Destino (V)

Actos de una noche, nos llevan a revelarnos a nosotros mismos un lado que desconocemos, que nos da miedo, nos llena de dudas, nos confunde, pero que puede representar el camino la felicidad.

Quinta entrega, espero les gusté. Como siempre espero sus comentarios y valoraciones.

Quiero agradecer a todos los que se toman un tiempo para leer lo que escribo. Y más aún a los que que comentan tan lindas palabras.

Saludos a todos y cada uno de ustedes :)


Permanecí  sobre ella en silencio un buen rato, nuestras respiraciones se habían normalizado y una brisa erizo mi piel.

-¿Tienes frío?- Dijo intentando cubrir mi cuerpo desnudo con sus manos.

-Un poco, es cosa de la brisa. Tengo sed ¿tienes agua?-

-Sí, permíteme.- Ella  se levantó  y yo me encogí tapándome con la cobija.

-Aquí tienes.- dijo mientras yo bebía a fondo el agua y acariciaba mi cabello.

-Gracias.- No sabía qué decir, debía al menos un ¿gracias?

-¿Quieres más?-  intentando hacer una conversación.

-No, es suficiente, gracias.- guardando silencio nuevamente.

-¿Te sientes bien Fernanda?... Esto que pasó está bien, ambas quisimos.- me besó tiernamente.

-No te preocupes, es sólo que trato de entender qué hice.- Evitando mirarla a la cara.

-Fernanda, mirame cuando te hablo ¿sí?- mientras yo seguía con mi cara volteada. –Fernanda…- al fin la miré. –Así está mejor, ¿no hiciste nada malo, entiendes? Además lo hicimos entre las dos y por lo menos a mí me gustó.

-A mí también me gustó.- sonreí tímidamente.

Ahora fui quien sujetó su cara y la besé larga y tiernamente. Besaba delicioso, me encantaba que jalara mis labios, lo hacía con la presión justa. Me parecía bastante asqueroso besarme de lengua y lo hacía con Mauricio porque él así llevaba las cosas. Pero con  ella, no era para nada asqueroso, me excitaba, yo iba más allá, introducía mi lengua y ella la succionaba. Comenzó a tocar mis senos y al contacto con su piel mis pezones se endurecieron, ella comenzó a bajar por mi cuerpo y me recostó en la cama. Se colocó entre mis piernas, besaba mi cuello y con una mano recorría mi pierna. Rozaba constante y despacio su vagina con la mía y me encantaba, recorrerla con mis manos desde su espalda y bajar hasta sus nalgas para apretarlas y apretarla más  a mí. Era una sensación deliciosa y estaba por lograr un orgasmo de esa manera, cuando ella me penetró con dos dedos de golpe y empezó a moverlos en círculos dentro de mí, yo la tomé por sus brazos para como respuesta ante la reacción. Mis suspiros eran cada vez más pesados, intentaba no gemir pues mi paranoia seguía ahí, mis caderas seguían el ritmo que ella marcaba lo sentía llegar y nuevamente me vine intensamente, Alex tenía su mano completamente mojada, la sacó y ante mi chupo sus dedos ante uno por uno. La besé y fue hasta ese momento que yo conocí mi propio sabor, salado con un final dulce. Podía percibir el brillo proveniente de la mirada lujuriosa de Alex. Sin previo aviso bajó hasta mis muslos, los llenó de besos, sabía lo que estaba por venir y no podía esperar por sentir su lengua, empezó primero a darme besos por toda mi vagina, el cosquilleo nuevamente comenzaba. Su lengua me recorrió de abajo hacia arriba, toda una delicia, de la que no pude emitir un fuerte gemido, tuve que sujetarme de las sabana pues tenía un montón de sensaciones que hacía de verdad mucho tiempo no sentía. Su lengua me penetró y volví a gemir más fuerte. Una y otra vez su lengua me provocaba gemidos que intentaba callar sin éxito y me importó poco que toda la finca se enterara de que estaba en la habitación  de Alex, cuando atrapo mi clítoris con su boca y con la punta de la lengua coqueteaba con él, eran demasiadas buenas sensaciones y estaba por terminar una vez más, Alex me comía sin piedad y yo no quería que fuera de otra manera, ni otra persona. Me arquee  cuando llegó y ella me jaló aún más a su boca donde eyaculé.

