Despues de Yser.

Después de la tormenta, llega la calma,con alguien enamorada a tu lado es siempre mejor, para ambos.

Después de Yser

Región de Provenza, Francia Mayo de 1915.

Jules Boníer se despertó y miró a su derecha, vio la cara de Marie su esposa, por la ventana detrás de ella entraba la luz del sol, estaba amaneciendo y los rayos de luz incidiendo en su pelo rubio enmarcaban su bonito rostro, se quedó quieto observándola viendo su expresión relajada, sus dulces y gordezuelos labios, la naricilla respingona, la piel suave y tersa de sus mejillas, era guapa y a sus 23 años estaba en lo mejor de su vida. Movió un poco la sabana viendo el cuerpo de ella, su silueta curvilínea se recortaba contra la luz del amanecer, estaba desnuda igual que él pues anoche hicieron el amor, vio sus senos perfectos tamaño pomelo, con pezones pequeños de aureolas marrones, su cinturita firme y su vientre plano, sus caderas para el perfectas, ni estrechas ni muy rotundas, en esa postura no veía su culito pero sabía perfectamente que era bonito y firme.

Jules la rozó con el brazo izquierdo, ella gimió y se agarro al brazo de su marido con sus dos manitas, quedándose quieta dormida y abrazada a el, la cara apoyada en el hombro y el codo casi en su ombligo, la mano de el quedo sobre su pubis tocando sus suaves y cortos pelillos, sintiendo en todo el brazo el calor del cuerpo de su amada, se decidió a darla un buen despertar “por cuenta de la casa” la acaricio el pubis, este se humedeció rápidamente mientras el insinuaba sus dedos contra los labios mayores, ayudado por la lubricación vaginal recorrió su grieta de abajo hacia arriba, encontró sin dificultad su clítoris oprimiéndolo y masajeándolo sin prisas con la yema de su dedo índice, el resultado no se hizo esperar y sintió en su brazo como se endurecían los pezones de Marie, ella emitió un suave suspiro de placer al tiempo que se apretaba mas contra él.

Jules deslizo los dedos por la rajita de su coñito e introdujo sus dedos índice y medio en ella superando los labios menores, la escucho gemir mientras movía los dedos en su interior, aumento el ritmo suave pero progresivamente, ella se apretaba contra el  y gemía mientras sus caderas se mecían inconscientemente, sus piernas se entreabrían y el aprovecho para meter más los dedos en su encharcado canal vaginal, procediendo a un mete y saca que se fue haciendo más rápido progresivamente, la notó temblar de gusto,  su clítoris rozaba en la palma de su mano y Marie gimiendo sin parar meneaba sus caderas ansiando una mayor penetración, el supo que se corría cuando ella le empapó toda la mano, sus orgasmos solían ser siempre así de intensos, además ella jadeaba de puro gusto y su cuerpo quedo repentinamente tenso como las cuerdas de un violín, el paró de mover los dedos pero dejándolos dentro de ella que seguía estremeciéndose sin poder parar de moverlas, poco a poco la mujer se fue relajando.

  • Buenos días amor. ¿has tenido un buen despertar? Dijo Jules,

  • Si cariño el mejor del mundo, con el mejor hombre.

  • Bueno cielo, uno hace lo que puede, me voy a levantar pues tengo trabajo que hacer. Se inclino hacia ella y la dio un apasionado beso.

Ella correspondió al beso apasionada, parecía que seguirían en la cama pero el rompió el abrazo, tenía trabajo pendiente que no podía esperar. Se vistieron y se pusieron a hacer cosas, mientras ella preparaba el desayuno el fue a ordeñar las vacas, al rato ella le llamó y desayunaron, luego el fue a la huerta a trabajar, ella acabo con las vacas y se dedico a ordenar la habitación.

Era media mañana cuando Marie le vio venir de la huerta, venia sin camisa por el calor, ella se fijo en su pecho fuerte y musculoso, sus fuertes brazos fruto del trabajo en la granja, se puso  cachonda empapando sus bragas instantáneamente, así era cada día y por eso le gustaba verle venir hacia la casa, hoy ella estaba junto a la valla del establo y le hizo un gesto para que fuera junto a ella, el acudió a su lado y ella le señaló una vaca preñada, mientras ella le comentaba cuanto faltaba para que pariera él se apretaba contra Marie, la mujer no podía dejar de sentir el miembro entre sus nalgas a través del vestido, aquello acabó de excitarla aun más de lo que ya estaba, Jules la apoyó contra la valla y con las manos la acaricio los senos, abriéndose ella misma el vestido sintió las manos directamente en su piel, sobre sus pechos y tocándola, sobándola los pezones para darla pequeños tirones y apretones sin lastimarla pero haciendo que oleadas de gusto la recorrieran de la cabeza al sexo.

La mujer le dio un caderazo para apartarlo un poco de su culo, dio un pequeño paso atrás y levantándose la falda se bajó las empapadas bragas, Jules se desabotono la bragueta y saco su erecto y gordo miembro, era de tamaño normal unos 17 Cm pero era grueso, el mantuvo la falda del vestido sujeta y se quedo maravillado viendo el bonito culo de su mujer, ella no podía esperar y se puso de puntillas a la vez que se abría de piernas.

  • Vamos amor se bueno, métemela.

  • ¿por dónde nena, me gustan los dos huecos, elijo marrón ó rosa?

  • Jules, no seas cabrón, sabes que por detrás ese gordo chisme tuyo me hace daño, métemela ¡YA!

