Destino (XI)

Fernanda se retuerce de celos al saber a Alexandra con Pamela, ¿será que al fin aclarará sus sentimientos o cometerá los mismos errores del pasado? O sl final sus buenas acciones le impedirán la realización de su mayor anhelo,

Pido una disculpa por mi ausencia. Realmente intentó escribir a diraio, pero me supera. Gracias a tod@s que esperan la siguiente entrega, ojala haya valido la pena. Gracias por los comentrios y valoraciones, me anima a seguir escribiendo. Disfrútenl, espero les guste. Comenten y califiquen.


Regresé a la Finca y me dispuse a esperarla para hablar evidentemente de trabajo, pero me dieron las 10, las 11, las 12, la 1 y las 2 de la madrugada y no había rastros de Alexandra Cohen en la casa grande, me sentía en el mismísimo infierno, me sentía enojada con ella, pero más conmigo ya que finalmente no tenía nada por qué reclamarle. Quizá decirle que las relaciones entre empleados estaban prohibidas, pero eso me delataría.

No sé exactamente a qué hora fue que el sueño se apoderó de mí, pero no fue por mucho, apenas comenzaba a salir el sol cuando desperté. Tomé mis tenis y me enfundé en runa licra deportiva negra y una sudadera verde limón fluorescente con negro, mi iPod y me salí a correr. Mi mente era en estos momentos mi peor enemigo, sabía que si Alexandra no había llegado a la casa grande, era porque seguramente había pasado la noche con la veterinaria y pensar eso, era como mil patadas en el estómago, de esas que te sacan el aire. Corrí y corrí hasta que el camino me trajo de vuelta a casa y la sensación no había desaparecido en lo absoluto, improvisé una pequeña barra para levantar mi peso con los brazos y hacer algunas abdominales.

-Mi niña ¿Dónde te has metido, el desayuno ya casi será servido? Anda vete a bañar-Dijo Tita, trayendo un jugo de piña consigo.

-Tita, buenos días. Gracias- Y lo bebí de un solo trago. –Pues nada, trato de seguir mi rutina de ejercicios sin importar dónde me encuentre, es muy bueno.- Mientras caminabamos para entrar a la casa.

-Pero mi niña, si tú no lo necesitas.-

-Eso lo dice usted, porque me quiere. No está de más cuidarse.-

-Señorita Salvatierra, buenos días.- Escuché detrás de mí, voltee y vi a un par de mujeres, buena una mujer y una señorita de escasos 18 años. Era una mujer promedio, bonita sí, buen cuerpo sí, pero nada especial.

-Buenos días, soy Pamela Duarte y ella es mi hermana menor Andrea Duarte.- ambas me extendieron sus manos.

-Buenos días- dije secamente. Disculpe que no le dé la mano, pero como verá vengo bastante sucia. Nos vemos en el comedor, con permiso.- me di la vuelta y me fui a bañar, lo último que deseaba era sentarme a desayunar con ella, pero sabía que no podía seguir excusándome y de cualquier manera tenía que ver que hacía aquí. Tenía que ser objetiva y despedirla por una cuestión de trabajo y no por alguna cuestión personal.

-Buenos días, provecho. Disculpen el retraso.- dije sonando lo más natural posible, poniéndome frente a la silla principal. –Gracias Tita, empezaré por el plato fuerte la fruta puedes retirarla, con el jugo es suficiente y mi café por favor, cargado en serio, no nada más pintado.- La doctora y su hermana se levantaron para la presentación formal.

-Nuevamente me presento, Pamela Duarte, mucho gusto.- me extendió su mano.

-Arquitecta María Fernanda Salvatierra De la Parra, dueña de esta Finca Salvatierra y Directora General del Corporativo Salvatierra De la Parra, el gusto es mío.- Hice muy enfático quién era yo ahí, nunca he sido presuntuosa en cuanto a las cosas que poseo o a mi “rango”, lo considero una estupidez, pero algo en mí hacía comportarme más orgullosa, más altanera, más insoportable y sí, quizá más estúpida también. Estreché su mano.

-Ella es mi hermanita menor, Andrea Duarte.- le extendí la mano, pero ella en plena confianza me tomó por los hombros y me dio un par de besos en la mejilla, me sentí incómoda y lo hice visible para todas mujeres ahí presentes.

-Eres más bonita en persona que en las revistas.- Dijo muy emocionada la chiquilla al conocerme.

-Muchas gracias señorita, pero no debería de creer todo lo que ve en esas revistas.- dije esforzándole una sonrisa.

-Disculpe, ya sabe como son los estos jóvenes de ahora, no saben de respeto y modales a los adultos.- respondió Duarte, excusando a su hermana.

-No se preocupe, tomen asiento y sigamos con el desayuno.- Dije sonando forzadamente más relajada.

-Su Finca es hermosa, inmensamente grande. Alexandra me ha enseñado algunas partes, pero no hemos podido concluirlo.- dijo sonriéndole a Alexa, arruinando mi desayuno.

-Parece que se llevan bastante bien, eso es bueno, los empleados deben mantener una buena comunicación para sacar a flote su trabajo. ¿Cuánto lleva aquí?- pregunté.

-Aproxidamente mes y medio Fernanda.- Guardé silencio, Alexandra nunca me comentó personalmente, ni por correo o llamada, de la contratación de la doctora. Si bien tenía carta libre para tomar ciertas decisiones sin consultarme, no debía ocultarme el hecho de que alguien ajeno estuviera viviendo en mi propiedad.

-Relativamente es poco tiempo. La cuestión doctora Duarte, es que no sé bajo qué acuerdos o circunstancias fue contratada por la ingeniera Cohen- enfaticé el usted y les hablé a ambas por su título profesional y apellido, para que evitará cualquier tipo de confianza, quería una barrera clara entre ella y yo. -pero todo eso queda completamente anulado en este momento. Ahora yo soy su jefa inmediata, me estará informando sobre todas y cada una de las actividades que realiza dentro de este lugar, ¿está claro?.- tensé el ambiente entre nosotras, ella estaba sorprendida, porque no esperaba esto y Alexandra no entendía qué sucedía. –Tranquila, no la estoy despidiéndo, solo busco conocerla.-

-Patrona, tiene una llamada de la Señorita Oporto.- intervino una de las muchachas del servicio de la casa.

-Ahora no Lupe, estoy ocupada. Dígale que más tarde me comunico. –Lupe se retiró. -Hableme de usted, ¿dónde estudió doctora Duarte?- Se disponía a responder cuando, Alexandra intervino.

-Es egresada de la Universidad Nacional, graduada por promedio y con…

-Ingeniera Cohen, probablemente nos podríamos haber evítado este momento si me hubiera informado oportunamente, dado que no lo hizo, permítame hacerlo a mi manera.- dije mirándola fijamente, molesta. –Duarte, considere este desayuno su entrevista de trabajo. Establecido el punto, repito la pregunta, ¿Dónde estudió?.-

-Soy Médico Veterinario Zootecnista por la Universidad Nacional, me gradué por promedio y con honores.- dijo evidentemente nerviosa.

