Despues de clases

No sé si lo hubiese hecho si hubiese estado sobria, quizás es el fondo también lo deseaba, arrepentida no lo estoy, goce de esa maravillosa y dura polla.

Después de clases

Yo sé que esta no es una historia fascinante, ni pretendo que lo sea, lo único que intento es confesar una de mis primeras experiencias; quizás tampoco sea tan erótica o atrevida, pero es mi historia y eso lo hace especial para mí.

Eran las primeras semanas que salía con Raúl, me refiero como enamorados, era un chico maravilloso, mas que de físico de carácter, me encantaba su forma de ser la manera como me trataba y consentía, pero el que verdaderamente me atraía era Fernando su mejor amigo era un chico atractivo, piel blanca ojos azules, 1.80m de estatura, seguro de si mismo era precisamente lo que me encandilaba de él, lo que quería lo conseguía, como no todo es perfecto, él no iba a ser la acepción, era engreído, vanidoso y hasta frió.

Bueno la cuestión fue que teníamos un trabajo de mate sobre trigonometría, así que para aligerar la tarea a la vez debatir y despejar dudas, decidimos reunirnos tres compañeras, en casa de una de ellas, la tarde pasaba sin novedad, hasta que sonó el timbre la puerta, fue Vanesa la que fue a atender, regresando luego para sorpresa mía acompañada de Fernando y un amigo suyo.

Hola que haces por aquí le dije.

Hola Dianita, me invito Vane, me dijo que tenían algunos problemitas con los números.

Si pero los estamos solucionando le respondí.

Por favor Diana una ayuda extra no vendría mal, verdad.

Yo tengo un problemita que quisiera que me solucione, me susurro el oído Jessica.

  • Contrólate chica, le pellizque en el hombro.

  • Por favor Diana que nos ayude así lo terminamos más pronto.

Está bien dije.

Así paso una hora y media, cuando Fernando propuso la idea de calentar el ambiente con unas cubas, si dijo su compañero que excelente idea.

Claro que no dije, Jessica estaba de acuerdo con ellos, Vane estaba algo indecisa.

Con el argumento de que serian solo 2 o 3 vasos accedimos la cuestión fue que ya no fueron dos ni tres vasos con las bromas que hacían los chicos y la música el ambiente se fue cargando.

Las cubas empezaron a hacer su efecto, sentía mis mejillas sedadas y calientes.

Tanto liquido hacen su trabajo los viajes al baño se hacían mas frecuentes en una de esas sentía que el piso se me movía, no podía caminar derecha, no se si tú me entiendes.

Me acerque al lavamos, me mire al espejo que tenia en frente, tenia puesto una blusa celeste que solo cubría mis pechos una faldita azul que llegaba bueno ni llegaba a las rodillas, ni te cuento como lo tenia el rostro me parecía estar viendo a otra persona, comprendí que ya era hora de retirarme, nunca había estado en tan deplorable estado.

Cundo me asomaba a la puerta esta se abrió apareciendo Fernando.

  • Estás bien me pregunto:

  • No, estoy algo mareada, quiero irme a casa.

  • Esta bien pero antes límpiate el rostro. Tomo una toalla empapando en agua y empezó a limpiar mi rostro con ternura y delicadeza.

  • Me dijo casi susurrando al oído: cuantas veces te dije hoy que estas bellísima.

  • No lo recuerdo le dije.

  • Y sensual.

  • Creo que hoy no, le dije.

  • Debo ser un idiota por no haberlo hecho.

Me abrazo y empezó a besarme con pasión al principio luego con fuerza casi mordía mis labios, me empujo contra la pared, comenzó a amasar y apretar mis pechos, el alcohol y su pasión comenzaron a hacer su efecto, no me resistí lo deje continuar.

Abrió ni blusa, mis pechos aparecieron al instante erguidos y apetecibles comenzó a mamarmelos, uno luego el otro mientras con una mano amasaba la que no tenia en su boca.

No pude más, quería participar en el juego así que puse mi mano en su ingle lo acaricie con fuerza.

El correspondía el gesto acariciando mi pierna.

Deslice mi mano por debajo de su pantalón hasta encontrar lo que buscaba, empecé a tocarlo luego acariciarlo, sentí como fue creciendo en mi mano, desesperadamente abrí el cinturón y la bragueta, deslice el pantalón hacía abajo, trate de coger su instrumento entre mis manos pero el de un tirón me llevo hacía la taza del baño, se sentó me subió la falda, bajo mi braga hasta el piso levante una pie para sacarlo por completo sin poder esperar más me senté entre sus piernas de frente a él, quedando mi rajita sobre su dura polla, me moví un poco para estimular mi clítoris rozando mi sensible legüita con su mástil, eso me excito bastante, ya estaba completamente húmeda, cogí su miembro lo apunte a la entrada de mi vagina y solo tuve que dejarme caer para quedar completamente insertada hasta sentirlo todo dentro mío, uhmmm… no pude evitar dejar escapar un quejido, me quede quieta desfrutando del momento, no podes imaginarte lo delicioso que era sentir todo esa dura carne en mi interior, lo bese le mordí los labios, mi lengua recorría sus rostros, sus labios entonces comencé a moverme, haciendo con mi cintura movimientos circulares, uhmm… de un lado al otro y luego pal revés, así, así te gusta le dije, no respondió solo mordía mis pezones con algo más de presión, lo abrase, ahora mis movimientos eran de sacar y meter su deliciosa polla de mi interior, en cada embestida intentaba meterlo más al fondo y eso hacia que acelerara más el ritmo, hasta hacerlo como una loca frenética.

Mis nalgas golpeaban sus muslos, mis pechos se movían al mismo ritmo hasta que tanta locura colapso en una mezcla de fluidos, la tormenta había acabado, ahora todo era calma, solo besos y lenguas que se retorcían como serpientes.

Me arregle lo mejor que pude salí, encontrando rostros burlones que me miraban con picardía.

Debo irme dije ruborizada.

Salí, al día siguiente me lo encontré, creí que me día que fue especial pero nada, solo un hola como estas con una indeferencia absoluta.