Destino 3

La historia sigue

Destino 3

MARCO

Yo- ¿Qué trae a la reina de los bajos fondos Irlandeses hasta aquí?

Erin- ¡Cállate imbécil que esto es un asunto muy serio, en cuanto sepas lo que paso querrás ser el primero en aplastar a mi padre!

Erin era la hija del jefe de la mafia irlandesa un hombre desalmado y cruel, lleno de ambición y con cero de empatía, las personas eran objetos para usar en su conveniencia, Erin era diferente, su mirada era dulce y cálida, era evidente que no aprobaba los métodos de su padre, pero le tenía miedo, como no temerle, yo le veía capaz de matar a su propia hija con sus propias manos sin inmutarse.

Mi hermana y yo heredamos una habilidad muy rara que tenía mi padre, él la utilizaba para jugar a las cartas era capaz de memorizarlas todas, por eso tenía vetado el acceso a todos los casinos.

Mi hermana sin embargo podía leer un libro una sola vez y acordarse hasta de las comas, yo también podía hacer eso, por eso pude aprobar las oposiciones a la primera, si no saque la mejor calificación fue para que no me acusaran de haber copiado, cuando mis padres murieron y me embarque en esa senda de autodestrucción, conseguí utilizar esa habilidad para la lucha, era capaz de aprender los movimientos de mis contrincantes e idear una estrategia usando defensa y ataque de distintas artes marciales, digamos que cree lo que sería mi propio estilo de lucha, con él confundía a mis contrarios y por eso ganaba, también tengo que decir que algunas victorias mías se debieron a la suerte.

El padre de Erin se fijó en mí, y empezó a apostar a mi favor, como ganaba, me unió a su organización sin darme la opción de negarme claro, Erin fue mi supervisora y la que se encargaba de todo para que yo me concentrara solo en la lucha.

Pasamos tanto tiempo juntos que nos enamoramos, todavía recuerdo la primera vez que follamos, fue después de la pelea más difícil que tuve que afrontar, gane de chiripa Erin estaba muy nerviosa pues su padre había apostado mucho dinero y si perdía lo pagaríamos caro los dos, después de la pelea me metí debajo del chorro caliente de una ducha mugrosa y entonces note como dos brazos me rodeaban, sabía que era una mujer pues notaba sus pechos en mi espalda, pero mi instinto de lucha me insto a ponerme en guardia.

Al darme la vuelta allí estaba Erin la perfección hecha mujer, tenía un cuerpo muy cuidado, se notaba que hacia mucho deporte, sus pechos eran de tamaño mediano adornado con dos pezones rosados y grandes, pero lo que más me gusto era ese coño peludo de color cobrizo, no hubo preliminares ni besos ni caricias, salto agarrándose a mi cuello y enroscando sus piernas en mi cintura, cogió mi polla la puso en la entrada de su vagina y solo tuve que empujar.

Fue una follada salvaje, los dos necesitábamos sacarnos de encima toda esa tensión que había generado la pelea.

Coloque la espalda de Erin contra la pared de azulejos y la embestía con furia, entonces vi lágrimas caer por su rostro, no era el agua de la ducha, la separe de la pared y la abrace contra mi cuerpo, disminuí la velocidad y fuerza de las embestidas, su rostro se transformó de la incomodidad al placer y en mí empezó a crecer un sentimiento por ella que sabía que me traería problemas, antes de corrernos la bese, fue un beso donde intente imprimir toda la ternura que en ese momento tenía, cuando nos corrimos, sus ojos brillaban y me di cuenta de que ella empezaba a sentir algo parecido a lo que yo sentía.

Nuestros encuentros se repetían cada vez que había un combate, pero ya no era solo sexo, hacíamos el amor, tenía que ser así pues si su padre nos descubría yo seria hombre muerto después de sufrir vete tú a saber cuantas torturas, pero para Erin hubiera sido mucho peor, ahora que estoy sentado sobre el taburete tenía una cosa clara, mi amor por Patricia era sincero, pero jamás me hizo sentir lo que esa mujer me hacía sentir solo con tenerla delante, Erin fue, es y será la mujer de mi vida.

En nuestros últimos encuentros estuvieron a un tris de descubrirnos, después supe por la misma Erin que su padre la había comprometido con un mafioso de una familia enemiga para sellar la paz, si todos se enteraban de que nos acostábamos se liaría una de las gordas.

Después de esa conversación que mantuvimos Erin y yo decidimos que aunque con mucho dolor lo mejor seria dejar de vernos, y así fue hasta que ha entrado por la puerta del bar.

