Después del Concierto

Cuento una breve anécdota ocurrida con un amigo saliendo de un concierto

Ahí estaba yo, en un auto, un domingo por la madruga, ebria y con la boca llena de semen tipo de tipo mayor que acaba de conocer.

Lo que se relatara a continuación, ocurrió hace cerca de dos años, mientras disfrutaba de las vacaciones previas al primer año de la universidad.

Siempre he sido una chica que ha disfrutado de la música rock, tal vez no me vista como tal pero el gusto siempre ha estado ahí. En esas semanas del mes de junio me enteré por redes sociales que una banda de la cual soy fanática vendría a mi ciudad a tocar, como fan, no podía perderme el concierto, compartí tal noticia en dicha red aquella notícia, un mensaje privado me llegó a los pocos minutos, un "chico" bastante mayor me preguntaba si asistiría, debía estar por cumplir los treinta, recuerdo. Él era bastante mayor, hacía unos meses me había mandado solicitud de amistad, lo agregue dado que al revisar su perfil ví que teníamos gustos similares, y parecía ser un "metalero" empedernido, además de que vivíamos en la misma ciudad. Nunca me mandó mensaje hasta ese momento, me imagino que estaba buscando la oportunidad para hacerlo. Era un tipo atractivo, sin contra su edad, es trece años mayor, según recuerdo, pero yo no tenía ningún tipo de interés en él, a pasar de que los hombres mayores eran mi debilidad y siempre había fantaseado estar con uno.

Le respondí de manera afirmativa a su pregunta, y la conversación fluyó a tal punto de que a los pocos días, ya había conseguido mi número telefónico, dónde, por medio de la conocida aplicación mensajería instantánea, empezamos a hablar casi todo el día, no había interés romántico por mi parte, pero el mostraba interés en mí, siempre elogiando mi físico y preguntando más de mí, sin importar la diferencia de edad, no me molestaba, siendo franca, me subía el autoestima que lo hiciera, siempre he recibido halagos por mi belleza, pero nunca están de más. Las conversaciones fluyeron de manera respetuosa las siguiente semanas, dejaron de ser constantes, pero manteniamos el contacto, quedamos en vernos el día del concierto en el recinto dónde esté se haría, hasta compramos boletos en la misma zona.

Una semana antes del concierto me preguntó si aún iría con él, le respondí que aún lo haría, yo iría sola si no era con él, me hacía sentir segura ir a un lugar tan lleno de personas con la compañía de alguien. No ofreció pasar por mí ni nada así, así que terminamos viéndonos en la entrada del lugar, sería la primera vez que nos veríamos en persona. El momento llegó, me lo topé en la entrada, se notaba la diferencia edad y tamaño, siempre he sido pequeña de estatura y en mis medidas, francamente, parecíamos padre e hija. Entramos al estadio, justo antes de que subiera la banda telonera, y, a pesar que su lugar estaba lejos del mío, se quedó a mi lado, cuidando que nadie me golpeara o hiciera algo durante todo el concierto, donde eran normales los golpes y empujones al son de la música. Compró cervezas para ambos, muchas, más para él que para mí, siempre he sido de beber bastante, fue tan caballeroso que me acompañó al baño las, tal vez cuatro veces, que tuve que ir durante las casi tres horas del concierto.

El show llegó a su fin y toda la masa de personas empezó a salir, me dijo que sería ideal quedarnos a esperar a que la mayoría de personas salieran para no evitar el acumulamiento, le dije que ya era tarde y no tenía como volver a casa y el Uber sería carísimo, él me dijo que traía auto y podría llevarme si quería, acepte a los pocos segundos, no desconfiaba de mi amigo. Esperamos poco más de treinta minutos para poder salir del lugar y dirigirnos al lugar del estacionamiento donde se encontraba su auto. Sacó sus llaves y me abrió la puerta, entre al vehículo aún con un vaso desechable de cerveza, estaba bastante ebria, pero aún consciente. Arrancó para salir del estacionamiento y me preguntó dónde estaba mi casa, le dí las indicaciones para llegar, le expliqué llegar a una cuadra antes de mi casa, en un parque, dado que no quería que supiera donde vivo por ser la primera vez que lo veía, nunca se sabe, era un parque donde debía bajarme, eran cerca de las 2am, pero mi colonia es muy segura, no sería problema recorrer esa distancia sola.

