Después de la clausura (4)

Para relajarse después de la tensión del congreso, se reunieron en un bar y ahí cada quién confesó su tendencia sexual

DESPUÉS DE LA CLAUSURA (4)

Las actividades del congreso fueron pocas, pero en  esos 4 días que duró fue cuando aprendimos Horacio, mi esposo, y yo, desde hacer amigos, o reencontrarlos, como sucedió con Gloria, que llegó a ser parte de nuestra familia o  matrimonio entre tres.

Aprendimos a vivir un congreso, movernos entre esa multitud y lucirnos como mujeres hermosas y deseadas, provocando a todo aquel que sabía apreciar mujeres sexis.

Tuvimos la gran oportunidad de experimentar sexo con un hombre lindo y cariñoso que a la vez estaba superdotado en sus características masculinas, que aprovechamos a nuestro gusto, ese fue Paul.

Practicamos nuestro idioma francés, que habíamos aprendido y que disfrutamos en nuestro viaje a París, con una pareja canadiense, Pierre y Madelaine que gozamos como amigos que participaron en todas esas experiencias íntimas de pareja con cada uno de los señores.

Además, conocimos a Chris y a Ashley, directivos del hotel, quienes también aportaron su muy importante parte que ayudó a hacer mucho más grande el goce y que participaron en actividades que realizamos.

Pero después del congreso, más desinhibidos, continuamos con nuestras actividades relacionadas entre todos los participantes. Fueron 20 o 21 días de goce y placeres.

En mis artículos anteriores ahí aparecen muchos detalles de lo que habíamos vivido esos días.

Al terminar las festividades de la clausura y aún en el salón, Chris llevó a Horacio hasta la mesa en donde todavía estaban Paul, Madelaine y su marido Pierre. Propuso fuéramos a un restorán en el Rio, con posibilidad de bailar, discreto y muy amable. Ella se encargaría del transporte. Fuimos a nuestro cuarto, nos aseamos e intercambiamos algunas noticias. Horacio estaba presente, escuchando y en eso comentamos Gloria y yo que Madelaine y su marido nos habían visto cuando estuvimos haciendo sexo con Paul. Madelaine me dijo que nos envidiaba, que ella quisiera haber estado con nosotras y con Paul, haciéndolo entre las tres.

Madelaine, que es una mujer bastante hermosa y  muy vistosa y agradable, no sabía cómo hacer que su marido aceptara que de vez en cuando ella tuviera solo aventuras, ningún destrampe. Y nos había preguntado si sabíamos cómo ayudarle, que ella vivía desesperada y que se estaba volviendo vieja, sin haber tenido estas oportunidades.

Gloria, la de las ideas, me preguntó si resolvíamos entre los tres el sufrimiento de la pobre de Madelaine. ¿Por qué los tres?, necesitábamos de Horacio que él, como podía hablar con ella en francés, la podía convencer. De Pierre nos encargaríamos Gloria y yo.

“¿Estamos de acuerdo?” preguntó Gloria,

“¡Claro, Horacio tú tienes que desarrollar tus dotes de conquistador y estar de acuerdo con lo que ideemos nosotras!”

“¡Estoy de acuerdo, creo voy conociéndolas! ¿Pero qué es lo que yo voy a hacer?”

“De lo que se trata es de que al fin de cuentas Madelaine se acueste con Paul, aunque sea después de ti.”

“O antes. Pero tiene que sacudirse de su marido, nosotras nos encargaremos de él.”

Chris ya había organizado el transporte, una van de varios asientos, Gloria los asignó:

Hasta atrás, Pierre y yo, en medio Gloria y Paul, en el siguiente Horacio y Madelaine. Dejamos la fila delantera para Chris, que creíamos iba a viajar con nosotros.

Partimos y a Pierre se le cocían las habas para hablar conmigo, quería saber cómo nos había ido con Horacio y como se enteró que habíamos estado haciendo sexo con Paul. Le di una buena explicación y le pregunté por qué él no le daba esa libertad a Madelaine. Según él era porque ella no lo deseaba.

“¿Si llega a saber que tú lo haces, ella se molestaría?”

