Destino

Capitulo único, espero que le guste. espero sus comentarios.

Estoy en la misa, escuchando concentrada  en lo que dice el padre, no es que sea súper religiosa, pero escuchar la misa todas las semanas, me ha ayudado mucho a poder sobrevivir al cambio que le ha acontecido a mi vida.

Estoy pensando en todo lo que me ha pasado, en como las palabras del padre, me han ayudado me dan esperanza y tranquilidad, cuando siento que a mi lado se sienta una mujer, al principio no le preste atención, pero la vuelvo a ver mejor, y es simplemente hermosa, de piel blanca, ojos color marrón, delgada normal, más o menos de un metro sesenta y cinco centímetros de alta, en esta oportunidad vestía casual, con un jean claro, botas altas de color negro por fuera del jean, una camisa color verde esmeralda de seda, y una chaqueta de cuero negra, tenía los lentes de sol sobre su cabeza y jugaba nerviosamente con sus dedos, ahí fue que me fije que llevaba un anillo de graduación y otro de matrimonio.

Eso fue suficiente para que dejara de verla, ya tenía suficientes problemas como para meterme con una mujer mayor que yo, y a parte casada. Ella  me sonrió de medio lado cuando se dio cuenta que estaba observándola, yo solo pude sonrojarme, y volví a enfocar mi vista en el padre, pero ya la misa había pasado ya a segundo lugar, mi corazón latía con fuerzas, empecé a sentir las famosas mariposas en mi estómago, esto fue suficiente para que tomara la decisión de irme de  esa misa, vendría el próximo domingo y me disculparía con Dios, pero ya no podía seguir al lado de esa mujer.

Me monto en mi carro y me dirijo a casa, ahí solo me espera mi perro, es un hermoso Bull dog, al cual por cariño le digo chiquito, pero no es chiquito, llego lo abrazo y le indico que se acueste conmigo en la cama, es una costumbre fea lo sé, pero poder abrazarlo me hace sentir menos sola en esta ciudad donde no tengo a nadie, donde la cultura es totalmente distinta a la de mi país, pero que al igual debo acostumbrarme y no dejar que estas circunstancias me quiten el norte. Me quede dormida con mi chiquito, me desperté a eso de las seis de la mañana, con los ladridos de chiquito para que lo sacara a hacer sus necesidades, aprovechare para hacer ejercicio me dije, mientras me arreglaba para sacarlo.

Pase una hora caminando con el perro, tratando de no pensar en nada, en nadie, solo riéndome del comportamiento desadaptado de mi perro, no sé porque es así de mala conducta, mm bueno puede ser, porque yo soy incapaz de regañarlo, o porque todo lo que hace me parece que está bien, o no es tan malo como para que merezca un castigo. Estaba riéndome de mi pequeño niño, cuando veo que se acerca a una niña de unos seis años, yo nerviosa, porque sé que él es medio rustico me acerco corriendo a agarrar al perro, pero mi sorpresa fue grande cuando veo a mi pequeño perro acostándose para que la niña le haga cariños, yo llego a su lado y le indico que tenga cuidado, pero el perro esta hecho un cachorro con la niña, y estoy todavía nerviosa, pues chiquito es medio bipolar, y ha intentado morder a varias personas en varias oportunidades. Me tranquilizo cuando pasado diez minutos el perro se queda dormido recibiendo las caricias de la niña por todo su cuerpo.

Vamos Maite es hora de irnos.- dice una señora detrás de mí.

Si mamá, adiós, tu perro es muy es muy lindo. Dice la niña al pasar por mi lado.

Yo me doy la vuelta y quedo sorprendida a ver quién era la mamá de la pequeña niña, era ella la mujer de la misa, la que hace que mi cuerpo tenga mariposas y mis manos tiemblen, las dos nos quedamos viendo  sorprendidas, pero ninguna dijo nada. Yo me quedé estática observando cómo se iba y se montaba en una camioneta, con chofer, y eso fue suficiente para terminar de comprobar que esa mujer estaba muy lejos de ser alcanzable para mí, primero era heterosexual y segundo tenía suficiente dinero para tener a cualquier persona rendida a sus pies, y francamente el hecho que seamos de distintas clases sociales, no me hacía sentir cómoda.

Regrese a casa, para empezar mi día laboral, como era jefa de relaciones comerciales, tenía un horario muy libre, podía decir que estaba en una reunión con cualquier proveedor o cliente importante y listo, no había problema, pero me gustaba llegar a la oficina temprano, para empezar a sacar los pendientes y analizar las nuevas inversiones más rápido, me refugiaba en la oficina, me gustaba el hecho que me hacía olvidar porqué había aceptado el traslado, porque solo contaba con mi chiquito, para apartar las pesadillas de la noche, y lo que hacía que me levantará a diario.

