Después de la muerte de Xavier

La muerte de su mejor amigo hace que su vida gire ciento ochenta grados.

Entre en mi habitación con ganas de ducharme, había sido un día muy largo, al salir de la ducha me encontré con Amelie desnuda en la cama.

-Espero que no te moleste, conozco al director del hotel y digamos me ha prestado la llave.

Me quede mirando su cuerpo, sus pechos medianos semi tapados por su melena rubia, la sonrisa de su cara exponiendo sus blancos dientes, su sombra sobre el monte de Venus que presentaba a dos labios rosados.

-¿Te gusta lo que ves?.-Había abierto sus piernas exponiendo sus labios abiertos.

-¿Adam?.-Le pregunte acercándome a la cama.

-El lo sabe.-Su mano desenrollaba la toalla que me cubría medio cuerpo, haciéndola caer.

Se sentó en el borde de la cama quedándose a la altura de mi pene, lo miro y comenzó a recorrerlo con su mano, yo estaba parado viendo aquel,panorama, comenzó a besar mí glande,una mano en mi pene y la otra recorría mi nalga haciendo que me quedara atrapado entre sus manos, hizo desaparecer mi pene en su boca, notaba ese calor que hace revivir, mi pene se iba agrandando, le sujete la cabeza sin fuerza, mientras sentía como jugaba con su lengua, comencé a mover mis nalgas haciendo un ligero movimiento de ida y venida, podía ver mi pene asomar de su boca para luego entrar hasta el fondo de su boca, necesitaba que parara, quería probar cada centímetro de su cuerpo, hice que se tumbara, la bese en los labios, recorrí su cuello hasta llegar a sus pezones ya firmes, Amelie estaba con la boca semi abierta, los brazos sobre su cabeza en señal de entrega total, mordía suavemente sus pezones jugando con ellos, seguí mi camino descendiendo hasta enterrar mi lengua en su ombligo adornado con un piercing, lo estire chupándolo a la vez, seguí el camino indicado por aquel escaso bello en el monte de Venus, el perfume de su Cuervo me embriagaba, al llegar a sus labios estos se expusieron dándome la bienvenida, lamí su clítoris, este cogía volumen, mi lengua no dejaba rincón de aquel tesoro, se introducía entre los labios mayores absorbiendo todo lo que encontraba a su camino, sentí las manos de Amelie sujetando mi cabeza acompañado por los movimientos de cadera, quería enterrarme dentro descubrí vagina, saborear todo aquello abierto como flor de primavera.

-Follamé joder.-Su voz sonó entre gemidos.

No le hice esperar, me incorporé, empecé a jugar con mi pene mojándolo en sus primeros fluidos, ella je miraba esperando el momento, entre dentro de ella suavemente sintiendo en mi pene cada parte de sus paredes mojadas, estas se cerraron dejándome atrapado, sus piernas se cruzaron en mi espalda para no permitir la huida, el bombeo aumento de velocidad, ella llevaba el compás, dos cuerpos compenetrados, gire su cuerpo quedando ella encima, quería verla cabalgar sobre mi, su labio inferior era mordido por aquellos blancos dientes.se salió de mi comenzando a masturbar mi pene, yo me estaba muriendo de placer en las manos de aquella diosa, apuntó a su ano y fue enterrándolo, sentía sus estrechas paredes como se iban abriendo al paso de mi pene, sentí sus nalgas completamente apoyadas en mis ingles había llegado al tope, volvió a subir y bajar sobre mi eje, con una mano se revolvía su melena mientras que sus pechos eran estrujados con la otra, ya no podía aguantar más, ella apretó su esfínter capturando hasta la última gota.

Salió del lavabo vestida, volvía a ser la Amelie de la cena, aunque el brillo de sus ojos delataban lo que había pasado.

-Nos veremos pronto.-Me dijo antes de salir de la habitación.

Me quede sin saber que había pasado, pero notaba mi sonrisa culpable, estaba alucinando pues en ningún momento creía que eso pudiera pasar.

A la mañana siguiente recibí el mensaje de recepción, Adam me estaba esperando en el restaurante, no sabía cómo comportarme con el ni si estaba Amelie con el, me di una ducha rápida y a los Díez minutos estaba en el restaurante, estaba solo cosa que agradecí.

