Despertar a los cuarenta (1)

Mi nombre es Viviana, 42, felizmente casada con Oscar, 53, desde hace veinticuatro años,me case a los 18 años y Oscar tenía 29, con dos hijos, ya fuera de casa, por estudios a casi 800 Kmts., al sur la menor, y casado el mayor...

DESPERTAR A LOS CUARENTA ( 1 )

"No me explico cómo una anónima y tranquila dueña de casa, cuyo gran pecado es ser heredera un muy buen atractivo físico y personal, según mis amigas y alabanzas que he escuchado de algunos hombres, más un marido generoso, puede despertar tan fuertes apetitos y deseos en quienes me ven con otros ojos y extraños sentimientos al estar juntos a mí, pero lo más asombroso es que hasta ahí llega mi tranquilidad, porque con tanto acoso vencieron mi resistencia ......... VIVIANA. .

Mi nombre es Viviana, 42, felizmente casada con Oscar, 53, desde hace veinticuatro años,me case a los 18 años y Oscar tenía 29, con dos hijos, ya fuera de casa, por estudios a casi 800 Kmts., al sur la menor, y casado el mayor. Físicamente atrayente como lo he descrito, no soy ni gorda, ni tampoco muy delgada, mido 1,70, de rostro atractivo, bonitas piernas, buen trasero y prominentes y aún firmes senos, ¿Que más puedo pedir a esta edad , --- ¿verdad?. Ese ha sido mi pecado original y ser fiel a mi marido fue mi devoción inquebrantable, hasta que ..... Por favor dejen que les cuente este tremendo episodio de mi vida.

Mi vida sexual con Oscar, hasta hace un par de años, fue muy activa, fantasiosa y creativa, dejando plenamente satisfecho a mi marido, a quien me entregaba sin reservas y disfrutábamos de nuestras fantasías intimas que no pasaban de decirnos cosas que nos llenaban de placer excitándonos fuertemente para luego después de hacer el amor, volvían nuestras vidas a la normalidad y yo a mi recato de mujer fiel al único hombre de mi hogareña existencia.

Ahora bien, como en muchos matrimonios o parejas, con el pasar del tiempo y al quedarnos solos en casa con los hijos lejos y dentro de nuestras fantasías, empezó a rondar nuestra cama, el erótico fantasma del trío, y este se ha venido a introducir cuando hemos estado en lo mejor haciendo el amor y yo en la búsqueda de sentir más intenso el placer que me provoca una buena entrega, le insisto suplicante e inconsciente a Oscar, porque prolongue lo más posible su siempre galopante eyaculación, que no se me vaya tan luego, que se lo siento tan delicioso dentro de mi. Entonces él que reconoce que con los años sus potenciales sexuales han ido disminuyendo y mis necesidades han ido en marcado aumento, le atormenta la idea de no poder dejarme plenamente satisfecha y se le ha metido en su loca cabecita que la solución puede estar al alcance de la mano, ya que varias veces, cuando estamos en lo mejor de nuestras entregas, lo he escuchado decir:

Tenemos que buscar mi amor a alguien que te llene de pene ese rico pocito y te haga acabar como tu te lo mereces. --- ¿Verdad amorcito?

¿Tu crees mi amorcito? --- a mi contigo me basta pues es a ti a quien quiero conmigo. --- Yo se que esa respuesta no le gusta y me sigue insistiendo, por lo que aveces no me queda más remedio que seguirle el juego y en el punto más alto de mi calentura le digo que sí, que deseo hacerlo delante de él con un hombre que me mate a clavadas y que quiero que pronto se haga realidad. --- Ahí irremediablemente se me va con todo y yo también. Pero como les he explicado, cuando volvemos a la normalidad, trato de no tocar el tema, pues me asusta la idea de verme enredada íntimamente con otro hombre, dado que mi único hombre ha sido mi Oscar, así soy feliz con él. --- Aunque en el fondo de mi corazoncito reconozco que no soy de piedra y tras tanta insistencia de mi marido la idea ha ido tomando cuerpo en mi y no se hasta cuando voy a poder seguir resistiendo esta tentación.

