Después de 21 años en coma

Un hombre vuelve de un coma 21 años despues

Solo recuerdo que salía tarde de la oficina en la moto y de repente todo se volvió negro.

Me desperté en un hospital con el sonido de las maquinas que me rodearon, no tenía ni idea de donde estaba. La primera enfermera que me vio dio un grito y salió corriendo fuera de la habitación.  En pocos minutos la habitación se llenó de médicos y enfermeros que no salían de su asombro.  Había pasado 21 años en coma según me explicaban y nadie allí pensaba que algún día me recuperaría.  Ese día había llegado.

Me quedé perplejo a ver a Marta, mi mujer, al verla entrar en la habitación siendo una señora y no la chica joven que yo recordaba.  Ambos teníamos 50 años, pero yo no me había mirado aun en un espejo.  A su lado Vanessa, nuestra pequeña hija era toda una mujer de 26 años, una mujer muy hermosa por cierto.

Aun tuvieron que pasar cinco meses hasta que salí del hospital.  Fueron meses duros pues ya no solo el shock de saber que había pasado 21 años alejado del mundo sino que tenia que recomponer mi musculatura y poderme valer por mi mismo.

MI familia pago todo tipo de cuidados, entrenadores y recuperadores que trabajaron conmigo día si y día también para ponerme en forma.

Marta me contó que un coche  me arrolló y cuando llegué al hospital ya estaba en coma.  No les dieron muchas esperanzas, pero tanto mi madre como mi mujer insistieron que no me desconectasen de la respiración asistida.  Al principio nadie se separaba de mi cama, pero con el paso del tiempo se hizo más normal tener en la familia alguien vegetativo y fueron poco a poco empezando a hacer su vida.

Con el dinero del seguro Marta había creado una marca de ropa que ahora 20 años después era conocida internacionalmente.  Literalmente estábamos forrados.  Vanessa tenía novio, Juan Pablo, habían vivido juntos hasta hacia seis meses que la chica volvió a casa pues ambos se habían quedado en paro y su madre se negaba a mantener a la pareja, tenían que currárselo decía ella.

En esos cinco meses pasaron a verme cientos de personas.  Desde la familia más cercana a amigos del colegio.  Me emocionó ver Rodolfo, mi mejor amigo.

Mi memoria tenia flashes,, no me acordaba de todas las cosas del pasado, pero si de cosas sueltas.  Me acordaba de mi hija pequeña, de mis padres, del cuerpo desnudo de Marta, de mi moto, pero de poco más.

Llegué a mediodía a mi casa después de recibir el alta.  Bueno, la casa de Marta porque yo recordaba un pequeño apartamento y no ese casoplón donde ahora vivíamos.

Comimos suave y vimos la tele.  Yo había insistido a Marta en poner una película de video, ahí fue cuando me enteré que el video estaba en el garaje en alguna caja, ahora las películas se veían a través de internet (otro descubrimiento, que aunque empezaba a nacer antes de mi accidente jamás me imagine que fuese así).  Vanessa intentó pasar el día con nosotros, pero cuando empezó a anochecer se despidió de nosotros con unos besos y se fue.  Ahí quedábamos Marta y yo, solos.

No estaba cansado, pero Marta insistió en que nos fuésemos a la cama, tenía que descansar.  Salí del baño con un pantalón de pijama y sin camiseta.  No tenía pizca de grasa y además la preparación física de mis últimos cinco meses me había dejado un cuerpo que nunca había tenido.

Marta entró en el baño y salió desnuda.  Tenía las tetas más caídas de lo que recordaba, más caderas y ni rastro de aquella mata de pelo en el coño que tanto me gustaba.  Tenía el coño totalmente depilada, creo que nunca antes había visto un coño como el que tenía mi mujer.

Cogí una de sus tetas cuando se metió en la cama, simplemente se me fue la mano.  Le pellizqué el pezón y Marta dio un suspiro y echó la cabeza para atrás.  Bajé mi mano y se la metí donde antaño había pelo en abundancia.  Su raja estaba húmeda, empecé a pasar mi dedo por su coño hasta que llegué a su botoncillo del placer.  El contacto de mi dedo con su clítoris hizo que mi mujer empezase a gemir.  Me dejó jugar con él durante minutos, se veía que gozaba como una loca hasta que me hizo parar, no sabía si era porque ya estaba o simplemente no quería forzarme.