-Adam, buenos días.-Le dije estrechando su mano.

-Hola Andrés.

Nos sentamos, pasamos unos cinco minutos hablando de cosas triviales: el tiempo, la circulación de Londres, de la crisis europea.

-Lo tenéis muy difícil.-Lo había dicho de golpe sin darme tiempo a analizarlo.

-No lo entiendo¿qué ha cambiado?

-Esto no te lo tenía que decir, pero a estas alturas creo que pasare de los secretos de empresa, total no me pueden despedir.-Note una sonrisa incómoda.-Sabemos que os queréis expandir, eso está muy bien y nosotros necesitamos una empresa grande, pero también sabemos que no disponéis del capital para llevarlo adelante.-Cada vez me sentía peor, el hecho de que supiera nuestras intenciones de expansión me decía que había habido una infiltración, lo malo es que solo lo sabíamos tres personas Alberto, Sonia y yo, un escalofrío se adueño de mi, recordé una conversación con Paula en la que salió el tema y se lo comenté, no éramos solo tres si no cuatro.

-¿Cómo sabéis esa información?.-Mi mirada ya era fría, sentía miedo de su respuesta.

-Mira, somos amigos y no quiero hacerte daño...porque no hablas con Paula y le haces esa pregunta a ella.-Me sentí romper en mil pedazos, me sentía traicionado por la que había sido mi mujer, compañera y amante.

-¿Ha sido ella la que os lo dijo?

-Creo que es mejor que hables con ella.- Notaba como su mirada esquivaba la mía, notaba como la bilis me estaba matando.

-¿Entonces esta todo perdido?.- Se me pasaban por la mente Alberto y Sonia, cómo explicarles que por mi culpa podíamos perder la empresa.

-No, todavía la junta tiene que decidir, aún tenéis la oportunidad de mejorar.vuestra oferta.-Se quedó mirándome, analizaba lo que me iba a decir, sus ojos eran fríos de hombre de negocios, se fueron convirtiendo en los ojos de alguien que sabe que le queda poco de vida.-Andrés, vuestra oferta es solo un cinco por ciento superior, pero esto no te lo he dicho yo¿me entiendes? .-Me acababa de salvar la vida, en teoría las ofertas eran desconocidas para las empresas vendedoras, era un gran favor.-¿cómo fue ayer con Amelie?.-Me pilló en frío, pero no una ha andarme con mentiras, él se la había jugado por mi.

-Adam, realmente es fantástica.-Le dije con una sonrisa plena.

-Si y además, es fiel, yo sé que entiende el inglés, pero hago como que no lo sé, es un juego.-Nos echamos a reír los dos.

-Entonces sabías lo que pasaría después de cenar ayer.

-Por supuesto, ella es libre, mi enfermedad no me permite...ya me entiendes, y una yegua salvaje necesita que alguien la monte, y yo no pongo vallas al monte, pero volviendo a nuestro asunto, yo te aconsejaría que hablaras con Paula, usa tu influencia para sacar información de la otra empresa.

-¿ Y no me puedes decir cuál es?.-Necesitaba que me confirmara la empresa, hablaría con Barcelona y buscaríamos toda la basura que tuviera, luego la filtraríamos para que la junta pudiera tener toda la información antes de firmar.

-Gálvez & Martinez, pero es lo último que te digo, tenéis hasta mañana a las ocho, la junta se reunirá con vosotros y los asesores a esa hora, a las nueve con vuestro rival y pasado mañana se os comunicará el veredicto de la junta, y ahora querido amigo, me tengo que ir,visita con mi médico, suerte que tiene una una enfermera preciosa que si no.-Se levanto riéndose, nos estrechamos las manos y desapareció del restaurante con su cojera.

Al desaparecer de mi vista mi mente empezó a trabajar, llame a Alberto informando de todo, él se encargaría de rectificar nuestra oferta para igualar la de la competencia, Sonia se encargaría de buscar la basura de Gálvez & Martinez, mientras yo intentaría hablar con Paula, al pensar en ella sentí la presión de mi estómago, desconocía como hablar con ella sin mezclar lo nuestro, aunque quizás fuera lo mejor, me senté de nuevo, llamé al camarero para pedir una cerveza, necesitaba calmarme, iba a llamar cuando entró un mensaje de ella.

