Después del pub.... ahora repetimos en la Disco

Después de aquella noche en el pub, mi mente calenturienta prepara otra salida dónde ver a mi mujer follar con nuestro amigo..

Hola de nuevo, somos Mireia y Mario, pareja de 39 y 43 años y tras la experiencia vivida en el pub en el que nos dejamos llevar, decidí que era el momento de que Mireia y sin que ella lo supiera diera un paso más hacia una vida sexual más excitante.

Antes que nada, voy a empezar a describir a mi mujer que a sus 43 años ni siquiera la monótona vida de ama de casa ha podido disminuir ni un poquito su atractivo natural. Todas las mañanas sale a correr, y las horas que se dedica a nadar y a ir al gimnasio desde hace años, han mantenido su cuerpo en perfecta forma. Tiene un culo respingón y mullido a la vez, el típico culo que te puedes coger cuando la tienes a cuatro patas. Sus labios gruesos destacan sobre un rostro delicado y hermoso. Pero lo que más llama la atención son sus enormes tetas, y que siguen estando duras y firmes como si el tiempo no hubiera pasado por ellas.

Después de llegar a casa aquella madrugada, Mireia guardó en su mesita de luz aquel diminuto papel dónde aquel individuo había escrito alguna nota. Yo al principio no le di ninguna importancia, pero pasaron algunos días y no me pude aguantar las ganas de leer lo que allí ponía. En el papel ponía “Daniel”, un número de teléfono y el nombre de lo que a posteriori supe que era un local de baile y una pequeña discoteca.

A partir de ese momento, mi cabeza no paró de darle vueltas al asunto y comencé a recordar lo cachondo que nos pusimos aquella noche y del polvo que pegamos nada más llegar a casa. Aquella noche Mireia tuvo el orgasmo más fuerte que le he conocido a día de hoy.

Desde ese día comencé a planificar la siguiente salida y pasadas unas cuatro semanas desde la noche del pub, llamé por teléfono a Daniel, el amante clandestino de mi mujer que se quedó perplejo ante la propuesta que le estaba haciendo. A pesar de su sorpresa, y sin que Mireia supiera nada, Daniel aceptó vernos el viernes siguiente en el local.

Daniel es un tipo alto, de unos 25 años, casi 1.90 m, con un rostro con las facciones bien marcadas, muy masculino, y con un gran tatuaje en la espalda en forma de alas de águila, además de otros tantos en brazos y hombros. Tiene un cuerpo atlético, el que yo siempre quise tener, pero ese aspecto macarra y de especial musculatura es el que vuelve loca a la mayoría de mujeres.

Llegó el día y Mireia y yo nos fuimos a cenar fuera como era costumbre. Al acabar la cena le propuse a mi esposa ir a tomar algo a un supuesto local que me había recomendado un compañero de trabajo, y así rompíamos un poco la rutina.

Llegamos a la disco, pagamos la entrada dónde entraba una consumición y después de dejar los abrigos nos fuimos a la barra a pedir algo. Luego nos sentamos en unos butacones que había junto a unas cortinas y comenzamos a beber y a comentar lo que íbamos viendo. Era habitual en nosotros, comentar de forma divertida cómo iba vestida la gente, cómo caminaban, etc. etc.

Pasaron unos minutos y le dije a Mireia que tenía que ir al baño, y de camino me encontré con nuestro individuo.

Cuando volví a los butacones, le conté a Mireia a quién había visto, y de pronto, vi como la cara de Mireia cambiaba por completo, a pesar de la oscuridad de la sala, pude visualizar cómo su cara se enrojecía y sus ojos grandes como dos platos comenzaban a brillar.

Mi estratégico plan seguía en marcha, y a los pocos minutos Daniel apareció delante de nosotros, me saludó y le dio dos besos a la pobre Mireia que cada vez estaba más perpleja. A los pocos minutos de estar hablando, Dani le pidió ir a bailar a la pista a mi mujer a lo que se negó rotundamente. Yo me acerqué al oído y le pedí por favor que me apetecía mucho verla bailar con nuestro amigo, que no pasaba nada, que aquella situación me excitaba mucho.