El detuvo el auto e hizo silencio, el cual rompí dándole las gracias por haberme traído hasta mi casa y me quite el cinturón de seguridad y me despedí acercándome para darle un beso en la mejilla, a lo que giro su rostro para tratar de besarme los labios. Lo logró, fue un roce de nuestras bocas que se vio interrumpido por el choque de miradas, tal vez era el alcohol o lo singularmente atractivo que era, pero cerré mis ojos y respondí el beso. Empezamos a besarnos lentos, como dos enamorados, no recuerdo que pasó por mi mente en ese momento, yo estaba soltera y siempre me había visto excitada por los hombres mucho mayores, y, francamente, la calle estaba vacía, el beso ininterrumpido empezó a escalar de nivel cuando puso su mano sobre uno de mis senos y lo acarició suavemente para luego apretarlo de tal forma que me hizo soltar un gemido suave que cortó el beso, él apagó el auto y la calle quedó en oscuridad total en ausencia de los faros del mismo. Yo le estaba viendo los pantalones cuando ello, quería ver si tenía un erección, es una costumbre sucia que tengo al besarme con un chico, saber si le he causado una erección, podía verse el paquete marcado, él lo noto al tomarme el rostro con suavidad para volver a besarme, y preguntó:

¿Quieres verla?

No respondí, no por no querer verla, sino porque estaba bastante atontada por el alcohol y la excitación del momento. En un abrir y cerrar de ojos, el ya tenía su verga fuera. Debo admitir que pensé que sería más grande dado su compresión, era pequeña en longitud, pero bastante gruesa, de las más gruesas que he visto. Tomó mi mano derecha y la puso sobre su miembro, tenía el glande húmedo.

De nuevo empezamos a besarnos de manera entrecortada por su respiración fuerte, mientras yo le puñeteaba la verga rápidamente, tal vez se llevó varias arañadas de mi parte, dado que ese día tenía uñas postizas, no pareció importarle, ambos estamos muy excitados, yo lo estaba tanto que me sentía incómoda por lo mojados que mis calzones estaban. Mi amigo tenía una de sus manos bajo mi blusa, yo tenía el sosten a medio abdomen para que el pudiera jugar con mis senos. Y, de nuevo el beso se interrumpió cuando él me tomó de la nuca me bajó hasta su pelvis, no pudo que decir nada, yo sabía que hacer, le empecé a mamar la verga como no había mandado una en mi vida, era pequeña y el estaba perfectamente depilado de ahí, no hubo problema ni por lo ancha que era, lo disfruté tanto que no podría decir cuanto tiempo se la chupe, dentro del auto era una combinación de sus gemidos de placer con los ruidos de mi boca al chupársela. Yo estaba en éxtasis sin siquiera ser tocada en la vagina, podía sentir las contracciones propias de un orgasmo, cuando de repente, un chorro,m seguido de algunos más, y del movimiento de su verga, inundaron mi boca de leche agria y tibia. Escuché el gran suspiro de placer suyo y sentí como acariciaba mi mi cabello rizado, el semen escurrió de mi boca hasta su verga nuevamente, no había donde escupir, así que me trague lo que había en mi boca, francamente, disfruto de hacer sexo oral pero nunca de tragarme el resultado. Me lo agregue y de nuevo me senté derecha en el asiento del copiloto, su brazo velludo y tatuado se cruzó frente a mí para abrir su guantera y sacar un paquete de pañuelos sanitarios, los abrió y me dió uno par para luego él limpiarse la verga, terminó y se abrochó los pantalones. Se acercó a mí y me besó suavemente, me preguntó si quería hacer algo en su casa, a ello le respondí de manera negativa con la excusa de mis padres me estaban esperando, una cosa era darle una mamada y otra que me cogiera.

El contaré que, le dije dónde estaba mi casa exactamente, ya que las piernas me estaban temblando de una manera increíble por el orgasmo que acaba de tener y no ví capaz de poder caminar siquiera unos metros.

Él me dió las gracias por la noche, nos despedimos y quedamos en hablarnos mañana, entré a mi casa y avisé a mis padre que había llegado desde fuera de su cuarto, pues estaban durmiendo, entré a mi habitación, me quité toda la ropa para echarme a la cama y dar por terminada una de las experiencias sexuales más inesperadas de mi vida hasta ese entonces.

Es así como termina este pequeña anécdotas, espero haya sido de su agrado para pronto traerles más, les mando un beso, solecito.