Despues de correr

Algunos domingos nos íbamos a correr y aprovechábamos para luego ir a comer a casa de sus padres o de los míos.

Algunos domingos nos íbamos a correr y aprovechábamos para luego ir a comer a casa de sus padres o de los míos.

Esa mañana nos pusimos los chándal y nos fuimos a correr como de costumbre.

En el ascensor note que él me miraba demasiado y cuando le pregunte que pasaba me dijo que se había levantado muy caliente y que no sabía cuanto podría aguantarlo. El tiempo que estuvimos corriendo me repitió varias veces que estaba bastante cachondo y yo le dije que en cuanto volviéramos a casa haríamos lo que el quisiera.

Llegamos a casa de mis padres, comimos y charlamos un rato durante el café, luego como siempre nos fuimos a echar un rato.

Estábamos en el sofá, el sentado y yo recostada sobre sus piernas. Para no quedarnos fríos nos habíamos echado una manta por encima, era principios de invierno asique la manta era algo gordita. Yo me empezaba a quedar dormida con las caricias que él me hacía por la espalda y el brazo. Estábamos solos en el salón aunque dentro de poco seguro ocuparían el sofá de al lado.

Sus caricias empezaron a abarcar mas una vez nos pusimos la manta, pero no le di mayor importancia y poco a poco me relajaba entrando en un dulce sueño.

Comenzó a descolocarme un poco la ropa debajo de la manta. Yo llevaba puesto unos pantalones anchos de cintura baja y una camiseta abotonada delante.

El comenzó a pasar la mano por mi trasero pero le sabia a poco y la metió por debajo del pantalón moviendo un poco la braguita para tocar directamente mi culo, dejaba colar de vez en cuando algún dedo por toda mi raja llegado cada vez un poco más. Acomodándose un poco hizo que me subiera un poco más sobre sus piernas consiguiendo mejor acceso a la zona que más le interesaba. Pero antes subió su mano por mis brazos y mis pechos. Entonces yo le mire sin decir nada pero haciendo un gesto hacia el otro sofá donde ya estaba acomodandose mi tía. El sonrio y me hizo pensa que no iria lejos.

Se quedo un poco quieto pero en seguida la mano que había dejado moviendo por mi camisa comenzó a desabrochar botones y yo le pare en cuanto me di cuenta, pero mientras yo abrochaba el botón el corrió a desabrochar mi sujetador atreves de la camiseta (he de reconocer que siempre ha tenido una habilidad increible para desabrochármelo) y rápido paso la mano delante para tirar del sujetador y dejar libres mis tetas, a lo que le volví a mirar y me dio a entender que no iba a parar,  me dio tanto morbo que le sonreí y me deje hacer.

Comenzó a sobarme las tetas, despacio para no hacer mover mucho la manta. Una vez mis pezones se empezaron a poner cada vez más duros comenzó a pellizcarlos y rozarlos con algo  que saco de su bolsillo. Me estaba poniendo a cien.

Acabe de desabrochar los botones para para que accediera  mejor, pero decidió cambiar de lugar y bajo la mano a mi entrepierna metiéndola en el pantalón por encima de la braguita y comenzar a recorrer mi entrepierna  y jugar con sus dedos poniéndome cada vez más caliente. Su dedo comenzó a recorrerme por encima de la braguita, desde mi clítoris, separando mis labios . Repitio el recorrido hacia atrás varias veces, una de las veces cuando llego al clítoris comenzó a hacer círculos sobre él. Yo le mire a la cara y él me sonrió con eseo. Sin que me diera casi cuenta me hizo disfrutar un pequeño orgasmo que tuve que ahogar en un silencio y sin poder moverme todo lo que hubiera querido.

Mientras me dejaba un par de minutos antes de continuar vimos como en el otro solfa se hacia un relevo, mi tía se fue y llego mi padre.

Mire a mi novio para que no continuara, me moriría de la vergüenza si mi padre se percatase de algo, pero mi novio me hizo entender que no pararia.

