Destino (VII)

Fernanda asume las consecuencias de sus actos,

Lectores, disculpen el retraso. He tenido montañas de trabajo y poco tiempo para escribir. Ojala esta espera valaga la pena. Como siempre quedo pendiente de sus valoraciones y comentarios. Disfruténlo.

Gracias por regalarme parte su tiempo y leerme.


Estuvimos en Holanda, Dinamarca, Finlandia, Rusia, Estonia y Suecia. Días en los que no emití palabra alguna, no es que fuera un voto de silencio, ni que estuviera haciéndolo a propósito. Simplemente no daba crédito a lo que hice, no podía determinar los sentimientos que tenía. Y llorar me hacía sentir mejor. Respiraba porque el proceso de mi cuerpo así lo dictaba, dejé de sentir presión y me sentía liberada. Al final de este viaje, podría regresar a casa.

-No quiero ir a casa aún.- Fue lo que dije al descender del barco.

-No hay problema amore, vayamos a Suiza, ¿sí?.- Respondió Lorena.

-No, no quiero. Seguramente mis padres siguen en Francia, la compra del viñedo fue un hecho y deben estar aún ahí con levantamientos y acoplándose al lugar.- dijo como niña que no quiere ser reprendida.

-El hecho de que estén ahí, ni significa que vayan a buscarte. ¿Qué quieres hacer?.- dijo consentidoramente.

-Cambiar de aires estaría bien. ¿Podríamos ir a Bora Bora?.- dije esperando que aceptara.

-Amore, de que podríamos, podríamos ir, pero sería un viaje mortal. Digo está bien que te quieras alejar, pero no seas extrema. Ahora si lo que quieres es un clima diferente… ¿Qué te parece ir a Grecia o Turquía?- dijo mirándome emocionada.

-Mmm… me gusta. Te parece si nos vamos al aeropuerto y vemos que vuelo está disponible a salir primero.- Dije negociando.

-Te traje en avión privado, ¿piensas llevarme en un vuelo comercial?- respondiendo ofendida.

-Y si sigues quejándote me aseguraré que sea en clase turista, la más barata de ser posible.- Dije maliciosa.

-Me gusta que estés de vuelta Fernanda.- y me abrazó fuertemente.

-Estoy de vuelta, pero no soy la misma.- Respondí a su abrazo.

-Así tenía que ser, si no ¿Qué chiste haber pasado por todo esto? Venga vámonos que a mi también me urge algo de calor.-

Y así fue que nos encaminamos al aeropuerto. Habían pasado muchos días en los que estaba desobligada de todas mis obligaciones, tenía claro que en algún momento debía volver y tomaría el mando, pero solo bajo mis condiciones; en está ocasión debía considerarme y sentirme cómoda con lo que fuera que hiciera u decisión que tomara. Estaría en la exportadora, estaría en la finca, pero también me interesaba desarrollarme en la Arquitectura y tenía todo para poder hacerlo.

El clima ayudó a mejorar mi estado de ánimo considerablemente, Grecia fue una fiesta desde que llegamos, abusé del alcohol y el alcohol abusó de mí. Durante mi estadía en dicho país tuve amoríos de una noche con algunas chicas. Lorena tenía razón, dejé de etiquetarme por lesbiana, heterosexual, necrófila, en fin. Era una mujer que gustaba de mujeres y alguno que otro varón me parecía atractivo, pero aproveche que estaba lejos de casa para explorar lo que el mundo me ofrecía. Con amoríos no crean que me acosté con otra mujer (no me sentía preparada para hacerlo, pero ganas no me faltaban) pasó que tuve mucho éxito con diversas mujeres que después de unas copas y  bailar sensualmente, mucho beso y abrazo me invitaban a sus cuartos de hotel, lo cual siempre declinaba por la razón que ya les expuse.

Debía regresar a casa, no huiría mas, esa etapa tenía que superarla y este sería un nuevo comienzo, no es que llegara y les dijera a mis padres de mi preferencia, pero debía calar el piso a caminar, pues lo que menos quería era un alejamiento de mis padres.

