Despertar a los cuarenta (6)

Un cumpleaños inolvidable, si usted no probó la torta, al menos deguste mi experiencia.

CAPITULO VI " DESPERTAR A LOS CUARENTA"

Un cumpleaños inolvidable, si usted no probó la torta, al menos deguste mi experiencia.

VIVIANA:

Cuando pasamos por mi madre, cuyo nombre es Rinalda Esther, el que nunca le ha gustado, por lo que todos le llamamos "Rina", se veía tambièn radiante y atractiva, pese a que pronto cumpliría los sesenta, nadie le creía que podía tener esa edad, no en vano yo llevo sus mismos genes y tampoco me creen sobre mis cuarenta y dos. Nos llevamos muy bien las dos y nuestra relación es de muy buenas amigas, como ya se los he explicado, aunque yo siempre le critico su "lengua suelta". Ella no cambia, incluso antes de llegar a nuestro destino me dijo: Voy a ver si esta noche encuentro alguien interesante, porque ya no me está gustando tu consolador y me muero por pegarme una buena "cachita" (coito) con un tipo potente. ¡Mamy por favor! – mi típica expresión para frenarla un poco. Nunca a querido ir a vivir conmigo, aduce sentirse muy bien sola. ¿Cómo voy a ir a vivir contigo? --- me dijo un día --- ¿Y si me tiento con tu Oscar? -- entre las dos -- él pobre tendría que ir a su trabajo en silla de ruedas. Mi madre era una diablilla incorregible.

Me asombre de la transformación que en un par de horas se le dio al apartamento de Daniel,

cuando llegamos ya estaban todos los invitados, la mesa estaba elegantemente bien dispuesta y un par de mozos se esmeraban en servir pequeños bocadillos y los primeros tragos. Nos fue presentado el padre de Daniel, un señor muy distinguido de unos cincuenta años, su nueva mujer, una estupenda y agradable mujer de no mas de unos treinta y dos años de nombre Mariú, con un apellido vasco que no entendí bien, el infaltable Sebastián, hacendoso como él sólo, una prima de Daniel con su marido, otro joven universitario y su novia, mas el festejado Daniel, su asistente para-médico y nosotros tres, en total once personas. Cuando saludé a Daniel, me dijo al oído --- ¡Estás preciosa! --¿Cómo te sientes? – ¡Muy bien! --- ¿ y tu? --- ¡Feliz, muy feliz!.

Después de una amena conversación entre todos los asistente, pasamos a la mesa, a Oscar lo habían acomodado a la izquierda de Mariú, pero éste me cedió su asiento diciéndome: ---Ustedes entre mujeres siempre tienen mucho de que conversar --- Para mi fue un agrado por que ya había cruzado algunas palabras con la hermosa y delicada Mariú, con quien acaparábamos las asiduas mirada de los hombres y estaba segura de hacer buenas migas con ella.

Mariú, me confidenció tener treinta y dos años, que este es su segundo matrimonio, que su anterior marido era norteamericano y vivió ocho años en Los Ángeles, California, no tiene hijos y a los tres meses de su divorcio conoció a Felipe, el padre de Daniel, en uno de los viajes que éste realizó a USA. y a pesar de ser de origen española-vasca, se vino a vivir a Chile, pues acá tiene algunos familiares cercanos y el país le ha gustado mucho. Ella posee una belleza muy especial y cubre su atractivo físico con una vestimenta muy insinuadora.

Mariú --- Le dije mientras inclinábamos la tercera copa --- No te había felicitado por tu tenida, luces muy bien, además eres dueña de un bonito cuerpo y tus zapatos realzan muy bien tus lindas piernas.

¡Oh, gracias Viviana! --- créeme que me avergüenzo cuando me halagan, aunque si vienen de ti, te los devuelvo por que tu me has inspirado la misma admiración.

¡Oh, gracias Mariú! --- fuera de hermosa eres muy gentil, entiendo que vives avergonzada, porque tu marido debe sentirse más que premiado con una mujer así.

Eso sí, el es mi gran admirador y mi productor, ya que me indica como vestirme para verme mejor.

