Destino (IV)

Y entonces dos cuerpos se encontraron y se complementaron.... En una noche de copas.

Aquí tienen una entrega más, disfruten y como siempre, no se olviden de valorar y comentar la historia, saludos.


Y ahí estábamos besándonos apasionadamente, los viñedos, un cielo estrellado y una leve brisa eran nuestros únicos testigos. No podíamos dejar de besarnos y no por la falta de aire que ya era una constante, era simplemente que ninguna delas dos deseaba dejar de hacerlo. Con un poco de temor bajé mis manos acariciando muy superficialmente su trasero y es que no quisiera propasarme con ella, es que el deseo era más fuerte que mi cordura, hasta ese momento desaparecida. Ella retiro los brazos de mi cuello y los llevó directamente a mis senos, mientras abusaba de mi cuello. Tenía un hormigueo delicioso por todo mi cuerpo, me sentía a un segundo de perder la razón y dejarme llevar y que Alex hiciera de mi lo que mejor le pareciera. Dejamos de besarnos mientras en la oscuridad intentábamos encontrar nuestras miradas. No sabía qué decir o si tenía que decir algo. Alex, comenzó a desabrochar su blusa botón por botón de una manera muy sexy mientras yo trátame de mantenerme calmada.

-¿Qué hace Ingeniera?- dije en un susurro.

-Sólo deshacerme de lo que me está estorbando Fernanda.- Dijo con una voz que intensificaba mi cosquilleo.

-No, por favor.- Mientras evitaba que se quitara la camisa. –No puedo, no estoy lista.- dije suplicando.

-¿Y cómo piensas estarlo si no te lo permites?-

-Es que de verdad, no puedo.- insistí.

-Es porque te casas con Mauricio Bauer el sábado, ¿cierto?- Dijo en un tono que no ocultaba decepción, una vez más directa y al grano, me hizo sentir mal. Suspiré, apreté mi mandíbula y exhalé pesadamente. –Parece que es uno de los eventos sociales más esperados, eres una persona conocida, bueno tu familia.

-Eso es lo de menos, es qué no estoy segura de lo que pasará y tampoco creo estar consciente de lo que sucedió, no es profesional Ing. Y le pido que por favor me disculpe, actué sin pensar.- entrando a la habitación por completo.

-No te creo, me has dado todas las excusas, pero no que no quieres estar conmigo.-

-No sé qué quiero...- dije susurrando, como temiendo ser escuchad

-Respetaré su decisión y aquí no pasó nada Arquitecta. Le pido una disculpa por haberme extralimitado, por mi parte tampoco volverá a suceder y no comentaré más este episodio.- lo dijo en un tono que no sé cómo describírselos, pero me dolió horrible, sentí como mi corazón se estrujó. –Me deseas, de no ser así no me hubieras besado como lo hiciste, con permiso.- y salió de mi habitación.

En toda la noche no pude dormir, ya sea por culpa, deseo, confusión, estaba en mi cama acostada, dándole vueltas a lo que había ocurrido. Nunca me sentí atraída por una mujer, al menos no conscientemente, empezaba a dudar de mi línea de entre reconocer que una mujer es guapa, a una mujer que me gusta. ¿Besarme con Alexa me hacía lesbiana?, ¿Realmente era lesbiana?, ¿Estaba confundida?, No tenía idea, sólo sé que gracias a que el beso se frenó mi cordura tuvo a bien aparecer para que no cometiera un error. Había besado a Alexa y eso debía bastarme, el haberla rechazado sería un hecho que me pasaría el resto de mi vida. Habían pasado unas horas cuando ya me estaba lamentando, hacía mucho que no me sentía como estando con ella, podía tenerla a mi lado, desnuda, acariciando su cuerpo a mi total disposición, sentir su piel, sus besos, su aroma, podía tenerla a ella y sólo estaba ahí cuestionándome un montón de cosas tontas.

