Destrozando a Carolina 4

Siguiente parte de la historia. La entrevista personal, con Alfonso. Carolina, se empieza a parecer, cada vez más, a una puta.

Este es el cuarto capítulo de la historia de Carolina, una estudiante de Medicina de 18 años, con una familia, muy especial.

Carolina narra su historia

Al día siguiente, en casa, en La Moraleja

Me desperté a las 7 de la mañana, sonó el despertador, me desnudé, y, me fui a la ducha, antes, me quité el parche, con el que había dormido, me

duché

, y, al salir de la ducha, ya estaba mi madre, esperándome, con una caja, en la que estaba la poca ropa que me iba a poder poner, para la entrevista personal con Alfonso.

Mi madre, que ya estaba vestida, como era normal en ella, parecía una puta, me excitó verla así vestida, porque iba especialmente llamativa, se le veía todo,

escotazo

, medio culo, en fin, un escándalo.

Abrí la caja, y, vi que había dentro 4 cajas.

  • En la primera caja, había unas medias de red, con red ancha, para que se notara, que empezaba a ser una puta
  • En la segunda caja, había dos vibradores, y, un tanga negro, muy pequeño, mi madre, me ayudó a meterme los dos vibradores, uno por el coño, y, el otro, por el culo, y,

después

, me puse el tanga, que, no tapaba casi nada, pero, me hacía muy buen culo * En la tercera caja, había un vestido, negro, muy corto, de cuero, parecía más, un corsé largo, con ayuda de mi madre, me lo pude poner, iba muy apretado, me costaba hasta respirar, además, era tan escotado, que se me veían las tetas, si me descuidaba * Por último, en la cuarta caja, había, a su vez, dos cajas, en la primera, unas botas, al muslo, con mucho tacón, y, algo de plataforma, eran de PVC, y, en la segunda caja, había dos parches para los ojos, unas gafas de sol, que tapaban toda la zona de los ojos, y, un bastón blanco, para ciegos; con ayuda de mi madre, me puse los parches, uno en cada ojo, y, ya no veía nada, a eso, unimos las gafas de sol, para que nadie supiera, lo que había debajo, los parches.

No había ni sujetador, ni prenda de abrigo, pese a que el día, había amanecido algo frío.

Con ayuda de mi madre, pudimos bajar a la salida de la casa, en ese momento, mi madre, me pidió que la esperase, que iba a agarrar su abrigo, para ella, sí que había derecho a abrigo.

Yo, mientras esperaba, tenía una mezcla de sentimientos, por un lado, estaba deseando, que me pasara esto, me estaba poniendo muy cachonda, pero, por otro lado,

quería

estar de camino a la universidad, a mis clases...

Supongo que, minutos después, mi madre volvió, y, de nuevo, con su ayuda, llegamos al coche, para ir a la mazmorra BDSM, para pasar la entrevista personal con Alfonso.

No habíamos desayunado nada, al menos, yo no, mi madre, no me había dejado, tampoco había habido tiempo, para alguna raya de cocaína, que ya, me estaba empezando a apetecer...

Por suerte, nada más llegar al coche, noté como mi madre, me ponía, lo que parecía una lata de refresco, en la mano, me dijo que era una bebida energética, y que, tenía de plazo, el tiempo del trayecto hasta la cita con Alfonso, para beberla, entera.

En la mazmorra BDSM de Alfonso

Llegamos al ático, donde se encontraba la mazmorra de Alfonso, creo que llegamos con el tiempo muy justo, pero, logramos el objetivo; estaba algo nerviosa.

Oí la voz de Clara, que abrió la puerta, y, decía que, adelante, me ayudó a llegar hasta un sofá, en el que, me dejó sentarme.

Clara me dijo, una vez que ya estaba sentada, que me esperase ahí, que, Alfonso, iba a llegar enseguida, pero, mientras esperaba, me tenía que esposar las manos, para que no me fuera ni me quitara los parches de los ojos, y, también, me tenía que amordazar, para que no pudiera decir nada.

Así que, noté una bola, en la boca, era la mordaza, y, después, las manos, juntas, esposadas, mi excitación, iba en aumento.

Pasó algo de tiempo, no puedo especificar cuanto, porque no podía ver, tampoco sé si había más gente, en la sala donde me dejaron, pero, es probable, que estuviera dos horas así, esperando, hasta que, oí la voz de Alfonso.