Llegue a la oficina, directo a trabajar, generalmente solo tenía trato con mi secretaria, asistente personal, y con mis jefes, mis jefes entendían perfectamente porque mi actitud, y no tenían problemas, aunque se preocupaban mucho por eso, yo llevaba siete años trabajando con ellos, lo que había hecho que a lo largo de este tiempo tuviéramos una relación de amistad, el señor Leopoldo que era el dueño de la compañía me había dado clases en la universidad, el me dio el empleo, y desde ese momento teníamos mucha confianza, lo veía como un padre, estoy segura que él me ve de la misma manera, sé que él tiene una hija, que tiene aproximadamente unos siete años que no la ve, no sé porque ella un día decidió irse del país, yo lo apoye en su angustia, porque unos meses antes había enterrado a su esposa, y ahora su hija se iba sin darle mayores explicaciones, hace unos días lo note extraño y me comento que su hija había regresado, pero que ahora tenía una pequeña nieta, a la cual no conocía, porque nunca se enteró de su existencia.

Sr Leopoldo no se recrimine, aproveche esta segunda oportunidad para poder rehacer su familia, no le reclame el hecho de que lo haya sacado de su vida, ábrale las puertas de la suya en su lugar.- dije terminando mi taza de café y dándole un pequeño abrazo.

Recuerde no todos tenemos segundas oportunidades, hay algunos que nos sacan de su vida sin darnos oportunidad ni de explicarnos, ni de enmendarnos.- complete ya casi llegando a la puerta.

Llegué a mi oficina pensando en la nueva oportunidad que tenía el señor Leopoldo, sintiéndome feliz por él, él era un buen hombre y se merecía estar con su familia, pensé en la mía que hace ya tanto deje de buscarla y tratar  que me entendiera, entendí que aunque había nacido en una ya no podría optar por tenerla.

Salí de la oficina medio desanimada, pues me tocaría viajar nuevamente la semana entrante y no quería dejar a mi perro solo, pero me tocaba debo hacer una investigación de mercado para ver si el producto nuevo podrá pegar en ese país, antes de que hagamos la inversión final para poder llevar el producto a Chile. Llegue a casa apurada porque mi niño tenía mucho tiempo sin salir, así que lo primero que hice fue sacarlo un rato mientras pensaba en donde podía dejar a chiquito y que lo cuidaran bien. Pensé en un momento en el señor Leopoldo pero luego me dije que era un abuso, pero si no conseguía un hotel de mascotas me tocaría dejarlo con él.

Ya mañana viajo y me toco dejar a mi chiquito con el Sr. Leopoldo, le llevo un saco de perrarina de 18 kg, su cama y sus juguetes, él sr. Leopoldo sabe que chiquito para mí es como un hijo, así que no se sorprende que lleve de todo cuando lo dejo en un sitio.

Sr. Leopoldo, le das dos veces al día comida, pero no le dejes la comida alcance porque se la come toda y luego se enferma, debes sacarlo mínimo dos veces al día por lo menos una hora cada paseo, estos son sus juguetes no dejes que los dañe, y la cama pónsela en un sitio que tenga luz, no mucha pero si algo, es que le da miedo la oscuridad.- dije casi llorando porque tenía que dejar a mi perro.

Andrea tranquila lo cuidare bien, no le pasará nada, vete tranquila.- dijo el sonriendo por mis cuidados excesivos.

Está bien me voy, pero te llamare para saber cómo esta.- dije dándole besos a mi perro y ya con lágrimas en mis ojos.

Cuando voy de salida  veo que la camioneta que había visto hace semanas en el parque está entrando a la casa, mayor mi sorpresa es que del carro se baja la niña, seguida de su madre, me quede congelada, no podía ser que ella, precisamente ella, sea la hija del sr. Leopoldo. Oh hija menos mal que llegaste, quería presentarte a mi mano derecha, ella es Andrea, Andrea ella es mi hija Alicia- dijo el Sr. Leopoldo abrazando a su nieta y saludando de un beso a su hija.

Yo estaba congelada no sabía qué hacer, ella también se quedó sorprendida, pero reacciono más rápido que yo.

Mucho gusto Andrea.- dijo Alicia seria examinando todo mi ser deteniéndose en mis labios, hasta que realmente me puso nerviosa.

Igualmente señora Alicia, el gusto es mío- respondí dándole la mano rápidamente y caminando a mi carro.

Sr. Leopoldo por favor cuida mucho a chiquito, que no le pase nada!.- le grite desde el carro; sin volver a ver a Alicia aunque sabía que ella me estaba observando.

Pase mis dos semanas en Chile trabajando 16 horas al día para poder terminar el trabajo sin tener que extender la estadía, gracias a Dios todo funciono de maravillas y me pude regresar con mi chiquito, llegue a agotada el avión había tenido dos horas de retraso, y aun agotada me fui a donde el Sr. Leopoldo a buscar a mi niño.

Cuando llegue a su casa me sorprendí porque la que me recibió fue Alicia, con chiquito atrás de ella, cuando me vio me brinco encima y yo lo abrace, lo había extrañado demasiado.