Alana venía mucho a casa cuando nuestros padres todavía Vivían, mama la quería mucho y se conocían desde niñas, recuerdo que jugaba mucho conmigo, hasta que un día vino se despidió de mi madre y padre y no la volvimos a ver más, sé que mi madre intento contactar con ella, pero fue en vano.

Erin se acercó a mí y me entrego un sobre, en él había una serie de fotografías del cuerpo de Alana, no describiré lo que se veía en esas fotos solo diré que tuve que ir al baño a vomitar, al salir del baño mire a Erin y le dije.

Yo- Que a pasado para que le hicieran esto a Alana cuéntanos Erin.

Todos la miramos atentamente, Fiona le saco una cerveza y Erin nos empezó a contar.

ERIN

Alana era la amante de mi padre, era una mujer muy hermosa y este que es un cabrón se dio cuenta de que podía sacar partido a su cuerpo y su belleza, muchos políticos, empresario y demás gente corrupta pagarían grandes cantidades de dinero por follarla y además mi padre la adiestro para sacarles información mientras follaban, es increíble lo que la gente es capaz de largar mientras está follando.

Alana se convirtió en la espía perfecta de papa, sacando todos los trapos sucios de sus rivales y enemigos, entonces para hacerse con el negocio se chivó a la policía y todos sus rivales fueron encarcelados, todas las miradas fueron a parar a mi padre, pero este como buen cabrón usando a la hija de Alina y amenazándola de muerte hizo que esta no le quedara más remedio que decir que ella fue la chivata, Alana intento huir y esconderse, pero cuando todos los mafiosos de la ciudad te están buscando es difícil esconderse, tus padres habían muerto Marcos y no quería involucrar a Fiona en esto, pero era una mujer con recursos, se escondió tan bien que no le encontraban y los mafiosos llenos de ira y con ganas de venganza le dijeron a mi padre que si no la encontraba él pagaría los platos rotos.

Marco- ¿Cómo consiguió tu padre que Alana saliera de su escondrijo?

Mi padre hizo correr la voz de que si Alina no salía de su escondrijo, mataría a Fiona y a todos los seres que le eran queridos uno a uno hasta que saliera y en ellos os encontrabais tu hermana y tu Marco, Alana al final llamo a mi padre y este le fue a buscar, entregándosela a las familias rivales, las personas que la torturaron no son humanas eso seguro, pero por lo que se ve en las fotografías tuvo que sufrir mucho, según le oí a mi padre le dieron unos fármacos para que sintiera más dolor y adrenalina para que no perdiera el sentido, ¿esa niña va por el mismo camino Marco que vas a hacer?

Marco- ¿Me respaldarás?

Yo- En todo momento.

Saque un arma para que viera que cuidaría su espalda y la mía clara, como me gustaba este hombre, me gusto desde la primera vez que lo vi, ahora estaba delante de mí y esta vez ni mi padre se iba a interponer, nunca deje de amarlo y cuando me entere de que se había casado casi me rompo de dolor, no quise saber más, espero que algún día este libre para poder ofrecerle todo mi amor y cariño.

MARCO

Estampe la jarra contra la pared, es verdad que a diferencia de mama y tía Fiona yo no había tenido tanta relación con Alana y no conocía a su hija, pero no podría dormir sabiendo que a esa niña (aunque tenía dieciocho años seguía siendo una niña) le podría pasar lo mismo que a su madre, pudiendo evitarlo.

Yo- Muy bien lo haré.

Lo primero que iba a hacer era ponerme en contacto con M'Baku, era un luchado africano que conocí y que lidero una revolución en su país consiguiendo derrocar al señor de la guerra que los sometía con mano de hierro, todavía el país no está estabilizado, pero tiene algo parecido a una democracia y un parlamento que consta de los ancianos de cada tribu, la verdad que después de los horrores que me contó la cosa había mejorado bastante.

Yo- Erin, necesito ponerme en contacto con M'Baku, para eso necesitaré tu ayuda porque este cambia de móvil más que yo de calzoncillos.

Erin- ¿M'Baku marco?, ¡odia a mi familia, me matará en cuanto me tenga delante!

Yo - Él se dio cuenta igual que yo que la persona que más odia a tu padre eres tú, lo sé porque hablamos mucho del tema, él sabía que tú y yo estábamos liados.

Erin- ¿Lo sabía y no dijo nada?