Mis dedos bailaban por encima del teclado sin saber qué contestar.

<¿Hablar de que?

Necesitaba mantener la fuerza.

Algo no cuadraba, como sabia en que hotel me hospedaba¿casualidades?

Esta vez fueron mis gracias las que se quedaron colgando sin llegar a su destino, cada vez estaba más nervioso, llame a Sonia para ver si había adelantado algo, su contestación fue que no la agobiara.

A la media hora apareció Paula en el holl del hotel, una falda corta dejaba ver sus maravillosas piernas, se había recogido su pelo en una coleta dejándola apoyada en un suéter semi trasparente que a penas cubría su sujetador negro de encaje, sus andares aquellos que me volvían loco, moviendo sus caderas creando una línea de aire, su rostro era de póquer, no podría decir que pasaba por su cabeza.

-Hola Andrés.-Sentí su perfume a la hora que besaba mis mejillas, mi garganta ahogaba mi voz.

-Hola Paula.-Nos miramos dejando que pasaran segundos antes de apartar la vista.

Salimos del hotel, tenía muchas preguntas que hacerle, pero su presencia me lo impedía, quería mantener ese ambiente el máximo tiempo posible, llegamos a un parque en el cual nos sentamos.

-¿Como estás?.-Dijo cogiendo una de mis manos.

-Bueno liado con todo esto. ¿Tú sabes algo de todo esto?

-No, y aunque lo supiera sabes que no podría decirte nada¿lo entiendes?

-Paula¿estuvisteis aquí hace dos meses hablando con Adam ?.-Sus ojos se abrieron demostrando su sorpresa.-Ahórrate las mentiras, lo sé.

-Forma parte de mí trabajo, no creo que te tuviera que dar explicaciones.-Estaba claro que aquello no iba a acabar bien.

-Sabias que eran mis mejores clientes, y no fuiste capaz de decirme que tuviera cuidado, no lo entiendo, ahora bueno en parte sería lo normal, pero hace dos meses...no lo entiendo.

-Pensaba que habíamos venido a hablar de nosotros, porque si no es así, creo que estamos perdiendo el tiempo.-Se levantó desafiándome con la mirada.

-No creo que podamos hablar de lo nuestro sin mezclar los negocios ¿desde cuando me estás espiándome?

-Desde luego lo tuyo no tiene solución, sabes lo que me preocupe por ti, lo que he llegado a pasar por ti, y me lo pagas así.

-¿Qué pasó el Domingo con Carlos ?.-Tenía demasiadas preguntas.

-El Domingo no planeé lo de Carlos, como te dije mi sustituta metió la pata con un cliente importante, estuve todo el día en la oficina, Carlos se enteró del desastre y se presentó muy enfadado, conseguí arreglarlo, Carlos se ofreció a llevarme de vuelta a casa, estuvimos hablando sobre las vacaciones y que quieres que te diga, no nos íbamos a ver en un mes, me convenció de ir a su casa a tomar una copa y si acabamos follando, pero créeme cuando salí de casa por la mañana no tenía pensado acabar así.-La veía con la vista perdida, unas lagrimas habían asomado en sus ojos, giro la cara para mirarme fijamente.- Su pelo, su mirada, me estaba volviendo loco, sus movimientos para apartarse el pelo, su forma de cruzar sus piernas esa era mi mujer, con la que había pasado los mejores años de mi vida.-Porque no pasamos la tarde juntos, simplemente caminamos sin preguntas ni trabajo solos tú y yo.

Estuvimos andando hasta la hora de la comida, elegimos un italiano para comer, tanto a ella como a mí nos encanta la pasta, nos habíamos sentado cuando recibí una llamada, me levante de la mesa para contestar bajo la atenta mirada de Paula.

-Diga.

-¿Andrés?.-Enseguida identifique la voz de Amelie.

-¡Amelie!hola.