Así pues cuando el mes se acercó hablé con Lorena de volver y así fue, ella regreso a Suiza y yo con mucho nervio a casa. No fui directamente ahí, me hospedé en un hotel y pude ver el circo que se había armado con mi huida de la iglesia. Creo que aunque mi papá mandó contener toda la información posible no resultó y las revistas de sociales especulaban sobre los motivos que la heredera del consorcio “Salvatierra-De la Parra” tuvo para irse y dejar plantado a uno de los solteros más codiciados del país. Infidelidades, acuerdos económicos, un matrimonio por conveniencia, publicidad eran lo que más había. El viaje a Francia de mis padres, alimentó otras versiones más tendenciosas de que todo había sido planeado para ridiculizar a los Bauer, que en venganza por las múltiples infidelidades de las que fui objeto, incluso algunos fueron más allá al proponer la teoría de que abandoné a Mauricio por tener menos dinero que yo, pues inmediatamente se habían ido a Francia “a reunirse con su hija”. Sabía que a quién más afectaba todo esto era a mi mamá, pues a ella siempre ha gustado de aparecer en revistas, en el evento más selecto, haciendo cosas de la Fundación, apoyando x causa, festejando el cumpleaños de papá, etc. le gustaban que hablaran bien de nosotros y este “escándalo” seguramente la tendría de malas por un tiempo.

Tenía que buscar un departamento, pues aunque no me casé, no seguiría viviendo con mis padres, necesitaba mi espacio, mis reglas, como dije: un nuevo comienzo.

Estaba pactado que al volver de mi luna de miel  se hiciera mi nombramiento como Presidenta Ejecutiva y como no hay plazo que no se cumpla, me preparé. Elegí para esa ocasión un vestido negro hasta apenas alcanzar mis rodillas, mangas ¾, hombros ligeramente descubiertos, tacones a 15cms en un tono nude. Un delgado cinturón en cadena dorada y mi bolso. Lucía muy profesional, como siempre me veía guapa y está vez sí me lo creí.

Llegué y dude en entrar pues en todo este tiempo no me había comunicado con mis padres, bloqueé todo contacto con Mauricio y su familia, a decir verdad con todo aquel que me buscara.

-Buenos días Arquitecta Salvatierra, el consejo ya está listo en la sala de juntas, sólo falta usted-. Me dijo mi secretaria. – ¿necesita algo?-

-Buenos días Rebeca, llevé mis cosas a mi oficina y de ser posible mande mi café a la sala por favor.- Dándole

-Sí Arquitecta, enseguida.- respondió amablemente.

Sabía que al cruzar esa puerta sería el centro de atención, los nervios me tenían su presa, pero debía enfrentar a mis demonios. Suspiré, apreté la mandíbula y exhalé lentamente. Y sin tocar entre a aquella sala.

-Buenos días señores.- Dije segura, con voz fuerte, sosteniendo la mirada de aquellos que se cruzaban con la mía.

El consejo estaba formado por mis padres, los jefes de área de la empresa, el padre de Mauricio y yo. Me pareció ve una mirada muy resentida en él, una muy enfadada de mi madre y la de mi padre que aunque molesta, fue el único que sonrió al verme y me abrazó. Tomé asiento a su derecha  y aún lado del Sr. Bauer, el ambiente era un tanto incómodo pero se intensificó al comentario del Sr. Bauer.

-Veo que te haz deshecho del anillo, espero sepas que te quedaste con una valiosa reliquia que ha estado en mi familia por muchas generaciones y que solo se ha entregado a mujeres Bauer.- dijo no conteniendo su irá.

-Sólo me deshice de lo que me estorbaba  Sr. Bauer- Mirándole fijamente y hablándole en un tono alto, pero pacífico. -Y no sé preocupe que no pretendo quedarme con ninguna “reliquia”, pero no es usted quién me la dio, así que no será usted a quién se la devuelva. ¿Tiene otra pregunta que ayude a liberar su enojo o podemos continuar con lo que es realmente importante?- respondí sabiendo que si él sabía lo que hacía se quedaría callado y con su coraje.

Rebeca entro a dejar mi café y le pedí que por favor se quedara para tomar posesión conmigo aunque no lo sabía.

-Como saben estamos empezando un a nueva era y no sólo porque hoy hago una sucesión de derechos y de mando a mi hija aquí presente, sino porque nos enfrentamos a una expansión, estamos creciendo y queremos que todos ustedes lo hagan junto a nosotros, es uno de los mejores momentos del consorcio y con las nuevas adquisiciones hay mucho trabajo por hacer, hay que posicionarnos en otro mercado que si bien nos es familiar, desconocemos mucho terreno. Hoy tengo el orgullo de nombrar a mi hija la Arq. María Fernanda Salvatierra de la Parra, Presidenta Ejecutiva Comercial de la exportadora “Salvatierra-De la Parra”, a partir de estos momentos tiene el mando del mercado americano y 50% del asiático, yo junto a mi esposa empezaremos en Francia un nuevo sueño, trabajando el mercado Europeo y el 50% restante del asiático.-

Los presentes aplaudieron y luego de algunas felicitaciones entre hicimos la firma de unos documentos.

