Destino manifiesto (4)
Jason mantiene una intensa conversación con su padre, en la que salen a relucir sus diferencias de criterio artístico. David le habla de Linda y de la forma en que perdió contacto con ella.
Los días y las semanas pasaron sin que apenas me diera cuenta, entre minigiras de promoción, fotos de estudio con los chicos de la banda, o yo sólo en plan estrella mediática, reuniones con la discográfica para decidir el siguiente paso a seguir, entrevistas en radio y televisión, y hasta mi primer contrato publicitario, ciertamente modesto aún, con una marca de bebidas isotónicas que quería promocionar sus bebidas entre un sector de la juventud muy concreto.
Durante dos meses no hice el amor con nadie, pendiente como estaba de aquella maldita llamada de Evan que parecía no iba a efectuarse nunca. Decliné amablemente cuantas proposiciones, honestas o deshonestas, de uno u otro sexo, se me hicieron en aquellos meses, y me limité a masturbarme en las frías y solitarias noches de hotel, entre vuelo y vuelo. Sé que actué como un tonto, y que Evan, con su enorme atractivo físico, y su glamouroso trabajo, estaría follando como un loco en París y Londres, o donde recalara su hermoso cuerpo por esos mundos de Dios. No nos habíamos hecho promesas de fidelidad, en realidad no nos habíamos dicho nada concreto, sólo habíamos quedado en volver a vernos a su vuelta a Estados Unidos, lo que encerraba al menos una cierta promesa de encuentro erótico garantizado. Pero eso no significaba que pudiera conseguir la exclusividad de aquel aspirante a Brad Pitt; y, sin embargo, yo me aferraba a la idea de que, tarde o temprano, él volvería, me llamaría y, con suerte, me confesaría cuanto me había echado de menos en sus aburridos días de pasarela y reportajes publicitarios, en la culta y elegante Europa.
Mi padre, que viajaba por negocios en compañía de mamá, se acercó a saludarme un día en Los Angeles. Yo me encontraba de casualidad en mi hotel tras terminar de rodar un anuncio para Nike, y estaba a punto de salir pitando al estudio para grabar un tema nuevo, destinado a una banda sonora de próxima aparición.
¡La cosa está que arde, Jay! exclamó mi padre abrazándome en el vestíbulo de mi habitación de hotel.
¿A que te refieres, papá?.
El fingió enfadarse, mientras abría la inevitable carpeta con recortes que le acompañaba en todos sus desplazamientos, por lejos que fuese.
¿Pero en que mundo vives? ¿es que los de tu compañía no te informan de los avances que se producen en tu carrera?
Me lo temía - hice ademán de sentarme en una butaca, pero mi padre me lo impidió agarrándome con fuerza por el brazo, y mostrándome unos folios fotocopiados que exhibía con orgullo.
¡Eres grande, hijo! ¡Y lo serás aún más si te dejas aconsejar por este viejo lobo solitario que lo ha visto todo en la vida!
No me lo digas ¡el Hot 100! puse cara de hartazgo. El no demostró darse cuenta de ello. Como siempre, mi padre iba a lo suyo.
¡Por supuesto! Este es el índice que nos indica de que lado sopla el viento en nuestra profesión, Jason, y en tu caso el viento sopla a favor y a toda vela. Fíjate señaló una columna con el dedo y me plantó el papel delante de la cara para asegurarse de que no tenía escapatoria alguna- "Evil" ha llegado al nº 9 ¿te das cuenta, hijo? Con tu primer sencillo has llegado al Top 10, algo que yo hubiera pagado dinero por conseguir con "Fate in our hands".
En primer lugar, papá, no HE llegado a ese puesto yo sólo, como si fuera un superhéroe; en realidad soy el cantante dentro de una banda ¿lo recuerdas? mi padre bajó la cabeza un instante, aunque yo sabía que tan sólo estaba buscando argumentos con que contrarrestar mi ofensiva- y además, me da un poco igual todo eso de las listas de éxitos, eso son chorradas que organizan las propias discográficas para tenernos controlados. Nos tienen cogidos por los huevos con esas tonterías, pero muchos artistas no han entrado nunca en esas jodidas listas y sobreviven perfectamente, con su público y con su prestigio intacto.