Mireia por supuesto negaba una y otra vez con la cabeza, hasta que me puse delante de ella y besando sus labios profundamente, tomé su lengua y ofreciéndole la mía, posé la mano de Daniel sobre la suya. Era un beso húmedo con en que simbolizaba que la estaba entregando a mi corneador. Mi esposa se levantó, salió tras el hacia la pista de baile y pude ver ese perfecto culo maduro y esas piernas casi perfectas envueltas en sus medias negras tupidas.

Daniel comenzó a bailar junto a mi esposa, se acercaba, se alejaba, revoloteaba alrededor de ella. Es un auténtico seductor, y de vez en cuando veía que le decía cosas al oído, otras veces le cogía de la mano y la hacía girar, y poco a poco la cara de Mireia iba cambiando de perplejidad a confianza y bienestar

De pronto vi como Daniel saludaba a otro amigo que pasó junto a ellos, que se acercó a darle la mano, y de paso también dos besos a mi mujer, que sin ningún pudor ya le estaba presentando.

Era un chaval de la misma edad que Dani, un calco de nuestro amigo, alto, fuerte y de espaldas anchas y con unos dientes que brillaban en la oscuridad. Pasaron un par de minutos en los que intercambiaron saludos, risas y comentarios al oído porque la música estaba muy alta y el chaval que yo pensaba que desaparecería, volvió con un par de copas en la mano, ofreciéndole a Mireia que amablemente comenzó a beber.

En la pista comenzaba a hacer mucho calor, la música cada vez más alta, y yo de vez en cuando perdía de vista a Mireia debido a la cantidad de gente que había. De pronto vuelvo a verla, pero ésta vez brazos en alto, vaso de bebida en mano y haciendo de relleno entre Daniel y su amigo. Daniel por delante insistiendo en hablar con ella al oído (eso le pone muy perra a Mireia) y el nuevo acompañante acoplado al hermoso culo de mi mujer.

Mi corazón dio un vuelco, algo no estaba saliendo según lo planeado. La cara de Daniel sonriente que me miraba de reojo con soberbia, me hacía presagiar lo peor. Mireia continuaba bebiendo y cada vez se le veía más contenta y suelta con sus dos nuevos amigos.

Cada minuto que pasaba mi pulso se aceleraba más, y por dentro había una dualidad de sentimientos, por una parte, el miedo a lo inesperado de aquella situación, y por otro la excitación de volver a ver a Mireia con su amante pasajero y su nuevo amigo.

Daniel estaba disfrutando de aquella situación, me miraba y sonreía cada vez que nuestro campo visual se cruzaba. Los pechos de Mireia ya casi se salían del escote y copa del sujetador, a los que aquellos vampiros acudían a morderlos y besarlos.  En un par de ocasiones le dijo algo al oído a Mireia que sonriendo también me miraba y me saludaba con la mano llena de felicidad y de calentura.

Un calor irresistible me surgió por todo el cuerpo, por lo que me dirigí a la barra a por una bebida bien fresca, pero para mi sorpresa, cuando volví a la pista, Mireia, Dani y el segundo individuo habían desaparecido. Otro respingo al corazón, pero ahora yo ya estaba realmente preocupado.

Busqué de un lado para otro durante un par de minutos, hasta que vi como detrás de unas cortinas se había aglutinado un grupo de unas 8 o 10 personas. Inmediatamente me temí lo peor y estaba en lo cierto.

Me escondí detrás de las cortinas, en una posición desde podía oír y ver todo lo que allí estaba sucediendo.

Joder el muy cabrón se la había llevado detrás de las cortinas, y en un rincón en el que había un sofá y la estaba magreando y arrimando su enorme paquete al pubis y estómago de mi mujer. Mireia al notar tremenda erección, empezó a ponerse nerviosa y recordó por momentos aquellos enormes dedos que le habían llevado al cielo en el pub.