-Es hora que la nueva Presidenta se dirija a ustedes.- Papá tomó asiento a mi derecha, noté el nudo que tenía en la garganta y sabía lo significativo que era para él ese momento, de haber estado mis abuelos seguramente se sentirían muy orgullosos.

-Buenos días a todos. Antes de dirigirme a ustedes, quiero agradecer a mi padre por poner en mis manos el trabajo de tantos años, ha sido mucho sacrificio, mucho tiempo, su vida literalmente. Pero no pretendo suplirlo sino ser yo y hacerme mi propio lugar, probablemente siempre este a su sombra, pero consciente de que si al menos alguien me dice que soy la mitad de exitosa, trabajadora y honesta que él, sabré que estoy haciendo un buen trabajo. Tengo la obligación de no solo hacerlo bien, tiene que ser perfecto.

Ahora me dirijo a ustedes, como los principales engranes que ayudan a que esto funcione como reloj en tiempo y forma. No estarían aquí de no ser por poseer las habilidades, características y conocimientos suficientes y necesarios para desarrollar su trabajo, pero debemos cambiar, refrescarnos y re-inventarnos. Tengo métodos, protocolos y procedimientos para manejarme totalmente distintos a los de mi padre. Quiten esas caras que esto no es un despido masivo, se trata de sumar gente a este proyecto y hacernos más grandes.- Dije empezando a explicar mi plan de trabajo en rasgos generales.

-Pongámonos cómodos que la Arq. Va a hablar.- Dije un tanto altanero e irónico mi ex-suegro.

-Si tiene algo más importante que hacer Lic. Bauer (haciendo énfasis en el título para que entendiera  su lugar) puede retirarse, nadie que no quiera trabajar tiene algo qué hacer aquí.-

-Al contrario Fernanda, estoy interesado en escucharte, pues ahora vamos a trabajar juntos.- Dijo irónico.

-Hábleme de usted y como Arquitecta, Licenciado Bauer. Estamos en una zona de trabajo aquí no me importa con ninguno de ustedes, cualquier lazo de amistad que mantenga con mis padres. Los negocios son cosa aparte. Efectivamente trabajaremos juntos, pero usted tendrá otro puesto, no será más consultor, o al menos no será mi consultor, ya le encontraré algo útil que pueda hacer.- dije un tanto despectiva, pues era sabido de todos que era un cargo honorifico ser consultor de mi padre, no aportaba nada. Aparte era mejor no tener  ningún Bauer cerca.

-¿Mario estás escuchando el atropello de tu hija? Acaso no le fue suficiente dejar a mi hijo en el altar, ahora busca dejarme a mí sin trabajo.- Al fin, dejó de contenerse. El ambiente que si ya era pesado, se volvió muy tenso. -¿No piensas decirle algo?- Dijo a mi padre.

-Ella es la Presidenta no pienso interferir en sus decisiones. Además no te ha despedido, sólo te hadado otro puesto.- Respondió mi padre tranquilo . –Este no es un lugar para hablar de algo tan privado Carlos.-

-¡Por favor! ¿No es este el lugar? ¡Si fue tu hija la que nos expuso a semejante humillación pública!- de verdad tenían que ver al Sr. Bauer parecía un perro rabioso, sólo le faltaba arrojar espuma por la boca. Estaba rojo del coraje.

-Entonces no se humille usted más dando este espectáculo ante la junta de consejo. Compórtese y no me haga cambiar mi decisión de un cambio de puesto a un despido.- dije poniendo fin a bochornoso momento, guardamos silencio un momento. –Quiero que antes de la 1 de la tarde cada jefe de área pase a Rebeca, una hoja que contenga datos personales, cargo en la empresa, funciones que desempeña, objetivos a corto, mediano y largo plazo que se han fijado, habilidades y debilidades que poseen al desarrollar su trabajo, junto con la hoja de sus empleados a cargo con los mismo datos, que no pase de una cuartilla. Es todo, tengan buen día señores, con permiso.- Y salí de la  sala, tranquila, defendiendo mi puesto y dejando las cartas bien puestas,  pero con molestia evidente.

Me dirigí a mi oficina y tratando de olvidarme de los acontecimientos me enfoqué en ponerme al día, con la oficina y la finca. Sabía que en algún momento tendría que ver a Alex, tenía que ir a la finca y no sabía cómo sería ese encuentro, qué esperar de ella y no había podido definir qué clase de sentimientos tenía, sólo sabía que ella me gustaba y que en la única noche que compartimos, hui viéndome realmente mal. Le escribí.