¡Ja! Dime un solo artista importante que no haya entrado en el Hot 100 y que sea conocido más allá del umbral de su casa.
Me quedé un momento pensativo. La verdad es que no se me ocurría ninguno, fuera de grupos realmente alternativos y, en efecto, desconocidos para el gran público.
Mmmm ¡Elvis Costello, por supuesto! dije un poco a la desesperada.
¡Que ignorante! Elvis Costello consiguió al menos un Top 20 con una fascinante canción llamada "Verónica", a finales de los 80.
¡Debí suponerlo!. Tienes respuesta para todo. Bien, tal vez todo artista importante haya entrado en esa lista alguna vez, pero no hace falta que llegues al nº 1 para hacer carrera artística. ¡Eso es demencial!.
Ahora mi padre estaba fuera de sí. Había tocado su gran tótem, su único dios, aparte el dinero, ¡el nº 1! Todo en mi vida debía supeditarse a esa gran causa, que repetía sin cesar como un mantra, autoconvenciéndose de su validez universal.
Su contraataque resultó igual de previsible que los anteriores.
Nunca has estado en Europa, ¿verdad, Jay?
No, todavía no. Pero quien sabe me imaginé subiendo a un avión en ese mismo momento y presentándome en el apartamento parisino o londinense de Evan, sorprendiéndole en mitad del sueño con un dulce e interminable beso en los labios. Luego él me miraba con ojos enfebrecidos, y simplemente decia : ¿Eres tú realmente, Jason, o sigo aún en el más maravilloso sueño que - pero me padre me interrumpió para seguir con su invectiva.
Pues yo te voy a decir lo que ocurre allí, y en Japón, y en Australia, y en cualquier otro país del mundo que no sea nuestra maravillosa América. Cuando una película, o un álbum de música pop, tienen mucho éxito por aquí, y se estrena o sale a la venta en esos lugares, invariablemente aparece un cartelito, generalmente un redondel, con unas letras impresas que contiene un mensaje muy claro, y que todo el mundo entiende a la primera. ¿Y sabes lo que dice? - no me dejó intervenir y se contestó a sí mismo, algo que le encantaba hacer- Yo te diré lo que pone el jodido cartelito: ¡Nº 1 EN USA! Así de simple y así de directo. No hay mejor reclamo para atraer a las masas extranjeras a un espectáculo que colgar un letrero diciendo que algo es nº 1 en nuestro país.
¡Fantástico! ¡Puro marketing, pero me parece bien! ¿Y a donde quieres llegar con eso?
¡Está muy claro, Jay! Fíjate que no dice: "Nº 2 EN USA" ni tampoco "Nº 25 EN USA"; lo que triunfa es la excelencia, lo sublime, el nº 1, en definitiva.
Ahora era yo el ofendido con su absurdo planteamiento.
Vamos a ver, papá, ¿me quieres hacer creer que porque una película o una canción lleguen al nº 1 eso las convierte en excelentes? Porque la experiencia me demuestra que muchas de ellas son una puta mierda en cuanto a calidad intrínseca.
Ahora mi padre reculó, quedándose pensativo, con una mano mesándose la barbilla. Pero sólo un poco. El era así de insistente, y, en seguida encontró nuevos argumentos para sus viejas creencias.
Estoy de acuerdo hasta cierto punto. Pero no dejan de ser populares, famosas, las preferidas del público. Y eso es lo importante mi padre hacía ahora grandes gestos con las manos. En este tipo de discusiones bizantinas se encontraba en su salsa- Y te recuerdo que en este maldito negocio que hemos elegido
¡Que tú has elegido para mí! rectifiqué cruzándome de brazos en señal de aviso. La cosa se estaba poniendo interesante.
¡Y que tú has encontrado una elección maravillosa! Escucha, Jay, tú has nacido para esto. No es pasión de padre, pero en todas partes coinciden en la misma apreciación, posees un talento en bruto único y desbordante, un carisma impresionante, una voz privilegiada, y de físico que vamos a hablar ¡lo tienes todo en tus manos para triunfar!. Y, al igual que pasó con Judy Garland o Debbie Reynolds, no sólo tienes talento a raudales, sino que también caes bien a la gente ¡eso es muy importante en este negocio! Y lo más difícil de conseguir.