Lo que me dijo Alfonso

Alfonso: “A partir de ahora, al entrar en la Organización, tendrás que cumplir, una serie de normas”

  • Dejarás, a un lado, la carrera de Medicina
  • Empezarás a estudiar para ser peluquera
  • Cuando tu madre, tenga que hacer un servicio, le pedirás, ir con ella, aunque sea de espectadora, para aprender a ser una puta, y, si te piden follar, no te podrás negar
  • Irás siempre vestida, como la puta a la que aspiras ser; tu madre, controlará tu vestuario
  • Fumarás Ducados, uno tras otro, durante todo el tiempo que estés despierta
  • Consumirás bebidas energéticas, como si de agua se tratase
  • Consumirás cocaína, a diario, al menos, 4 rayas.
  • Tu padre, diseñará tu cuerpo, como hizo con el de tu madre
  • Tendrás que llevar, un

plug

anal, que sólo te quitarás, para cagar y, cuando te follen el culo. Noté como me lo iban metiendo en mi culo, me excité mucho. * Clara estará pendiente de ti, te ayudará con lo que dudes, pero, la tendrás que obedecer, como si fuera tu Ama.

Yo estaba muy caliente, cada vez más, al ir sabiendo cada una de las cosas, me iba excitando, más y más.

Tenía claro que iba a aceptar, mi vida de estudiante y niña buena, había acabado, era hora de pasar a la acción, y, empezar a convertirme, en la puta que siempre había querido ser.

Al acabar la charla de Alfonso, noté que, la mordaza de bola, me la estaban quitando.

Oí la voz de Celia, que me decía:

“Carolina, tu primera misión, es hacer que yo me corra, tienes que localizar mi coño, y, lamérmelo, hasta que me corra”

Se me ocurrió que, lo primero que debía saber, era si, Celia, ya podía ver, o no, y, se lo pregunté.

Yo: “Celia, ¿Puedes ya ver?”

La respuesta, fue un guantazo, en toda mi cara, que, me dolió, oí la voz de Clara, sonaba a cabreo, que decía:

Clara: “No, Carolina, nada de preguntas, si vuelves a abrir la boca, para preguntar, te tendré que volver a pegar, y, además, con más fuerza”

Con mucho esfuerzo, pude lograr dar con Celia, y, con su coño, estaba lleno de piercings, y, chorreando, así que, me puse de rodillas, el corsé me molestaba mucho, pero, logré, empezar a chupar y lamer su coño.

No sé

cuánto

tiempo necesité, para lograr que, Celia, se corriese, pero, oí sus gemidos de placer, y, noté sus fluidos, en mi cara.

Por último, noté que, alguien, creo que Clara, me ponía un collar, que me impedía mover bien el cuello, y, me decía, esto es, junto con el parche, lo que siempre deberás llevar, para que todo el mundo sepa, que eres una puta y una esclava sumisa y masoquista, con eso, me dio un beso en la boca, y, noté que me quitaban las esposas.

Oí la voz de mi madre, que, me ordenaba que, nos fuéramos ya para el coche, que, Alfonso, tenía cosas que hacer, además, teníamos un servicio, el primero ya, a

dúo

, dentro de unas pocas horas.

Fuimos por la calle, tal y como íbamos vestidas, yo, a ciegas, con el bastón,

orientándome

como podía.

Mi madre me dijo que, como no había desayunado, tendría la oportunidad de desayunar, pero, sin ver, y que, si me manchaba, me iba a castigar, al llegar a casa.

En VIPS, desayunando

Llegamos a un VIPS, sé que era de ese tipo de restaurantes, porque mi madre me lo dijo, ella pidió por mí, dos desayunos americanos, llenos de grasa y de colesterol, a mí, que me gustaba cuidarme y comer sano, además, con el corsé puesto, y, apretado al máximo, me iba a ser, aún, más difícil, comer.

Mi madre me advirtió que, me lo tenía que comer todo, porque, a partir de ahora, mi dieta, estaba en sus manos, solo tenía que seguir, las instrucciones que, Alfonso, le había dado, además, ya digo, si me manchaba, lo iba a lamentar.

Llegó el desayuno, fui obediente y cuidadosa, me lo comí entero, me costó un poco, y, tampoco no me manché.

Al acabar de desayunar, fuimos hasta el coche, de nuevo, caminando con los tacones, el bastón blanco, pero, la dificultad añadida, de que, estaba, recién comida, con el corsé, estaba, a punto de reventar, sin olvidar, el

plug

anal, que, a cada paso, me

recordaba

, que estaba ahí...

Pudimos llegar al coche, y, volver a casa, aunque, sin descanso, porque fue, para prepararnos para el primer servicio que iba a hacer con mi madre, ya como una puta más...

En el próximo capítulo, os contaré, como fue, mi primer servicio como puta de lujo/escort, acompañando a mi madre.

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