Despues del metro

Algo nuevo pero delicioso me sucede en el metro (aclaración, en chile el metro es el tren subterraneo), pero lo que vendrá después será enloquecedoramente excitante.

Me daba lata tener que ir en metro a esa hora, por lo lleno que pasaba, pero iba tan justo de hora que no me quedaba otra. No me gusta llegar atrasado.

Al subir, me saque la mochila de la espalda y la puse entre mis piernas para no quedar tan apretado y me preparé para un viejo incómodo y con mucho calor.

Fue al llegar a la siguiente estación que me di cuenta que me tocaban el trasero, era la segunda vez, pero la primera pensé que había sido un simple roce, pero ahora sentí que había una leve presión sobre él. No alcancé a hacer ni decir nada cuando dejé de sentirla. Quede un tanto perplejo, porque en realidad no me molesto, incluso me había gustado. Al poco rato que habíamos empezado a movernos volví a sentir algo, y está vez si que estaba seguro de que había comenzado a gustarme, mi pene reaccionaba favorablemente a ese contacto con mi culo. No supe que hacer, así que me quede quieto, y al hacerlo pude sentir que se apretaban contra mí con mayor fuerza. Al percibir como mi verga se endurecía otro poco y que el placer aumentaba, me quede quieto una vez más, sabiendo perfectamente que lo que se apretaba contra mí era otro pene que se ponía cada vez más duro. No supe que sentía, nunca se me había pasado algo así por la cabeza, pero el placer que comenzaba a sentir no me dejaba reaccionar.

Al frenar en la siguiente estación, cerré los ojos al sentir una leve estocada de esa verga justo entre mis nalgas. Subió más gente, y al tener que apretarnos más sentí una mano que me tomaba de la cadera y me empujaba hacia atrás. Al sentir el rico punteo del pico que tenía tras de mí, tuve que controlarme para no soltar un suspiro.

Entonces escuché una voz muy baja y varonil que me decía al oído:

-¿Te gusta cierto? Si es así frota levemente tu culito contra mi verga.

Creo que fue ese el momento en el que empecé a perder la cabeza, porque sin dudarlo le hice caso y comencé a mover lentamente mi potito, al hacerlo su mano me tomó con más fuerza y pude sentir aún más rico y delicioso su dura verga contra mi excitado y paradito culo.

De pronto sentí que una mano tomaba una de las mías y la guiaba contra esa verga rígida que me estaba dando tanto placer. Sentí algo que me estremecía al palpar con mi mano ese pene duro y grueso, lo vi en mí mente, con una cabeza gruesa, al imaginarlo me excite aún más y comencé a frotarlo rápidamente, sin importarme que alguien más lo notara, o que incluso me reconocieran, ya todo dejó de importarme.

De improviso sentí que separaba de mí, y la voz masculina me dijo despacio pero autoritariamente: sígueme. Yo ni lo pensé. Olvide completamente mi compromiso, solo pensaba en poder seguir sintiendo ese delicioso placer que me enloquecía.

El era alto y de espalda ancha, muy varonil... e incluso atractivo físicamente, y esa era la primera vez que pensaba así de un hombre. Le seguí, como un perrito obediente, pensé, o una perrita mejor dicho, que sólo espera la orden del amo para poder complacerle.

Salimos de la estación y llegamos a un edificio, entramos y llegamos a los ascensores. Nos miramos por primera vez, era mayor y guapo, y realmente me desnudó con su mirada, me estremecí por completo y la puerta del ascensor se abrió. Estaba vació y entre, apoyando mis de inmediato en el muro del fondo y ofreciéndole tentadoramente mi rico culito. (Sé que es rico, porque muchas mujeres antes me lo habían dicho, e incluso alguno que otro hombre gay que había conocido.) Él sin pensarlo me tomo por la cintura y presiono con su verga, que pude sentir más grande incluso que antes.

-¿Este culo va a hacer mío cierto?- Me dijo con voz autoritaria.

Yo ahogado en el placer sólo deje escapar un débil sí.

Ya en su apartamento, me tomo por la cintura y literalmente me lanzo sobre el sofá, cuando me senté tenía su paquete frente a mí. Ni siquiera tuvo que darme una orden, ávidamente desabroche su pantalón, baje sus boxers y me encontré con un miembro hermoso y excitante de unos 18 cms, bastante grueso y totalmente erecto. Lo tome con una de mis manos y comencé a lamerlo. Sus gemidos me excitaban aún más. –Dale perrita- me decía- -Supe al tiro que eras un putito cuando te vi- me dijo también. Esas cosas me excitaron aún más y comence a chuparlo enloquecidamente, metiéndolo y sacándolo de mi boca rapidamente y apretándolo fuertemente con mis labios. A ratos paraba y me dedicaba a succionar su cabeza grande y roja que me fascinaba. Al rato comenzó a gemir cada vez más hasta que se aparto y sentí un exquisito y caliente chorro de semen en mi rostro, y luego un par más. Yo Continuaba aferrado a ese deseado pene y apenas paro la lluvia comencé a besarlo, no tardó en ponerse duro una vez más. Entonces me levantó, me puso frente a él, mientras yo temblaba de placer y me bajo los pantalones. Me Hizo apoyar mis manos en su mesa del comedor y sentí de inmediato su verga exquisita presionando por entrar, apreté los dientes pensando que me dolería, pero en realidad la excitación había dilatado tanto mi agujero que el dolor que sentí bien se compensaba con la oleada de placer que me invadió.

Comenzó a follarme salvajemente. Su cuerpo golpeaba contra mi culo, i cuerpo se movía al compás del ritmo que el me imponía con sus manos que aferraban fuertemente mis caderas.

-¿te gusta cierto puta?- Me decía una y otra vez, yo sólo chillaba de placer, su verga, sus manos, todo lo que me hacía y decía me tenían vuelta loca. Gritaba y gemía de placer sin parar. Sus gemidos se mezclaban con los míos, y su ritmo se volvió aún más duro y salvaje cuando sentí su leche derramándose en mis entrañas. Me soltó y sus últimos chorros de semen cayeron en mis nalgas. No lo podía creer, acaba de ser salvajemente follado por un macho y me había fascinado y es más, aún quería continuar. Me arrodillé frente a él para comenzar a mamar, pero el me dijo mientras se abrochaba el pantalón:

-Suficiente por hoy putita, vuelve cuando quieras más.

Yo le obedecí, al fin y al cabo ahora era su perrita y el mi nuevo amo.