Nuestros hombres son geniales y por lo que he podido leer en Internet, casi todos desarrollan las mismas trancas mentales (Fantasías sexuales), se copian unos a otros, en la cama se ponen generosos, pero no prodigándose en mejorar su calidad de sexo-pareja, sino en proponerles a sus mujeres la posibilidad de hacerlo con otros hombres, dándole incluso a conocer la lista de posibles candidatos a probar de lo prohibido y que va desde amigos cercanos, pasando por familiares desde primos, tíos, cuñados, vecinos, compadres, etc. Así encienden a sus mujeres hasta que estas pisan el "palito" y caen redonditas en la trampa.

Una noche Oscar, me trajo de regalo una caja, como esas donde tienen los zapatos en las tiendas, la abrí expectante ignorando su contenido, hasta me imaginé que eran zapatos, aunque hacía sólo una semana aprovechando nuestro paso por un centro comercial de exclusividades, se enamoró de unos preciosos zapatos de tacos altos y correas finas en color plateados de fiesta, me los hizo probar quedando entusiasmado, pese a su alto precio los pagó con toda conformidad. Siempre me dice que una mujer de bonitas piernas debe lucirlas bien calzada, me paga dos veces al mes un pedicuro que se ocupe de mis pies que el adora y se excita lamiéndolos y besándolos con devoción. Pero su regalo de esa noche no eran zapatos, para mi sorpresa se trataba de un set de consoladores de silicona, en tres tamaños, con accesorios, como tirantes, batería para la vibración, regulador de vibración, doble pene y un video con instrucciones y consejos, no imagino cuanto gastó en ello, pero era otro de sus deseos que le gatillaban en su cerebro sico-sexual.

Lo inauguramos una noche después que volvimos de una fiesta, donde los tragos y el bailar con otros hombres, siempre me dejan sobreexcitada. Era la primera vez que probaba una cosa así, Oscar se encargaba de incentivar mis sentidos haciéndome imaginar que me compartía con otro hombre a mi elección mental e inventaba toda una trama erótica, mientras yo gozaba extraordinariamente con tan fabulosos aparatos.

Mi tranquila existencia en lo sexual me hizo entrar en un verdadero descontrol , empecé a descubrir de mis capacidades orgasmicas, las que se estaban haciendo escasas y poco estimulantes, se me empezaron hacer más frecuentes y de exquisita sensación. Mi adicción a esos aparatos se hizo cada vez mas fuerte, primero incentivada por mi marido y después como un vicio en solitario. Mi marido disfrutaba quizás tanto como yo cuando me veía en acción. Aveces, tarde por la noche en la cama y frente al TV. buscaba en la red películas de corte erótico o triple X y cuando me empezaba a calentar, buscaba mi consolador favorito y simulando ser la heroína de la historia, acababa una y otra vez deleitándome con los cuerpos desnudos de tipos más recios.

Trataré brevemente de explicar su funcionamiento y estructura de mi favorito: Contaba con una base que la mujer la aprisiona entre las piernas, ya que contienen dos semi arcos acolchados que calzan justo en ambos muslos, al centro de esa base va un impulsor automático que contiene al pene de silicona ya lubricado el que se introduce en la vagina y mediante un control efectúa los movimientos hacia adentro y afuera, engrosa el tamaño e incluso cuando estás por conseguir el orgasmo mediante tu propia manipulación te lanza un chorro de un líquido inocuo similar al semen que te hace acabar con mas deleite. Cuando esto me ocurría, normalmente él dormía profundamente, pero con mis desordenadas convulsiones se despertaba aveces asustado, pero al darse cuenta de lo que me estaba ocurriendo, me acariciaba y besaba para luego dormirse nuevamente.

A solas con el regalito de mi marido en plena acción me permitía fantasear con casi todos los amigos de Oscar y aveces también incluidas sus mujeres, me armaba unos cuentos espectaculares que me hacían explosionar en unos tremendos orgasmos. Casi siempre se me repetía la figura y estampa de José Miguel, un señor alto fornido, 40 años, deportista por hobby, de cuidado físico, a quien veía desde mi ventana, de buzo sobre su bicicleta o volviendo de un trote por el parque. José Miguel, era muy amigo de mi marido ya que se conocían de los tiempos de solteros y Oscar lo impulsó para que se comprara su apartamento frente al nuestro en un bonito condominio. Normalmente se juntaban a conversar acompañados de un trago, Ya sea en el bar de nuestra esquina o en el apartamento de José Miguel, muy raras veces en el mío. El vivía junto a su mujer Haydee y una de sus dos hijas, Soledad de 24 años, quien estudiaba en una universidad en el extranjero (España) y que después de cuatro años debió retornar por enfermedad de su madre y revalidar estudios en el país.

