Después del velorio con mi ex.
Hace unas semanas después del velorio de mi abuelo, acabé teniendo sexo con mi ex esposo, no lo deseaba a él, sólo necesitaba sexo para relajarme; obvio mi date, no lo sabe.
Poco antes de la Navidad murió uno de mis abuelos, la verdad yo no era muy cercana él, pero sí impactó a la familia –aunque ya lo veíamos venir- y pues yo fui el ancla en esos momentos, la verdad es que se recargaron mucho en mi, tanto para trámites, como para consolar a algunas familiares. Le avisé a mi ex esposo del fallecimiento de mi abuelo y pues nos acompañó. Debo decir que fue de mucha ayuda, el pendejo no fue buen esposo en términos de pareja, pero sí es solidario en esos momentos. Evidentemente fue un día muy cansado y como a las dos de la mañana me llevó a mi casa para descansar un rato; yo he estado sin coche, porque mis hijos se fueron a Acapulco, pues festejaríamos allá Navidad y Año Nuevo, ellos se adelantaron. Como ya era muy tarde y al día siguiente teníamos que ir al velatorio otra vez, le dije a Raúl –mi ex esposo- si quería quedarse y no fuera hasta su casa; él accedió, se quedaría en el cuarto de Pato, nuestro hijo.
Luego de bañarme me acosté, pero me sentía sola, quería que me apapacharan, quería reconfortarme, así que le envié un whatsapp, “Necesito que me abracen”; un par de minutos después entró a mi recámara y se recostó detrás de mi, me abrazó de cucharita. Ambos estábamos sólo con una playera y calzones; pocos minutos después de que me abrazara sentí cómo su paquete empezaba a endurecerse. Hacía muchos años que no tenía sexo con Raúl, pero en ese momento eso es lo que necesitaba para relajarme, una rica cogida, suave. Él no ha sido de mis mejores amantes, pero lo necesitaba, así que me le insinué acercando más mis nalgas a su paquete.
Raúl – Qué haces, Paty?; pasé mi mano hacia atrás para tocar su verga.
Yo – Necesito relajarme, Raúl, fue mucho estrés…-le acaricié la verga, me di la vuelta para verlo a los ojos- necesito coger…
Raúl – Pero…-yo sabía que él salía con alguien-.
Yo – Es sólo sexo, sin compromiso de nada…sólo necesito que me cojas; le dije, mientras se la acariciaba sobre el bóxer.
Raúl – Sólo quieres que te coja? ; me dijo sorprendido.
Asentí dándole besitos alrededor de la boca y en los labios, sin dejar de acariciarle la verga sobre el bóxer. Entonces me bajé, le quité los boxers, me quité la playera y le agarré la verga; se me hacía agua la boca. Estaba exhausta, pero un poco de sexo me ayudaría a descansar muy relajada.
Yo – Quieres que te la mame?
Raúl – Siempre me gustó que me la mamaras…-empecé a mamársela- aaaahhhh, qué rico, Paty…extrañaba tu boquita.
Yo – Y yo tu verga…-no era cierto, pero bueno, yo necesitaba coger- mmmmmmm…mmmmmmmm…
Raúl – Siempre te ha gustado mamármela…te acuerdas cuando saliendo de los antros me la mamabas en el coche? A veces con amigos en el coche o en el taxi…y te levantaba la falda para que te vieran las nalgas, te acuerdas?
Yo – (Asentí) Es que te aprovechabas porque estaba peda…mmmmmm…mmmmmm
Raúl – Jajaja…sí, te calentabas un chingo cuando te empedabas…y cogías delicioso.
Yo – Y luego preferiste irte con tus amigos a cogerme…aunque te la mamara cuando llegabas a la casa…mmmmmmm…me dejabas con las ganas.
Raúl – Te volviste más jodona que cogelona, Paty…te hubieras limitado a mamármela y a abrirme las piernas, no estar chingando…mis cuates no sabían ni qué pedo…por qué me la vivía con ellos.
Yo – Qué te decían, eh? –yo se la jalaba y se la mamaba-.
Raúl – Que por qué no me la pasaba cogiéndote todo el fin? Que estabas muy buena…que si con esas nalgas, que si con estas tetas…que qué tan rico cogías…
Yo – Y…?
Raúl – Les dije que estabas muy jodona porque me gustaba seguir chupando, además habíamos cogido mucho de novios…que cogías bien rico pero chingabas mucho…y que si querían averiguarlo se iban a chingar porque eras mi vieja. (Sonrió) No se hubieran atrevido a tocarte –si supiera…-
Yo – Moría porque me siguieras cogiendo…tuve que atenderme solita…mmmmmmm.
Raúl – Ven…móntame –me quité el calzón y él su playera, me acomodé su verga en la entrada de mi conchita y me senté en su verga metiéndomela lentamente- aaahhh, no mames, hace cuánto que no cogíamos.
Yo – Mucho, pero esto no quiere decir nada, eh…
Raúl – Sí, ya sé, sólo necesitas que te cojan…por surte estuve a la mano, si no te hubieras quedado con las ganas.
