siempre fue fría en la cama pero últimamente parecía un cadáver, por eso contraté al investigador. –contaba Antonio a Fabián mientras miraban los videos de Miranda.

-Pero que cacho de cogida se pegó!!!! –exclamó divertido el psiquiatra.

-Me alegro que te parezca divertida mi desgracia. –se indignó Antonio.

-No te calentés máquina! Es un chiste para romper el hielo. La verdad me sorprende, siendo tan mojigata Miranda que se revuelque con un viejo y un pendejo me dejó anonadado… debés ser muy malo cogiendo vos… jajaja!!!

-Seguí nomás riendo, total mi vida se va por las cloacas…

-Bueno basta de bromas, perdóname, y… ¿qué vas a hacer? –interrogó Fabián

-Para eso te lo cuento, aparte de que sos mi amigo, ¿que podemos hacer? Sé que tenés muchos contactos vos y por ahí se te ocurre algo para vengarme.

-Se dé sujetos que por algunos pesos le podrían dar un escarmiento, o quizá secuestrarla para que vos le des el escarmiento, o dejá todo así y dedicate a acostarte con toda mina que se cruce…

-NO! NO LO DEJO NADA ASI! –exclamó enojado Antonio. –Quiero que sufra, hija de puta!!! Y se me está ocurriendo que podemos meter en el despelote a Eleanor también…

-Uhhh!!! Tu cuñadota! Tremenda milf! Siempre me la quise comer a esa!!!

-Yo también. –aseguró Antonio. – es más, le tiré unas indirectas cuando se separó del marido que la cagaba a palos… enseguida se liberó y se puso como cañón la yegua! Pero la muy puta solo es una calienta pijas… me tiraba el anzuelo y cuando me acercaba lo sacaba del agua. Con el tiempo dejé de intentar nada, era muy peligroso. Después se juntó con Jorge y se acabó todo.

-Dejame pensar algo Tony, en unos días te tiro alguna idea.

Y así fue, Fabián ideo todo el plan por el cual cinco malvivientes entrarían a la casa de Jorge y Eleanor para disfrutar de la madura y su hija, al otro día esperaban a Karina que venía a festejar su cumpleaños, luego cuando Antonio llevara a Miranda la fiesta seguiría con ella.

Fabián no participaría activamente por obvias razones. Ya tendría oportunidad después. Así que contactó a un antiguo amigo y maestro de años, un viejo ya, apodado “el vasco”


Por su mente fueron pasando las imágenes del fin de semana, su mujer siendo brutalmente violada hasta casi matarla, sus sobrinas desnudas y mamándole la verga, su linda cuñada llevada de aquí para allá siempre desnuda y después recordó el orgasmo que ambas hermanas fueron obligadas a tener, cuando vagina contra vagina lograron arrancarse una a la otra una dosis de placer entre tanto sufrimiento.

Inmediatamente se le paró. Puso el video de su esposa en los vestuarios y se masturbó hasta caer rendido.

Fueron pasando los días y Miranda no reaccionaba. Generalmente era cuidada por su hermana Yamila. Estaba despierta pero no respondía a nadie, un shock profundo del que no salía. Los médicos decían que había que esperar aún porque su cuerpo recibía continuamente calmantes. Quizá ellos influían en su consiente, amén de que la situación pasada había sido traumática.

Viendo que todo seguía igual y que Yamila lo suplantaba, Antonio decidió ir hasta donde tenían secuestradas a Eleanor y sus hijas, con la escusa de atender un par de negocios fuera de la ciudad partió.

La estrategia de esconder las mujeres en la misma ciudad era una excelente idea, pues  todos dieron por hecho que los delincuentes huían con ellas de rehén para escapar del país.

Sin embargo, las víctimas fueron dejadas en una quinta de las afueras y ellos si continuaron viaje.

Allí en la quinta, que tenía toda la fachada de ser un club exclusivo y privado, quedaron al cuidado de los empleados, pero en el subsuelo del lugar, donde antiguamente funcionaba un centro de detención clandestino.

Club privado en la superficie, casa de citas y venta de esclavas en el subsuelo.

Diez días ya habían pasado desde el horrible fin de semana. En ellos las mujeres no habían sido maltratadas, en realidad, no habían sido violadas porque maltrato era de por si tenerlas encerradas bajo tierra, desnudas y separadas.

A Eleonor, el sádico de Fabián, le había hecho una visita hacía unos días y con una máscara para que no lo reconozca había estado con ella efectuando unos trabajos en su cuerpo a pedido de Antonio.

Atada en cruz con piernas y brazos extendidos fue recibiendo en sus partes íntimas anillos como si fueran piercings.  Sus pezones fueron agujereados y anillados mientras ella gritaba y lloraba de dolor. Sus labios vaginales mayores también fueron anillados, al igual que su clítoris, lugar que le produjo el mayor dolor. Luego se marchó ordenando que la depilen continuamente en sus genitales, piernas y axilas, y que no la maltraten.