“Probablemente sí, mucho, pero, dime, ¿tienen ustedes aventuras de sexo muy frecuentes?” Preguntó

“No las buscamos nunca, las que hemos tenido han sido sin buscarlas y hemos gozado enormemente. Cuando él participa solo, él nos dice lo que hace, lo que sintió y lo mismo hacemos nosotras.”

“¿Te gustó lo que viste que hicimos con Paul?, ¿No te hubiera gustado que también tu mujer hubiera tenido esa oportunidad de tener a alguien fuera de lo común, y hubiera disfrutado esa oportunidad única? ¡Y, mira, que hubiera gozado la experiencia de haber experimentado sexo con alguien con el pene del tamaño del de Paul”

Aunque no nos lo había confirmado él, nosotras ya sabíamos que sí nos habían visto.

“¡Creo que sí!”

“¡Pues déjala, a ver si les conseguimos esa sorpresa a los dos!”

Me abrazó y le respondí a sus caricias que llevaron mi mano hasta la abertura de sus pantalones que ya desde hacía rato había empezado a acariciarle. Me apoderé de su pene, que ya estaba bien paradito, y se lo comencé a chupar, a masturbar. Él se movía, aunque me tenía abrazada de la espalda, levantaba su pelvis para que me entrara más en mi boca. De repente explotó dentro de mi boca, no teníamos nada con que limpiar en el caso de que se saliera un poco de su semen. Sonriendo le dije que no se preocupara,

“¡Déjalo salir, vente en mi boca, yo te ayudo!”

Así lo hizo y yo sentí hermoso el haberme tragado su semen y haberle dejado limpio su pene, sin huella. Un acto que vino a aligerar la tensión entre ellos. Me di cuenta de que su pene es muy parecido al de Horacio, ni muy corto, ni lo contrario y hermosamente grueso.

Mientras tanto Horacio se había encargado de manosear a Madelaine, a chuparle y besarle los senos y a dejarse que ella se la sobara.

Llegamos y a la carrera nos vestimos, pero no había tiempo para corregirse las ropas, Gloria me ayudó y al pasar Pierre frente de ella, lo besó y le pasó la mano por su pene confirmándole que ella también estaba enterada de lo que me había hecho, aunque ya lo tenía guardadito dentro de su pantalón.

El restorán muy bonito y acogedor ahí estaban ya Chris que vestía una falda corta, beige y Ashley vestía su pantalón y chamarra color negro, que habían llegado en su motocicleta. Como siempre, con un aspecto despampanante atrayendo las miradas de los presentes. Chris montada con su faldita enseñando piernas bonitas.

Ya acomodados y para empezar, lo primero que pidió Gloria fue un Dry Martini, con dos aceitunas. Al recibirlo le sacó las aceitunas, las dejó en su plato y cuando todos estábamos bailando pasó las aceitunas al platito de Paul. Horacio bailaba con Madelaine, habíamos quedado que cuando le hiciéramos una seña llevara a sentar a Madelaine con algún pretexto. Yo bailaba con Paul, así que cuando vi que todo estaba listo lo llevé a sentar. Inmediatamente Horacio llevó a Madelaine a su lugar. Paul descubrió las aceitunas, se sonrió, volteó a ver a Madelaine, que también le sonrió y se pasó al asiento contiguo.

Madelaine no estaba informada del mensaje de las aceitunas, pero se dejó llevar. Paul, al saber de qué Madelaine y Pierre habían presenciado lo que él había hecho con nosotras, y recordar que la había deseado durante los años que trabajaron juntos, se olvidó de los protocolos y vio la oportunidad, él creyendo que ella lo estaba tratando de conquistar y las aceitunas era el mensaje de invitación.

Madelaine llevaba una faldita bastante corta, beige, calculé que estaba fácil de levantar discretamente de lado, y fácil de llegar hasta sus pantis.

Nuestra mesa quedaba hasta la pared, así que había discreción y nadie podría ver por detrás, Paul la besó apasionadamente, ella contestó sus besos y se dio cuenta de que Paul le metió una mano por debajo de su faldita y repentinamente unos dedos en su vagina, a pesar de que ella había mantenido las piernas juntas y apretaditas, después de eso vimos que Paul tomó las aceitunas y se las insertó dentro de la pantaleta que llevaba puesta, que le quedaba pegadita y apretada, sobre sus labios vaginales.

