Después de la boda (07: Veteranos y reclutas)

Los tres treintañeros Jorge, Mauri y Willy se divierten de lo lindo con los tres dotadísimos maduros Joaquín, Germán y tío Lucas.

Después de la boda VII

Veteranos y reclutas

Entramos a salón riendo con el colocón que nos estaba dando ya el porro que no íbamos fumando. Joaquín se tumbó en un sofá y Mauri se colocó en el mismo con la cabeza en el otro extremo, de manera que las piernas de ambos tenían que repartirse el espacio. Germán se sentó en otro y yo fui a sentarme en la alfombra.

-No te vayas tan lejos, Jorge, vente aquí, hombre.

Me senté a su lado.

-Túmbate y por aquí tu cabeza, estarás de puta madre para oír música. A ver que nos sale de esa combinación tan rara de Willy y tu tío Lucas. No se si se pondrán de acuerdo.

Así lo hice y era verdad, se estaba bien con la cabeza apoyada en su muslo peludo notando el calor y el aroma de la cercanía de sus partes.

-Mi tío Lucas es muy amplio en sus gustos, no creas –le dije acomodándome mejor.

-Willy también es un pozo de sorpresas –dijo Germán, poniéndose bien para que acomodara mi cabeza en su regazo.

Willy y el tío Lucas mangoneaban en el equipo de música y cuando miré vi que mientras Willy ponía los cd en el plato múltiple mi tío le ayudaba por detrás con toda la parte delantera de su cuerpo pegada a la espalda y el culo de Willy, que era evidente que no se apartaba y se dejaba frotar a conciencia por el espeso vello de mi tío y por su barrigota. Cuando miré hacia el sofá que ocupaban Joaquín y Mauri vi que se estaban mirando sonriendo mientras el pie de Mauri estaba masajeando los cojones de Joaquín y que las pollas de ambos se estaban animando por momentos. Todo ese panorama y la mano de Germán que empezaba a acariciarme la perilla hizo que mi picha se empalmara a tope en un momento.

-Joder que rápido os empalmáis los tíos jóvenes –me dijo Germán.

-Pone muy cachondo esta maría. Mira el cachondeo que se llevan Willy y mi tío.

-Joder, con tu tío –dijo Germán viendo el rabote que se le había puesto a mi tío y como el trasero de Willy no se apartaba de su contacto mientras no acababa nunca de seleccionar los cd.

-Pues anda que Joaquín, mira, mira Germán. Qué tranca tiene, tenías que haber visto como ha reventado el bañador, ja, ja.

-Mira que empalme lleva también Mauri. Está bien armado también tu colega.

De repente noté algo duro rozando mi cabeza. Subí mi brazo como para rascarme el cogote y ahí estaba el rabote de Germán otra vez gordo y duro.

-Aquí los maduros nos ganáis por goleada. Joder cómo te ha puesto la maría a ti también –dije.

Me moví subiendo un poco todo mi cuerpo para que mi cara quedase junto a la polla dura de Germán y para que mi lengua pudiese llegar a ella.

-Puedo? –le pregunté mirándole a los ojos.

-Claro que sí machote –dijo pasándome la mano por el vello del pecho.

Saqué más la lengua probando si llegaba y, en efecto, la pude pasar un poco por la base de su polla bastante cerca de sus huevos que los tenía prácticamente bajo mi mejilla. Me puse bien y aproveché para pasar mi mano por su espalda acariciándole también el vello.

-Esto también te recuerda a tu padre, Jorge? –dijo Germán mirando hacia su polla. Viendo a tu tío...

-En esto mi tío Lucas y tu lo superáis ampliamente. El la tenía mas o menos como yo...

-Pues a ti da gusto verte con ese empalme. La tienes preciosa Jorge-dijo mirándomela- está muy en proporción con tu cuerpo que ya te dije antes que está muy bien.

-Gracias Germán –dije, haciendo un movimiento que me permitiera sentir su rabo tieso un poco mejor en la mejilla. -Me siento de cojones contigo...

-Si no hubiera tonteado tanto ahora podría tener un hijo como tu.

-Serias un tío cojonudo como padre. Como colega lo eres cantidad...

Mi cara estaba frotando ya mas de la cuenta la barra de carne caliente de Germán. Por suerte, en aquel momento, empezó a sonar intempestivamente una de Estopa, provocando un anticlímax brutal. Mi tío había ganado y el y Willy se pusieron a hacer el mono allí en medio bamboleando sus tiesas pollas.

-Venga muchachos, todos a bailar –ordenó Willy.

