Después de la muerte de Xavier Final.

Fin de la historia

"Cuando salí de aquel restaurante me sentí libre, había renacido, ahora sí era Andrés mire al cielo y me acorde de Xavier ¡maldito cabrón! espero que disfrute, sentí como nacía una sonrisa en mis labios, apure el paso colocándome en medio de las dos, mis brazos rodearon sus cinturas y caminábamos por Londres en busca de un taxi .Esa noche dio mucho de sí."

La calle estaba llena de gente, Amelie paró un taxi, sus dotes para moverse por Londres eran magníficas, nos subimos le dio una dirección al taxista y en unos quince minutos estuvimos en un pub clásico de Londres, tres whiskys fueron el principio, Julia y Amelie se estaban midiendo, se notaba en sus miradas que había el reto de quién era la que iba a llevar el juego aquella noche, mientras yo las veía sintiéndome afortunado, aunque en alguna parte de mi estaba Paula, me la estaba imaginando despierta en nuestro piso, seguramente fumando más de lo debido, estaría en nuestro sofá con su copa de vino tinto repasando los últimos tres días, preguntándose qué había ocurrido para acabar de esa forma, igual que yo, echaba en falta mi vida, mi trabajo junto a mí piso, y también por qué no a mi mujer.

-¿En que piensas?

Amelie me había cogido del brazo sacándome de mis pensamientos, supongo que había ganado la guerra con Julia pues fue la primera.

-En todo el trabajo que me queda para reestructurar mi empresa.-Le mentí, no me parecía la persona adecuada para confiarle mis pensamientos, Julia estaba al lado y por su mirada supe que ella sabía la verdad.

-Brindemos por nuestras empresas.-

Los vasos se juntaron en el aire haciendo que algo del whisky saliera de ellos, Julia comenzó a bailar sola, movía sus caderas sintiendo los acordes de una canción celta, Amelie me sujetó la cabeza para besar mis labios, nuestros whiskys se juntaron, la sujete por la cintura sintiendo él inicio de sus nalgas, un fino hilo me guiaba hasta tener una de ellas en mi mano, Julia se acercó y comenzó a besar mi oreja, una mano busco mi entrepierna,Amelie se separó para mirar a Julia, esta compartió su whisky con Amelie usando las lenguas como puente, allí estaba yo, a un palmo de dos bocas compartiendo el aliento mientras notaba la mano de Julia abriendo mi bragueta, mire alrededor y pude observar alguna que otra mirada, pero ninguna escandalizada, supongo que Amelie conocía el sitio y sabía dónde podíamos estar sin ser molestados por miradas de reproche.

-¿Qué os parece si nos vamos a un sitio más tranquilo?

-Si apenas he bailado.-Julia me contesto poniendo voz de niña mala.

-Un par de canciones y nos vamos.-Amelie agarro a Julia para llevarla al centro de la pista.

Me pedí otro whisky mientras veía como se reían haciendo que los hombres se le saltaran los ojos mirándolas, Julia se giraba para mirarme, "era una chica mala" Xavier siempre le soltaba esa coletilla cuando hacía eso, le gustaba provocar para después decirle al pobre hombre que se fuera, que no tenía ganas o que no era su tipo, se comportaba con Amelie igual que lo había hecho con Paula, dejaba que la otra se creyera la dueña hasta llegar a la cama, allí demostraría quien manda; Nada nuevo bajo el sol.

Me entró un mensaje; era Paula.

+¿Cuándo llegas a Barcelona ?

+Mañana saldré, ¿estás en el piso?

+Si, ¿vendrás directo?

  • ¿Quieres que vaya?

+Por favor, necesitamos hablar.

+Estoy de acuerdo,¿y Sonia ?

+No sé dónde está, creo que lo nuestro se acabo, pero ahora solo necesito hablar contigo.

  • tranquila mañana hablamos, un beso.

+Un beso Andrés

Qué frío había sonado, ni un té quiero o un hasta luego cariño, palabras normales en cualquier frase entre Paula y yo. Tampoco sabía si quedaba algo que salvar entre los dos, como encajarían los dos sabiendo lo que había pasado.

Volvieron Amelie y Julia, esta le ganó la partida a Amelie, se echó a mi cuello para besarme.

-Cuando quieras Andrés.

Amelia estaba detrás mirando con unos ojos cargados de deseo, ganas de probar la mezcla de ambos cuerpos, pagamos y volvimos a salir en busca de un taxi, los tres íbamos cargados de alcohol, durante el trayecto las miradas de morbo deseando llegar al hotel, los besos se repartían entre los tres esperando llegar a la planta cinco donde estaba mi habitación, Amelie tenía la mano por dentro de los legones de Julia la que abría sus piernas para dejarle más hueco a Amelie, yo estaba apoyado en una esquina viendo el espectáculo, sus lenguas jugaban dentro de sus bocas, el pelo de ambas hacía rato había perdido la forma, Julia tenía Amelie cogida por la cintura jugando con la cremallera del vestido de Amelie, al abrirse las puertas se separaron en medio de risas.

Nos tumbamos en la cama o mejor dicho nos caímos en caída libre, los zapatos de ambas volaron sin destino, Amelie se lanzó a buscar mi boca mientras sentía las manos de Julia jugando con la cremallera de mi pantalón, enseguida sentí unos labios rodeando mi pene, humedeciéndolo, agarre a Amelie por los pelos para bajarla hacia mi cintura, quería sentir ambas bocas luchar entre sí por mi pene, levante la cabeza para ver cómo sus lenguas se juntaban, estaba realmente en las nubes, no dejaban ningún rincón sin recorrer, Julia en el tronco mientras Amelie se introducía mis testículos en la boca jugando con la lengua,Amelie le ganó la partida a Julia, se levanto el vestido y se ensarto, Julia busco mi lengua.

-Quítate la ropa, puta.-Ya no éramos los amigos de toda la vida, ahora era mi hembra, mi puta, la zorra que deseaba que su macho la penetrara.

Sentía el coño de Amelie ajustarse a mi pene, se iba bajando el vestido hasta quedar sus pechos al alcance de mis manos, Julia estaba desvestida,la volví a coger he hice que se sentará en mi cara dejando su coño húmedo a mi merced, movía las caderas para que pudiera acceder a todos sus rincones, la sujete para poder trabajar su ano, los gemidos llenaban la habitación, pase la lengua alrededor de su agujero, Julia me sujetaba la cabeza estirando su cuerpo, sus fluidos me llenaban, un dedo dentro de aquel agujero y mi lengua mordiendo el clítoris, la cama se movía al son de los movimientos de Amelie, movía las caderas haciendo un ocho sobre el eje que la tenía ensartada, hice se bajara para cambiar de posición, se pusieron haciendo un sesenta y nueve, Julia encima dejándome el culo a mi disposición, ya trabajado no costo para la penetración, sus caderas buscaban clavarse ella misma mi pene, mientras la penetraba Amelie no dejaba de lamer su coño, golpeaba fuerte sus nalgas, la sacaba y se la daba a probar a Amelie juntando los tres sexos en su boca, luego volvía a penetrar a Julia la cual no podía trabajar el coño de Amelie por los golpes que le arremetía, volvimos a cambiar de posición y esta vez fue Amelie la que recibió mi castigo, unas fuertes nalgadas haciendo aparecer la rojez en sus blancas nalgas, a cada cachetada Amelie sonreía retándome,más fuerte era la próxima, Julia se sentó con las piernas abiertas delante de Amelie, le cogió la cabeza y se la hundió entre ellas, a cada embestida Amelie saboreaba los labios vaginales de Julia.

Ya no aguanté más, la saque y apuntando a las rojas nalgas empecé a correrme, untando como si de un pincel se tratara. Nos quedamos dormidos encima de la cama, Julia desnuda, Amelie y yo semi desnudos, yo aún llevaba los zapatos puestos y mis pantalones por la rodilla, a la mañana un fuerte olor a sexo convidado con alcohol reinaba en la habitación, fui el,primero en levantarme, eche un vistazo y las vi juntas, eran dos preciosidades pérdidas en mi cama, la envidia de cualquier hombre, y sin embargo tenía un vacío en mi interior, me faltaba Paula, era la pieza del rompecabezas, puedes tenerlo prácticamente acabado incluso ver perfectamente la figura que has creado pero ese hueco de esa pequeña pieza no te deja disfrutarlo, esa pieza no era otra que Paula, intentaba recordar el daño de los últimos días, reprocharme e incluso insultarme por no disfrutar del momento, pero mi puzzle estaba incompleto, necesitaba cerrar el tema con ella, para bien o para mal, sabía que una vez que hubiera hablado con ella podría continuar mi vida, desconocía si sería a su lado o solo, de lo único que estaba seguro que no podría continuar estando a medias.

Cuando salí de la ducha me encontré con las dos sentadas en la pequeña mesa delante de unas bandejas con café y tostadas, con el ruido de la ducha no me había enterado cuando lo trajeron.

-Hemos pedido café y tostadas.-Julia hablaba con una tostada en la mano y una sonrisa dibujada en sus labios.

-Yo me tomo el café y me voy, hoy va a ser un día muy largo.-Amelie estaba apurando su taza de café, ese día tenía que firmar el traspaso de las acciones, acabaría el día siendo una de las mujeres más ricas de Londres, y allí estaba tomando café con dos personas prácticamente desconocidas y no sólo tomando café si no después de haber estado en la cama con los dos, a partir de ese día tendría que cuidar sus hábitos, cualquier mal paso sería pasto para sus competidores y estos no dejarían de usar cualquier cosa para destrozarla, mi duda era si ella estaría dispuesta a renunciar a dichos placeres.

-Yo me iré a Barcelona, ¿Qué quieres hacer Julia?, puedes disponer de la habitación todo el tiempo que desees.

-Bueno chicos, me voy.-Amelie se despidió de Julia con dos besos castos, como si nunca hubiera pasado nada, como dos simples conocidas, un beso en mi mejilla me sirvió para verla desaparecer corriendo por el pasillo.

-¿Qué quieres que haga?

-Si no te sabe mal te podrías quedar un par de días, me gustaría tener alguien aquí hasta que se firme el traspaso de mi empresa, te firmaré unos poderes para que puedas tomar las decisiones en mi nombre, yo vuelvo a Barcelona, necesito...

-Ver a Paula.-No me dejo acabar.-¿Es eso verdad?

-Entre otras cosas.-No quería dar mi brazo a torcer delante de Julia.-También tengo que solucionar lo de mi socio.

-Te conozco Andrés, tú no eres una persona vengativa, piensa en su mujer, toma las decisiones después de haberlas pensado diez veces, no dejes que te ciegue la ira.

-No lo sé Julia, cuando lo tenga delante...no lo sé, pero tranquila, jamás haría daño a Laura, ella no se lo merece, pero la verdad, es difícil castigarlo a él sin que ella sufra las consecuencias.

-Lo suyo sería que hablaras con él para saber ¿él porque lo hizo?, después puedes contratar a Laura¿ está ya había trabajado en la empresa, no?, y sobre todo aprovecha la experiencia de Roberto, estoy seguro que es bueno en lo que hace, mantenlo controlado y quítale de cualquier puesto que pueda hacerte daño, por lo menos hasta que te vuelvas a fiar de el, de esa manera tendrás lo que quieres, Laura dispondrá de un sueldo y Roberto será humillado.

-Desde luego eres asombrosa,¿ y todo esto lo has pensado en un minuto?.-Julia sonreía sabiéndose importante.-No se lo que pensara sobre eso.-Ignoraba si Roberto aceptaría trabajar para mí, yo nunca aceptaría, pero claro yo nunca le hubiera hecho lo que él me hizo.

-No, pero eso no importa, lo que importa es el tema con Paula, lo demás es simplemente trabajo, y así te lo tienes que tomar, no busques venganzas, úsalo para tu propio beneficio.

-Voy a buscar un vuelo¿estarás bien aquí?tu misma, haz lo que quieras, simplemente pásame los gastos.

-Por supuesto que te pasare los gastos, de momento hoy me voy de compras, me traje justo para pasar tres o cuatro días, así que prepara la Visa, no te va a salir barato.-Su risa me contagio, Julia tenía la capacidad de hacer que te olvidarás de los problemas, era... simplemente especial.

Conseguí un vuelo para las dos de la tarde, acompañe a Julia a hacer las compras, después de echar humo la tarjeta la deje en el hotel y salí hacia el aeropuerto, comería un bocadillo y esperaría mi vuelo, al dejar a Julia en el hotel sentí las cosquillas en el estomago, era hora de enfrentarme a la realidad, durante el trayecto al aeropuerto fui repasando el programa que tenía por delante, tenía que reunirme con Paula, también tendría que ver a Laura y Roberto, el orden no lo tenía claro, con Paula tenía que estar más tiempo, su relación o lo que quedaba de ella no lo podíamos hablar en una tarde, nos llevaría mucho más tiempo, el caso de Roberto era diferente, también tenía que reorganizar la empresa por lo tanto debería decidir si en la nueva etapa había hueco para el, repase las palabras de Julia, Laura, ¿cuánto hacía que no la veía ?, ya no me acordaba, y como lo hacía, ¿los sentaba juntos o por separado?, no estaba acostumbrado a tomar esas decisiones sobre personas que hasta hacía tres días consideraba casi de la familia, y ahora los tenía que tratar como simples empleados¡Joder Roberto!¿por qué lo hiciste?.

El avión salió puntual, decidí que primero hablaría con Laura, tenía que contarle la verdad sobre su marido, necesitaba que estuviera al tanto antes de saber mi decisión sobre su marido, decidí citarla en un bar donde pudiéramos hablar tranquilamente.

Llegue a Barcelona eran las cuatro, me sentía como si hubiera estado fuera una eternidad, habían cambiado tantas cosas en mi vida que no me reconocía, ya no era el mismo, en tan solo tres días, había pasado de perder mi empresa mi socio y quién sabía si no perdería a mi mujer, la empresa la había recuperado pero lo demás estaba por ver, llame a Laura para citarla, pero la citaría en la empresa.

+Hola Laura.

+¡Andrés!hola...¿estás en Barcelona?.-Su voz era nerviosa.

+Sí, ¿dónde está Roberto?¿sigue en casa?

+Sí, está aquí conmigo, no parece él mismo...siento mucho lo que ha hecho, no sé qué le pasó por la cabeza para comportarse así.-Me hubiera gustado preguntarle lo que sabía pero no quise hacerlo por teléfono.

+Me gustaría hablar contigo¿nos podemos ver en la empresa?

+Sí, claro ¿a qué hora quedamos?

+Te parece bien en media hora, me gustaría ir pronto a casa.

+Sí, si, lo entiendo, en media hora estoy ahí.

Ahora tenía que hablar con Paula para decirle que primero iría a la empresa, y luego podríamos tomarnos unos días para poder hablar de lo nuestro.

+Hola Andrés.-Casi no había sonado el teléfono cuando Paula contestó.

+Paula...¿cómo estás?

+Bien...bueno...estoy bien, ¿ya estás en Barcelona?

+Sí,si, tengo que ir a la empresa, tengo que mirar unas cosas, no estaré mucho¿cómo algo para cenar?así podremos hablar tranquilamente delante de un plato de comida y una copa de vino.

+No te preocupes, yo preparo algo, pero no tardes por favor.-Su voz sonaba apagada.

+No,no tardó, hasta luego.

+Hasta luego Andrés.

Me moría de ganas por verla, pero tenía que hacer cosas primero, y en cierta manera mi cabeza luchaba por no caer de rodillas delante de Paula, no, no podía volver a caer sin luchar.

Era casi la hora de salida en la empresa, Lourdes y Pilar estaban en recepción, me miraron extrañadas al verme llegar con las maletas, las noticias habían corrido como la pólvora, las salude sin decir nada del asunto, más tarde haría una reunión del personal para comunicarles las nuevas noticias, pero eso de momento no era urgente, les dije que vendría Laura y que la hicieran pasar directamente a mi oficina.

Deje las maletas en un rincón de la oficina, prácticamente no había nadie en la empresa, mi oficina era un paréntesis, por primera vez desde el domingo tenía paz, silencio, estaba solo y me sentía tranquilo, era como una fortaleza en la cual uno se siente a salvo, abrí un cajón de mi mesa, apareció una foto de Xavier y yo en una discoteca, pillamos una buena ese día, había sido mi cumpleaños, Xavier...Xavier, sin darme cuenta sentí el ruido del marco estallando contra la papelera, tiré la foto de Xavier, ya estaba bien, él estaba muerto y yo bastante había sufrido su muerte, lo sentía pero tenía que continuar mi vida y no podría si lo llevaba como si fuera una mochila, mis lágrimas se habían secado, ahora me tocaba vivir a mi.

Sonó el interfono, era Pilar avisándome de la llegada de Laura, unos toques en la puerta, me senté en mi silla.

-Adelante.

-Hola Andrés.-Un traje chaqueta, zapatos de tacón bastante altos y su pelo recogido en un moño dejando su cara libre.

-Pasa, siéntate por favor.-Le dije dándole dos besos, su perfume junto al olor de su maquillaje llenaron el ambiente.-¿Roberto sabe que has venido?

-Si, lo sabe, no sé qué es lo que pasa Andrés, pero yo no miento a mi marido, y por supuesto que le he dicho que vendría, no sé si es lo que querías pero ya me conoces.-Sentí que el orgullo no se lo había dejado en casa.