No quieres pasar a tomarte un café.?.- pregunto ella con voz dudosa.

Mmm bueno está bien, en verdad el café me vendría bien no he dormida nada en dos días, y debo manejar hasta la casa.- respondí con voz cansada.

Estuvimos hablando como hasta las cuatro de la mañana, en verdad era una chica con la cual se podía hablar de muchos temas, pero ya a mí el cansancio me estaba pegando mucho, cuando me iba a ir, ella se negó diciendo que estaba muy cansada, que era un peligro que no estaba en condiciones de manejar. Yo siendo sincera no me quería quedar donde el sr. Leopoldo, por lo que llegue a un acuerdo con ella, de que ella me llevara a casa y luego yo regresaría a recoger mi carro, así yo dormía en mi casa, y ella estaría tranquila.

Ella se arregló y me ayudo a recoger las cosas de chiquito, íbamos hablando de todo en el camino, y cada vez que nos acercábamos más a mi casa, la sensación de mariposas en mi estómago se intensificaba, nos bajamos en mi apartamento, ella observaba toda la decoración, la veía con detenimiento.

Quieres algo de beber, un vino, un café, un jugo, ya no te puedes ir está muy tarde para que manejes, cuando amanezca y este de día te vas, así estaré más tranquila.- dije acercándome a ella, indicándole que se sentará en el sofá.

Yo me senté a su lado con una copa de vino, y retomamos nuestra charla,  no sé en qué momento, sin poder controlarme la bese, es que sus labios, rojos y carnosos me llamaban a besarlos, primero fue un pequeño roce pensé que me daría una cachetada en ese momento, pero me sorprendió cuando ella sujetándome del cuello, me pegó aún más a ella, hasta que yo prácticamente estuve sobre ella, ella recorría con sus manos mi espalda, y mis manos se perdían en su costado. Mi mente estaba desconectada, solo se guiaba por lo que mi cuerpo quería, no sé cómo le quite la blusa, pude observar sus hermosos senos atrapados en un sujetador color salmón de encaje, y sin poder controlarme, bese su cuello, mientras mis manos acariciaban sus senos sobre el sostén, ella desabrocho mi pantalón y metió su mano, en mi entrepierna cuando la sentí no pude evitar soltar un gemido al sentir sus dedos jugando en mi centro, le quite su sujetador, y me perdí en sus pezones erectos, o muy grande, pero si un poco grande ya que tenía una niña, igual era del tamaño perfecto para mi boca, los chupe y los golpeaba con mi lengua, me excitaba sobre manera como gemía con delicadeza, yo mordía sus pezones, fui bajando dándole besos en su abdomen hasta conseguirme con su jean, lo abrí con cuidado, pidiéndole permiso con mi mirada, y cuando lo abrí que descubrí que su panti hacia juego con su sujetador casi pierdo el control, era una panti de encaje, quite su pantalón, note sus piernas definidas y largas bese su centro sobre la panti, y pude sentir, en mis labios su humedad, le quite la panti y me sorprendí al notar que estaba totalmente depilada y que su entrepierna brillaba por causa de sus jugos, yo acerque mi boca a su centro y su olor me embriago era dulce, al igual que su sabor delicado pero dulce, justo cuando la probé supe que esta mujer sería mi perdición, la recorría con mi lengua, jugando con sus labios y su clítoris, la penetraba con mi lengua una y otra vez, ella me pegaba aún más a ella, hasta hacia que me faltara a respiración, pero no quería dejar de sentir su sabor en mi boca, hasta que ella se tensó y sentí como un líquido dulzón llenaba mi boca, subí y la bese en los labios para que ella probara de mis labios su sabor, la senté con delicadeza en mis piernas mientras seguía besándola, besaba sus labios los mordía, besaba su cuello, bajaba a sus senos, hasta que ella se empezó a mover contra mí, con mi mano derecha, empecé a jugar de nuevo con su clítoris, ella gemía en mi boca, y yo la penetraba con dos dedos, la pasión nos fue consumiendo, la penetre más rápido, pues los movimientos de su cadera se hacían más necesitados, ella jugaba con sus senos, hasta que volvió a tensarse y mis dedos quedaron prisioneros dentro de ella, ella cayó sobre mi casi inconsciente, yo la ayude a levantarse y la lleve a mi cama, no quería que durmiera en el sofá, mi cuerpo me pedía dormir a su lado.

