Despues de 20 años fui infiel a mi marido 3

El segundo encuentro fue distinto, yo le propuse ir a un hotel alojamiento para gritar sin problemas todos mis orgasmos.

Nuestro segundo encuentro fue totalmente distinto, particularmente le pedí a Diego que me llevara a un hotel alojamiento, porque allí podría gritar cuando tenia mis orgasmos sin reprimirme por lo que dirán los vecinos.

Esos días entre el primer encuentro y este fueron interminables, quería que llegara de una vez y lo veía a mi marido y hasta tuve sexo una vez con el y las sensaciones fueron tan distintas que no veía el momento de estar con Diego.

Entramos a la habitación y se ve que Dieguito también estaba excitado y ansioso porque ya en el auto me había manoteado las tetas y apenas ingresamos casi me arranco la ropa y me tiro en la cama, lo hicimos por primera vez en posición el arriba y yo abajo, pero antes de penetrarme me beso en todo el cuerpo, empezó con mi boca y bajo hasta los pezones, me dijo que me relajara, que el iba a hacer todo. Se detuvo un ratito en mis hermosas tetas y se las comió hasta que se cansó. Yo ya estaba excitada y lo abrazaba y trataba de tocarlo donde podía, el trasero, la pija y también sus pezones, que me encantan.

Bajo hasta mi vagina y me la succiono un largo rato, metió su lengua hasta lo inesperado, y con la otra mano me penetraba en el culo. Yo estaba toda mojada, esa lubricación natural ayudaba a que entrara todo más rápido. Creo que él esperaba que yo le hiciera también sexo oral, pero la verdad es que no lo practicaba con mi marido y no se lo hice a Diego. Pienso que se quedo un poco desilusionado, no obstante cuando se cansó de tocarme tetas, culo y concha y chuparme toda, metió su hermosa pija en mi concha y fue hasta el fondo.

Cada arremetida era una bendición y yo grite como loca, pude descargar mis sensaciones sin tapujos y a Diego lo excitaba más esto.

Como todavía no teníamos confianza en la cama, no me propuso el sexo oral de mí hacia él, quizás lo haría en la próxima.

Su rendimiento era admirable, no era rápido de acabar, a diferencia de mi maridito que se moja en 5 minutos, y me dio hasta que no pude más.

Finalmente me acabó sobre mis tetas, su leche caliente me recorrió una vez más mis pezones y no pude contenerme besarlo en la boca y abrazarlo.

Cuando nos retiramos del hotel, me quedó la sensación de que Diego no la había pasado tan bien y me fui un poco preocupada porque yo quería seguir cogiendo con él un tiempo largo. No quería que él cortara esta relación clandestina. Tenía que planear una estrategia para nuestro próximo encuentro.....