El solo la hacía de rabiar para sacar su genio, empujo el miembro contra su bonito coño con deseo, el empapado túnel de ella se distendió mientras era invadido por aquel trozo de carne, el miembro entraba y salía del jugoso coñito al que se adaptaba perfectamente, ella se mordió los labios de gusto, sintiendo las manos en sus pechos tirándole de los pezones al mismo tiempo que la verga le daba unos embates fuertes y profundos, ambos gemían de placer moviéndose acompasadamente, acoplándose sin parar durante un momento gozoso para ambos, los gemidos aumentaron y se transformaron en jadeos, el movimiento de pistón aumento, el flujo de ella producía chapoteos en cada embate que recibía, el placer llego rápido y Marie se tenso mientras se corría, entre apretones y espasmos se tocaba el clítoris con una de sus manos que acabo chorreando de flujo, pero no se pudo parar de mover, meneó a los lados sus caderas, el placer volvía a aumentar de intensidad, se apretó el clítoris con dos dedos y lo apretó haciéndolo girar entre ellos, el gustazo la hizo babear de placer, jadeaba sintiendo el miembro dentro de ella en rápidos vaivenes, el no paraba de follar, ella no dejaba de sentirlo dentro, las manos le tironeaban los pezones, el placer era intensísimo y ella echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados gritando.

  • Me corro, me corroooo otraaaa vez, jooodemeee maaas

  • Si amor toma, ya estoy, tomaaaaa

Jules se corrió en el chorreante coñito de Marie, fue una fuerte y caliente corrida que la lleno de leche, ella la sintió entrar llenándola hasta los ovarios, estaba en su segundo orgasmo y aquella sensación la hizo prolongarlo inconscientemente. Se quedaron allí abrazados con los cuerpos temblorosos, relajándose juntos lentamente hasta que el propuso entrar en la casa.

La tarde pasó tranquilamente, comieron y luego siguieron a sus quehaceres habituales que nunca faltan en una granja. Llegó la noche y cenaron oyendo la radio, noticias casi todas de la guerra, las trincheras los gases etc. El se quedo triste y pensativo, ella se acercó y apagando la radio se sentó en el suelo, antes de que el protestara le hizo callar con un gesto, le abrió la bragueta y le sacó el miembro, lo miro con pasión lo llamo “mi pequeño Jules” y lo beso, los labios calientes de ella le besaban con fruición, fue metiéndolo en su suave y húmeda boca ansiosa, el se recostó en la silla sin dejar de mirar la expresión de su preciosa mujer chupándole el miembro con pasión, el rostro reflejaba vicio mientras se tragaba su polla, acaricio sus huevos con una mano mientras con la otra le masturbó sin sacar el prepucio de su boca, allí dentro su lengua juguetona le provocaba deliciosos toques sin par, el hombre estaba a punto de correrse por eso mantenía los ojos cerrados, disfrutaba de las caricias y de la mamada ansiosa de su amor, cuando estaba a punto de correrse la avisó y abrió los ojos y mirando la cara de vicio de su esposa que sin detenerse recibió en su interior la copiosa corrida que de su miembro salía, fueron seis chorretones de esperma los que la llenaron la boca, trago sin pensárselo los primeros, los últimos los saboreo antes de tragar, luego acabo de limpiar la polla de su esposo a base de besos y lametazos.

Finalmente fueron a la cama, habían estado charlando un poco hasta que decidieron irse a dormir, ella se desnudo y se puso el camisón como cada noche, aunque sabía que en algún momento de la noche volverían a hacerlo y amanecería desnuda como cada santo día, luego rodeo la cama y ayudó a su marido, a Jules siempre le costaba soltarse el arnés que sujetaba su pierna de madera, tenía la articulación del pie y la de la rodilla, se sujetaba al muslo con aquel arnés tan complicado, los primeros días fueron malos cuando volvió de la guerra y del hospital, ahora ya caminaba casi normal sin muletas, con los pantalones ni se le notaba la “pata de palo” solo faltaba solucionar el problema de sus sueños, se despertaba cada noche gritando de miedo, los médicos dijeron que era “fatiga de guerra” bueno ella le ayudaba y le consolaba, generalmente acababan haciéndo el amor otra vez, ella no se quejaba sino todo lo contrario, era feliz con él y le quería de verdad, además sabia que era correspondida por su esposo.

---------fin----------

Al finalizar la primera guerra mundial, que paradojicamente se llamo "la guerra que acabaria con todas las guerras" quedaron cientos de miles de mutilados, algunos jamás recompusieron su vida, la “fatiga de guerra” no se reconoció oficialmente hasta la segunda guerra mundial, entonces se la llamo “fatiga de combate” el soldado que la tenia podía tener problemas pues sus mandos lo tachaban de cobarde, (recordad al general Patton, abofeteando a dos soldados americanos en Sicilia) en la actualidad, se denomina “síndrome de estrés post-traumático” la padecen muchas personas al volver de un conflicto.

Un amigo me dijo una vez: - tu que siempre lees tanto de historia y de guerras, ¿serias feliz participando en una de ellas? Mi respuesta fue simple: - Estas equivocado tio, precisamente porque se tanto de ellas, no quiero vivir una de ellas ni loco, pero la gente que las vivio no pudieron elegir y eso paso realmente.

¡Hasta la próxima! Recordad cuidaros, sed felices y si tenéis a alguien querid@ cerca, dejad de leer y darle un gran beso (donde lo hagáis, es decisión vuestra, esto no es un puñetero manual de instrucción de reclutas)     ¡¡¡ROMPAN FILAS!!!