Despues de una buena comida

Las cosas no son como uno piensa, a veces las cosas ocurren y terminas disfrutandolas

DESPUES DE UNA BUENA COMIDA……….

Como otros sábados a mediodía, decidimos salir a comer por algún restaurante cercano, esta vez nos decantamos por un mesón que nos habían recomendado unos amigos por lo que cogimos el coche y nos encaminamos hacia él. Después de unos sesenta  kilómetros aproximados llegamos al pequeño mesón a pié de carretera y que tenía toda la pinta de un lugar con encanto. No lo conocíamos así que después de echar un vistazo por los alrededores nos decidimos a entrar y ya veríamos que tenía de cierto la recomendación.

El local se encontraba medio vacío y apenas solo estaban ocupadas tres mesas, por lo que elegir donde sentarnos no fue  difícil, nos dirigimos hacia un rincón del local pues nos gusta coger la mesa mas apartada y tener algo de intimidad, así no hay gente pendiente a tu conversación o fijándose en la manera que vas vestida, etc. Tengo que decir esto pues a nosotros nos gusta picarnos entre nosotros, bien con comentarios un poco subidos de tono o como pedirle a mi mujer que adopte posturas sexis durante la comida y me enseñe sus piernas o pechos, a veces incluso le pido que se quite algo de ropa interior, etc. pero siempre con mucho disimulo y sin molestar a nadie.

Diré de nosotros que en el tema sexual, nos consideramos como muy activos y nos gusta provocar situaciones o juegos que nos provoquen el típico calentón y rematar la faena con un polvo de campeonato.

Ana mi pareja es una mujer muy llamativa, de pelo rubio, mediana estatura, pechos bastantes vistosos y duros (no caídos) que le gusta lucir con los típicos escotes, y con un culo y unas piernas de las que le gusta presumir, pues siempre usa minifaldas, pero de las cortas, cortas.

Yo intentaba no beber pues me tocaba a mi conducir, sin embargo Ana no daba tregua y casi sin darse cuenta acabó con dos botellas de vino. Se encontraba muy a gusto y se dejaba llevar por la temperatura que tomaba la situación. Empezó a jugar con los dedos de su pié entre mis piernas rozándome la polla, yo a la vez le pedí que abriera las piernas para así poder ver sus bragas (el juego ya estaba en plena ebullición), las tenia metidas por toda la raja del coño, empapadas de flujo vaginal y claro no pude resistir la tentación de pedirle que se las quitara allí mismo y me las diera, quería olerlas y notar lo mojadas que estaban.

Así transcurrió el resto del almuerzo, y claro nosotros seguíamos a lo nuestro sin darnos cuenta que en la parte del fondo de la barra y tapados por una especie de macetero grande, dos hombres de no más de treinta y tantos años, no perdían detalle de nuestro juego, nos miraban y se comentaban cosas entre ellos, supongo sobre la situación que estaban presenciando y  el calentón que se estaban pegando.

Cuando ya la situación entre nosotros pedía algún lugar más discreto para rematar la faena, decidimos pagar la cuenta y marcharnos hacia nuestro coche, el camino de la salida nos obligaba a pasar delante de los dos hombres de la barra y cuando estábamos justo a su altura, Ana tropezó con un taburete, producto del vino que se había tomado. Me costó a mi solo tratar de levantarla, y ellos al vernos gentilmente se ofrecieron a ayudarme y llevarla hasta el coche. Claro (gentilmente) por el camino cruzaban sus miradas y se aprovechaban al llevarla en sus brazos, veía como le miraban su escote y le cogían sus tetas por debajo. O miraban sus piernas,  sin bragas, el más mayor de los dos le rozaba  su dedo corazón por el coño con disimulo. Nos acomodamos en el coche y nos dirigimos de vuelta a casa, Yo buscaba algún camino o sendero algo apartado donde aparcar y poder follarmela pues  la situación vivida me había provocado todavía más calentón. Decido apartarme por un camino y después de unos dos kilómetros aparco el coche y casi me tiro encima de Ana, no podía más. Ella por todo el camino no paraba de pedirme que la follara, que no podía  aguantar más de cómo tenía el coño, decía que me estaba mojando la tapicería del asiento y se iba haciendo un dedo. Me fui por su puerta y nada más abrirla, me bajo los pantalones, agarro mi polla y se la tragó toda, me la comía despacito, pasaba su lengua por todos lados. A continuación se puso de pié y se inclino sobre el capó levantándose la faldita y dejando todo su culo y coño a mi vista.