-Claro que te conozco y sé cómo eres, una mujer de principios, y eso te honra, tú me conoces y sabes que siempre te respete, lo sabes¿verdad?.-Laura conocía al antiguo Andrés, por que al nuevo ni yo mismo lo conocía.

-Si y por eso no entiendo nada, se presenta un abogado de tu parte, Roberto está desesperado sin decirme nada y tú en Londres sin saber nada de ti, no...no lo entiendo.

-Son muchas cosas, pero vamos paso a paso, ¿te parece?.-Laura asintió con la cabeza.-Se que lo que te voy a decir es duro, pero es la realidad, ¿tú sabías que Roberto mantenía una relación con Susana?.-Vi en sus ojos desesperación, se quedó  quieta y mirándome fijamente con sus ojos cargados de ira.

-Si, lo sé,¿Qué tiene que ver con todo esto?.-Está vez fui yo el que se quedo mudo.-Si es por eso ya puedes estar tranquilo, aunque no te tenga que dar explicaciones de mi vida privada te diré, que lo sé y además nos la hemos follado juntos...y no sólo a ...-Su frase se corto, yo había perdido el control de la conversación.

-Continúa, ¿a quien más os habéis follado?.-Estaba preguntando sabiendo perfectamente la respuesta.

-No, no te pienso decir una mierda hasta que no me digas que coño está pasando con Roberto, y que mierda importa si mi marido se folla a Susana, así que dime de una puta vez que está pasando.-Laura se había levantado para apoyar las manos en la mesa, ligeramente encorvada ejercía de interrogadora, su camisa marcaba dos puntos perfectamente dibujados,no podía perder el control, ya no me permitiría a mí mismo rebajarme más.

-Habéis perdido vuestra casa y todos vuestros bienes van a ser embargados.

-Que estás diciendo.-Laura se sentó en la silla, se había pinchado como un globo.-Andrés, dime que eso te lo acabas de inventar¿Andrés?-Su cara cambiaba de color, del rojo al blanco pálido.-Deje unos segundos antes de contestar, realmente me sentía furioso, pero respire...respire.

-Es cierto, tu marido se dedicó a traspasar dinero y clientes a otra empresa, y esta ha sido embargada, con lo cual nuestra empresa está sin liquidez y sin clientes, y cómo sabrás tanto tu marido como yo avalamos con nuestras propiedades.-Laura agacho la cabeza, la volvió a levantar y sus ojos estaban llenos de lágrimas, negaba con la cabeza las evidencias.

-No es posible, no puede ser cierto.

-Te lo demostraré, es fácil nos metemos en el banco y tú misma lo veras.

Puse en marcha el ordenador y me metí en las cuentas de la empresa, las imprimí, y lentamente se las fui enseñando, no me importaban los números en ese momento, pues al hacerme cargo de la empresa de Carlos volvería a tener el capital y los clientes, mi idea era traspasar todo a una nueva empresa, con los mismos trabajadores pero con diferente nombre.

-¿Qué vamos a hacer?y ¿Roberto tendrá que ir a la carcel?

-Hay una manera de evitarlo.-Laura se pasaba la mano por su cara manchándola de rímel, su cara era todo un poema.

-¿Cuál? Dime una cosa¿por qué tú no estás tan preocupado?, ¿que escondes Andrés?.-Volvía el tono de soberbia.

-No te voy a decir una mierda hasta que no acabes la frase.-Repetí sus palabras a propósito.

-¿porque me haces esto?nuestra amistad, todos estos años...

-Si nuestra amistad, no me jodas, tu marido se ha reído de mí, me a estafado, ¿ y que más ha hecho? Laura, dime ¿qué más ha hecho?.-Mi tono de voz ya no era pacificador, seguramente Pilar y Lourdes se estarían enterando de todo.

-Si te refieres a Paula, eso no fue culpa suya, Carlos la trajo un día a casa, era como si fuera su muñeca...

-¿Su muñeca?.-Pregunté con sorna.

-Roberto y yo hacemos intercambios, y bueno Roberto un día me dijo que dejara a los crios con mi madre pues tendríamos visita, yo le pregunté qué quién iba a venir, al decirme que Paula so me sorprendí, pero él me dijo que tú lo permitías,yo,le dije que si eso era cierto si estaba seguro, me contó que un día se juntaron los cuatro, el con Sonia y Carlos con Paula, que no me preocupara, Carlos apareció con Paula, venía solo con una gabardina y unos zapatos de tacón negros, al entrar en el piso la hizo desnudar, nos dijo que la tratáramos como lo que era una puta, y así la tratamos, Carlos se fue no sí que Paula se la mamara delante nuestro.-Mi mano apretaba un bolígrafo, sentía como crujía por la presión de mis dedos, supongo que mi cara reflejaba la ira que sentía pues Laura se detuvo y me miró asustada.-Andrés, yo pensaba...

-Sigue.-Era muna orden.

-La tuvimos toda la noche para nosotros, Roberto incluso quería decirle a Carlos que se la prestará otro día para quedar con amigos, Paula no tenía fin, nos agotó a los dos, al final nos dormimos, a la mañana siguiente le dijimos que hasta que no viniera a buscarla Carlos queríamos que estuviera desnuda, aún Roberto se la follo dos veces más, decía que tenía que aprovecharla al máximo, pero Paula no se quejaba, era como si tuviera el vicio en el cuerpo, a las doce vino Carlos a por ella, y eso fue todo.

-¿Eso fue todo?, fácil ¿no?, igual piensas que os daré las gracias, jamás pensasteis en hablar conmigo, que más daba, teníais a vuestra puta, y si encima era la mujer de vuestro amigo y socio...pues mejor que mejor.-Senti como el bolígrafo se partió en mi mano, cerré los ojos un segundo, intente parar mi mente, al abrirlo vi el miedo en la cara de Laura, entonces me acorde de las palabras de Julia " que no te ciegue la ira, tú no eres así".

-Andrés, lo siento, yo ...no sabía nada¡joder! ¿Qué quieres que te diga?¿qué puedo hacer?

-Desnúdate.-Salió esa palabra de mi boca sin haberla pronunciado.

-¿qué?.-Laura abrió los ojos de par en par.

-Que te desnudes¿no te gustan los intercambios?

-Pero...-No se acababa de creer lo que había oído.

-¿Quieres salvar tu patrimonio y a tu marido?

-Si...pero, ¿Qué quieres?no lo entiendo, me quieres...

-Ni sueñes que te voy a follar, hoy no, quiero que sepas quién va a manejar a partir de hoy, pero está en tu mano, puedes salir de esta oficina y esperar a que vengan a tu casa a embargarte tu piso, puedes esperar a que tus bienes sean embargados, tu coche, tus cuentas corrientes, no puedas pagar el colegio de tus hijos y tu marido no pueda encontrar trabajo, por qué piensa que yo, haré que todo el mundo se entere de quién es tu marido y eso si tenéis suerte y no entrea en la carcel, por qué piensa que los abogados que tiene ahora los paga esta empresa, así que tú decides.

Laura estaba llorando, su cara pedía piedad, la verdad es que no me conocía, ese no era el Andrés que recordaba, pero es que ese Andrés había tirado el retrato de Xavier a la papelera, eso era algo que le marcaba, ninguna persona estaba por encima de él, así que tanto Laura como Roberto me daban igual, y por mucho que hubiera dicho Julia la ira hablaba por mi, tenía tantas cosas que cobrarme, en ese momento me daba miedo yo mismo.

-¿Te vas a desnudar o no?no tengo tiempo que perder.-Le chille a Laura, la cual se encogía en la silla.

Sin decir nada se fue desnudando, su chaqueta, su camisa, sus pantalones.-Se detuvo mirándome.

-Desnuda, te quiero d-e-s-n-u-d-a.-Ya no quedaba nada de aquella Laura orgullosa.

Se quedó desnuda por completo, sus pechos semi cubiertos por el brazo sobresalían, una mano cubría su sexo depilado.

-Ven siéntate aquí.-Dije indicándole la mesa a mi lado.-Y por favor, no es la primera vez que veo un coño, así que saca las manos, poco a poco se sentó y saco los brazos dejando su cuerpo libre.

Toque el interfono, al momento contesto Lourdes.

-Lourdes, podríais venir tú y Pilar, tengo que convocar una reunión con el sindicato.

-Si por supuesto¿pero las dos?

-Si venir las dos por favor.-Querían que vieran a Laura, la mujer de mi socio, allí desnuda ante ellas.

-Te estás loco, no puedes hacer ...-Laura se levanto de la mesa como si se hubiera quemado.

-Sal, de aquí tú misma, ya no te lo repito más, sal por esa puerta y vete a casa ha hacer las maletas, pero ves rápido, no vaya a ser que cuando llegues ya no puedas ni siquiera abrir tu casa.

Tocaron a la puerta, Laura dudo que hacer, ya estaba desnuda, Lourdes y pilar en la puerta, a un segundo de entrar, levantó la cabeza intentando sacar el poco orgullo que le quedaba y se volvió a sentar en la mesa, sus ojos se clavaron en la puerta, iba a ser mi puta pero con orgullo.

-Adelante.-Di la orden y cogiendo la mano de Laura.

Se quedaron paradas al ver a Laura sentada en la mesa completamente desnuda, la conocían un poco, la habían visto a veces llegar con Roberto su jefe.

-Esto...Sr. Andrés, no sé si molestamos.-Fue Pilar la primera que hablo, una mujer de unos cuarenta años, morena, ancha de caderas y por lo que sabía se había divorciado hacía poco.

-Tranquilas, no pasa nada, sentaos por favor.-Les indique las sillas.-Necesito que mandéis un comunicado a todos los componentes de la mesa sindical, mañana por la mañana se hará una reunión con la dirección para redefinir el futuro de la empresa, si os estáis preguntando si habrá despidos, os puedo asegurar que a partir de la semana que viene esta empresa será más fuerte si cabe, estoy hablando con Laura.-Dije mirando a Laura, esta intentaba mantener la serenidad, aunque por los movimientos que me transmitía su mano sabía que precisamente muy tranquila no estaba.-¿Verdad Laura?-Laura estiró su cuerpo haciendo que sus pechos salieran más todavía, podía ver sus pezones erectos, sus grandes aureolas marrón claro, había cruzado las piernas intentando tapar su vagina, aunque Pilar y Lourdes no podían dejar de mirarla, la miraban de soslayo.

-Si así es.-Contestó Laura

-Bueno, eso es todo chicas, gracias por venir.

-A que ha venido eso.-Dijo Laura manteniéndose sentada, note que su mano ya no temblaba.-Te dije que desconocía tu situación con Paula.

-En cierta manera tienes razón, no tenías por qué saberlo, pero a partir de ahora serás mía cuando yo lo diga, ya me has demostrado lo que eres capaz de hacer por salvar tu cuello.

-Sabes que lo he hecho por Roberto y por mi, si crees que vas a poder usarme cuando quieras te equivocas.

-Creo que eres más puta de lo que quieres demostrar, sigues sentada en la mesa desnuda, tu mano sigue apretando la mía, si no fuera así ya te hubieras vestido y habrías salido por esa puerta insultándome, pero no sigues aquí, mira tus pezones.-Mi mano agarro uno con fuerza.-Tiesos por lo excitada que estas, separa las piernas.-Dije dando un manotazo en sus nalgas.-Caliente y mojado, así está tu coño.-Mi mano se coló entre aquellas piernas, pase un dedo entre los labios vaginales sintiendo cierta humedad.-Estás deseando que te follen, es lo que más te gustaría ahora mismo, pero eso será cuando yo quiera, vístete zorra y sal de aquí.-Dije sacando mis dedos de su vagina.

Se vistió en silencio, no me reconocía, supongo que mi vaso estaba rebasado, ya no había marcha atrás ni la quería, lo único que deseaba era venganza, sé que en cierta manera fui responsable de lo ocurrido, ¿pero le darías una botella de vino a un alcohólico?, en esa época había perdido los papeles, solo buscaba mi humillación, ahora era todo lo contrario, Laura me miró antes de irse.

-¿Y ahora que?.-Dijo sujetando la manera de la puerta.

-Mañana te llamaré para hablar con tu marido, te aconsejo que dejes a tus hijos con tu madre, igual es mejor que no estén presentes, ya me entiendes¿verdad?.-Salió sin contestar.

Ahora era hora de ir a mi casa, llame a un taxi desde la oficina, lo tendría en diez minutos, así que cogí mis maletas y salí a la puerta, Lourdes y Pilar estaban en su sitio hablando, al pasar se hizo el silencio, un saludo con la cabeza y un adiós buenas tardes, se quedaban con material de chafardeo.

Abrí la puerta de casa, parecía que hacía un siglo que me había ido de ella, pero esa era mi casa, una foto de Paula y yo en blanco y negro, en la Habana me daba la bienvenida, una máscara de origen azteca y un viejo paragüero, si no hubiera sido por el olor del tabaco sería un día normal al llegar a casa,deje las maletas en el pasillo, hacía calor, no oía nada, al entrar al comedor vi la caja de cartón de una pizza, seguramente sería de verduras con salsa picante, la preferida de Paula, sentí los pasos de Paula, descalza como le gustaba ir en verano.

-Hola Andrés.-Se había quedado apoyada en el marco de la puerta del pasillo, sus pantalones cortos de deporte, su camiseta desgastada por las muchas lavadoras.-He comprado pizza¿te apetece?.-¡Dios!lo que me apetecía era rodearla con mis brazos, pero de momento no podía ser.

-Claro está bien, me ducho y picamos algo.-Dije acercándome a ella, creo que fueron los segundos más largos de mi vida,¿ que tocaba?, ¿beso en la mejilla o en los labios?, por suerte ella decidió por mí con un ligero beso en los labios.

Al entrar de nuevo ya refrescado y con ropa cómoda la encontré con la mesa puesta, una botella de vino tinto abierta y dos copas medio llenas, la pizza humeante y Paula sentada en el sofá con la vista perdida.

Comimos sin decir a penas nada, los dos queríamos retrasar el momento de entrar en el asunto, era como si disfrutáramos de una pequeña tregua conocedores que cuando comenzáramos ninguno sabía cómo acabaríamos.

-¿Nos sentamos en el sofá a tomar café ?estaremos más cómodos.

-Si claro, yo preparo el café, siéntate, luego recogeremos la mesa.-Luego...luego, era una palabra que daba esperanza, continuidad, sin darme cuenta la había pronunciado haciendo que todo fuera normal, hablaríamos y después seguiríamos como si los dos últimos años no hubieran existido.

-¿Empiezo yo o tú?.-Dijo Paula a la vez que le daba vueltas a su café.-Se que me equivoque Andrés, lo sé, pero sí de algo soy inocente es del tema de la empresa¿me crees?.-Había dejado de dar vueltas con la cuchara, yo asentí con la cabeza.-Carlos se aprovechó de Roberto y de ti, pero yo desconocía por completo lo que tramaban.

-¿Te acostaste con Laura y Roberto?.-Mi mirada se clavo en sus ojos.

-Si, me acosté con los dos.

-¿Por qué ?

-Me lo ordenó Carlos, tú estabas perdido y estaba ciega, solo quería sexo y que me trataran como a una puta,eso me excitaba, el morbo de ser tratada como una mierda me liberaba del dolor de verte cada día más hundido, igual que tú necesitabas ser humillado por Carlos, saber que cuando llegaba te excitaba saber que él me había...follado, si follado, yo también necesitaba evadirme, crear ese morbo y me dejaba llevar por el.

-Te convertiste en su...

-Puta, si, Andrés fui puta, me perdí, te estuve buscando pero aquel Andrés que me enamoro estaba perdido, no encontraba ningún rastro de ti.

-Solo puedo decirte que ese Andrés a muerto, y estoy dispuesto a intentar crear uno nuevo, que hagamos un reset, tú y yo.-La abrace, había sido un fantasma, y la quería tanto que no podía dejar que se me escapara.-Solo quiero que me digas si tú estás dispuesta, quiero que seas mía, no más mentiras.

-Sabes que si, siempre estuve aquí aunque no me vieras, por mi parte estoy dispuesta a intentar ser de nuevo aquellos que se conocieron en un bar, ser aquella mujer que la conquistaste leyendo una novela de Stephen King.-Nos reímos los dos, el primer día que la conocí estaba leyendo una novela It de Stephen king.

-Podríamos volver a la Habana, allí comenzó todo¿qué te parece?.-Nuestro primer viaje juntos, a penas llevábamos unos meses juntos.

-Te veo venir, tú te quieres volver a follar a Yanet y Camila, aunque ya estarán muy crecidas¿no crees?, ¿te acuerdas alguna vez de esos días?.-La verdad es que hacía mucho tiempo que no pensaba en ese viaje y lo que realmente significó para nosotros.

-No, no lo digo por eso, me trae buenos recuerdos, y quizás nos volvamos a encontrar allí, sea el inicio...no sé, como si fuera nuestra oportunidad de dejar atrás estos últimos años.

