Despertar con Miguel
Me costó decidirme a conocerle, pero tras hacerlo y descansar del viaje, toca despertar con mi Amo, ¿qué se le ocurrirá esta vez?
Desperté y parecía que había dormido una eternidad, y… un momento… creo que no recuerdo donde estoy, por un momento miré desubicada alrededor, estaba desnuda, sintiendo el roce de las sabanas sobre mi cuerpo, y empecé a recordar la noche anterior.
Miguel dormía a mi lado, la verdad que no me extraño verle al otro lado de la cama, no pensaba tampoco que fuera de las personas que se pegan como lapas durmiendo, con el calor que da eso, y yo para ser sincera, tampoco tengo ningún aprecio por dormir de forma en que estés pensando si despiertas o no a la otra persona… MMmm … creo que en medio de mi reflexión mañanera he dado con una buena idea… despertarle…
Me acerqué despacio hasta colocarme entre sus piernas, la verdad es que no soy mucho de hacer estas cosas porque cuando miro a las personas dormir tengo el impulso de respetar su sueño siempre, pero recordaba que me había comentado alguna vez que quería que le despertase así un día. Acaricié ligeramente su cuerpo, lo suficiente para que desplazara su cuerpo y permitiera que me aproximase para lamer su polla, tenía muchas ganas de hacerlo, me moría por sentir como crecía en mi boca, cada vez tomando más cuerpo, pasé la lengua por la superficie, no quería tocarla con las manos, sólo con la boca, y se hace complicado en estado de reposo para meterla dentro de la boca, succioné la punta para atraerla y jugué con la lengua en ésa zona, oí un gruñido de aprobación y decidí continuar lamiendo sus huevos, metiéndolos en la boca y volviendo a su polla, que aquella mañana se me antojaba muy apetecible, de nuevo lengua arriba y abajo por el tronco y lametones más cortos, volver a colocarla para meterla dentro de la boca y succionar, chupar, mover más la lengua, y aquello cada vez cogía mayor y mayor consistencia, cada vez se entrecortaba más la respiración, y yo no quería parar de oírle, ni de sentirle entre mis labios, me coloqué mejor justo cuando sentí sus manos agarrarme la cabeza para follarme la boca. Miguel había despertado.
Su polla entraba y salía de mi boca al compás de los movimientos que imprimía a mi cabeza, resultaba algo extraño dejarse llevar en sus manos, apretó mi cabeza casi al punto de no poder respirar y de nuevo alterada le dí dos golpecitos en la pierna.
- Vamos a tener que hacer algo con eso, como ponerte ejercicios para que aguantes con mi polla hasta el fondo, porque sabes que me gusta y me encantará ver cómo te la metes sin dudar hasta que me corra.
Volví a meterla en la boca, mantuve todo lo que pude su ritmo hasta que se corrió dentro. Le miré a los ojos mientras me relamía.
- Mi Señor, no sé donde están las cosas para preparar el desayuno, o si habrá que ir a comprar, si me orienta puedo prepararlo.
- Vamos a prepararlo y así ves donde está todo
Bajé de la cama, y fui a ponerme la blusa del día anterior, pero Miguel me paró.
- No vas a ir por mi casa vestida, si te vistes es porque vas a salir… Tu misma
Dejé la blusa doblada sobre una silla, me sentí nerviosa y algo cohibida.
- Prefieres llevar algo puesto? Si quieres lo arreglamos.
Sonreí, que Amo más majo, que me iba a dejar ponerme alguna camiseta o algo para ponerme, asentí con presteza, y Miguel sacó unas pinzas y me las puso en los pezones, las unía una cadena, que dejó colgando.
- Ya llevas algo puesto, ya podemos desayunar.
Agarró la cadena y tiró de ella encaminándose a la cocina. Yo notaba los pezones doloridos, sentía las pinzas y como tiraba la cadena y la verdad es que no era lo que yo pensaba, me sentía algo descolocada, pero excitada, me sentía muy excitada.
Al llegar a la cocina dejó la cadena enganchada en el soporte de la batidora, lo que me obligaba a echarme ligeramente sobre la encimera, dejando mis pechos en contacto frío con el mármol. Me mantuve quieta mientras él abría la nevera y miraba dentro.
- Te gusta desayunar calabacín a la plancha y otras verduras?
Ya no tenía tan claro que no se le estuviera ocurriendo alguna idea, pero las preguntas hay que contestarlas…
- Si Señor, me gusta.
- Estupendo, pues podemos empezar por ahí…
Noté sus manos con algo fresco, que entendía que sería lubricante pasando por mi ano.
- Abrete puta, estas aquí para lo que yo quiera y vamos a ver si tienes hambre a estas horas.
Abrí las piernas lo que pude, aunque eso supusiera entrar aún más en contacto con el mármol que iba cogiendo el calor de mis pechos, y mientras Miguel metía dos dedos en mi coño.
- Sí que tiene hambre mi zorra,eh?, la verdad es que parece que de buen grado vas a disfrutar del desayuno, sabes que voy a reventar tu culo, verdad? Voy a follarte ése culo de furcia que tienes hasta que me supliques que pare, y cuando lo hagas me plantearé si quiero parar, o seguir. ¿Recuerdas tu palabra de seguridad?
- Sí, Señor, la recuerdo- repuse temblando de excitación, aún con el culo dolorido del día anterior.
Miré hacia delante preparándome para lo que venía, noté un tacto frío abriéndose paso entre mis nalgas, justo en el ano paró unos segundos antes de empezar a avanzar bombeando, mi coño se empapaba cada vez más, me sentía excitada, deseaba que Miguel me follara, me sobara los pechos, estirara de la cadena… Mmmmm caí en la cadena, y me retiré a propósito un momento para sentir como tiraba de mis pezones mientras Miguel seguía follando mi culo con el calabacín, pero no pasó desapercibida mi actitud.