No me digas que esos hermosos zapatos, fue una insinuación de él.

Por cierto, si te digo que es un fetiche por los zapatos, los pies y las piernas de las mujeres y aunque tu no lo creas --- me dijo al oído --- ya me insinuó que tu luces de maravilla y que se pasaría una hora adorando tus pies.

¡Y tu no te enojaste?

No, ya le conozco sus debilidades y no llega más allá que mirar inofensivamente.

Oye, creo que vamos a ser muy buenas amigas, mi marido es igual al tuyo, él se deleita eligiéndome la ropa incluso hasta mis pequeñas bragas.

Ah, de eso el mío no se preocupa, pues no le gusta que las use.

¿Verdad que andas sin nada abajo?

¿Verdad! --- ¿Quieres comprobarlo? --- me dijo en forma tan natural que sólo atiné a decirle ... más tarde vamos al baño juntas y ahí saldré de la duda.

Me agradas como persona --- me dijo --- ¿Me puedes considerar tu amiga ? --- Pero si eso es lo que te estoy ofreciendo Mariú- ¡Qué bien¡ --- Porque prácticamente no tengo amigas acá y si no fuera porque me entretengo haciendo algunas horas de clases de inglés en un Instituto Superior, me aburriría de lo lindo, así podremos salir juntas a todas partes , en tu tiempo libre por supuesto.

Tengo todo el tiempo del mundo para ti, ya que ahora tendré una personas para los servicios en casa hasta el mediodía, así que te llevaré por todos lados ¿Te parece?.

¡Vale niña, vale ... Salud ¡

Continuamos brindando por Daniel, por el matrimonio de su padre --- ¡Por mi nueva amiga Viviana! --- Grito entusiasmada Mariú.

A la hora de servir los postres, Mariú bastante mas abierta, me habló de Daniel, de lo mucho que había sufrido su padre y la increíble recuperación que venía demostrando.

Hoy me he encontrado con otro Daniel, dichoso, pleno de optimismo, alegre como no lo había visto antes y a su padre lo tiene muy contento también. Es un muchacho muy tierno.

Si, es un hermoso muchacho y ha tenido un tremendo valor para salir adelante, su estado de animo a mejorado mucho y con toda seguridad se debe a que despuès de su operación tiene la esperanza que pronto va a caminar. ¿Lo has visto hacer ejercicios sobre la cama? ---- Es increíble que ya puede mover bien sus caderas y eso le ha dado cierta movilidad a sus débiles piernas.

Hacer ejercicios no lo he visto – me dijo en voz baja Mariú – Su padre me ha pedido que no le visite si no lo hago acompañada por él , pues dice que se le han despertado todos los deseos sexuales propios de la edad y que ante los tenía bloqueados, entonces me dice Felipe, que mi presencia le puede excitar mucho al pobre, pues creo que sufre de unas tremendas erecciones .

Pronto creo yo, habrá que buscarle una mujer para que le quite la virginidad y lo calme sus nacientes apetitos sexuales.

Ese va a ser un asunto difícil creo yo --- me repetía bajando la voz –mientras todos conversaban de diferentes cosas y reían de buenas ganas.

Yo, --- le dije a mi nueva amiga con especial picardía --- en tu caso como buena madrastra me sacrificaría sin que lo supiera mi marido y le daría una ayuda a ese pobre joven --- le dije riendo -.- para ver cual era su reacción, pero obtuve como resultado que se ruborizara y cubriera su rostro con ambas manos.

Acompáñame al baño que esto se está poniendo muy cachondo mi niña --- le dije tomando su suave y ensortijada mano.

Una vez metidas las dos en el amplio cuarto de baño --- me dijo Mariú --- Lo de Daniel, te diré que me apena mucho, pero de solo pensarlo se me pone la piel de gallina pues son mucho los riesgos para mi, además tu no sabes que mi marido con eso del "Viagra" no me da respiro , aunque yo le digo que no debe esforzarse mucho pues le han descubierto un problema a las coronarias.

¿Y como anda de equipamiento el hombre? --- Pregunté para saber si su hijo había heredado de su padre.