Nunca creía necesario cuestionar mi sexualidad, conocía literalmente a Mauricio de toda la vida, casi los mismos colegios, los mismos conocidos, tomamos la misma carrera. En un principio lo quería mucho, lo amaba, estaba loca por él; atlético, educado, bien parecido, era el chico con el que todas querían estar. Cuando me propuso ser novios no cabía de la felicidad y no podía sentirme más feliz, nuestros primeros 3 años diría fueron los mejores, después sólo fue sexo, ahora éramos amables, dos personas con los mismos intereses, él casarse conmigo y yo en cumplir mis deberes y quizá me veo muy mal hablando así de Mauricio, pero era como estaban las cosas. Nunca tuve otro novio, nunca estuve con nadie más, nunca había sido infiel porque tampoco había tenido la oportunidad y nunca me cuestioné todos los deberes que desde mi nacimiento se me habían adjudicado, pues siempre me comporte como me dijeron que debía ser (y no ser como yo era) luciendo bien y manteniendo siempre la compostura, nunca débil ni vulnerable, siempre fuerte, pues a falta de un varón heredero, era yo quién debía suplir y llenar de orgullo y enaltecer a la familia.

La mañana me sorprendió con un montón de interrogantes, pude medio dormir un par de horas, mientras se acercaba la hora del desayuno, más nerviosa me sentía por encontrarme con Alex nuevamente, las copas en mi habitación no hacían más que recordarme lo que pudo ser.

Bajé al jardín donde acostumbraba a tomar mi desayuno, Lorena y Alex ya estaban ahí y se veían muy conversadoras.

-Buenos días señoritas, provecho.- dije lo más normal que pude

-Amore, buenos días. ¿Qué haremos hoy?.- Dijo Lorena abrazándome efusivamente, ella simplemente era así, ustedes tampoco se hagan ideas.

-Pues debo revisar unos documentos de la exportadora, después tendremos una cata de vinos a medio día y luego tendré la tarde disponible para ti. ¿Te basta?.- Dije con aire de importancia que siempre me daba con Lorena, parte de nuestro juego. -Buenos días Ing. Cohen.- Dije a Alex.

-Buenos días Arquitecta Salvatierra.- Respondió tan fría, hablándome de usted y apenas mirándome.

–Pedí a José que pusiera en su despacho los documentos de los que ayer hablamos, un plano de la finca para que se ubique y bueno pondremos a Pedro a trabajar con usted, ambos son nuevos y José puede explicarle a ambos.-

-Gracias Arquitecta, en cuanto terminé con mis alimentos pongo manos a la obra, como le comenté empezaré a hacer las pruebas para ver el estado de la tierra.- Muy seria y profesional.

-Perfecto, también ahí verá su contrato certificado ante notario… cualquier cosa que necesite, hágamelo saber y recuerde que a medio día nos vemos en la bodega C para hacer la degustación.- dije intentando que por lo menos me mirara, me estaba lastimando esta situación.

-Claro Arquitecta, cuente conmigo, ¿algo más que deba saber?- Dijo un tanto molesta y fría, que fue evidente que algo pasaba.

-Y dime amor ¿cómo van las cosas en la exportadora?- Intervino Lorena evitando más tensión.

-Muy bien, papá implementó un plan de expansión, con lo que la exportadora se ha hecho de nuevos clientes, nuevos destinos y bueno gracias a Dios más trabajo y empleos para la gente. Probablemente se realice la transacción de un viñedo en Francia y de ser así, pondremos una sucursal de la exportadora ahí mismo, para poder dar un mejor servicios los clientes europeos.-

-¡Hija es estupendo! Ojalá se dé, podríamos vernos más seguido, Suiza te quedaría más cerca.- respondió muy emocionada.-

-Me encantaría que así fuera, pero quienes estarán ahí serán mis padres, yo me voy a quedar aquí Como Presidenta de la Exportadora al frente y en la finca.

-¿Que no eras ya Presidenta Ejecutiva amor?.-

-No baby, soy Directora General de Operaciones.- dije guiñándole el ojo.

-¡Madre mía! Mira si ha pasado el tiempo, aún recuerdo cuando te dieron tu primer cargo real y nada honorífico de Gerente.

Alexa estuvo bastante callada, yo por cuestiones de trabajo tuve que retirarme antes de terminar mi desayuno a revisar la documentación importante que urgía y que tenía atrasada, eso fue bueno pues la verdad me hizo olvidarme de la guerra que traía por dentro. La cata se realizó y Alexa tuvo las anotaciones que necesitaba, después de eso y evitando más pendientes me di la tarde libre con Lorena.

-¿Montamos?- le pregunté a Lorena.