Alex no se retiró hasta que mi último espasmo se fue, subió por mi cuerpo con un camino de besos, cuando llego a mi boca, la tomé por su cabello e intensifiqué ese momento, era demasiado bueno. La tenía abrazada jugando con su cabello, el sueño se estaba apoderando de mí.

-¿Cómo te sientes?- Pregunté.

-Mejor, imposible.- Respondió ella, abrazándome aún más. -¿Tú?-

-Cansada.- Tratando de mantenerme despierta.

-Durmamos un poco, es bastante tarde.- me iba a levantar para tomar mis cosas, pero ella sólo jalo la cobija y se abrazó nuevamente a mí, fuerzas ya no tenía para contradecirla, enseguida me quedé dormida.

De golpe me desperté y Alex dormía dándome la espalda, la cruda del tequila estaba martillando mi cabeza. Estaba borracha y quizá con falta de cordura, pero no lo suficiente para no recordar nada. Me había acostado con Alex, yo la busqué y me gustó.  Ahora tenía que afrontar lo sucedido y no sapía por dónde empezar, mi boda estaba a horas y yo en la cama con una mujer, que era mi trabajadora, todo lo que me dijeron que no debía hacer lo hice. Esperé lo suficiente para poder levantarme de la cama sin hacer ruido, me vestí y me salí, fui a mi habitación me puse una chamarra, agarré una para Lorena, mi maleta y fui por ella.

-Lorena, baby, necesito que te levantes.- dije suavemente.

-Mmmm… dejame dormir.- dijo ebria aún.

-Lorena, por favor amor, levantate tenemos que irnos ya…- susurrando.

-¡Joder! ¿tan rápido es casi medio día?.- dijo no teniendo noción de dónde se encontraba.

-Sí- mentí.

-Si no te levantas ahora, perderemos el avión.-mintras intentaba levantarla.

-Perdamoslo, yo pagó los otros boletos.- volviéndo a acostarse.

-No, escuchame Lorena, tenemos que irnos ya.- Dije en tono alto y  fuerte.

Entendió mi punto, le acomodé su ropa, le puse la chaqueta, tome su maleta.

-Sígueme y no hagas ruido.- susurrándo nuevamente.

-¿Qué carajos Fernanda? apenas va a amanecer.- en su tono ebrio alto-bajo.

-Lorena calláte y escucháme, debemos irnos ya, luego te explíco.- poniendo fin a esa situación.

Y no hubo más conversación, no daban aún las 6:30 de la mañana cuando nos encaminabamos al aeropuerto; al llegar no tuvimos que esperar demasiado para tomar un vuelo directo a la Ciudad, ya una vez aquí, llamé a Tita a la hacienda, dando instrucciones de lo que debían hacer: 1)Recoger mi Jepp del aereopuerto 2)Si mis padres me buscaban, que les dijeran que pedí no ser interrumpida por nadie 3)Le informé que ya estaba en la ciudad, pero tenía prohidido dar esa información y 4)En mi despacho estaban los boletos  de ida y vuelta y hospedaje para ella y José para que asistieran a la boda.

Nos hospedamos en mi hotel favorito de la ciudad, permenecí mucho tiempo sin hablar, especificamente desde que abordamos el  avión no había vuelto a emitir sonido. Lore jamás me preguntó nada, pero estuvo todo el tiempo conmigo, una vez que tomé un baño, estaba en la cama cuando de pronto me solté a llorar sin poderme detener, no podía explicarles cuál era el motivo especifico de mi tragedia, solo lloraba y lloraba sin poder detenerme, Lorena no hacia otra cosa más que abrazarme y limpiar mis lágrimas.

-Me acosté con Alex.- dije al fin.

-Mmm… ¿eso ite tiene así? Iba a suceder tarde que temprano y que mejor antes de que te casaras… ¿Por qué huímos de tu casa?