-¿Cuenta con alguna maestría o especilidad?.- pregunté mientras ingería mis alimentos, aunque en realidad no tenía apetito.

-Maestría no tengo, me especialicé en Producción Animal y tengo un par de diplomados en Bienestar y Control de Alimentos de Origen Animal y Técnicas Reproductivas.-

-Muy bien, ¿dónde ha trabajado antes?.-

-En granjas de línea de producción de carne en corral de engorda.-

-Interesante.- Guardé silencio un momento, intentando entender el motivo profesional por el cual Alexandra la tenía aquí, no pensaba mantener a una persona que no cumpliera el perfil que necesitaba para tener a cargo los animales de mi propiedad. –Espero que la ingeniera Cohen le haya mencionado cómo funciona la Finca, tratamos de optimizar todo lo que nos ofrezca. Engordar mi ganado que como habrá visto es relativamente pequeño, no me interesa. Quizá un control en técnicas reproductivas sea de utilidad. Para la familia, como para el trabajo, los caballos son muy importantes, debe considerarlos su prioridad. ¿Qué experiencia tiene en específico con estos animales?- Pregunté tratando de verme y sonar más amable.

-Toda la que el trabajo me ha ofrecido, como le comenté en las granjas donde me he desarrollado profesionalmente, he tenido la oportunidad de llevar acabo de manera exitosa el incremento de animales gracias a la aplicación de inseminaciones, eso sería de gran ayuda en su finca dado que lo ue se busca es que sea sustentable en un porcentaje mayor.- Respondió ella manteniendo la calma, pero erguida de tal manera que podía verse la tensión que tenía encima.

-Sí, parece una buena idea. Le pregunto en específico por estos animales ya que la familia tiene planeado invertir fuertemente en varios ejemplares pura sangre, principalmente para trabajar con mi madre, Contanza De la Parra y tiene que ser un profesional con amplio conociemiento de ellos, nos sentiríamos más seguros. Además, nunca hemos creído necesario que el veterinario viva en la Finca, se hace el monitoreo externamente viniendo cada dos semanas ya que José y su hijo Pablo son los encargados de ejecutar las instrucciones del doctor, se solicita presencia inmediata y de 24hrs, cuando algún animal preñado está en labor.- Las mujeres sentadas en mi mesa palidecieron.

-Entiendo Arquitecta Salvatierra, puede que no considere mi CV brillante, pero puede estar segura que soy una profesional y amante de mi campo, sus animales están en buenas manos, puede dormir tranquila.- Levanté una ceja ante semejante comentario, pero evité cualquier comentario.

-Duermo tranquila, gracias por su preocupación. No se trata que me deslumbre con un CV con numerosas maestrías, que tampoco tiene nada de malo. Convénzame de que usted es la indicada para dejar a su cargo a los animales de mi propiedad. La casa de huéspedes, ¿la encuentra cómoda? ¿Hay algo que necesite? ¿Todo en orden? La remodelé en mi último año de estudios, espero le guste el estilo.-

-Es una casa muy bonita de impecable gusto, todo se encuentra perfectamente, gracias por preguntar.-

-De nada, es mi deber, ¿qué clase de jefa sería al no hacerlo?.- dije evitando que mi sarcasmo fuera tan evidente. –La veré después de la comida, con su programa de trabajo, esperando que mi nueva propuesta laboral cumpla sus expectativas.-

-Patrona- interrumpió Lupe nuevamente. –La licenciada Rebeca Santos desea hablar con usted.- Tomé el telefono y me levanté para hablar libremente. No era urgente, pero fue un buen momento para hacer mi retirada.

-Debo seguir con esta llamada en mi despacho, lamento abandonar la mesa, pero tengo varios pendientes antes de vover a NY. Doctora no olvide nuestra cita y por favor sea puntual. Ingeniera, en cuanto termine de desayunar reunase conmigo, necesitamos ver algunos puntos. Provecho.- Y me retiré del lugar.

No había terminado de llegar a mi despacho cuando ya había colgado. Esperé lo que me pareció una eternidad, terminé de leer la estretegia comercial, dada la expansión que estabamos llevando a cabo renovaríamos nuestra imagen, ahora seríamos “Salvatierra De la Parra Entreprises”, logos más estilizados, colores, etiquetas, la campaña de estaba por arrancar y tenía muchas cosas que definir, siempre he creído que en los detalles, esta el éxito. Repasé los puntos que quería ver con Alex y vi algunos huecos, que sabía podía ocupar a mi favor y sin duda lo haría, odiaba saber que tuviera algo con Duarte.

-Adelante.- dije un sin mucho ánimo, soné fastidiada.

-Arquitecta Salvatierra, aquí estoy como me requirió.- respondió Alexandra.

-Tome asiento y deme su informe.- le señalé la silla delante de mi escritorio.

-Estoy empezando las pruebas de PH para la siguiente plantación, vamos a vitaminar las zonas que se necesiten.-

-Quiero que me organice una cata para veamos como van madurando los vinos de mi nueva línea.-

-Así será Arquitecta, en términos generales la Finca va bien, es una época tranquila, ya tendremos más carga de trabajo en unos meses.-

-Muy bien, me parece perfecto podemos aprovechar para que se vaya a Francia.-

-Ese viaje lo tenía planeado dentro de un mes Arquitecta.-

-No veo nada urgente que tenga que atender aquí ¿o sí? Si era un mes, ahora es a una semana. Me sentiría más tranquila si nuevamente realiza las pruebas de PH y vemos como están resultando los tratamientos que se le han estado dando la tierra. Además habiamos acordado que sembrariamos sepas de nuestra Finca, pero mi padre cree conveniente, que sembremos solo sepas de la región, y mi madre opina que ambas me parece una buena idea y quiero que corteje con resultados en mano, cuales sepas de ambas regiones son las que mejor se pueden dar.-

-Entiendo Arquitecta, se hará como usted quiera.-

-Sólo como debe ser Ingeniera. Añada a su cronograma, que una vez que usted termine eso se reunirá conmigo en NY para que definamos las sepas y las áreas que ocuparan en esta Finca.-

-Arquitecta eso sale un poco de mis tiempos, de Francia tengo que volver aquí para ver los resultados de las pruebas que haré esta semana para ver si el listoneo marcado sigue funcionando igual o cambia.-

-No veo problema Ingeniera, de Francia vuelve a la Finca, toma los resultados y me alcanza en NY y trabajamos ambas Fincas.-

-Me parece que eso lo podríamos llevar por correo Arquitecta.-

-Sí podríamos, pero prefiero que lo hagamos allá, por mi estudios no puedo estar aquí, así que se hará como le estoy indicando. Para ese momento ya tendré definida la campaña de marketing, la introduciré y verá la parte que le corresponde en todo eso, para que lo anexe a su programa de trabajo.- la vi pensativa, fingiendo leer unos papeles que en realidad no leía.

-¿Por cuánto tiempo cree que será mi estadía allá?- respondió secamente al fin.

-El tiempo necesario para realizar el trabajo. ¿Hay algún problema? O ¿Algún asunto que tenga que resolver aquí? Si es así dígame y veamos que se puede hacer.- Mirándola fijamente y un tanto molesta, porque veía la resistencia de ella al alejarse de la Finca y sabía el motivo.