José Miguel, vivía un drama con su mujer, tras varias intervenciones quirúrgicas, no se había podido reponer y yacía en cama postrada por meses. Una noche nos visitó invitado por mi marido a tomarse un trago. Por insinuaciones de Oscar, a quien complacía en todo, me pidió que vistiera algo sexy para este encuentro. José Miguel es un tipo muy atractivo y de fácil conversación, me fascinó su forma de ser, despuès de haber repetido los tragos y animada la conversación, no dejaba de mirarme y recorrer mi cuerpo con su mirada cada vez más acosadora lo que adornaba repitiéndole a mi marido que me cuidara mucho pues poseía una joya de mujer.

Sus miradas y adulaciones hacían que me sintiera súper excitada y deseada por este hombre.

Después su rostro se contrajo al relató del drama que estaba viviendo con su mujer enferma en cama, ello desde hace algún tiempo les ha impedido tener relaciones sexuales, cosa que tambièn le angustia y sufre sus consecuencias ya que reconoció que el sexo para él tiene especial importancia en su estado de ánimo, de ello se daba cuenta su hija Soledad. Nos comentaba pidiéndonos mucha reserva, que la muchacha conciente del problema de su padre y el mucho cariño que sentía por él, en más de una ocasión se le metió a la cama, con la clara intención de que la poseyera para aminorar así su fuerte tensión, cosa que por moral no se lo podía permitir, pero no sabía hasta cuando se iba a resistir pues la muchacha poseía sus exuberancias físicas, que lo ponían muy inquieto y excitable.

Les confieso que esa misma noche habría hecho una verdadera obra de caridad humana, invitando a mi cama a José Miguel, a quien estoy cierta habría hecho gozar hasta la saciedad con la anuencia de mi marido que habría disfrutado mucho de ello, pero no fue así.

Cuando nos quedamos solos con Oscar ,en la cama, yo le comentaba con mucha pena y preocupación. – Pobrecillo, cuanto sufrirá por todo esto que le pasa; tanto con su mujer y ahora con su hija ¿Cómo podríamos ayudarle? --- ¿se te ocurre algo mi amor?.

Tú tienes la palabra --- me dijo Oscar, sin ambages

¡Yo! --- Pero ... ¿De que cosas me hablas?--- le respondí con inocencia culpable.

Mi amorcito, tu posees en abundancia lo que su mujer no le pueda dar y yo me sentiría muy feliz que así fuera y también lograríamos así nuestra anhelada fantasía del trío.

¡Oh, Cáspita! --- exclamé yo --- casi loca de alegría, aunque traté de disimular dándole una mentira piadosa --- ¡Papito! – agregué medio en serio --- Me asusta que hagamos una cosa así, yo te quiero mucho y no quiero hacer nada que después dañe lo nuestro. Así somos felices con nuestras fantasías y tu regalito de silicona que ha sido un tremendo acierto mi amor y aunque reconozco que siempre ha sido nuestra gran fantasía pero podríamos dejarla por lo que es y nada más.

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Te entiendo mi amor, pero creo que tus temores son infundados, si ambos estamos de acuerdo en algo que siempre hemos deseado porqué habría de dañarnos después. Además dijo ---- Creo que debemos ser generoso con un ser y un amigo que sufre y si Dios nos ha dado de todo en abundancia porqué no compartir esas abundancias con alguien que ya ha venido a tocar nuestra puerta. ¿Te parece?.

Pero aquí la generosidad corre por mi cuenta y es mi abundancia física, la que voy a entregar en bandeja de plata mi amor – le dije.

Te lo reconozco mi vida eres demasiado premio para cualquier hombre, pero yo también entrego parte de mi orgullo de saberte mía por siempre y la madre de nuestros hijos --- respondió él --- y lo otro es que tu bien sabes que me muero de ganas por verte en acción con otro hombre.

Y si él rehúsa o no soy su tipo de mujer.

Olvídate de eso, él sueña con hacértelo, --- ¿no vistes cómo te devoraba con sus ojos? --- me ha dicho que me envidia sanamente por tener una mujer como tú, incluso me ha confidenciado con algunos tragos, ¡Cuide a su mujercita compadre, que está cada día más rica y aquí hay varios machotes que le tienen puesto el ojo.