“Ing. Cohen buenos días.

La próxima semana estaré en la finca, no sé qué día con exactitud, por lo que le solicito tenga preparado su plan de trabajo junto a la tabla de tiempo que manejará para poder ver sus alcances. También le solicito el reporte del estado en el que se encuentra la tierra.

Corte A: Resultados de las pruebas que realizó a su llegado.

Corte B: Las medidas que ha implementado hasta el día de hoy y mejoras que se han dado.

Corte C: El estado de la finca en general.

Corte D: Pendientes con Urgencia Inmediata.

Corte E: Pendientes con Urgencia.

Quedo  en espera de su respuesta.

Saludos cordiales.”

-Arq. Salvatierra, su padre la espera en la oficina.- Me dijo por el altavoz Rebeca.

-Gracias Rebeca, en un momento voy.- Respondí.

No quería ir, sabía que tendría un interrogatorio agotador, pero bueno como dije, no hay plazo que no se cumpla.

-Ya estoy aquí ¿Qué necesitan?- Dije al entrar, sin tocar.

-Se te está haciendo costumbre entrar sin tocar las puertas María Fernanda, quisiera saber ¿dónde están tus modales? Y dicho sea de paso saber ¿Dónde está tu cordura?- Fue el recibimiento de mi madre.

-Todo eso que se pregunta mamá, lo tiene frente a usted.- Dándole un beso en la frente. –Me da gusto verla, aunque parece que a usted no tanto.- Respondí tomando asiento.

-No digas tonterías hija, me da gusto verte y saber que estás bien, es sólo que me cuesta trabajo entenderte, nunca sé qué pasa contigo. ¿Tienes idea de la situación a la que nos expusiste?- Dijo entre enojada y cariñosa.

-A usted siempre le gustó que estuviéramos expuestos, no hice más que darle un toque más dramático al evento.- Respondí sonriendo, sosteniéndole la mirada a mi madre y de cierta manera desconcertada de mi forma de actuar, no era la Fernanda de siempre.

-Basta Fernanda, desde que saliste por esa iglesia y viéndote aquí sentada no puedo reconocer a mi hija. ¿Qué diablos pasa contigo?- Expresó sin contenerse mi afligido y enojado progenitor.

-No pasa nada papá, sólo me hice cargo de la situación y tome la mejor decisión antes de cometer un error.- Respondí de la misma manera que a mi madre.

-¡Basta de esa actitud María Fernanda! No estoy jugando, esto no es un juego y tú no eres una niñita! ¿entiendes el alcance de tus decisiones?.- Me grito y estremecí, pues si bien nunca he tenido padres amorosos, que él me gritara me dolía pues a nuestra manera él y yo nos entendíamos y sabía que a él le dolía de la misma manera.

-Papá entiendo el alcance de mis decisiones y me responsabilizo por ellas. Usted confía en las decisiones que he tomado, de no ser así no me hubiera dado el mando, lo que me está reprochando es la forma en qué hice las cosas y sí reconozco que no fue el correcto.- Le respondí sincera y serenamente.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué simplemente no lo hablaste y punto?.- Dijo aún alterado.

-No entendí que no me quería casar hasta que no estuve en el altar y mirando a Mauricio, durante días lo dudé y me convencí de que era lo mejor seguir adelante con él, luego me entregaste el sobre y me reafirmo que debía hacerlo, es sólo que ya estando ahí no podía, no lo amo y no quiero una vida de “amabilidades”, quiero pensar que puedo amar y ser amada, ¿es eso tan malo?.- Dije alzando la voz, intentando seguir sin quebrarme.

-¿Cómo me dices que no lo amas si prácticamente llevas toda tu vida con él? ¿Por qué antes de dar semejante espectáculo no lo hablaste con él o conmigo? No eres la hija que críe, te enseñé siempre a dar la cara, hablar con la verdad y sobre todo a ser honesta. Me decepcionas María Fernanda, desde que naciste, te eduqué para que pudieras ser la mujer fuerte que si puede lidiar con un consorcio, puede lidiar con todo y no huir sólo porque siente miedo. No eduqué a una mujer con miedo, te eduqué para que enfrentarás tus miedos y todo lo que viniera con ellos. Tu abuelo se sentiría tan avergonzado, como lo estoy yo, por ver lo débil y cobarde que eres.- Dijo calmado al fin su ira y dándome los argumentos para desatar la mía.