Al llegar a la Habana no sin dolor de cabeza producido por la presión, nos encontramos con la humedad y el asfixiante calor del país, fue algo grandioso, el caos y la pasividad lo hacían exótico, tuvimos que esperar más de dos horas a que aparecieran nuestras maletas, Paula intentaba disimular la jaqueca haciendo fotos, al cabo de las dos horas apareció un hombre de unos sesenta años empujando una carretilla que debía de ser de su quinta, en la cual iban nuestras maletas, una sonrisa en su cara y unos dólares hizo que pudiéramos acabar la visita del aeropuerto, en la salida pudimos ver un gentío enseñando unas cartulinas con nombres de posibles pasajeros, guía turísticos esperando a clientes y personas que querían ver a sus familiares regresar a casa seguramente cargados de regalos, en una esquina entre dos grandes hombres mestizos estaba Camila, nuestra anfitriona, metro sesenta melena negra a juego con su piel, vestía unos pantalones rojos y camiseta blanca, sus caderas eran sugestivas y aunque sus pechos no eran excesivamente grandes estaba seguro que alguien moriría por enterrar su cabeza entre ellos, sus cuarenta y ocho años pasaban camuflados por una amplia sonrisa, al no conocernos tuvimos tiempo para verla sin disimulo, nos dirigimos hacia ella.

Paula y Andrés?.-Su acento me enamoro desde un principio, era un acento que no era cien por cien cubano, luego sabría que era Cubana pero sus padres eran colombianos, ella tenía esa mezcla de acento que la hacía aún más exótica.

-Si, ¿Camila? Supongo.-Dijo Paula abrazándola para darle dos besos.

-Por supuesto, ¿qué tal el vuelo?

-Bien, aunque con un poco de dolor de cabeza por la presión, no estamos acostumbrados a estos vuelos tan largos.

-Tiene suerte señor, algunas no estamos acostumbradas ni a los largos ni a los cortos.-Sonrío, su ironía quedó suspendida en el aire, no hizo falta decir nada más, levantó la mano para llamar a un par de chavales jóvenes que harían de porteadores.

-No hace falta ya puedo yo.-Dije sintiéndome culpable por parecer algo que no era.

-Déjelos, es una manera de sacarse un extra, son jóvenes y necesitan llevar algo de dinero a casa, la revolución es como Dios, te ahoga pero no te mata-Dos frases dos sentencias, me di cuenta que detrás de aquella sonrisa se escondía una Camila diferente, tal vez una revolucionaria pero en sentido contrario a lo establecido, Camila estaba con Ernesto,un mestizo de cincuenta años hijo de la revolución cubana, funcionario público que le permitió poder obtener favores económicos que se encargaba de lapidar en bares, mujeriego y bebedor, Camila y el hacía años que habían perdido la chispa, cosa que hizo que mantuvieran relaciones extra matrimoniales, sin llegar a ser consentidas eran conocedores que su pareja le era infiel, mantenían la apariencia de cara a sus dos hijas, Amanda y Claudia, veinte y diecisiete años respectivamente, la primera una mestiza de grandes senos y pronunciadas caderas, la segunda con un cuerpo menos pronunciado y como una meta; salir de su país para ir a los Estados Unidos.

Una chica introvertida pero no por ello denotaba sus ideas políticas contrarias al régimen, aunque solo las expresaba en un entorno seguro, bien aprendida la lección de que habían ciertos límites en sus expresiones en público, líneas rojas que no podía saltarse si quería cumplir su sueño de volar a América.

Los muchachos agarraron las maletas sin dejar de repasar a Paula de arriba a abajo, esta disfruto de aquellas miradas furtivas de dos muchachos quizás demasiado jóvenes como para tenerlas en cuenta.

Un viejo Ford nos esperaba en la puerta, era un modelo de los años sesenta, sus remaches y un exceso de polvo lo hacían más viejo aún, Camila espero a que los muchachos colocarán nuestras maletas para darles una propina, intente ser yo el que lo pagará pero su voz tajante me dejó claro que estaba en su casa y allí en cierto modo era ella la que mandaba, aunque sus ojos brillaban dejando claro que no era personal simplemente era así, autoritaria y feminista hasta la muerte,era la clase de mujer que no se conformaba con esperar si no todo lo contrario ella era de fusil en mano.Paula se asombró del carácter dominante de Camila, en ese momento Paula se sintió...no se, se podría decir ¿frágil?, indefensa diría yo, en esos tiempos no estaba acostumbrado a que otros tomarán decisiones por mi, un año atrás estaba con Julia, aunque está fuera la mujer de mi mejor amigo, yo decidía lo que hacíamos cuando estábamos los tres, todo cambió cuando conocí a Paula, en cierta manera ese viaje me tenía que servir para que Paula me conociese en profundidad, quería irla introduciendo en el juego de Xavier, Julia y yo, necesitaba que lo comprendiera para que nuestra relación fuera estable, y quizás Camila sin saberlo me podría ayudar en mi propósito.

-¿Es vuestra primera vez en Cuba?.-Dijo esperando a que la resistencia del diésel se pusiera roja, señal de que podía darle a la llave de encendido.

-Si, nuestro primer viaje juntos.-Dije levantando la voz producto del ruido del motor de arranque.

-¿Casados o novios?.-Sus ojos miraban al retrovisor buscando a Paula.

-Novios.-La voz de Paula sonó tímida, como cohibida.

-Jaja, buena elección cariño.-Camila dibujo una sonrisa pícara, no sabía si se refería al viaje o a mi.

-¿Por?.-Dije intrigante.

Por el viaje, ¿no cree?, Cuba es exótico, mis padres vinieron para un mes y se quedaron tan enamorados de Cuba que olvidaron sus raíces y plantaron otras en la vieja Habana.

-Yo espero volver a España.-No me imaginaba vivir en Cuba, siempre he tenido mucho apego a mi país y mis raíces.

-¿Qué planes tenéis?, tenéis playa, salones de salsa o algo más...-Camila dejó escapar una sonrisa por la comisura de sus labios.

-No se, no teníamos nada pensado, supongo que playa y conocer un poco la Habana.-obvie el"algo más", aunque se me había pasado por la cabeza el mismo día que decidimos viajar a Cuba, el ir con Paula hacía que me tomara las cosas más despacio, no sabía cómo reaccionaría si le propusiera hacer intercambio, la cosa sería diferente con Julia, incluso ella me lo hubiera propuesto.

--¿Y tú qué quieres ver?.-Le preguntó a Paula la cual permanecía viendo el paisaje a través de su cámara sin decir nada.-Si les parece bien les puedo presentar a mis sobrinos, son dos muchachos jóvenes que por un poco de plata le enseñaran cada rincón de Cuba.-Camila nos estaba vendiendo el paquete completo.

-No se...supongo que un poco de todo¿Qué es el algo más?.-Sin duda a Paula no había pasado por alto el "algo más "haciendo incipiente en esa parte.

-Estaría bien visitar un poco y si dices que tus sobrinos pueden ayudarnos, por mi perfecto.

-No se... eso depende de vosotros, ya me entendéis, vienen muchas parejas para probar experiencias nuevas.-Estábamos llegando a al barrio de la Habana vieja, junto al malecón, se habían quedado suspendidas las últimas palabras de Camila.

Paula y yo nos quedamos mirando,Paula volvió a dirigir su mirada a través de la ventanilla haciendo que el aire jugará con su pelo rizado. Paula era muy activa en la cama, pero me interesaba que se abriera a mí , parecía como si una parte de ella estuviera cerrada con llave, necesitaba a Paula por completo, ella desconocía mi vida anterior a ella, Julia y Xavier se quedaron celosos al conocer mis intenciones con Julia, pensaban que para mingo era más que un capricho, pero al ver que iba en serio sé que no lo tomaron muy bien, era la primera vez que rompíamos el triángulo, desde siempre habíamos permanecido juntos, el hecho de que Paula entrará en mi vida supuso un golpe muy fuerte para ambos, le expliqué que Paula podía comprender perfectamente nuestro rol, pero para eso necesitaba estar a solas con ella una temporada.

Se veían turistas de todas las edades, pantalón corto, sombrero y cámara de foto al ristre.

-Por favor, decidme que no sois cómo ellos.-Dijo Camila con desdén.

-Bueno, no creo¿ no te gusta el turismo?.-Preguntó Paula.

-El turismo si, pero según qué turismo lo odio, vienen con sus dórales creyéndose los señores, a veces me da la sensación de que tratan a Cuba como un zoológico inmenso, no tienen el respeto que nos merecemos.-Camila detuvo el coche delante de una casa tipo colonial venida a menos,la humedad y el calor quedaban reflejados en unas gotas que le corrían el escote entrando por el canalillo de su camisa roja la cual tenía desabrochado los dos primeros botones, abrió la puerta y al bajar dejó ver un anticipo de dos maravillosas piernas doradas por el sol, al bajar del coche descubrimos realmente el calor que hacía, a pesar de venir ligeros de ropa el clima de Cuba te dejaba aplastado, era como si tu ropa se pegara a tu cuerpo haciéndolo una segunda piel, habían chiquillos corriendo de un lado para otro de la calle, al vernos llegar se detuvieron para inspeccionar a los nuevos turistas, para ellos solo éramos dórales con piernas, a los cuales les podían ofrecer cualquier cosa por unos centavos, desde guiarlos por la ciudad o cargar con las maletas, dos muchachas de a penas quince años se acercaron para vernos de cerca, Camila al verlas llegar hizo un gesto con la cabeza que solo ellas entendieron la razón, dieron media vuelta y se fueron, me quedé mirando a Camila sin saber a qué había venido todo aquello, pero su cara reflejaba que no estaba dispuesta a contestar.

Entramos a través de una gran puerta de madera pintada de azul marino, se descubría una galería llena de plantas que hacía que la temperatura bajara un grado o dos no más, pero simplemente eso producía un falso frescor que te aliviaba aunque a los Díez minutos tu cuerpo volviera a reflejar los cuarenta grados que hacía a las once de la mañana.

-Bienvenidos a mi casa.-Dijo parándose en medio de la galería.-Consideraos en casa.

-Muchas gracias, es muy bonita.-Paula se había quedado mirando alrededor observando las balaustradas terminadas en artesanía de madera.-¿Todo esto es vuestro?.

-No, jaja, aquí vivimos tres familias, pero somos como hermanos.-Camila andaba hacia una de las esquinas de la galería donde estaban las escaleras, Paula y yo la seguíamos observando nuestro entorno, intentando descubrir los rostros que seguramente estarían escondidos detrás de los visillos de las ventanas, viendo a los nuevos turistas, preguntándose cómo seriamos y de donde vendríamos.

Una vez en el corredor que recorría la galería observamos cómo la casa se dividía en tres partes teniendo cada uno su puerta, apareció en el pasillo una muchacha con un bebé en los brazos, a penas tendría los diecisiete años, vestía una falda blanca semi transparente, el bebe estaba apoyado en uno de sus senos, le estaba dando de mamar sin complejos.

-Hola Camila, ya llegaron.

-Si Yanet.-Dijo Camila deteniéndose.-¿Como está Jose?.-Camila estiro los brazos para que esta le dejará al bebé, haciendo que su pecho quedará desnudo ante nosotros, su pezon oscuro mojado por los labios de su hijo brillaba en aquella piel morena, ella lejos de taparse se me quedó mirando, había descubierto el destino de mi mirada, miro hacia Paula que se había quedado observando a Camila como le hacía mimos al bebé, Yanet me guiñó un ojo y tapo su pecho poco a poco haciendo que pudiera observarlo sin prisa.

-¿De dónde son?.-Su mirada se dirigió a Paula.

-De Barcelona, España.-El bebé cruzo de los brazos de Camila en dirección a su madre.

-¡España!, dicen que es preciosa.-Sus ojos se abrieron mostrando su color negro oscuro.

-¿La conoces?.-Le dije sin poder dejar de mirar el pecho que nuevamente había emergido para el deleite de José.

-No, pero tengo parientes que viven en Madrid y me cuentan...bueno hablamos poco.-Su voz se había apagado a medida que lo decía.

-Bueno vamos para dentro, que seguro que quieren ducharse y ponerse más cómodos.-Camila había roto el silencio de segundos que se había creado.-Pásate luego y comemos juntos.

-Ok, cuando acueste a José me pasó Camila, -Yanet se perdió a través de su puerta la cual permanecía abierta.

La vivienda de Camila era diferente a lo que me había pensado, estaba llena de pinturas de un gran colorido, se podía apreciar el peso de sus suegros en la vida familiar, una foto de su suegro situada encima de una mesita dominaba el ambiente, estaba vestido con el traje militar sin poder faltar su espesa barba tan de moda en la época de la revolución, su mirada era penetrante como queriendo dominar aún sin estar presente. Había un caballete con un lienzo a medio tapar, una puesta de sol sobre el malecón.

-¿Pintas?.-Dijo Paula se había acercado al cuadro observando cómo los trazos sobresalían haciendo efecto de realismo.

-Si, vendo mis pinturas a turistas, si queréis antes de que os vayáis os podría hacer un lienzo, sería un recuerdo muy bonito.

-Me gustaría.¿no crees Andrés?.-Paula se había girado para preguntarme.

-Por supuesto, claro porque no.

-Si queréis, esta noche podemos ir al Malecón up down, un local con ambiente snop, allí están mis pinturas expuestas, así veis un poco mi obra.

-Perfecto.-Paula seguía mirando aquel cuadro, daba la sensación que se había quedado prendada.

-Dormiréis en el cuarto de Amanda y Claudia la cama es un poco estrecha pero...no creo que os importe ¿verdad?.-Camila había descubierto una cortina que hacía las veces de puerta descubriéndonos una habitación en la cual destacaba un lienzo de Amanda y Claudia sentadas en la arena con el mar de fondo, cama estrecha como había dicho Camila, un armario de madera y unas fotos de Ernesto en el malecón con sus hijas.

-No importa, ya nos las apañaremos, gracias. ¿Pero y tus hijas?

-Ellas dormirán en casa de Yanet, no os preocupéis, están acostumbradas .Este es el lavabo, no disponemos de agua caliente, pero no creo que con el calor que hace la necesitéis, os dejo solos para que os refresquéis, voy a ver a un amigo, en una hora os recojo y vamos a dar una vuelta ¿os parece bien?.

-Perfecto.-Paula había comenzado a sacarse la sudada camiseta, cosa que no se perdió Camila, quería ver la ropa interior de Paula, pues en Cuba era un lujo conseguir productos así, me miró y descubrió lo que estaba pensando, apartó la vista y desapareció dejándonos solos.

-¿Qué te parece?.-Dijo Paula con la camiseta en la mano.

-¿Quién?¿Camila?.-Pregunté sentándome en la hundida cama.

-La Habana.-Giro su cuerpo poniendo cara de asombro.¿Camila?.-Me había descubierto solo, no sabía si me apasionaba más la Habana o Camila, tenía un aire liberal que me recordaba a Julia, fría pero a la vez ardiente, me pregunté cómo sería en la cama, me di cuenta que me estaba excitando solo el hecho de imaginarme en la cama con ella.

-Mucha calor, pero eso ya lo sabíamos.

Paula ya estaba completamente desnuda, sus piernas doradas por el inicio del verano en Barcelona hacían que la vista se perdiera entre ellas.

-¿Te importa si me ducho primero?.-Estaba completamente desnuda.

-¿Y si nos duchamos juntos?.-Necesitaba sexo, llevábamos apenas dos horas en la Habana y ya estaba deseando tener sexo, entre Camila, Yanet y Paula me había subido la temperatura del cuerpo.

-De eso ni hablar, imagínate que viene alguien y nos pilla en la ducha¡Dios! qué vergüenza, ya ves con una simple cortina como puerta se escuchara todo.-Salió corriendo para meterse en la ducha.

Mientras esperaba mi turno salí de la habitación para observar las pinturas repartidas por toda la estancia, había de muchos motivos, bodegones, marineros y retratos, descubrí el nombre de Camila escrito en el pie de cada pintura, mientras oía cómo caía el agua de la ducha me deje llevar por mi instinto, salí a la galería esperando encontrar a Yanet, no sabía qué haría o cómo me comportaría se la encontraba, la galería estaba vacía sin rastro de esta, así que me apoye en la balaustrada observando el patio por el que habíamos entrado, ya no notaba el frescor que nos había recibido al entrar, deseaba meterme debajo de la ducha para refrescarme, me daba la sensación de no haberme duchado en una semana, me volví al piso descubriendo que Paula se estaba secando en la habitación.

-¿Dónde estabas?.-La toalla secaba sus pechos redondos, sus pezones estaban erguidos por el agua fría de la ducha.

-Cotilleando.-Dije mientras empezaba a desnudarme.

-Cotilleando...¿o buscando a Yanet?.-Ahora la toalla secaba la parte interior de los muslos, necesitaba una ducha de agua fría o algo más fuerte.

-¿Celosa?.-Mis brazos la sujetaron por la cintura sintiendo su cuerpo frío que hacía contraste con el calor que desprendía el mío.

-Se nota que necesitas una ducha...y no sé si es por el calor o por... no se dímelo tu.-Su mano pasaba por mi pene jugando con su forma.