Venga follame, elige por donde quieres meterla (normalmente le gusta por el coño y rara vez me deja el culo), y pasándose su dedo entre su raja y su culo lo empujaba hasta casi meterse en el culo la mitad y se derretía de gusto.

Le arrimé la polla y notaba como se la iba metiendo poco  a poco, gemía y chillaba de placer, yo la dejaba hacer, me gustaba disfrutarla en esa situación pues aunque es multiorgasmica, siempre el primer polvo es el que más disfruta.

Noté como detrás de unos matorrales estaban agachados los dos hombres que nos habían ayudado en el bar y decidí quedarme callado y no decirle nada a Ana, me provocaba morbo ver lo salidos que estaban y decidí comenzar otro juego, comencé a provocarles y sin dejar de follarmela, le fui soltando los botones de la blusa para después quitarle el sujetador y dejar sus pechos a la vista de ellos, vi como se sacaban la polla y comenzaban a pegarse una paja cada uno.

No quería correrme por lo que me aparte para comerle el coño, mi juego era dejarlos ver sin que Ana lo notara, le metía dos dedos y la masturbaba o le pegaba una buena comida de coño dejándola a punto de correrse echada sobre el sillón trasero del coche pero siempre dejando toda la panorámica posible a nuestros invitados. Creo que eso fue lo que ellos peor interpretaron y creo que lo tomaron como una invitación, pues decidieron salir de su escondite y dejarse ver, se arrimaron con sus pollas en la mano, era claro que para ellos también el calentón era grande y decidieron pasar a la acción. Ana cuando los vio allí a menos de una cuarta de ella, trato de taparse y ponerse a cubierto, ellos nos dijeron que no querían problemas, que los dejaran hacer y se marcharían sin más. Para mí todo parecía como si fuera parte del juego y como de alguna manera se hubiese creado un complot entre ellos y yo, así que le dije a Ana déjalos y ya está mejor sin problemas. Ella se negaba y entonces uno se puso un poco envalentonado, incluso amenazándonos, le volví a decir que los dejara y antes nos marcharíamos de allí.

Ana se puso en medio de los dos y cogiendo sus pollas cada una con una mano, comenzó a comerlas, yo me aparte y decidí no participar pues notaba que aquella situación también me ponía. Les comía la polla hasta el fondo y eso que no eran pequeñas, la del más joven sería de unos 17 cm, pero la otra no tenía menos de 20 y le comía los huevos, se los pellizcaba y los estiraba, parecía como si quisiera rompérselos pero sin dejar de chupar. El más joven mientras le metía sus dedos en el coño y la iba preparando,

Mira como tiene el coño

Joder está abierto del todo, pidiendo que la follen

Venga pídemelo y te la meto guarra, sabrás lo que es una buena polla

Ana ya estaba dispuesta no solo a desahogarlos, sino que también tenía decidido disfrutarlo ella en todo lo que pudiera, (al final según me conto, fue en todo).

Pues venga si quieres follar a un buen coño, adelante pero no te corras dentro. Dicho esto el joven se puso detrás de ella, se la colocó en los labios de su coño y empujó, yo miraba y miraba, no quería perderme ningún detalle, quería grabarlo en mi mente, sabía que Ana también lo estaba disfrutando, ya la conocía de muchos años y sabía que aquellas pollas ella las iba a dejar secas todo lo que pudiera.