La acosté en mi cama, me cambie de ropa y me dormí a su lado, no sé qué hora era cuando siento que algo se mueve a  mi lado, inmediatamente abro los ojos, pero al notar que ella estaba buscando su ropa, quise evitar una despedida o una conversación vergonzosa y fingí seguir durmiendo. Escuche como se cerró la puerta y me levante, por más que trate no llorar se me hizo imposible, sabía que permitir cualquier sentimiento hacia ella, solo me lastimaría, pero no pude controlarlo. Me bañe y saque a pasear  a mi chiquito, esta vez cambie de parque porque no quería conseguírmela, no sabía todavía que sentía hacia ella, no sé si sentía vergüenza, rabia o dolor, púes desde que la vi, me gusto note las mariposas en mi estómago, y ahora que habíamos estado juntas las veces que la pensaba sentía como las mariposas se alborotaban. Tenía que hacer algo con ese sentimiento. Camine con mi perro alrededor de dos horas, y regrese a mi casa, con la cabeza llena de dudas, me prepare una cena ligera y me dormí, púes al día siguiente debía ir a la oficina para dar todos los resultados de mi viaje.

Llegue a la oficina temprano, como siempre, prepare todos los informes, y ya en la sala de juntas esperando que todos llegarán para la reunión, aparece ella al lado del Sr. Leopoldo, yo lo saludo con mucho cariño pero con respeto, y a ella solo le extiendo la mano, ella me devuelve el saludos pero no me dice nada más. Estoy dolida con su actitud, pero debo entenderla seguro tiene una familia, y yo simplemente soy algo de una noche nada más.

Lo siento señores pero yo me retiro, debo ponerme al día con el trabajo en la oficina, fue un placer compartir con ustedes. Dije saliendo de la oficina, no podía soportar seguir viendo como fingía que no había pasado nada entre nosotras, en como hacía que ni me conocía.

Cuando llegue a  mi oficina eran las tres de la tarde y yo no había desayunado, así que le dije a mi secretaria que por favor me trajera algo de comer, ya que me sentía muy mal, mareada y con ganas de vomitar, ella muy gentilmente fue y me trajo lo que le pedí, le pedí que por favor comiera conmigo, no quería comer sola.

Cuando estábamos comiendo, entro Alicia a la oficina como si fuera de ella. Tenemos que hablar Andrea.-Dijo Alicia cuando entro en mi oficina.

Yo la veía sorprendida, no sabía que responder por su actitud.

Nos puedes dejar a solas.- Dijo ella lo más amable que pudo a mi secretaria.

Oye no tenías que ser grosera Alicia, ella no tiene la culpa.- respondí molesta por su actitud.

Tenemos que hablar Andrea y no quería que ella nos escuchara. Respondió Alicia sentándose en la silla que segundos antes había usado mi secretaria.

De lo que paso ayer, de porque me fui, de todo.- dijo ella en voz medio triste.

No tenemos nada que hablar Alicia, entendí cuando te marchaste de mi apartamento que para ti fue solo una noche, y que tienes una familia, note tu anillo, sé que es de matrimonio, pero no tengo problemas, por mí no se vuelve a tocar de nuevo el tema, y no te preocupes no le diré nada a tu papá, tu secreto está seguro conmigo.- Dije demostrado una seguridad que estaba lejos de sentir.

Ella no dijo nada, y salió de la oficina yo solo me quede viendo la puerta, tratando de controlar las lágrimas que ya estaban a punto de salir, culpándome por haber sido tan idiota de haber caído en las manos de esa mujer.

Pasaron seis meses para que pudiéramos hablar, el señor Leopoldo había hecho una fiesta de cumpleaños para mí, llegue a su casa a las ocho, un poco deprimida por todo, y para mi sorpresa ella estaba en la casa con otra mujer, al verme se puso nerviosa, y yo estuve segura que esa mujer era su pareja, lo comprobé cuando la niña llamo a la mujer como mamá, y entendí porque de su negativa estaba felizmente casada con una mujer, por lo menos no fui una noche loca de una heterosexual, me dije y me reí por mi pensamiento compasivo.

La ignore en toda la noche, y la pase con una de las chicas de archivos, nos llevábamos bien, pero éramos solo amigas, de esas amigas a la que le cuentas tu vida, dejan de hablar por meses pero cuando se vuelven a ver es como si no hubiera pasado el tiempo, así somos ella y yo, me conto que estaba embarazada y yo emocionada le acaricie la barriga y le hable a su pequeña barriga, para mi sorpresa Alicia estaba observándonos, cuando unos segundos más tarde ella se unió a la conversación, yo estaba súper nerviosa, mis piernas temblaban como un flan, pero ella estaba como si no existiera.

Las felicito por esta noticia del bebé.- dijo Alicia a las dos.

Gracias Sra. Alicia.- respondió Elena feliz.

Yo estaba en mute, sin poder decir nada.

Andrea y como le pondrán a su hijo o hija.- pregunto Alicia en tono seguro, dirigiéndose a mí, estaba roja, por un momento imagine ver en sus ojos un atisbo de celos, pero estoy segura que fue mi mente jugando conmigo.

Mi esposo y yo pensamos ponerle si es niña María y si es niño ponerle Carlos.- Respondió Elena feliz con su embarazo.