-¿Seguro que no quieres ducharte conmigo?.-Sus nalgas se abrían por la presión de mis manos, si hubiera alguien detrás de Paula podría haber visto sus dos agujeros abrirse, eso me encantaba, abrir sus nalgas como ofreciendo los secretos de Paula, sobre todo lo hacía con Julia para que Xavier pudiera observar mis dedos introduciéndoselos en el coño de su mujer, Julia siempre miraba hacia atrás observando cómo su marido se volvía loco observándonos.-Lo hacemos rápido y en silencio, seguro que si viene alguien los oiremos cuando abran la puerta.-Sabía que ya la tenía, ella estaba tan caliente como yo, y el morbo de ser pillados la encendía más, la cogí de la mano y entramos en el pequeño plato de ducha, el agua volvió a mojar el cuerpo de Paula, sus pezones seguían duros mezcla de la excitación y de agua fría, me dediqué a mordérselos mientras mis manos recorrían sus nalgas, su mano comenzó a trabajar mi pene, subía y bajaba ya duro en su máximo esplendor, dos dedos jugaron con los labios de su vagina al escondite, sentía el calor de su interior, el agua nos mojaba los rostros unidos por nuestras lenguas, sus rizos se aplastaban en su cabeza, le di media vuelta para que se apoyará en la pared y sin esperar un minuto más la penetre, enseguida comenzó a gemir, se había olvidado de dónde estábamos cosa que me encendía aún más, sujetándola por el pelo le daba estocadas mientras ella apoyaba las manos en la pared para aguantar las cometidas, al cabo de diez minutos por el rabillo del ojo vi cómo se abría la cortina, un hombre alto y bastante corpulento asomó la cabeza, lejos de retirarse por miedo a ser descubierto permaneció observando, nuestras miradas se cruzaron, ninguno de los dos se inmutó, una parte de mi quería ser descubierto, necesitaba que Paula descubriera que su sexualidad no era un secreto, que podía ser una mujer deseada por otro hombre o mujer, no sé que es lo que pensaba aquel mestizo, ni qué papel quería jugar; Mirón o jugador.

Paula se corrió entre gemidos, yo no tenía bastante, quería más de ella, le di la vuelta en el momento que el mulato desapareció,no quería ser descubierto por Paula, nos volvimos a besar, le levante una pierna sujetándola en mi brazo y volví a penetrarla.

-Dame, dame más ¡joder!.-Sus palabras resonaban en toda la casa.

-Quiero tu culo Paula.- Le susurraba, Paula era virgen anal, yo había intentado un par de veces pero le daba miedo, ese verano conseguí que perdiera el miedo y su virginidad quedará en Cuba.

-No, hoy no, otro día Andrés, aquí no...por favor.

-Otro día, pero me lo apunto.-Mi pene entraba y salía cada vez con más fuerza, su vagina era un mar de fluidos, yo me iba a correr.

-¿Dónde lo quieres?.-Le dije al oído.

-En la cara, dámelo todo en la cara.-Se agachó y después de un par de sacudidas esparcí mi semen por su cara, al momento el agua de la ducha borro las huellas de mi corrida, Paula se había quedado sentada en el plato rendida, le puse mi pene a la altura de la boca para que me hiciera una felación mientras me enjabonaba la cabeza, consiguió que se me enderezará otra vez, comenzó a chupar con más ansia, me miraba ofreciéndome la perspectiva de su boca engullendo mi pene, no lo dejo libre hasta que sintió una nueva corrida en su garganta, se levanto y con una sonrisa en los labios.

-El señor ya está servido.-Dijo besándome en los labios, sentí el sabor se mi pene en aquellos labios carnosos, fue a buscar pasta de dientes y cepillo para disimular aquel olor.

Al salir del cuarto de baño no había señal de aquel mestizo que nos había estado observando, por supuesto Paula no se había enterado de nada.

Al ponernos ropa limpia sentimos una mejoría, pero sabíamos que aquello duraría poco, ya estábamos listos cuando apareció Camila, venía cargada con un par de bolsas.

-Bueno, traigo comida, te dejo el tíquet, cuando os vayáis pasamos las cuentas ¿Os parece?.-El trato era que nosotros pagábamos los gastos del piso más una cantidad.

-Por supuesto, guárdalos tu.-Le dije devolviéndole los tíquets.

-¿Ya te fías de mí?.-Su mano rozó la mía deteniéndola durante unos segundos de más, Paula se percató de que en aquel gesto había algo más que simple amabilidad, se dio media vuelta y volvió a la habitación.

La seguí para hablar con ella, Camila se había quedado mirándola con una sonrisa pícara que demostraba que sabía perfectamente de los celos de Paula.

-¿Qué pasa Paula?

-No pasa nada, ¿ya habéis acabado de juguetear?.-Dijo cogiendo la bolsa intentando disimular.

-¿A qué te refieres?.-Mentí como un bellaco, el gesto de Camila era demasiado evidente como para pasar desapercibido, aunque era lo que yo quería tenía miedo de que el primer día se arruinara todo mi plan.

Sabes perfectamente a que me refiero, acabamos de follar Andrés,¿ joder que más quieres?.-Su cara demostraba que estaba enfadada, yo sabía que Camila podía oírnos desde el comedor, necesitaba que Paula hablara más, yo haría como si no supiera que nos podían oír.

-A sido una tontería, ¿no me dirás que estás celosa de Camila?.-La rodeé con los brazos sintiendo el perfume de su cabello, mis labios empezaron a besar su largo cuello cosa que sabía que le encantaba.

-Joder, desde que hemos llegado no dejas de mirarla.-Su voz ya se había calmado.

-Hombre, está muy bien, ¿quieres que no la mire?¿es eso lo que quieres?.-Sabía perfectamente que no me podía prohibir mirarla, ella era la primera que miraba con descaro cuando se le cruzaba un hombre que estuviera bien.

-No, perdona...será el calor.-Se dio la vuelta y nos fundimos en un beso.

-¡Chicos! Perdonad, pero si queréis dar una vuelta, ahora es el momento, después hará mucha calor.-Camila hablaba como si lo que acababa de ocurrir no fuera con ella.

Decidimos pasar la tarde descansando esperando que cayera la noche, la temperatura bajó aunque la humedad era agobiante, Camila nos dijo que fuéramos muy ligeros de ropa pues en el local hacía mucha calor. Paula escogió una falda blanca que le llegaba a las rodillas acompañada de su top rojo corto sin mangas y una bailarinas Rojas, un pequeño bolso para guardar algo de dinero, Camila apareció con unos tejanos cortos, una blusa blanca que dejaba su espalda totalmente descubierta dejando adivinar que no llevaba ningún tipo de sujetador, salimos los tres en dirección al local que a penas estaba a diez minutos andando, la noche se envolvía en salsa, cada esquina estaba ocupada por improvisadas bandas de música y en plena calle parejas bailando salsa como si fuera lo único que existiera, la gente no dejaba que nada estropeara ese momento.

Llegamos a La auténtica Habana, después de atravesar un patio encontramos la puerta de entrada, ya desde fuera se oía el barullo del local, la salsa acompañaba a los visitantes, el local era una pequeña resistencia al paso de los años, un escenario con un grupo amenizaban el ambiente, pequeños grupos disfrutaban de sus bebidas, Camila no dejo de saludar a unos y a otros, la buena barra del bar estaba completa pero al llegar nosotros el camarero hizo un hueco, sobre la barra se podían ver pinturas de distinto estilo, entre ellos estaban los de Camila.

-Si os parece os pido algo típico de la tierra.-Dijo Camila tomando la autoridad ya ganada desde el primer momento.

-Ok.-Pero que no sea muy fuerte.- Dijo Paula, no estaba acostumbrada a las bebidas con mucho alcohol.

-No te preocupes, mira ven, y así verás como lo preparan.-Camila había pasado su mano sobre la cintura de Paula haciendo que los dos cuerpos se pegaran,al quedarme fuera podía verlas de espaldas, su cuerpos dorados por el sol atraían más de una mirada, me separé para poder observar al resto de la gente sin que se sintieran perturbados por mi presencia, la mano de Camila se movía sobre la espalda de Paula la cual seguía los movimientos del camarero preparando el cóctel famoso " el libre" todo se relacionaba con la situación del país, era una crítica a la política, varias parejas demostraban su arte bailando salsa, mujeres flotaban sobre la pista dejándose llevar por el hombre, las faldas se movían en los giros haciendo que sus piernas quedarán descubiertas, piernas largas y musculadas, sin duda calentaban a los allí presentes, Camila junto con Paula se acercaron a mi entre risas con tres vasos, se abrieron paso bajo las atentas miradas, se podía apreciar que los piropos no faltaron, Paula se reía sin dejar que la perturbara, Camila acostumbrada a ellos soltaba alguna que otra mirada dura rechazando cualquier atismo de que le gustase oírlos.

Qué es esto?.-Dije cogiendo mi vaso de la mano de Paula.

-No preguntes, no tengo ni idea.- El color rojo junto a al olor fuerte de alcohol me indicaban que era peligroso pasarse con aquella bebida, no estábamos acostumbrados a beber demasiado alcohol.

-Es el libre, la bebida que sin duda puede describir el carácter de mi pueblo, rojo como la sangre desbordada por la revolución y fuerte como el coraje de las gentes.-Camila se había quedado mirándome a la vez que me describía el significado del cóctel.

-¿Tu marido no viene por aquí?, todavía no lo hemos visto.-Mentí pues estaba seguro que el mestizo que había visto en su casa era Ernesto.

-Seguro que aparece, aunque no es su lugar preferido, digamos que frecuentamos lugares diferentes, pero sabiendo que tenemos huéspedes vendrá a saludar.

Seguimos tomando mientras Camila nos explicaba un poco lo que podíamos visitar de la Habana y algún consejo sobre la comida, al cabo de una hora apareció Ernesto, sus ojos se clavaron en los míos analizando mis pensamientos, una sonrisa le hizo saber que no pasaba nada.

-Hombre, ya estabas tardando, ¿dónde estuvo?.-Camila le regañó como a los niños pequeños.

-Tu sabes donde Camila, buenas noches señores, un placer soy Ernesto.-Sin esperar se presentó con dos besos a Paula, la atrajo pasándole el brazo por su cintura ante las sorpresa de esta, después me estrechó su dura mano y le dio dos besos a su mujer o compañera según ella.

-¿Cómo les va?¿es su primera vez en Cuba?.-Sin duda era un hombre que le gustaba llevar las riendas.-Veo que están tomando el "Libre" la influencia de Camila puede ser devastadora.

-Déjate de discursos y ves a buscar otros, ya que llegas tarde haz algo por nuestros huéspedes.

-Vale pero elijo yo esta vez.-Ernesto miro a Paula.-Por qué no viene conmigo, soy malísimo trayendo los vasos, y así de paso me pone al día, sin duda Camila va a estar enfadada conmigo toda la noche por qué me demore.-Sin esperar respuesta cogió de la mano a Paula, esta me miro extrañada pero reía del atrevimiento de este, sin duda el cóctel ya estaba haciendo efecto en ella, se abrieron paso hasta perderse, Camila me observaba.

-Más vale que vigile a su mujer, Ernesto es un guataca(adulador).-Camila había puesto su mano sobre la mía para darle más valor a sus palabras.-Siento lo de antes, no era mi intención que Paula se molestara con usted por mi culpa.

-¿Nos oyó?... No se preocupe, no pasó nada.-Sabía perfectamente que nos había escuchado y quería saber su reacción.-Paula es así, espero que no se lo tengas en cuenta.-Dije poniéndole mi mano sobre su desnudo hombro, sentía el calor que desprendía junto a la suavidad de su piel dorada.

-No tranquilo, en parte es culpa mía, pero que le vamos a hacer, aquí somos de sangre muy caliente, y hay cosas que no podemos evitar.-Camila dirigió su mirada a la mano que tenía en su hombro, pero en ningún momento hizo por demostrar que le molestara.

-¿Qué cosas?...no podéis evitar.-Me notaba nervioso, tenía miedo de seguir por ese camino pero a la vez era como un remolino que te va chupando al centro que por mucho que nades acabas siendo engullido por el.

-¡Camila!,¡qué bueno verte! mi niña.-Una manos de mujer abrazaron a Camila por la espalda.-¡Asunción!mira quién ha venido.

-¡Pilar!.-Camila abrazo a su amiga.-Pilar era de su misma edad, aunque su rostro estaba más castigado por las arrugas de su cara, mantenía una sonrisa blanca envidia de cualquier anuncio de dentífricos , una blusa blanca resaltaba su color negro, sus labios carnosos pintados de un  rojo vivo hacían que dichas arrugas pasaran desapercibidas, sus pantalones negros ajustados a su cintura de avispa le hacían unas piernas hermosas, su camisa abotonada estratégicamente jugaba con la imaginación de cualquiera, su pecho parecía querer escapar dando más morbo al espectador.

-¡Qué bueno!pero cuando has venido, negra.-Dijo Asunción, se refirió a Camila por su apodo"la negra"-Pensaba que hoy no vendrías, ¿no te llegaban los gallegos hoy?.-Asunción dio dos besos sonoros a Camila sin dejar de mirarme.

-Os presento a nuestros amigos, Andrés y su chica...-Se detuvo buscando a Paula, la cual descubrimos en medio de la pista bailando con Ernesto.-Aquella que está con Ernesto.-Dijo buscándome con la mirada para ver mi reacción ante la imagen de Paula y Ernesto juntos en la pista.

-Carajo Ernesto esta "echando maíz".-Pilar había abrazado a Camila riéndose.-Tu no te preocupes Andrés, Ernesto te la devolverá enterita.-Sentí sus brazos alrededor del cuello, sus labios se posaron en mis mejillas, sentí olor a menta mezclado a un olor ligero de alcohol.-Pero aquí estamos para lo que usted deseé.

Paula intentaba seguir los pasos de Ernesto, la sujetaba por la cintura marcándole el paso, sus manos se movían de los hombros hasta acabar rozando las nalgas de esta, ella estaba tan metida en seguir los pasos que no se percataba de las miradas que la seguían era el centro de atención,  éramos los únicos turistas, después supe que Camila nunca llevaba a sus inquilinos a ese local, más tarde descubriría por que rompió esa norma con nosotros, a sí que al ser lo únicos usurpadores no podía ser de otra manera, que ser el punto de atención, podía descubrir las miradas furtivas tanto de hombres como de mujeres preguntándose;quién serían esos extranjeros.

Al cabo de quince minutos se incorporaron al grupo los dos bailarines, Paula estaba sudada y roja, al llegar se abrazó a mí como si fuera un flotador en alta mar.

-¿Te lo has pasado bien bailando?.-Le dije apartándole el pelo que se le había quedado pegado a la cara por culpa del sudor.

-Uf, yo no pensaba que sería tan difícil.-Sonrío mirando a Ernesto, el cual había abrazado a Pilar y a Asunción, las cuales se sentían muy a gusto en sus brazos aún estando Camila delante, me di cuenta que entre ellos había algo más que una simple amistad, entonces me pregunté ;¿si el ir a aquel local había sido premeditado y para qué fin?

-Camila, vamos a enseñarle cómo se baila la salsa en la Habana a esta muchachita.-Pilar cogió de la mano a Paula sin darle respiro y seguida por Asunción y Camila la llevaron al centro de la sala para bailar.

-Muy rica tu mina Xavier.-Ernesto se había quedado mirando las caderas de Paula.-Disculpa lo de esta mañana, no sabía qué estabais... Ya me entiendes.-Dijo sin apartar la vista de la pista de baile en la cual se rifaban a Paula entre las tres.

-No te preocupes no pasa nada, espero que te gustara lo que viste.-Dije riéndome, el sabía perfectamente que estábamos follando, pero no era mi intención decírselo, es más quería saber hasta dónde llegaría, en mi mente se abrían las posibilidades de aprovechar a Camila y a Ernesto en mi plan con Paula, quizás ellos me ayudaran a romper los muros de esta y hacer que se abriera ante la posibilidad de compartirme con Julia, si yo sé lo permitía primero a ella, y así le demostraba que lo que había entre los dos no se rompería simplemente por estar con otra mujer.-Si te soy sincero desde que os vi no dejo de pensar en comérmela enterita, y sé que no te importaría, conozco a la gente como tú, las traéis aquí para desbocarlas con un negro¿me equivoco?

-No sé si ella lo permitiría, yo no soy su dueño, ósea que es libre de hacer lo que quiera y con quiera, ¿no sé si me entiendes?.-Tenía muy claro que Paula haría lo que quisiera y era eso lo que yo buscaba, liberarla de todo tipo de prejuicios.

Al rato llegaron las tres, traían un vaso cada una, Paula venía con una sonrisa en la cara.

-No puedo más, me habéis agotado por dios, ¿pero qué coméis para aguantar tanto?

-¡Mira!tus sobrinos vinieron por fin.-Camila levanto la mano llamando a dos jóvenes que acababan de entrar en el local, eran de dieciocho o veinte años como mucho, iban bien arreglados, tejanos y camisa, sus cuerpos marcaban unos abdominales desarrollados, se fijaron en nosotros y saludando a diestro y siniestro llegaron a nuestra posición.

-Habéis tardado, ¿Qué carajo estabais haciendo?.-Camila los regaño como a dos crios.

-Hola tía, se nos hizo tarde.-Dijo uno de ellos.

-Con alguna flaca andarían.-Asunción se abalanzó al cuello de uno de ellos para darle dos besos y un apretón en las nalgas.

-Suéltalo, que al final lo vas a dejar seco de tanto achucharlo, mira estos son Fidel y Francisco, nuestros sobrinos.-Camila se giró para presentarnos.-Andrés y Paula, unos gallegos recién llegados de España.