Mi tío vino a por mi levantándome de un tirón de mi picha y a continuación hizo lo mismo con Mauri. Por su parte, Willy obligó a Joaquín a salir a la improvisada pista y a continuación a Germán, que se resistió un poco cortado por su exagerada erección.

-Saquen su armamento a la pista, señores! –continuó Willy, colocadísimo.

Willy nos echó sus brazos por los hombros a Mauri y a mi, obligándonos a tomar perspectiva para contemplar a los tres maduros bailando al ritmo de Estopa con sus garrotes en perfecto estado de revista.

-Que demasiado, no, esos tres pedazos de tíos? mirar que calentón llevan. Se merecían una buena piba que les comiera bien esos pollones. Os imagináis esas tres pollas bien comidas por una boca viciosa, chavales?

El cachondo de mi tío Lucas estaba, por lo que observé, en un plan parecido. Los tres maduros estaban mirándonos riéndose de lo lindo.

-Mirar que desperdicio de juventud, lo que disfrutaría aquí una chavalita comiéndose a esos tres chavalotes desde la perilla hasta las pelotas y tragándose ese trío de pollas tiesas que llevan mas hambre que dios. –les decía mi tío.

-Lo bueno sería que esos tres fueran unas buenas chavalitas –dijo Joaquín. –Como iban a disfrutar con tres veteranos como nosotros –añadió, refiriéndose a los cuadrados garrotes que presentaban los tres.

-Mirar que trío de calentorros –dijo Willy, conduciéndonos con él a Mauri y a mi hacia los otros. –Parecéis viejos mulos calientes con esas trancas y tanto pelo por todas partes.

Eso lo dijo estando ya a la altura suficiente para hacer una escala de palmadas sobre los tres pollones –Qué pollones tenéis cabrones salidorros.

-Vaya tres chotos que tenemos aquí con estos pichotes que a saber desde cuando no prueban un coño –dijo mi tío Lucas, con su actitud más cuartelera.

-Lo que deberían hacer estos reclutas es dejarse de hostias y atender a estos veteranos de guerra como se merecen –dijo Joaquín, siguiendo el estilo de mi tío. –No os parece comandante Germán, sargento chusquero Lucas? –añadió, echándoles también el brazo por el hombro quedando los tres bien juntos ante nosotros y con sus pichas a escasos centímetros de las nuestras.

-Tu crees que podrían con toda esta artillería, estos pipiolos? –dijo Germán muy serio y con un punto de morbo cogiéndose su rabo y mirando con atención los de los otros dos maduros.

-En la guerra como en la guerra, no chavales? –nos dijo Willy, muy pasado de rosca, partiéndose de risa y con cantidad de ganas de jugar a lo que fuera. –Venga, un partidillo de veteranos contra reclutas.

-Partidillo? Arrodíllense, reclutas –ordenó Joaquín.

Willy tomando la iniciativa se arrodilló arrastrándonos a Mauri y a mi en la bajada. Él quedó delante de Joaquín, Mauri delante de Germán y yo delante del tío Lucas.

-Abran la boca, a la orden de ar!, soldados –mandó Joaquín.-Ar!

Los tres, partiéndonos de risa, abrimos la boca.

-Cojan el arma, oficiales! –siguió Joaquín.

Los tres se agarraron la polla.

-Apunten! Entren!

Los tres nos pusieron la punta de su polla en nuestras bocas abiertas.

-Soldados, empiecen a chupar a la orden de ar!

Willy ya empezaba.

-Quietoooo! A la orden de ar! Y no se rían, reclutas, o les haremos darse la vuelta. Atención, soldados..... Ar!

Siguiendo la broma empezamos a chupar el rabo que nos correspondía a cada uno, a los pocos segundos los tres chupábamos con gusto y los tres maduros empezaban ponerse mas cachondos, a sobarse los pezones mirándose y colaborando entre ellos en aquel menester.

-Mmmmmm, que polla tiene usted capitán Joaquín –decía Willy alucinando.

-Mmmmmm, que polla tiene usted comandante Germán –decía Mauri con razón.

-Mmmmmm, se la chupo bien sargento Lucas? –le decía yo a mi tío, degustando otra vez aquel pedazo de rabo que tan a gusto había mamado ya dos veces aquella tarde.

Los tres jóvenes chupando la polla del maduro que nos había tocado en suerte, empezamos a mirar de reojo lo que se estaban comiendo los otros colegas con evidente curiosidad de probarlo también.

-Coman cojones, soldados! –dijo el tío Lucas, acordándose probablemente del gusto que Mauri y yo le habíamos dado en sus huevos aquella misma tarde.