-         Venga mujer, no te asustes, te lo dije antes que tenía una polla enorme y yo con eso no juego.

-         No sé Dani, déjame….yo… es.. que .- mi esposa confundida y muy nerviosa no sabía que decir o hacer

-         No pasa nada, tú tienes unas tetas enormes que yo quiero volver a tocar y yo tengo una enorme polla que estás deseando llevarte a la boca.

-         Dime Mireia…. ¿qué te parece ahora?.- le preguntó Dani mientras llevaba la mano de mi esposa arriba y abajo recorriendo toda su entrepierna.

-         Si… es gigante… es muy grande… es enorme…dijo mi mujer

Durante unos segundos ninguno de los dijo nada, Mireia sólo miraba hacia un lado y otro sin saber qué hacer con aquel enorme bulto entre sus manos. Al cabo de un rato, Dani dejó de guiar las manos de mi esposa, pero ella continuó con el mismo movimiento, señal inequívoca que inconscientemente se estaba dejando llevar y que comenzaba a perder el          .

-         Bueno, bueno…veo que te está gustando… venga ahora se buena niña  y enséñame esas tetas que tienes…mira cómo me empalmas… venga solo te las quiero tocar un poco. ¿no te gustaría que te las manosee , te las chupase, y te lamiera esos duros pezones que se notan a través del suje?

De pronto vi como Daniel se lanzaba encima de mi esposa, cómo la  besaba con auténtica lujuria , no paraba de sobarle y agarrarle las tetas a dos metros escasos de mí. Le metió la mano entre las piernas que gimiendo tuvo que interrumpir el profundo morreo que se estaban dando. En ese mismo momento aprovechó para desabrocharle la camisa y quitando el sujetador dejó al aire libre sus tetas. Empezó a chupar uno de sus pezones y mi mujer volvió a gemir intensamente, pero Dani volvió a abrir su boca y a buscar su lengua con auténtica lascivia. La empujo levemente sobre el sofá que allí estaba y acompañándola con el movimiento hasta sentarla, volvió a dedicarse a sus pezones pasando de uno a otro, embadurnándolos con saliva, y mordiéndolos sin parar. Mireia ya no aguantaba más, cogió a Dani de los pelos y lo separó de sus tetas:

-         Joderrrrr… tengo los pezones inflamados, a punto de explotar …. No me habían comido nunca las tetas asiiiiiii

-         Diosss vaya melones que te gastas nena…duros como una piedra…debes gastar una 100 por lo menos….

Miré a mi esposa y me quedé perplejo, su brazo extendido estaba intentando acceder dentro del bóxer de Dani y empezaba a realizar movimientos arriba y abajo sin parar.

-         Vamos Mireia, pruébala, lo estás deseando, métetela en la boca y disfruta de este pedazo de carne . Seguro que nunca has probado una así, tu maridito no se va a enterar y seguro que te gusta.

Al oír aquello tuvo el instinto de lanzarme encima de ellos y parar toda ésta locura, pero mi esposa se inclinó sobre aquel pollón y comenzó a mamarlo con frenesí, provocando que Dani empezara a suspirar.

-         Aghhhhh siiiiiiii… joder con la casadita… vaya tela cómo mamas zorrita

Se oía a Mireia cómo intentaba metérselo todo en la boca sin éxito por supuesto, a lo que Dani cogiéndole de la cabeza, empezó a realizar movimientos pélvicos como si se la estuviera follando provocando en mi esposa arcadas y dejándola casi sin respirar.

-         Ven aquí guarrilla…te voy a enseñar a mamar éste cacho de polla que tengo.