-No sabía qué hacer, ni cómo enfrentar las cosas, ¡resulta que descubro que soy lesbiana a horas de casarme! ¿Cómo le explicaba a Alex que no puedo estar con ella porque no quiero ser repudiada por mi familia?¿Cómo se los diré a mis padres? No quiero que me desprecien, ni me odien. ¡No sé qué siento!- dije gritando.

-Necesito que te calmes amore, somos humanos y estamos diseñados para cometer errores. Primero deja de etiquetarme como lesbiana o heterosexual, ser mujer y encontrar el amor en un hombre está bien, pero si eres una hermosa mujer así como tú que encuentra la felicidad en otra mujer, también esta bien. ¿de verdad crees que venimos a esta vida a sufrir? Amor, el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Estamos en este mundo preocupados por tantas tonterías que te olvidas de vivir y disfrutar la vida. Ahora es la momento de qué decidas que quieres hacer y no es que te presione, pero mañana por la noche puedes estar firmando tu sentencia. Recuerda esto: “Temer al amor es temer a la vida y los que temen a la vida ya está medio muertos”. Piensa de qué lado quieres estar.

No dije nada, pero era muy cierto todo lo que había escuchado y volví a llorar sin consuelo. Lorena me dio una pastilla que me hizo dormir y cuando desperté tenía que ir a casa, pues ya era sábado debía hablar con mi papá y tomar una decisión. Dejé una nota a Lore y me fui a mi casa.

Llegué y había un alboroto, porque para mi mamá todo estaba mal y ella todo lo tenía que resolver.

-María Fernanda ¿tienes idea de qué hora es?.- me dijo mi madre echa una histeria andante.

-No, no lo sé ¿Dónde está papá? Quiero hablar con él.- dije

-Tienes 5 minutos, Iván llegó hace 20, te bañas y pasas inmediatamente con él para que empiece la manicura. Está en el despacho.- Anda niña apurate que no tenemos todo el día.

-Gracias.-dije sin ánimo.

Cuando estaba por tocar la puerta del estudio, dude un poco y me quedé un momento ahí parada, pero era ahora o nunca, así que toque.

-¿Quién?.- dijo en tono fuerte.

-Tu hija, papá.- abriendo la puerta.

-Mi niña, ven acá. Tengo algo para ti.- Dijo levantandose de su silla para abrazarme.

-Papi, te extrañé.- dije sinceramente, también lo abracé.

-Yo también princesa, quiero enseñarte algo.- Me dio una carpeta. –Léelo. ¿Creías que por muy enamorada que estés no iba a proteger tu patrimonio? Tu acuerdo pre-matrimonial es muy claro. Ningún bien heredado, cuentas bancarias, propiedades, bienes materiales, acciones, fideicomisos, etc. que ya tengas y futuros, en caso de divorcio Mauricio no puede reclamarlos. Se casarán sí por bienes mancomunados, pero sólo se podrán repartir bienes que entre los dos adquieran. Estás protegida. Ayer se lo mostré a Mauricio y lo firmó  sin preguntar más, muy conforme y de no haberlo estado, simplemente hoy no habría boda. Se hará efectivo en cuanto firmes el acta de matrimonio, hoy por la noche.

No respondí nada, fingía leer el acuerdo, pero en realidad pensaba cómo hablar con mi papá de mí como persona y no de mí con valor agregado.

-Y bueno, la compra del viñedo en Francia es un hecho, viajaré el lunes para hacer todo el papeleo y ver el estado de la hacienda. Tendrás que agendar un viaje para allá, ya que con la ventaja de que seas Arquitecta, quiero que te encargues de restaurarla y decorarla.- dijo muy emocionado.

-¡Felicidades papá! Es una excelente noticia y sí en cuento pueda iré.- Realmente me emocionaba esta noticia.

-Al regresar de tu viaje, haremos oficial tu nombramiento como Presidenta Ejecutiva, tendrás el control absoluto en el continente y compartiremos el control 50-50 en Asia. Yo me quedaré con el control de Europa.-dijo como todo hombre de negocios exitoso.