-¿Te parezco una decepción? ¡Está bromeando! He hecho todo, TODO lo que debía y tenía qué hacer para convertirme en la heredera perfecta, en la mujer perfecta. Debo felicitarte porque hice de mi vida un infierno para darte gusto a ti, a ustedes, a todos. ¿Quién se preocupó por consultarme si me hacía feliz? Por lo menos si me sentía bien. ¿Quieres saber porque no me acerqué a ti? Lo hice papá, lo intenté y quizá no lo intenté lo suficiente porque si no te hablaba en términos de dinero, que el parecer es lo único que puedes entender, no me harías caso. Nunca logramos hablar sin que me hagas sentir como valor agregado.  Me luces y presumes como tu mejor creación, te has preocupado solo para educarme como tu heredera, pero como hija no tienes idea de lo que me pasa o siento. Así que no te permito que me hagas sentir mal, no te lo permito, porque sabes que no tienes derecho a reclamarme nada. Si sientes vergüenza siéntela por ti porque la mujer que enseñaste a siempre a dar la cara, hablar con la verdad y sobre todo a ser honesta, lo hace con todo mundo, menos con ella.- Dije casi con la voz quebrada y a punto de llorar.

-Cuida tu tono, que aunque seas Presidenta, sigo siendo tu padre Fernanda. Cálmate, termina tu trabajo y continuamos hablando en la casa, en este estado no llegaremos a ningún lado.- Dijo tranquilo, pero pensativo.

-Ninguna casa, ni otro momento papá, lo hablamos y lo terminamos ahora. Porque solo volveré por mis cosas, pienso mudarme lejos de ustedes, necesito empezar de otra manera, ver solo por mi, sin que ustedes interfieran en mi vida.-

-María Fernanda nos iremos a Francia, no tiene caso que busques otro lugar, la casa va a estar sola.- dijo al fin mi madre.

- Deja que se vaya mujer, la casa puede quedarse sola. Envíale sus cosas a dónde sea que se este quedando y que empiece su vida como mejor le plazca. Quieres libertad, llénate de ella hija, tienes razón ya eres una mujer y sabrás lo que es mejor para ti. Ya te entregué la Presidencia, te entrego la oficina y todo el papeleo ahora es tuyo, adelantaré nuestro viaje y seguiremos en contacto, no tengo más que decirte por ahora, retomaremos está conversación en el momento adecuado. Sigamos nuestros planes.- Saliendo de la oficina.

Y así fue, no hablamos ni los vi nuevamente, se fueron y no se dijo más del tema.

Recibí respuesta de Alex.

“Arq. Salvatierra, buenas tardes.

No respondí antes ya que hubo un problema con los cables, ya está resulto.

Le adjunto un archivo con los datos solicitados, pero en términos generales la tierra esta bien, esta sana y lista para la plantación. Todo está dispuesto para iniciar la plantación, espero no demoré mucho ya que hay buen tiempo. Puede sentirse segura de que su finca esta en buenas manos y excelentes condiciones.

Quedo pendiente de cualquier duda o comentario referente al adjunto.

Saludos cordiales.

Ing. Alexandra Cohen F.”

Bastante clara y formal.

Creo que debía seguir está línea y enfocarnos a lo profesional dejando de lado esa noche.  Iría el fin de semana, ese viaje llevaba dos semanas de  retraso, el mismo tiempo que mis padres lejos. El hecho que se fuera antes, me complicó las cosas, pues tuve que lidiar con lo que en teoría aún le correspondía a mi papá. Me reuní con todos mis empleados para presentarme y  sin interrupciones presentar mi plan de trabajo, los protocolos y métodos. Invertí en el área de Marketing con la cual analicé el mercado y las estrategias a implementar y reforcé al Recurso humano, así como buscaba la fidelidad de mis clientes, la buscaba igual de mis trabajadores. Seguía sin saber de Mauricio, no lo busqué ya que su padre hizo un viaje casualmente a Francia y creía que posiblemente estaría con ellos. Tampoco quería verlo. Mientras conseguía un departamento que me gustará me seguí hospedando en el hotel. Casi siempre cenaba en el restaurante y después iba por un trago al bar a detallar mi agenda de trabajo para el día siguiente. Así fue que estando en el bar, conocí a una peculiar mujer.

-Hola ¿puedo sentarme?- Me dijo una bella rubia hermosa, de asiento brasileño,  su cara se me hacia conocida, pero no recordaba de dónde.

-¿La conozco?- dije un poco desconfiada.

-No creo. Me llamo Patricia Oporto. ¿Puedo?- Refiriéndose al asiento.