Gloria y yo no perdíamos detalles, observábamos con mucha atención lo que Paul le hacía y nos excitábamos más, en eso recordamos que nosotras ya llevábamos unas aceitunas entre nuestros labios vaginales y habíamos prometido no perderlas y comprendíamos el mensaje que Paul nos había enviado y que ahora, con nuestra intervención, lo extendíamos a Madelaine, la pobre no sabía el porqué del repentino cambio de Paul.

Desde ese momento Paul estuvo muy nervioso. Se cuidaba que no fuera a notar Pierre que estaba manoseando a su mujer, ni que nosotras tomáramos nota de sus maniobras con Madelaine, que sabíamos que la había estado deseado por varios años en que ella trabajó para él, así como ella a él.

También Madelaine cuidaba de que al decir algo, Horacio no pensara que ella sabía algo de lo que habían hecho sus mujeres.

La plática estuvo muy amena, veladamente orientada a lo que nosotras habíamos hecho con Paul, aunque al principio no se mencionaba claramente pero después lo mencionamos abiertamente. Todos nos consideramos de criterio amplio y nadie se asustaba por algún hecho o acción que hubiera hecho.

Ashley preguntó que si nos atrevíamos a confesar delante de todos hechos homosexuales en los que hubiéramos participado. Los señores ponían mucha atención y resultó que ninguno de ellos dijo haber tenido una relación con alguien de su mismo sexo, pero de nosotras todas mencionamos algo que nos pareció homosexual, o lésbico que habíamos tenido en nuestras vidas. Ninguno criticó y todos estuvieron de acuerdo. Noté que todos ponían mucha atención al tema que se apreciaba algo lujurioso.

Ashley, que fue la que inició el tema, platicó de que muchas veces está desesperada por la falta de amigo, que Chris tiene la virtud de platicar muchas cosas calientes y que ha habido veces en que Ashley no se puede contener y hace uso de ella, se le echa encima, que Chris nunca pone objeción, es muy linda y buena hermana.

Gloria y yo nos miramos pensando lo mismo y ella hasta se lamió sus labios, que yo interpreté, como mal pensada, que me decía que estaba buena para comérsela. Sí, mostraba signos de aceptar amigas y es una chica con un cuerpo precioso.

Chris aceptó los comentarios de Ashley y agregó que se deja porque la ve muy bonita, que en realidad sí es bonita, y está muy buena y las historias que ella le cuenta se refieren a mujeres hermosas, deseosas que se desviven por tener a sus hombres. Las dos enfatizaron que tienen preferencia por hombres, sus relaciones con mujeres solo son descargas del momento. Todos las comprendimos y los tres hombres presentes se sintieron obligados y gustosos a ayudarles.

Gloria confesó que había tenido el clímax de su relación lésbica cuando bailó conmigo Lambada, antes no, a pesar de que en los cruceros sí es una práctica muy común.

Yo confirmé lo que confesó Gloria, pero agregué que, más que nada tengo tendencias voyeur y me encanta presenciar a otros teniendo sexo, eso me ha hecho que muchas veces meta mano cuando otros me lo permiten, a la mera hora de su sexo y me complace cuando veo a Gloria haciendo sexo con mi marido.

Madelaine confesó, sintiéndose muy cohibida, que ella sí había tenido una amante cuando estaban en la escuela de peinadora, pero nunca se había sentido bien y fue la otra chica la que la inducía, pero que nunca llegó a tener el sexo maravilloso que se tiene con hombres y ahora desea mucho sentir lo que se siente con un hombre como Paul, como con Pierre y con Horacio. Eso llenaría su estuche de recuerdos de sexo. Con Pierre tiene muy buen sexo, medio complicado porque él es algo celoso, pero llevadero. Siempre promete que va a cambiar, parece que ahora sí, con el ejemplo que le está dando Horacio.

Por lo que fuimos confesando pensé que todas teníamos inclinaciones bisexuales, unas más que otras, pero Gloria se adelantó en su juicio y me dijo al oído que se daba cuenta que a estas dos les gustaban más amarse entre ellas.

“¿Pero que tal si las ponemos al rojo vivo?”, me dijo Gloria entre nosotras.

Nos reímos, pero en nuestras mentes iniciamos a idearnos cómo lo podríamos hacer. Mientras seguíamos platicando entre todos. Eso sería para más adelante.

