Destinos unidos ¨volver a creer¨ 4

Invitación

—A que se supone que tengo que ir yo Daniela? —Dije desconcertada

—No podemos dejar a la niña sola —Dijo viéndome con burla

—Yo no iré a ningún lado Daniela. —Dije haciendo berrinche

—Que te preocupa Contreras?

—Nada amor pero solo serán unas horas no pasará nada

—Por eso exactamente solo serán dos horas que tu perfectamente puedes cuidara a Fabiolita... tu podrás confiar en Melissa pero yo no.

—Bien Daniela tu ganas —Dije dándome por vencida y suspirando enojada. —Iré a ducharme

Me metí en la ducha muy enojada, la actitud de Daniela me molestaba de sobre manera, nunca le había dado motivos para que desconfiara de mi, últimamente se había puesto mucho mas a la defensiva, iría con Fabiolita solamente porque a ella le hacía mucha ilusión y no la quería ver triste, no tenía ningún interés en mantener una charla con Melissa.

Cuando estuve lista salí de la habitación, me sentía sumamente molesta y no quería ni hablar con Daniela pero era necesario.

—Esto es ridículo sabes? —Dije enojada viendo como peinaba a mi hija.

—Faby esto lo hablaremos después.. hoy solo tienes que acompañar a la niña y nada mas..

Apenas eran las 3 de la tarde y yo me encontraba sentada en el sillón viendo mi teléfono, le había hecho un berrinche a Daniela para ir con ellos al restaurante pero me obligó a quedarme para la cita que Fabiolita tenía a las 4 de la tarde.

—Mami.. estas enojada conmigo? —Preguntó mi hija con algo de miedo

—No mi amor, ven aquí —Dije sonriendo y sentándola en mis piernas.

—Esto es entre tu mami y yo, a ella no le cae muy bien Melissa por eso se pone de esa manera pero no estoy enojada contigo —Dije besando su frente.

—Si, tu y mami van a pelear mejor no quiero ir con Melissa.. —Dijo con un puchero. —Ella fue tu novia?

—Bueno si.. hace mucho tiempo antes de que tu mami y yo nos casáramos..—dije algo nerviosa, sabía perfectamente que mi hija era muy inteligente y entendía muy bien todo lo que le decía

—La quisiste mucho?—dijo curiosa..

—En su tiempo si la quise mucho — Suspiré recordando —Pero ahora amo a tu madre con todo mi corazón, ustedes son mi vida.

—Crees que algún día yo pueda ser novia de Melissa? —Preguntó inocentemente.

—Eres muy pequeña aún para pensar en eso no crees? —dije riendo

—Ya tengo casi 9 años mamá —Dijo molesta

—Fabiolita, te gusta Meli? —pregunté riendo y ella se molestó más

—No.. es mi amiga nada mas.

Se fue a su recamara enojada y yo solo pude reír ante la actitud de mi hija, tan pequeña y ya andaba de enamorada..

Pasé un momento mas en el sofá pensando en Daniela, la amaba como jamás había amado a alguien y no podía creer como aún podía tener dudas de mi amor hacia ella, ella era mi único pensamiento todos los días y lo único que quería ver al despertar todas las mañanas.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando mi pequeña llegó a mi lado y me miró algo apenada.

—Ya es hora mami. —revisé la hora y efectivamente ya era la hora que ellas dos habían acordado.

Me levanté del sofá y salimos de la habitación, en la cara de Fabiolita se podía ver la emoción que sentía y yo solo sonreía como tonta al ver a mi pequeña de esa manera. cuando llegamos a recepción nos encontramos con Melissa que al vernos sonrió ampliamente, era inevitable no mirarla, se veía demasiado bien con aquel vestido blanco de playa. traté de no mirarla tanto para que no se malinterpretara nada de esta situación.

Caminamos por mucho rato por la orilla de la playa, yo me quedé un poco detrás de ellas dejándolas conversar, esto no se trataba de mi, se trataba de mi pequeña que le hacía mucha ilusión ser amiga de Melissa.

La observaba desde lejos riendo de algo que mi ocurrente hija había dicho, se me hacía increíble la conexión que esas dos tenían y sabía que si Dany no aceptaba su amistad, sería muy difícil lidiar con mi pequeña enojada y triste, en eso era idéntica a mi.

Se sentaron en la orilla del mar jugando con la arena y me encantaba la felicidad que se reflejaba la cara de mi pequeña. decidí mantenerme lejos, yo no quería tener una conversación incomoda con Melissa no me sentía lista para eso.