Subió sobre mi tronco y se sentó en mi cara.

-       chúpame Jaime, chúpame por dios – me dijo jadeando.

Y empecé a comerle el conejo como buenamente pude.  Marta gozaba como una loca, desde abajo veía como se tocaba los pechos victima del placer.  Quería follármela, pero no quería interrumpirla en su goce.  Seguí chupando hasta que con un grito seco Marta me indicó que acababa de llegar a su cita con un gran orgasmo.

Se puso a cuatro patas y me pidió que la penetrase.  MI polla estaba como un tótem y en cuanto vi el coño abierto de mi mujer simplemente me puse sobre ella y se la metí de golpe.  Entró de un solo golpe hasta que mis huevos colgantes chocaban con su clítoris.  Marta empezó a gemir mientras me clavaba los dedos en mis nalgas.

Le di con todas mis ganas mientras ella gritaba de placer, sinceramente no la recordaba tan escandalosa en la cama.  No la entendía pero Marta ronroneaba palabras mientras yo la penetraba con dureza.  No se me había pasado por la cabeza el sexo en los últimos meses, pero ver a mi mujer abierta de piernas deseosa de mi polla me hicieron subir la libido

Se puso a cuatro patas y estando detrás se la metí de nuevo en su calvo coño.  Marta empezó a mover el culo y gimió durante un rato más.

Llevábamos así más de 5 minutos cuando Marta paso la mano por debajo mía, agarró mis huevos y a continuación agarró mi polla y se la saco.  No dijo nada, yo estaba perplejo, simplemente la subió un poco y con cierto cuidado empezó a metérsela en su culo.  ¡En su culo!, no recordaba yo que nunca lo había hecho por ahí.   No le costó mucho meterla entera.  Joder que gusto, que estrecho tenía aquello.  Pensé que si hubiese intentado aquello hace años me hubiese cruzado la cara

Marta gemía como una loca.  Sus pechos se movían al compas de mis embestidas y yo estaba en la gloria.  Me corrí como un crio temblando entero.  Marta cayó rendida ante mi polla.

Esperamos encajados unos minutos hasta que mi mujer se sacó la polla y dándose la vuelta se la metió en la boca y me la chupó hasta secarme.

Desde luego que no le podía pedir 21 años de abstinencia sexual y aunque no íbamos a ponernos a hablarlo en ese minuto, era algo que tarde o temprano iba a tener que salir.

-       joder no recuerdo que nunca lo hubiésemos hecho por el culo.

-       Es tu bienvenida – me dijo dándome un cariñoso pico.

Me levanté para ir a la cocina a comer algo, acababa de cerrar la puerta de la nevera cuando lo escuché.

-       si cabrón rómpeme el coño hijo de puta, que ganas de correrme, que ganas de sentir esa polla en mi raja.

Me quedé paralizado.

-       si dale duro a tu puta.  Envísteme con fuerza maricón.

Volví a la cama.

-       Marta, tu hija esta follándo a gritos en la habitación.

-       Ya.

-       ¿cómo que ya?  ¿qué es eso de traerse hombres a casa?

-       Ufff menos mal, pensé que me ibas a preguntar que es eso de follár sin estar casada.  Vanessa lleva años con el chico que ahora mismo le taladra el coño, han vivido juntos y sinceramente prefiero que vengan a casa a follar que se vayan a follar a un descampado

-       Me resulta cortante oír a mi hija mientras es follada.

-       Pues es muy fácil. No salgas de la habitación y vuelve a follarte a tu mujer.

Me la volví a follár hasta que caímos rendidos los dos.  Estaba en plena forma física por los cuidados recibidos, por lo que sencillamente la deslomé.

No fue hasta un mes después de vivir juntos, un mes de follarmela todos los días, cuando abordamos el tema.

-       bueno Marta, espero que no me cuentes que no has estado con nadie en mi ausencia.