- Veo que a mi puta le gusta que le tiren de los pezones mientras le reviento el culo, quizá podamos repetir esto a la hora de la comida, no te apetecería que vinieran a traer una pizza y le dieras tu el cambio mientras te follo el culo? Lo mismo podrías decirle al chico que si quiere unirse y se la chupas como propina, estoy seguro de que nunca habrá entregado una pizza y se la habrán chupado mientras la chupona tenía el culo lleno de calabacín. ¿No te gusta la idea?
- Mi Amo, me daría mucha vergüenza.
No mentí, la verdad es que me daría mucha vergüenza, aunque no podía evitar pensar en la imagen del pizzero viendo el calabacín clavado en mi culo, y sacándose la polla para follarme la boca mientras mi Amo mete y saca el verde. Cada vez más mojada, sin poder evitarlo. Los pezones estirados, cada vez más doloridos pero al tiempo poniéndome más y más cachonda, los movimientos de Miguel en mi culo, cada vez más seguidos, y yo me sentía en ebullición.
- Por favor… mi Señor... permiso para tocarme… necesito correrme… me tiene muy caliente.
- Te equivocas, aún no lo suficiente, ¿sientes como traga tu culo? Me encanta verte así de zorra en mis manos. ¿Has traído el plug hinchable que compraste?
- Sí…. Señor… - A duras penas podía hablar.
- Ve a buscarlo y te vienes al salón - me dijo desatando la cadena de donde estaba sujeta, y sacando el calabacín de mi culo.
No podía creerme que me hubiera dejado tan cachonda, y que sacara el calabacín así sin más… deseaba mucho correrme. Como alma que lleva el diablo corrí por la casa hasta alcanzar el dichoso plug hinchable y se lo llevé a Miguel, que me esperaba en el salón sentado en un sillón. Me arrodillé a sus pies y se lo dí.
- Buena chica, póntelo ahora, seguro que echas de menos algo en tu culo, y dame la bomba, que ya me encargo de hincharlo yo
Metí el plug en mi ano, después de haber tenido el calabacín, esto entraba con mucha facilidad, seguía excitada, aunque la carrera y el cambio de escenario me habían relajado un poco. Mi Amo tomó la cadena en sus manos y tiró de ella, se tensaron las pinzas y mis pezones le siguieron, quitó las pinzas con el consecuente dolor tras hacerlo y estiro mis pezones con sus dedos, magreó mis pechos, y de nuevo pasó a retorcer mis pezones, solo podía quejarme ligeramente del dolor, pero a la vez sentir entre mis piernas de nuevo creciendo la excitación.
- ¿No querías correrte? Te voy a dejar hacerlo, pero no será fácil, ¿estás dispuesta?
- Sí mi Amo, tengo el coño que me va a estallar, por favor déjeme correrme.
- Puedes hacerlo, pero no puedes tocarte, y yo no voy a hacerlo, sólo puedes frotarte contra mi pierna, meter mi pie en tu raja, empápame pero ni se te ocurra tocarte.
No daba crédito a lo que oía, asentí despacio y algo defraudada, no sabía cómo iba a conseguir correrme sólo frotando mi coño contra su pie, me coloqué sus dedos para que entrasen ligeramente en el coño y me dispuse a frotarme contra su empeine, arrastraba todo mi coño empapándole de mis jugos, frotaba mi clítoris contra su pie, mientras notaba como se llenaba en mi culo el plug, con una mano ni Señor sujetaba la bomba que controlaba el plug mientras que con la otra estiraba de uno de mis pezones, iba cambiando, los retorcía, y despacio ésa vergüenza que me daba estar restregándome con su pie como una perra empezaba a darme cada vez más igual, sólo quería correrme, y el plug creía más en mi culo, a veces lo deshinchaba y lo llenaba de nuevo al máximo, gemía de placer, mi coño ardía trasladando el calor al pie de Miguel, me agarre al sillón para restregarme más fuerte, cada vez más y más, pero me resultaba muy complicado pensar en correrme.
- Puta, tienes 2 minutos para correrte, si no lo haces, te quedarás así de caliente hasta que volvamos de desayunar. Vamos, quiero ver como lo haces. Hazme sentir orgulloso de la perra viciosa que tengo como sumisa.
Apenas se me oyó decir que sí, estaba con muchas ganas, me froté cada vez más fuerte, tratando de correrme mientras el tiempo avanzaba, mi Amo me ayudaba apretando el pie contra mi coño, estaba empapado totalmente y se deslizaba a lo largo de toda mi raja con mucha facilidad, mis gemidos se oían cada vez más altos, mientras mi Señor agarraba mis tetas y las movía con fuerza, volvía a pellizcar mis pezones y llenaba al máximo el plug, tenía mi culo a reventar, estaba muy cerca, sólo un poco más y…
- Tiempo!!! – exclamó mi Amo
Dios mío, mi coño estaba latiendo con fuerza, no podía creerme que me fuera a quedar así de cachonda sin poder correrme, me sentía , muy frustrada, enfadada, molesta, cachonda, demasiadas cosas a la vez.
- Limpia mi pie, no pretenderás que salga así a la calle, no?
Aún me temblaba el cuerpo y chorreaban mis jugos por los muslos mientras lamía su pie de toda la humedad que había esparcido por su pie. Cuando acabé ví como Miguel me miraba divertido, me cogió del pelo y me acercó hasta dejar mi cabeza a la altura de la suya, me besó con pasión, mordió mis labios suavemente, mi cuello, y mientras mi cuerpo se aceleraba de nuevo me susurró al oído:
- Vas a ir sin bragas a desayunar, vístete que promete ser un desayuno muy divertido.