Después de desvirgarme aquel maduro me hizo suya.

Yo 18, él 52. No podía dejar de pensar en él, con tan solo una follada me había hipnotizado completamente me estaba haciendo suya...

Esta es la continuación de otro relato que escribí os dejo aquí el enlace, leer el relato anterior es recomendable pero no imprescindible para entender este. https://www.todorelatos.com/relato/157033/

Tras aquella follada no volví a saber de él. Él siguió hablando conmigo pero yo no quería. Aquel hombre me había descubierto un mundo del que no quería salir pero ahora que todo había pasado y podía pensar con la cabeza fría me entraron remordimientos... "Es demasiado mayor para mí, esto no está bien podría ser mi padre" pensaba. Por un lado me había hecho sentir cosas increíbles, no podía dejar de pensar en sus grandes manos acariciandome, agarrándome como si fuese suya, aquellos labios besándome, aquella polla que me llevó al paraíso... Pero tomé la decisión de que no estaba bien lo que había hecho y me deshice de él, me lo tomé como un encuentro casual de una sola vez y seguí con mi vida.

Pero aquel hombre me había descubierto el sexo y no estaba dispuesta a renunciar a ese mundo. Pasó un tiempo hasta que me olvidé de él y me atreví de nuevo a probar. No hice gran cosa: algún encuentro loco tras una noche de fiesta y un chico majo que conocí por Grindr. Pero era una sensación extraña, ninguno de ellos me hacía sentir lo que él, ninguna de sus pollas me llenaba como la suya.

No dejaba de pensar en él, no aguantaba más, tenía que enviarle un mensaje pero me seguía sintiendo mal por nuestra diferencia de edad. Una noche tras volver de fiesta y, todavía borracha, le envie un mensaje, le conté como me sentía y que necesitaba sentirlo de nuevo dentro de mí. Pese a ser las tantas de la madrugada me contestó al instante "Dime un lugar y nos vemos en 10 minutos" me contestó "pero no tenemos sitio, en mi casa están mis compañeras de piso" le dije "no te preocupes, lo hacemos en mi coche".

Cuando quise darme cuenta me encontraba borracha llendo al polígono de detrás de mi casa. Por un momento me sentí excitada de verme borracha con una falda corta y maquillada con unos labios rojo fuego caminando por un polígono, aquel hombre hacía despertar en mí la puta que llevaba dentro. Por fin llegué, nerviosa miraba ansiosa todos los coches que pasaban, uno aparcado a lo lejos me encendía y apagaba las luces delateras, había encontrado a mi macho.

Igual que la otra vez los miedos se disiparon al entrar en su coche y sentir sus labios junto a los mios. Esta vez no me resistí, lo estaba deseando, mi lengua se juntaba contra la suya saboreando cada segundo de aquel largo beso mientras mi tímida mano recorría su pecho bajando poco a poco hasta llegar a lo que venía buscando, lo que tanto había extrañado.

Con la mano acariciando aquel enorme falo por encima del pantalón cesó el beso, me miró fijamente y me dijo

  • Sabía que volverías, todos vuelven. No te preocupes, pienso tratarte como lo que realmente eres, voy a sacar la puta está deseando salir en tu interior.

  • Sí por favor, lo necesito.

  • ¿Por qué no echas un vistazo a lo que tanto has echado de menos?

Sumisa, asentí y desabroché aquel pantalón dejando ver su enorme polla mientras se me hacia la boca agua, sonreí mientras me mordía ligeramente un labio y lo miraba no podía resistir la emoción. Sin pensarmelo dos veces le di un suave beso en el capullo y acto seguido pasé mi lengua muy despacio desde la base hasta la cabeza, había esperado mucho y pensaba saborear cada momento.