Yo- M'Baku nos cubrió muchas veces, créeme es un buen tío que estuvo inmerso en una guerra desde que nació.

Erin- ¿Para qué quieres a M'Baku?

Yo- ¿Sabes quienes son los salvajes que le hicieron esto a Alina?

Erin- Sí.

Yo- Escríbelos en este folio, M'Baku se encargará de darles su merecido, esos todavía no saben lo que es sufrir.

Mientras Erin hacia algunas llamadas, yo miraba a tía Fiona y a la inspectora Sunders, necesitaba prepararme bien, la única manera de conseguir que el padre de Eris nos diera a la hija de Alana era ganando en una lucha, ese hombre siempre decía que le daría lo que más deseaba al hombre que venciera en combate a sus cuatro hombres a la vez.

Era la única solución que veía, no podíamos entrar en una guerra contra él, tenía más hombres, muchas más armas no podíamos vencer por ahí, pero utilizaríamos su mayor punto débil contra él, el jugador que llevaba dentro, de todas formas había oído que sus cuatro mejores luchadores eran unas bestias pardas, necesitaría a otras cuatro bestias pardas para entrenar y prepararme y ya los tenía en mente, fueron mis rivales más duros y serian los únicos que podrían prepararme para ganar ese combate.

Además necesitaría ayuda para sacar a la hija de Alana si el padre de Erin se negaba a aceptar la derrota y rompía el trato, la derrota, si no me centraba iba a terminar siendo papilla de marco, Erin colgó y me paso un papel con un teléfono, ya habíamos dado el primer paso, lo primero era hablar con M'Baku, lo llame y enseguida contesto.

M'Baku- ¿Quién llama?

Yo- ¿Qué pasa tan pronto te olvidas de los amigos o que?

M'Baku- ¿Marco eres tú?, cuanto tiempo.

Yo- Necesito tu ayuda, amigo, ¿todavía sigue en funcionamiento esa cárcel de la que me hablaste, esa que el señor de la guerra construyo en una mina abandonada?

M'Baku- No, pero se podría arreglar, cuéntame cuál es tu plan.

Conté a M'Baku lo que le ocurrió a Alana, lo que le hicieron esos salvajes, como la torturaron y como el cabrón del padre de Erin tenía a su hija con la intención de usarla de la misma manera, desde el otro lado de la línea se oía a un hombre gritar y jurar en otro idioma, esa fue la confirmación que M'Baku estaba dentro.

M'Baku- Cuenta conmigo, los cazaremos uno por uno y tendrán una acogida de cinco estrellas en la peor cárcel del mundo, allí aprenderán lo que significa de verdad el significado de dolor.

Tenía puesto el móvil en manos libres así que todos escucharon lo que M'Baku nos decía después colgó y todos se me quedaron mirando, yo les conté que el señor de la guerra de ese país, cogió una mina abandonada que tenía un kilómetro de profundidad y construyo una cárcel para aprisionar a sus peores enemigos, a esa profundidad el calor era brutal, seguro que se tenía que sentir como estar en el mismísimo infierno, el tratamiento de cinco estrellas quería decir que serian torturados multiplicando por mil lo que habían hecho con la pobre Alana, por último les dije.

Yo- No mentiré a Teresa, ella tiene que saberlo, si no no haré nada.

Teresa- No te preocupes hermano lo he escuchado todo, esta mujer me dijo que te conocía y nos ha traído, pero pensó que si no estaba delante lo contarías todo sin guardarte nada.

Yo- ¿Estas de acuerdo entonces?

Teresa- No me hace gracia que te expongas de esa manera, pero sé que no vivirás tranquilo si no intentas salvarla, además esa chiquilla es inocente, tenemos que ayudarla.

Alberto asentía con la cabeza, pero se le notaba preocupación en su rostro me miro y me dijo.

Alberto- Pensaba que lo de tus peleas eran peles callejeras entre bandas, esto que habéis contado era mucho más peligroso.

Yo- Si, me avergonzaba contároslo y lo endulce un poco.

Alberto- Un poco dice, ¿podrás conseguirlo?

Yo- Sinceramente, no lo sé.

Alberto volvió al lado de Teresa que hablaba con tía Fiona y con la inspectora Sunders, yo me acerque a Erin que se había sentado en una mesa apartada con un rostro pensativo, cogí mi cerveza y me senté en frente de ella.

Yo- ¿Te preocupa algo, crees que no saldrá bien?

Erin- No es eso, ¿qué tal tu matrimonio?

Yo- ¿Cómo sabes tú que estoy casado?