-Nada en especial, es solo que estoy acostumbrada a trabajar aquí, es todo.- Respondió no ocultando su molestia.

-¿Por qué contrató a Duarte?- solté al fin.

-Necesitamos que un médico especializado de seguimiento y cuide en particular de todos los animales.-

-¿Por qué ella, que tiene de especial?- repetí con cierta envidia.

-Puso en mis manos algo muy valioso para usted y su familia en todos los sentidos. Si bien debo concentrarme en la producción de vino, cuidar la tierra, mejorar la calidad y los procesos. La Finca se sostiene por si sola, porque económicamente el lugar da para eso. Hay una diferencia entre economía y sustentabilidad, usted Arquitecta sabe que son dos cosas completamente distintas.- dijo tranquilamente, pero sin hacer contacto visual, aunque yo mantenía fija mi mirada en ella.

-No me interesa involucrarme en la ganadería.- dije tajantemente sin ganas de seguir por esa línea.

-Ni a mi, pero consideré las cabezas de ganado que tenemos, son solo de adorno. No se aprovecha al 100% la leche de las vacas ni sus derivados, ni hablar de las aves y los puercos. Tiene parcelas que pueden producir más y mejor, y todo de manera completamente orgánica, natural, arquitecta usted es una mujer de números, piense en todo el dinero que podemos ahorrar e invertirlo en otras tecnologías para la Finca.- esta mujer por Dios era perfecta, bella e inteligente. Me habló con una seguridad y una pasión de proyecto, de amar su trabajo. Ella también tenía visión empresarial y eso me mató. Sus ojos brillaron cuando habló de las parcelas, que le compré la idea sin pensarlo. La dejaría jugar al agricultor, pero no le daría la satisfacción de verme rendida a su inteligencia, dejaría la sonrisa que su plan me provocó solo para mis adentros y no todo sería tan fácil.

-Le doy seis meses y si no veo algún progreso importante, se cancela el proyecto.- dije ninguneando su maravillosa idea. –El vino debe ser su prioridad, no quiero que lo descuide o no le preste atención necesaria por estar jugando en las parcelas. Quiero antes de irme un plan de trabajo sobre esto, ¿entendido?.- dije apoyando mi codo sobre el brazo de mi silla y acariciando mi barbilla.

-Cuente con ello, gracias.- dijo sonriendo para mi por primera vez desde que llegué.

-Sobre la doctora Duarte, aún no tomó una decisión, será después de la entrevista que tenga con ella. No estoy convencida de quererla en mi equipo de trabajo y menos de tenerla en mis tierras.- con esto borré la sonrisa y felicidad que Alexa hasta ese momento tenía.

-Entiendo que tenga sus dudas al respecto, pero Pamela es…- la interrumpí. Me dolía escucharla hablar de ella en lo más profundo, la tuteaba, la defendía ¿tan enserio iban en tan poco tiempo?

-Eso me lo deja a mi.- dije cambiando completamente mi tono, dejando entre ver mi enojo. –Como usted bien dijo hace un momento, puse en sus manos lo más valioso que poseo y por lo mismo necesito saber quién y qué tipo de persona entra a mi casa. Esta es la última vez que esto sucede o puede darse por despedida. Una más y así tenga la cosecha encima usted se va. Carta abierta a hacer lo que le pegué en gana, no incluye que me oculte este tipo de información.- Me levanté de la silla echa una furia, más que furiosa estaba celosa, pero no podía delatarme. -¿Qué estaba pasando por su cabeza?.- quedando detrás de ella.

-Sólo esperaba tiempo para con resultado en mano, como le gusta a usted, darle la propuesta.- respondiendo y utilizando el mismo tono elevado al mío.

-Pues no haga cosas buenas que parezcan malas- dije acercandome más a ella, bajando mi tono y casi rosando sus labios para besarla. Ella lo intuyó y se puso nerviosa, pero no se retiró. Besarla no era un lujo que podía darme, me contuve y le di la espalda. –Como ya le dije, espero que esto no vuelva a suceder. La familia está muy complacida de trabajar con usted, sigamos con esta buena relación. La veo más tarde, con permiso.- Y salí de mi despacho arrepintiéndome de lo que no pasó.

Me fui a los establos y aseé a mis caballos. Ensillé a Rey y comencé a hacer algunos saltos con él por un buen rato, luego tomé a Tifón y nos fuímos a dar la vuelta por toda la Finca. No regresé a casa hasta que el sol comenzó a acultarse. Llegué bastante relajada, porque si bien dejaría a Alex con su proyecto en las parcelas, el ganado era una cosa muy diferente. Debía tratarla y mientras yo estuviera en la finca haría todo lo posible no tendrían tiempo de estar la una con la otra.

-Disculpe la demora Duarte, me gusta encargarme y revisar personalmente de muchas cosas aquí en la Finca. ¿Lleva mucho tiempo esperándo?- Dije amigablemente, Duarte estaba esperandome en la sala.

-No se preocupe Arquitecta, entiendo lo ocupada que está. Nunca, había estado aquí y es lugar muy agradable.- Respondió nerviosamente y levantandose como temiendo arruinar la sala. No la había tratado nada y solo por las dos veces que nos habíamos visto podía deducir que era una mujer a la que intimidaba con facilidad, no le había hecho algo, pero estaba desesperada por caerme bien, como si yo tuviera que aprobarle cada acción.

-Espero que pueda conocerlo por completo un día. Acompeñame a mi oficina, sígame.- Entramos y le indiqué que tomara asiento frente a mi. -¿Le ofrezco algo de beber?- Mientras me servía un whisky.

-Solo agua por favor.- Respondió tensa.

-La ingeniera Cohen me ha explicado por qué está aquí aunque francamente, no me interesa el proyecto ganadero. Soy viticultora y me gusta, los animales si no son los caballos pasan a segundo plano.-

-Entiendo claramente, Alexa me explicó que usted había accedido a darnos seis meses de prueba.-

-Creo que la ingeniera me entendió mal o no expliqué bien esa parte, ella y las parcelas tienen seis meses para dar resultados. Usted es asunto aparte.- y su calor cambio estrepitosamente. –Necesito escuchar que piensa de eso mi padre y tomar una decisión.-

-Entiendo Arquitecta que no es solo una decisión suya, pero como puede ver en mi plan de trab…-

-Es una decisón completa y absolutamente mía. Esta finca y todo que hay en ella me pertenece, lo que haga o deje de hacer es mi decisión y no necesito la autorización de nadie. Lo hago porque siempre es bueno tener una segunda opinión, una excelente segunda opinión.- respondí firme, sin levantar la voz, mirandola fijamente, dejandole claro que terreno estaba pisando, si es que aún no le quedaba claro. –Tiene tres meses para resultados positivos, por el contrario entenderá que se suspenderá el proyecto y habrá de adecuarse al plan que ya teníamos establecido anteriormente. ¿Está claro? ¿Alguna pregunta?.- Asintió con la cabeza, pero no del todo convencida.