-Tendríamos que vernos.-Se le notaba preocupada.

-¿Sucede algo?

-Adam...no sé si pasara este día.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Ha sufrido una recaída, me pidió que te mandara a buscar, quiere hablar contigo Andrés.

-¿Sabes el motivo del porque quiere verme?

-No, pero es importante, si me dices dónde estás mando un coche a buscarte.

-Si por supuesto.-Le di la dirección y quedo que en veinte minutos pasarían por mi.

Paula seguía mirándome intentando adivinar algo de la conversación.

-¿Amelie?

-Si ya la conoces, estuvisteis con con Adam y Amelie hace dos meses¿verdad?

-Si, Carlos tenía negocios y vinimos a Londres.-Me miraba esperando mi reacción, no quería tensar la conversación.

-¿Por qué te has ido del piso?y ¿Dónde vas a ir?¿con Carlos?

-No, pero podría haberme ido, él me lo propuso y me negué, no soy tan mala como crees.-Paula se frotaba las manos como si quisiera calentarse, eso me traía recuerdos a la mente; esperando las notas de su graduación, en el entierro de Xavier,en las visitas que hacíamos a los psicólogos, siempre lo hacía cuando estaba nerviosa.

Entro una llamada de Sonia, me levante para contestar, de refilón vi que Paula comprobaba su móvil.

-Dime Sonia, sabemos algo.

-Hola, yo también te quiero.-Dijo con ironía por mis palabras secas.-Solo he encontrado que tiene tres meses de antigüedad, la directora es Teresa Martinez, te mando una foto, pero de momento nada sucio, pero seguiré buscando.

-Entonces ¿porqué tanta prisa en irte del piso?.-Dije una vez que me había vuelto a sentar.

-Demasiadas preguntas¿no crees?¿Porque tú te fuiste sin decir nada?crees que eso estuvo bien, te vas y encima soy yo la que tiene que pasar un tercer grado, creo que eres injusto.

-Si quizás fui un cobarde por marcharme así.

-¿Quizás?reconoce que fuiste un cobarde, podíamos haber hablado, tú sabías perfectamente lo mío con Carlos ¡por dios!

-¿Porqué no me lo contaste cuando llegaste ? Me pase el día esperándote.

-Porque sabía que no te gustaría escuchar que había estado con Carlos ese día, pero me equivoqué, de todas formas lo supiste, si llego a saber que te lo tomarías de esta manera te lo hubiera contado.

-¿Me lo hubieras contado?¡joder! Ósea te hubieras ido a follar con el, pero claro se lo digo a Andrés para que no se enfade¡joder!realmente no sé en lo que te has convertido, ¿donde queda aquello de "somos dos en esto,tú y yo"?que tantas veces me decías...no se lo que ha pasado, quizás la culpa fue mía, pero no me jodas Paula, no me jodas.-Paula negaba con la cabeza.

-No sé de quién es la culpa Andrés, y ¿Qué querías que hiciera?durante este tiempo no había pasado nada por acostarme con Carlos, como iba a saber que te levantaríais un día y decidieras de golpe lo que está bien y lo que no, un día te sacas el cinturón después de estar un año con el, pasas de disfrutar el sexo conmigo cada vez que venía de follar con Carlos ¿oyes? De f-o-l-l-a-r, o ¿te has olvidado de eso?apuesto lo que quieras que te estás empalmando con solo recordarme llena de semen.-Paula se levanto para sentarse a mi lado.-Recuerdas cuando metías tus dedos en mi coño, se te ponían los ojos brillantes solo de pensar en cómo me habría follado Carlos.-Paula metió una mano por debajo de la mesa comenzando a frotar mi entrepierna, sentía que me abandonaba a aquella mano.-Yo completamente desnuda, simplemente mis zapatos, tú recorrías mi cuerpo que había sido usado por Carlos, sabes le gusta follarme encima de la mesa de trabajo, a veces hace entrar a cualquier secretaria en el momento que se la estoy chupando.-Su mano se había colado en mis pantalones asiendo mi pene por encima del slip, sentía su calor.-Ella se queda parada viéndolo, hace que me levante para apoyarme en la pared, juega con mi ano, mientras la secretaria esta roja sin saber qué hacer o decir, noto como apunta haciendo que se vaya dilatando hasta que está completamente dentro.-Mi pene estaba secuestrado por Paula, comenzaba a subir y bajar su mano.-Entonces comienza a follarme el culo salvajemente hasta que se corre, pero yo no me limpio, no, soy una guarra, espero llegar a casa porque sé que te gusta verme llena del semen de Carlos.-Sentí como me corría llenando la mano de Paula.

