Despertar de un nuevo amor 2ª parte

Llego mi noche de amor mas esperada y mi bautismo como nueva lesbiana

DESPERTAR DE UN NUEVO AMOR

2ª PARTE

Con el teléfono en mano me dije que era una estúpida. Había conseguido contactar con la chica de la foto y había cortado. Volví a intentar llamar y daba ocupado. Y si ya tiene cliente?

Llame otra vez y atendió otra mujer. Le dije que estuve hablando con Cleo y se corto la comunicación. Me paso con ella.

CLEO: hola, quien es?

MARTINA: hola, me llamo Martina. Iba a hablar antes con Ud. y se corto, por ello llame anoche.

CLEO: si, decime que necesitas de mí

Me quede en silencio unos minutos, como no animándome a decirle.

CLEO: oye, dime que necesitas, una mujer para trió, para tu marido sola….

MARTINA: no, no…

CLEO: es para vos, entonces.

Me costo balbucear un si. Ella, experta dijo

CLEO: primeriza con mujeres?

MARTINA: (no sabiendo bien si seguir la conversación o cortar) Si

CLEO: que tienes, vergüenza, temor?

MARTINA: ambas

CLEO: Que edad tienes Martina? Tienes familia?

MARTINA: 47 años, me divorcie hace unos meses y tengo 3 nietas.

CLEO: un susto bárbaro no? bueno no temas, acá sabemos de todos los problemas. Tranquilízate, todo va a ir bien.

MARTINA: bien, gracias

CLEO: quieres pasar la noche de hoy conmigo?

MARTINA: puede ser?, necesito hablar.

CLEO: solo hablar? O con sexo.

MARTINA: si

Me paso las tarifas de una noche de amor y acepte el precio sin pensarlo.

CLEO: mi noche es de 21 a 8 hs. Adonde, en mi departamento?, el tuyo? O un hotel?

MARTINA: en un hotel, esta bien

CLEO: vamos juntas o me esperas en la habitación

MARTINA: si mejor te espero en la habitación. Un hotel, cinco estrellas, el xx, esta bien.

CLEO: perfecto, toma nota de mi teléfono. Cuando estés en el hotel, me pasas un mensaje con el numero de habitación y voy.

MARTINA: esta bien, te pido, por favor discreción y que no te burles de mi

CLEO: todo eso dalo por descontado. Chau

Me quede pensando, faltaban 6 horas para el encuentro con ella. Me prepare ropa en un bolso y empecé a ver que me iba a poner. Puse varias bombachas blancas y negras con encajes, sostenes y un albornoz. Faltando tres horas, me duche y me vestí. Un pollera tubo que cubría todas mis piernas, bombacha y sostén blancos. Una blusa blanca muy sugerente y para mi, muy transparente y una casaca a tono con la pollera. Zapatos de tacón chino, sin medias. Me maquille, tome el bolso, cerré bien la puerta con doble llave y tome el ascensor hasta el primer subsuelo, donde estaba mi cochera. Puse el bolso en el suelo del asiento del acompañante, por seguridad, me senté y trabe las puertas. Puse el coche en marcha y en minutos transitaba lentamente por la avenida rumbo al hotel. Pensaba si estaba bien lo que hacia, ir a tener sexo con otra mujer. Encima sexo comprado, por miedo al rebote con alguna. Y si no me gustaba, y bueno solo lo sabría yo y la escort. Llegue al hotel y luego de bajar del auto, se lo llevo el valet, al tiempo que un botones llevaba mi bolso a la recepción. Una vez ahí me registre con mi DNI. Cuando me preguntaron por cuantos días, le dije dos días. Luego fui a mi habitación. Una vez ahí, tome el celular y le mande a Cleo el numero de habitación asignada, 403.