-Arquitecta Salvatierra, ¿tengo qué dejar la Finca? Porque si es así, necesito tiempo para buscar un lugar en dónde alojarme, además de qué necesitaba tiempo para buscar una escuela para mi hermana.- Guardé silencio y traté de entender la situación, si bien no la quería cerca de Alexandra, no sabía nada personal de ella, más lo que leía en si CV.

-Entendí que su hermana estaba de vacaciones aquí, no que viviera con usted, ¿algo que deba saber?-

-Mis padres murieron cuando tenía 13 años, mi hermana era un bebé, fuimos críadas por mi abuela. Yo estuve trabajando lejos de ellas pero hace casi dos años que mi abuela falleció y me he ocupado por completo de mi hermana y bueno necesito tener claro mi situación laboral, porque debo principalmente pensar en el bienestar de ella.- Me sentí un tanto mal, pues era una situación dificil, no la quería ahí, pero tampoco podía echarla sabiendo esto.

-¿Qué edad tiene su hermana?- pregunté.

-Dieciocho, está viendo sus opciones en la Universidad Estatal para ingresar a la carrera de medicina.-

-Bien, le daré más tiempo a su proyecto. Funcione o no, necesitamo el estado de mis animales, ya le estaré informando en lo posterior sobre otros proyectos de mi madre y ya veremos sobre la marcha si la incluímos a Francia, pero no se preocupe, si trabaja como las referencias que tiene lo indican, tendremos una buena relacion de trabajo. Sobre su hermana, le ofrezco una de las becas “Luisa Aguilar de Salvatierra” plátiquelo con ella y hagame saber su decisión. Firmará un nuevo contrato, no cambia mucho sobre lo que negocio con Alexandra Cohen, con la diferencia de que su jefa inmediata soy yo y haré algunos ajustes al sueldo que percibe actualmente, ¿le parece?.- dí un trago largo a mi whisky.

-No sé qué decir, debo pensar altunas cosas.-

-Adelante, nos reunimos para cenar, ahora si me disculpa debo hacer algunas llamadas.-

-Entiendo, muchas gracias. Con su permiso.- Y salió del mi oficina, visiblemente más tranquila y hasta más liviana.

Hablé con Lorena y a grandes rasgos le platiqué lo que había sucedido desde mi llegada. Ni yo entendía cómo pretendía mantenerla alejada de Alexandra, ofreciéndole semejante cosa. Tampoco por qué quería alejar a Alexandra de ella si yo estaba con Patricia y por qué aún seguía con Patricia. Necesitaba consejo también sobre si hablar con Mauricio antes proceder contra su padre o después, porque si bien Maurico estaba llevando una vida alejado de ellos, eso no implicaba que dejará de quererlos, finalmente eran sus padres. Sería una situacióndifícil.

-Disculpen mi tardanza, perdí la noción del tiempo.- Dije llegando a tomar asiento a la mesa. –Tita, evita el retraso de la cena sin importar si estoy o no aquí, no pueden estar esperando a que decida aparecer, te lo encargo por favor.- le sonreí, no en fue un regaño, solo quería hacerle ver lo incómodo que era que estuvieran esperándome, a algo que en la mayoría de las veces me apetecía hacer sola, o solo preferiría hacerlo con Alexandra.

-No se preocupe Arquitecta, pocas veces está usted aquí, es un gusto compartir con usted.- comentó Pamela.

-Muchas gracias Doctora, les agradezco su compañía y espera. Tita, por favor que sirvan ya.-

Comimos en silencio, algo un tanto estresante, sentí que las hermanas Duarte y hasta la misma Alexandra me veían como una antisocial (en el mejor de los casos) en el peor era una persona, pesada, sumamente desagradable a la tenían que tolerar por ser su jefa. Aunque no me interesaba hablar, debía quitar esa nube de tensión.

-Señorita Andrea, su hermana ya le comentó acerca de la beca, espero lo considere es una excelente oportunidad.- comenté.

-Así es Arquitecta, es muy amable de su parte, es solo que mi hermana me dijo de la situación laboral y prefiero aplicar a la Universidad Nacional y evitar que la situación eso interrumpa mis estudios.- respondió la chica sin titubear, pero sin verme a la cara, un poco cohibida.

-Entiendo.- Respondí secamente y guardé silencio. El ambiente se tensó por completo. –No sé qué diablos pasa últimamente, o yo no me explicó correctamente o la gente no entiende.- dije un tanto exasperada e irritada. –Lupe, un whisky por favor, traiga la botella y la caja plateada que está sobre mi escritorio.- Respiré hondo.- Esto se está convirtiendo en un teléfono descompuesto, estoy sintiendo mucho drama en el ambiente y no estamos para eso, hay mucho qué hacer como para estarnos preocupando por nimiedades. Me gustan las cosas directas, al grano. Espero que sea la última vez que hablemos esto.-

-Patrona, su bebida.- Tomé mi whisky y la cajita, dejó la botella con otros vasos sobre la mesa. –Tengo en la línea a la Lic. Rebeca.-

-Permítanme un momento.- Tomé el teléfono, sin pararme de la mesa. –Buenas noches Rebeca, ¿todo bien?... –di un buen trago a mi bebida. -Lo había olvidado, muchas gracias… Ok, si hay forma de que las materias de diseño estén en la mañana y las de finanzas en la tarde el mismo día, por mí no hay problema, es mejor. Si no se puede y tengo que asistir como hasta ahora diario, ve que se intercambien lunes, miércoles, viernes y martes, jueves, sábado. Sin clases después de las 2pm, máximo 3pm…………………………. Es correcto, envíele el correo a mi padre, para que autoricé la transacción……………………………………… Rebeca, muchas gracias. No sé qué haría sin su ayuda, pero es hora de que delegue esas cuestiones, no es más mi asistente, es la Directora de Operaciones Adminitrativas, no lo olvide. Búsqueme una nueva asistente, lo dejo a su elección, ha desempeñado esas funciones y sabe perfectamente qué necesito, deme solo tres candidatos…………….. Hable con Andrews y resérveme dos horas diarias semana laboral con él. Gracias, igualmente. Buenas noches.- Colgué el teléfono y bebí nuevamente. –Disculpen, ahora sí pongamos orden.- saqué de la cajita plateada un cigarro blanco. -En un inicio, Alexandra Cohen me dio una idea general del proyecto que se pretende llevar a cabo. Lo analicé y decidí separar los proyectos para verlos con objetividad, usted ingeniera como usted doctora, tendrán sus períodos de prueba para darme resultados, si son prometedores, seguirán adelante, de lo contrario se cancelarán y volverán a las funciones que tenían previamente. Ciertamente, nunca he visto necesario que el veterinario viva aquí, nunca ha sucedido, pero eso puede cambiar. Independientemente de si su proyecto ganadero funciona o no, usted está contratada por un año, generalmente solo ofrezco seis meses, pero para que usted tenga tiempo y sea un trato justo lo he extendido a un año, diferente al que tiene la Ingeniera Cohen, que es más vitalicio, prácticamente se casó conmigo –y al decir esto la miré a los ojos y tomé su mano para hacer el momento más “divertido” y sobre todo para ver las reacciones en ambas. -al aceptar el cargo de Directora de General de Producción de las Fincas Salvatierra.- Di un trago más largo y terminé mi whisky para enseguida dar la señal que me sirvieran otro, me sentía un tanto ansiosa. Alexandra estaba roja como un tomate, mientras desde mi perspectiva Duarte no había intuido otra cosa. -Espero no les molesté, yo he terminado. Lupe, por favor retiré mi servicio. Salvatierra de la Parra Enterprises, patrocinará un equipo de hípica para mi madre. Así que en cuestión de tiempo, irán llegando tanto en esta Finca como en la de Francia varios ejemplares pura sangre, a los que tendrá bajo su cuidado, al menos los de aquí por el momento, así como otros caballos de trabajo, que se ocuparán para cuestiones que en su tiempo sabrá. Puede entender con esto Duarte- dirigiéndome directamente a ella, sin soltar la mano de Alexandra -que independientemente del proyecto ganadero, la estoy considerando en mi equipo de trabajo, por largo tiempo, daré mi voto de confianza a aquello que la ingeniera Cohen vio en usted… profesionalmente, claro. Así que como podrá ver, le estaría fallando no a una, sino a dos personas.- Guardé silencio durante un momento, esperando que Lupe y María recogieran el servicio. – ¿Me acompañan con un whisky?-