Fidel y Francisco me estrecharon las manos y le dieron dos besos a Paula, la cual no perdía ojo mirando los cuerpos de aquellos dos mestizos.

-Camila por qué no vas a buscar algo de beber para estos dos mocosos.-Dijo Ernesto.

-Esta canción me encanta, venga deja que este viejo te demuestre como se baila esta canción.-Otra vez Paula fue sacada a la pista, sonaba una salsa distinta, era más lenta y podía ver a las parejas más pegadas.

Camila regresó con los vasos acompañada de sus amigas, miro hacia la pista y descubrió a Ernesto con Paula, hizo un gesto con los ojos que sus amigas entendieron y le contestaron riéndose, dejaron los vasos y disculpándose se fueron a saludar a unas personas dejándonos los cuatro, Camila los dos muchachos y yo, estos agarraron su vaso y se dirigieron a la barra del bar.

-No tiene fin Andrés, tendrás que perdonarlo.

-Jaja,tranquila esta noche Paula dormirá como un angelito, entre los tragos y la salsa que llevará encima caerá rendida.

-Francisco y Fidel son guías turísticos entre otras cosas, si queréis os pueden llevar mañana a dar una vuelta, cobran apenas unos dórales.

-Hablare con Paula.

-¿Cuánto tiempo lleváis juntos?

-Apenas unos meses, ¿porque?

-Es una buena hembra, y le gusta la fiesta, yo de ti la ataría en corto, por qué si no...-Camila había dejado sin acabar la frase.

-por qué si no¿qué?

-Hijo, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y tu chica para llevar un día se está acercando demasiado a la fuente, supongo que me entiendes.

-Te digo lo mismo que a tu compañero, es mayorcita, yo no soy su dueño.

-Me alegro de oírlo, pero te advierto, luego no te encabrones, yo te he avisado.

Mire hacia la pista, Paula había cambiado de compañero de baile, ahora era Fidel quien guiaba sus pasos, las manos de este se movían rápido sobre el cuerpo de Paula, a veces la tenía por la cintura para luego cambiar de posición y subirla más arriba, Paula intentaba no perderse en los tiempos del baile, en un momento la mano de Fidel se paró sobre la nalga de Paula, fue solo un segundo, gire mi cabeza y pude ver a Camila mirándome.

-No se preocupe, son buenos chicos, nunca pasara nada que su novia no quiera.

-Ya lo sé.

Al poco llegaron los tres, Paula se abanicaba la cara con la mano intentando secar sus gotas de sudor que le empapaban la cara, después de eso se acabó el baile.

Acabamos la noche entre risas y bebidas típicas caribeñas, al llegar a casa nos volvimos a duchar pues nuestros cuerpos manaban sudor por todos nuestros poros, estábamos en la cama muertos de cansancio cuando comenzamos a oír gemidos y golpes en la pared, sin duda Camila y Ernesto lo estaban pasando bien.

-No veas cómo van esos dos.-Paula susurraba en mi oído entre risas

-Si, la verdad.-Yo notaba que me estaba calentando simplemente con el ruido de su habitación, pase una mano entre las piernas de Julia, esta las abrió permitiéndome notar la humedad que emanaba su vagina a través de su tanga estaba tan caliente como yo.

-Nunca he estado con un hombre de color.-Soltó de golpe.-¿Tú has estado con alguna mujer negra?

-No, ¿te gustaría estar...?ya me entiendes con Ernesto.-Mi mano se colaba acariciando los labios húmedos de su vagina, sentía la aceleración de su respiración, dos dedos se metieron jugando con sus paredes, recorriendo cada espacio y rincón de su interior, sus paredes se cerraron dejándome atrapado.

-No Andrés, nos pueden oír.-Paula se apartó e incorporándose.-Voy a beber agua fría¿te traigo un vaso?.-Paula no había contestado mi pregunta, hacía muy poco que estábamos juntos y habían muchas preguntas que hacernos, aún éramos novatos en nuestra relación.

-No, estoy bien.- dije un poco decepcionado, iba a ser una noche muy larga, aquellos dos follando como locos mientras nosotros aguantándonos las ganas por no hacer ruido, Paula salió de la habitación solo con un tanga y una camiseta corta que apenas le llegaba al ombligo, la cual dejaba libres sus pechos al menor movimiento.

Amanecimos sudados, los ventiladores del techo se habían parado, según parece hubo un corte de luz, podía notar mi almohada empapada, Paula ya se había levantado, me estiré en la cama lo máximo que pude, al ser tan estrecha dormíamos un poco incómodos con lo que suponía levantarte encallado, al salir de la habitación las encontré sentadas en la mesa, Paula estaba viviendo un baso de jugo, y Camila tenía una humeante taza de café en las manos, cosa que me hizo sentir más calor todavía, para nosotros no era normal pero para Camila era imprescindible su taza de café diario.

-Buenos días cariño.-Paula se levanto rodeándome con sus brazos por el cuello, su camiseta se levanto dejando ver sus como asomaban sus pechos por debajo, Camila la miraba y en sus ojos se veía que le gustaba la perspectiva que le dábamos, sobre todo Paula.-Camila aya avisado a sus sobrinos, dentro de una hora estarán aquí, ¿no te sabe mal que haya decidido por los dos, verdad?.

-No por supuesto.-Veía que le hacía ilusión con lo cual deje que fuera ella la que dirigiera.-¿dónde vamos a ir?

-Camila dice que para el primer día podemos ir a Punta de Cartas, está a dos horas y media, comemos allí y con la tarde regresamos¿qué te parece mi plan?.-Paula se había sentado para ojear un plano algo castigado por el tiempo.

-Ok, me voy a duchar.-Me di una buena ducha, pensé que la tenía que aprovechar pues me daba que íbamos a pasar mucha calor.

Francisco y Fidel, sobrinos de Camila por parte de Ernesto, nos saludaron muy educadamente, sus manos se notaban callosas, según decían por culpa de trabajar en los campos de maíz.

-Supongo que no tendrán miedo a ir en moto.-Era Fidel, dijo mirando a Paula.-Es la manera más auténtica de viajar.

-No te preocupes, estoy acostumbrada.-Me sorprendió Paula, pues nunca la había visto montar en moto, pero como dije aún no sabía mucho de aquella mujer.

-Por mí tampoco hay problema.-Y si lo hubiera tampoco lo hubiera dicho, más habiendo aceptado Paula yo no iba a ser menos.

Paula y yo cogimos unas toallas, Paula se colgó su cámara de fotos y en nada estábamos atravesando la Habana en moto, Fidel y Paula iban delante, Paula llevaba una camiseta corta y unos tejanos mini, seguro que Fidel frenaba más de la cuenta para sentir los pechos de esta, eso es una costumbre que todo aquel que ha tenido moto lo ha hecho alguna vez, Paula se sujetaba a la cintura de este como si lo conociera de toda la vida, me recordaba a las quinceañeras montadas en las motos de sus novios por primera vez, cogidas fuerte pero a la vez intentando que sus manos no tocaran ninguna parte comprometedora.

A la hora paramos a tomar algo fresco, era una especie de chiringuito en la carretera, Paula se bajó secándose la cara de sudor, los tubos de escape de las viejas motos hacían que sintieras más la temperatura.

-¿Como ha ido?.-Dije a Paula ofreciéndole una servilleta de papel.

-Es muy chulo, si no fuera por el calor de los tubos de escape sería perfecto.

-No sabía que ibas en moto.-Le dije intrigado.

-Cariño, hay muchas cosas que no sabes de mi.

Sus labios besaron los míos, dando la pregunta por contestada, la abrace para sentirla más cerca, sabía que los pocos clientes del establecimiento nos observaban con envidia al ver las nalgas de Paula apretadas por mi mano, las apreté inconscientemente pero seguro que fue una manera de proteger mi territorio.

-¿Que hay que ver en Punta de cartas.

-No se.-Paula se giró para mirar a Fidel que en ese momento estaba hablando con su hermano.-¿Qué se puede ver en Punta de Cartas, Fidel?.-Este se separó de su hermano y se acercó a nosotros.

-Punta de Cartas están las plantaciones de tabaco, pero lo mejor son sus playas pues Punta de Cartas no está dentro de las rutas de turistas, son playas de arena blanca e incluso con un poco de suerte podremos ver alguna tortuga marina.-Por lo menos se notaba que no era la primera vez que hacía de guía, su hermano se acercó con un botellín de cerveza.

-Lo bueno de las playas señora es que uno se puede bañar como dios le trajo al mundo.-Francisco me miró buscando algún tipo de repulsa sobre el comentario, pero una cosa que sabía de Paula era que no necesitaba mi ayuda y menos aún que contestara en su nombre.

Paula se rió al sentir el comentario de Francisco.-¿Eso se lo dices a todas las turistas que llevas?

-No señora, eso solo lo digo cuando es una mujer como usted, no se ofenda señor, no era mi intención.-Dijo mirándome de nuevo.

-No tranquilo, ya se cuál es tu intención.-Después sabría por Camila que también se dedicaban a salir con extranjeras para complacerlas sexualmente lo que se llama un "jinetero"

-También pueden practicar el esnorkel, hay muchísimos peces.-Fidel salió al paso intentando camuflar las intenciones de su hermano.

-¿Cuántos años tenéis?.-Paula había apurado su botella de jugo de mango.

-Yo dieciocho y Fidel diecisiete.-Eran demasiado jóvenes para trabajar, pero el dinero fácil que conseguían de los turistas era demasiado goloso.

Al volver a montar en la moto Francisco se las ingenió con la excusa de que  su moto era mejor para llevar de paquete a Paula con lo cual sería el beneficiario del contacto de los pechos de está  en su espalda al cabo de una hora llegamos a la playa, era cierto que era preciosa, pequeñas calas de arena blanca, dejaron las motos sin ningún candado, eran las doce de la mañana y el sol caía ya con toda su fuerza, había que bajar un pequeño camino entre rocas hasta llegar a la cala, solo unas cuantas compartiríamos esa cala.

-Tienen que tener cuidado con los erizos, miren bien por donde pisen.-Dijo Francisco cogiendo de la mano a Paula para ayudarla a bajar de la moto.

Caminamos entre las rocas hasta llegar a la blanca arena, los muchachos no tardaron en despojarse de sus ropas, sus jóvenes cuerpos quedaron a la vista, Francisco tenía unos bíceps bien formados igual que su hermano, estaban bien dotados y lo que me llamó la atención era que carecían de bello corporal, Paula puso la toalla en la arena sin dejar de observar a los muchachos, se quitó su camiseta igual que los pantalones, yo quería ver que es lo que haría, Paula siempre se quitaba la parte de arriba del bañador cuando íbamos a la playa, no sabía si se atrevería a quitarse también la parte de abajo, se sentó sobre la toalla, como esperando a saber que hacer.

-¿Te lo vas a quitar?.-Dijo mirando hacia mi bañador.

-¿Porque?.-Ella quería que yo me lo quitara para poder quitárselo ella sin remordimientos.

-No se, como ellos están en bolas...

-Tu haz lo que quieras, no me tienes que pedir permiso.-Dije dejando mi ropa en la toalla, yo no me lo iba a quitar, la verdad nunca me gusto ir sin nada en la playa, la deje y fui corriendo a darme un chapuzón, me tire de cabeza y al salir a la superficie vi que Paula estaba libre de toda ropa, mire hacia los muchachos, estos estaban mirándola también, al verme disimularon sumergiéndose, Paula camino hacia afuera, sus caderas hacían que sus pechos fueran de un lado a otro, podía ver su entre pierna rosada aún virgen de sol, llego a la orilla y comenzó a entrar despacio, dando más tiempo al espectador, nado hacia mi posición, al llegar a mi me agarró del cuello, notaba sus pezones ya duros en mi pecho.

-¿Te molesta?-Me estaba preguntando sobre el hecho de ir desnuda, buscaba mi aprobación.

-Claro que no, tienes un cuerpo perfecto, ahora esos no te van a quitar los ojos de encima.-Dije antes de besar su boca ya salada por el mar.

-Déjalos que disfruten de la vista, la verdad es que están muy bien los condenados.-Nos reímos y comenzamos a nadar juntos.

Los hermanos se tumbaron en la arena esperando a que saliéramos del agua, se le s podía ver cómo hablaban entre sí, seguramente de Paula.

Al salir del agua los ojos de estos se clavaron en el cuerpo de Paula, ella hacía como si no se diera cuenta que era el centro de atención.

-¿Os importaría si os hago una foto?.-Dijo Paula cogiendo su cámara de fotos.

-No, si luego nos hacemos una con usted.-Era Francisco, decididamente ese muchacho era el más descarado.

-Trato hecho.-Paula se puso delante de ellos de rodillas para captar una imagen de abajo a arriba, Francisco abrió sus piernas dejando ver sus atributos nada pequeños, Paula no se inmutó o eso pareció, hizo un par de fotos.

-Ahora nos toca a nosotros, póngase aquí en medio y que su marido nos haga una a los tres.

Paula se situó en medio de los dos con las piernas encogidas, aún sabiendo que la cámara era suya no le gustaba posar desnuda, seguramente la borraría esa misma noche, los muchachos pasaron sus manos por detrás de la espalda de Paula, y por el gesto de su cara adivine donde fueron a parar, yo me reía en mi interior pensando que Paula estaba jugando con fuego, pero no era yo el que me iba a interponer entre ellos, es más dentro de mi crecía el morbo de la situación, apenas tire una foto que Paula con disimulo se levanto y salió corriendo al agua, cosa que hizo que Fidel y Francisco salieran detrás de ella, empezaba el juego de los dos muchachos, yo me incorporé y decidí dar una pequeña vuelta, no sabía por qué lo hacía pero era la excusa de dejarlos solos, en el fondo deseaba que ocurriera algo que encendiera la chispa, necesitaba contarle a Paula lo mío con Julia y Xavier, me sentía con un peso encima, como si la estuviera engañando, si ocurría algo con los muchachos podría hablar del tema.

Me aleje de la orilla dando un pequeño rodeo para quedar semi ocultó por las rocas, me senté a ver cómo evolucionaban los dos muchachos, Paula estaba entre los dos muchachos hablando, se les notaba que se lo pasaban bien pues no dejaban de reírse, a poco Paula negaba con la cabeza, parecía sería, Fidel se había puesto pegada a ella por delante, desde mi posición tampoco podía ver todos los detalles así que mi cabeza podía jugármela, Francisco poco a poco se fue poniendo detrás de ella, Fidel giro la cabeza para controlarme, al ver que no estaba se despreocupo y se acercó más a Paula, esta luchaba con las manos por debajo del agua pero duró poco, enseguida se quedó inmóvil, apoyó las manos en los hombros de Fidel dejándose llevar por las olas, no pude ver más pues se me acabó el campo de visión, dentro de mi sonó la frase;Ya está hecho.

Me levante y volví al lugar donde teníamos las toallas, en cuanto asome Francisco se separó y pude ver en sus labios como avisaba a Fidel, Paula se deshizo de ellos y comenzó a nadar paralelamente a la orilla, los muchachos salieron del agua, se sentaron en la orilla dejando que el agua apagara el calor, su pene me indicó que algo había pasado, me tumbe disimulando.

-¿Dónde estabas?.-Paula parecía molesta

-Fui a dar una vuelta¿por?

-Por nada, no te vi...y bueno me asuste, no me encuentro muy bien¿qué te parece si volvemos a la Habana ?

-¿Qué te pasa?

-No me encuentro bien y punto...¿podemos volver?.-Paula empezó a recoger las cosas sin esperar respuesta.

Hicimos el trayecto de un tirón, al llegar a casa de Camila ni siquiera se despidió de los muchachos, yo acorde con pagarle a Camila y ella se las arreglaría con ellos, se despidieron perdiéndose entre el bullicio que ya había en la ciudad, eran las cuatro de la tarde y el sol ya era demoledor, al entrar en la casa escuche el agua de la ducha.

-¿Qué ha sucedido Paula?

-Nada

-Como que nada, de golpe te encuentras mal, ¿que han hecho?¿quieres que hable con Camila?

-Ni se te ocurra, la culpa no es de ellos.

-Ósea a pasado algo¿no es así?

-¡Joder que no!

-Mira, hasta que no me digas que es lo que sucedió en la playa no voy a dejarte en paz, ósea, tú misma.

-¿Quieres saberlo?¿de verdad?¿porque cojones te fuiste?

-Me fui a dar una vuelta¿eso es malo?

-Sabiendo que estaban ellos conmigo...vas y te das una vuelta.

-¿Ahora el malo soy yo?pero ¿qué pasó?

-¡Me follaron!¿te enteras?,a tu novia casi se la follan en la playa, ¿qué te parece?.-Paula comenzó a llorar.

-Te puedes calmar, y hablamos¿cuál y como?¿te obligaron?voy a hablar con Camila, esto no puede quedar así.