Alicia quedo unos segundos sin saber que decir, y su cara dejo de tener ese color rojo que tenía segundos antes.- me alegro por ustedes, son nombres hermosos, le diré a mi papá para que los incluya en los eventos de día de padre y madre de este año.- respondió Alicia en un tono más feliz. Alejándose de nosotras sin mayor explicaciones.

Que mujer más extraña.- comento Elena.

Yo salí de mi mutismo y le conteste.- “no tienes idea de cuan extraña es.”

Me fui casi a media noche, con la excusa de que tenía que pasear a mi perro, en la compañía todos sabían, mi amor por chiquito, y a nadie les sorprendía cuando yo lo llevaba a la oficina como si fuera mi hijo.

Como a las tres de la mañana escucho el timbre sonar, me levanto nerviosa, porque a esa hora, nadie recibe visitas, me sorprendí al ver a Alicia algo ebria, en mi puerta.

¿Qué haces aquí? Pregunte desconcertada.

Vine a hablar contigo.- respondió ella pasando y sentándose en el sofá.

Mm bueno dime que deseas.- dije yo parada en la mitad de la sala.

¿Qué hacías con tu secretaria cenando? Y ¿porque le acaricias el vientre a Elena? ¿Acaso te gusta?- me pregunto molesta Alicia,

Y porque me reclamas eso, tus eres la que tienes una mujer esperándote en tu casa, la mamá de tu hija, yo no tengo a nadie, así que puedo hacer lo que yo quiera e invitar o acariciar a quien yo quiera.- respondí molesta por su actitud.

Ella se paró tambaleando del sofá y se acercó a mí, cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi sujeto con sus manos mi cara, y bajito me dijo “yo te quiero a ti” y me beso.

Me perdí en sus besos en sus caricias, sin poder detenerla, mejor dicho sin querer detenerla, me entregue a ella, fue mi primera vez, sé que no se dio cuenta, pero aun cuando ella estaba pasada de copas, la sentí la mujer correcta para que fuera mi primera vez, nos volvimos a quedar dormidas en mi cama, y ella de nuevo se fue antes de que despertara. Yo volví a llorar como una idiota, pues ya había comprobado que me había enamorado de una mujer que solo me ve como un juguete sexual.

Llegue a la oficina con evidentes signos de haber pasado parte de la noche llorando, entre a la oficina, y le pedí  a mi secretaria que no me pasara a nadie a menos que fuera el sr. Leopoldo o algo urgente, a eso de las 6 de la tarde escuche que Alicia le reclamaba algo a mi pobre secretaria, pero lo menos que quería era verla, saber que solo me uso para su placer me daban ganas de llorar, mi secretaria se mantuvo firme y no dejo que ella pasara. A eso de las ocho de la noche por el teléfono le dije que podía irse, que yo terminaba unos documentos me iba a casa. Me sorprendí cuando me di cuenta que las 6 de la mañana y yo no me había ido a casa, pero aún me quedaban unos pendientes por resolver, a las ocho de la mañana me regaño mi secretaria, ya que se dio cuenta que no había ido a dormir a mi casa, salí un momento a pasear a mi niño, y regrese a la oficina a las doce en punto y me volví a encerrar, con la misma orden del día anterior. Al día siguiente mi secretaria me volvió a descubrir en la oficina, y me volvió a regañar, yo salí a ver a mi perro y regresar a la oficina, era lo único que evitaba que pensara en ella, en cómo era posible que se comportará así, paso dos semanas con mi comportamiento, mi secretaria me seguía regañando, ahora me regañaba porque en estas dos semanas había bajado de peso, casi cuatro kilos, que se me notaban mucho.

Cristina por favor dedicate hacer tu trabajo, y dejame hacer el mío, sabes que tengo muchas responsabilidades, te  tengo mucho aprecio, pero no dudare en pedir que te cambien, si vas con la queja al sr. Leopoldo.- dije seria sentándome en mi silla. Me sentía mareada pero no quise decirle nada a cristina porque sé que se iría derechito a donde el sr. Leopoldo y este me mandaría a la casa.

Ya llevo un mes de mi nueva rutina, he empezado a traerme a mi chiquito a mi oficina, porque aquí cristina puede sacarlo mientras yo estoy en la  oficina, no está contenta, cada vez me ve peor y me lo hace saber, pero sigo prohibiendo la visitas, y solo voy a las reuniones en la que mi presencia es requerida por escrito, hablo con el sr. Leopoldo sobre la urgencia de un viaje a España, para solucionar los permisos de exportación de unos vinos, acordamos que viajaría el miércoles, es decir dentro de dos días, el por supuesto se ha ofrecido a cuidar a chiquito, pero solo de imaginarme que vería a Alicia le he dicho que ya cristina se ha ofrecido.

Pienso ahora como hare para que Cristina acepte cuidar a mi perro, tendré que darle un bonos, cuando voy caminando a mi oficina, siento que el mundo se me pone negro, tuve que agarrarme de la pared para no caerme, estuve sosteniéndome de la pared como unos cinco minutos, sin enfocar bien aún, algo desubicada siento que unas manos, me sujetan y me llevan a la oficina.-

Andrea, Andrea ¿contestame, que tienes?- me dijo la voz.