¿Oh ¡ -- Oscar, eres un mentiroso --- le increpé, no inventes cosas mi amor, tu bien sabes que eso me deja muy caliente y después yo no respondo.

Bien lo hacemos o no lo hacemos, esta es nuestra gran oportunidad de hacer realidad nuestro larga fantasía del trío --- me lo dijo en tono casi suplicante..

¡Si! --- Lo hacemos --- le dije , pero que conste que ha sido tu idea y tu deseo, después no te quejes ¡eh!.

Esa noche lo hicimos con inusitado erotismo, ofreciéndole mi cuerpo en forma generosa en recompensa por esta determinación.

Los siguientes días, no nos podíamos sacar de nuestras cabezas esta estimulante presión, cubrimos todos los detalles y hasta la diosa fortuna se puso de nuestra parte, ya que José Miguel le informó a Oscar que ese fin de semana debía viajar a la costa por un proyecto de construcción que le habían encargado y coincidía que era el mismo lugar donde desde hace algunos años tenemos una casa de descanso en la playa. Logramos la confirmación de José Miguel de acompañarnos a cenar ese sábado por la noche, sin decir nada de la sorpresa que le teníamos preparada. Por su parte a su mujer la tenía con una enfermera que la atendiera.

Fue el mismo Oscar que me ayudó a hacer el equipaje que llevaríamos a la casa de la playa, buscó mis prendas más sexy, vestuario para ir a bailar a las discotecas y los infaltables zapatos de altos tacos, cremas corporales y perfumes, me quería entregar cual novia en su noche de bodas y no cesaba en recomendarme que fuera amistosa y fogosa con su amigo.

Ese sábado por la noche, debo reconocer que estaba súper nerviosa, era mi primera vez con otro hombre desde que me casé, rogaba por Oscar que todo saliera bien, por lo menos por empeño no me iba a quedar. Mi marido por su parte me empezó a estimular con aperitivos y con palabras . Me tranquilizaba la idea en que yo conocía a José Miguel e incluso como ya lo he mencionado tenía una atracción oculta hacía su persona, cuya imagen se fue transformando en mi favorita a la hora de dar rienda suelta a mi imaginación en compañía de mi consolador.

La llegada de José Miguel, fue muy puntual, vestía sport, recien bañado y con un agradable aroma, tuvo palabra de mucho elogio hacia mi, repitiéndole constantemente a Oscar --- Te envidio viejo, te envidio .

La mesa estaba dispuesta para cenar con velas en un toque cargado de romanticismo. Una entrada de finos mariscos y una carne asada con agregados fue nuestra degustación, algo liviano para no cargar mucho el estomago, pero sí, nos prodigamos en el vino y los bajativos, a mi en lo personal, la ingesta de alcohol, en cantidad intermedia me estimula mucho en la parte sexual y desinhibe mi personalidad, a Oscar le sucede algo parecido, por lo que los efectos estaban en su punto culmine. José Miguel no me perdía movimiento y su vista se iba a clavar cuando sentada en el sofá, abría mis piernas para cambiar de posición y me mantenía por un momento con un generoso regalo visual hacia él que lo notaba desesperado. La conversación muy variada y llena de picardía como solía serlo siempre.

Por unos minutos los dejé a solas, ya que era la señal convenida para que Oscar le hiciera el ofrecimiento de acompañarnos a la cama, mi vagina ardía de ganas y mi corazón latía a mil por minuto. Después de unos instantes, volví en puntillas hacia donde estaban los hombres para escuchar como iba el ofrecimiento y así pude escuchar claramente cuando José Miguel, al parecer muy sorprendido decía:

Es que no te puedo creer Oscar --- esto es lo más increíble que he escuchado en mucho tiempo, pero para no mentirte es lo que más he codiciado de ti --- dime por favor que no es una broma amigo.

Cómo voy a estar bromeando contigo compadre, con esto no se bromea, pero por los años que nos conocemos y viendo tu tremendo problema con Haydee, te queremos dar una manito.

¿Y Viviana está de acuerdo?

No me fue fácil convencerla, es la primera vez que haría una cosa así, además te estima mucho y hasta te encuentra atractivo, está preocupada por lo que pueda seguir pasando entre tu y tú hija. --- claro está Pepe (José) que tenemos que saber guardar reserva de esto.