-Me parece justo.-respondí.

-Desconozco tus planes, pero deberías considerar no tener hijos enseguida, cuestión de 3 o 5 años, quizá. Entre la exportadora y la finca como prioridades y bueno Mauricio me dijo su idea del Despacho de Arquitectos. Sirve este tiempo para que consolidan su matrimonio, pues algunas cosas cambian al ser esposos.

Estaba abrumada, iba por un consejo y al parecer sólo tenía que aceptar lo que ya estaba decidido para mí. Era toda una ironía haber estudiado algo en lo que tenía el control, diseño y decisión de hacerlo como me diera la gana, para que en mi vida no aplicara nada.

-Por cierto, ayer Mauricio te dejo esto.- Dándome un sobre.

Me disponía a abrirlo, cuando mamá entro por la puerta para llevarme a la habitación y comenzara a prepararme. Al entrar estaba mi vestido en el maniquí, era un bellísimo Vera Wang, mangas de encaje y seda, estilizado y amplio de abajo con la típica cola y un velo. Era realmente hermoso. Dejé el sobre en la  cama y me fui a bañar, después llegó Óscar y empezó a arreglarme uñas, cabello, maquillaje, puse música y es que no recuerdo mucho hasta que estaba vestida y lista para irme a la iglesia. Mientras me miraba al espejo, tocaron a mi puerta.

-Adelante.- dije pacientemente.

-Entonces seguirás el plan.- Dijo Lorena un tanto decepcionada por mi decisión.

-Sí, es lo mejor.- respondí fría. –Referente a lo ocurrido en la hacienda…

-Fernanda, por favor. Yo no sé de qué me hablas, sólo recuerdo  lo ebria que estaba.- Dijo con su mirada cómplice. –Te vez hermosa, amiga.- Nos abrazamos, sabes que cualquiera que sea tu decisión, siempre estaré para ti.- tomandonos de las manos.

-¡Basta! ¿Acaso quieres que arruiné el maquillaje?- Intentando no llorar. –Mejor ayúdame a terminar esa maleta, en mi mesa de noche está mi pasaporte, documentos y cartera de viaje, salgo mañana a medio día y no quiero que nada se me olvide.-

-¿Esto también?- Voltee a mirar y era el sobre de Mauricio, lo había olvidado.

-No, dámelo, lo leeré ahora, gracias.. dándomelo.

-Bueno no demores, te estamos esperando abajo.- salió de mi habitación.

-Gracias termino con esto y en un momento bajo.-

Volví a mirarme al espejo para cerciorarme de que todo estuviera en su lugar, estaba realmente hermosa y elegante.

Abrí  el sobre, contenía una carta.

“Fernanda:

A días de casarnos no puedo evitar pensar en todo el tiempo que llevamos juntos. Hemos estado sometidos a mucha presión yo en el trabajo, tú terminando la carrera, tus trabajos y luego la boda. A pesar de tener todo el tiempo del mundo para hablar de lo que esperábamos el uno del otro, no lo hicimos. Dimos por sentado muchas cosas.

Debes saber que me considero un hombre muy afortunado por tenerte a mi lado, eres una mujer muy fuerte, independiente y hermosa, tienes siempre la palabra adecuada, sabes responder ante las eventualidades, eres de corazón noble y bondadoso. Tienes buenos sentimientos y me siento muy honrado de que me hayas elegido como tu compañero de vida. Es eso lo que me lleva a siempre querer ser mejor persona, pera ser la mejor versión de mí que pueda ofrecerte, pues sé a mi lado ya tengo una mujer con más virtudes que defectos y que ya es grande en todos los sentidos. La mayor parte del tiempo tengo miedo de perderte, de que mires a tu alrededor  y veas que hay alguien mejor que yo.