No sabía si echarme a reír o a llorar ante la sarta de tonterías que estaba escuchando de su boca.
Vamos a ser claros, papá en primer lugar, no pretendo deliberadamente caer bien al público. ¡No quiero ser como Judy Garland ni como Debbie Reynolds!, por muy brillantes que hayan sido sus carreras y por muy queridas que fueran por la gente en su época. Yo solo quiero componer, actuar, y que me dejen vivir mi vida después. No quiero ser una estrella a la antigua usanza, no sé si me entiendes. Y además, mi música va dirigida a un perfil muy concreto de público; ojalá le gustase a todo el mundo, pero lo cierto es que mi estilo musical nunca podría ser mayoritario.
Bueno, eso no es lo que dicen las listas de éxitos. Tu popularidad se ha disparado como la espuma con una sola canción. Estoy seguro de que en poco tiempo conseguirás un nº 1. Sólo hay que dar con la canción adecuada, hacer un video llamativo, promocionarla bien, y tu sola presencia hará el resto.
¡Que fácil! Tal vez durante una buena temporada sea así, papá, pero tú mejor que nadie sabes que los gustos del público son cambiantes, y que no se puede confiar en construir una carrera a largo plazo basándonos en los resultados de esas ridículas listas, con sus subidas y bajadas caprichosas, como en Wall Street.
Mi padre parecía decepcionado de cada una de las respuestas que le endilgaba. Ese día me había despertado especialmente inspirado. Quizá me dedicaría a componer en el avión que debía conducirme a Seattle esa misma tarde.
¿Quieres decir que eres un artista sin ambición, que te conformas con ser un don nadie en esta profesión, después de todo el dinero que he invertido en tu educación?
Resoplé para tomar fuerzas antes de responder.
No es eso tampoco. Yo estaría encantado de ofrecerte un nº 1 en bandeja, pero ya te he dicho, y tú lo sabes bien, que mi estilo musical no termina de encajar con los gustos mayoritarios. Lo veo difícil en principio, aunque no imposible. Al fin y al cabo, si Linkin Park y Evanescence lo consiguieron en su día, no veo por qué mi grupo no podría repetir la hazaña. Pero no me obsesiona demasiado. Muchos de mis grupos favoritos, como The Cure, o Depeche Mode, nunca tuvieron un nº 1 en Estados Unidos, y no dejan de ser por ello referencias universales en su estilo.
Mi padre saltó como un tigre al oír aquella disertación. Su lado cartesiano salió a relucir como empujado por un resorte invisible.
Bueno, en realidad The Cure estuvieron a punto, como los Miners en su día, porque llegaron al nº 2 en 1989 con "Lovesong", y, en cuanto a Depeche Mode, es cierto que su "Enjoy the silence" se quedó en el 8, pero
Esta tesis doctoral sobre el Hot 100 ya me estaba tocando las narices. Por no decir los cojones. Le paré en seco.
Joder, papá, ¿¡quieres hacer el favor de dejar de hablar como si fueras una especie de enciclopedia con patas!?.
Mi padre suspiró resignado. Yo seguí mi discurso. Esta vez permanecería calladito y escucharía por una vez lo que tenía que decirle. Mi tono de voz elevado así se lo indicó a las claras.
Te lo digo por enésima vez ¡me da igual lo que digan esas malditas listas! Esos dichosos listados nunca podrán computar la pasión y el tiempo empleados en componer y dar vida a una canción, que es arte, en definitiva. Ha habido grandes pintores que no vendieron un solo cuadro en su vida, y hoy son grandes maestros respetados por todos. Estoy seguro de que yo voy a tener más suerte de la que tuviste tú en su día, porque he aprendido de TUS errores y no estoy dispuesto a repetirlos. Y el primero y mayor de todos es tu obsesión por los resultados.
¿Cómo dices?
Lo que oyes. Quiero decir que, en lugar de disfrutar con el proceso creativo, como hacen los verdaderos artistas, tú te limitabas a componer algo pensando en el resultado, en conseguir como fuera un nº 1. Y lo que pasó fue que, debido al stress y la ansiedad que generaba esa situación, al final no llegaste a componer la gran canción que te hubiera concedido, no sólo ese puesto soñado, sino algo más importante: ¡la inmortalidad! Una sola canción, papá, que pasara a la historia. Yo con eso me conformaría, pero no me preocupa demasiado. Lo importante es disfrutar con el trabajo, los resultados llegarán después, pero siempre que lo ofrecido salga de aquí me palpé el pecho para recalcar mis palabras.
