Después de la ducha
Acababa de salir de la ducha. No se seco muy bien. Del pelo caían unas gotas que recorrían toda su espalda y se perdían en su cintura, justo en el borde de la toalla.
Después de la Ducha.
Acababa de salir de la ducha. No se seco muy bien. Del pelo caían unas gotas que recorrían toda su espalda y se perdían en su cintura, justo en el borde de la toalla.
Se pone frente al espejo y suelta la toalla de la cintura, para secarse bien en resto del cuerpo. Deja al descubierto un culo apretado, limpio, virgen, chiquitito y respingado, con un hilo de vellos que dan ganas de recoger su olor, degustar sus sabores, recorrer su profundidad.
Se agacha a secar sus pies, dedo por dedo y me ofrece su mejor ángulo, que logra mostrar lo más profundo de su ser.
Por otro lado, el reflejo del espejo muestra un gran, gran y armónico miembro, con dos grandes pelotas que le cuelgan, lleno de vellos de dan de lamer y acariciar.
Su pene comienza a ponerse morcilloso, con el secado y masaje de su cuerpo que se está realizando al secarlo por completo, muestra un miembro sin circuncisar que pide a gritos que me acerque a probar su calor.
Se da vueltas en la habitación buscando ropa interior, creo que ya sospecha que lo estoy espiando y sigue ofreciendo su cuerpo al espectáculo.
Así como estaba, desnudo y sin pudores, se acerca a mi cama y me pregunta si he visto sus bóxer, yo abro mis ojos lentamente, haciendo como si recién me estuviera despertando y me sorprendo con lo que veo casi a la altura de mi boca se encuentra un pene semi erecto que me invita acogerlo. Guardo la compostura y le digo que al parecer no le han traído la ropa limpia, así que cogiera algún bóxer mío de la gaveta y se lo pusiera.
Me pregunta donde están, ahí en la gaveta le vuelvo a repetir, no los encuentro levante me responde. Se acerca nuevamente a la cama y coge toda la ropa y me destapa, al hacerlo se da cuenta porque no quería levantarme. Una erección da cuenta que lo estaba espiando y que claramente su espectáculo desnudo había hecho efecto en mí. De forma automática tapo mis genitales, de una forma bastante absurda. Él se ríe y me saca las manos y dice:
"Por lo visto me estabas espiando y te gusta mucho lo que ves" , yo le responde "Al parecer a ti también", puesto que su pene se encontraba en completo esplendor.
Sin más que decir se sube encima de mí y comienza acercar sus labios a los míos, nuestras manos se buscan, nuestros penes chocan entre sí demostrando su virilidad. Mete poco a poco su lengua en mi boca, yo la pruebo y luego hago lo mismo, recorro su cuerpo con mis manos por cada uno de sus rincones.
Se separa de mis labios y comienza a bajar por mi cuello, succiona mis tetillas provocándome un placer indescriptible, sigue la línea de mis vellos, llega hasta el ombligo, sigue bajando toma mis testículos los succiona e introduce en su boca, poco a poco se va dando vuelta quedando cómodamente en la posición de 69. Cada uno juega con el miembro del otro, recorrimos desde la base hasta la punta, abrimos el prepucios recogemos los jugos pre seminales que se escapan por la uretra. Él va más allá, busca mi culito sigue la huella entre el pene y éste. Comienza suavemente a introducir su lengua, ésta recorre todo mi interior, entra y sale, posteriormente la acompaña de uno, dos y hasta tres dedos, cuando logra dilatarme lo suficiente, me dice:
"Prepárate, quiero hacerte completamente mío". Le dogo, "Vamos hazme hombre y disfrutemos juntos".
Se coloca un condón con sabor a frutilla, puesto que lo ayude a lubricarlo antes de que comenzara a darme placer.
Poco a poco introduce la punta de su pene, me hace gritar, él trata de sacarlo y le digo que no, que deje que se acomode, me hace caso y comienza poco a poco a seguir introduciendo el tronco, mis piernas se encuentran sobre sus hombros, cada vez el ser extraño se acomoda en mi interior. Entra y sale, sale y entra, provocando placeres nunca antes sentidos en mi.
Se acerca la cúspide de la acción, comienza cada vez más rápido el entra y saca, es cada vez más excitante. Sigue aumentando los movimientos, toma mi pene y comienza a masturbarme al compas del meta y saca, al parecer nos encontrábamos en shock, aumentamos ambos los movimientos "Vamos, vamos, sigue así, vamos a llegar, sigue así, si vamos, te quiero vamossssssssssssss AAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH".
Ambos eyaculamos, me siento en el paraíso, bajo mis piernas de sus hombros, poco a poco comienza a sacar su pene de mi ano, ambos van disminuyendo de tamaño y le saco su condón, cada uno limpia los restos de semen del otro y unimos nuestro amor traspasando el sabor de nuestros líquidos.
Nos miramos y abrazamos agradeciendo cada unos los buenos momentos pasados.
Seguimos besándonos y nuestros penes duros dicen que están nuevamente listos para la acción.
Es el momento de cambiar posiciones .
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