-Mmm, lo hice por la mañana. Vayamos al ojo a nadar sí, y hacemos las dos cosas.-

La finca tenía un ojo de agua, que mi abuelo aseguraba que desde que llegaron ahí estaba, mi abuela siempre me dijo que era falso, pues mi abuelo en su inmensa necedad, lo mando a cavar como mero capricho de tener un lugar al cual nadar y relajarse. Cierto o no, era un bonito lugar un tanto retirado de los viñedos, que con el tiempo se había llenado de vegetación, lo cual lo hacía muy privado y tranquilo.

-¿Amor, estas bien? Te noto diferente, es por la boda, ¿estás preocupada?.- dijo mientras íbamos tranquilamente hacia el ojo.-

Suspiré, apreté la mandíbula y exhale pesado.-

-La boda está bien, ya está lista, sólo tengo que presentarme ese día y hacer el trámite.-

-Sigo pensando que vas a cometer el error más grande de tu vida, ¿estás consiente de que no lo amas?-

-Creo que ambos lo sabemos, yo necesito casarme y él necesita casarse conmigo.

-Fernanda, tienes el dinero de tus abuelos y la finca ya es tuya, ¿por qué lo haces? ¿Tienes miedo a no heredar la Exportadora?-

-No, no la necesito. Pero es mi vida, nunca fui del todo una niña al estar conociendo las uvas, al familiarizarme los procesos, crecí entre bodegas y la tierra, a catar vinos, ver los criaderos. Luego crecí y no pude ser la típica adolescente, tenía responsabilidades y deberes, tuve que entrar a la exportadora, ver clientes, aprender las políticas, aprender de negocios y a negociar, aprendí a ser la persona que todos querían que fuera para poder hacer bien el trabajo. Y no me quejó porque amo la tierra y amo seguir este legado, es sólo que no sé quien soy yo, sin la finca, y sin la exportadora, carezco de identidad... quizá prefiero la identidad que pueda tomar al casarme con Mauricio. Es todo.-

-¿Y para qué si no lo amas? Por qué no conseguir lo mismo con alguien a quien ames…

-Porque nunca tuve suerte para eso, creo que se te da o no se te da, mejor sigo el plan establecido desde el principio…

-y… ¿ que hay de la famosa Ing. Cohen?.- dijo en ese tono que pretende atracarme con más preguntas.

-No soy lesbiana.- me apresuré a decir.

-Nunca dije que lo fueras… es más ni siquiera formulé una pregunta específica… y tampoco me importa, si así serás feliz. Te gusta la tal Alex ¿cierto?.- dijo mientras bajábamos de los caballos.

-No digas tontería baby.- un tanto nerviosa.

-Pues se ve que tú a ella sí, no me digas que no lo haz notado- mientras nos quitábamos la ropa para meternos al ojo. Osea, dejas que te tutee, vengaaa nadie que no sea Tita permites que lo haga, jamás vi que eso en ningún trabajador tuyo, además le permitiste cabalgar a Gala a unos de tus pura sangre, ¿donde están los caballos de los trabajadores? Te gusta la Ingeniera, lo sé.

-Anoche nos besamos en mi recamara.- enseguida me aventé al agua.

  • ¿y? ¡Dimelo todo!.-

-No pasó nada y todo seguirá el ritmo marcado. Lorena no quiero hablar más ¿entiendes eso? .-

Estuvimos por buen rato en el ojo poniendonos al día, hasta que regresamos, ya ahí preparamos las maletas para salir al otro día temprano, regresaría un día antes a la Ciudad, pero no para el brunch, sólo para tener todo bajo control. Como empezamos mi despedida, estuvimos bebiendo en la sala y la verdad es que se nos pasaron mucho las copas, con trabajos pude subir las escaleras y más con el costal que era Lorena, definitivamente el tequila nunca ha sido buen amigo mío. Así que después de aventar (literalmente) a Lorena a la cama, me dispuse a ir a mi recámara. Nublado mi juicio, decidí que no podía irme de la hacienda con una relación tensa con la persona que estaría al frente de mi finca, de la que dependía que la cosecha fuera buena y que literalmente tendría mi vida en sus manos. Así que decidida a arreglar la situación, toque a su puerta.

-Arquitecta Salvatierra, ¿necesita algo?.- dijo un tanto somnolienta.

-Necesitar, necesitar no, sólo quería disculparme con usted, espero que esto no sea un impedimento para que sigamos trabajando juntas por mucho tiempo. Usted entiende lo que quiero y usted me inspira confianza, lo que menos quiero es que esta relación este dañada.- dije en ese tono que tenemos los que creemos que no estamos borrachos, pero que estamos haciendo el ridículo.