-Muchas gracias Arquitecta, con el vino es suficiente.- respondió Duarte.

-¿Ingeniera?-

-Sí, gracias.-

-No sabía que bebías Alex, creí que no te gustaba.- ese comentario, me resultó divertido, pareciera que le reclamaba sutilmente por hacer algo que a ella no le gusta.

-Gusto de ciertas bebidas en algunas ocasiones.- y su cruce de miradas un tanto fastidioso.

-Ocasiones especiales.- sonreí muy triunfante, algo que solo para mi tenía sentido.-Aquí tiene, disfrútelo.- dejé el vaso frente a ella y al regresar a mi asiento, por alguna razón pasé mi mano por su espada y vi como sus brazos se erizaron. Me senté y encendí otro cigarro.

-En un año a partir de que firme el nuevo contrato, discutiremos sobre el trabajo que haya realizado y si las dos partes estamos de acuerdo, se le hará una extensión y si no ahí terminará nuestra relación. Es muy sencillo y claro.-

-Eso Arquitecta, es lo que me preocupa, que mi trabajo no se sea suficiente y mi hermana tenga que interrumpir sus estudios, yo no estoy en condiciones de pagar una colegiatura excesiva, aún si ella tuviera una beca, lo cual ya es bastante generoso.-

-No veo ningún problema. Nuestras empresas por primera vez otorgarán directamente la beca “Luisa Aguilar de Salvatierra” en honor a mi abuela, mujer siempre ocupada y preocupada en ayudar a los demás. Serán tres becas para hijos de nuestros empleados, y dos para convocatoria abierta, un total de cinco jóvenes beneficiados anualmente, hasta que finalicen sus estudios. Nos haremos cargo de la colegiatura, materiales, alimentación y vestido, como ve totalmente cubiertas. Independientemente de que su hermana trabaje para nosotros o no, esa beca se mantendrá hasta que usted finalice sus estudios, así sea una carrera extensa como lo es medicina. Sólo pedimos que mantengan un buen promedio, que sigan el plan diseñado que les evite desertar y someterse a exámenes doping regular y sorpresivamente. Creo que no pedimos nada especial, solo muchachos que realmente quieran estudiar y ser profesionistas.-

-Es una oferta muy generosa, Arquitecta, y si mi hermana está de acuerdo, yo la tomo.- dijo la joven muy emocionada.

-Entiendo que aún tengan cosas por platicar y espero acepte. Hágame saber su respuesta cuando esté lista, debo mandarla a tomar un examen de orientación vocacional, un perfil psicológico y uno de conocimientos, para escogerle la Universidad que más se acomode a sus aptitudes.-

-Muchas gracias Arquitecta, es usted muy generosa, esto es más de lo que imaginaba con una beca.- Dijo al fin Duarte, después de mi discurso, (efectivamente era parte del discurso que estaba preparando para dar a conocer los de las becas en el corporativo)..

-No solo es cosa mía, principalmente es por mi abuela, ella siempre decía que había que hacer el bien sin mirar a quién y sobre todo ayudar, pero ayudar bien, si no mejor no hacerlo. Espero su respuesta. Y Alexandra, tenemos pendientes, la veo en mi despacho, no tarde. Con su permiso.- me levanté de la mesa y me fui a mi oficina.

Estaba bastante retorcida mi mente, estaba completamente confundida acerca de las situaciones que estaba viviendo. No pasaron más de quince minutos cuando Alex, llegó a mi oficina, no había gran cosa de que hablar o algo que fuera muy importante, pero la idea de que pasara la noche con Duarte me mataba en vida, lenta y dolorosamente. Le comenté la idea de los recorridos en los viñedos y procesos que utilizábamos para el vino, para acercar más a nuestros consumidores, vendría de la mano como parte de la nueva campaña que estaba en camino. No resultó tan malo, pues Alexandra siempre aportaba y tenía idas para mejorar lo que yo creía ya, eran buenas ideas.

-Empate los calendarios para que después del lanzamiento y publicidad se enlacen los recorridos y catas especiales, se lo envío mañana por la mañana después de mis correcciones, haga las observaciones pertinentes y vea que las fechas cuadren, no quiero retrasos.-

-Me parece bien, en cuanto lo tenga se lo presento para su visto bueno.- Me levanté para dejar el vaso junto a la bandeja de licores.

-Yo creo que por hoy es todo, lamento haberla desvelado.- Alex se levantó y me acerqué a ella.

-Ninguna molestia Arquitecta, ha sido muy productivo, de hecho fue mejor porque avanzamos bastante. Me retiro, buenas noches.- me extendió su mano, yo la tomé y la acerqué a mí.

-Buenas noches Alexandra.- Y sin pensarlo tanto, la besé.