Compadre, esto no es cosa de niños chicos --- cuenta conmigo.

Escuché unas palmadas de abrazo por el acuerdo y las últimas palabras de Oscar que le decía: ¿ Amigo mío, el terreno está sembrado de muy buenos frutos, ahora es cosa suya de conquistarla a su manera, yo me voy a ser el desentendido --- ¿ estamos? --- OK, compadre e hicieron sonar las copas.

Cuando volví con ellos Oscar había puesto música y me instó a bailar con su amigo cosa que acepté de buen agrado previo haber tomado un nuevo sorbo de licor servido en mi vaso, Oscar nos dejó a solas, mientras yo sentía el embrujo y la deliciosa sensación de ser estrechada por los fuertes brazos del hombre que admiraba tras mi ventana , la cercanía de su rostro y su sonrisa me embriagaban, yo también me insinuaba con movimientos llenos de sensualidad hasta que nuestras mirada quedaron fijas y un suave pero efectivo beso sello nuestra bocas para repetirse segundos después en forma muy apasionada.

Quise hacerme la inocente retirando temerosa mi boca de la suya y observando hacia el pasillo donde pudiera aparecer Oscar, pero el no se detuvo ahí, y los primeros botones de mi blusa cedieron ante sus diestras manos que se deslizaban en busca de una de mis prominentes tetas cuyos pezones ya estaban duros y muy sensibles.

¡Oh, por favor Pepe, nos puede sorprender Oscar!

Viviana, eres la mujer que más deseo en este mundo y haría cualquier cosa por compartirte con mi amigo Oscar.

¿Y tu crees que a él le gustaría compartirme contigo?

El es un muy buen amigo y siempre me ha dicho que cualquier cosa que yo necesite de él, sólo tengo que pedírselo.

¿Incluida su mujer?

No me ha puesto límite

Entonces --- Pídeselo --- le respondí sonriendo y desafiante volviéndome a besar apasionadamente. Sentía la dureza de su potente pené rozar con insistencia mi ardiente sexo y mis sentimientos del momento era ser penetrada por ese gran falo que adivinaba bajo esos pantalones .

Después de esa apasionada pieza de baile, corrí a mi alcoba, rápidamente me desprendí de mis ropas quedando sólo en mis diminutos calzoncitos "Colaless", mis zapatos de altos tacos y un coqueto y transparente baby doll, al mirarme en el espejo y pensando que en un par de minutos tendría a ese tremendo tipo penetrando toda mi intimidad con mi marido de testigo, casi me viene un orgasmo, el que sólo se detuvo al sentir los golpes sobre mi puerta.

Apareció incrédulo ante mi vista José Miguel .

¡ Sorpresa !--- Le dije con la mejor de mis sonrisas --- mientras me acercaba a él.

¡Oh ¡ --- Si yo soy el más sorprendido por tanta belleza junta en una sola persona --- me dijo observándome de pies a cabeza, mientras yo me apegaba a su cuerpo sintiendo sus vibraciones y el repetido palpitar de su duro falo.

Le ayudé a quitarse su vestimenta mientras Oscar iba por los tragos, tres minutos después lo tenía sobre mi en nuestra amplia cama, sus manos me palpaban como si quisiera que mi piel se pegara en sus manos, su erecto pene ya había tomado su real envergadura, la palabra es exacta ( en- verga- dura) sus casi 23 centímetros de longitud, hacían la diferencia con el de mi Oscar, de apenas unos 14 centímetros bien medidos.

¡Mira que aparato! --- le dije sorprendida a Oscar cuando entraba con los tragos.

¡Hay! - ¡ Hombre! --- Te las tenías calladita compadre, con esa cosa capaz que parta a mi "Vivi"--- ¿podrás con esa tremenda cosa mi amor?--- me consultó Oscar --- mientras su vista no se despegaba del aparato de su amigo.

¡Oh que maravillosa herramienta tienes Pepe¡ – dije sonriente ---

Con el permiso de tu marido te la perderé toda, las veces que tu quieras.