-Ves, yo no tengo la culpa de todo, si querías haber cambiado tu manera de ver las cosas podríamos haber hablado, pero sabes, tú quieres ser un cornudo y a la vez tener el control de todo.-Paula se limpió con la servilleta, dejándome sentado y sin saber qué hacer o decir se perdió saliendo del restaurante, pude ver cómo alzaba la mano para llamar a un taxi.

A los cinco minutos vi aparecer a un hombre vestido de traje, hablo con uno de los camareros y este me señaló, al momento se presentó delante mío, parecía una torre, seguramente estaría en un metro noventa, su musculatura hacía que su traje le quedará a la perfección.

-¿Señor Andrés?.-Su acento me indicó que no era inglés, si no americano.

-Si.-Respondí

-La señora Amelie me mando a recogerlo, si es usted tan amable de seguirme.-Ese hombre enfadado debía de dar mucho miedo. Me vino a la cabeza lo que acababa de oír "La señora Amelie me mando a recogerlo" lo más normal hubiera sido "El señor Adam me mando a buscarlo"¿Qué poder tenía Amelie?

Una vez montado en el Jaguar negro, repase lo acontecido, me entró un email de Sonia con la información de Teresa Martinez, veintidós años, en la foto se le veía con un traje negro de ejecutiva, lo que me preocupo fue que Sonia no había encontrado nada sobre ella, ni amigos, ni su expediente de estudios, nada de redes sociales, era como si hubiera sido un fantasma, no me encajaba, los tres meses de antigüedad de la empresa y que pudieran hacer esas ofertas era sospechoso, y solo veintidós años...eso no era posible a no ser...que tuviera un tiburón detrás y ella solo fuera un títere.

Tardamos casi una hora en llegar, entre que el tráfico de Londres estaba imposible y que la residencia estaba a las afueras de Londres se me hizo una eternidad, cosa que me ayudó a darle muchas vueltas a mi cabeza¿Qué deseaba Adam de mi? ¿Y Paula ?¿Teresa Martinez era un títere?¿Quién manejaba los hilos en toda aquella maniobra?

Al llegar vi el poder económico de Adam, tardamos casi veinte minutos desde la valla hasta llegar a una casa colonial que debía tener doscientos años de antigüedad, el coche me dejo en la entrada principal, unas largas escaleras te hacían pensar en las personas importantes que habrían pisado esos mismos escalones,un cierto vértigo se apoderó de mí, desconocía lo que ocurriría una vez traspasados esos muros.

Al llegar a la puerta está se abrió descubriendo a una mujer de unos cincuenta años, vestida de traje, pelirroja y sus pecas como señal de escocesa.

-Sr.Andrés, sígame le esperan en la biblioteca.-El servilismo inglés me desesperaba, eran tan clásicos que hacían que mis nervios se pusieran a flor de piel.

El largo pasillo nos llevó hasta una puerta corredera, al abrirse esta descubrí una de las mejores bibliotecas que había visto, una sala circular en la cual podías perder la vista, unas escaleras correderas de madera permitían acceder a los libros situados a quince metros de altura.

-¡Andrés!¿Cómo estás?.-Era Adam sentado en una silla de ruedas.

-Bien, ¿y tú cómo vas? Amelie...

-Bien, bien Amelie se preocupa mucho, por favor siéntate.-Dijo señalando un sofá situado en el centro de la sala.

Adam abandonó su silla para sentarse al lado mío, sin darme cuenta mire al rededor buscando a Amelie.

-No te preocupes, vendrá en cinco minutos.-Dijo adivinando mi pensamiento.