-       Tu nunca te ausentaste

-       En serio.  ¿Como fue?

-       Siempre te esperé.

-       Lo se, pero una chica de 25 años no puede pasarse la vida mirando.

-       Bueno me he masturbado mucho, mucho y por todos lados.

-       Y follado mucho.

-       Por el amor de dios, no me preguntes eso.  Vale, he follado algo, pero cosas puntuales, nada serio.  Aquí te pillo aquí te mato, pero de eso hace mucho.

-       ¿Te gustaba?

-       Me acordaba mucho de ti.  No podía mantener nada serio.

-       ¿Te daban duro?

-       Uff, me corta mucho contarte esto.  Al principio fueron cosas inocentes, pero con el paso del tiempo noté que lo que quería es descargar tensiones y eso solo lo conseguía con un sexo duro y salvaje, nada de romanticismos, sexo por sexo.  Y si, me dieron mucho y fuerte, pero cuando acababan los mandaba a casa. Bueno, ya hemos hablado del tema, ya sabes lo que querias saber, ahora me gustaría no volver a tocar el tema.

Aquella conversación por supuesto nos llevó a la cama y a follar como locos.  Nos corrimos a la vez los dos.  Sinceramente yo no era tonto y aquella ferocidad en la cama, aquel pedir y no parar, aquella manera de correrse era fruto de muchas horas de ejercicio de cadera.  La verdad no me importaba, lo veía normal, la vida corría y a ella se le escapaba sin mi, prefería tomármelo como que solo se había mantenido en forma por mi.

La verdad estaba encantado, recordaba a Marta relativamente recatada en la cama y ahora era un obus.  Una maquina sexual que no decía no a nada y que realmente no solo pedía cosas sino que las exigía.  Me encataba que me pidiese que la tase y le diese duro na maquina sexual que no decía no a nada y que realmente no solo pedía cosas sino que las exigía, me la sodomizase e incluso que me corriese en su boca.

Vanessa acompañó a su madre a una feria a Paris, por primera vez iba a tener la casa para mi, he incluso me permitiría descansar un poco, pues tanto sexo, aparte de muy satisfactorio me estaba dejando baldado.

Los dos primeros días fueron estupendos, pero a partir de la segunda noche me empecé a aburrir.  Pensé en ver una película, pero como no manejaba bien eso del netflix y había visto el reproductor de video unos días antes en el garaje, bajé ver si encontraba alguna de nuestras viejas películas.

Encontré el reproductor, un euroconector y una caja con cintas.  Desde luego no eran de películas pues no estaban en cajas, pero me picó la curiosidad.

Instalé todo, sintonicé la tele y metí la primera cinta.  Como suele pasar la calidad era tremendamente mala.  Apareció la primera imagen y en ella Marta, tal y como yo la recordaba antes de accidente miraba sonriente a la cámara desnuda.   Un tío desde detrás le metió un dedo en la boca que mi mujer empezó a chupar. De repente Marta dio un grito y el que estaba atrás empezó a moverse.  La cara de Marta era un poema iba del disfrute al placer y del placer al orgasmo en un santiamén.  No se veía al fornicador, pero si a mi mujer disfrutar mientras su tetas eran agarradas y coño profanado por aquel hombre.

No debía de verla, pero la curiosidad pudo más que mi educación y durante los cuatro siguientes videos vi como a lo largo de los años mi mujer fue grabada realizando mil y una locuras siempre acompañada del mismo hombre, Rodolfo, el que había sido mi mejor amigo desde niños.

Rodolfo le daba en los videos a mi mujer por todos lados.  No hubo agujero en el que no metiese la polla, parte de su cuerpo en el que no se corriese o partes del cuerpo de Rodolfo no chupados por Marta.

Al principio la pareja follaba duro pero poco imaginativo, pero con el paso del tiempo empezaron con practicas BDSM y de bondage.

He de reconocer que me masturbé más de una vez viendo a mi mujer atada y a Rodolfo dándole con saña provocando que mi mujer perdiese el sentido de tanto pollazo.

-       Pobre Vanessa, ni se imagina la vida palalela que tuvo su madre mientras la educaba – pensé sonriendo.

