Despues de una noche de fiesta

Pegó su boca al oído de su Amo y le susurró: -Mi Señor, esta putita viene muy caliente, se ha llevado todo el tiempo pensando en Usted mientras bailaba con otros y sólo desea que sea Usted quien la use para satisfacerse, ya que ella es suya.

Nada mas llegar a la discoteca, esperando en la cola, ya uno de sus amigos con los que había empezado a mamonear le había dicho que tenía un escote que parecía la se-30 y eso la había sorprendido. Dentro de la discoteca, estuvo tonteando con uno, se puso a bailar con él, no hacía mas que buscarlo y eso que era un niño de 21 años, al rato se puso a bailar con otro, poniéndole el culo en la poya, notando como se le ponía dura y después de notarla, se llevo un par de cates en el culo, lo cual la sorprendió porque no se esperaba que el amigo se atreviera a ello, no tardaron mucho mas en irse, ella estaba deseando llegar a su casa, en busca de su Amo, pues por mucho que mamoneara, solo estaba pensando en él todo el tiempo. Abrió la puerta de la casa y se fue directa al cuarto, él no había salido porque estaba cansado, ella se desnudó y se metió en la cama, pegó su cuerpo al de su Amo y  lo abrazó, empezó a llenarlo de besos, por la frente, la mejilla y por ultimo en la boca, él empezó a reaccionar, pero aún estaba medio dormido, ella metía su lengua en la boca de su Dueño, lamía su boca como una perrita hambrienta de deseo y con su brazo lo rodeaba fuertemente, pegándose a él, moviendo su cadera, ofreciéndose. Pegó su boca al oído de su Amo y le susurró: -Mi Señor, esta putita viene muy caliente, se ha llevado todo el tiempo pensando en Usted mientras bailaba con otros y sólo desea que sea Usted quien la use para satisfacerse, ya que ella es suya. Él empezó a reaccionar a su ofrecimiento, la rodeó con su brazo y la atrajo para sí, besándola ardientemente, mientras una de sus manos empezaba a perderse en su coñito y ella empezaba a gemir, él le dijo: -te has portado como una zorra y no te mereces un orgasmo, mereces que te deje con las ganas- y la cogió del pelo y la obligó a chuparle la poya, diciéndole: -esto es lo que te gusta, verdad perrita? te gusta ser mi comepoyas verdad? A lo que ella respondía: -si Señor, me encanta comerle la poya, soy su comepoyas y siempre estaré dispuesta a comérsela. Me afané en lamérsela, me la metía en la boca sin contemplaciones, ansiosa de deseo por sentirla una y otra vez. Un rato después me cogió del pelo, me subió y empezó a comerme la boca, algo que me excita muchísimo, hizo que me tumbara en la cama y mientras no dejaba de besarme, empezó a masturbarme con un par de dedos en mi clítoris, que empezaba a hincharse de la excitación y del roce, luego me metió un par de dedos y luego tres, mientras no le daba descanso a mi clítoris, susurrando entre jadeos le dije: -Mi Señor, estoy a punto de correrme y no quisiera hacerlo sin su permiso, me lo da Usted? A lo que él contestó: -No, cuenta hasta 5 en voz alta, que cuando llegues, yo pararé- Y así lo hice, conté hasta 5 y él paró, apartando su mano de mi clítoris y dejándome jadear durante unos segundos que se convirtieron en minutos, estuve a punto de correrme, pero hice lo imposible para que no ocurriera, no quería llevarme un castigo. Mientras mi cuerpo temblaba a punto del orgasmo, empezó a besarme, como a mí me gusta, su lengua jugaba con la mía, mi lengua lamía sus labios y se retiraba y él me agarraba de la cabeza y los pelos, buscando mis labios de nuevo, así nos llevamos un buen rato, en los que yo me mojé muchísimo. Se colocó encima mía y sin ningún esfuerzo empujó y su poya entró en mí, dejó caer su cuerpo, agarrándome de los hombros y empezó a moverse de dentro hacia fuera, la metía y la sacaba entera, mi coño no ponía ninguna resistencia, pues sabía que era la poya de su Amo y estaba deseando sentirla dentro una y otra vez. Al rato hizo que me pusiera a 4 patas y desde detrás me la volvió a meter, agarrándome de la cintura y apretando fuerte contra mí, empezó a moverse cada vez mas y mas rápidamente, yo notaba mi cuerpo temblar, su poya era el mayor regalo que podía darme y la estaba notando en todo su gran esplendor, noté como se ponía mas y mas dura, noté como detrás mía su cuerpo se tensionaba y en ese momento me cogió del pelo, tirando de mi cabeza hacia atrás y diciéndome: -perrita, me falta muy poco para correrme, date la vuelta. Me la sacó y mientras él seguía pajeándose, yo me di la vuelta y abrí mi boca, sacando mi lengua para que se corriera en ella, pasados unos segundos, sentí como su leche caía por toda mi cara, era la primera vez que alguien se corría en mi cara y creía que no me iba a gustar, pero siendo su leche, me encantó sentirla resbalando por toda mi cara.