Para mi está bien creo, aunque él se queja que le habría gustado tener algo mas grande, pero mi ex marido tampoco sobresalía por ser muy generoso en ello y creo era hasta mas pequeño que el de Felipe, aunque comparado con algunos que he visto en algunas revistas de corte pornográfico, estos parecen miniaturas, claro que si me tocara uno de esos tremendos falos no se si podría resistirlo pues estoy adaptada a cosas algo menos que normales.

¡Mejor así ¡ -- Aunque yo me muero por hacerlo con una buena herramienta --- le contesté sonriente mientras me subía en su presencia el calzoncito después de hacer pi-pi.

Que hermosas piernas tienes Viviana -- ¿No te depilas los vellos púbicos?

¡No! --- a mi marido le gustan peluditas en esa parte -- ¿Y tú ?

¡Mira! --- Me dijo levantando su vestidos --- lucía medias negras con porta ligas muy sexy y sin calzones, mostrando una depilada vagina, que me tentó por comérsela con mi boca. Me acerqué a ella y le susurré: --- Te ves muy sexy y tu zorrita debe ser muy apetitosa -- ¿Me permites que le de un besito?.

Si te complace, hazlo – agregó con mucha sensualidad.

De rodillas, bajé mi boca rozando con mis labios su suave y tibio vientre hasta posesionarme de su ardoroso sexo. Abrió bien sus suaves y lindas piernas, metí mi cabeza entre ella y devoré con mi lengua su suave y deliciosa vagina, la que emanaba sobre mi nariz, un exquisito aroma, pronto sentí sus movimientos y gemidos --- ¿Te gusta ? --- le pregunte algo agitada y un poco incómoda por la posición en que estábamos.

¡Oh! --- me parece delicioso, esto es nuevo para mi, pero me gusta.

Palpé con mis dedos su clítoris y cuando estaba jadeante de caliente, me detuve, enderezándome para besarla en la boca y acariciar sus lindas y duras tetas. Después de unos instantes en que ella me respondía con deseos a mi acoso, le dije --- Querida niña, vamos a llegar hasta aquí por hoy, pues pueden sospechar adentro, pero debes prometerme que nos juntaremos una de estas tardes pues te voy a enseñar algo que te va a encantar -- ¿Está bien? .

Oh, si, te lo prometo, te daré mi teléfono para que me llames. --- Nos besamos nuevamente y salimos al comedor como si nada hubiere ocurrido, aunque yo iba ardiendo de deseos por dentro.

Mi madre derramaba glamour entre los jóvenes, causando gran hilaridad con sus relatos, la vi hablar mucho con Daniel, quien sentado en su silla de ruedas, se las ingeniaba para participar de buen ánimo en la cena.

Al término de esta celebración nos despedimos todos sonrientes y dichosos de haber trabado una linda amistad, aunque para mi, algo comprometedora por el descubrimiento de Daniel y mi hallazgo con Mariú.

Esa noche pasamos a dejar a mi madre a eso de las dos y treinta de la madrugada, en el camino nos contó que a partir del día lunes, vendría por las tardes a acompañar a Daniel, lo que me pareció demasiado sospechoso, pero muy bien. Atrás nos seguía el auto de Sebastián, mi joven amante, que esa noche le pedí no fornicaramos, pues con lo acontecido en la tarde, tenía un tanto delicada mi pobre vagina. Pero quien lo aceptó de buenas ganas fue mi marido que vistiendo sus atuendos de mujer se lo llevó al cuarto de huéspedes, loco de excitación.

El fin de semana lo pasamos encerrados en casa descansando, fue una buena terapia para reponerme físicamente, aunque ya el lunes de tan sólo recordar a Mariú, me atacó una fuerte excitación que me obligó a llamarle a eso de las dos de la tarde en que sabía que se encontraría en casa de vuelta de clases.

¡Hola Viviana! – No sabes la alegría que me da escucharte, ayer estuve tentada de llamarte pero me imaginé que habrían salido.