Era mi primer encuentro con otro hombre, que hambriento de mi, iniciaba sobre nuestra cama toda su gran capacidad amatoria y viril sobre mi, me sofocaba con sus caricias, sentía sus manos en todo mi cuerpo y su boca después de saciarse de mis duras tetas, busco desesperado abrirme de piernas para luego sentir su boca saboreando mi entrada vaginal y atacando mi excitadísimo clítoris con tal maestría que me hizo caer en un convulsionado primer orgasmo que para asombro de mi marido me electrizó por completa, especialmente al lograr llevarme a mi boca su enorme pieza de placer. Su idea de poseerme completamente le hizo cambiar de posición mientras mi estado multiorgásmico empezaba a revivir después de muchos años.

Cuando el grueso y fuerte miembro de Pepe me fue penetrando, fue un deleite sublime, Oscar desnudo también no se perdía detalles de esa tremenda penetración y después el suave vaivén de profundas punzadas que me llegaban al fondo de mi excitable útero, no podía contener el gemir y exclamar, cuando me llegaban al fondo sus deliciosas clavadas, mi canal vaginal apretaba cual guante de cuero legítimo al inquieto pene de José Miguel.

¿Cómo va todo mi amor? --- me preguntaba mi marido --- Delicioso mi amor, estoy con mi zorrita llena de pene ... ¡Oh, que rico papito! --- gemía yo mientras Pepe me tenía entera para él, no podría describirles el tremendo placer que sentía en esos momentos, ser fornicada por un tipo de las características de José Miguel con la complicidad y anuencia de tu propio marido, para quien de alguna forma lo deseaba y se preparó para ello, era algo indescriptible, sus manos me acariciaban toda y mientras su grueso pené me enloquecía dentro de mi, su boca succionaba frenética mis sensibles y duras tetas. Se los recomiendo a todas quienes están pensando en ello, es algo que no se puede describir Por tres veces sucumbí en unos fuertes pero delirantes orgasmos antes que mi amante se viniera con todo, arrastrando a mi Oscar que se deleitaba mientras su amigo inundaba de semen a su querida mujercita.

Mi marido se había dedicado a secar mi sudor y se conmovía con mis orgasmos, acariciándome y besándome con enferma gratitud. La experiencia de mi primera entrega, aunque cargada de tensiones propias de esta primera vez, los deleites y sensaciones fueron extraordinarios. Esa noche a mi Oscar, le bastaron un par de penetraciones a su mujercita y se fue con todo, en su rostro podía ver cómo disfrutaba viéndome en acción, se notaba feliz y extasiado como pocas veces lo había visto, me pidió que me quedara con su amigo en nuestra cama matrimonial y el se fue a otro cuarto donde con toda seguridad se durmió muy complacido, mientras su mujercita en brazos del apuesto José Miguel nos entregábamos a una segunda sesión llena de pasión y enloquecedoras y ardientes entregas hasta que fatigada y exhausta me dormí sobre el velludo pecho de mi tremendo amante.

Al día siguiente era domingo, fui despertada por Oscar a eso del mediodía, José Miguel al parecer se había marchado temprano. Oscar, estaba feliz como niño con juguete nuevo, me besaba y acariciaba con mucha ternura se mostraba demasiado afectuoso y delicado conmigo. Me consultó como me sentía yo le dije que nunca me había sentido mejor que ahora, le llene de besos y le di las gracias por permitir que se hiciera realidad esta pensada fantasía. Revisó mi zorrita y se alarmó al verla enrojecida e hinchada, le besó delicadamente y corrió a buscar paños con agua helada para que bajara la hinchazón.

¿Y tu como te sientes con esta experiencia, era esto lo que deseabas?—le pregunte al oído.

Ha sido algo fabuloso, más de lo que me imaginé, por un momento pensé que no te iba a entrar ese tremendo garrote, pero estuviste extraordinaria, pude ver como los testículos de Pepe rebotaban y se apretaban a la entrada de tu rica zorrita. Que excitante fue verte acabar con él y como te lo tumbaste con esos movimientos tan devastadores de tu pelvis. --- ¡ Tremenda, mi amor! --- te portaste tremenda mi amor.

Creo que buscamos al hombre perfecto, no se si con otro tipo me habría sentido tan bien como con José Luis --- le dije, mientras le seguía dando besos de agradecimiento.

Tengo mucha confianza que sabrá mantener las reservas del caso y podrá convertirse en un buen aliado a nuestras fantasías.

Me informó que José Miguel había salido a continuar con los cálculos y mediciones de su proyecto a eso de las diez y que nos tenía invitados para almorzar juntos en un restaurante típico del lugar.

