Destino (I)

Conozcan a Fernanda y el camnio que la llevará a descubrirse y cuestionarse la vida que lleva.

Ese invierno había sido duro, sentía que no encajaba en ninguna parte. Mauricio, el único novio que había tenido desde la secundaria me había propuesto casarnos, estaba por terminar la Universidad y al parecer, el paso lógico y que todos esperaban en nuestra relación era que nos casaramos, no me pareció mala idea, pero tampoco me emocionaba. Bien cierto era que era mi primer amor, con él experimente el sexo por primera vez y muchas otras cosas, me quería y lo quería. Siempre sentí que así tenía que ser, nuestros padres eran amigos desde la adolescencia y al igual que nosotros no habían vivido más, lo hermoso para ellos era que esa historia se repitiera.

Mi graduación estaba a la vuelta de la esquina y los preparativos de la boda ya habían arrancado, sería en la misma iglesia que nuestros padres se habían casado y lo festejaríamos a lo grande. Mis abuelos levantaron una finca poco a poco y aunque en sus inicios sembraban de todo, hay final lo que más redituó fue el negocio del vino. Mi padre que era el heredero, desde pequeño vino a la Ciudad a estudiar y bueno conoció a mi madre, se casaron, fundó la exportadora "Salvatierra de la Parra" que en buena parte ayudó a que el negocio familiar despegara. Después nací yo y pareciera que ya todo estaba dicho. Algún día heredaría, el viñedo y la exportadora, a falta de hermanos por parte de mi padre y yo, era hija única.

Para nadie fue sorpresa que no quisiera estudiar algo como "Administración de Empresas" o alguna Ingeniería, ya que desde pequeña mi abuelo y mi padre me involucraron en las tierras y los negocios, en eso trascurrió mi infancia y mi adolescencia, aprendiendo de vinos y exportaciones, memorizando cada cosa del viñedo y la empresa. A la hora de ir a la Universidad me dejaron elegir carrera, con la condición de seguir al pendiente de todos los movimientos de la familia. Elegí la Arquitectura por ser comoletamente diferente a lo que siempre me rodeo, y se me dió bien. Al morir mis abuels, me heredaron directamente la finca y la mitad de su dnero, eso ya era mi responsabilidad, mi patrimonio, debía seguir trabajando y seguir el ejemplo de papá. Con esto podrán deducir que fui una hija modelo, hice todo lo que tenía y debía hacer, nunca di problemas graves, si bien nunca fue mimada, lo tenía todo y aun así me sentía tremendamente sola, gris, frustrada por no valorar lo afortunada que era, pero sentía que mi vida no fuera mía, como si fuera una muñequita a la cual podían arreglar y poner aquí y allá.

Mauricio me hablaba mucho del futuro, lo tenía todo planeado, ya una vez casados y vueltos de la luna de miel, pondríamos el nuestro Despacho: “Bauer-Salvatierra Arquitectos", tendríamos por lo menos 3 o 4 hijos, y juntos manejaríamos el despacho, la finca y la exportadora. Él me decía que era una suerte que yo no tuviera que preocuparme de nada, para eso estaba él; Aunque siempre creí que el de la suerte era él (provenía de una buena familia, sus padres eran mejores amigos de los míos, esa fue su buena suerte, solo eso) para mi eran trámites, así que solo asentía y lo besaba en forma de aprobación.

Había pasado una semana de mi graduación y estaba a una semana de "el gran día", me fui a la finca a pasar mis últimos días de soltera pues después sería la Sra. María Fernanda Salvatierra de Bauer y era algo que aunque no tenía de manera oficial, hacía mucho se me había vuelto un lastre. Recorrí las tierras acompañada de Rey, mi pura sangre blanco, regalo de mis abuelos y aunque tenía a Tifón y a Gala, él era mi consentido. Me sentía aliviada de al fin tener algo de paz en toda esta locura. Antes de la luna de miel, tenía que dejar algunos asuntos resueltos. Don Chuy (el agrónomo desde tiempos de mi abuelo) por cuestiones de salud, ya no estaba en condiciones de seguir al frente, así que después de meditarlo mucho, decidí que él me mostrara a los mejores candidatos y yo tendría la decisión final, sabía que después de toda una vida dedicada a nuestra finca Don Chuy no dejaría a cualquiera algo tan delicado y valioso.

Ya había entrevistado durante la mañana a dos Ingenieros, pasaron sin pena ni gloria, llegaron sin convencerme de porqué debía contratarlos, sólo les interesaba poner en su curriculum, que habían trabajo con nosotros. En espera de la tercer entrevista, me encontraba en mi despacho con el papeleo de siempre cuando Tita tocó a la puerta.