Yo – Tú crees?
Raúl – Pues no había con quién en el velorio, no?
Yo - Y no crees que pueda conseguirme a alguien para coger? –lo cabalgaba con movimientos circulares y hacia delante y hacia atrás, él me agarraba de la cadera o de las nalgas-.
Raúl – Ah, sí? Así de cabroncita te has vuelto?
Yo – Mhm…
Raúl – Y entonces por qué yo?
Yo – Porque estabas a la mano y ya sé que coges rico…sabes cogerme.
Raúl – Como esto? –empezó a estimularme el clítoris, eso me calienta un chingo y hace que me venga rapidísimo-.
Yo – Ay, cabrón! Sí, así…-con su otra mano me agarró las tetas y las apretaba- me calientas en chinga, pinche Raúl…-así estuvimos unos minutos-.
Raúl – Me encantan tus tetas, Paty…sí están mejor que las de mi vieja…ya ves? Para qué estuviste jodiendo con lo de la tomadera? Te cogería cuando quisieras…-yo me imaginaba en un trío con Raúl y un amigo suyo que siempre se me antojó-.
Yo – Síguele, síguele…me voy a venir…ay qué rico…ay, no mames…no mames, no mames…mmmmmmmm…-empecé a temblar por el orgasmo; estuvo delicioso- ay, no mames qué rico me vine…mta esto es lo que necesitaba…qué rico! Qué bueno que no has acabado.
Raúl – Ponte de perrito.
Yo – Doggie?
Raúl – Sí, ya sabes que me encanta metértela así –me acomodé como él quería, inclinándome y levantando mi cadera ofreciéndole mis nalgas, mi conchita-.
Yo – Así?
Raúl – Uy, Paty…ya había olvidado qué bien te ves así –le moví las nalgas-
Yo – Todavía te gustan? –se acercó, puso su verga en la entrada de mi conchita y golpeteó la entrada de mi conchita con la cabeza de su verga y después la rozó rápidamente, sabe que eso también me calienta un chingo; yo me alejaba y me acercaba, provocándolo-.
Raúl – Pues ahora que las veo así…
Yo – Cómo así? –seguíamos con el jugueteo-.
Raúl – Sin ropita…caliente…y esperando que te la meta –en ese momento me la metió-
Yo – Mm…-gemí, él empezó a bombearme sacándola y metiéndola toda- sí, cógeme, cógeme, Raúl.
Raúl – Has estado muy cogelona, Paty?
Yo – No, Raúl…claro que no -me dio una nalgada-.
Raúl – Jajajaja…no te creo, siempre fuiste muy cogelona y ahora de soltera otra vez, has de cogerte lo que se mueva, verdad? –me dio otra nalgada-. Memito? Ya se las diste, eh? –asentí, me dio otra nalgada; yo estaba súper caliente por estar “confesando” a mi ex esposo con quiénes había cogido; si supiera- también se las diste a Héctor, verdad, cabroncita? –cuando estuvimos juntos, jamás decía esas cosas-.
Yo – Cómo supiste??!!
Raúl – Siempre que iban a la casa se les iban los ojos…te desvestían a cada rato. Se veía que se morían por meterte mano. A quién más se las has dado, eh, Paty?
Yo – Sólo un compañero del trabajo…métemela, Raúl, métemela hasta el fondo…ay, así…
Raúl – A quién más, cabroncita? Con quién más has cogido? –su verga palpitaba-.
Yo – Qué rico me coges, Raúl…síguele, síguele…me quiero venir otra vez…
Raúl – Dime, Paty…dime a quién más de las das.
Yo – Méteme un dedo –muy pocas veces lo dejé jugar con mi culito-.
Raúl – Sí que estás caliente, Patito…-me metió el pulgar en el culito y yo estaba a punto de venirme otra vez-. Me encanta lo apretado que tienes el culo…ese sí lo aflojas poco.
Yo – Me coge el profe Carus...-yo estaba ardiendo con mis “confesiones”, su verga en mi conchita y su pulgar en mi culito; estaba aguantando mi segundo orgasmo-.
Raúl – Te lo cogías en la uni, verdad, pinche Paty? –sentí cómo su verga palpitaba-.
Yo – Sólo una vez…ay, Raúl, me voy a venir, me voy a venir…me cogió en su despacho cuando hacía mis horas prácticas…ay, no mames, qué rica verga tienes, Raúl! –aceleró sus embestidas y siguió dedeándome el culito-.
Raúl – Fuiste su putita?
Yo – Sólo una vez…síguele, síguele…ay…ay…vente, vente…échamelos…-me la sacó y me echó su semen, me salpicó hasta la espalda, pero me embarró las nalgas, la conchita y hasta el culito; yo me vine por segunda vez en cuanto sentí su lechita; cuando descargó todo, me la metió otra vez y me bombeó lentamente- me cae que necesitaba una cogida de estas. Gracias…
Raúl – Cuando quieras, Patito…cuando tengas ganas, me avisas y me doy una escapada.
Me abrazó, nos quedamos así unos ratito y luego se fue al cuarto de Pato (mi hijo) a dormir.