Horacio les confirmó que sus dos mujeres le contaron lo que había sucedido con Paul. Se sentía orgulloso de que ellas lo hubieran tenido.

“Conmigo, creo son felices, vivimos una vida pacífica, planeada, tenemos ocasiones para vivir aventuras, a veces juntos, otras cada uno por su lado, y eso no nos molesta, pero muchas veces nos reconforma y nos da la oportunidad de sentirnos felices.” Lo dijo, aunque solo se refiriera a estos pocos días juntos, pero era nuestro sentir honesto, que así eran nuestras relaciones.

“¿Pero ¿cómo le haces con las dos esposas que tienes y que se ve que son super calientes y demandantes?” preguntaron varios a la vez.

“Muy fácil, ellas se encargan de ser justos y equitativos. Los tres tenemos nuestros días fuertes, en que deseamos, otros no. El éxito que hemos tenido está en ellas.”

“Esta vez, ellas tuvieron su aventura sin ti. ¿Te sentiste mal?” preguntó

Ashley.

“¡Claro, no sabía quiénes fueron con los que habían tenido sexo y ellas llegaron todas traqueteadas y maltrechas, yo solo acepto si me las tratan muy bien, si las lastiman no lo acepto!”

“¿Qué sentiste cuando te dijeron que yo, y solo conmigo habían hecho sexo?” Preguntó Paul.

“¡Bien bonito y alegría porque ellas tienen que ir teniendo aventuras que les dejen recuerdos inolvidables!”

“¿Qué más quisieras para ellas?”

“No creerás, quiero presenciar que les haces sexo, tan bonito como con ellas dos, a Madelaine, a Chris y a Ashley, solo si ellas lo desean, claro. Mis mujeres también lo disfrutarían y lo desean presenciar.”

“El tiempo es corto, solo quedan dos noches para que todos regresemos a nuestros negocios. Mis mujeres también quisieran despedirte de ti.” Agregó Horacio.

“¿Has tenido tú aventuras fuertes y tus mujeres lo han aceptado?”

“¡Sí, y no he tenido reclamos, ahora se trata de ellas, otro día será el mío!”

“Tú, Pierre, ¿aceptarías que tu mujer se acostara conmigo o con Horacio, los dos la deseamos y le trataríamos de dar lo mejor de nosotros?”

Hubo un silencio y le preguntamos:

“¿Tu, aparte de tu mujer, con cual otra desearías acostarte?”

“Es muy difícil contestarte esto último, las cuatro se me antojan enormemente, además de mi mujer y yo …  ” (después de una pausa)  .. “¡SÍ DEJARÉ QUE MADELAINE SE ACUESTE CON PAUL O CON HORACIO, uno por uno o los dos a la vez!, ¡ME ENLOQUESE ESA IDEA! ¡QUE ME LA APORREEN TAMBIÉN!”

Chris y Ashley tuvieron que retirarse como habían quedado desde un principio, pero, como ellas dijeron que se iban, fue en el momento más excitante de nuestra reunión, quedamos que esa plática la continuaríamos al día siguiente, sábado, a la orilla de la alberca en el jardín de la azotea, a las 10, acompañada del bronch.

“¡No falten, ahí estaremos, nosotras entramos al turno de las 2 de la tarde, tendremos suficiente tiempo!” Y así nos comprometió Chris.

No sé qué idea se habían hecho los señores, pero la ausencia de Chris y de Ashley los enmudeció, fue Gloria, para variar, la que levantó el ánimo y preguntó:

“¿Vamos a dejar que se pierda esta noche, la última en que estaremos juntos?, ¡Ánimos, que queremos ver tanto a Madelaine como a Paul en acción!” A lo mejor, si no era esa noche más adelante no se iba a lograr ese contacto, pensó.

Los tragos y lo calientes que todos estábamos relajaron las tensiones y tiraron las barreras. Por unanimidad decidimos irnos todos juntos a la suite de Paul, en el camino se estrecharon más los sentimientos y pasiones, Horacio se encargó de Gloria, Yo de Pierre y el centro de nuestras esperanzas era claro, Paul y Madelaine. Todos queríamos llegar todavía bien calientes y cargados hasta nuestro destino, así que en el camino solo platicamos y nos manoseamos un poco.