Tontita, estuve todo el día descansando con Oscar, podías haberme llamado pues me interesaba saber cómo lo habías pasado en el cumpleaños de Daniel.

¡Oh Viviana! ... Te diré que no he podido quitarte de mi mente, me has cautivado con tu personalidad, tu belleza de mujer y con ese fantástico encuentro en el baño. ---¡Uff! --- me dejaste a trescientos por hora.

Para eso te llamaba, ya que quería proponerte que nos juntáramos en mi apartamento uno de estos días por la tarde.

Me parece estupendo – me dijo muy entusiasmada --- Que te parece mañana en la tarde ya que no tengo clases y Felipe regresa tarde los martes pues va a unas reuniones.

Te esperaré con ansias mi amor.

¿Cómo quieres que vaya vestida?

Sin calzones por supuesto le contesté riendo.

Ese martes, fue un día de temperatura muy cálida, pasado las tres de la tarde me quité los jeans y blusa que llevaba puestos, me puse un muy sexy calzoncito "Colaless" cubriendo el resto sólo con mi transparente baby-doll, calcé unas finas "chalitas" de altos tacos y finas correas, mientras me perfumaba mire mi figura en el gran espejo y de solo mirarme me excite de inmediato. Justo cuando el reloj marcaba las cuatro de la tarde, sonó el timbre de mi puerta. Me cubrí con una muy corta bata y me apresuré a abrir. Mariú, se veía radiante, con una delicada faldita corta y unas piernas estilizadas y hermosas. Después de mostrarle mi apartamento y servirle un refresco, le tomé de la mano y la llevé a mostrarle mi alcoba, que fue la única dependencia que reservé para lo último. Una vez en su interior, me quité la pequeña bata, mostrándome a ella como yo sabía hacerlo. Me acerque a ella y nos besamos con unos deseos contagiantes. Quitarle su vestimenta fue cosa muy rápida, nuestros físicos muy similares, aunque el recorrer su piel blanca rosada, la sentía con una suavidad especial y muy excitante. --- Esta es mi primera vez con una mujer --- me decía con mucha sensualidad --- Que rico que mi debut sea contigo, porque lo quiero y lo deseo mucho.

Nos acariciamos mutuamente sobre la cama, succioné sus deliciosos senos y notaba como endurecía esos maravillosos botones de sus pezones. Después cuando mas jadeábamos de calientes, abrí sus hermosas piernas y hundí mi rostro en su ardiente vagina, separando sus lubricados labios vaginales hundí mi lengua en ese posito de rozados pliegues al igual que aquella noche en el baño, me posesioné de su excitable clítoris causando estragos con mi adiestrada lengua, para despuès cambiar de posición y le entregué mi velluda zorrita, notando que había aprendido la lección en forma muy rápida y eficaz, No pude resistirme cuando después de un rato la sentí apretar mi rostro con sus suaves muslos y empezar a convulsionarse, presa de un delicioso orgasmo que la hizo gemir con ahogados murmullos. Nos fuimos las dos al mismo tiempo, derrochando un lujurioso placer que a mi me volvía loca pues la experiencia de hacerlo con mujeres de la talla de Soledad y ahora con Mariú, encontraba que había descubierto algo fascinante y tan lejano a mis aprensiones que ante tenía de este tipo de relaciones. Les recomiendo a mis amigas que lean mi relato, que si se les presenta la oportunidad intimidar con una amiga que a ustedes les agrade, busque el momento preciso para abordarla y es muy probable que les resulte y si eso es así verán lo rico que se siente y por ello no dejaran a su hombre de lado.

Continuamos desnudas sobre la cama mientras nuestra respiración y palpitaciones elevadas a mil, volvían a su estado normal.

¿Qué te ha aparecido la experiencia? ---Le pregunté al oído.

¡Oh, delicioso, si muy delicioso! --- ¿Por qué no lo practique antes?

Porque tu destino te dijo que tenías que conocerme a mi y que sería yo quien te haga feliz en esto .

Eso es verdad Viviana, en tanto te vi esa noche me embrujaste o algo que nunca antes me ocurrió con nadie, por favor " Vivi", no me lo niegues nunca que te prometo estar siempre disponible para ti en lo que sea.