Sus hijitas mientras tanto no sufrieron ningún abuso y aunque estaban separadas, sus respectivas jaulas eran contiguas, por lo que se daban consuelo mutuamente. Una mujer las alimentaba, aseaba y cubría sus necesidades básicas, pero nunca les habló.

Antonio y Fabián arribaron juntos a la quinta y mientras el psiquiatra iba a dar las órdenes correspondientes, Antonio esperaba en una salita ansioso y excitado por demás al saber que en pocos minutos el cuerpo de su cuñada iba a ser por fin suyo.

En los sótanos del lugar había salas con la más variada gama de artefactos y máquinas utilizadas para saciar todas las perversiones y fantasías de los clientes. Totalmente insonorizada, la sala donde llevaron a Eleanor poseía un nutrido grupo de poleas adheridas a la pared y el techo.

La pobre mujer no paraba de llorar mientras imaginaba todo tipo de ultrajes a los que sería sometida.

Fue atada de las muñecas y los tobillos primeramente, con sogas que la mantenían totalmente abierta y estirada. Cada una de esas sogas iba a un malacate manual. Igualmente fue atada de sus rodillas, cintura y cuello a otras tantas cuerdas que terminaban en una polea con manijas. A su vez esas poleas estaban instaladas sobre rieles en el techo, por lo que podían correr a lo largo  del mismo.

El resultado final era que la víctima en cuestión, pudiera ser manipulada a placer y colocada en diversas posiciones casi sin límites.

Hacia allí se dirigió Antonio, y cuando entró a la sala totalmente hermética y la vio colgando de los brazos  con las piernas abiertas y sujetas al piso, como así diversas sogas que salían de otras partes de su cuerpo, casi se queda sin sangre en el cerebro, pues todo su líquido vital rojo fue a su pene.

Ella no lo vio entrar pues tenía la cabeza gacha, pero el sí pudo apreciar esos pechos pequeños que con la postura parecían más grandes, así con los pezones erguidos que resaltaban en sus blancas tetas con sus anillitos. Una figura perfecta le hace a una mujer estar colgada así, y Eleanor que ya de por si estaba muy bien formada parecía una escultura perfecta.

Queriendo jugar un poco con ella Antonio la llama en un susurro:

-Ely! Ely! Despertate!

Ella alzó la cabeza como una centella  y al reconocerlo un rayo de esperanza le cruzó por sus ojos.

-Antonio!!! –casi gritó. –Ayudame Antonio por favor!!!

Pobre ilusa pensó él, en su retorcida mente gozaba con el desencanto que sufriría luego la pobre mujer.

-Ely, te voy a sacar de acá. –dijo acercándose a ella. -¿Qué te hicieron cuñadita?...

-¿Te duelen esos anillos? –preguntó tomando los de sus pezones uno con cada mano para estirarlos un poco.

-Antonio por favor apurate que puede venir alguien… -sollozaba Eleanor.

-Tenemos tiempo mi querida! No te preocupes! Tenemos tiempo! Ups, ¿Acá también tenés anillitos?  -exclamó ahora tomando los de sus labios vaginales, y tirando en dirección contraria le dejó la vagina bien abierta.

-¿Pero que hacés?!!!! Soltame de una vez!!!! ¿Y las nenas, donde están?

.Ohhh las nenas están bien, por ahora. Ya veremos después… ahora preocupate por vos cuñada. –dijo agachándose de rodillas frente a ella.

-PERO ANTONIO NOOOOO!!!!! ¿QUE HACES HIJO DE PUTAAA???? DEJAMEEE!!!

Antonio le empezó a pasar la lengua por la rajita manteniendo sus labios bien abiertos tirando de los anillos, así como lamió los labios menores, dentro del canal y el clítoris por supuesto donde exclamó al encontrarse con otro anillo.

-Pero mirá que piercing más bonito tenés acá!!! En realidad toda tu concha es bonita puta calienta pijas.

-Ahhh Ahhhh Ayyyy noooo!!!! ¿Por qué hacés esto Antonioooo?  Buahhhhh!!!!

Desesperada por el golpe de escena Eleanor trataba de debatirse, lo cual era imposible debido a sus múltiples ataduras. Su carita estaba completamente mojada de lágrimas así como su sexo lo estaba de babas.

-¿A vos te gustaba calentarme? ¿Te acordás? Bueno… ya me calentaste… ahora te voy a calentar a vos cuñadita puta… -le informó él haciendo pausas en el lameteo.

-¿De qué hablás? Estúpido!! Ayyyy!!!! Yo no te hice nada! DEJAMEEE!!!! Sos un hijo de putaaaaa!!!!