-Adelante, Fernanda Salvatierra. Extendiendo mi mano, pero ella me dio un beso en ambas mejillas. Disculpe mis modales, estaba leyendo estos documentos.- Dije nerviosa por su actitud.

-Siempre te veo con ellos trabajas mucho.- Era muy sexy, sobre todo al beber de su copa.

-¿Me espía?- Respondí defensiva.

- El primer día fue casualidad verte, durante 2 días tuve suerte de observarte, ayer vine esperando verte y hoy me decidí a hablarte.- dijo con su sensual acento.

- ¿Le puedo ayudar en algo?- Respondí nerviosa.

- Nada en especial, sólo una casual conversación, pero si estás muy ocupada, lo podemos dejar para mañana.- Que mujer tan directa.

-Lo haremos ahora, pues mañana saldré de viaje y no tengo claro cuando vuelva. ¿Usted se quedará más tiempo?- Llamando al mesero.

-Iré a New York, tengo trabajo pendiente.- Me miraba de una manera muy sensual-sexual (creo yo).

- Me trae de favor un Martini seco por favor. Usted Patricia ¿qué quiere?- Invitándola a continuar la velada.

- Lo mismo que usted Fernanda- Dijo bebiendo lo último de su copa.

Fue una conversación muy extraña, aquella mujer era buena conversadora, una viajera en la extensión de la palabra, el tiempo se me fue volando con ella y sus interminables historias, tenía un sentido del humor muy ácido y eso me gustaba, pues no se andaba con rodeos al decir lo que pensaba. Durante un tiempo me estuve haciendo ideas de algo en mi cabeza, tenía unos labios que me llamaban a morderla y su pronunciado escote se robaba mi mirada por momentos. La deseaba, mientras ella hablaba de su última estancia en Río, yo la miraba y la recorría con mi mirada, me gustaban sus brazos y su esbelto cuello, sin duda quería besar sus pechos y moría por ver su trasero. Tanto perderme en ella hizo que me perdiera de la conversación.

-¿Sí?- Me dijo sacándome de mis lujuriosos pensamientos.

- Sí.- Respondí yo, sin saber a qué.

-Ya te aburrí con mi tonta conversación y sólo atinas a mirarme los pechos.- Respondió soltando la carcajada. Enrojecí.

- No es eso, sólo recordé la hora de mi viaje mañana. Es muy temprano.- Respondí tratando de alejar los nervios.

- Entiendo. Te dejó ir a descansar. O si lo prefieres, puede mostrarte lo que mi escote deja a la imaginación. Mi habitación es la 5526.- se levantó y no supe qué responder, vi cómo se alejaba con un apetecible trasero, era perfecta. Si no me creen deberían ver como la miraban todos los hombres a su alrededor, la deseaban y ella ni una mirada les regalaba. Ella me deseaba a mi. Espere lo suficiente para pensar que lo que iba a hacer era una locura, pero mi entrepierna me lo exigía, desde lo de Alex en la finca no estuve con nadie más y aunque así me sentía bien, Patricia se hizo mi necesidad inmediata. Cuando toqué a su puerta, me recibió con sólo un albornoz.

-Pensé que no vendría.- Me dijo sonriendo.

- Pensó usted mal. ¿Puedo entrar?- Dije recargada sobre el marco de la puerta.

-Por favor.- Invitándome a pasar. -¿ Quieres algo más de beber?- Tomó mi mano guiándome a través de su suite.

- Quiero lo mismo que usted, quiera.- Se lo dije un tanto nerviosa, pero dejando claro otro sentido a la frase.

