Despertar a los cuarenta (5)

Conocer al minusválido Daniel Alexis, con sus progresos y cualidades, más a las personas que le rodean, han hecho doblemente interesante mi despertar.

DESPERTAR A LOS 40 –V-

Conocer al minusválido Daniel Alexis, con sus progresos y cualidades, más a las personas que le rodean, han hecho doblemente interesante mi despertar .

VIVIANA.

La ausencia de visitas a mi apartamento de José Miguel, preocupaba a mi marido, aunque ambos comprendíamos que el pobre hombre estaba muy preocupado de la salud de su mujer y sus deseos sexuales, ahora se los satisfacía su hija Soledad. La preocupación de mi marido era que le estaba faltando el estímulo del placer que le producía ver a su mujercita en acción con otro hombre y al fallarle su amigo José Miguel, buscaba la manera de buscar el reemplazo y por las noches a solas conmigo en la cama, me proponía un sin número de candidatos, que yo rechazaba de plano y eso lo desesperaba. El ganaba buena plata y gustaba que yo vistiera juvenil y a la moda, su gran obsesión era la adoración que sentía por mis piernas y pies, se excitaba de sobremanera como ya lo saben, verme calzada por zapatos de fino cuero y tacos altos, cancelaba sin reclamar mis cuentas de maquillajes, regalándome las mejores productos para mi cutis facial, cremas contra estrías , celulitis y flacidez, en el gimnasio no había máquina que no me hubiese hecho botar un kilo. Claro que de su resultado no solamente lo disfrutaba él, si no todos esos hombres que en la calle u otros lugares me acosaban con sus picaras miradas.

Yo últimamente me burlo de él diciéndole: Tu gastas dinero a raudales en tu mujercita para que se mantenga atractiva y saludable y luego viene otro tipo y se come el néctar y la miel productos de tus cuidados y de mi sacrificio. Eso no importa --- me decía muy serio --- Yo así concibo mi felicidad y te hago feliz a ti. --- ¿Verdad mi amorcito? ---¡Si mi vida --- Yo tambièn soy muy feliz --- le respondía con un beso. Pero Oscar es un muy buen marido y un mejor padre en todo sentido, se siente orgulloso de sus hijos y doblemente de su mujer a quien Dios, ha beneficiado dotándola un físico excepcional y una dulce e inocente belleza a la cual, recien ahora empiezo a sacarle partido.

A Oscar, le brillaron los ojos cuando le conté que había encontrado en el centro de la ciudad a Sebas-Jeff. (Sebastián). Le dije que estaba convertido en todo un hombre, alto y de hermosos rasgos, de inmediato me pidió que le invitara el sábado por la noche a cenar.

Le transmití el mensaje al joven y esperé impaciente su llegada ese sábado, me di una buena sesión de baño, después me perfume y vestí súper sexy. La presencia de Sebastián, esa noche en nuestro apartamento fue todo un suceso. Oscar se sentía muy contento con el muchacho y recordaban de buenas ganas cuando jugaban junto a mis hijos y las diabluras y travesuras que hacían en esos años de niñez. El muchacho nos contó sobre su familia, que continuaban viviendo en Miami y él se había vuelto a Chile hacía casi un año, contratado por una empresa americana con sucursal en Santiago de Chile. Que cansado de vivir en hoteles, aprovechó el ofrecimiento hecho por su tío Felipe, para que se fuera a vivir con su hijo Daniel Alexis, a un amplio apartamento de su propiedad en pleno centro de la ciudad.

Daniel es un joven de 23 años, semi inválido, ya que por una cruel enfermedad lo atacó siendo niño, quedó sin movimiento en sus piernas y que por estos días se encontraba en una Clínica, lo habían operado nuevamente con un buen pronostico. El tío Felipe, que era viudo, volvió a contraer matrimonio y se fue a vivir con su mujer a una hermosa casa del sector alto de la ciudad.

Los tragos, la grata conversación y lo caliente que se mostraba Sebastián conmigo, facilitaron las cosas para que esa noche funcionara un nuevo trío conmigo. Oscar bufaba de caliente cuando veía la forma como me penetraba Sébas, y la manera en que yo le correspondía, con mis ondulaciones y eróticos gemidos, sobre la misma cama que lo había hecho muchas veces con su amigo José Miguel y con Soledad. Estando los tres desnudos sobre la cama, observaba sorprendida a mi Oscar como acariciaba a Sebastián y lo estimulaba a clavarme más y más fuerte, mientras yo respondía: ¡ Así, así, papito! --- ¡más ¡--- ¡más ¡--- ¡Ohhhh!.

Después de caer en un par de incomparables orgasmos, sentí inundar mi zorrita con le leche joven y viril de mi niño "Sébas", quién continuaba recibiendo los extraños halagos que llegaban a límites poco varoniles de Oscar, pero con lo caliente que estábamos pasaban desapercibidos.