-No perdona, estaba admirando tu biblioteca.-Dije intentando disimular mis verdaderas razones de la visual que había hecho.

-¿Quieres tomar algo?

-No gracias Adam, me gustaría saber porqué estoy aquí.

-Jaja, como sois los españoles, esa sangre caliente os va a matar, una de las razones de las que estés aquí es para pedirte perdón.-Se quedó mirando mi cara de desconcierto, no entendía nada.

-Perdona, pero me he perdido.

-Supongo que lo que te voy a decir no te será fácil de asimilar, pero te pido un poco de paciencia¿podrás?

-Claro, por supuesto.

-Lo primero es que no me quedan seis meses de vida, me muero pero todavía me quedan un par de años, te preguntarás el hecho de mi mentira.-Yo asentí con la cabeza, me sentía perdido.-Como bien sabes en la junta hay sangre nueva, tienen hambre de poder y harán cualquier cosa por conseguirlo,y yo soy viejo y encima enfermo pero no tonto, sé que conspiran contra mi, llevo dos años investigándolos, pero la mejor forma de conocer a un tiburón es darle carnaza, simule la gravedad de mi enfermedad para saber cuál de ellos me era fiel, lo malo fue que eche demasiada carnaza y aparecieron demasiados tiburones, por cierto la primera fue mi ex mujer, en eso no te mentí,¿Me sigues?.-Había parado para comprobar el efecto de sus palabras sobre mi.

-Si creo que si pero yo...

-Tu eres parte en todo esto.-Dijo sin dejarme acabar.-Déjame acabar y lo comprenderás, otra mentira que te dije es sobre Amelie, es mi hija, nadie lo sabe excepto tú ahora, siempre la cuide en Francia, es mi única heredera.-Yo seguía sin entender que pintaba yo en todo este asunto.-Pienso dejarle todo a ella, la mayoría de las acciones serán de su propiedad, pero necesito que le eches una mano.-En ese momento me había dejado congelado.

-¿Yo?¿porqué yo?

-Te he estado investigando, lo sé todo sobre ti.-Me daba miedo pensar si en verdad sabía todo de mi.-Se el esfuerzo que has hecho para levantar una nueva empresa, conozco lo que sufristeis tras la muerte de tu amigo Xavier, no creo que haya otra persona más capacitada para ayudar a Amelie.

-¿Pero mi empresa?no puedo dejar a Alberto ni a Sonia.

-Todo a su debido tiempo Andrés.

Se oyeron las puertas correderas, Amelie apareció con un traje chaqueta blanco, llevaba su pelo recogido en una trenza, traía un gran sobre en su mano izquierda.

-Hola Andrés, gracias por haber venido.-Dijo dándome dos besos.

Se sentó al lado de su padre.

-Supongo que mi padre te ha contado una parte de la historia.

-Si.-Estaba totalmente confundido.

Este sobre es para ti, acepta este regalo como símbolo de nuestra unión empresarial.-Dijo tendiéndome el sobre marrón.

Al abrirlo vi un paquete de fotografías, una punzada en el corazón hizo que me llevara la mano al pecho, estaban tomadas en algún club o discoteca, eran Paula y Sonia, primero se les veía hablando, en otra se estaban besando mientras bailaban, me quede mirando al padre y la hija sin reaccionar.

-Estas fotos fueron tomadas ayer por la noche.-Dijo Amelie.Pero hay un pendrive con vídeos, he ordenado que te preparen un dormitorio, si deseas seguir con nosotros, por la reunión con la junta avise de la recaída de mi padre y propusieron la reunión para la semana que viene, necesitábamos tiempo para podernos organizar, si deseas te acompaño a tu habitación, dispones de un ordenador para poder ver el pendrive, creo que te resultará interesante.

Nos levantamos y la seguí gasta una habitación, antes de dejarme Amalie me cogió una mano y mirándome.

-Que conste que no hago esto para herirte, pero tienes que saber que puedes confiar en nosotros.

Entre en la habitación y efectivamente tenía un portátil, me quede mirando el pendrive, me daba miedo lo que podría encontra, encendí el ordenador y lo coloque, a partir de ese momento ya nada volvería a ser lo dé ante.

Continuará.