-Eso es –dijo Joaquín, realmente cachondo quitándole a Willy la polla de la boca y poniéndole sobre la lengua sus grandes y peludas pelotas.

-Mmmmmmmmmmm estos son cojones de veteranos -disfrutaba Willy.

Mientras nuestras bocas lamían los cojonazos peludos de los tres maduros nuestras manos empezaron a tocar las pollas de los otros que aun no habíamos lamido. Germán que estaba perdiendo la compostura fue el que propuso un cambio de reglas que todos asumimos complacidos.

-No veis que estos reclutas necesitan mas, compañeros. Dejémosles que se coman las tres juntas.

Como lobos nos tiramos los tres turnándonos con gran camaradería a disfrutar de los tres lotes juntos aplicando manos, boca, cara... Veía a los colegas disfrutando igual que yo cuando cogía los tres cipotes juntándolos pasando la lengua en escala por los tres capullazos, sin saber ya cual era la de Joaquín, la de Germán o la de mi tío, las tres igualmente duras, cuadradas, potentes, sabrosas, mmmmmmm, que pollas. Luego otro las cogía y yo me podía dedicar a mirar, a sobar, a lengüetear y a pasarme por la cara aquellas tres enormes bolsas peludotas conteniendo aquellos testiculazos como huevos de gallina los de Joaquín, como pelotas de tenis los de tío Lucas y los de mi cada vez mas apreciado Germán. Al mirar hacia arriba vi que los tres maduros se estaban dando el pico con unos morreos de lengua que nunca hubiera imaginado entre hombres como ellos. Creo que los tres estábamos sintiendo lo mismo porque sin decirnos nada nos levantamos a la vez para unirnos al morreo de los maduros. De pronto allí estábamos los seis dándonos la lengua todos con todos, tocando las pollas de todos y sintiendo en las nuestras manos y mas manos cambiando constantemente. Me ponía tan cachondo ver morrearse y darse el lote a mi tío con Joaquín, a Germán con mi tío, a Willy con Mauri, a Mauri con Joaquín y con Germán, a Willy devorándole la boca a mi tío y bajando a buscar sus peludos pectorales, cosa que empezamos a imitar todos, cayendo a la vez al suelo en un revolcón donde todos nos buscábamos las pollas, las bocas, los pezones, los cojones, los ojetes...

Casi sin darnos cuenta la melé se fue haciendo naturalmente selectiva. Ahí estábamos revolcándonos por fin Germán y yo, comiéndonos la boca, disfrutando yo de poder tocar sin miramiento el pelo de su espalda y de su culo, sintiendo yo su dura y cuadrada polla entre mis piernas y él la mía entre el pelo de su abdomen, sintiendo sus manos agarradas con fuerza a mis nalgas y diciéndonos:

-Hostia, Germán, colega.

-Joder, Jorge, chavalote.

Rozándonos pero cada uno a lo suyo vi a Willy debajo de mi tío aprisionándole la polla también entre sus piernas, como yo con Germán y a mi tío comiéndole la perilla y frotándole bien a Willy el vello de su pecho y su barriga y el chaval alucinando.

-Ummmm tío Lucas que peludo eres y que pedazo de polla tienes.... Córrete ahí si quieres como si lo hicieras en un coño, tu tranki tío Lucas.

-Quieres mi leche ahí, cabroncete?

-Siiiii tío Lucas, donde usted quiera.....

Y al otro lado vi a Joaquín tumbado boca arriba guapísimo con su melena suelta comiéndole con auténtica calma y morbo el ojete a Mauri, que estaba sentado sobre Joaquín de espaldas a su cara y ofreciéndole su culo peludo a su lengua, erguido, también mas guapetón que nunca, con sus dos brazos extendidos pajeando con igual calma y con las dos manos el grueso y largo mástil del peludo segurata maduro.

Germán me dio un beso tan largo y profundo que me pegué a su cuerpo peludo como si quisiera fundirme en él. Me notó tan suyo en ese momento que me susurró al oído:

-Qué quieres, Jorge?

-Quiero mamártela, Germán. –le dije. -Pero bien –añadí.

-A solas?

-Sí.

-Vamos. Quédate a dormir, si quieres.

-Eso está hecho –le dije pasándole la mano por el vello de su espalda.

Nos levantamos y salimos del salón.

-Si queréis dormir, hay habitaciones para toda la tropa. Disponed de ellas como queráis. Estáis en vuestra casa.

Willy se la estaba mamando al tío Lucas y Mauri a Joaquín. Todos hicieron un gesto de ok sin parar su dedicación.