Me tomó por la cintura y la besé con seguridad, con la claridad de mi mente y el deseo de mi cuerpo. Besaba intensamente, podría decirse que sus labios indicaban  los míos como moverse. Dejé que sus manos me recorrieran y en su camino se deshicieran de mi ropa. Tenía un aroma muy cítrico, suave, como una uva Riesling, pero su esencia era fuerte y con carácter. ¿Recuerdan cuando dije que era una mujer despampanante y que robaba miradas a su paso? Bueno, desnuda era como una Diosa en la Tierra y a disposición para hacerla mía. Quería memorizar cada parte de su perfecto cuerpo, no se imaginan las sensaciones que me recorrieron cuando mi lengua tocaron sus pezones, ambas al contacto no pudimos más que gemir ante semejante toque. Ella era un poco más alta que yo sin tacones y me deducción fue que era gracias a sus piernas. Perfectas, bronceadas y tonificadas piernas que se coronaban sosteniendo su hermoso trasero, al que tomaba entre mis manos, a mi completo antojo y al que en un momento de lujaría le di un par de nalgadas, lo suficientemente fuerte para tener que recompensar que un sinfín de besos, besos que llegaron sin pensarlo a su ano y que a ninguna de las dos molestó. Disfrutábamos a plenitud el momento. Ella se levantó y al hacerlo junto su trasero a mi pelvis, con su  mano izquierda tomo mi cara y me beso nuevamente, al tiempo que se balanceaba de atrás para adelante para provocar un roce que empezaba a volverme loca. Era un poco incómodo, pero me las arreglé para poner mi mano izquierda en sus senos  y la otra directamente a sus clítoris, si bien era una inexperta, tenía buenos instintos, pues lo encontré hinchado y a mi tacto, Patricia gimió en mi boca. Mientras más lo tocaba, ella más se rozaba a mi pelvis. Sabía que no duraríamos mucho (al menos yo) quería correrme ya, así que incrementé la velocidad y nuestros gemidos subieron de tono, yo estaba por terminar en cualquier momento. Cuando llegó, fue muy violento, no pude más que poner mi frente en su espalda y disfrutarlo mientras mi mano sentía un líquido entre ellas. Patricia tomo mi mano y la limpio con su boca. Ya más tranquilas, seguimos besándonos y acariciándonos hasta que sin esperarlo, ni quererlo nos quedamos dormidas.

Una sensación extraña me despertó, un cosquilleo entre mis piernas se estaba formando. Unas manos tocaban mis senos, la lengua de Patricia me recorría de arriba abajo profundamente, sentirla en el comienzo de mi ano, era una sensación nueva y desconocida para mí, pero me agradaba, lentamente mi cadera empezó a seguirle el ritmo y mis manos recorrían sus brazos hasta la cabeza, mi primer orgasmo del día se acercaba, aún no superaba la sensación de su lengua presionando mi clítoris cuando me sorprendió con sus dedos. Sólo pude aferrar más su cara a mis piernas mientras me arqueaba en mi orgasmo. Aún con algunos espasmos subió por mi cuerpo besándolo hasta dónde me dio un “buenos días” muy inusuales. La tomé por su cara y la besé de la misma manera que ella me besaba, intensa y apasionadamente. Me encantaba jugar con m lengua en su boca, la puse de espaldas a la cama e imité lo que una vez vi en un canal para adultos. Levanté su pierna y la  recargué en mi hombro, uní nuestras vaginas y al contacto mi sensible clítoris respondió, primero con un movimiento suave pero firme, mientras daba pequeños y tímidos besos a su pierna y gradualmente eran más rápidos, mi respiración era pesada  y me excitaba verla a ella rendida ante el placer que yo le estaba dando, se mordía de una forma tan sexy los labios que hasta cierto punto era irreal, para no gemir. Apretó su pierna libre sobre mi cadera para asentar nuestros roces que no duro mucho porque nuevamente nos corrimos, sentía correr mi jugos entre mis muslos. Me acerqué a ella que aún se recuperaba y le respondí un “Buenos días” con un beso.

-Muy buena manera de comenzar el día.- Dije al ras de su labios.

- Lo mismo digo, me encantaste desde que te vi y tú nunca me miraste. De no ser porque me acerqué a hablarte, no podría tenerte aquí.- Respondió dándome pequeños besos por el cuello, hasta que una llamada rompió el momento.

- Es el mío- Dijo mientras  yo intentaba  ubicar mi iPhone.

- No lo sé, también tengo ese timbre.- Respondí mientras me levantaba.

- ¡Listo aquí está! es el tuyo- Era José, el capataz.

-Patrona, buenos días. Estoy en el aeropuerto, pero no la veo por ningún lado, ¿está todo bien? ¿Viene en otro vuelo?, ¿Quiere que la espere?-

-Hola José, buenos días. Perdí el vuelo, regrese a la casa y yo me comunico para nuevas instrucciones. Y discúlpeme, no pude avisar. Gracias.-

-No mentiste cuando me hablaste de salir temprano, verdad.- Dijo acercándose nuevamente a mí.

- No, al menos tiene remedio y puedo tomar otro vuelo.- Respondí buscando mi ropa.

-Nena, tranquila. No quiero interferir, pero si ya lo perdiste, podemos aprovechar para tomar un baño juntas y desayunar ¿sí?- retirándome la sábana y besándome. ¿quién es su sano juicio, teniendo semejante mujer, puede resistirse? Dejé mi celular y entre al bañarme junto a ella.