Me  puse nerviosa, helada, mi voz se había ido, al escucharla preguntarme eso.- yo obviamente no respondí.

Estaba tratando de enfocar la vista de ubicarme en tiempo y en espacio cuando siento que entra a la oficina Cristina con mi perro.

¿Qué sucede?- pregunto Cristina buscando un vaso de agua con azúcar.

No se está así de pálida desde hace unos minutos, la conseguí a punto de desmayarse cerca de la pared.- respondió Alicia con voz nerviosa.

Andrea ¿hoy comiste?- Me pregunto Cristina. Yo no le quise responder porque sabía que si le decía que no comía desde el almuerzo de ayer iba a soltar toda la sopa a Alicia y no quería eso.

Coño, Andrea no sé qué pasa contigo, pero hoy mismo hablo con el señor Leopoldo para que te de vacaciones, no estas comiendo si yo no te traigo comida y te obligo a comértela, no comes, tienes más de un mes que no vas a tu casa, has perdido mucho peso, y cada vez estas peor, ya es suficiente, no permitiré que suceda lo mismo de hace cinco años.- dijo Cristina molesta.

Yo sabía que Alicia no se había ido, que había escuchado todo, pero no quería que el señor Leopoldo se enterara, quería irme a España para poder estar lejos de su presencia que tanto daño me hacía.

No!!! Cristina tranquila, mira yo hoy comeré mañana me tomo el día, y en la noche te llevo a chiquito, es que debo viajar el miércoles pero no le digas nada al señor Leopoldo.- Dije con voz suplicante.

Alicia seguía ahí en mi oficina, y se ofreció a llevarme a casa, por más que me negué tuve que aceptar, pues Cristina quería pruebas de que en verdad yo comiera, y Alicia se comprometió a enviárselas, obviamente Cristina no sabía que me estaba mandando a la boca del lobo al hacer ese trato con Alicia.

Llegamos a la casa, yo aún me sentía un poco débil, no había hablado con ella en todo el camino, estaba furiosa con ella, estaba decepcionada, nunca me imaginé que podía ser de esas mujeres que es feliz, con una esposa y una  amante, y que puede dormir tranquilamente engañando a las dos.

Andrea podemos hablar, puedes madurar un poco y permitir que te explique.- Dijo ella desde la cocina donde ella comenzaba a preparar la cena.

Yo que estaba en la sala, me ofendí, como podía esta mujer decirme inmadura, cuando tuvo sexo conmigo y me dejo tirada en la cama sin darme una explicación, obviamente indignada como estaba me fui a la cocina y le grite todo lo que me había callado, durante este tiempo, ella me veía sorprendida, por segundos no sabía que decir, hasta que ya yo no pude más y solo llore, ella intento abrazarme pero me negué a que me tocara, sabía que si ella me abrazaba, terminaría entregándome a ella, y por lo menos debía de tener un poco de dignidad.

Ella me dejo momentáneamente en paz hasta que terminaba de hacer la comida, cuando estuvo lista me hizo sentarme frente de ella, donde ella no dejaba de verme, yo me sentía frustrada, no era posible que con solo su mirada hiciera que me excitara, que me hiciera olvidar que en su casa, la esperaba su hija y su esposa, que ella tenía una familia, en la cual yo me estaba entrometiendo sin poder hacer nada para evitarlo, donde me estaba convirtiendo en una rompe hogares consagrada.

Termine de comer y ella se acercó a mí, me hablo bajito en el oído, haciendo que mi piel se erizara, me decía lo mucho que me había extrañado, y por mucho que me negué a caer en sus manos, volví a estremecerme por su roce, por sus caricias, por cómo me tocaba, por primera vez, no me dormí primero que ella, de hecho no dormí, de hecho aproveche que ella se quedó dormida para agarrar a mi perro un poco de ropa e irme, adelantaría mi viaje a España, pondría tierra de por medio, dejaría que ella sea feliz con su familia y yo pondría todo de mi parte por no volverla a ver y olvidare de este amor que nació de forma unilateral de mi parte.

Cristina!! Le toque la puerta y le grite a Cristina para despertarla, eran las cinco de la mañana y aunque para todos los de mi empresa mi  vuelo salía mañana, yo lo había adelantado para el vuelo de esa noche, pasaría 16 horas volando y colocando miles de kilómetros de distancia, entre Alicia y yo.

Llorando le deje a mi chiquito a Cristina, le pedí por favor que me lo cuidara mucho, que yo lo buscaría cuando pudiera, y aunque ella me dijo que lo que le decía sonaba a despedida, no le dije nada.

Llegue a España en horas de la tarde del miércoles, pase al hotel que había reservado y empecé a llamar a las personas con las cuales me reuniría, las reuniones se fueron dando, poco a poco iba sacando el trabajo mandaba informes detallados cada dos días, pase tres semanas tratando de solventar todo, ya llevaba un mes, y aunque ya no tenía más nada que hacer ahí me negaba a volver, mande un correo al Señor Leopoldo.