Mi padre dejó aquella carpeta con sus adorados recortes sobre la superficie acristalada de una mesa, y se sentó, meditabundo y cabizbajo, en un sillón de cuero blanco. Parecía darle vueltas a lo que acababa de escuchar de mis labios.
Tal vez tengas razón, hijo. Pensándolo bien, creo que debimos dedicar más tiempo a componer algo que nos saliera realmente de dentro en vez de intentar adaptarnos a las tendencias de nuestra época. Al principio, la influencia de Sly & the Family Stone, los Rolling Stones e incluso Three Dog Night era tan manifiesta que dudo que nadie pudiera diferenciar nuestro sonido del de esos otros grupos. Y en la segunda etapa, las influencias de Fleetwood Mac, Eagles o Boston eran evidentes a simple vista. Nunca desarrollamos una personalidad musical propia. Eramos brillantes, pero no geniales. Justo como decía mi padre
Aquel arranque de sinceridad me conmovió en lo más íntimo, especialmente por lo inesperado que resultaba en un hombre tan orgulloso como mi padre. Me senté en el brazo del sillón y le pasé la mano por el hombro. El me acarició la mano, pero continuó mirando al frente ensimismado.
Nunca me has hablado del abuelo, pero por los comentarios que hace mamá debió ser un hombre muy rígido.
Mi padre me miró de costado. Se le veía profundamente apenado.
Era un hombre imposible. Es mejor que no le hayas conocido. A ti te hubiera echado de casa el primer día, con esas pintas que llevas. una leve sonrisa se dibujó en su rostro al decir esto- Todo lo relacionaba con Dios y la religión. Solo creía en valores como la disciplina o la jerarquía. No se comportaba como un padre de hoy en día. El mantenía la distancia siempre.
Comprendo.
Siempre me echó en cara la profesión que había elegido. No la aceptó nunca, ni siquiera cuando me hice famoso. Pensaba que el mundo del espectáculo era el dominio natural del mal y que nosotros éramos poco menos que endemoniados. Se burlaba de mis esfuerzos por triunfar y me echó en cara que no fuera el nº 1 en mi profesión, que hubiese otros que me hubieran superado en popularidad y prestigio.
Tuvo que ser un hombre muy cruel.
Bueno, tanto como para decir que yo sólo sería una especie de Perry Como, nunca un Nat King Cole que pasara a la historia. Pero no sólo se comportaba así conmigo. Estoy seguro de que mi madre tuvo que sufrir muchos desprecios por su parte, al igual que mis hermanos. Aunque ellos al menos eligieron profesiones honorables a sus ojos.
Crucé los dedos antes de realizar la siguiente pregunta.
Tampoco me has hablado nunca de tu grupo, los Miners. De cómo te llevabas con ellos y todo eso. ¿Acabó mal la cosa entre vosotros? Eso es lo que he leído en Internet, al menos. mentí intencionadamente sobre esto último.
Mi padre se levantó de repente y cogió la carpeta de la mesa, balbuceando que tenía mucha prisa y que se iba a recoger a mamá, que se encontraba aprovechando el día libre para ir de compras por Rodeo Drive, el sueño de cualquier ama de casa de Memphis (y del resto del país, seguramente).
Me acerqué a él y le miré a los ojos con expresión inquisitiva.
¿Todavía estás molesto por lo que ocurrió con Jordan y Linda?.
Al escuchar aquel último nombre, para él mítico, de mis labios, mi padre cambió de color y se quedó boquiabierto por espacio de unos segundos.
¿Cómo coño te has enterado de ? ¿Eso también lo cuentan en Internet?
Bueno, siempre hay gente con buena memoria por el mundo. Tú amabas profundamente a esa mujer ¿verdad?.
