Destino asumido

El amor no he conocido, ni un abrazo ni un beso ni un cariño, y por mucho que lo he intentado, el fracaso es lo único que me he llevado.

DESTINO ASUMIDO (Concebido originalmente el 5 de Noviembre de 2005) El velo ha caído, la verdad ha surgido, De una forma de lo más inesperada, Ante mí la realidad ha sido plantada, Y he visto mi destino. Fue tras salir de ver una película, Que se suponía era una comedia, Pero de la que salí con lágrimas en los ojos, Pues yo la vi como lo que era: una tragedia. Era la historia de un hombre de 40 años, Que había vivido toda su vida sin amor, Sin conocer de una mujer ni su tacto ni su olor, Ya que jamás había tenido una sola relación. Una historia en la que me vi totalmente reconocido, Pues como él yo vivía en total castidad, Con una leve (y menor) diferencia de edad, Pero con la misma ausencia de sexo y cariño. Oh sí, amistades no me faltan, Y amigos y amigas me abundan, Pero jamás había entrado en los terrenos del amor, A pesar de mi denodado esfuerzo y mi tesón. Y cada vez que a una chica yo me intentaba acercar, El universo me volvía a encontrar, Y me franqueaba el paso sin piedad, Diciéndome cruel, “¿donde te crees que vas?”. El amor no he conocido, Ni un abrazo, ni un beso, ni un cariño, Y por mucho que lo he intentado, El fracaso es lo único que me he llevado. Siempre la soledad, siempre la nada, Mi única compañera en mi alma, Un vacío en mi corazón tan grande y abismal, Que provoca un dolor imposible de imaginar. Y si lloré una vez del cine hube salido, No fue por ver que el protagonista al final lo conseguía, Si no por darme cuenta acto seguido, De que yo hacer eso no podía. Que no estaba ni está a mi alcance, Sentir el amor y quedar como en trance, Y que descubrir la pasión de una mujer, Es algo que jamás conocerá mi ser. Era mi mayor deseo, Conocer lo que tanto veo, Saber lo que era poder amar, Y a una mujer mi corazón entregar. Descubrir el tacto de una mujer, Deleitarme con ese placer, Sentir la calidez de su compañía, Y de su corazón que con el mío a la vez latiría. Tener alguien a quien amar, Es el mayor regalo del cielo, Y poderse enamorar, El mayor de los consuelos. Hacer el amor, La mejor de las bendiciones, Y gritarlo con fervor, La mayor de las ilusiones. Pero no es posible, y ya lo tengo asimilado, Que cuando me llegue el día señalado, Moriré del mismo modo en que he vivido: Solo, y abatido. Y a mi muerte el infierno no me puede esperar, Pues lo estoy viviendo ya, Y así será cada día de mi vida, Hasta que ésta se apague como una suave brisa. El mensaje está muy claro, no lo quise ver, Pero el destino más claro me lo quiso poner, Y desde luego que he visto claro su anuncio, Que es por eso que digo: “renuncio”. El amor de lejos veré, yo auguro, Y de eso estoy seguro, Pues así lo llevo viendo desde la niñez, Que por siempre así va a ser. No me quedan lágrimas con que llorar, Sólo un corazón roto y derrotado, El mismo que me ha de acompañar, Hasta que un día se detenga, cansado. No hay milagros, Ya no esperar que el amor caiga del cielo, Solo queda el correr de los años, Y mi alma hecha pedazos por el suelo. Se acabó, Se terminó, No más buscar, No más fracasar. Y si los dioses así lo han deseado, A su voluntad por fin yo me he sometido, Pues de una vez lo sentencio desolado: ¡DESTINO ASUMIDO!