En la suite de Paul ya nos esperaban las bebidas, Gloria preparó 3 Dry Martini’s, cada uno con una sola aceituna, solo para las damas, para los señores otras que ellos pidieron. Después del “¡salud!” Gloria nos pidió las aceitunas y se las pusimos a Paul en su platito que Gloria le había puesto.

“¿Porqué, o qué quieren decir las aceitunas con Paul?” se preguntaron Horacio y Pierre. Nosotras tres soltamos la carcajada y Paul solo sonrió, pero estaba colorado de pena.

“¡Significa la fraternidad que hemos formado entre las tres!” Dijo Madelaine riéndose.

“¡Las tres debemos de poseerlos a cada uno de ustedes, Gloria y yo ya poseímos a Horacio y a Paul!, ¡nos falta Pierre!”,

“¡pero a Madelaine le falta Paul y después hacerlo bien con Horacio!” Dije yo.

La reacción de Madelaine fue muy bonita, fue con Pierre, algo le dijo y luego ya fue con Paul, lo abrazó y besó alocadamente, le quitó la camisa y lo besó en todo su pecho, chupándole los pezones, se los agarraba con las palmas de la mano y se los jalaba. Paul gozaba todo lo que le hacía. Y Pierre, que observaba de reojo, también.

Propusimos dejarlos solos, pero a la hora de salir del cuarto Madelaine nos llamó y le preguntó a Paul si no le importaba que nos quedáramos. Paul no solo estuvo de acuerdo, nos pidió a Gloria y a mí nos recostáramos junto a ellos, no dijo si desnudas o no. Madelaine desesperada nos quitó la poca ropa que aún llevábamos y nos jaló a que estuviéramos a cada lado, nos dijo que le estaba dando el gusto a Paul, que así lo quería y a los dos señores, que así lo gozaban.

Al pobre de Paul lo había dejado con los pantalones puestos, Madelaine se lo comía a besos, era otra mujer diferente a la que ya nos habíamos acostumbrado, aquella mujer medio apagada, pacífica.

Entre Gloria y yo le terminamos de bajar los pantalones y calzoncillos, ya Madelaine sí se asustó del tamaño y dijo, casi gritado

“¡AY, es verdad, lo quiero, pero no sé si podré!”

“¡Claro que podrás, es grande, pero tú, como mujer, tu vagina es elástica, te va a gustar!” y le sobó sus labios vaginales, no se atrevió a lubricárselos, nosotras dos nos encargamos de eso y de dejarle el pene de Paul, que no paraba de agradecérnoslo, bien lubricado y hasta se lo dirigimos al pubis de Madelaine.

Madelaine, de tantísima excitación, estaba empapada, así que el inicio de la penetración se veía fácil, pero ella se apretaba, nosotras no sabíamos que decirle, Gloria con la mano le empujó la cabecita a su entrada, Madelaine sintió cosquilleo y en eso aflojó las piernas. Paul, que había prometido ir lentamente como nos había hecho a nosotras, de repente se dejó ir, creo que se le resbaló y Madelaine chilló, no entendimos que dijo, pero Paul se la sacó totalmente, creíamos que estaba lastimada pero no, se sacudió, rio y jaló a Paul, esta vez se clavó ella misma, bastante profunda. Claro, como con Gloria, diciendo muchas cosas que no entendíamos, pero comprendíamos que eran de placer.

La observábamos, un cuerpo hermoso, pero no la tenía todavía hasta adentro, pero se retorcía, se contorneaba y a ratos, al estar boca arriba, bombeaba levantando su cadera para provocar que le entrara más al elevar el pubis, pero veíamos que ya no le entraba más, pero se reía y gritaba de gusto, besaba a Paul en todas partes. En un momento le entró la desesperación y bombeó muy rápido y por largo tiempo logrando que Paul llegara a su máximo.

Los dos lograron tener un orgasmo a la vez, pero Paul se vio débil, me hice a un lado y le dejé espacio para que se recostara entre Madelaine y yo. Madelaine se quedó boca arriba, quieta, sin hacer ningún movimiento. Gloria desesperada le cogió las manos a Madelaine y se las llevó al pene de Paul, ya flácido y embarrado de los productos de sus sexos. Al rato la jaló del cabello y la guio a que le acariciara el pene a Paul, ya fuera con sus pechos o con su boca misma.