Mi padre se derrumbó totalmente, y, a punto como estaba de salir de la habitación, optó por volver a cerrar la puerta y, mirando al cielo en busca de inspiración divina, respondió:
¿Qué si la amaba?... ¡Linda Matthews era mi vida!. Empezamos a salir el mismo día de conocernos en una aburrida fiesta de sociedad. Fue un flechazo fulminante. No ha habido nadie a quien haya deseado, querido y admirado más en toda mi vida, y siento tener que decir esto estando casado con tu madre, una gran mujer que me ha hecho muy feliz. Pero aquel amor ¡fue único!. Irrepetible. Linda - vaciló al pronunciar su nombre, como si temiera profanarlo por un uso indebido- era una criatura deliciosa, perfecta en todo, no había nada que hiciera mal, al menos a mis ojos de enamorado. Tenías que haberla visto no sólo era una reina de belleza y una modelo profesional, además era buena, dulce, cariñosa, atenta, y - se enrojeció al decir esto- muy ardiente, ya sabes lo que quiero decir.
Creo que lo has expresado muy bien, papá.- reconocí, algo cortado por aquel detalle tan íntimo de su relación con la madre de Evan.
Pero aquel cabrón
Jordan
Sí, no me gusta pronunciar su nombre. Ese hijo de puta se valió de su labia y de su encanto para robármela, mientras yo estaba recluido en una clínica de desintoxicación ¡jamás le perdonaré que me jodiera la vida de esa forma!.
¿Pero no habíais roto previamente?
¿Romper Linda y yo? ¡Ja! Yo no lo llamaría así. Tuvimos una discusión como tantas otras, un día de Año Nuevo en Las Vegas. Yo estaba mamado y había consumido drogas la noche anterior, y ella no aceptaba mi situación. Además, en mi ofuscación mental le dije cosas que nunca se deben decir a una mujer. Por eso se marchó de vuelta a Los Angeles, pero también por asuntos de trabajo.
¿Y que pasó luego?
Yo me di cuenta de que la estaba perdiendo y la llamé por teléfono para convencerla de que volviera a mi lado. La pedí perdón una y mil veces, pero ella insistió en que antes debía abandonar las drogas. Estaba dispuesto a rehabilitarme por completo si ella volvía. Pero ella no tragó el anzuelo; era lo mismo que la repetía siempre que surgía una crisis en la relación. Me emplazó a coger el toro por los cuernos e ingresar en una clínica de desintoxicación y seguir un programa completo, no conformarme con una o dos semanas de retiro como otras veces, lo que no me ayudaba mucho. Me explicó, llorando, que ya no soportaba más mis ataques de pánico y de ansiedad, y que ésta era mi última oportunidad de recuperarla. Sin embargo, me sorprendió su frialdad absoluta al decirme todo esto, eché en falta la calidez tan propia de su carácter.
Su planteamiento es lógico. Ella te quería, no deseaba verte en ese estado tan lamentable. Y no creo que pudiese mostrarse cálida con alguien que la había insultado sin motivo hacía poco tiempo.
Lo sé, no supe verlo, pero seguía sintiendo por ella un amor inmenso. Nos despedimos con el firme compromiso de volver a vernos a mi salida de la clínica. Sería tan solo un paréntesis de tres meses los que debía pasar incomunicado en aquella especie de cárcel para yonquis. Pensé incluso que ella estaría esperándome a la salida, con lágrimas de felicidad en el rostro, al ver que me había rehabilitado por completo en tan breve espacio de tiempo.
Pero no fue así
No, no fue así como ocurrió, por desgracia- Su rostro se ensombreció para adquirir después una expresión feroz, desconocida en sus rasgos aún joviales- Solo fue un espejismo, una ilusión por mi parte. Yo pensaba en ella noche y día, luchando con todas mis fuerzas contra la adicción que me consumía, sacando ánimos de donde podía, para resistir aquel tratamiento horroroso que no le deseo ni al peor de mis enemigos, ni siquiera a ese traidor - me miró con los ojos envueltos en lágrimas - ¿y sabes lo que me encontré al salir de allí?
No tengo ni idea, papá.
Nada. Nada en absoluto. Nadie se había acordado de mí, nadie había venido a recibirme. Me sentí completamente solo en el mundo. Mi compañía discográfica me había despedido, e incluso proyectaba continuar con el grupo sustituyéndome por otro cantante, lo que hubiera sido una locura, y mi novia simplemente no apareció. La llamé a su apartamento en Los Angeles, pero no se encontraba allí, probé a hablar con su agencia en Nueva York, y me dijeron en tono misterioso que había decidido retirarse, que ya no trabajaba para ellos. Aquello me asustó un poco. Pensé que tal vez estuviera enferma aquella primera noche no pude dormir de los nervios. Al día siguiente, en cambio, al bajar a la calle, reparé en los titulares de una asquerosa revista del corazón. No hace falta que te repita el titular, te lo puedes imaginar.