-Siii mamita!!!! Un hijo de puta que te va a coger bien cojidita hoy, por puta calienta vergas… ¿no te acordás cuando te divorciaste, que de golpe te liberaste con minifaldas, escotes, salidas nocturnas, pinturas y miraditas provocativas, y mensajes entre líneas? Acusé recibo puta! Y lo hiciste hasta que apareció Jorge… Puta, más que puta!!! Y yo no podía hacer nada porque le era fiel a mi mujer… QUE IMBECIL SOYYYY!!!!! Te tendría que haber ensartado por el culo ahí… calentona de mierda! Y no preocuparme por mi mujer… ja, mi mujer fiel jajajaja…

¿Sabías que me está metiendo los cuernos?

-Nooo no se nadaaaaa y dejameeee!!! Yo no hice eso!!! Y si lo hice fue sin querer perdonameeeee buahhh!!!!

-Pues sí, se la coje el director del colegio y el profesor de gimnasia. Pero ya recibió castigo, ¿no te parece? Ahí está internada con 20 puntos de sutura en el orto y otros tantos en la cajeta… jajajaja

A propósito… llegó Yamila hace unos días, ahora la está cuidando. Se puso buena la conchuda esa eh! ¿Será tan puta como ustedes dos? Ya veremos más adelante, primero me tengo que ocupar de vos, tus hijitas, el viejo trolo del director y el grandote anabólico de gimnasia jajajaja va a ser divertido…

-Nooo!!! Antonio no seas cruel!!! Dejá a las nenas en paz!!!! Ellas no te hicieron nada!!!!

-Las pendejas son víctimas inocentes en esta guerra… siempre hay víctimas inocentes.

Con ambas manos Antonio tomó los glúteos de su cuñada para apretarlos con fuerza mientras le clavaba la lengua lo más adentro posible en la concha.

Pasó para atrás y separando sus nalgas también lamió su ano una y otra vez, siempre manoseándola por todos lados e incrustándole dedos en la vagina. Volvió a la misma a lamer con descontrol el inflamado clítoris de Eleanor mientras la penetraba con 4 dedos.

La pobre seguía llorando de angustia e indignación pero su concha lubricaba. Es casi imposible para una mujer no lubricar cuando su sexo es tratado con fuertes lametones, aún en contra de su voluntad como ocurría ahora.

Muy a su pesar Eleanor sintió excitación, y se maldijo por eso, el sentir placer mientras era lamida y manoseada en forma no consentida, y con todo el drama desarrollándose a su alrededor la quebraba anímicamente.

Antonio se puso de pie y se alejó. Estuvo manipulando las poleas y aparejos. Aflojó las cuerdas de los tobillos y las muñecas pero tensó las de las rodillas, con lo que la mujer quedó en posición casi ginecológica, pero en el aire.

Rápidamente volvió entre las piernas de ella e incrustó dos dedos de cada mano en la vagina y la lengua la aplicó sobre el clítoris. Con movimientos circulares de dedos y lengua fue llevando a Eleanor a un punto sin retorno, aunque seguía sollozando y pidiendo que se detuviera, jadeos cada vez más fuertes la atacaban. Su concha era una laguna de flujo y saliva y cuando el violador notó que estaba prácticamente bañada en sudor y que el orgasmo era inminente, con un rápido movimiento se bajó pantalón y calzoncillo y la ensartó.

-NOOOO AHHHHH!!!! AGH!..  AGH!...  AGHHHH!!! –es lo que exclamó ella cuando se sintió invadida y luego bombeada violentamente.

El la rodeó con sus brazos en una última penetrada profundo mientras le devoraba el cuello, para soltar su carga de semen en las profundidades del sexo de Eleanor que se a su vez se retorcía en un involuntario y desbastador orgasmo.

-¿Viste que te gusta ser putita? Tuviste un orgasmo aunque decías que no jajajaja. –le reprochaba él mientras la miraba fijo a la demacrada cara de ella, inundada de lágrimas y huellas de dolor angustiante, todo esto sin sacar la verga de su concha.

Luego si retiró su palo de carne semi flácido de esa apetitosa e hinchada vagina. Lamió el lateral de la cara de ella absorbiendo sus lágrimas y le comunicó:

-Ahora si cuñadita putona, ya me sacaste la primera leche. Mientras me repongo para otro asalto te dejo en manos de mi amigo Fabián. ¿Lo recuerdas? Él te va a enseñar algunas cosas puesto que te vendimos a un aristócrata millonario que quería poseer una milf sumisa.

-Holaaa!!! –dijo Fabián entrando con un maletín. –Nos volvemos a ver Ely… aunque vos no lo sabes porque tenía una máscara, yo fui el que puso esos anillos. Ahora vengo para entrenarte un poco en el arte de la sumisión ya que nos dieron mucho dinero por vos. Y claro, algo de placer no viene mal…

CONTINUARÁ...