Nos fuimos a darnos una ducha de agua tibia con Sebastián, donde con la suavidad y aroma del jabón y el roce de nuestros cuerpos nos volvimos a encender. El ingreso de Oscar trayendo toallas para secarnos, detuvo nuestro avance. Mientras yo secaba las cristalinas gotas de agua de mi cuerpo, Oscar, que seguía con sus gestos de "Marica", se ofreció secar el cuerpo de Sebastián, quien mantenía en erección total su fabuloso pené, el que fue objeto de admiración de mi caliente marido. Al volver a la cama e impulsado por Sebastián, Oscar me penetro al borde de esta, siendo ahora Sebastián quien lo impulsaba y golpeaba sus glúteos con ambas manos, después de haber lubricado bien su ano. Pronto sentí que el peso sobre mí se había duplicado y Oscar --- mi marido --- gemía cual mujer de puro placer. Fue lo máximo, el muchacho a insistencia de mi marido lo penetraba analmente y éste loco a rabiar me lo hacía a mí. Fue una nueva sensación súper excitante, nuestro muchachito nos tenía a los dos a su disposición y para él solo.

Sebastián, se convirtió así en nuestro huésped obligado de al menos dos a tres veces por semana, aunque lo más extraordinario fue el cambio de personalidad de mi marido. De nuestra puerta hacia fuera continuaba siendo un hombre normal, tanto en su trabajo como con sus amigos, pero dentro de casa sufría una increíble transformación, especialmente cuando Sebastián nos anunciaba visita o se consumía sus tragos. Me rogó como tres días para que le comprara zapatos, vestidos y ropa interior femenina y hasta una rubia peluca, antes mi asombro debo reconocer que le favorece que no es peludo y delgado, con decirle que bien maquillado, cualquier persona se podía engañar, si hasta la voz le salía finita

Desde un comienzo quise rechazar su actitud, pero pensándolo mejor no podía pecar de egoísta o criticar abiertamente su actitud, ya que a todas luces no tenía yo, ninguna autoridad moral para impedírselo, si yo hacía lo mismo con Soledad y fornicaba con otros hombres a escondidas o en su presencia. Tuve que aplicar una buena cuota de sicología y aceptar su nueva condición y hasta confieso a ustedes que me excitaba sola, vistiéndole de mujer. Sebastián nos adoraba como si fuéramos sus novias y le datamos duro hasta quedar totalmente agotado.

La situación de su primo Daniel, me conmocionó mucho y una tarde llamé a mi madre para que me acompañara a la Clínica a visitarle.

Nos sonrió dulcemente cuando le dijo que era amiga de Sebastián y que quien me acompañaba era mi madre-

¡Oh! Perdón pensé que eran hermanas por el extraordinario parecido --- Nos dijo asombrado.

Pasó que fui una madre muy precoz, salí de la secundaria y a los diecisiete ya estaba esperando, aunque felizmente casada --- agregó locuazmente mi madrecita.

Daniel, nos contó su enfermedad y todo los años que llevaba postrado, pero se mostraba feliz porque con la operación que le habían practicados, se decía que los pronósticos y resultados se empezarían a ver muy pronto.

El era un joven muy delgado y de un rostro muy expresivo, buen conversador y amigable. Mi madre quedó encantada con él y le prometió que cuando le dieran de alta lo visitaría para ayudarle en su rehabilitación. Dos semanas despuès Daniel fue dado de alta en la Clínica y llevado a su apartamento que compartía con Sebastián. Estaba feliz porque ya podía mover sus caderas aunque las piernas estaban muy débiles aún. Un enfermero lo atendía en el día más otra persona que le preparaba su alimentación y quienes le visitábamos incluyendo a mamá.

Un día tomándonos un café en nuestro restauran íntimo con Sebastián, este muy conmovido me dijo: - ¡Viviana, mi amor! --- te quiero pedir un favor súper especial --- No quiero que lo tomes a mal, pero si despuès de escucharme, no te parece adecuado, simplemente me dices no y aquí no ha pasado nada.

Estoy totalmente intrigada --- respondí mirándole a los ojos , mientras mis manos apretaban las suyas.

Mira, mi primo Daniel, está de cumpleaños el Viernes de esta semana, por la noche vendrá su padre con su mujer , un par de amigos y quiere invitar a tu madre, a ti con Oscar y yo por supuesto.

¡Ah, que bonito! --- y ¿Qué quieres, que yo les cocine?.

No tontita, no es eso, es mucho más complicado pero también muy profundo.

¡Explícate!.