Admiraba el mar y sentí como alguien se puso a mi lado y miré que se trataba a Melissa, busqué a mi hija y se encontraba muy distraída con la arena y ni siquiera nos prestaba atención, no tenía ganas de hablar con ella pero ella tenía otra idea.

—Me dijo Fabiolita que no querías venir...

—Bueno, Dany no está muy de acuerdo y me pidió que viniera para ver que todo estuviera en orden..

—Me estas evitando verdad Faby? —Dijo mirándome fijamente —Hay alguna razón?

—No.. es solo que en estos momentos no quisiera tener una platica incomoda y menos mientras mi hija esté aquí..

—Esa conversación incomoda la podemos tener en la madrugada aquí en la playa, necesitamos hablar Faby, bueno al menos yo lo necesito..

—No te confundas Melissa, si yo estoy haciendo esto es solo por que mi hija esta muy emocionada de ser tu amiga, solo eso...

—Segura que es solo por eso? —Me miró con aquella mirada que hacía que perdiera el control  pero en ese momento no provocó nada y solo reí.

—No te aseguro que venga, no quiero tener problemas con mi esposa.

—No tiene por que enterarse solo será un rato..

No dijo nada y se fue a jugar con mi hija que la recibió con una gran sonrisa, me sentía mal porque sabía que era probable que Melissa solo se acercó a ella por mi y si eso era verdad tendría que alejarlas sin dudarlo.

Después de un rato se despidieron y yo solo esperé que mi hija viniera hasta donde yo estaba, a lo lejos solo Melissa me miraba esperando que le confirmara mi asistencia lo cual no hice y seguí mi camino rumbo al hotel donde se suponía debía estar mi familia..

Cuando llegamos al cuarto Dany miraba por la ventana que daba a la playa, su mirada era algo seria por lo cual me acerqué por detrás de ella y la abracé, suspiró al sentir mi contacto pero no dijo nada solo guardó silencio y siguió contemplando la hermosa vista.

Fabiolita se había ido a su cuarto a cambiarse, sabía que su madre y yo teníamos cosas de que hablar.

—Que pasa amor? — Dije besando su cuello.

—Quiero disculparme contigo, creo que me he comportado como una loca, y se que puedo confiar completamente en ti...

—No hay problema amor, créeme que yo te entiendo y me estaría muriendo de celos y fueras tu la que estuvieras pasando por esta situación.

—De igual manera no debo comportarme como una niña, ya somos lo suficientemente maduras como para verlo de esa manera.

—Todo esta bien no te tortures pensando en eso.. —Volví a besar su cuello haciendo que esta vez soltara un gran suspiro. —Que planes hay para esta noche— pregunté.

—Recién acabo de hablar con Elisa y me dice que por hoy no harán nada, al pequeño Sebastian no le sentó muy bien el sol y llora demasiado por lo que decidieron quedarse hoy en su habitación..

—Bien, de todos modos ya oscureció y ya no hay nada que podamos hacer..

—Si, les dejé comida en la mesa para ti y la niña..

—Gracias muero de hambre.

Comí junto a mi hija quien nos platicaba lo que había platicado con Melissa y Dany de vez en cuando me veía un poco triste, sabia que aunque ella dijera que no le afectaría, si lo hacía y hacía todo lo posible por ocultarlo...

Después de cenar y de platicar con mi familia decidí salir al balcón para poder apreciar la vista desde ahí, tomé una cerveza y encendí un cigarro y suspiré al sentir en mi cara la brisa del mar, me relajaba tanto estos lugares que me preguntaba porque había dejado de venir..

No se cuanto tiempo me quedé en ese lugar ni tampoco cuantas cervezas me había tomado, entré a la habitación y fui a la recamara a buscar a Dany y me la encontré completamente dormida junto a mis dos pequeños, miré mi reloj y solo faltaban algunos minutos para la una de la madrugada, y en ese momento recordé a Melissa y su invitación.

Después de pensarlo muchos minutos ya me encontraba caminando por toda la orilla de la playa mojando mis pies y con una botella de cerveza en mi mano, caminé por mucho rato, hasta llegar al lugar donde supuestamente vería a Melissa y al no ver a nadie me arrepentí y decidí regresar al hotel pero justo cuando estaba por irme hablaron a mis espaldas.

—Pensé que no vendrías.. Faby.