Comenzó a recorrerme de nuevo y me susurro al oído "nos moveremos un poco hacia el otro lado, así me acomodo un poco mejor" y yo le segui en sus indicaciones. Me incorpore con cuidado de no destaparme ya que mis tetas estaban completamente desnudas, y mientras sujetaba con mis manos la manta y mi ropa moviéndome hacían donde el me indicaba, mi novio se las ingenio para sacarme los pantalones y las bragas de forma que me quedaban por encima de las rodillas. Yo le mire con cara de sobresalto y él me sonrió. Habiamos quedado un poco mas tumbados que antes, pero ahora el tenía los dos brazos libres con lo que me abarcaba más.

Comenzó con una mano rozando solo mis pezones y con la otra a repetir el mismo recorrido de antes por mi sexo pero esta vez sin nada que le impidiera el contacto directo. Sus dedos estaban muy fríos aun con el contacto de mi caliente sexo que se humedecía por momentos.

Comenzó separando mis labios, primero despacio pero después abriéndolos lo más que pudo dejando bien expuesto mi clítoris palpitante y abultado y comenzó a darle pequeños toques con el dedo corazón haciendo que cada vez estuviera más y más excitada. Saco su mano de mi sexo y llevo dos dedos a mi boca, yo la abri y chupe sus dedos para mojarlos y los volvio a bajar a mí abultado clítoris y comenzó a jugar con él. Haciendo círculos alrededor sin tocarle aun esperando a que yo le pidiera más. Cuando ya no aguantaba más le mire y comenzó a restregar primero sus dedos y después toda su mano por mi ya enorme clítoris deseoso de placer.

De repente tuvo que parar ya que mi padre se levanto del sofá. Vino mi madre y nos pregunto si nos íbamos con ellos a dar una vuelta a lo que contestamos:

  • No, nos quedamos aquí, voy a recoger unas cosas del trastero y nos iremos a casa.

  • Bien, pues ya hablamos. Adiós chicos. - contesto mi padre y se fueron todos de casa.

En el momento en que cerró la puerta él se abalanzo sobre mí haciéndome notar la enorme erección que tenia, yo le dije que esperara un poco y me levante del sofá. Me fui a la terraza y en cuanto vi que mi familia doblaba la esquina fui corriendo a cerrar la puerta con llave y volví al sofá.

Comenzamos a besarnos y arrancarnos la ropa allí mismo sin buscar un lugar más cómodo. Queríamos descargar toda la tensión acumulada en nuestro intento de siesta. En menos de un minuto estábamos desnudos en el sofá, calientes como nunca y dispuestos a hacerlo ahí mismo y eso hicimos. Comencé disfrutando de su erecto miembro recorriéndolo con mis manos mientras él  jugaba con mis pezones. Cuando ya no aguantaba mas nos giramos quedando el  encima. Fue penetrándome despacio haciéndome sentir cada centímetro dentro de mi húmedo sexo. Poco a poco nos fuimos agitando y el aumento el ritmo, disfrutando de cada embestida. El orgasmo no se hizo esperar haciéndonos vibrar.

Una vez nos recuperamos se me ocurrió que hacía mucho que no lo hacíamos en la ducha. Me incorpore sin separarme de el y le lleve hasta la ducha. Mientras se calentaba un poco el agua sus dedos comenzaron a  jugar con mi sexo poniéndolo  más caliente y húmedo. Mis manos comenzaron a jugar con su miembro que poco a poco despertaba de nuevo y rápidamente volvió a estar erecto. Nos metimos dentro y el no espero. Cogiéndome en brazos y apoyándome contra la pared comenzó a penetrarme, pero esta vez bruscamente desde el principio. Una vez ya dentro de mi los movimientos de dentro a fuera eran fuertes y algo mas bruscos en cada embestida, me encantaba que me hiciera sentirla entrar y salir de mi. El esperado orgasmo no se hizo esperar, nosotros deseábamos disfrutar de nuevo esa sensación  una vez mas. Fue intenso y nos hizo vibrar a los dos. Nos recuperamos enjabonándonos despacio y salimos de la ducha al salón a por la ropa.

La vuelta a casa fue también calentita y preámbulo de algo que contare en otro momento..