Al otro no lo dejaba que se la sacara de la boca, se la chupaba y  se la mordía, notaba como se la dejaba brillante con una fina capa de saliva y a la vez se la meneaba, quería mantenerla en toda su erección, ella también tenía sus planes.

Le pidió al mayor que se sentara en el asiento, que se lo iba a follar ella, quería cabalgarlo, mientras el otro chico al ver cómo le ofrecía su culo, no lo pensó se agacho y comenzó a chuparlo y a meterle algún dedo, ahora si lo hacía con delicadeza y cuando noto que lo tenía bastante relajado, se unto saliva en la polla y e la fue arrimando poco a poco, mientras en del coño tuvo que parar para no correrse y así ofrecerle mejor el culo a su amigo.

Venga follaselo

Quiero notar por delante como le metes la polla en ese culo a esta perra

Y así poco a poco note como se la clavaron los dos, Ana por su parte ya no aguantaba más y decidió que ya le tocaba a ella hacerse con la situación. Comenzó a follar las dos pollas hasta que se agarró al de abajo y su corrida se pudo oír por todo el sendero, no había terminado, cuando de nuevo otra vez pero esta vez poniéndose a cuatro patas, le ofrece su culo al de la polla más gorda, yo no me lo podía creer, a mi casi no me deja follarlo, este ni la ensalivó, la apunto y comenzó a empujarla, Ana gritaba, parte dolor, parte placer.

Vamos termina de meterla le decía, yo jamás había oído aquello, estaba loca de placer, como emputecida y sin dejarlo ni un segundo, vi como se perdió toda dentro de ella, comenzó a follarla despacio, pero sacándole en cada una de las embestidas casi toda la polla, quería que yo presenciara como se la metía hasta el fondo, Ana al mismo tiempo comenzó a masturbarse el clítoris y mientras el otro chico se masturbaba y se la restregaba por su boca, introduciéndosela de vez en cuando. Estuvieron así como cinco minutos y los tres en perfecta harmonía, comienzan con sus corridas, el más joven en su boca y cara, le chorreaba por todos lados, mientras en que se la follaba por el culo, se la saca y llevándosela a su la boca de Ana, descarga toda su leche encima de ella, era increíble la cantidad de leche que soltaba, su pelo, su boca, cara, tetas, estaba toda pringada.

Se visten y volviéndose, le dicen ahora eres una verdadera puta bien follada y mirándome a mí lo rematan diciéndome cuando quieras que te la follen bien nos la vuelves a traer y te la saciamos.

Llegamos a casa y yo estaba que reventaba, no me atrevía a decirle nada esperando alguna respuesta fuera de tono, y entonces sale mi mujer esa con la que me muero cada vez que tenemos sexo, venga tu no me vas a follar o te prefieres masturbar solo.

Yo no solo quería follarla, quería que me contara como la había pasado, si aquello había sido forzado o lo había disfrutado.

No se paso por alto ni un detalle y lo primero que me dice es: cuando me llevaron al coche en sus brazos, ya le note el bulto que tenía y como estaba tan cachonda, también se lo rocé todo lo que pude. Más tarde los vi como llegaron donde estábamos follando nosotros y como querías provocarlos enseñándole mis tetas, no me pareció mal me dijo pues ya sabía cómo iba a terminar aquello y decidió hacer su papel, que lo había disfrutado como nunca, que aquellas pollas la habían hecho de correrse cinco o seis veces y que ahora mismo ya estaba pensando otra vez en ellas. Así que ahora mismo me vas a follar tu, pero ya conozco el camino y puede que algún día no muy lejano te pida volver a comer a ese mesón con tanto encanto.

Yo solo pude follármela y la verdad, cuando ya había terminado también notaba como en mi aún durada aquel calentón y que también también deseaba volver a repetir pronto.