-         Joder Bruto… casi me ahogo… la tienes muy grande cabrón y apenas me cabe en la boca

Dani le volvió a coger la cara y a meterle la lengua bien adentro, momento que aprovechó para volver a sobarle las tetas, a pellizcarle los pezones y a meterle los dedos dentro de su braguita. Empezó a moverlos arrancando otro gemido muy profundo a mi esposa que mirándolo a los ojos desafiante comenzaba a temblar de placer y excitación.

Separándose de ella, se metió los dedos a la boca y bajándose el pantalón y quitándose el bóxer por completo, pude ver por primera vez aquel pollón en toda su extensión. Era el doble que la mía en grosor y largura, nunca había visto algo así. Mireia desde abajo miraba con miedo aquella tranca que tanto había palpado. Dani bajó a la altura de las caderas de mi esposa y le dijo:

-         Vamos a quitar todo esto que ya nos molesta…ya estás chorreando… déjame que te haga gozar… verás cómo te gusta.

Dani obligó a Mireia a levantar las caderas y sin demasiada resistencia pudo quitarle las medias tupidas y las braguitas desapareciendo por debajo de sus tobillos. El coño húmedo, palpitante y rojo quedó a la vista de todos y mi esposa con cara de miedo y excitación miraba a Dani fijamente a los ojos. Se acomodó sobre mi esposa, empezó a besarle el cuello y a lamerle nuevamente los pezones y empezó a decirle al oído,

-         Tranquila zorrita…. No te asustes…déjate llevar… abre bien ese coñito que vas a disfrutar de una buena follada…

Allí estaba mi mujer, recostada sobre el sofá con las piernas abiertas, con la falda subida hasta las caderas, sus enormes pechos al aire, a punto de recibir aquella enorme tranca que la iba a taladrar.

-         Vamos nena…dime qué quieres…tengo todo esto sólo para tí...-le decía Dani con su risa burlona mientras movía arriba y abajo su tremenda polla. Te voy a dar una follada como tú te mereces, te voy a hacer gritar de placer. -y continuaba masturbándose delante de los ojos impávidos de mi mujer. Vas a notar dentro una auténtica verga tamaño extra, tengo mucha leche para ti cariño… voy a inundar tu coño estrechito…-¡! Dime cielo. dime qué quieres que haga con esto!!!

-         ¡!Fóllame por favor… Fóllame!!....-le dijo mi esposa impaciente por notar dentro aquel pedazo de carne.

Y Dani mirando a los ojos a mi esposa, la cogió de la cadera y con la otra mano guiando a su polla hasta su pequeño chocho empezó a empujar poco a poco.

-         Mmmmmmm….mi esposa apenas podía emitir algún sonido, estaba aguantando como podía la sensación de aquel vergón tratando de entrar dentro suyo, y con los ojos cerrados notaba cómo la punta le empezaba hacerse camino. La cabezota de aquella polla era demasiado para el pequeño coñito de Mireia, hasta que de pronto un pequeño movimiento de cadera la cabezona la atravesó de golpe.

-         Aghhhh… Mireia contestó al dolor que estaba sintiendo.

-         Shhhhhhh..calla zorra, no chilles que la tienes casi dentro, ahora tienes que ser una niña buena y relajarte… ahora empieza lo mejor.

Y mi esposa, cogiéndose de los laterales del sofá, ejercía fuerza hacia arriba para que su estrecho coñito empezara a adaptarse al grosor de aquel enorme miembro. Mientras tanto Dani empezaba a mover circularmente la cadera y entrando dos o tres centímetros y saliendo otro empezó a hacerse sitio en aquel chochito casi virgen, porque aún no había parido. Mireia empezaba a notarse rellena de carne y empezaba a gemir al compás de las caderas de Dani.

-         Joderrr nena..vaya chochito más estrecho que tienes… cómo te noto.. seguro que Mario no te folla como lo estoy haciendo ahora…

-         Aghhhh para me haces daño… decía mi mujercita…joderrrr menudo cambio..la  polla de Mario apenas la siento….diosssss no pares que placer.

