Despues de las Bahamas (2)

Mi mujer se me vuelve cada dia mas puta. Si sigo escribiendo relatos, tendre que cambiar el titulo....mejor lean, por favor.

Les intentaré contar en unas cuantas letras lo que ocurre una vez al mes con nosotros. Digo, intentaré, por que en realidad, puedo escribir volúmenes. La última vez que escribí, fue para relatar algo que sucedió hace algunos meses, que incidentemente, sucedió después de un viaje a las Bahamas. Desde entonces, Areli y yo disfrutamos del sexo abierto, sin inhibiciones, y tratamos de disfrutarlo lo más frecuente que se pueda.

Areli es una mujer bella, no muy alta, como uno sesenta, y pesa como unos 48 kilos, creo esa sería la conversión. Tiene un culo…. Siempre voltean a verla en la calle, y sus tetas no serán muy grandes, pero si son apetecibles. Su cabello es negro, largo y ondulado y se presta mucho a jalarlo cuando la follan por atrás. Las piernas las tiene preciosas, firmes, torneadas y largas que terminan en ese culo hermoso. Le gusta vestirse sexy, pero recatada. Si la ven en la calle, los hombres dicen que ella es hermosa, y esto lo sé porque los he oído por casualidad. La mayoría de las personas que no conocen nuestra vida ‘alternativa’, como los hombres y mujeres de su trabajo y varias parejas de amigos siempre le hacen cumplidos diciéndole que es muy bonita y así, y la respetan mucho, sin saber que bajo esa fachada de mujer propia y recatada se esconde una fiera en la cama, una verdadera putita.

Afortunadamente, son pocos los que conocen el ‘lado oscuro’ de nosotros, ellos son Freddy, Andy, Jack y Tom y su mujer Caitlin. Y de estos, solo Tom y Caitlin son los que frecuentamos, perdimos el contacto con los otros.

Areli me ha recibido ya dos veces con un espectáculo bastante erótico, la primera vez, la sorprendí de rodillas frente a Tom, con la tranca de este entrando y saliendo de la boca de Areli. Y la segunda vez, fue con el mismo Tom, pero en mi cama, ella con las piernas abiertas y un Tom jadeante follándosela. La dejó tirada en la cama, me saludó muy amable y nos tomamos unas cervezas mientras Areli se reponía.

Hace un par de días, sucedió algo que, nada más de pensarlo se me pone dura. Areli y yo salíamos de un restauran, traíamos unas cuantas cervezas en la cabeza y habíamos hablado de todo, incluyendo su tema favorito: sexo. Le recordé las escenas con Patrick, Tom y Caitlin. Me dijo que le gustaría otra vez estar en medio de dos o tres pollas y que si tenía yo a alguien en mente. La verdad no, y mientras caminamos seguía pensando como conseguir un par de tipos; Tom, por supuesto, yo sería el numero dos, pero en realidad quería ver primero, y participar hasta el último. Patrick no estaba ya en la ciudad. Ella iba vestida con una minifalda, otra vez, sexy pero sin descaro. En realidad se veía bastante hermosa, no enseñaba ni poco, ni mucho. Una blusa algo escotada que mostraba sus pechos pero nada erótico. Pasamos por un bar y nos metimos a tomar otra copa. Es un púb Irlandés, todo mundo sentado, tomando, dos tipos en una esquina tocando guitarra y flauta, típico de Irlanda. Al fondo del Pub había tres mesas de billar, y dos tiros al blanco de dardos, donde había chicos y chicas jugando, el ambiente bastante animado. Areli se dirigió a los billares, mientras yo ordenaba una Guiness y un ‘Long Island Ice Tea’ para ella. Cuando la alcancé estaba sentada entre dos chicos, de entre veinte y veinticinco años, mientras el tercero estaba tomando su turno en el juego. Le di su bebida y me introdujo con los chicos. Uno de ellos es latino, Ricardo, el tipo parecía uno de esos de las novelas, alto, de tez morena, fornido y de buen parecer, los otros eran americanos, los dos de pelo negro, uno con corte militar y que de casualidad estaba en Orlando visitando su familia en licencia desde Afganistán. El militar se llama Willy y el otro es Eddie. Areli me dijo que quería hacer algo con ellos, y comenzó a coquetear descaradamente con los tres. Eddie me preguntó que cual era el juego, le dije que era caliente y que posiblemente hubiera para todos. Eddie me veía incrédulo pero le aseguré que no eran mentiras. Le dije que aumentara el calor en el lugar, cuando Areli pasó cerca de el, él la jaló de la mano hacia el, la besó en los labios, ella exclamó con sorpresa y un ‘mmmm’ que le dibujó una sonrisa en sus labios.

Para no hacer la historia larga, nos fuimos a un hotel, nos metimos al cuarto y comenzó el desmadre. Le levantaron la falda y pensé que le iban a desgarrar las bragas, o calzones, pero ya no traía nada.

-¿Y tus panties?- Ella se rió, y cerró los ojos mordiéndose el labio inferior. Eddie estaba mordisqueándole un pezón y pellizcándole el otro, Ricardo estaba muy ocupado lamiendo entre las piernas queriendo llegarle al clítoris.

-Se las quedó un mesero.- Me dijo Willy. – Te fuiste al aseo, y cuando llegó ella le pidió las bebidas gratis. El dijo que solo si le daba los calzones, entonces ella dijo que sólo si él se los quitaba. Te podrás imaginar la cara de pendejo que puso el mesero.