¿Es verdad? --- Eres capaz de jurarlo – le dije algo seria, pues me gustaba mucho como mujer, amante y amiga.

Te lo juro por mi madre quien es a quien más quiero --- En prueba de este testimonio besé sus carnosos y sensuales labios entrelazando nuestras inquietas lenguas hasta que nos faltó la respiración.

¡ Oye Mariú ¡--- le interrumpí ---¿Y le contaste algo a tu marido de lo nuestro?

Bueno te puse por las nubes, pero de nuestro momento especial no le dije nada porque eso me lo reservo para mí solita. Esa misma noche me desquité con él, e incluso cuando estábamos en lo mejor, porque se excita mucho besándome los pies y le gusta hacerlo con mis zapatos puestos, dejando muchas veces los tacos marcados en su espalda o en su trasero. Bueno como te digo estábamos en esa, cuando le pregunté que le había parecido tu persona.

¿Y cual fue su respuesta? --- dime, dime --- le repetí entusiasmada

Quedó tan caliente como yo de ti. Te encontró espectacular, tus pies le fascinaron, tu forma de vestir, insinuantemente sexy, e incluso te filmó con la cámara que andaba trayendo en varias poses, aunque el lente no lo despegó de tus piernas, e incluso tambièn filmó a tu mamá, que debo reconocer se conserva muy bien, llegando a decir Felipe sobre tu mama: Con razón tiene una hija tan rica, si es cuestión de ver a la madre. Yo no sé cuantas veces habrá acabado masturbándose, viendo tus pies, porque tiene varios videos tanto míos como de otras mujeres que los ha venido juntando por años.

Si te dijera que el mío sufre de algo parecido, aunque no le ha dado por filmarme, pero tambièn lo he visto acabar lamiendo mis pies y masturbándose con mis zapatos.

¡Que tipos más locos! --- pero así son felices y yo le respeto sus inclinaciones pues salgo ganando en mis caprichos de calzar bien y pagar por mi belleza – agregó Mariú.

Esa tambièn es mi posición al respecto.

Continuamos el resto de la tarde entregándonos a disfrutar de lo nuestro. Para hacer mas atractivo nuestro deleite sexual, saqué un consolador de pené por sus dos extremos, lo único que no se llevó mi querida madre, fue algo increíble, Mariú resultó tan o más caliente que yo y se volvía loca acabando, hacíamos una linda pareja y en el acople éramos dinamita pura.

Dos días despuès de mi encuentro con Mariú, salí al centro de la ciudad a ver unas telas para renovar mis cortinajes, eran como las seis de la tarde. Como nada sabía de Daniel y andaba cerca de su apartamento, quise pasar a visitarle, le compré un chocolate y un libro y me fui a su encuentro, frente a la puerta de su departamento quise darle una sorpresa y echando mano a una llave que me había dado Sebastián, abrí sigilosamente la puerta e ingresé, caminando en puntas de pié dirigí mis pasos hasta el cuarto de Daniel, el ruido y bullicio de la calle no me dejaba escuchar bien, al abrir un pequeño espacio de la puerta de la alcoba, escuche gemidos y murmullos extraños, lentamente introduje mi rostro en ese espacio y casi me da hipo del espectáculo que observé.

El cuerpo desnudo de una mujer en posición arrodillada y de espalda a mi punto de observación, mantenía bajo ella a Daniel, con su imponente verga perdida a voluntad en el sexo de la mujer, ya que esta subía y bajaba su cuerpo con ritmo cadencioso. No podía ver el rostro de ella pues a un costado de Daniel, se encontraba Raúl el paramédico, a quien mamaba su tieso pené a un ritmo acompasado y excitante. De mi posición veía como Daniel, le perdía todo su imponente miembro, llegando a golpear con sus testículos la raja de la mujer, que lucía un buen físico y se batía muy bien con sus dos acosadores. Opté por no moverme de la puerta pues la visión me calentó de sobremanera, me deleitaba viendo ese cuadro y envidiaba a la mujer y su capacidad para engullirse esa tremenda verga, la que yo no fui capaz de soportarla toda.