Lo que pasa que Daniel por su enfermedad jamás a tenido relaciones con ninguna mujer, porque su estado y sensibilidad lo anulaba. Pero ahora despuès de su operación a empezado a tener erecciones y eso lo tiene muy contento pero a su vez preocupado. Cómo él no sabe lo nuestro, me dijo que cuando le fuiste a visitar la primera vez con tu madre, estuvo dos días en que no se le bajaba la cosa, y soñaba contigo y que le gustaste mucho, aunque también tuvo palabras de elogios hacia tu madre, yo me apresuré a informarle que eras casada, pero en vez de tranquilizarse, mas caliente se puso.

.

¿Y se podría saber, cual es tu diabólico plan?

Que te conviertas en su regalo de cumpleaños y le permitas experimentar sexualmente su primera vez con una mujer.

¿Estas loco de remate? --- Cómo se te ocurre, ves que le puede dañar su operación y eso no me lo perdonaría.—le respondí apresurada.

Ya habló con su médico y el le dijo que no debería tener ninguna complicación.

¿Ese pobre muchacho debe tener todo atrofiado, si no lo usaba desde niño?.

Nada de eso --- él a evolucionado como una persona normal y es más, te vas a caer de espaldas cuando le veas la tremenda herramienta que se gasta, un verdadero salchichón italiano.

¡Uyy! --- Será verdad tanta belleza.--- pregunté sonriente.

Mira, ahí tienes una foto que le tomé hace una semana mientras dormía, al parecer soñaba contigo por que tiene la estaca parada.

¡Oh mi Dios! --- ¿Qué se sentirá con una cosa así? --- Mira parece un miembro de potro --- ¡Gran Dios!.

Dime, ¿Te gustaría probar una cosa así?

Si, pero la puntita nada más, todo es mucho para mí.

¿Entonces estas dispuesta a concederme ese favor?

A ti no podría negarte nada y menos desvirginar un amigo tuyo.

Eres lo máximo Viviana, lo máximo --- me abrazaba y besaba ante la mirada del viejo garzón que siempre nos atendía.

Ese día Viernes y conforme a lo convenido con Sebastián, después del almuerzo Daniel quedó solo con Sébas, a la espera de mi llegada, la que se produjo a eso de las dos de la tarde, cuando ingresé a la alcoba de Daniel, sus ojos le brillaban de alegría siendo notorio su estado de cierto nerviosismo, pero se las arreglaba para ser muy afectuoso. Después de conversar junto a Sebastián sobre su estado de salud, de cómo había aumentado sus movimientos y de otras cosas jocosas de las cuales nos reímos de buenas ganas, cosa que nos sirvió para soltarnos un poco.

Yo los dejo solos --- manifestó Sebastián --- retirándose de la habitación. Yo por mi parte me fui al baño para quitar mi vestimenta, cubrí mi cuerpo con mi pequeño baby-doll, dejando mi pequeño calzoncito puesto y calzando mis zapatos de tacos altos hice mi aparición sonriente frente al nervioso muchacho que se pasaba mil películas al verme así tan sexy para él. Yo me creía una verdadera profesional.

Daniel, le dije con voz sensual, mientras me mostraba cual modelo de pasarela --- soy tu regalo de cumpleaños con que tu querido primo Sebastián te quiere agasajar.

¡Oh ¡ Que sorpresa, no lo puedo creer, ¡Tócame por favor ¡ --- me parece que estoy soñando --- sonreía nerviosamente el buen Daniel.--- Levanté la sábana con que estaba cubierto y me introduje cómo una gatita en celo a su lado. Le acaricie suavemente mientras sentía la delgadez de su cuerpo, tome sus manos y las puse sobre mis senos, los que acaricio y miró con delicioso asombro para despuès deslizar su manos por mi cuerpo mientras sus labios rozaban los pezones ya endurecidos de una excitación que iba en rápido aumento:

¿Es verdad que es tu primera vez Daniel?

Si --- me respondió mirándome tiernamente a los ojos --- perdóname si no lo hago bien porque dentro de todas mis limitaciones, esta es la que más me preocupa.

Mi amorcito --- le dije dándole besos en sus mejillas y su frente --- No debes preocuparte de nada, yo me encargaré que todo salga bien, seremos muy cuidadosos y veras que momento más hermoso vamos a pasar.

Gracias Viviana eso me da mucho ánimo y me hace sentir feliz, porque Dios me ha mandado este ángel bello a recibir mi virginidad sexual.

¡Oh! mi niño hablas muy bien, dame un besito, así ---- ¡mmmmmmm!

Bajé una de mis manos a la búsqueda de su sexo y ¡Ohhhh! --- No aguanté la curiosidad y descorrí la sábana para mirarlo con mis propios ojos y no daba crédito a lo que veía, no me habría sorprendido tanto si Daniel hubiese sido un tipo grande, musculoso de amplias espaldas y de pecho generoso, pero este era un muchacho muy esmirriado físicamente, casi esquelético, pero su pené era algo fuera de lugar para ese físico. Duro como una estaca, de unos veinticuatro centímetros de largo, de glande normal adelante que se iba engrosando hacia atrás que al engarzarlo en su base mis largos y finos dedos no alcanzaban a tocarse. No pude resistir la tentación de llevármelo a la boca y saborear tan hermosa herramienta de placer.