¿Algo así como: boda del año entre integrante de popular banda musical y conocida modelo de alta costura?
Sí, pero aún más hiriente. La fecha de la boda aparecía también en primer plano. También recordaba que la novia había estado saliendo hasta hacía unos meses con el cantante de la banda, pero que lo habían dejado cuando a aquel desgraciado le ingresaron en un centro de desintoxicación para toxicómanos. Todo estaba presentado en un tono sensacionalista repulsivo, presentando a Linda como la mala de la película, cuando fue aquel perro sarnoso quien organizó aquella traición, Llevaba años esperando pacientemente su momento, como una hiena al acecho de la carroña. Por eso me animaba a consumir drogas, "necesitaba relajarme después de una descarga de adrenalina tan importante en el escenario", decía, ¡pero él no las probaba!; y por eso también no salía con ninguna chica, y se limitaba a acostarse con cuanta "groupie" se le pusiera a tiro. Decía que "era muy joven, no quería compromisos". ¡Mentira!. Solo esperaba su momento, mira como entonces perdió el miedo al compromiso como por un milagro. ¡Tres meses! ¡Tres meses, Jason! Ese es el tiempo que duró su noviazgo, antes de anunciar su compromiso con mi chica. Tenía prisa en casarse el muy cerdo, no fuera a aparecer yo de repente, curado y en mis cabales, y robarle a su preciosa prometida. Lo hizo a conciencia. El nunca soportó que yo fuera el más brillante de los dos componiendo, ni que acaparara la atención mediática en mi faceta de cantante. Y encontró la manera de vengarse. No digo que no la deseara o no la quisiera, porque ¡¿qué hombre en su sano juicio no perdería el sentido ante una preciosidad como ella?!, pero estoy seguro de que experimentó un placer morboso al quitarme de un plumazo lo que yo más quería, mi más preciada posesión.
¿Y no piensas perdonarles nunca, a pesar de que continúan siendo un matrimonio feliz, según parece? Al menos acertaron en su decisión, aunque hubiera víctimas colaterales de por medio. ¿No eres capaz de verlo así?
Tal vez sí, tal vez pudiera perdonarle a ELLA , que fue seducida por ese desgraciado hijo de perra, pero puedes estar seguro de que a EL no volveré a dirigirle la palabra en toda mi vida. Y, mucho menos, actuar juntos de nuevo.
Esta vez sí se decidió a abrir la puerta, y salir después.
Tu madre y yo te esperamos para comer en el restaurante del hotel dentro de un par de horas. Intenta ser puntual.
No sé si llegaré a tiempo, papá. Tengo que pasarme por el estudio a grabar unas tomas. Empezad sin mí, llegaré antes de los postres.
Te veo luego, hijo
Allí estaré. Hace meses que no veo a mamá, tengo muchas ganas de abrazarla.
Y ella a ti. Para ella sigues siendo su pequeñín, ya sabes como es
Sí, - suspiré enternecido - la típica madre judía hiperprotectora. Aunque ella reniegue de su fe, los genes siguen presentes.
Mi padre sonrió. La ocurrencia había hecho su efecto, y volvió a cambiar de humor.
Era como un caleidoscopio, siempre cambiante, y tan variable como el tiempo.
Hasta luego, Jay.
Hasta luego, papá.
La puerta se cerró tras la última despedida. Sentí que aquella inusual conversación había tenido un efecto decisivo en mi existencia, aunque aún no sabía explicarme porqué. Llamé a mi agente y le pedí que me concediera la mañana libre para dedicársela a mis padres. Se limitó a comentar que la agenda estaba a tope, y podía considerarme afortunado si llegaba a tiempo a la comida con ellos. Colgué el móvil y me miré al espejo antes de salir a la calle. ¡Propiedad pública! se me ocurrió pensar. Tal era mi estilo de vida desde que era famoso. No iba desencaminado.
(Continuará)