Después del almuerzo, el que estuvo muy ameno y donde los dos hombre me brindaban todas sus atenciones, decidimos acompañar a José Miguel para ver en terreno su proyecto, nos encontrábamos en ese lugar cuando llamaron por celular a mi marido, le pedían que regresara a la ciudad dado que lo necesitaban en la Planta donde trabajaba, pues había un problema técnico y necesitaban de su control. Yo me ofrecí a retornar con él , pero se negó rotundamente, me dijo que acompañara a José Miguel y que eso le llevaría sólo un par de horas y antes que anochezca estaría nuevamente con nosotros, ya que el día lunes se había decretado feriado por que el día martes si era feriado religioso. Bajo esas condiciones me quedé feliz, Pepe dio término pronto a sus mediciones y de ahí nos fuimos a una playa casi desierta y caminamos abrazados dejando que las pequeñas olas mojaran nuestros descalzos pies, fue una tarde maravillosa, ese hombre sabía como alagar y encender a una mujer. Retornamos a nuestra casa para entregarnos con pasión a hacer el amor. Descubrí en Pepe, su tremenda capacidad amatoria y me sorprendía su gran capacidad eréctil para satisfacerme a plenitud. Ya empezaba a caer la noche sobre la costa y sin darnos tregua me tenía al borde de un gran orgasmo, justo cuando sonó mi celular, era una llamada de Oscar, que me avisaba que el problema se había complicado en una de las calderas y debía buscar un repuesto que no le era fácil de lograrlo. El caliente de José Miguel ,mientras yo hablaba, él me penetraba con mayores deseos, lo que distorsionaba mi voz. Finalmente Oscar me pidió que me quedara en la costa y que al día siguiente si todo marchaba bien él retornaría con nosotros --- ¡Cuídate si no ese potro te va a matar a cachas! --- Ya lo está haciendo --- le respondí quejumbrosa --- Bueno – me dijo --- así lo quisimos y así se están dando las cosas, se generosa con él, no le niegues nada, pobre Pepe, hazle pasar una buena segunda luna de miel, como tú sabes hacerlo.----- En eso estoy mi amor, me encuentro cumpliendo al pie de la letra todas tus indicaciones, tu sabes que tienes una mujercita que te obedece en todo – y ahora te dejo porque este potro se está viniendo con --- ¡¡¡¡ todoooooooo¡¡¡¡¡¡Ohhhhhh!

Esa noche le pedí a Pepe a modo de respiro y descanzo, me llevara a un bar a tomarnos un trago y después rematamos en una concurrida discoteca, bailamos hasta las cuatro de la madrugada y casi ebrios nos marchamos a casa, pero en vez de ingresar dos, ingresamos tres. ¿Que había sucedido?

Sucedió que cuando llegamos a la disco, estaba todo tan lleno que no había mesa alguna que poder ocupar, la música estaba tan buena que nos pusimos a bailar y después nos preocuparíamos del resto. Mientras bailábamos, también lo hacía una pareja de jóvenes, llamándome la atención, que él, no me perdía la mirada y me sonreía acosadoramente, después de un breve receso en la música, tratamos de buscar una mesa, pero veíamos que era casi imposible, en eso se acercó el joven que me había estado cortejando y nos invitó a la mesa que él compartía con la joven con la cual bailaba y otro muchacho. Accedimos a la invitación dado que nos informó que sus amigos se retiraban y él había decidido quedarse más tiempo. Sebastián, así se llamaba el joven, se constituyo en mi compañero de baile casi toda la noche ya que a José Miguel no le caía muy bien esta música moderna y se entretuvo conversando con otro arquitecto que conoció ahí en el bar, no se como se entendían con el estruendo de la música. Ya he dicho que el baile y el trago me excitan de sobremanera y hacerlo esa noche con José Miguel y después con Sebastián, un muchacho de unos veinticuatro años, adorable y espigado, confieso adicto a las mujeres maduras, cómo me lo comentó mientras nos refrescábamos con un trago, como también me confesó que yo era su tipo de mujer, que en cuanto me había visto entrar, se dijo Esta cara la he visto alguna vez, mes es familiar pero no se de donde ni cuando, lo que se es que esta es la mujer que he andado buscando por todos estos años". Me pareció hasta romántico su discurso, en recompensa le di un rápido y loco beso en sus labios.