Guarde las cosas en el placard y siempre pensando en lo a venir, me decía si estaba bien o no lo que iba a hacer. El timbre de la habitación me sobresalto, pensando que no podía se Cleo, era aun temprano para que llegara. Pregunte quien era y me contesto el camarero. Abrí la puerta y estaba el camarero con un carrito trayendo una botella de champaña de muy buena marca, un frasco de crema para repostería, uno de cerezas a la marra china y un enorme ramo de 24 rosas rojas que me dio en mano. Lo demás lo guardo en la heladera. Le di propina y se marcho. Deje las flores sobre una mesa que había y tome un jarrón que llene de agua, para poner las flores. Un vez que lo hice y acomode sobre la mesa, abrí el sobre que contenía el ramo. Era un mensaje de Cleo, que decía: “te voy a hacer vivir la noche de tu vida. Nunca la podrás olvidar. Lo prometo. CLEO”

Me sentí en el aire, como una chica del secundario a la espera de su amor. 30 minutos mas tarde sonó el timbre de la habitación, abrí y ahí estaba Cleo.

No saludamos con un beso en la mejilla y ella se sentó en el borde de la cama y yo en el otro extremo del mismo borde.

CLEO: asi que eres Martina. Sabes, eres más bella de lo que imagine. Realmente no parece tengas 47 años. Te digo esto sinceramente, no me gustan las hipocresías. A mi al pan, pan y al vino, vino. Si algo no me gusta lo digo y me voy y si me gusta sigo adelante.

MARTINA: me gusta tu sinceridad. Eres tal cual te ves en la foto, sin divismo. En forma personal eres de piel mas oscura que en las fotos.

CLEO: si, varios me dijeron lo mismo. Si tienes al problema dejamos todo, sin problemas.

MARTINA: no, por favor, no tengo ningún tipo de discriminación con nadie. Además me encantan tus pezones renegridos.

Sin percatarme, ella, se fue acercando a mí y cuando quise ver, la tenia a apenas 25 cm de mí, que con solo abrir un brazo me podía tocar, sin esfuerzo.                                                       Con mi pelo en sus dedos

CLEO: hermosos ojos verdes, y esa melenita rubio enmarcan muy bien tu cara. Yo me hubiera dejado el pelo más largo, por lo menos a los hombres.

MARTINA: gracias Cleo, lo tendré en cuenta a futuro.

Puso su mano sobre la mía y vio la alianza matrimonial. La saco de mi anular, la cerro fuertemente en mi mano

CLEO: guárdala o véndela. No la uses más, salvo que fuera un nuevo amor. Pero la vieja, no, rompe con el pasado totalmente, porque si estas con alguien y la ves te cohibirá.

Tome mi cartera que estaba sobre la mesa de luz y la tire dentro de ella. Entrelazo los dedos de su mano con la mía y me hizo parar. Nos miramos a los ojos, luego me abrazo, quedando atrapada con lo míos en los suyos. Fue un abrazo fuerte, al tiempo que en mi oído musitaba palabras

CLEO: tranquila Martina, relájate. Vas gozar en tu primera vez, pero debes entregarte tu misma. Es como cuando en tu cama, sola, por las noches te entregas a los brazos de Morfeo. Acá igual, pero con la persona que estés y quieras hacerlo.