Embobada como estaba dejé los paquetes en una mesita y llevé mis manos a estimular mi sexo que completamente humedecido me tenía al borde del orgasmo. Sin darme cuenta en el fragor de mi calentura, alguien me toma por atrás y me besa el cuello, casi lanzo un grito de terror, pero alcancé a ver a Sebastián que con una rapidez extraordinaria me metió con ganas su lindo falo y mientras veíamos al trío en acción él me fornicaba de lo lindo. Pronto Daniel se vino con todo, lo vi dar fuertes impulsos contra el sexo de la mujer para ser más profunda su penetración y bufando cual toro bravío, lo vi acabar con asombroso deleite, esto desencadenó un clímax en cadena, pues tambièn acabó dentro de la boca de la mujer Raúl y pude escuchar un par de fuertes gemidos de ella enderezando su cuerpo y su cabeza, pudiendo apreciar su agitado rostro.

¡Mamá! --- ¿Tú ?--- quise gritarle, pero Sebastián tapó mi boca, silenciándome de esa forma, sentí del muchacho un par de fuertes clavadas y su descarga seminal que me llevó completamente en un orgasmo tan electrizante y excitante que perdí la fuerza de mis piernas, lo que me hizo caer hacia delante, dando un empellón a la puerta la que se abrió de par en par. .

Imagínense ustedes el cuadro tragicómico que viví. Yo por un lado tratando de levantarme del piso, medio aturdida aún, subiendo mis bragas apresurada que en el acto se habían desprendido hasta mis pies, mientras por mis piernas bajaban los líquidos seminales producto de la feroz eyaculación de mi muchacho. A todo esto agrego que Sebastián mi joven amante de pie atónito, mostrando su erecto y chorreante miembro. Mi madre, sorprendida con su cabeza girada hacia la puerta, babeando semen por su boca mientras seguía acoplada a Daniel y todos con un tremendo signo de interrogación en sus rostros.

No les voy a relatar las recriminaciones que se produjeron entre mi madre y yo por este erótico y no muy agradable incidente. Daniel también estaba molesto con Sebastián por nuestra actitud. Al final quien apaciguó y fue el componedor de las cosas fue Raúl, un hombre maduro de unos treinta y cuatro años pero que tambièn le gustaba del sexo con mujeres maduras, reconociendo despuès que mi madre era extraordinaria para la cosa.

-Yo les pido a todos --- nos dijo con voz pastosa --- que nos calmemos, aquí no se ha cometido ningún crimen ni tampoco ningún delito, somos todos mayores de edad y a nadie se le ha forzado a nada, todo hemos disfrutado del sexo y lo hemos hecho con agrado. Viviana --- me dijo --- tu debes sentirte feliz pues tienes una madre extraordinaria, a sus años mira el cuerpo que tiene y como hemos gozado con ella como si se tratara de una mujer de veinticinco y ella se ha entregado sin reservas a complacernos y complacerse ella misma. Y tú has gozado tambièn, no tanto quizás por que te penetró Sebastián, --- no---, te llenaste de placer mirando a tu madre como lo hacía. Tu madre no tiene a quien rendirle cuentas , pero tú sí, pues tienes un marido, por lo tanto olvidemos lo pasado y los invito a tomarnos un buen trago.

Raúl, nos hizo razonar a todos , me acerque a mi madre y la abrasé y besé largo rato --- Perdóname madre--- yo no soy nadie para criticarte y yo por mi parte se muy bien lo que hago y tu tampoco me lo vas a reprochar ¿Verdad? --- Así es mi niña, como dijo Raúl aquí no caben los reproches, tu sabes muy bien cuales son mis debilidades y tu misma me has facilitado las cosas, este joven no lo hubiese conocido y no me hubiese enternecido con él, si no es por ti. Además tu no sabes lo bien que me ha hecho el estar con estos muchachos, fue como volver a mis treinta años, me hacía mucha falta --- me dijo tiernamente.

¡Madre! --- No hay más comentarios, ya está todo dicho y lo mejor es disfrutar este momento.