Pronto mi fino, suave y diminuto calzoncito , saltó por los aires para caer en un rincón de la alcoba de Daniel. Era la última prenda que cubría mi ardiente cuerpo y la pérdida de esta prenda le indicaba al inquieto Daniel que todo estaba dado para disfrutar del mejor regalo de cumpleaños de su atribulada vida, ya que esa tarde podría disfrutar del placer que le ofrecía la mujer que inquietaba su mente y sus sentidos eróticos y que ya empezaba a empaparse de la exuberancia y belleza de mi cuerpo y de mi persona.

Daniel no tuvo ninguna dificultad para deslizar su cuerpo sobre el mío, yo me encontraba extraordinariamente cachonda, mis abiertas piernas cobijaron su delgado físico mientras su gran pené rozaba inquieto mis bellos pubianos, le bese con mucho ardor y le acaricié con ternura hasta que mi mano fue a guiar aquella linda cosa. El muchacho respiraba agitado y expectante. Sentí el glande de ese lindo trofeo entrar en mi vagina, ayudándole con suaves movimientos ondulatorios de mi cuerpo, era algo extraordinario y pronto sentí lleno de pene mi ducto vaginal, notaba los labios vaginales dilatados al máximo, pero mi calentura y las nuevas sensaciones de ser penetrada por ese tremendo trozo musculoso de un joven virgen me hacían seguir resistiendo con preocupante deseo. No podía creerlo que yo hubiese sido capaz de meterme esa tremenda pieza en mi gozadora vagina. El empezó a mover sus caderas y a sentir el gustito de la penetración, su cabezota ya tocaba fondo y mi excitable útero frenaba su avance, pese a que aún pude notar que quedaba afuera su grueso tronco y mi zorrita dilatada al máximo no resistía más , continuamos fornicando entre besos, gemidos placenteros y mis orgasmos que no se dejaron demorar, debía tratar de controlar mi irrefrenable deseo de moverme como siempre lo hago para evitar causarle algún problema a mi joven amante, que me daba la impresión que lo iba a fracturar al verlo como se esforzaba, mis gemidos alocados en mi tercer gran orgasmo lo hicieron eyacular dentro de mi con inusitado descontrol pleno de placer y agitación. Sentí casi todo su aparato maravilloso golpear vertiginosamente mi aportillado útero mientras un intermitente chorro de rica leche me inundaba por dentro.

Aún con mi amante sobre mí, penetrada hasta el fondo y tratando de controlar nuestra agitada respiración y sudor corporal, nos sorprendió la voz de Sebastián:

¡Bravo mi muchacho¡ ¡Así se hace! --- ¡Que bien este si que es un macho recio! – ¡Urra!--- Gritaba como loco al igual que un Entrenador cuando su pupilo bate una marca mundial en las olimpiadas --- Que hermoso cumpleaños primo mira que lindo regalo te hemos hecho! – Así seguía en su algarabía mientras avanzaba desnudo hacia mi. Me besó y acaricio por todas parte, agradeciéndome lo que había hecho por su primo Daniel, despuès y como venía caliente con lo que había observado a lo voyerista, me hizo mamarle la verga mientras continuaba elogiando a su primo, a quien su tremenda cosa no se le bajó por nada, algo recuperado continuó bombeándome, mejorando totalmente su ritmo anterior. A eso de las seis de la tarde debí arrancarme a casa ya que pronto llegaría el Enfermero que cuidaba a Daniel, además que yo debía volver por la noche acompañada de Oscar y mi madre a la cena de cumpleaños que su padre le había mandado a preparar para reunirse con la familia y amigos y festejar su increíble recuperación y esto va de mi parte, en su certificación de hombre, puse mi timbre de " Desvirginado y Aprobado "..

Mientras conducía a solas, aún sentía la sensación de tener dentro de mi ese tremendo pedazo de músculo varonil, que cosa mas deliciosa, adoraba los momentos que estaba viviendo y sobre todo cómo se me iban dando las cosas. Ya en casa me di un buen y reparador baño, más una sesión de masaje que había dejado reservado el día anterior, de tal forma que cuando llegó mi querido marido me encontraba cómo nueva y exquisitamente vestida para la ocasión. Me regaloneo por unos buenos minutos y luego nos preparamos para asistir a la cena.

No me abandonen, en el próximo capítulo les contaré que sucedió en la Fiesta de cumpleaños de Daniel, de las personas maravillosas que han marcado mi vida y la participación de mi extraordinaria madrecita en actos no muy santos.

Tu amiga Viviana:

Fin Capítulo V.