Beso que lo tomó por sorpresa, sólo eran nuestros labios unidos, pero ella no me correspondía, mi corazón comenzó a latir rápida y fuertemente, ya que nunca esperé esta reacción. Me despegué un momento y volví a besarla nuevamente, una y otra vez, pero no podía notar un cambio favorable en ella. Rodeé su cintura con mi brazo y pegué su cuerpo al mío, mi otra mano la llevé a su nuca para de alguna manera tener más control. Mi mirada le gritaba lo que mis labios callaban, si bien Alexandra no me correspondía, tampoco hacía algo por retirarse, me acerqué nuevamente a besarla, pero esta vez, no despegué mis labios del todo, seguía rozando sus labios con los míos de arriba hacia abajo, despacio, en un intento para que ella correspondiera mi beso, pero no pasaba nada, aunque cada vez que lo hacía notaba el cambio en su respiración, ella se mantenía renuente a corresponderme, sus finos, delicados y suaves labios me ponían loca, comenzaba a desesperarme, porque la besaba tan despacio y con la pasión que tenía contenida y ella parecía no sentirme. En un intento más desesperado, comencé tímidamente a rozar sus labios con la punta de mi lengua, al primer contacto, ella se sobresaltó en mis brazos, colocó sus manos sobre mis hombros intentado alejarse, pero yo me aferré más a ella para evitarlo y seguí acariciando mis labios junto a los de ella, forcejamos unos instates en los que en ningún momento dejé de besarla, volví a jugar con mi lengua en su boca y fue la misma reacción, ella cerró aún más sus labios, como cuando los bebés se niegan a comer algo que no les gusta. Seguí dandole cortos besos y succionado sus labios esperando poder abrirlos, introduje la punta de mi lengua una vez más y un suspiro de rendimiento salió de Alexandra, se dejó vencer por mis besos y con todas sus fuerzas se aferró a mi cuello con sus brazos. Por fin y despues de un tiempo que me pareció interminable, me correspondió. Nos besabamos tan intensa y pasionalmente que todo a nuestro alredor parecía tan pequeño e insignificante, por un momento tuve claro el propósito de mi vida y para qué es que me esforzaba tanto. Eran demasiadas las ansias de tenernos así, podríamos estar toda esta y las siguientes vidas besándonos y jamás saciarnos. La senté en el escritorio y ella me abrazó por la cintura con sus piernas. Bien podríamos haber hecho el amor ahí mismo, pero sólo queríamos besarnos, lento y profundo, rápido y desesperado, corto y tierno, de todas las formas posibles en que una pueda besar y ser besada. Pasó quien sabe cuánto tiempo, estabamos frente a frente con los labios hinchados a más no poder, ardiendo de deseo.

-Tengo que irme a descansar Fernanda- dijo finalmente ella.

-Quédate un rato más, por favor. Te quiero conmigo.- y volví a besarla.

-¿Por qué me haces esto? Deja de jugar conmigo.- se levantó rompiéndo el momento que teníamos. No respondí nada, la seguí y abracé por detrás.

-No digas eso, no seas tonta. Tú eres todo para mí, todo, menos un juego. No sé que me pasa contigo, que por más que lo intento no puede mantenerme lejos.-

No hablamos más, nos abrazamos y nos acurrucamos en el sillón de mi despacho, me sentía tan liviana con ella, que todo a mi alrededor desaparecía. Su cabeza reposaba en mi pecho y podía exhalar ese perfume citrico, muy fresco, creo que usabamos el mismo. En algún momento el sueño nos venció y no fue hasta que la luz de la mañana comenzó a entrar lo que nos despertó.

-Debo irme, antes de que alguien note que dormimos juntas aquí.- dijo ella levantándose.

-No me importa, que se enteren, si a alguien le molesta, pues que se vaya, para eso soy dueña ¿no?- dije aún somnolienta.

-Dejemos la conversación aquí, voy a bañarme.-

-No hay un beso de buenos días.-

-La veo en el desayuno, Arquitecta.- y salió del lugar con un cambio de actitud, obviando lo sucedido en la noche. Espere un momento y me dirigí también a mi habitación.

-Mi niña tan temprano trabajando, debes descansar, te vas a enfermar.- dijo Tita al verme sorprendida por la hora.

-La que se va a enfermar es otra, nana deja que las muchachas se encarguen de la casa, ¿necesitas más personal?- pregunte mientras la tomaba del brazo para caminar.

-Nada de eso, es la costumbre mi niña. Lo he hecho desde chamaca, es dificil cambiar los hábitos. Ven te preparo un café.-

-No Tita, voy a descansar. La ingeniera y yo estuvimos viendo muchas cosas de trabajo y se nos fue el tiempo, paramos a descansar. Un favor, escuchame bien. Vamos a dormir hasta tarde, terminamos rendidas, no dejes que nadie entre o suba a esta casa hasta que yo te dé la orden, nadie nana, no quiero ruido o movimiento. Yo te aviso cuando nos subas el desayuno y Tita por favor, nadie entra.- dije mirándola fija y profundamente, encomendándoselo como única tarea.

-Claro que sí niña, yo me encargo de eso.- le di un beso a Tita y subí a las habitaciones.

Entré sin encender la luz, me quité la ropa quedandome completanmente desnuda. Escuchaba el agua caer de la regadera y el vapor inundaba el baño, abrí el cancel y entre.

-Fernanda, ¿qué haces aquí?- dijo Alex sorprendida, tratando de cubrir su desnudez con sus manos.

-Te fuiste sin besarme y eso no es educado.- la tomé por la cintura, subiendo mis manos por su espalda, ella me tomó por la cara, haciendo mi cabello para atrás. Bajé mis manos por sus caderas para llegar a sus nalgas y juntarla más a mi dándole pequeños besos en su cuello.

-Fernanda, ¿qué pretendes con todo esto?- dijo juntando su frente a la mía.

-Nada, no pretendo nada. Es sólo que no puedo permanecer lejos de ti. Me alteras, me elevas, me dominas, me ma...

Bastaron esas palabras para besarnos una vez más, introdujé un par de dedos sin aviso, y ella mordió mis labios, intentando ahogar su gemido.

-Esto es por mí.- pasando mis labios por su cuello, mientras volvía a introducir mis dedos en ella y podía sentir lo mojada que se encontraba

-Es todo por y para ti- dijo en susurro a mi oído, abrazándose a mi cuerpo.

La tenía ahí lista para mi, pero no se la pondría tan fácil, después de todo lo que me había hecho sufrir desde que llegue a la Finca. Quería disfrutar de ella y de su cuerpo, me parecía una eternidad desde la última vez que la tuve así. Saqué mis dedos y los llevé a mi boca juguetonamente, mientras ella me miraba con ojos de excitación, aunque el agua caía y los limpiaba, el sabor de Alex, permanecía como en lo mejores vinos. Lavé su cabello y todo su cuerpo, algo que en un principio la desconcertó, pero mis manos que hacían algo más que “asearla”, sentían como su excitanción la torturaba.Tomé un poco más de jabón sobre la palma de mi mano y la pasé por sus labios mayores. Dio un pequeño brinco y su mirada me suplicaba que fuera más lejos. La besé halando su labio inferior. Tomé nuevamente el shampoo y dandole la espalda comencé a tallar mi cabello, las manos de Alex me tomaron por las caderas acercándome a su pubis, mordí mi labio, evitando expresar mi gemido. Comenzó a mover sus manos en círculos y así bajar por mis muslos. Mi piel se erizo y me mojé al pensar dónde los podría llevar. Subió sus manos lentamente hasta llegar a mis senos, comenzó a masajearlos de una forma tan sensual, que solo pude echar mi cabeza para atrás y disfrutarlo mientras la espuma corría por mi cuerpo. Bajó nuevamente su mano hasta llegar a mi monte venus, y posó la palma de su mano, estimulando superficialmente a mi clitoris, me haría suya si no la paraba. Abrí las llaves, regulé el agua y comenzamos a quitarnos el jabón que teníamos, las intenciones de Alexa no terminarían ahí pues siguió provocándome. Muriéndome del deseo fui la primera en salir del aquel espacio para secarme, pero fue mayor mi sorpresa cuando al estar enrollándome en la toalla, ella la jaló de mi tomándome por la cintura.