Nos quedamos todos en el cuarto de Daniel.’ mientras hacíamos turnos para pasar al baño y borrar los vestigios de nuestra unión sexual. Después del baño nadie se vistió, sólo cubrimos nuestra humanidad con prendas menores. Luego Raúl apareció con tragos y algo para comer, lo que lentamente empezó a encender nuestros ánimos y a recobrar las confianzas. En un momento me levanté sólo cubierta con mi pequeño calzoncito y mis zapatos altos y salí en dirección a la cocina en busca de hielo para mi trago, los hombres al observarme así, me llenaron de piropos. Cuando volví, sospeche que en algo estaban tramando en mi contra, pero esperé los acontecimientos. y cuando el trago se me . Fue mi madre quien develó el misterio al decir:

  • ¡ Veamos muchachos! ---- cada uno va a pedir un deseo que se pueda realizar esta noche antes de marcharnos, enseguida preguntó a cada uno de los hombres y Raúl dijo "Mi deseo de esta noche es ver a Daniel en acción con Viviana" . Daniel por su parte dijo: Yo encantado acepto, pero que participe también Raúl. Yo lo apruebo grito Sebastián, a lo que mi madre agregó: ¡Viviana, mi niña hermosa! --- Ven mira bien esto --- y levantando la sabanilla que cubría al desnudo Daniel, le alzó con la mano el semi erecto miembro del joven, diciéndome --- Mira mi amor, no puedes dejar perder esta oportunidad, mira que cosa mas linda de pené, te hará estallar de gustos, e inclinándose sobre la fabulosa verga se la llevó a la boca y comenzó a darle de mamadas. Al hacer eso inclinada sobre el borde de la cama, dejó a la vista de los hombres su desnudo trasero con su caliente vagina a la vista de los morbosos hombres. Sebastián que sabía que no podría fornicar conmigo dado que todos me habían elegido para Daniel , bajó sus pantalones y uniéndose al trasero de mamá le perdió su miembro ante el gozo que le impuso a mamita. Nuevamente me remeció de placer el ver a mi madre penetrada, sin hacerme de rogar me quité nuevamente el Colaless y subí a la cama, cubriendo con mi cuerpo el delgado físico de Daniel, bajé mis caderas hasta sentir el toque del miembro de Daniel. Mi madre, que estaba encima de la acción fornicada por Sébas, desde su posición la sentí abrir los pliegues de mi entrada vaginal y con una mano dirigió el fuerte miembro de Daniel, quién me penetraría con la misma intensidad de aquella primera vez. A todo esto Raúl, ya estaba en posición para que me yo hiciera cargo bucalmente de su verga , mientras sentía el rostro de mi madre pegado a mi trasero lamiendo el tronco del pené de Daniel que entraba y salía de mi apretada zorrita, para luego en su demencial locura su lengua empezó a estimular mi clítoris, haciéndome estallar de gozo.

Esta vez le aguanté todo el miembro a Daniel, que empujaba con fuerzas contra mi útero el que recibió un nuevo baño de juvenil semen, producto de mis incontrolables gemidos y contorciones, mientras mi boca recibía las descargas lechosas de Raúl, a quien le dejé secos los testículos en cada chupada. Este mismo Raúl que al final se metió a la ducha donde me encontraba jabonándome, para darse el gusto de saciarse de mi metiendo sus manos por todo mi cuerpo, mientras su boca succionaba embelesado mis senos, ya fuera de la ducha me incline para mamar su verga que aún algo inerte, debí hacerle un buen trabajo para que recobrara su rigidez, luego me hizo apoyar mis brazos sobre la tapa del inodoro y me clavó con ansias y mucho placer hasta que ambos acabamos estruendosamente justo cuando mi madre inquieta entraba al cuarto de baño para ducharse. Su vista quedó pegada a la culminación de nuestra entrega para luego decir:

-¿ A quien habrá salido mi niña , si su madre toda la vida, ha sido una santa mujer? --- JA – JA – JA.( Ni ella misma, se lo cree).

Continuará Viviana.