Me quede sin cintas que ver al cuarto día.  Busqué y busqué por el garaje pero no había más.  Calculé que las grabaciones en video acababan más o menos unos años después de la llegada del milenio.

Dejé el video, el cable y las cintas en su sitio.  Marta y Vanessa llegaban la mañana siguiente y no quería líos.  Me masturbe esa noche pensando en mi mujer sometida a la polla de mi amigo.

Tenía unas ganas locas de follármela cuando entró por la puerta de casa.  Juan Pablo las había recogido del aeropuerto y se dirigía a la habitación de la niña a dejar sus cosas.

La verdad es estaba bastante salido.  No nos dio tiempo a casi nada dejamos la maleta en nuestra habitación, entramos en la cocina a ponernos un vino y a través del pasillo ya se oía a Vanessa gritar como una posesa.

-       ah cabrón que ganas que tenía de tener ese pollón en mi culo  Que gustó diiiiiiios.

Marta y yo nos miramos y sonreímos  Mi mujer se agachó delante mía y sacando mi polla de su lugar y mientras me miraba hacía arriba con ojos de corderita degollada se metió mi tranca en su sensual boca, y empezó a mamar

Me la chupó como una leona mientras Vanessa era deslomada a pollazos por el capullo de su novio.  La verdad es que tenía una hija que no se cortaba un pijo a la hora de fornicar y le daba igual que sus padres la oyesen o no.

Sin salir de la cocina, apoyé a Marta sobre la repisa y levantándole su falda a la ultima y rasgándoles su cara ropa interior, le metí la polla hasta los huevos

Acabamos la tarde con una serenata a dos voces, una en cada extremo del pasillo.  En una se follaban a mi niña y en la otra yo hacía correr a su madre.  La verdad es que me ponía mucho ver ese ano recibiendo mi dura polla después de ver durante todo el fin de semana como mi viejo amigo se la había estado calvando durante todos estos años.

Eyaculé en las entrañas de Marta.

Lo cierto es que era un afortunado  Estaba forrado, perfecto de salud, una mujer que me quería y que a pesar no ser ya una cria con un cuerpazo,  era un autentico ramerón en la cama.

Cada cierto tiempo las dos chicas de mi casa salían de viaje.  A pesar de ser dueño al 50% de la empresa no les acompañaba y me quedaba en casa haciendo mis cosas y masturbándome o bien viendo los videos en VHS o bien pensando en mi mujer.

Estaban en Nueva York en una feria cuando por casualidad en una caja encontré un disco duro portátil.  A esas alturas ya me enteraba más de la informática, incluso tenía mi propio mac.  Me preparé una copa, encendí el ordenador y una vez arrancado metí el USB del disco duro.  Se que esta muy feo ver cosas que no son mías, pero la curiosidad me pone.

De nuevo Marta aparecía en la pantalla, aunque esta vez no era cuerdas la que la amarraban, sino cadenas que la amarraban a un potro.  Un vibrador de gran tamaño se le incrustaba en su ano mientras por detrás mi amigo vestido de una manera ridícula, le torturaba el coño con su polla.

Los videos iban pasando y en ellos mi mujer y mi viejo amigo iban avanzando en lo relativo a sexo.  Vi a mi mujer ser forzada, ser violada, se usada por varios hombres e incluso por alguna mujer.  Todo excitantisimo, pero nada que no me pudiese imaginar después de ver los videos anteriores.

Los videos dieron un cambio radical con fecha tres años atrás.  En la pantalla mi buen amigo Rodolfo se follaba en la pantalla de muy malos modos a una chica no mayor de 18 años  La chica gritaba y se quejaba a cada penetración de Rodolfo.  Mi amigo la abofeteaba a cada rato y la chica no paraba de llorar.  Marta apareció en la pantalla desnuda de cintura para abajó.  Se sentó sobre la cara de la chica que instintivamente quitaba la cara, Marta la bofeteaba y la obligaba a lamer.  La chica no tuvo más remedio que lamer y llevar a mi mujer al orgasmo la cual acabó con sus tetas al aire pellizcándose salvajemente los pezones.