Para: leopoldo132@vinos.com

De: Andrea132@vinos.com

Buenas tardes Señor Leopoldo, ante todo un cordial saludo, espero que se encuentre bien, usted y su familia, mi correo es para informarle que los tramites ya están todos listo, y que el vino debe llegar dentro de tres semanas o menos.

Por otra parte le informo que deseo quedarme en España, por lo que solicito un cambio inmediato de sede de trabajo, si este cambio es imposible de realizar, entonces mi renuncia es de forma inmediata, ya que no puedo regresar a la ciudad de Bogotá por motivos personales.

Pd: sabe que a usted lo aprecio mucho, pero hay cosas que me impiden volver. Con mis mayores cariños Andrea.

Envié el correo y volví a llorar no sabía cómo había permitido que esa mujer destruyera lo poco que había logrado, no se cuánto llore pero si sé que llore hasta quedarme dormida, a la mañana siguiente me bañe, desayune y salí a buscar un apartamento, quería hacer todos los trámites para traerme a mi perro lo antes posible.

Encontré un hermoso piso, tenía una sola habitación, sala, cocina y comedor, a parte tenía el área de lavado, y un hermoso balcón donde mi chiquito podría tener sus juguetes, cerré el trato para poder mudarme esa misma semana, le envié un mensaje a cristina donde le pedia que por favor iniciara el trámite para enviar a mi niño a España, no me respondió el correo y tuve que llamarla, resulta que no había tenido tiempo de ver su correo, le explique en la llamada lo que tenía que hacer y sé que lloro, porque escuche como se le quebró la voz, yo también llore con ella durante la llamada, pero no podía volver, no podía permitir que ella me convirtiera en su juguete.

Para: Andrea 132@vinos.com

De: Leopoldo132@vinos.com

Andrea como que te quedas en España? Nos dejas por qué? Dame dos días para mandar todos los datos a España y te asignen una oficina, pero viajare necesitamos hablar, eres como hija, y ya perdí a una durante mucho tiempo, no puedo perder otra hija.

Pd: Alicia esta como loca con tu partida me podrías explicar que paso entre ustedes?

Al leer lo último no pude evitar volver a llorar, lo menos que quería era causarle problemas, no sé si el señor Leopoldo acepte su sexualidad, o si su esposa se enterá, pero yo no puedo hacer nada, ya yo hice todo lo que estaba en mis manos, para no dañar su vida.

No le pude contestar al señor Leopoldo, pero desde España me llamaron para que me presentara en la empresa, así lo hice el lunes, me asignaron la oficina y la secretaria, cuando la conocí, lo primero que hice fue solicitarle que le respondiera el correo al señor Leopoldo, desde el correo empresarial, donde le informaba que ya estaba en la oficina, sobre lo que había pasado con Alicia no hice comentario alguno. Volví a la normalidad enfocada en el trabajo y cuidando de mi única familia mi pequeño chiquito, ya han pasado un año desde todo lo que ha había sucedido en Colombia, aunque admito que a veces extraño a mi país horrores, me siento más segura aquí, por lo menos ella debe estar feliz con su esposa y su hija, y yo solo un desliz sin importancia, una canita al aire, un poco de emoción en su vida, si acaso logre darle emoción.

Hoy ya tengo quince meses aquí y hoy cumplo 30 años, compartí mi torta de vainilla sin gluten con mi chiquito, y nos acostamos a ver comiquitas, era lo único que me quita la melancolía, viendo las comiquitas, recordé que ella está próxima a su cumpleaños, cumple con dos meses de diferencia a mí, cumpliría exactamente cuarenta, no he sabido nada de ella desde hace quince meses, cuando hablo con el señor Leopoldo no le pregunto por ella, y él no la menciona, aunque por lo que he escuchado aquí con los altos ejecutivos, es que la hija del señor Leopoldo está inmersa en un conflicto legal, no he preguntado en qué tipo de problema, pero suena por los pasillos que se está divorciando de su pareja, yo no hago comentario, por un lado me siento muy triste por ella, no se si es por mi culpa, por la indiscreción que tuvo conmigo o por otra cosa, y por otro lado a veces me llena de esperanza soñar que lo hizo por mí, que signifique algo para ella, algo más que solo un acoston, pero luego recordaba que yo no podría nunca significar algo más para ella.

Ella hoy debe estar cumpliendo años, me imagine que estaría haciendo, como lo estaría pasando, la imagine abriendo sus regalos acompañada de su hija y su esposa, si aun seguía con ella, abriendo el regalo con el señor Leopoldo, y entonces me sentí triste por lo solitaria que era mi vida, por todo lo que ella puso en riesgo solo por darse un gusto, y volver a pensar que solo era un gusto un capricho para ella; me hizo sentir la mujer más barata en todo el mundo, soy una mujer sin valor, me conforme con llenar mi soledad con unas horas de compañía y amor si eso se podía llamar amor.