  • Niña, llegó otra persona para la entrevista ¿que espere o entre de inmediato?

  • Que entre- dije con un tono de fastidio en mi voz, -gracias Tita, en cuanto termine con esto, te veo en la cocina para comer-

  • ¿No quiere que ponga la mesa niña?- respondió.

  • No Tita, no veo caso montar la mesa grande solo para mí, mejor como con ustedes, si no les molesta.

  • No niña, cómo pasa usted a creer, con su permiso.

  • Propio-

Unos minutos después tocaron mi puerta nuevamente.

  • Adelante-

  • Buenas tardes Licenciada Salvatierra- dijo una voz, una voz demasiado sensual que pertenecía a una mujer también demasiado sensual.

  • Arquitecta Salvatierra, por favor- dije un tanto ofendida por eso de Licenciada, pero a la vez nerviosa, nerviosa no sé por qué.

  • Lo siento Arquitecta- extiende su mano para estrechar la mía –Ing. Cohen, Alexandra Cohen a sus órdenes.

  • Mucho gusto, tome asiento- Tome su CV y le di un vistazo rápido, ya que por las dos experiencias pasadas no lo hice. –Veo que es Egresada de la Politécnica de Madrid, no tiene el acento español, ¿a qué se debe?- Dije actuando normal, aunque me sentía nerviosa y con temor de desvanecerme en cualquier momento.

  • Bueno es que no soy española, estudié en España Ingeniería y Ciencia Agronómica y tengo un master en Viticultura y Enología, estuve un tiempo trabajando ahí, luego surgió una oportunidad en Chile y de ahí fui a parar a Argentina.

  • Vaya, muy impresionante para una persona tan joven, está completamente especializada en vino por lo que leo y ¿qué es lo que busca aquí? – dije no mirándola a la cara, estaba demasiado nerviosa, así que evitaba el contacto visual.

  • Al final uno siempre busca volver a casa y por lo profesional, ustedes son unos de pocos productores de vino en el país, muy bueno por cierto, pero lo podríamos hacer mejor- dijo con cierto tono retador que hizo que la mirara directo y fijamente a la cara.

Tenía unos hermosos ojos color café, he de decirles que los ojos más bellos que yo había visto en alguien en la vida, era muy guapa, un tez un blanca con un ligero bronceado, un cabello ligeramente ondulado, unos labios ni muy delgados ni muy gruesos, eran perfectos para que yo los besara… Sí, desde que entro por mi puerta es en lo único que había pensado, quería besarla. Venía formalmente vestida, con un traje blanco y una blusa roja a juego con sus tacones y su labial. Su cuerpo bien dotado (al menos por el frente) me hacía desearla, su personalidad y su voz, no hacían otra cosa más que incitarme a lanzarme contra ella. El puesto era suyo, que supiera acerca de lo que yo necesitaba era un plus. La contrataba porque al menos así podría tenerla cerca.

Hubo un momento de silencio mientras la miraba, hasta que sonreí.

  • Agradezco mucho su buen comentario, sé que somos muy buenos y yo también busco hacernos mejor, por eso necesito conmigo a los mejores, sepa usted que si decido contratarla tendrá que vivir aquí en la finca, eso no es negociable. Requiero de su atención en mi proyecto al 100%. El sueldo es más que bueno, puede elegir si vivir aquí en la casa grande o en la casa de huéspedes que está aquí a lado, tendrá una persona a su servicio si así lo desea, también tendrá un caballo y un Jeep para moverse en el viñedo e ir al pueblo y se apoyará con José nuestro capataz para que la apoye en todo lo relacionado a la finca, si necesita personal de apoyo extra deberá notificármelo. Contará cada 6 meses con 10 días hábiles de trabajo como vacaciones y un seguro médico laboral. Mientras trabaje con nosotros firmará un acuerdo de confidencialidad pues todo lo que este lugar ofrezca, aquí se queda. Su contrato será primero a 6 meses, si después de este tiempo ambas partes estamos conformes, se renegociará a 1año y después de esto podremos renegociar nuevamente. No veo que sea casada, pero si usted vive con alguien, su acompañante tendrá que apegarse a estás reglas.- dije en mi típico tono, ese tono que había aprendido para el trabajo y no para mi vida personal, nada de lo dicho se sujetaba a discusión, era o no era.

  • Entonces ¿estoy contratada?- dijo con un poco de asombro y duda.