Erin- Yo lo sé todo, como se lo tomara ella.

Yo- ¡Lo que yo haga ya no es de su incumbencia!

Erin- ¿Qué paso?

Yo- me fue infiel y nos estamos divorciando, los papeles ya están firmados, pronto seré un hombre soltero otra vez.

A Erin se le iluminaron los ojos parecía la mañana de navidad y el salón lleno de regalos, entonces fui yo quien pregunto.

Yo- ¿Y tú qué tal con tu prometido?

Erin- Nunca deje que me tocara, mi cuerpo pertenece a otro hombre y espero que ese hombre me de el suyo a cambio.

Yo- ¿Un hombre afortunado, lo conozco?

Erin- ¡Eres tu tonto!

Yo- Pues no creo que le haga mucha gracia que estés aquí conmigo.

Erin- Me da igual, fue uno de los hombres que le hicieron eso a esa pobre mujer, solo de pensar en él se me revuelve el estómago.

Cogí de la mano a Erin y nos despedimos de todos, todos nos miraron con una sonrisa en el rostro, pues sabían lo que iba a pasar entre nosotros, quede con todos para el día siguiente a la misma hora en el local de tía Fiona y me lleve a Erin a mi casa, no sabía si saldría con vida de esta locura en la que me estaba metiendo, pero lo que tenía claro que iba a dejar este mundo sin hacer el amor con esta mujer, mi esperanza era que todo saldría bien y pudiera seguir a su lado el resto de mi vida.

Cuando llegamos a mi casa, Erin se deshizo del vestido que llevaba y me di cuenta de que no llevaba ropa interior, había estado toda la tarde con el coño al aire, eso me la puso dura como el diamante, yo comencé a desnudarme y me miro de arriba abajo, sonriendo y poniendo una mueca de aprobación, según nos acercábamos el uno al otro me di cuenta de lo brillante que tenía el sexo.

Metí tres dedos en su encharcado coño haciendo que gimiera de puro placer, al mismo tiempo que me metía unos de sus pezones en la boca, como los había echado en falta, esos pezones grandes duros y rosados, Erin tenía mi polla en su mano y me masturbaba despacito manchándosela con mi líquido preseminal, en ese momento se agachó y se metió mi polla en la boca, en ese momento recordé lo buena que era y lo mucho que me iba a costar no correrme con el placer que me estaba dando.

Aguante todo lo que pude, cuando ya estaba a punto avise a Erin que estaba a punto de correrme y está en vez de sacársela, se la metió hasta el fondo de la garganta tragándose todo lo que salió de mi polla, no dejo ni una gota, al mirarme a la cara en su rostro se reflejaba la felicidad y lo satisfecha que estaba, la levante y nos besamos, era la primera vez que besaba a una mujer con el sabor de mi semen en la boca, en ese momento no me puse a pensar si me desagradaba o no, me daba igual, yo lo que quería era degustar las mieles de su sexo y en eso estaba.

La senté en el sofá con las piernas abiertas y cuando asomo ese coño peludo color cobrizo hinchado y brillante delante de mí, empecé a degustarlo, tenía el clítoris hinchadísimo y me dispuse a chupárselo arrancándole suspiros de placer, su sabor era delicioso, no tardo mucho en correrse fruto de la excitación.

Cuando recupero la respiración mi polla ya estaba otra vez erguida y la dirigí directamente a la entrada de su coño, se le fui metiendo poco a poco, sintiendo como se iba habiendo para mí, estaba muy estrecha como si no hubiera tenido sexo en mucho tiempo, cuando la tuve toda dentro y se acostumbró, empecé a bombearle, pero fue un bombeo acompasado, mirándonos a los ojos, unos ojos que lo decían todo, en ellos veía amos, no tenía ninguna duda de ello, me costaba pensar con el placer que estaba sintiendo, cambiamos de postura ahora fui yo el que se sentó y fue Erin la que se fue metiendo mi polla poco a poco, me gustaban las expresiones de pura excitación que ponía.

Estuvimos un rato saciando nuestros deseos y recuperando todo ese tiempo que habíamos perdido, Erin me indico que le quedaba poco y yo aguante hasta que ella se corrió, cuando los músculos de su vagina estrujaron mi polla, me fue imposible no correrme, el placer fue total, nos quedamos un rato abrazados, Erin se quedó dormida y yo nos tape con una fina manta.

Mi último pensamiento antes de dormirme fue lo feliz que seria junto a esta mujer.

Continuará