También sé que no he sido el mejor novio, no soy expresivo, pocas veces detallista y he cometido errores, pero soy un hombre honesto, trabajador, loco y te amo. Estoy consciente que a tu lado siempre seré Mauricio Bauer el esposo de Maria Fernanda Salvatierra, nieta de Don Fernando Salvatierra e hija de Mario Salvatierra. Fundadores de uno de los consorcios más prolíferos del país. Y no me molesta puedo ser tu sombra por amor y convicción, porque más allá de esto, conozco a la mujer no al personaje y es de la mujer de quien yo estoy enamorado. No soy bueno hablando de estas cosas y la mayor parte del tiempo esto me frena a decirte todo lo que siento y representas para mí.

Quiero que leas mis votos antes de pronunciarlos ante nuestros invitados, porque mi compromiso es sólo contigo. Estaré contigo en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en las buenas y las malas, incluso en las peores. Prometo ser un buen padre y un buen esposo, un buen amigo y prometo ser todas lo que necesites que sea para que puedas realizarte. Seré tu brazo para apoyarte, levantarte, protegerte y abrazarte.  Pero ante todo prometo dar todo de mí para hacerte feliz. Por eso cuando entres  a la iglesia del brazo de tu padre, quiero que recuerdes estas palabras y que veas en el altar, no a tu mejor candidato con el que te vas a casar, quiero que veas al hombre que te ama y que no pasará un día sin cumplir su promesa de hacerte feliz y dar todo por ti. Quizá ahora no estamos en nuestros mejores momentos, pero esta etapa juntos la superaremos, nuestro camino apenas comienza.

Con amor, Mauricio.”

Ahora sí podía sentirme miserable.

Bajé radiante y sonriendo por las escaleras de la casa. Estaban mis padres, Lorena, Tita y José. No era el momento para más debilidades. Había caído ante la tentación, cometí un error que no supe cómo, ni tuve la bondad de corregir, la mujer que Mauricio describía, se había perdido aquella noche en la Ingeniera Cohen, me gustaba Alex y mucho, pero no sabía qué clase de sentimientos tenía hacia ella, ¿amor, deseo, confusión? tampoco podía afrontar lo que esa decisión me significaría. Si Mauricio cometió errores, no me importa, yo tenía uno que era comparado a todos los de él, comenzaríamos nuevamente.

Sonreía y saludé a cada una de las personas que  se encontraban esperándome, mamá no cabía de la emoción al verme de novia y papá simplemente no tenía palabras. Lorena me abrazó y ami oído dijo: “Aún estás a tiempo”, pero no respondí. Me acerqué a José quién estaba a punto de llorar y a Tita, quién ya estaba en lágrimas. Tomé camino hacia el carro que habría de llevarme a la Iglesia, junto con mis papás. En el trayecto mi confusión se acrecentó, escuchaba que mis padres hablaban, pero no sé bien qué decían. Estaba cuestionándome sobre qué debía hacer y qué estaba por hacer, el velo ayudaba a disimular lo ida que me encontraba. El trayecto me pareció muy breve y los flashes de las cámaras me sacaron de mis pensamientos. Nunca estuve de acuerdo en ser tan mediática como a mi madre le gustaba y que hubiera muchas personas sobre mí, me incomodaba.

- Podrías haber evitado tantos fotógrafos, hubiéramos tenido 5 minutos ante la prensa y eso hubiera bastado.- dije un tanto molesta.

-Eres mi única hija, sólo te casarás una vez en la vida y quiero lo mejor. Así que disfrútalo.- dijo muy propia, fue ella quien me enseñó a  siempre comportarme y dar una buena impresión, ví que sonreía a las cámaras y mejor ejemplo no podía tener, pero no pude hacer lo mismo, apenas y sonreí.

Papá me ayudó a descender del auto para entrar a la iglesia, ahí en el vestíbulo la planeadora, esperaba la indicación que le diera luz verde para que pudiéramos empezar la marcha, Lorena acomodaba mi vestido.

-¿Estás lista princesa?- Dijo papá besando mi mano.

No podía hablar, tenía un nudo en la garganta y temía ponerme a llorar, sentía que si no me calmaba empezaría a hiperventilar. Así que una vez más sólo pude, suspirar, apretar la mandíbula y exhalar, apretando la mano de mi papá.

La marcha nupcial comenzó a sonar, las puertas divisorias de la iglesia se abrieron y comenzamos a caminar.