-Te repito que la culpa no fue de ellos, deja a Camila en paz. Todo fue por mi culpa, la dichosa foto, cuando nos hiciste la fotografía Francisco puso su mano en mis nalgas, no quise decir nada para que...yo que sé...me sentía a gusto o estaba cachonda...que quieres que diga, al entrar en el agua empezaron a decirme piropos, luego preguntaban que si había estado alguna vez con un hombre de color, las medidas bla,bla,bla, yo sabía lo que querían y debí pararlos...pero perdí los papeles, Francisco comenzó a meter su mano entre mis piernas, luché por quitármelo de encima, luego...tú no estabas así que me deje ir, Francisco me la intentó clavar desde atrás, me iba insultando y eso me calentaba más, zorra, puta, has estado calentándonos toda la mañana, sus manos se movían dentro de mi coño, joder y Fidel riéndose a la vez que me apretaba los pezones, sabía que me estaban usando como a una puta, pero...¡joder! Fue como si mi cuerpo no respondiera, simplemente se dejaba hacer sintiendo el placer de aquellos dos muchachos,por suerte llegaste si no...no sé qué hubiera hecho...¡joder perdí la cabeza!, lo siento, lo siento Andrés.

La había dejado hablar sin interrumpirle en ningún momento, me di la vuelta y la deje sola en el baño, tenía que pensar en mi siguiente movimiento, la tenía donde quería pero tenía que jugar bien mis cartas o la podría perder, y eso era lo último que quería.

Entre en la habitación para coger una muda limpia, vi que Paula entro detrás tapada con la toalla.

-¿No vas a decir nada?.-Paula se sentó en la cama mirándome.

-No sé qué decir, al final no ha pasado nada¿no?, y si hubiera pasado¿qué quieres que diga?, yo no te voy a juzgar Paula, eres lo suficiente mayor para defenderte tú sola, pero sí que hay una pregunta que quiero hacerte.-La mire fijamente.-¿en ningún momento abusaron de ti?¿verdad?

-No, no abusaron de mi, y eso es lo que me jode...no sé qué pasó.

-Déjalo Paula, no ha pasado nada, si quieres vamos a pasar el día tú y yo solos.

-Me parece buena idea, así me despejo un poco.

Hicimos de típicos turistas, comimos y al final del día acabamos en un club plagado de extranjeros, se podía notar la diferencia entre el local de la pasada noche a aquel,llegamos a casa pasadas las cuatro de la mañana, yo llevaba demasiado alcohol y me costó llegar a la cama, pero al poco me quede dormid

A la mañana siguiente el canto de un gallo me despertó, creo que fue la primera vez que oía el canto del gallo, según parece había gente que tenía gallinas para poder producir huevos que luego venderían en el mercado negro.

Paula seguía dormida, me levante intentando que los muelles del viejo colchón no la despertara, la cosa estaba en silencio, al mirar hacia la habitación de nuestros caseros me percaté que estaba vacía, con lo cual me moví con mayor libertad, en el frigorífico había una botella de leche junto a una especie de bollos, todo un manjar, mientras bebía la leche mojando los bollos de maíz podía descubrir las pinturas de Camila, al estar más tranquilo descubrí que en todas ellas aparecía cierta añoranza o tristeza, plazas públicas o puesta de sol, junto con mujeres ni feas ni bellas acarreando cestos con mazorcas de maíz, pero en todas las pinturas había un denominador común, la tristeza o añoranza, el realismo de sus cuadros hacía que sintieras la falta de algo o de alguien, al dejar mi vaso en la regadera encontré una nota de Camila en la que explicaba que tenían que ir a trabajar, nos indicaba la mejor playa de la Habana, como llegar y donde comer, se despedía hasta la tarde.

-Buenos días cariño.-Paula me había pillado desprevenido.-Sus rizos estaban revueltos más todavía que de costumbre.-Si que has madrugado.-Sus manos recorrían mi espalda sintiendo como sus pezones me rozaban mi cuerpo.-Ayer te quedaste frito enseguida.

-Si caí rendido, no me entere de cuando volviste.-Mis manos sujetaban sus nalgas, me encantaba sentirlas en mis manos, podía estirar que siempre volvían a su posición duras como piedras.

-Si te soy sincera y espero que no te moleste...-Dejo la frase para ver mi reacción.-Hice de fisgona.-Bajo la mirada como cuando se regala a un niño pequeño.

-¿Fisgona?, no me digas que estuviste espiando...no me lo creo, joder.-No me lo habría imaginado nunca.

-No se, no quería pero joder con los gemidos de Camila...tenía que mirar...y no sé ni cómo, pero la cuestión es que asome la cabeza en su habitación, bueno no es que la asomara, simplemente corrí un poco la cortina...joder...-La cara de Paula estaba roja, no sé si era por la vergüenza de confesar o por lo que realmente vio.

-¿Y?.-La inste a que continuará, me empezaba a calentar el asunto, dos días en la Habana y parecía que no hubiera follado en un mes.

-Pues nada, eso que los vi follando.-Dijo abriendo el frigorífico para sacar la botella de leche.

-¡No me jodas!...los vi y ya está, ¿así es como acaba tu aventura nocturna?

-¿Qué quieres que te cuente Andrés?...bueno...no me extraña que gritara Camila.-Paula hablaba sin mirarme, su vaso se llenó de leche haciendo de paréntesis en la conversación, seguro que Paula se arrepentía de haber empezado aquella conversación, y estaba buscando la manera de salir de ella con el menor daño posible.-Ernesto es un pedazo de negro que te cagas Andrés, joder al leer mientras estábamos bailando notaba sus músculos, desde luego no tiene ni un gramo de grasa, y Camila tres cuartas partes de lo mismo.

-¿te vieron fisgando?- Ya hubiera sido la hostia si Ernesto la pillara husmeando en su cuarto.

-No, estaban de espaldas, Ernesto la tenía cogida por las caderas...joder, que sacudidas le daba.-Paula tenía una sonrisa tonta en la cara, mientras yo no sabía cómo tomarme aquel comentario, por un lado me gustaba pues era una manera de introducir a Paula en un intercambio de parejas, pero por el otro salía el lado machista y el miedo a la comparación, yo sabía que Paula no me dejaría por aquel cubano pero el miedo de que marcará un antecedente y que a partir de ese día pudiera buscar a algún Ernesto en Barcelona me hacía sentir indefenso, pero tome la iniciativa, si ella quería probar a un negro que mejor manera que consensuada conmigo.

-Bueno, vamos a dar una vuelta por la playa, comemos en el sitio que dice Camila y así descansamos un poco.-¿Te parece bien?, Paula levanto la mirada del vaso de leche, se le habían quedado rastro de leche sobre el labio superior creando un bigote blanco, sin duda un foto magnifica.

-Vale, me cambio y vamos.-Dejo el baso en el fregadero para lavarlo.

En menos de una hora estábamos caminando por la playa, Paula llevaba un pareo a forma de falda y el sujetador del bikini como única vestimenta, yo me había puesto un bañador largo y una camiseta de tirantes, íbamos untados hasta las cejas de crema para no quemarnos, cosa que siempre odie, me daba la sensación que iba sucio y pringoso pero Paula se empeñó y al final cedí, Paula llevaba su cámara digital colgada del hombro, en la época era aficionada a la fotografía y sobre todo en blanco y negro, dijo que Cuba era un lugar perfecto para cualquier fotógrafo, llegamos a la playa, a esa hora todavía no había mucha gente, cogimos un lugar resguardado por las rocas, Paula estaba indecisa, no sabía si podía quitarse la parte a de arriba del biquini, decidió esperar a que hubiera más gente y ver que hacían, cogió la cámara y se fue a dar una vuelta haber si encontraba algo para una buena foto, yo me metí al agua más que nada para deshacerme de la dichosa crema, al cabo de una hora Paula volvió y dejando la cámara al lado mío se zambulló en el agua, cogí la cámara para ver las fotos que había hecho, no había muchas, fui pasando hacia atrás hasta que me salió, unas de la noche anterior, estaba Ernesto de pie mientras Camila permanecía arrodillada delante de él, Ernesto miraba a la cámara, tenía una mano sujetando la cabeza de Camila, se veía a esta con la boca abierta y a medio camino la verga de Ernesto, mire hacia el agua para ver dónde estaba Paula, no quería que me descubriera mirando sus fotos, seguí echando hacia atrás, en esta Ernesto estaba tumbado en la cama mientras Camila cabalgaba sobre el, se veían unos pechos medianos agarrados por dos fuertes manos, pero lo asombroso era que ninguna foto salía borrosa, cosa que indicaba que se tenía que haber usado un flash, y si en la primera Ernesto miraba a la cámara significaba que estaban de acuerdo con Paula, el hecho era el porque me había mentido y sobre todo; ¿que más había sucedido fuera de cámara?, pero no iba a permitir que unas fotos creará un vacío entre nosotros, Paula seguía nadando mientras la playa se iba llenando de gente, no se veían muchos turistas casi todos eran chicas y chicos cubanos.

Deje la cámara y espere a que saliera, un par de chicas de unos dieciocho años se acercaron inocentemente hacia dónde estaba, colocaron una especie de esterilla y se tumbaron regalándome una sonrisa, me parecía extraño pues había mucho sitio libre para ponerse, pero deje que jugarán un poco, tenían unos cuerpos perfectos, las dos mestizas se colocaron tumbadas boca arriba con los codos apoyados en la esterilla y sacando busto, parecía el cortejo del macho sobre la hembra aunque en este caso era al revés, no sé cómo le sentaría descubrir que estaba con pareja, pero me divertía pensando en que era de interés para ellas aún sabiendo que no era por otra cosa que por dinero.

Paula salió del agua contorneando sus caderas, era ,la hembra reclamando a su macho, yo me reía viéndola, jamás lo había hecho y creo que lo hizo más en broma que en serio, pude ver cierta decepción en las muchachas, pero siguieron en el mismo sitio.

-¿No te bañas?esta buenísima.-Sentí el sabor salado del mar en los labios, movió la cabeza como los perros sacudiendo el agua del cuerpo.-Veo que estás ligando.-Paula me susurró al oído.

-Jaja, no se, igual vienen por ti, con ese cuerpo no me extrañaría.-Dije cogiendo su cintura para que se sentará sobre mi.-No te vayas, me voy a dar un baño, me estás calentando de nuevo.-Le di una palmada en las nalgas y me fui a bañar.

El agua estaba perfecta, había una bonita estampa desde el agua, se veía la bahía con las fachadas de multicolor, la arena blanca hacía resaltar las figuras de los bañistas, comencé a nadar paralelamente a la costa, nade unos diez minutos y decidí volver andando sobre la orilla, se notaba la hora que era pues el calor iba en aumento igual que las personas, me di cuenta que Paula estaba sentada con las dos chicas hablando, tenía la cámara de fotos en la mano, una sonrisa me dio la bienvenida al grupo.

-¡Andrés!, esta son Gabriela y Sara.-Dijo señalando a las chicas, las cuales se pusieron de pie para darme un beso por mejilla, el calor de su cuerpo se mezcló con las gotas aún presentes de mi cuerpo.

-Hola, nos ha dicho su compañera que son de España.-Sara era la más decidida, dejando que Gabriela ejerciera de observadora, las dos chicas tenían unos hermosos pechos los cuales sin duda los usaban como atracción de los machos.

-Si, la conocéis.-La verdad es que me pilló desprevenido.

-No que va, no hemos salido de la isla nunca, algún día.-Sara se colocó su melena de manera que le cayera por el hombro haciéndola más sensual si cabe, estaba coqueteando conmigo delante de Paula, esta sonreía sabiendo lo que estaba ocurriendo.

-Su novio es muy guapo.-El piropo hizo que Paula me lanzará un beso.-¿Sabe?nosotras conocemos los mejores sitios de la Habana...-Graciela tenía prisa por cerrar algún tipo de acuerdo, hasta ahora había permanecido callada pero sin duda era más la cabeza y Sara el cuerpo.

-Bueno eso está bien pero tenemos planes...no se¿tú qué dices Andrés ?-Paula tenía los ojos brillantes, se le notaba excitada, empezaba a descubrir a la verdadera Paula, los miedos que tenía sobre cómo llevarla sin que se asustara por mi relación digamos algo abierta se estaban esfumando.

-No iría mal un poco de compañía, podemos ir a dar una vuelta y luego comemos¿os va bien?

-500 dórales y somos vuestras por un día, hasta las nueve de la noche estamos libres.-Ya teníamos precio, ya no había juegos ni rodeos.

-¿Eso incluye?.-Paula estaba metida en la negociación, su cuerpo me decía que buscaba algo más que una simple compañía.

-No creo que haya que dar detalle.-Sara puso una mano sobre mi pantorrilla, así como Graciela levantándose se sentó pasando una pierna por cada lado de Paula, apoyándose en la espalda de esta, sus manos se dirigieron a sus pechos, las introdujo por dentro del bañador haciendo prisioneros sus pezones, la cara de Paula cambio sorprendida por el descaro de aquellas chicas, mientras Sara había introducido su mano por mi entrepierna asiendo mi pene.-Necesitan más detalles.-Graciela había levantado el bikini de Paula dejándole los pechos al aire.

-Jaja, no creo.-Dijo Paula con una sonrisa nerviosa .-Pero hoy no va a ser, gracias chicas, sois preciosas...pero no.-Paula volvió a taparse los pechos y Graciela retiró las manos.

Vimos cómo se marchaban andando por la playa, pese a nuestra negativa su sonrisa no desapareció de su rostro.

-Que fuerte,¡Joder!,y tú no has dicho nada, estabas tan ancho mientras te estaba tocando la polla delante mío.-Parecía enfadada.

-¿Qué quieres que diga?creía que querías seguir el juego, tú empezaste.-Me puse de pie para ir a bañarme otra vez, mi pene tenía memoria,necesitaba refrescarme y no precisamente por culpa del calor sofocante que ya era evidente.

-Espera, voy contigo.-Paula se levanto, su bañador mostraba una cierta humedad que al ser blanco dejaba un tono más oscuro, sin duda el juego con las niñas había hecho efecto.-Más vale que nos metamos pronto en el agua, se te nota demasiado que vas empalmado.-Su mirada se clavo en mi entre pierna.

La cogí de la mano y fuimos corriendo al agua, nos tiramos de cabeza y se notó el frescor del agua sobre nuestros cuerpos, dimos unas cuantas brazadas por separados hasta volver a juntarnos, por mi cabeza seguían las imágenes de la cámara de fotos, esperaría que estuviéramos comiendo para sacar el tema.

-¿Lo hubieras hecho?.-Paula se había medio incorporado en la toalla para preguntarme.-¿Te hubieras ido con Sara?.-No sabía definir el tono de su voz, cosa que me preocupo, pues si erraba en la respuesta todos mis planes se podían ir al carajo.

-Si tú hubieras querido si, pero nunca me iría con nadie sin que tú lo consintieras, para mí somos dos ahora y siempre.¿Y tú?¿te hubieras ido?por qué parecías...no se, ¡cachonda!.-Necesitaba apaciguar la conversación, que pudiera hablar con Paula sin dramatismo.

-Tu sí que estabas cachondo,jaja, pero bueno, la verdad es que la niña me llego a calentar, la verdad que por un momento y más viéndote la cara de vicio que ponías me dieron ganas de aceptar.

-¿Has estado con una mujer antes?.-Paula se había vuelto a acostar, se quedo callada como midiendo su respuesta.

-Nada serio, algún beso y un poco de sobeteo, en las fiestas de las universidades al final siempre hay excesos.

-¿Tus relaciones anteriores dejaban que a su novio le metiera mano otra mujer?.-Me sorprendió la pregunta, podía decirle el juego de Julia y Xavier, pero todavía no estaba seguro de cómo se lo tomaría.

-En mi caso era al revés.-Pese a la crema la cara de Paula estaba cogiendo color, saco el bote de crema y comenzó a frotar sus mejillas mientras pensaba en mi respuesta.

-Ósea eras tú el que le metías mano a la mujer de otro hombre, eso...hombre...¡Uf!que fuerte..jaja.¿en serio?.-Paula había dejado de frotar sus mejillas para quedar mirándome.-No me lo creo Andrés, me estás tomando el pelo¿no?

-No, no es broma, a ver no iba metiendo mano a la primera mujer que se me cruzara, es complejo o fácil según se mire o se quiera entender.

-¿Y la pareja de ella...?¿qué?¿se queda tan ancho?...no sé si creérmelo.-Notaba como Paula le daba vueltas a la imagen de verme con una mujer estando la pareja al lado, juntaba sus cejas pensando en si era cierto o no.

-Hay gente que le pone mirar a su pareja con otro, tanto sea hombre como mujer, todos tenemos un poco de voyeur...hasta tu.-Me estaba poniendo en bandeja el tema de sus fotos.

-¿Yo?¿de dónde sacas eso?.-El bote de crema luchaba por entrar en la pequeña bolsa de Paula fruto de los nervios de esta, sin duda sabía lo de las fotos.

-Ayer sacaste fotos de Ernesto y Camila ¿no es cierto?-Sus ojos se abrieron de par en par.-No te enfades, simplemente mire tu cámara para ver las fotos, no lo hice para fisgonear, pero has de reconocer que muy normales no son.