Madelaine se sorprendió y como preguntando ¿lo tengo que hacer? Gloria le dio el ejemplo y le chupó el pene y le mostró cómo debería de seguirle, se retiró y dejó que Madelaine se apoderara de él, lo hizo muy bien hecho, casi como una experta y logro que se le volviera a poner algo paradito y lo hizo con mucho gusto.

Pierre y Horacio presenciaron todo, se desvistieron y se arrimaron a nosotras dos con intenciones de hacernos lo mismo, notamos que los dos se enfocaron en Madelaine, que acababa de tener sexo, y pretendían hacer sexo inmediatamente con ella, parece que es una reacción involuntaria, como de terminarle una acción que quedó inconclusa.

Paul aún estaba a mi lado, yo no me dejé que me lo ganaran y ya que lo tenía de nuevo paradito, como perra caliente, volví a comérmelo. Gloria, al verme solo se preparó, pero no tomó ninguna acción, Paul la atrajo hacia él y nos dijo en secreto, que a las dos nos quería tener de nuevo, juntas. Se quedó recostado, boca arriba y quería chuparnos, acariciarnos y gozarnos todas las piernas a las dos, que dijo que a él le gustaban mucho, así que nos pusimos de rodillas a sus lados. Ahí nos acarició las piernas y nos metió dedos en nuestros labios, excitándonos nuestros clítoris, un gran experto. Sabía que al acariciarnos la piel del vientre, de los senos, de nuestros muslos, enloquecen a cualquiera. ¡Y su mano entre las piernas de cualquier chica!

“¡AY, QUE RICURA!”

Al lado Horacio ya se había adueñado de Madelaine, ésta le hacía sentadillas sobre su pene y ella estaba feliz gritando, buscando su orgasmo. Después de un rato, se recostó sobre el pecho de Horacio y Pierre se le acercó por detrás. Gloria, Paul y yo volteamos a ver, por calientes, a ver que le iba a hacer Pierre a Madelaine, yo ya me imaginaba que se la iba a meter por detrás, por su ano, como yo sabía. Creo que Paul y Gloria pensaron lo mismo y yo solo recordaba.

No, Horacio la sacó y a Pierre le tocó el turno de metérsela en la misma vagina, prácticamente de perrito. También nos pasó por la mente que se la iban a intentar meter los dos en la misma vagina, que ella ya estaba aflojadita después de lo que Paul la había abierto. Vimos cómo Pierre se desplomó con un orgasmo, le llenó de su semen su pepita y Madelaine se quedó sobre Horacio, con su pecho sobre pecho de Horacio, sin movimientos solo dejando que se le escurrieran las lechitas. Horacio la levantó un poco y le acomodó su pene dentro, ella se enderezó y lo dejó entrar, montada, hasta que se vino. Exprimió otro semen, se ha de haber sentido exquisita, llena, con semen de tres hombres, de los tres que ella había deseado y lo mejor de todo, que su marido lo había presenciado y ya no tendría pretextos, estaba segura de que iban a cambiar sus relaciones para bien. Increíble, ¡como aguantó!

Le pidió a Horacio que se acercara a ellos, que estaban abrazados y lo besó abrazándolo. Cuando se dio cuenta que Paul estaba disponible, delante de Horacio y de Pierre, fue con él, le chupó su pene y se lo besó. No le cabía en la boca, pero se lo metía hasta donde ya no se ahogaba, lo sacaba y lo volvía a meter, el pene ya no estaba tan grande pero lleno de saliva.

Todos estábamos alegres, reíamos y hacíamos bromas, pero la que más estaba alegre y no se podía ni contener, era Madelaine, jugueteó y tomo de más. Según Pierre, ella nunca tomaba más de un límite, pero en esta vez estaba tan contenta que rompió su patrón de comportamiento.

“¡Estoy completa, llena, no me falta nadie!” gritó repentinamente en francés.

Yo recordé la frase que me repite Maurice y le dije:

Tu es la plus belle femme qui a les plus belles jambes, de belles fesses et un magnifique cul. ¡Y se emocionó! Pero se me quedó viendo y le pregunté por qué, pero después me diría.