Llegó el momento, de rodillas en un lado en el asiento trasero de ese coche me metí aquella polla en la boca aunque era inmensa y no me cabía entera... O al menos no sin un poco de ayuda. Me agarró de la cabeza presionandola contra su polla hasta chocar mis labios con sus huevos, notaba como mi garganta se expandía y llenaba, no podía creer hasta donde era capaz de meterme la polla. En el fondo de mi garganta la mantuvo unos 10 segundos hasta terminar soltandome tras una arcada. Subí con una sonrisa mientras lo miraba a los ojos, estaba feliz de que me ayudase, quería demostrarle que me sentía agradecida de poder servir su polla siendo lo más sumisa posible.

  • ¿Has visto como lo único que necesitabas era un poco de ayuda? - me decía mientras con una mano me acariciaba suavemente la cara - ¿Qué se dice?

  • Muchas gracias - contesté sonrojada.

  • Buena chica

Y agarrándome de la cabeza me volvió a bajar a su polla. Poco a poco me la metió hasta el fondo de nuevo y, una vez ahí, empezó follarme la garganta sin piedad, las lágrimas se me saltaron e hicieron que se me corriese el maquillaje que se había extendido hasta las mejillas. Por fin me soltó para poder derramar toda mi saliva acomulada sobre su polla.

  • Muy bien, lo estás haciendo genial, ahora que ya sabes no necesitas ayuda.

Asentí con la cabeza. Sin usar las manos me fui metiendo esa polla poco a poco. Cuando estaba llegando al final no pensé que sería capaz de conseguirlo pero di un último empujón y ya estaba, había conseguido meterme toda su polla en mi garganta.

  • Ahora, aguanta ahí - me dijo

Y acto seguido comenzó a follarme la boca de nuevo. Pero esta vez no fueron más de 4 embestidas.

  • Ya está, que no quiero correrme todavía, este culo necesita tratamiento - dijo bajándome un poco el pantalón y dándome una cachetada - no está mal para la segunda vez. Ponte a 4 patas perra, preparaté.

Comencé a desvestirme, sabía lo que tocaba y estaba temblando de emoción, no resistía ni un segundo más sin esa polla.

  • Lo he estado pensando... Y quiero que seas tú el primero que me lo haga sin condón - quería mostrarle mi gratitud por tomarme como su puta.

  • Entonces parece que va a ser hoy cuando vas a sentir lo que es que te follen de verdad.

Comenzó a prepararme el culo. Me acercó un dedo para que se lo chupara y acto seguido comenzó a abrirme el culo con ese único dedo. Me dolía un poco pero lo podía soportar, tenía unos dedos muy gordos y me estaba abriendo bien el culo pero nada en comparación con lo que me metería luego.

  • Hoy solamente te voy a meter uno, necesitas acostumbrarte al dolor, si vas a ser mi puta quiero poder metértela cuándo quiera sin necesidad de dilatarte ¿de acuerdo?

  • Sí - asentí.

Con nada más que mi saliva para lubricar su enorme falo y un dedo antes de meterme su polla, colocó su rabo en la entrada de mi culo. Podía sentirlo ahí, palpitando, tomándose su tiempo para jugar con la entrada como si quisiera matarme con la expectación. Entonces ocurrió, me había metido la cabeza.

  • Aaaaggh - lancé un pequeño soñozo.

  • Tranquila, ya ha pasado lo peor.

Poco a poco sentía como aquel bicho sin condón, pura carne, se abría paso por mis entrañas, me estaba destrozando, me dolía muchísimo pero el dolor me hacía feliz, me había dado una oportunidad más para demostrarle mi sumisíon y agradecerle que me tratase como me merezco y eso me hacía muy feliz. Él dolor de cada cm que entraba me daba placer al saber que podía demostrarle mi sumisión. Sus huevos chocarón con mi culo.

  • Ya te tengo bien enganchada zorra, poco a poco se te irá acostumbrando el culo a la forma de mi polla no te preocupes - decía mientras dejaba su polla clavada al fondo de mi culo esperando un poco a que se acostumbrar mientras me agarraba el culo con fuerza disfrutando de lo que estaba a punto de follarse.