En un momento a solas con José Miguel y al verme tan entusiasmada con Sebastián, se le ocurrió una loca pero fantástica idea, me propuso invitarlo a tomar un trago a mi casa de playa . Mi respuesta fue que me parecía una buena idea y yo no me oponía, pero que me preocupaba a pesar de lo caliente que me sentía que Oscar supiera de esto que no estaba en nuestros planes. Pepe me dijo que de ello no me preocupara.

Fue increíble esa noche tener a dos hombres desnudos acosándome en la cama, me percaté que mi tremendo Pepe por su edad, reforzaba su virilidad con "Viagra" lo que le daba un resultado extraordinario, siendo yo quien pagaba con placer las consecuencias. Por su parte Sebastián , en la flor de su juventud, me demostró con creces su capacidad copulativa y que yo era su tipo de mujer deseada para ello. Me lo hicieron de todas formas y posiciones, mis orgasmos eran repetitivos uno tras otros, me sentía en las nubes, no entendía como una simple y virginal dueña de casa que alguna vez ejerció su profesión de educadora, por el sólo hecho de mantener una bonita figura y que por un regalo de su marido ha experimentado un cambio radical en su conducta sexual, pudiera causar tanta atracción en los hombres y lo experimenté con ellos , Pepe y Sebastián a quienes vi sucumbir con estruendosas convulsiones ante el deleite de mi cuerpo y el exquisito placer que yo les brindaba mientras ellos saciaban sus instintos de machos penetrándome con un apetito voraz, como si quisieran llegar con sus grandes penes hasta mi cerebro. Lo mejor de estas entregas era el afecto y cariño que recibía de ellos notando que sus entregas no eran genitales, sino muy pasionales como le gusta a toda mujer.

Fuí rescatada por mi Oscar en la noche del Lunes, noche que se la dedique por completo a él ya que no me quedaban orgasmos para otro. Sebastián se había marchado por la tarde y José Luis también agotado físicamente se encerró en la habitación de su hotel a reposar.

Hace una semana que retorné a casa, no encontré mi consolador, mi madre que es viuda hace diez años, vino a regar mis plantas, lo encontró y se lo llevó "prestado", según reza un papel que me dejó, ella tiene 59 años, que no los representa para nada, le he insistido que busque un hombre que le acompañe, pero ella responde que así sola lo pasa mejor. Me ha dicho que cuando me venga a visitar me contará todo lo que le sucedió con el genial aparatito ese.

José Miguel, me ha estado visitando por las tardes, esas mismas tardes que espero con inusitadas ansias de ser penetrada por mi gran amante, lo hacemos de todas formas y poses, y me explota orgasmicamente, pues me ha confesado que le encanta verme y sentirme acabar una y otra vez. Ayer por la tarde llegó mi marido más temprano que de costumbre y como tiene llave de la puerta principal, no lo sentimos cuando ingresó, nos encontró en lo mejor sobre la cama, yo galopaba a José Miguel, sentada sobre su duro pene, se quedó paralizado viendo como su mujercita gozaba con su amante en su presencia, hasta se mostraba contento y después nos acompañó en la cama totalmente desnudo, quería continuar viéndonos en acción, pero al pobre José Miguel, yo ya lo había exprimido por completo, así y todo mientras Oscar me follaba por el culito yo le mamaba la verga a Pepe, hasta que revivió de las cenizas igual que el ave fénix.

La hija de José Miguel, nada sabe de lo nuestro y continua preocupada por su padre, se le ha insinuado nuevamente pero él la ha contenido. José Miguel me ha pedido acercarme a ella e indirectamente persuadirla, parece que su estadía en Europa la ha puesto demasiado liberal.

También me ha llamado Sebastián, no se cómo ha conseguido mi número telefónico, seguramente lo obtuvo de mi celular , me ha suplicado que quiere encontrarse conmigo, que tiene un departamento muy discreto que comparte con otro amigo a quien le contó lo de esa noche en la casa de playa y su amigo ha insistido que desea conocerme. No se que hacer, se me moja la pequeña braga de sólo pensar que pasaría en un encuentro con un par de muchachos que fácilmente pueden ser hijos míos.

Esperen mis próximos relatos que vienen de miedo, para que sepan como ha continuado mi real despertar al sexo.

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