-Me vas a decir que sólo viniste a tomar un baño.- dijo Alexa, mientras yo rodeaba su cuello.

-No vine a tomar algo, vine a que alguien me tomara...- Respondí lista para besarla.

Así, con nuestros cuerpos aún mojados, entre besos me llevó hasta la cama, nos tiramos y nos fundimos en besos llenos de pasión y ansia. Mis manos recorrían de arriba a abajo su espalda, solo con besos y caricias estábamos por llegar al climax y al Alex presentirlo, con un movimiento rápido y preciso se montó sobre mi. Nuestras vaginas se encontraron y en sus ojos veía como se iba perdiendo en un espiral de placer, me excitaba tanto esa imagen de ella, tan dominante y turbia. Volvió a besarme y apretó mis senos, mordió mi labio inferior y comenzó a mover sus caderas lentamente y en círculos. Llevé mis manos a sus caderas para seguir su movimiento, mi clitoris comenzó a palpitarme y dolerme a la vez, así de fuertes eran las sensaciones que ella provocaba en mi. Mis caderas también la siguieron y sus movimientos me iban a matar porque lo hacia cada vez más lento, pero más profundo y marcado, veía el placer en sus gestos, esa manera en que fruncía su ceño, esos pequeños y suaves gemidos que daba, que intentaba callar apretando sus labios haciendo su respiración más pesada. Intenté levantarme para besar su cuello, pero ella me lo impidió, tomó mis manos y cambió el ritmo, comenzó a subirlo sin perder esa fuerza. Yo no aguantaría más, sentía mi orgasmo inminente, Alexandra estaba fuera de si, me cabalgaba de una manera espectacular, tenía una mirada oscura y excitante llena de deseo, entre más gemía yo, ella más fuerte y más rápido se movía, quería aguantar más, deseaba aguantar y terminar junto a ella, veía sus senos moverse a su ritmo hipnotizándome aún más, mis caderas estaban fuera de sí y mi espalda comenzaba a arquearse, nuestros gemidos eran fuertes estaba segura que podían escucharnos al menos en el piso de las habitaciones, notaba en Alex una fina capa de sudor causa del divino trabajo que hacía, justo cuando comencé a correrme solté un gemido fuerte y mi cuerpo se tensó, cerré los ojos y me dejé llevar, mientras sentía como el orgasmo de Alex se acercaba, me parecía imposible el ritmo al que ella se movía, estaba descontrolada, sus gemidos venían acompañados de palabras que no alcanzaba a entender, alargó mi orgasmo y me dio otro aún cuando el primero no terminaba, me sentía en el mismísimo paraíso. Comencé a sentir los jugos calientes, caer en mi mientras Alex rendida dejaba caer su cuerpo sobre el mío. Nuestras respiraciones estaban agitadas al mil por ciento, nuestros cuerpos sudaban. Comencé a darle, pequeños besos en la cabeza, bajando por su frente, logré ponerme sobre ella y seguí besándola, pase por su cuello embriagándome de su aroma y volví a sus labios. En un principio me recibieron agitados, pero que poco a poco se fueron calmando como nuestras respiraciones, estar entre las piernas de Alex me encantaba. Y de la misma manera que la besaba, así por momentos me movía entre ella, nuestras lenguas tenían su propia batalla en la que ninguna parecía dispuesta a rendirse. Bajé por su cuello y paré en sus senos donde me perdí entre los pezones claros y duros de Alex, pasaba mi lengua sobre la punta, la succionaba y ella gemía suavemente. Me tomaba del cabello y me apretaba más a ella. La tomé de las manos y las apreté fuertemente mientras le besaba los brazos por dentro y por fuera hasta los codos, sus costillas y volvía a sus senos y a su cuello. Le solté los brazos y bajé a su abdomen succionando su ombligo, su aroma de mujer llegó a mi y moría por probarla de primera mano así que sin demora bajé hasta su vagina y comencé a comérmela con profundidad, Alexandra lo quería pero no lo esperaba de esa manera, y gritó sin poder evitarlo, me excitó tanto que llevé mi mano y comencé a tocarme, no lo hacía muy a menudo pero lo hacia bien a secas, al menos para darme ese placer inmediato. Alex, apresaba mi cabeza con sus piernas, así que tuve dejar lo que estaba haciendo para sujetarme de sus piernas y poder tomar algo de aire, tomé con mis labios su clítoris hinchado y lo apreté un poco fuerte al instante ella se vino, sin poderlo evitar y yo tratando de que nada se desperdiciara bebí todo prolongando su orgasmo hasta limpiarla. Y así reposando mi cabeza bajo sus senos, me abracé a ella pidiendo tregua, calmando su respiración y agradeciendo al poder sentir el calor de su cuerpo.

-Extrañaba tanto estar así contigo.- dije apenas audible para nosotras y ella no respondió, lo cual me desconcertó y no dije nada más por un rato.

-Debemos ir a trabajar.- dijo al fin ella, intentando levantarse.

-No te preocupes por eso.- le respondí un tanto dormida.

-Nos esperan a desayunar.- replicó.

-Nadie nos espera, el desayuno se servirá a la hora de siempre estemos o no. Deja de preocuparte.- y subí para besarla, a lo que ella me esquivó.

-Bueno si no vamos a desayunar, ni vamos a trabajar, al menos hay que descansar.- dijo dándome la espalda y jalando el edredón, cubriendo su cuerpo alejándose de mi.

-¿Qué te pasa? Hasta hace unos minutos estábamos bien.- sabiendo un poco de qué iba toda esa actitud.

-Nunca hemos estado bien, es parte de lo que siempre haces. Quisiera estar sola, ya obtuviste lo que querías, puedes irte.- dijo en un tono, bastante frío e hiriente.

-¿Obtuve sola? Que yo recuerde, no te obligué y hasta donde recuerdo estabas muy encantada.-

-Bien, si no te vas tú, me voy yo.- levantándose de la cama.

-Alexandra debemos hablar, no podemos seguir así.-

-Lo mismo creo, no puedo dejar que vengas, pongas mi mundo de cabeza y luego te largues con tu novia, por favor vete.- no dije nada más, tomé solo una sábana y salí de ahí. Llegué a mi habitación, hice un par de llamadas y preparé mis cosas para irme de la finca lo antes posible. Le pedí algunas cosas a Tita y me puse a ver los correos del día. Alrededor del medio día, fui a los establos ensillé a Rey para dar un recorrido, antes de irme.

-Arquitecta, buenas tardes.- Dijo Duarte menor al verme. Junto a ella su hermana y Alexandra hablando a la distancia.

-Buenas tardes señorita, ya pensó algo de lo que hablamos ayer.- dije atenta, aunque no queriendo llegar a las otras dos mujeres.

-No tenía nada que pensar, sólo quería que mi hermana estuviera segura y aprobara su oferta y ya está.-

-Buenos días Arquitecta Salvatierra.-

-Duarte, buenos días. Me ha dicho su hermana que sí le dio permiso de aceptar la beca, hizo lo correcto, créame.- dije, mientras ignoraba a Alexandra.