En la ducha siguieron los besos y las caricias, pero nada más. Patricia era muy atenta conmigo y se preocupa en todo momento por hacerme sentir cómoda. Se vistió mientras yo fui a mi habitación a ponerme ropa limpia y bajar mis maletas al lobby. Comencé a sentir nervios conforme el desayuno pasaba. No sabía qué iba  pasar, si iba a ver comunicación después, tendría que darle mis números o qué. Era una nueva situación, afortunadamente ella lo hizo muy sencillo y cuando me acompañó a liquidar mi cuenta y ver que ya estaba listo mi taxi, me dijo que había sido un placer conocerme y que esperaba volver a encontrarme pronto, dijo que me dejaría sus datos en el lobby para que si a mi regreso aún pensaba en ella. Me dio un rápido y fugaz beso y apenas le dije un adiós.

Camino al aeropuerto reflexioné sobre eso, poder vernos nuevamente y no para sexo, para conocerla. En fin ya tendría tiempo para pensar y finalmente tenía la opción abierta. Para matar el tiempo mientras salía mi vuelo, por ocio compré una revista para el camino y de paso ver en qué estado seguía mi escándalo.

Al leerla me di cuenta de una cara familiar, había una nota sobre una modelo llamada Patricia Oporto, la nueva cara de las pasarelas, podría ser una nueva Gisele Bündchen si tenía suerte, se encontraba como la nueva favorita de algunas marcas como Marc Jacobs, Christian Dior, Prada. Estaba en el camino de hacerla en grande. Ahora entiendo el por qué de todos los lugares que conocía. Nunca le pregunté a qué se dedicaba, pero pensándolo bien, con lo guapa que era como no creerlo y más viéndola en la revista.

Ahora que le contara a Lorena seguro se iba a morir ante semejante confesión. Como olvidé llamar a la finca, nadie fue a recogerme, rente un auto para llegar y sirvió para agarrar a todos de improvisto. A primera impresión todo seguía en orden.

-Niña, por qué no avisaste.- Fue lo primero que dijo Tita al verme.

- Lo olvidé, ¿Cómo estás Tita? ¿Qué me cuentas?- dijo abrazándola.

- Todo en orden niña, ya tendrás tiempo de verlo. ¿Cómo está ese corazón? ¿Tiene paz?- dijo en ese tono cariñoso de abuela.

-Pues no sé en qué estado este mi corazón, no se qué siento. Pero si me siento en paz, al menos con mi conciencia, voy a cambiarme. Que ensillen a Rey por favor.- Le guiñé un ojo y subí las escaleras. Al bajar mi hermoso Rey ya estaba listo y me alegré tanto al verlo.

-Niña, la Ing. Cohen esta por las bodegas- Y ahora fue ella quién me guiñó el ojo. Sonreí.

Como dije, no hay plazo que no se cumpla era hora de encontrarme con Alexandra. Tenía nervios  de verla y me cuestionara esa noche. Nervios que enterré, cuando de la manera más fría me recibió en las bodegas.

-Arq. Salvatierra, no la esperaba por hoy.- Dijo secamente.

-Bueno, aquí estoy.- Fingiendo que no me importaba su actitud.

- Como indique en mi plan de trabajo, ya estoy lista para la cosecha, tengo la sepas listas.

Quiero mostrarle el plano. De los estudios realizados y conforme a los nutrientes que tienen las áreas, vamos a hacer un cambio en la plantación.- Dijo dándome unos planos.

- ¿Para qué? Desde mis abuelos se han plantado en las áreas establecidas la cepa correspondiente.. -Respondí de la mala gana, viendo como se enfadaba.

- Bueno usted dijo que quería cambios y resultados.- dijo con su tono molesto y frío mirando a todos lados menos a mi.

- Sé lo que dije Ingeniera, no soy tonta. Estoy esperando que me diga qué resultados esperar si acepto este cambio.- respondí mirándola y devolviéndole su plano que ni siquiera me molesté en abrir.

- Conforme a los nutrientes de cada área seleccione la mejor cepa a plantar para que se de una cosecha más rica, este podría ser el inicio para empezar a buscar el sabor selecto, un filtro, para deducir que estamos buscando con “selecto”. Pero bueno ya sabemos que usted cambia de parecer de una manera muy radical- haciendo referencia a la boda. –Como siempre estoy a sus órdenes y en espera de indicaciones, con su permiso.- Estaba molesta, no disimulaba si quiera. Montó a Gala y se alejó del lugar, dejándome sin entender que diablos acaba de ocurrir o qué diablos había sido eso.