-Bueno...te lo puedo explicar...-Su cara se enrojecía por segundos al verse pillada.-Ayer hablando con Ernesto salió el tema de los jovis, el le gusta bailar, a Camila la pintura y cuando le dije que el mío era la fotografía...bueno...pues salió el tema del blanco y negro, me preguntó si había retratado a un hombre de color alguna vez, yo le dije que nunca había tenido trato con gente de color, no porque fuera racista ni nada de eso, sino pues que no tenía conocidos, y bueno entre la bebida y el calor... me dijo que podía posar para mí, yo le dije que bueno que no me importaba sino al revés le estaría agradecida, entonces me dijo que lo haría, pero con una condición, y al preguntarle qué condición...¡por dios!si no hubiera bebido me hubiera negado... -Paula se echó las manos a la cara tapándose los ojos, le daba vergüenza explicármelo.-me dijo que tenía que ser esa noche cuando hiciera el amor con Camila, yo me extrañe, le pregunté si Camila aceptaría y el me dijo que Camila haría lo que él le dijera, así que ayer me levante como sabes con la excusa de beber, cogí la cámara y fui a su habitación, estaban en plena faena pero Ernesto sabía que iría, al verme Camila me sonrió, entonces siguieron como si yo no estuviera, por dios me calentaron tanto que tuve que salir, fui a la habitación y te vi durmiendo, tuve que masturbarme para poder dormir...esa es la historia de las fotos.

-¿Qué sentiste cuando los vistes?.-La pregunta más adecuada hubiera sido;¿Qué sentiste cuando vistes a Ernesto desnudo?

-Pues nada, yo que sé, ya te he dicho que me excite, supongo que es lo normal ¿no crees?.-Su voz sonaba nerviosa, sus manos se movían por sus piernas intentando quitarse los granos de arena imaginarios, no era más que un tic producido por los nervios, realmente no se estaba abriendo a mi, le costaba reconocer que le hubiera gustado compartir a Ernesto, pero su vergüenza le negaba ese placer dormido en algún punto de su cuerpo.

-No pasa nada, es lo normal.-Cogí su mano deteniéndola.-A mí me pasaría lo mismo, el que no lo reconozca o no es humano o es un mentiroso, te vuelvo a decir que el ser humano tiene un punto de voyeur, simplemente algunos lo reconocen y otros lo intentan tapar negándolo.-Se había detenido, su mirada se perdió en el océano.

-O sea tú eres un voyeur, ¿te gustaría verme con otro tío?.-Una sonrisa maliciosa cambio su cara.

-¿A ti te gustaría que yo te viera con otro?.-Era el momento de jugársela.

-No se, me sentiría extraña.

-Cambiare la pregunta¿te gustaría verme a mí con otra?.-Mi mano era la que ahora espolvoreaba sus piernas.

-Nunca me lo había planteado, seguro que...no se, igual no lo aguantaba, estás hablando de una relación abierta, no sé si estoy hecha para eso.-Por lo menos había conseguido que se lo planteará.

-En la vida no es todo blanco o negro, estamos acostumbrados a seguir unas normas sin tan siquiera plantearnos si están bien o mal.-Paula negaba con la cabeza.

-La teoría esta muy bien, pero la práctica es diferente, no me imagino estar en casa y preguntándome con quien estarás tú, puede ser la vecina o mi prima o vete a saber tú, ¿como podría vivir de esa manera?

-Lo ves de una manera posesiva, tú dices" mi pareja es mía" y si tiene relaciones con otra persona que no soy yo es porque no me quiere.

-Sería lo normal, si te vas con otra es porque yo no te lleno o ya no te parezco apetecible¡qué coño!¿si no para que buscarías a otra?.-Paula movía las manos nerviosame nte.

-Lo ves, lo personalizas todo, el hecho de que tuviera sexo con otra persona no significaría que ya no me fueras atractiva o no te quisiera, ¡no!todo lo contrario, sería sexo, morbo, placer, eso no tiene nada que ver con el amor, eso...no tiene nada que ver con la persona que quiero amanecer cada día de mi vida, aquella pareja con la que me iría al fin del mundo, aquella persona a la que le abriría todo mi ser y que no habría nada que pudiera romper esa alianza, no la alianza marcada por una sociedad hipócrita que te obliga a agachar la cabeza y aceptar un estatus marcado por personas que ni siquiera conocemos, no...eso es diferente, todo se basa en la confianza y en unas normas no escritas, confianza y amor sin límites clasiquistas, solo límites marcados por dos personas de carne y hueso que no deben pleitesía a ningún régimen.-Paula me miraba fijamente, sin darme cuenta me había levantado quedando de pie frente a ella.

-¿Entonces tú eres...quieres una relación abierta?¿es lo que quieres?...eso es lo que he entendido, no se igual no te he entendido.-Paula permanecía sentada, tenía la mano en forma de visera.-Siéntate que me deslumbra el sol y además cualquiera que te vea se va a pensar que estamos riñendo.

-No, no, no es solo eso, es simplemente que no estoy de acuerdo con ciertas normas establecidas por una sociedad decadente, "Dios y patria" lo demás para ellos son corderos que hacen lo que ellos quieren, muchas de las personas más castas del mundo tienen una doble vida, igual que muchas de las personas que conoces tienen una vida diferente a la que muestran la diferencia que unos lo ocultan y los otros lo viven abiertamente, así de sencillo, y eso no los hace ni mejores ni peores que los demás.

-¿Cómo quien?a quien te refieres.-Paula volvió a sacar su crema.

-Ernesto y Camila, por ejemplo.-La mire esperando su reacción, estaba seguro que Ernesto tenía rollo con las amigas de Camila y esta estaba al tanto, y si la pasada noche hubiera sido la Paula actual se hubiera unido a ellos para hacer un trio.

-¿Qué?¿Sabes algo que yo no sé?.-La Paula de entonces era inocente, cosa que a partir de Cuba fue una de las cosas que perdió; La inocencia.

-Ernesto no buscaba la foto, buscaba que te unieras a ellos, y te voy a decir una cosa, no dejará de intentar llevarte a la cama, eso te lo aseguro.

-Si lo dices por lo de anoche, en ningún momento se me insinuó.-Seguía seguía sin querer reconocerlo, había algo que la detenía.

-El no te lo va a pedir, simplemente serás tú la que querrás estar con el.-Paula cada vez estaba más confundida.

-No, no creo en eso de la relación abierta, si estoy contigo estoy contigo, por mucho que me atraiga alguien jamás podría estar con otro...¡no! ni loca.-Negaba una y otra vez con la cabeza, yo sabía que Paula había ido a la habitación de Ernesto a por algo más que una simple foto, quería conocer su cuerpo, y comprobar que lo que había imaginado era cierto.

-¿Qué te pasó con Arturo?

-Vamos a andar un poco, me duele el culo de estar sentada.-Paula se estaba dando tiempo para contestar.

Comenzamos a andar por la orilla del mar, el agua bañaba nuestros pies haciendo que notáramos el cambio de temperatura, en un momento se soltó de la mano y como los crios de un salto se zambulló en el agua, por un segundo desapareció para emerger después, se echó el pelo para atrás y volvió a mi lado.

-No me has contestado.-Le dije una vez que retomamos la marcha.

-Ya lo sabes, Arturo no se separó y yo lo eche, no soporte que me usará.

-¿Cuál fue el problema?el hecho de que estuviera casado o que te mintiera diciéndote que dejaría a su mujer y no lo hiciera.

-Las dos cosas, pero creo que sobre todo el hecho de mentirme sobre su mujer.

-Ósea, no te importaba compartirlo con ella, ¿tú sabías que estaba casado cuando empezasteis?

-Bueno...si, pero en ningún caso quise quitarle el marido a nadie, ellos no estaban bien y por eso...no se buscaba fuera lo que no tenía dentro de casa.

-Te das cuenta que estabas en una relación abierta, si, tú misma creabas una relación en la cual sabías perfectamente que cuando te dejaba en casa iba junto a su mujer, estabas compartiendo a tu hombre, seguramente si nunca te hubiera prometido nada igual seguirías con el ahora mismo.

-¡No!.-Se detuvo en seco.-Lo estás maquillando para que parezca que yo permito una relación abierta Andrés, estás intentando que asuma que puedo compartir a mi pareja.

-Lo asumisteis el primer día que comenzasteis, tú sabías que era casado y aún así comenzaste con el, dime si eso no es una relación abierta,¿qué te gustaba de un hombre de cincuenta años?¿qué futuro teníais?

-En ese momento no me planteaba nada de eso, simplemente ocurrió, me trataba bien.

-¿Y en la cama?¿eras la única?

-¿Cómo la única?.-Tenía que haber algo que Paula se guardará sobre la relación con Arturo.

-Supongo¡joder!ya no sé nada.

-¿Te compartía con más mujeres?.-Note como Paula bajo la cabeza mirando sus pies jugando con la arena.

-Andrés, lo pasado pasado está, dejémoslo atrás no me gusta hablar de mis anteriores relaciones.-Al callarse sin darse cuenta me había contestado.

La playa comenzaba a llenarse de turistas y lugareños, creímos que para ser el primer día ya teníamos suficiente playa, Camila nos había recomendado un puesto para comer, era un chiringuito que según ella hacían comida tradicional cubana y a buen precio, pero lo más importante era que estaba fuera de las rutas turísticas con lo cual estaríamos tranquilos, cogimos un taxi para llegar, durante el trayecto Paula es tubo en silencio, notaba como sin darse cuenta iba negando con la cabeza, como auto convencerse, Paula siempre era muy cerebral, pero si conseguías romper esa frontera se abría otra Paula diferente, yo iba pensando también en lo que habíamos hablado, Ernesto había intentado que Paula se uniera a ellos de eso estaba seguro pues yo lo hubiera echo, aunque lo que me sorprendía era que Camila lo hubiera aceptado, no me dio la impresión de que fuera de ese tipo de mujeres, me hubiera cuadrado más si ella lo hubiera tramado eso encajaría más con la imagen que tenía de Camila.

Era un chiringuito en medio de unas rocas, por la gente que había se podía decir que eran pescadores y algún que otro turista como nosotros, nos sentamos en una mesa con vistas al mar, no era nada lujoso pero se respiraba buen ambiente, una vieja radio emitía música caribeña, pedimos dos cervezas para bajar la temperatura de nuestro cuerpo, estábamos casi a cuarenta grados y una humedad de 95 por ciento, daba la sensación que tal y como bebíamos la cerveza salía por nuestros poros, Paula había guardado su fular en el bolso con lo cual íbamos con los bañadores al aire, Paula llevaba su tanga con descaro,las miradas no tardaron en llegar, estuve a punto de decirle que era la atracción del chiringuito pero me callé pues la veía un poco confusa.

Una arroz negro con un pescado que no pudimos definir fue el plato, no se podía escoger, comías lo que había, basaban sus platos en la pesca que hubiera habido, lo curioso era la mezcla de algún ingrediente dulce con el picante de las especies, tuvimos que pedir más cerveza para poder soportar el picante, en la barra habían tres hombres mayores que no dejaban de mirar a Paula, hablaban entre ellos y se reían de la cara que ponía está intentando suavizar el picante con largos tragos de cerveza.

-¡Joder!como pica¡la hostia!.-Paula abría la boca intentando respirar, sus ojos estaban llorosos, nos miramos y empezamos a reírnos sin saber porque, me di cuenta que Paula había dejado de darle vueltas a nuestra conversación, nos relajamos y disfrutamos de una auténtica comida habanera.

Eran las seis cuando entrábamos por la puerta de Camila, veníamos un poco cansados, al entrar al patio vimos a Yanet sentada en una silla, hablando con dos mujeres más, hacían un corrillo en medio del patio, eran dos mujeres mayores, una de ellas tenía a José en los brazos mientras que Yanet se estaba arreglando la coleta, al vernos Yanet se levantó.

-Buenas tardes señores, ¿cómo ha ido su primer día?.-La cabeza de las demás mujeres se giraron para vernos.

-Bien, pero venimos agotados, hace tanta calor.-Paula se acercó para hacerle mimos a José.

-Eso es porque no están acostumbrados.-La mirada de Yanet se clavaba en mi.-Ya verán que mañana la sentirán menos, su cuerpo se estabilizará, es normal a todo el mundo le pasa.

-Nos vamos a dar una ducha, me muero por meterme debajo de la ducha y sentir el agua en el cuerpo¡por dios!.-Paula me tomo de la mano y subimos las escaleras, ni camisa ni Ernesto estaban, teníamos la casa para nosotros dos, Paula no perdió el tiempo, se quitó el bañador por el camino entrando en el lavabo ya desnuda mientras fui recogiendo su ropa como si fueran migas de pan, abrí el frigorífico y saque una cerveza, sentía el agua de la ducha cómo caía. Me senté en una silla del comedor, se oían a las vecinas como hablaban en susurros, seguramente nosotros fuéramos el motivo.

-¿Le molesto si entro?.-Yanet asomaba la cabeza por la puerta.

-No pasa si quieres.-José estaba aferrado a su pecho dejando que pudiera verlo completamente, solo su pezon ocupado por la boca del pequeño niño me impedía contemplarlo por completo.

-Gracias,¿ sabe?necesitaba escaparme de ese par de chismosas.-Yanet reía, lo curioso es que hablaba en voz baja, como si no quisiera molestar a Paula, se acercó a mí despacio, llevaba un vestido azul claro de tirantes, los cuales estaban sacados para poder facilitar el traslado de José de un pecho a otro, el vestido era semi transparente, podía ver sus contorneadas piernas.

-Me lo sujetas,-Yanet se había colocado en medio de mis piernas, me ofrecía a José.-Me duele el brazo, tengo ganas de que comience a andar, Yanet seguía con el pecho descubierto, mis ojos recorrían su pecho,sus labios se entreabrieron dejando que su lengua mojara su labio inferior, dejo que su tirante se cayera.

-Te gustan ¿verdad?.-Se había bajado el vestido dejando sus pechos al aire.-Se que te gustan, ¿Quieres tocarlos?- Yanet se agachó quedando sus pechos a mano,mire hacia el cuarto de baño, se oía como seguía cayendo el agua, y con la mano libre agarre uno  de sus pezones, lo estire Yanet se mordía el labio inferior, su cuerpo caliente hizo que mi pene se enderezará chocando con mi bañador.

-Si papi.-Yanet bajo su mano hasta mi pene, tenía a José luchando por escaparse de mis brazos para ir a lo de su madre, mientras está masajeaba mi polla por encima del bañador.-¡Huy!como esta esta vergota, tú me quieres joder y yo quiero que me jodas papi.-Cogió a José de mis brazos y salió de casa contorneando sus caderas.-Me reí en silencio de lo ocurrido, sin duda me tenía que tirar a Yanet antes de irme, al poco salió Paula secándose con una toalla, sus pezones estaban duros por el frío del agua, sus largas piernas descubiertas de cualquier bello me volvían loco.

-¿Estabas con alguien?me ha parecido que hablabas.

-Ha pasado Yanet ha saludar.-Paula ni se dio la vuelta, seguía secándose, sus nalgas se movían al ritmo de sus pasos.

-Me voy a tumbar un poco, me duele la cabeza, tengo un poco de jaqueca, es por este sol, para el primer día nos hemos pasado.-Paula se tumbó en la cama desnuda, aún estaba medio mojada y su pelo aplastado en su cabeza, cuando se secara sus rizos volverían a su mayor esplendor.

-La cámara de fotos estaba sobre la mesa, empecé a buscar otra vez las fotos de Ernesto y Camila, realmente Camila tenía un cuerpo precioso, sus pezones negros duros mientras sus labios copian la forma de la verga de Ernesto, que estaría pensando Paula viendo esa imagen.

-Bonita foto.-Era Camila, no me había dado cuenta de cuando había llegado.-Paula es una buena fotógrafa.

-Si, la verdad es que salisteis muy bien.-Seguí mirando la pantalla, Camila cogió una cerveza sentándose al lado mío, puso una silla delante para poder poner las piernas encima de esta, sus piernas desnudas quedaban a mano.

-Sabes, Ernesto se la quiere coger.-Hablaba como si de mi novia no se tratara.

-Ya lo sé¿tú qué opinas?.-Descanse una de mis manos sobre las piernas de Camila.

-Eso depende de ella, somos una pareja abierta, ayer Ernesto se pensaba que se uniría a nosotros, y sé que Paula lo deseaba, es una buena mina.-Mina, ya era la segunda persona que llamaba puta a Paula en mi cara.-¿Tú qué opinas?como es vuestra relación.

Le conté a grandes rasgos lo que realmente buscaba de Paula, mi relación con Xavier y Julia, ella asentía con la cabeza, sus piernas se cruzaban de manera que sus muslos se enredaban.

-Ernesto te puede ayudar, sabes tiene que irse un par de días fuera, podrías dejar que Paula lo acompañe, cuando vuelvan será tu sumisa, Paula lo quiere, pero no se atreve si tú estás delante, déjala un par de días con él y te aseguro que la mina de tu novia vendrá dispuesta a lo que tú decidas.

-No sé si ella querría irse con el.-Por un lado necesitaba la ayuda de Ernesto pero por otro lado no sabía que ocurriría si después Paula se quedaría prendida de el.

-Tienes miedo, lo comprendo, pero si lo que te asusta es que ella ya no te quiera, no te preocupes, Ernesto nunca permitiría que eso sucediera,él no es de los que quitan las mujeres de otros, él le abrirá los ojos y si realmente Paula es una buena puta como lo decís vosotros se lo sacara, dos días Andrés solo en dos días y Paula volverá diferente, y así podrás estar conmigo y Yanet.

-No, no quiero perderla de vista, necesito que ella me vea, que no crea que me está engañando, eso nos aislaría el uno del otro, lo que pase tiene que estar consensuado.