Yo solo asentía con mi cabeza cada cosa que me iba diciendo, no solo como entendiendo que me decía, sino también que entendía que sin mi entrega no había placer. Ella me libero del abrazo y tiro su cuerpo unos centímetros atrás, me miro a los ojos, mientras yo los entonaba. Acerco sus labios a los míos en un cálido y suave beso. Luego nos dimos varios besos suaves y cortos, hasta estallar en uno largo que parecía que cada boca se quería comer a la otra. Las lenguas pasaban de boca a boca vertiginosamente. Se aparto unos segundos al tiempo que yo estaba agitada en mi respiración, como boqueando en busca de aires. Ella puso su cara en el costado derecho de la mía y empezó a morderme suavemente el lóbulo de la oreja, haciéndome estremecer. Sus labios fueron bajando por mi cuello. Yo sabia que los chupones que me iba dando, iba a dejarme marcada, pero no me importo. Sentí que sus manos corrieron la cremallera de mi pollera tubo y que se deslizaba de mi cuerpo hasta quedar en mis pies. Me hizo dar unos pasitos hacia adelante y me deshice de la pollera. Ella siempre me tenía con sus brazos, besando mí cuelo de arriba abajo. Se aparto unos pasos, yo sentía mi sexo completamente mojado. Estaba parada delante de ella, ya con los ojos bien abiertos, esperando su próximo paso y acerté en lo que esperaba. Con las dos manos empezó a desabrochar suave y paciente los botones de mi blusa, el sentir sus manos sobre mi cuerpo, fue que empecé a respirar agitadamente. Una vez ya mi blusa suelta, sin llegar a sacarla, con sus manos empezó a bajar los breteles de mi sostén y luego llevarlas a mi espalda para desabrochar el gancho. Mientras yo estire los bazos un poco hacia adelante, facilitándole sacar no solo el sostén, sino también la blusa, quede solo con mi bombacha blanca húmeda a mas no poder, delante de ella, que parecía mirarme complacida, rápidamente. Yo, desnuda ante ella anhelante, esperando seguirla a donde sea, sentí primero un poco de pudor, ese poco de vergüenza por ser mi primera vez con una mujer. Una mujer que me encanto de entrada, que me gustaba a rabiar y que pedía al reloj que pasaran las horas, como ese viejo bolero mexicano, para no despedirme de ella. Comenzó a chupar y besar mis pezones con fuerza, mordiéndolo, estirándolos y soltándolos, arrancando de mi boca ayes de placer. Fue bajando con su boca, jugo con mi ombligo provocándome un cosquilleo en mi cuerpo y llego a mi preciada y depilada concha. Con los ojos cerrados espere sus labios posarse en mis vaginales. Cuando sentí su boca posarse en ellos, todo mi cuerpo se estremeció de placer. Los de sus manos abrieron mis labios vaginales y su lengua recorrió de arriba abajo, varias veces mi concha. Mi pelvis se levantaba y bajaba al compa de su lengua. Cuando llego con su lengua y labios a mi clítoris, de solo posarse encendió en mi algo que parecía muerto hacia mucho tiempo. Jadeando espere expectante su próximo movimiento, mientras mi mano presionaba su nuca, como incitándola a seguir, al tiempo que le rogué

MARTINA: Cleo, por favor te ruego, no te detengas ahora. Te suplico….

Parecía esperaba esa orden, para que su boca y lengua vibraran haciéndome delirar de placer.

MARTINA: siiiiiiiiii, asiiiiiii no pareeeeeeeeeeee por favor. Siiiiiahhhhhhhh s¡¡ eso asiiii negrita miaaaaaa siiiiiii

Acabe tirada a su lado. Mi cuerpo parecía paralizado por lo vivido. Ella se incorporo un poco y busco con su boca la mía y juro que por primera vez bebí mis propios flujos de boca de otra mujer.

Se levanto, me ofreció su mano, que tome y tiro de ella, parándome a su lado, agarro las cerezas, se la puso en los labios y me la ofreció. La tome con un largo beso, comiendo un trozo cada una. Saco de la heladera la helada botella de champaña y no dirigimos al baño. Me metí debajo de la ducha. No me dejo abrirla. Descorcho la botella y salto helado liquido por mi cuerpo. Volcando luego todo el resto sobe mi cabeza. Fue besando cada centímetro de mi cuerpo absorbiendo el líquido. Ahí mis me proporciono un nuevo e intenso orgasmo

CLEO: esto es por el bautismo de una nueva lesbiana

Nos besamos intensamente. Después del baño no vestimos y salimos juntas de la mano. Ella me tomaba con su mano izquierda y en la derecha llevaba mi bolso. Bajamos así por el ascensor lleno de gente y caminamos la amplia recepción, pague la cuenta, pedí el coche y nos fuimos.