Empezó a sacar su polla poco a poco sin sacarla del todo para metermelá de nuevo de una sola estocada.

  • Aaah - solté entre agonía y gemido de placer.

Esto lo repitió algunas veces. El dolor se había fusionado con el placer y ya no me molestaba quería que me follase todo lo fuerte que quisiera aunque me doliese más y casi leyendo mis pensamientos empezó a coger ritmo. Mete y saca constante chof chof chof me estaba follando a un ritmo rápido y constante pero sin pasarse. Pese al ritmo seguía con las embestidas profundas, me volvía loca al notar cómo sus pelotas chocaban constantemente contra mi culo mientras su polla llegaba a lo más profundo de mí.

  • ¿Te gusta zorra? - me dijo

Algo sorprendente ocurrió, se me olvidó la timidez.

  • Sí, sí, sí - decía gimiendo y comenzando a devolverle las embestidas con mi culo - gracias, más, más ¡más!.

  • Sabía que esto era justo lo que necesitabas - me dió otra cachetada -  este culo me pertenece que lo sepas.

  • Sí, es tuyo - decía asumida en el placer más absoluto - soy toda tuya, haz conmigo lo que quieras.

  • Acuestate boca arriba, quiero verle la cara a mi puta.

Me sacó la polla y sin esperarlo me caí un poco hacía delante al notar mi culo tan vacío, me temblaban las piernas. Me coloqué de espaldas viendo la cara del hombre que por primera vez me estaba tratando como lo que realmente era. Sin pensarselo dos veces me la metió de una sola estocada mientras yo soltaba un largo gemido. Esta vez no se andó con rodeos, empezó a destrozarme el culo sin piedad, me estaba reventando.

  • Sí, sí, sí - gemía viendo la cara de alguien que te mira como una puta.

En esa postura sentía que me iba a llegar al pecho de lo profundo que entraba, me estaba partiendo en dos. Se acercó y comenzó a besarme mientras continuaba la follada.

  • ¿Qué eres?

  • Una puta.

Me pegó una bofetada.

  • ¿Qué eres?

  • ¡Tú puta!

  • Eso está mejor.

Comenzó a follarme cada vez más y más rápido.

  • Estoy a punto, quiero darte de probar mi leche, todavía no ha llegado el momento de preñar este culo.

Cada vez más rápido me estaba dando la follada que merecía, entonces sacó mi polla y rápidamente puso su culo en mi pecho metiendo su polla en mi boca. Entonces lo noté, 5 trayazos de semen que me estaban llenando toda la boca, era la primera vez que tenía mi boca llena de semen. Él suspiró.

  • No te lo tragues todavía, quiero que saborees a que sabe un hombre de verdad, quiero que no se te olvide el sabor nunca -  me sacó la polla de la boca - A ver abre la boca - obedecí al instante - muy bien, mueve un poquito la lengua saborealó.

Estaba pudiendo saborear la leche caliente de la persona que me había dado por culo, su sabor era exquisito por un momento pensé que sería genial tener la boca llena de semen todos los días.

  • Ahora tragateló.

Me lo tragué. Me encantaba que el sabor todavía estaba en mi boca, metido en mi cabeza.

  • Buena chica - me dió un beso en la mejilla y eso hizo que me sonrojase un poco - lo has hecho genial. Ahora visteté, mírate, con tacones, unas medias de rejilla un poco rotas, un pequeño golpe en la mejilla, despeinada, el maquillaje corrido y un poquito de semen que te ha quedado en el labio superior.

Avergonzada me apresuré por limpiar el semen.

  • No no, dejalo, quiero que camines por este polígono hasta tu casa y que tódo el mundo pueda ver la puta que eres, deberías sentirte orgullosa de lo que eres.

  • Por tí lo haré, haría lo que sea.

  • Buena chica.

Me abrió la puerta del coche y antes de marcharme me dió un azote en el culo. Comencé a caminar convertida en una verdadera puta.