Decidí ir a un bar, por lo menos me distraería mientras dejaba de pensar en los errores que había cometido, no soy de beber, en realidad casi no tomo, pero ya llevaba como una botella de vodka, cuando la cantinera, viendo mi estado se negó a seguir sirviéndome, me acompaño hasta la casa, le di la dirección con un poco de esfuerzo, ella decía que no confiaba en montarme en un taxi, sin saber quién era el hombre que me llevaría.

No se en verdad como pude beber tanto, cuando desperté no sabía ni como había llegado, tendría que ir agradecerle a la mujer, por haberme traído sana y salva, me sorprendió que chiquito no estuviera conmigo, preocupada porque se lo haya robado, me pare, aunque al hacerlo sentí que me martillaban la cabeza, tuve que volver a sentarme para no morir con el dolor de cabeza, caminando lentamente hasta la sala empecé a llamarlo pero no respondía, ya mis lágrimas estaban saliendo sin poder controlarlas, cuando lo siento ladrar en la puerta, corrí abrirle, y lo abrace sin fijarme de quien lo había sacado a pasear.

Me quede estática cuando la vi parada en mi puerta, con una sonrisa de medio lado viendo mi recibimiento al perro, que haces aquí?.- le pregunte con tono molesto.

Ella paso directo a la cocina y me dio dos pastillas con un vaso de agua, cuando las tome me respondió.- “Vine por ti, tarde un poco, primero tenía que resolver unos problemas, tarde también en entender que te quería en mi vida desde el primer momento que ti en esa misa”.

Se acercó a mi hasta que casi no hubo espacio entre ella y yo, me beso con cuidado, como si temiera que la rechazara, aunque muchas veces me imagine este momento, y me vi rechazándola, cuando sentí sus labios con sabor a cereza, fue mi perdición, no me importaba que había pasado, solo me importaba que estaba ahí por mí, que no había sido un juego, y que si me quería como yo a ella.

No sé si duraremos el resto de la vida, pero solo me importa hacerla feliz por el tiempo que dure lo que tengamos, no pude seguir pensando, porque empecé a sentir sus labios en mi cuello, y comprobé que mi cuerpo respondía de esa manera solo por ella, que mi cuerpo y mi alma le pertenecía desde el primer momento que la vi y sentí esas mariposas en mi estómago. Ella con calma me llevo hasta la cama, me beso con amor, con paciencia, como si tuviera miedo de hacerme daño, como si tuviera miedo de que la rechazara.

Yo me perdía en cada una de sus caricias, mi piel se erizaba y quemaba por donde sus dedos pasaban, tenía un torbellino de sensaciones que no podía definir, cuando sentí que bajo a probar mi feminidad, perdí el control (bueno si en algún momento lo tuve), sentir su lengua entrando y saliendo de mí, hizo que me tensará que viera miles de estrellas, quede como desmallada en la cama, mientras sentía como ella seguía acariciando mi cuerpo, como reconociéndolo, ella me daba besos por toda mi cara. Sabía que ella esperaba que yo también la tocara, que le diera placer, pero entonces caí en cuenta, yo soy virgen con la única persona que he estado ha sido ella y si no le gusta como la tocaba, si no logro satisfacerla.

¿ Qué pasa amor?- Pregunto ella nerviosa al notar mi miedo.

Es que yo soy virgen, no sé cómo tocarte Alicia, solo he estado contigo, y solo te he tocado una vez y ¿si no te gusto?, no tengo experiencia.- admití ocultando mi cara en mis manos, por la vergüenza que sentí al confesarle a ella lo que suponía que ya sabía.

No tienes que hacerlo, amor, puedo esperar a que estés lista, y no te preocupes, la primera vez lo hiciste fenomenalmente.- Respondió Alicia dándome un beso dulce en los labios.

Nos acostamos las dos abrazadas, yo me quede dormida prácticamente de forma inmediata, pero me desperté antes que ella, y entonces me di cuenta, que ella me enseñaría a tocarla como ella le gusta, que solo debía entregarme a ella, hacer que mi cuerpo se liberara tocándola, y así lo hice, deje que mi cerebro se apagará y mi cuerpo empezara a sentir, escucharla gemir por mis caricias, me lleno de gozo, me hizo sentir plena, llena, cuando la sentí llegar a mi boca, me llene de gozo nuevamente, pues solo quería que ella disfrutara, eso era lo único que me importaba, cuando volvió acabar con mis dedos dentro de ella, le susurre en su oído bajito “yo también te quise en mi vida desde la primera vez que te vi”.

Ella se colocó de nuevo sobre mí para amarme, esta vez con calma, pues teníamos mucho tiempo para disfrutarnos, para amarnos, para poder unir nuestras vidas como el destino quería que las uniéramos.

FIN