-Como le dije ayer, no tiene de qué preocuparse soy muy profesional y lo de ayer no tiene caso que lo mencionemos, puede irse a casar tranquila.- dijo ella un tanto molesta.

-Venga Ingeniera, ve como no acepta mi disculpa, sigue enojada.- dije recargada en la puerta.

-¿Usted realmente se arrepiente?.- me cuestionó.

-No.- Y la besé.

Ella me jaló a su habitación, ahora era yo quién tomaba el control, fui más atrevida al besar su cuello y bajar por encima de su blusa a mordisquear sus senos, tenía puesta una tanga de encaje, no la pude ver, pero sí la pude tocar. Ella me sacó la camisa y luego la blusa, mientras yo intentaba desabrochar el cinturón, bajó lo más que pudo mi pantalón y en un acto de fuerza, me sentó sobre una mesa que se encontraba cerca, para ayudarme a liberarme de las botas y por fin quitarme el pantalón.

Tomó mi mano y me llevó a la cama, donde seguimos con caricias desesperadas, la habitación estaba inundada de respiraciones pesadas, me besaba el cuerpo y yo creía que esto era parte de un sueño, estaba demasiado mojada y sentir su palma en mi vagina me provocaba un suaves gemidos, gemidoS que ella atrapaba con su boca, yo recorría su cuerpo, pero no me atrevía a deshacerme de su ropa.

-¿Qué pasa Fernanda, ya no quieres?.- dijo ella con voz entre cortada.

-No es eso, es que no sé qué debo hacer, nunca lo he hecho con una mujer y probablemente sea torpe y malo.-

Me sentó en la orilla de la cama, tomó mis manos y las guío en su cuerpo, primero las puso en sus senos, los apreté durante un momento con mis palmas cerrando mis ojos y luego sólo apreté sus pezones, que estaban duros, quería chuparlos y tenerlos en mi boca, luego las llevó por su espalda donde quité su sostén. Deslizó mis manos por su espalda hasta llegar a sus nalgas, estaban duras, lentamente bajé más por los costados de sus piernas y las subí por el interior de su ingle, donde con mi palma rocé su vagina, estaba mojada y eso hizo que la mía comenzara a palpitar, quite su tanga embriagándome de su olor.

Alex se sentó sobre mi, rodeándome con sus piernas y brazos, comenzó a besarme lentamente, jalándome los labios, me encantaba!. Retiró mi sostén, me apretó más con sus extremidades, sus pezones duros acariciaban los míos, comenzó a mover su cadera, haciendo que su vagina tocará levemente la mía, mientras me devoraba la boca. Como pude la sorprendí con mi dedo medio y ella respingó, despacio y tomándome mi tiempo introducía mi dedos en ella, me concentraba en sentir su vagina mojada, cuando quedo todo dentro, se echo para atrás y dejó sus pechos expuestos para mi, al fin. Los besé mientras movía en círculos mi dedo dentro de ella. Despacio comencé a penetrarla, aumentando el ritmo, sus piernas cada vez me apretaban más, sus gemidos los sentía en mis oídos, mientras seguía prendada de sus senos. Sentí que alguien no podía escuchar y la besé para intentar silenciarlos, mientras mi mano al bordo de un calambre logro que ella se viniera al decir mi nombre entre espasmos.

Despacio la puse de espaldas y me deshice de mis pantis, no tenía claro que iba a hacer, pero quería sentir, escondí mi cara en su cuello, podía sentir su humedad, mis labios hinchados agradecieron el primer roce, gemí fuerte en su cuello, los brazos de Alex me tenían por la espalda y a cada roce me enterraba sus uñas, fui subiendo la velocidad, era como el equivalente a cuando Mauricio lo hacía conmigo, solo que esto esto se sentía un millón de veces mejor. Cuando bajó sus brazos, los tomé y los por encima de su cabeza juntando nuestras palmas, me sirvieron de apoyo para unas embestidas más rápidas y más fuertes, el sonido de nuestras pieles chocando, escucharla gemir por mí, por el placer que le daba, me tenían loca de lujuria y con todas estas emociones, me viné y un torrente de jugos salieron de mi, mezclandose con los de Alex, solté sus brazos dejé que me abrazara con su mano izquierda, mientras que con la otra, acomodaba mi cabellos y me besaba... No podía sentirme mejor.