Marta se puso a cuatro patas Rodolfo obligo a la chica a ponerse un arnés de esos con una polla hacia fuera y otra hacia el interior de la que se lo ponía.  La chica lloraba pero Rodolfo la obligó a penetrar a Marta mientras él la enculaba desde detrás.  Estuvieron así durante más de media hora en las que Marta y Rodolfo no dejaban de gritar de placer y lujuria, mientras la chica no cesaba de llorar.

Cuando estaba a punto de correrse, Rodolfo sacó una cuerda y lo pasó alrededor del cuello de la chica.  La estranguló sin dejar de follarsela.  Marta y él se corrieron mientras el cuerpo de la chica caía al suelo.

La pareja follaron como animales una vez acabado con la chica, sin importales el cuerpo inerte de la misma a su lado.  Me quedé de piedra.

Seguí revisando videos y en uno y otro Marta y Rodolfo violaban a una o dos chicas a las cuales torturaban antes de darles muerte y tras muchos orgasmos.  Eran putas orgias de sexo y sangre en la que se veía a la pareja disfrutando como locos, pero se les veía aunmentar el grado de excitación cuando acababan con sus victimas.  En las horas de sexo que le había visto a mi mujer,  en ningún momento había le había visto tan excitada como cuando acababan de acabar con alguien.

Estaba a punto de coger el teléfono para llamar a la policía cuando puse un nuevo video.  Casi se me cae el alma al suelo cuando vi que quien chupaba la polla a mi amigo no era otra sino Vanessa.

Al fondo de la pantalla, su madre azotaba a una chica joven atada a unas argollas, pero la protagonista del primer plano era mi hija.  Rodolfo se corrió en la boca de Vanessa después de largos minutos de mamar.  MI hija estaba encendida.  Se acercó a su madre y le dio un largo morreo.  Cogió el látigo de su mano y empezó a darle caña a al chica sin ninguna piedad, mi hija se corrió como una loca ante el sufrimiento de la chica.  No hubo falta que nadie la tocase.

La chica fue desatada y conducida hasta la entrepierna de Marta, se la obligó a ponerse de rodillas y comerle la almeja  Rodolfo abrió las piernas de mi hija y le metió la polla hasta el fondo.  Vanessa gritaba las obscenidades a las que ya me había acostumbrado oír a través de la puerta de su habitación.

Eran tres sádicos que solo buscaban el placer y que sobre todo lo encontraban haciendo sufrir a la chica en cuestión.

Cuando se cargaron a la chica, entre Vanessa y mi amigo se folláron a mi mujer durante horas.  Cuando acabaron loso tres estaban bañados en semen, flujo y sudor.

Seguí viendo videos, pero para mi desgracia, mi hija Vanessa aparecia en muchos de los videos, a cada cual más horrible que el anterior.

Casi no dormí.  Durante toda la noche vi a mi mujer, a mi hija y a mi mejor amigo violar y asesinar a chicas en una habitación oculta seguramente en la misma casa donde yo vivía.  No daba crédito a la situación, y desde luego no sabía que hacer.  Denunciar mi mejor amigo o incluso a mi mujer tenía un pase, pero no podía condenar a mi hija a años de cárcel teniendo toda la vida por vivir.

Perdí la cuanta de las chicas victimas del triunvirato.  Sinceramente no sabía que hacer si hubiese sido cosa de Marta y Rodolfo lo tenía claro, pero Vanessa es sangre de mi sangre y no podía entregarla a la policía.

Todo se volvió negro.  Cuando Vanessa y su madre llegaron a casa y me encontraron tirado en el suelo del salón en el ordenador en pausa todavía se veía en la pantalla a mi amigo Rodolfo con la polla dentro del culo de mi hija y esta comiéndole el coño a su madre.

La autopsia dijo que había sufrido un ataque cardiaco fulminante e inesperado, probablemente consecuencia de algún disgusto.

No he querido mirar hacía mi familia desde el más allá, he renunciado a ese derecho que los muertos tenemos.  No quiero saber que hacen en estos momentos, pero me imagino que nada bueno.

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