-Creo que tú lo que buscas es ver cómo agarran a tu novia.-Camila se había levantado, poniéndose en mi espalda, se agachó para que pudiera sentir sus pechos sobre mis hombros.

-Me voy a duchar, ¿te vienes?.- Necesitaba sacar todo el fuego que corría por mis venas, quería follarme a esa mujer de una vez por todas.

Me quede apoyado en el marco de la puerta esperando su respuesta, dejó la cerveza que había cogido y comenzó a caminar en mi dirección, se fue bajando los tirantes del vestido, no llevaba sujetador cuando llegó a mi altura unas bragas blancas era lo único que tapaba su cuerpo, nos fundimos en un beso sin preguntar, mis manos comenzaron a acariciar su espalda, la recorrí toda dejándome sus nalgas como postre del plato, ella sujetaba mi cabeza para que no me escapara de sus labios, su lengua buscaba la profundidad,la lucha de nuestras bocas era a muerte no se hacían prisioneros, sus bragas bajaron por sus piernas hasta terminar tiradas en el suelo, Paula estaba en el cuarto de al lado con lo cual no teníamos mucho tiempo, metí la mano entre sus piernas para comprobar la humedad de su coño, comprobé que estaba ardiendo, nos metimos a la ducha y apoyándola de igual manera que había hecho con Paula la penetre.

-Estas muy caliente, eres una zorra, dime que quieres que te haga.-Mis palabras la encendían más, tenía su pelo agarrado formando una coleta, hacía que levantará la cabeza viéndome follarla duramente.-Lo estabas buscando desde el primer momento.

-Dame papi, dame, dame más, así papi cojeme rico.-Hablábamos en susurros temiendo que Paula se despertara.

Puse una mano en su boca para ahogar los gemidos, ella tiraba su culo hacia atrás para sentir mi polla más fuerte, metí un dedo en su agujero a la vez que la sacudía, veía mi polla blanca entrar en esa cueva negra, cada vez que la sacaba salía más mojada , su cuerpo se tensó al sentirlo, abrí la ducha para que nos mojara mientras follabamos, me agaché y empecé a salivar su ano, ella ayudaba sacando sus nalgas para facilitarme la faena, dos dedos, tres... Ya estaba listo, enfoque y comencé a empujar, Camila se frotaba sus labios vaginales haciendo más placentera la penetración anal, la agarre por las caderas y la comencé a embestir, se le escapó un gemido, nos paramos de golpe pensando que habíamos sido descubiertos, pero al no sentir nada volvimos a comenzar, sentí los fluidos de Camila mojando mis huevos, la agarre del pelo he hice que se agachara, ya sabía lo que yo quería, tomo mi polla con la mano y se la enterró en la boca, succiono hasta sentir mi corrida en su garganta, abrió la boca enseñándome el semen, se le escapaban algunas gotas que fueron recogidas por sus dedos para finalmente hacerlo desaparecer en su interior.

-Ha estado bien papi.-Dijo levantándose, nos fundimos en un beso mientras empezamos a enjabonarnos, lo hicimos rápido y a los cinco minutos ella estaba en su habitación y yo de pie en la mía viendo a Paula desnuda encima de la cama, me tumbe al lado de ella a descansar esperando que se despertara, Camila asomó la cabeza, me lanzo una mirada pícara,yo empecé a imaginarme a Paula y Camila juntas en la cama conmigo, esa mezcla de colores y olores de sexo hizo que se me volviera a levantar, Camila estaba de pie apoyada en el marco de la puerta, se había vestido con una falda corta y un top sin mangas, sus piernas eran duras igual que sus nalgas, me miraba adivinando mis pensamientos, se llevó la mano a su entrepierna comenzado a frotarse mientras yo comencé a masturbarme, Paula estaba de espaldas a nosotros con lo cual no podía ver nada de lo que estaba ocurriendo, al final Camila me lanzo un beso y se fue, fue lo mejor porque tal y como estaba yo podía haber echo una tontería que podía costarme muy caro, ya bastante riesgo había pasado al hacerlo con Camila en el lavabo.

Me quede dormido al lado de Paula, serían las ocho de la tarde cuando despertamos, Ernesto estaba sentado en un pequeño sofá desgastado pero adornado con una funda, tenía una cerveza en la mano, nos miró con una sonrisa cuando nos vio salir de la habitación, Paula se había puesto una bata fina y sus chanclas, tenía el pelo revuelto por las horas de sueño.

-Buenas noches dormilones, parece que hayáis venido a Cuba a dormir.

-Supongo que la vida del turista es agotador, y a mí este calor me está matando.-Contestó Paula echándose la mano al cogote.-Además me duele el cuello.

-Te doy un masaje si quieres.-Mis manos se pusieron detrás de ella para masajear la parte que me indicaba Paula.

-Deja que aún la vas a liar más.-Camila salió de la habitación para quitarme las manos de Paula.-Ven vamos donde Yanet, ella sabe de estas cosas.-Dijo arrastrando a Paula hacia afuera, antes de salir me indicó que la siguiera.

Esperé un poco antes de salir, Ernesto me llamó y al girar mi cabeza para ver lo que quería.

-Pásatelo bien sortudo.-Vacío su botella de cerveza y se fue.

-Túmbate que te preparo una crema.-Yanet hizo que se tumbara en la cama grande, José estaba en una pequeña cuna, seguía a su madre con la vista, el mismo se sacaba el chupete y se lo volvía a poner, Camila me cogió de la mano y me llevó al comedor.

-Mira Andrés, Paula tiene una guerra interior, mis sobrinos me contaron lo que pasó en la playa, y yo los creo, creían que Paula quería algo más que palabras con ellos.

-Si, Paula me lo contó.-Sabía perfectamente lo que había sucedido, pero desconocía lo que Paula hubiera querido que pasara.

-Déjanos a nosotras, quédate fuera por si te necesitará, si te parece bien te llamo para que nos acompañes.

-Ok, estoy aquí, pero no la presiones demasiado, no quiero romperla.Te dejo Paula, voy a tomar una cerveza¿estarás bien?.-Le dije desde el comedor.

-Si, no te preocupes Andrés.-Estaba boca abajo, su cabeza apoyada en la almohada, por supuesto que no me fui, no quería perderme nada de lo que ocurriera, necesitaba saber.

Me senté en una silla con una cerveza que robe de la nevera de Yanet y me dispuse a escuchar todo lo que ocurriera en aquel cuarto.

-Será mejor que te sientes primero para poder masajear el cuello.-Era Yanet la que le indicaba.

Hubo un silencio debía de ser las manos de Yanet acariciando a Paula.

-¿te duele?si ves que te duele díselo, pero te aseguro que es magnífica con las manos.

-Será mejor que te quites la bata, no quiero llenártela de crema.

A los Díez minutos comenzó el ataque de Camila.

-He hablado con Fidel y Francisco.

-¿Qué ?no, no por dios, qué vergüenza...lo siento Camila...yo.

-¿Tú qué Paula?lo entiendo, tenias ganas y ellos estaban allí, así de fácil, ¿lo sabe Andrés ?

-No digas nada por favor, se lo diré pero a su tiempo.-No entendí nada, si ya me lo había dicho¿ que es lo que me tenía que contar?

-Menudos dos están hechos, saben cómo tratar a una mujer.

-dímelo a mí.-Fue Yanet quien habló.

-No me siento a gusto hablando del tema Camila.

-Es una cosa normal, que te follen dos muchachos en medio de la playa, aquí sucede a menudo,¿ que es lo que está mal?

-No lo sé, llevo poco tiempo con Andrés y lo quiero, no me gustaría que por una tontería rompiéramos y no se...me siento mal conmigo misma.

-¿No lo disfrutaste acaso?mis sobrinos están bien dotados.

-La verdad es que si...¡joder!si que están bien...lo peor fue que en cierta manera cuando vi a Andrés llegar me supo mal, me hubiera gustado¡joder!pero que puta soy...toda mi puta vida me ha pasado igual.

-¿El qué?¿a Qué te ha pasado?échalo fuera, necesitas hablar, estás con amigas, cuéntanos qué es lo que te pasa.

-Antes de Andrés tuve una relación con un hombre mayor, la verdad es que no era muy guapo, pero me ponía que me dirigiera, me dominaba, a veces me trataba como a una vulgar puta y eso...me encendía más todavía, tus sobrinos me trataron así, como a una puta, y ahí me ganaron, Andrés me trata con respeto y esa parte de él la adoro pero echo en falta al macho dominante en el sexo y en mi vida, es como una montaña rusa, cuando te bajas por mucho que lo hayas pasado mal estás deseando volver a subir, eso me pasa, y sin eso me siento vacía.Pero no estoy segura, tengo miedo a perderme otra vez, que con Andrés me pase lo mismo que con Arturo.

-¿Qué pasó con el?.-Camila le preguntó con una voz suave, como acurrucado las palabras.

-No lo soportó, volvió a los brazos de su mujer, a su vida incompleta, al principio todo funcionaba pero se encelo y no soporto verme con otros, yo hice lo que él quiso, me comportaba como una puta cuando el quería, incluso me llegó a compartir con un hermano suyo, disfruto de mi cuerpo cuanto quiso, pero poco a poco empezó a cambiar, ya no le apetecía lo que antes le era imprescindible, nuestra relación se enfrió y decidió volver con su mujer, fin de la historia.

Yo seguía sentado, tenía una cerveza fría que se estaba calentando en mi mano, solo podía escuchar, no me atrevía a dar un sorbo por miedo a perderme algún detalle, era verdad, desde un principio la trate suave, cosa en la cual me tenía que esforzar pues con Julia era todo lo contrario, pero Julia y yo nos conocíamos desde niños, no hacía falta hablar, sabíamos perfectamente cómo éramos y lo que buscábamos, yo para Julia era sexo y Xavier representaba la parte romántica, cada uno teníamos nuestra partitura aunque jamás tocábamos solos, era una regla no escrita pero siempre presente, para mí no era fácil introducir a Paula en mi mundo y quizás por ese motivo intente representar un papel que no estaba hecho para mí, y me equivoque pues ella buscaba al otro Andrés, al macho dominante, acababa de oírla confesar, en ese momento se me abrieron las puertas del cielo, realmente Paula quería al verdadero Andrés y no a la farsa figura que se había presentado por el.

-¿Pero se lo has dicho?.-Oí preguntar a Yanet.-Paula permanecía en silencio.

-No, pero tendré que decírselo, de alguna manera me siento sucia, no por haber dejado que me follaran en el agua, si no por haberle mentido.

-Relájate, deja que te curemos, esa falsa dolencia en tu cuello, a ti no te duele el cuello, a ti lo que te duele es el coño, te duele por qué te hubiera gustado seguir follando a mis sobrinos.-La voz de Camila había cambiado el tono, ya no era suave si no dura, se oyó un guantazo.-Contéstame puta, déjate de excusas.-Se volvió a oír otro guantazo, me levante de la silla y asome la cabeza, Paula se quedó mirándome, tenía la palma de su mano en la mejilla que había recibido el golpe.

-Siii, me hubiera gustado.-Dijo las palabras sin dejar de mirarme, yo me baje los pantalones para mostrarle mi pene ya erecto, era mi consentimiento.

-Ponte de pie, zorra.-Yanet la levanto de los pelos, Paula se dejaba hacer, ahora ya tenía mi permiso, Yanet me vio y dejó a Paula para acercarse a mí, Camila le abrió las piernas e introdujo su cabeza acaparando su coño, empuje de la cabeza a Yanet para que se agachará, no lo dudo ni un momento, Paula y yo no dejábamos de mirarnos, era como si hubiera sido nuestro bautismo, Camila le obligaba a abrir más las piernas para poder alcanzar mejor, Yanet no soltaba mi blanco pene, lo saboreaba y apretaba con sus labios, Paula tomo de los pelos a Camila y la levanto para fundirse en un beso, Camila se iba desnudando a medida que caían juntas a la cama,levante a Yanet y la lleve a la cama, los cuarto estábamos en la cama, Paula se dejaba devorar por Camila, se oían los gemidos de está llenando el ambiente, le di la vuelta a Yanet la cual unió su boca con Paula ahogando los gemidos de esta, sin pensar la penetre, aquella cama parecía un cuadro que hubiera pintado Camila, el oscuro de ellas resaltaba nuestros cuerpos enlazados, Camila se dio la vuelta para crear un perfecto sesenta y nueve, acerque la cabeza de Yanet para que saboreara el coño de su vecina, Camila se retorcía al sentir dos lenguas jugando con su coño y ano, embestía con dureza a Yanet haciendo que su boca perdiera el objetivo, me salí de ella y apartándola le puse mi pene en la boca de Paula mientras Yanet se había escurrido entre mis piernas para lamer mis testículos, Paula se la hundía haciéndola desaparecer por completo.

-Hoy si.-Paula me entendió y saca dos a Camila de encima me dio el deseado agujero, me hundí entre sus nalgas para humedecerlo un poco más de lo que estaba, Camila le acariciaba su vulva sabiendo lo que iba a pasar, enfile y poco a poco la fui introduciendo, Paula estiro el cuerpo al notarla y un pequeño gemido de dolor se escapó de su boca, Camila se agachó y comenzó a morder su clítoris, su cabeza tocaba mi pene, continúe un poco más habituando aquel agujero a la invasión que estaba recibiendo, al final estaba dentro, mantuve la posición durante unos segundos, la saque haciendo que Paula volviera a gemir y enfile de nuevo, repetí dos veces hasta que comencé a bombear, Paula se agarraba a mis piernas para no caerse, al poco volvieron los gemidos pero esta vez de placer, Yanet y Camila se engancharon dejándonos disfrutar, se besaban a la vez que se masturbaban, sentí como Paula se corrida manchándome, se la saque y esta vez se la introduje por su coño empapado, se volvió a correr a los pocos minutos, a los pocos minutos me corrí, descargue todo lo que llevaba en su interior.

A partir de ese día ya no hubo dudas de lo que quería cada uno, al llegar a Barcelona le explique mi vida y les hable de la relación que tenía con Julia y Xavier, al principio no se lo creía hasta que un día se lo demostré.

-Me parece bien.-La contestación de Paula me devolvió a Barcelona,¿ pero que vas a hacer con la empresa?

-Eso está solucionado.

-¿Y con Roberto?.-Al decir su nombre volvió la imagen de este tratando a Paula como a una puta.

-Lo voy a echar, tiene suerte que no lo demandó.

-Pero si no trabaja¿ como lo harán?...su casa, las niñas, Laura, ¿los vas a dejar en la calle?

-Laura trabajará en la empresa, su piso estará a nombre de la compañía, a si si alguna vez decide volver a traicionarme tendré la forma de hundirlo, no me fío de el, si lo ha hecho una vez puede repetirlo otra vez y quizás con más suerte.

-Y ¿de qué trabajará Laura?

-Todavía no lo sé.-Le mentí, Laura sería mi secretaria personal, quería tenerla cerca y no precisamente por su valor laboral, si no para que Roberto se pasará todo el tiempo dudando que hacía su mujer conmigo, que se sintiera inseguro y celoso, y si tenía valor podía divorciarse y perder su casa y sus hijas.

-¿Qué ha pasado con Carlos?.-Dijo su nombre con miedo.

-Estará en la carcel un tiempo, lo malo para el que cuando salga de allí aún tendrá que pasar cuentas en España.-¿Y Sonia?todavía no has hablado de ella.-Paula se quedó pensativa.

-Ahora mismo no sé que pasara con ella, sé que quiero estar contigo, he igual que tú estarás con Laura yo me podré divertir con Susana.-Me había leído el pensamiento.

Al cabo de un mes, con la empresa ya en pleno rendimiento cogimos un vuelo a la Habana, pero esta vez iríamos a un hotel, Carlos se suicido, según contaron las malas lenguas había sufrido abusos de algunos presos, le pedían dinero pensando que era un rico empresario pero este tenía todas sus cuentas embargadas con lo cual no pudo satisfacer a sus chantajistas, apareció una mañana en las duchas con las venas cortadas, Roberto encontró un puesto de trabajo de administrativo, por supuesto que no se divorció, Laura paso a ser una buena consejera además de tener un don a la hora de negociar con clientes, usaba todas sus armas y casi siempre conseguía el contrato, le subí el sueldo y hasta el día de hoy trabaja para mí, Susana desapareció del mapa, según escuche fundó una empresa en Francia, Amelie resultó ser una farsante, no era en realidad la hija de Adam, su verdadera hija murió al poco de nacer, a si que su madre cambio a su hija por su sobrina, Adam solo se acordó de ella cuando se iba a morir, ni siquiera la conocía, solo pagaba sus gastos, Amelie o mejor dicho su prima vendió todas las empresas y casualmente fundó una empresa en Francia, siempre me pregunté si no sería la misma que la de Susana.

Por cierto cambie el nombre de la empresa, ahora se llamaría Andrés & compañía SL

Nota de autor:

Quiero aprovechar para dar las gracias a la gente que me ha seguido, seguro que el final no le gustará a todo el mundo, pero he intentado ser lo más coherente con el personaje, espero que me comprendan.

Seguramente no volveré a publicar hasta Febrero, esta vez untaré hacerlo mejor.

Feliz Navidad y un próspero año nuevo, cargado de morbo.