Despues del divorcio, que?

Nuestras bocas no encajaban, pensé," me equivoqué, no funcionará!!"...

Estaba tranquila, hacía pocos días que nos habíamos conocido, me pillaba de paso en la ciudad y no tenía grandes esperanzas en esa cita. Cuando salí del examen por el cual había acudido a la ciudad, lo llamé, quedamos en un parking.

Después de los dos besos de rigor fuímos a una cafetería, charlamos animadamente un par de horas, se hacía de noche y ninguno de los dos quería irse a casa, había feeling, tonteo, juego... pero nadie quería dar el primer paso; para alargar la cita paseamos por un parque ya de noche, quería que me besase, que me tocase, que diese el paso... estaba tenso, atento a cualquier movimiento o gesto que le hiciese deducir lo que yo deseaba, temía mi rechazo, fuí consciente de ello todo el día, nuestros brazos se rozaban, la piel se erizaba, podía oler su piel e imaginarme el sabor de sus labios...

Ya en su coche y desistiendo de que sucediese algo me despedí, me beso rápido, nuestras bocas no encajaban, pensé," me equivoqué, no funcionará!!"... no se dio por vencido y metió su mano por dentro de mi camiseta, me acarició los senos, éstos se volvieron duros y desafiantes. Él los besó y siguió bajando, cuando sentí su lengua en mi sexo me recosté y dejé que el tiempo transcurriese despacio, hacía mil años que no vibraba de esa manera: sabía cómo y dónde tenía que tocarme. Llegué al orgasmo como ya no recordaba mientras veía en sus ojos deseo y placer.

Quise corresponderle y aprisoné su sexo con mis labios, la humedad de mi boca hizo que desease que el tiempo se parase. Su respiración era fuerte, intensa, estaba disfrutando de una noche que nadie había planeado. Me gustó volver a sentir, volver a ver excitación en los ojos de un hombre, hubo más citas, más sexo, pero esa noche se quedará en mi retina como el comienzo de mi vida.