  • Pues eso depende de usted- mientras yo sacaba unos documentos de mi cajón -estos son copias del Contrato de Confidencialidad, del Seguro Médico, su Contrato Laboral, para que los revise. Si acepta, la espero mañana a medio día, yo tendré los documentos listos para que usted sólo firme. De preferencia venga cómoda y con ropa suficiente para lo que resta de la semana, yo me voy el viernes y usted tendrá el fin de semana para traer sus cosas y terminar de instalarse. ¿Alguna pregunta?-

  • Por ahora no, sólo leeré esto y si tengo alguna duda se la haré saber, muchas gracias- entendió su mano mientras se ponía de pie.

  • No es nada- tome su mano. –Espero verla mañana nuevamente por aquí- sonreí y la vi marcharse.

Me quedé un rato más en el despacho pensado en qué carajos me pasaba, por qué me sentía así, nunca había considerado ser lesbiana, o sentir algún tipo de atracción con otra mujer, pero vamos, en mi vida personal ¿qué había considerado yo para mi realmente? Seguí un rato más hundida en mis pensamientos hasta que Tita me sacó de ellos para comer.

Después de eso, agradecí por la comida e hice un par de llamadas para dar órdenes sobre la nueva contratación, pedí que alistaran a Rey y salimos a perdernos un rato hasta que la luz diera de sí. Tomé un baño e hice un face-time con Mauricio.

  • Hola nena, ¿cómo va todo por allá?

  • Bien, ya sabes cómo es esto de la finca, pendientes por todos lados, ya tengo nueva Ingeniera-

  • ¿Cómo? ¿Por qué no me dijiste para revisar los CV’S?

  • Porque eso ya lo hice yo, no necesito tu aprobación ni la de nadie más para hacer con MI finca lo que YO deseo.

  • Cuida ese tono María Fernanda, que no soy uno de tus empleados, estoy a unos días de ser tu esposo y como tal a partir de ese día, serán decisiones de ambos, ¿entiendes?

  • No, no lo entiendo. No tienes idea de cómo llevar la finca, dime ¿qué sabes de la tierra fértil? ¿Sabes qué tipo de vino producimos?, ¿Sabes de los proyectos que tengo para mejorar la calidad? ¿Sabes a que me refiero con aroma, aspecto, sensación? No, no lo sabes porque crees que esto es venir a sentarse en un escritorio y dar órdenes, pero a diferencia de ti, desde pequeña aprendí los procesos, a diferenciar las cosechas, a cuidar el viñedo así que no, no tienes derecho de meterte, no al menos hasta que demuestres algo de conocimiento.

  • Yo no tendré un viñedo, ni una exportadora, pero tampoco soy un pobre diablo así que tomaré este momento como el estrés de la boda, ya tendremos tiempo para aclarar esto, descansa. Estaré de con Pablo y unos amigos, ya sabes cosas de chicos, algo tranquilo, no te enfades si la señal es mala. Te amo.- y me dejó colgada.

No me quedaría con mi coraje y le envié un whatsapp: "Dices no ser un pobre diablo, pero te comportas como uno". Acto seguido apagué mi celular. Decidí beber un whisky para pasar tan mal trago (ojo, no me tiren mala onda, por no abrir un vino. Tomen en cuenta que empece a degustar y apreciar el vino desde los 12 o 13 años, para mi merece un respeto) Hay momentos para vino y hay momentos para whisky, tequila y vodka, depende de un estado de ánimo particular. No podía dormir, estaba sorprendida y algo mal por la forma en que le hablé a Mauricio, su padre es empleado y amigo del mío, nunca entendí porque papá no lo hizo su socio si siempre fue de familia adinerada, pero mi padre logro forjar su fortuna, y el dinero de los abuelos vino a ser solo su colchón de segurirdad, la invirtió y le sacó el mejor provecho y no es que los Bauer fueran pobres, pero este matrimonio, les sentaba mejor a ellos, en general creo que a todos, menos a mi.

Tenía casi 24 años, un negocio familiar, recién graduada y a punto de casarme, no es que no fuera del todo infeliz, pero nunca hice algo que yo quisera, primero porque debía cumplir deberes con la familia, luego con los negocios y así creo que fue que me acostumbre a cumplir con los deberes y casarme y dar herederos seguían en la lista. Mauricio no era un mal tipo estaba acostumbrada a él y que quizá mi padre lo viera como el hijo que no tuvo, lo hacía mi mejor candidadto. Acostada en mi cama, a mi mente vino la Ing. Cohen y esa sensualidad que la acompañaba, comencé a tocarme, el puro recuerdo de ella me había excitado lo suficiente para cederle mis momentos eróticos, mi fantasía de tocarla y besarla en mi escritorio era tan real que me dio un preciado regalo, un delicioso orgasmo que hizo rendirme ante Morfeo y darle algo distinto a mi día,


Hola lectores, quedo en espera de sus cometarios, ojala les haya gustado.