-Lo sé y muchas gracias por este apoyo, Andrea así como la ve es muy aplicada, verá que no le quedará mal y aprovechará la beca. Me encargaré de tenerla bien vigilada.-

-Dejé que la chica resuelva las situaciones, dele independencia y responsabilidades, finalmente si no la aprovecha el daño será para ella, en fin. Disfruté Andrea de edtos días, que le vendrán unos días pesados con las pruebas. En la semana entrante le daré indicaciones para seguir el proceso.- y le brillaron los ojos a Duarte menor de la emoción a lo dicho.

-Permítame ofrecerle una cena esta noche, en nuestra casa, bueno teóricamente su casa, bueno usted entiende. Como una muestra de nuestro agradecimiento.- intervino Duarte mayor.

-No verdad que no tiene por qué, pero será en otro ocasión, estoy haciendo mi último recorrido, me voy hoy mismo, de hecho mi camioneta ya debe estar lista y no quiero perder mi vuelo. Estamos en contacto señoritas, con su permiso.- dije extendiendo mi mano para despedirme.

-La cata ya está casi lista Arquitecta, podemos ir empezando. Si e...- dije fingiendo no ponerle atención dandole la espalda y subiendo a mi hermoso.

-En otro momento, quizá venga exprés en dos semanas. Qué estén bien. Hasta luego.- y me fui de ahí.

Cuando llegué, Tita ya había hecho mi encargo. Ni siquiera me cambié, me despedí de mi nana y mi Rey. Le pedí a Pablo que me dejará manejar hasta el aeropuerto y abordé mi helicóptero.

Me instalé en la villa, abrí una botella de vino y me dispuse a seguir trabajando y a esperar. Después de algún tiempo escuché al helicóptero, estaba oscureciendo y un nudo de nervios se apoderó de mi. Los minutos me parecían una eternidad. Escuché la puerta abrirse y vi a Alexandra entrar por ella. Al verme el color le volvió, pero con ello la furia se hizo presente y comenzó a gritarme.

-¿Qué carajos te pasa? Sabes todo lo que me pasó por la cabeza, estás mal Fernanda, ¡me vas a volver loca!.- mientras yo le extendía una copa de vino, tranquila, pero nerviosa. La tomó de un solo trago.

-¿Ya más tranquila?.-

-¿Qué quieres? ¿Para qué todo esto?-

-Todo esto se pudo haber evitado si no me hubieras corrido de tu habitación. Ya te dije qué quiero, estar contigo.- dicho esto, me fui directo su cuello y comencé a sacar la blusa de pantalón, comenzamos a forcejar.

-Basta Fernanda, no podemos seguir así, ¡es enfermizo! no puedes venir y tomarme como un objeto, luego irte y fingir que no pasa nada. No soy tu puta, a la que te coges cuando quieres, ¿qué piensa de eso tu novia, lo sabe?- dijo gritándome, afortunadamente nadie podía escucharnos.

-No sé que piense ella, no me interesa, lo siento. Me interesas tú y sobre todo quiero que tú me escuches.- dije nuevamente acercándome a ella, escondiendo mi cabeza en su cuello y poniendo mi mano en en su vagina, presionando por encima del pantalón.

-Carajo, no! Que no entiendes que no quiero más esto?!.- dijo queriendo zafar de mi. La tome por las manos y la empuje hasta la mesita más cerca.

-Escucha lo que te digo, quiero estar contigo, solo contigo, con nadie más. Siento amor por ti.- al fin su furia se calmó y bajó la guardia. La tomé por la cara.

-Quiero estar contigo, solo contigo. Quiero se seas mía por completo, te quiero solo para mí.- ahora eran sus manos las que desabrochaban mi cinturón desesperadamente. –Quiero ser tuya de la misma forma en que deseo seas mía.- desabrochó mi camisa de un tirón, volando algunos botones. –Quiero que seamos solo tú y yo, ¿ya entiendes que quiero?-

Nos miramos fijamente y volví a llevar mis manos a su pantalón, lo desabroché y metí mi mano, rozando su vulva por encima de su tanga. Estábamos agitadas y apenas mis labios rozaban los suyos sin dejar de mirarnos, fue ella quien se quito la blusa y me besó. Seguí acariciando su vulva y sentí como se iba mojando, me acomodé en su pierna y ataqué su cuello. Empecé a frotarla y ella se movía haciendo que también me mojara, como pudimos ahí de pie nos desvestimos, y la penetré con tres dedos de golpe profundo. Mordió mi hombro, lo cual me calentó aún más, sus jugos ya escurrían por mi mano y los míos resbalaban por mi entrepierna y aún no nos veníamos. Sus dedos intrusos también se metieron en mi y mordí su cuello, ahí ella recargada en la mesa y yo en ella, ambas nos penetrabamos con desesperación, fuerte y rápido, una sostenía a la otra. Alex fue la primera en venirse, una cantidad interminable de jugos resbalaban en mi mano que parecía querer acalambrarse. Estábamos agitadas y Alex quería hacerme venir, yo quería venirme, pero no así. La llevé hasta la cama me senté casi al centro y abrí las piernas. No hizo falta explicar qué quería, su sonrisa me lo dijo todo. Alargando mi deseo, lenta y juguetonamente se subió a la cama. Acomodó sus piernas con las mías para que nuestras vaginas se encontrarán, gemí al contacto de nuestros clítoris chocar. Tomé sus senos y comencé a chuparlos, besarlos y morderlos, mientras ella, comenzaba a moverse. Nuestras respiraciones apenas nos permitían hablar. Y ella seguía moviéndose matándome de placer yo la seguía hipnotizada, gemíamos a cada beso de vagina.

-Dimelo ahh, por favor, ahh mm sii... Decía ella.

-Contigo, mi amor, mmm, solo, ahh, contigo oohh, quiero estar. Ahhalex más, me aahh,mmm ohohoh siii ahh, sólo tú y yo.

-Siii mi vidaaahmm así así, ohooh mmm, Fernandahhh ahh, te amo.

Y sin poder seguir diciendo más, nos fundimos en una abrazo, sus senos con los míos, yo devorando su cuello y ella acabando mi espalda con sus uñas. No gemíamos, gritábamos del placer, y como si algo ajeno a mi me tomara, comencé a embestirla sin dar tregua, era delicioso como nuestras vaginas se encontraban y besaban, sonaban delicioso nuestros jugos lubricándonos aún más si es que eso era posible, lo sentía venir, estaba llegando para las dos nuestro ansiado orgasmo, más rápido, más fuerte, más violentas y desenfrenadas eran las embestidas, la sujetaba por las caderas enterrando mis uñas y más fuerte, la atraía a mi, hasta que nos quedamos un tiempo sin respirar, disfrutando la sensación, tensadas, temblando de placer pero aferradas la una a la otra. Nuestros jugos salían y reposaban juntos en nuestro centro.

-Alexandra, ¿te tengo tu atención, me escuchas?- pregunté aún sin aire.

-Mjumm.- Apenas pudiendo responder.

-Yo también te amo.-