-¿Y se los quitó entonces?

-¿Se los vez puestos? – Me reí. Willy y yo seguíamos viendo la agasajada que Ricardo y Eddie le daban a Areli, ahora estaban en la cama, la falda había volado junto con la blusa. Areli estaba jadeante con la cabeza de Ricardo entre sus piernas y Eddie chupándole las tetas.

Si hay algo que le gusta mucho, casi igual como cuando tiene una polla entrando y saliendo de su coño, es que le chupen los pezones. Eddie seguía afanado lamiendo una teta y manoseando la otra. Willy se notaba como que ya no podía ocultar el bulto en frente de su pantalón. Se acercó con Areli y quitó la mano de Eddie y se unió a el chupándole los pezones. Areli estaba poseída, dos bocas en cada una de sus tetas, y una lengua en su raja. Las manos de ellos volaban sobre su cuerpo y las de ella buscaban donde agarrar. Los tres estaban vestidos, pero eso no la detuvo, su mano izquierda se detuvo entre las piernas de Eddie tratando de agarrar carne. Eddie detuvo su trabajo para erguirse y quitarse los pantalones y bragas. Luego guió la mano de mi mujer a su polla. Areli de inmediato estiró el pedazo de polla a su boca, Ricardo se levantó para desnudarse, y una vez que liberó su polla se puso de rodilla en la cama, cogió a mi mujer por debajo de las nalgas y guió su polla a la raja húmeda.

¡Ufff! ¡Que escena! Mi mujer en la cama de espaldas con una polla en la boca, otra en su coño y un tipo chupándole las tetas. Ricardo no duró mucho y la llenó de leche. Eddie se dispuso a tomar su lugar en el coño. Ricardo se iba a sentar pero le dije que le pusiera la tranca la boca para que Areli se la limpiara. Cuando estaba ya en su boca, Willy por fin se disponía a desnudarse y se unió a Ricardo en la boca de mi mujer. Eddie seguía follándose a mi mujer, Areli limpió bien a Ricardo y continuó chupando a Willy. En poco tiempo Eddie la llevó a un orgasmo, luego otro… ¿O sería solo uno, pero múltiple? Eddie la siguió con su propio orgasmo volviéndola a llenar de leche caliente.

Sudando, Eddie se separo de entre las piernas de mi mujer, con la verga cubierta de su leche, le de Ricardo y los flujos de un super orgasmo de Areli. Willy no le dio tregua y remplazó a Eddie entre las piernas de mi mujer y se dedicó follarla mientras la lefa se le escurría. Yo no pude mas y me saqué la tranca para darme unas cuantas jaladas. Willy siguió pero por poco tiempo, se la sacó y se escurrió sobre ella, poniéndose sobre sus tetas y apuntándole la verga a la cara, pero la puta de mi mujer optó por levantar su cabeza y trató de meterse la polla a la boca, pero llegó tarde, el militar entonces dejó caer chorro tras chorro de esperma casi directo a la boca de ella, fallando un par de veces llenándole la cara y el cabello. Ella se dedicó a limpiarlo, yo no pude mas y me arrodillé entre sus piernas para metérsela. ¿Cómo describir la sensación? La concha llena de leche de otras tres vergas, caliente, húmeda. Le metí la verga sin problemas, mientras ella le chupaba la polla a Willy, pero como se supondrán, no duré mucho. Y me vine dentro de ella.

Los cuatro nos quedamos como babas, deshechos, cansados. Eddie y Ricardo se tumbaron con ella, Areli permanecía boca arriba, con las piernas abiertas y leche escurriéndosele. Willy y yo nos sentamos aparte y después decidimos ir por cerveza. De camino me pidió llevarse a mi mujer una noche, antes de regresar a Afganistán. ¿Quién soy yo para decidir si la guerra es o no justa? No voy a criticar al gobierno, y mis ideas me las quedo, pero si voy a cooperar con la moral de nuestras fuerzas armadas, después de todo, Willy solo sigue órdenes. Además, creo le gustó a Areli.

Cuando regresamos al hotel, nos encontramos a Areli de rodillas con Eddie detrás follándosela, y con Ricardo por delante, con su polla al aire, y ella lamiéndola. Esta vez Willy y yo nos sentamos a ver el espectáculo. Eddie bombeaba su verga frenético, era obvio que estaba teniendo efecto en Areli, esta trataba de mantener la polla de Ricardo en su boca, pero el forcejeo de Eddie, -que la mantenía agarrada de las caderas, o de vez en cuando le daba una fuerte, con la mano abierta, en sus nalgas- le evitaba concentrarse y solo podía mantener la polla en su boca por unos cuantos segundos a la vez.

La noche fue larga, los chicos la llevaron al éxtasis varias veces. Todos nos chorreamos cuando menos tres veces. La follaron entre dos, entre tres, o uno por uno. Luego nos dejaron solos, y se fueron, pero no sin darnos sus números de teléfono. Claro está, Willy recibió una llamada, dos días antes de irse. El y Areli se vieron la noche antes de irse y le dio un buen regalo de despedida. Me contó los detalles, pero será mejor que ella les cuente, otro día en otra historia. Por hoy los dejo, y si tienen comentarios, háganmelos llegar a mrclonedcat@yahoo.com