Dani se envalentonaba más y más, por lo que al oír a mi mujer gemir empezó a entrar y salir con mayor profundidad del coño haciéndole notar cada centímetro de su miembro.

-         Me corro paraaaa por favor…y las piernas de mi esposa empezaron a temblar alrededor del torso desnudo de Dani.

-         Siiii nena…sigue asiiiii.. aguanta, ya casi la tienes toda dentro, mis 24 centímetros todos para ti.. gózala cariño…toda entera.

-         Joderrrr qué guarra eres…cómo palpita tu coño de zorra…

-         Para por favor… no puedo más…. Te lo ruego…Diosssss nunca he sentido nada igual…me estoy corriendo de nuevo….aghhhhhhh

Mireia encadenaba un orgasmo tras otro, su cuerpo desmadejado y sudoroso colgaba de aquel pedazo de macho que la estaba poseyendo. Dani no paraba de hablarle al oído y a cada empujón le arrancaba un nuevo alarido de placer.

-         Ayyyyyyy siiiiii fóllame más…. Dame duro.. quiero sentirla bien dentro macho mío.. respondía mi mujer.

-         Joder…y yo pensaba que no te iba a caber toda… mira zorrita ya la tienes toda dentro… la tienes hasta los huevos. Vaya morbazo que me da verte así abierta de piernas para mí. Eres toda una hembra…tú no has nacido para un solo hombre.

-         Dani por favor.. no puedo más.. para ya te lo ruego--- decía mi mujercita al borde del desmayo.

-         Calla zorrita que ahora viene la traca final…qué gustazo me estás dando… te voy a llenar toda de leche  - gritaba clavándose duramente dentro de ella.

-         No por favor… dentro no me lo eches… córrete en mis tetas… hazlo en mis tetas. Quiero ver cómo me mojas todas las tetas con tu leche.

-         Lo siento nena, pero te voy a llenar toda, te voy a preñar, estoy hasta arriba de leche…ya me viene cariñoooooo….Aghhhh toma!! Toma!! Tomaaaaaaa!!

Y los chorros de semen comenzaron a emanar de aquella polla dura dentro del coño de mi mujer, mientras Dani gritaba y resoplaba como un loco.

-         Ayyyyy noto tu semen sin parar de salir… me lo estás echando todo dentro mío… cómo te noto cabrón…noto tu verga palpitar dentro mio…aghhhhhhhh me corroooo de nuevoooo…tomaaaa mi corrida Joderrrrr

Y poco a poco ambos cuerpos volvían a la calma, pero mientras tanto ambos se buscaban con la boca, devorándose e intercambiando lengua y saliva. Dani bajaba a los pechos y mordía los pezones una y otra vez, y Mireia cogiendo con las piernas por las caderas aún notaba cómo la polla de Dani aún dura dentro de ella. Se quedaron mirando fijamente hasta que un “plop” anunciaba la retirada de Dani de dentro del cuerpo de mi esposa. Desde mi postura, veía claramente cómo el coño de Mireia permanecía completamente abierto como si aún tuviera dentro el pedazo de verga que se acababa de comer. Y sin embargo, Dani aún con su verga mirando al cielo, la miraba con ganas de más.

Yo mientras tanto, lleno de vergüenza, pero también de excitación volví hacia el centro de la barra hasta que vi llegar a Mireia que apenas podía caminar, con el maquillaje desecho, con las ropas desordenadas y aun temblando por la follada que le habían pegado. La abracé, la besé y pude comprobar en mis labios el olor a sexo y a macho que había dejado sobre ella.

Al llegar a casa, la acosté sobre nuestra cama y allí la dejé descansar a recuperar fuerzas. Mientras tanto yo me fui al sofá y pensando en todo lo vivido esa noche, noté como mi ahora pequeña verga tomaba fuerza esperando ser atendida.

Fin..

Gracias a todos por vuestros comentarios que me animan a seguir escribiendo.