Despertar

Qué mejor forma de despertar que con las braguitas mojadas??

La luz que por entre las rendijas de tu persiana antraba en tu cuarto acariciaba tu cuerpo semidesnudo. Tus piernas brillaban como si del rocío estuvieran perladas.

Aún no era muy fuerte la intensidad de los rayos del sol juguetones que parecían adherirse a tu piel.

Pegado al marco de la puerta obrservaba impasible el espectáculo que me premiaba la vista.

Tu cuerpo yacía de costado frente a mi... lo examiné con pausa, palmo a palmo. Tue pelo brillaba, parecía sedoso y suave. Tus ojos cerrados y tus labios sellados pero pidiéndome que los besara... Tus pechos cubiertos por un sujetador blanco que no impedía que me imaginara como eran... redondos y firmes.

Llegué a tu ómfalos y me detuve pues me pareció que te girabas, mas no fue así...

Llegué a la parte superior de tus blancas braguitas... ajustadas perfectamente a tus contornos. Sabía que si seguía mirando, algo empezaría a crecer bajo mis pantalones, así que preferí seguir mi camino... tus piernas... extremadamente perfectas, una encima de la otra pidiéndome a gritos que las acariciara...

No pude evitarlo, me acerqué a la cama y me arrodillé ante tu figura. Mis dedos se posaron en tus muslos; estaban suaves. Empecé a acariciarlos, pasando la mano muy lentamente por ellos, desde la mitad hasta la rodilla. De vez en cuando los besaba mientras miraba tu rostro, mientras contemplaba esos labios que me llamaban desde hacía tiempo.

Cesaron mis caricias en tus piernas y, sin moverme del sitio chupé el dedo índice de mi mano derecha y muy lentamente lo conduje por tu piel siguiendo la goma superior de las braguitas.

Ya por entonces notaba cómo mi miembro empezaba a aumentar de tamaño muy lentamente.

Con el dedo seguí el recorrido de la goma interior de tu ropita.. perfilando una de tus ingles...

Acto seguido subí a por tus labios... posé los mios sobre ellos suavemente, los metí entre los mios para saborearlos mejor. No te movías... bajé a tu cuello... mis manos estaban nerviosas y tanteaban el contorno de tus pechos, lo que el sujetador les permitía.

Beso a beso recorrí tu cuellos y tu escote; mi miembro había crecido más y empezaba a excitarme...

Bajé nuevamente a tus braguitas y el mismo contorno dibujado con el dedo lo hice ahora con la punta de mi lengua, rozando tu piel, que noté más caliente que en el momento anterior...

De pronto noté un movimiento y al girarme para mirar tu cara vi tus ojos abiertos, una sonrisa en tus labios y tus pechos libres del sujetador.

Me quedé absorto mirándote y tu rompiste el silencio... "No te pares ahora" me dijiste... y acto seguido te echaste hacia atrás y pusiste la almohada a la altura de los ojos, para no ver lo que yo iba a hacer... descruzaste las piernas y pude observar cómo habia un poco de humedad en tus braguitas...

Empecé a soplar sobre tus piernas... subiendo hasta tus braguitas.. de pronto paro... y de golpe metí la boca entre tus piernas y mordí tu coñito x encima de ellas, con los labios, no con los dientes.... pegas un pekeño brinco... sigo soplando, por tu ombligo, acercándome a uno de los pechos... me muevo lento para que no intuyas lo que haré.

Hubo un pekeño parón... estabas como deseosa de que algo pasara y yo lo notaba... alargué un poco más tu espera y, de pronto... notas mi mano entre tus piernas y mis labios en el pezon de tu izkierda... vuelves a pegar un brinco... tengo tu coñito en mi mano, solo lo protegen unas braguitas que empiezan a estar más mojadas... mis labios han apresado tu pezon y mi lengua empieza a lamerlo de arriba a abajo, primero despacio y luego un poco más rápido...

Entre tus piernas el calor se empieza a notar, pero mi mano y mis dedos están kietos, inmóviles... cierras las piernas para presionarlos contra tu humedo chochete pero no consigues sentir... Tu pezón empieza a estar duro y de vez en cuando mis labios se pasean hasta el otro pecho para endurecerlo también...

En ese momento mis labios se dirigen a los tuyos, no sin antes acariciar con besos tu cuello... Cojo tus pechos, uno en cada mano... y los muevo de arriba a abajo, presionándolos y disfrutándolos... pero tu coño echa algo de menos... asi que sin q te lo esperes pongo mi miembro encima de tus braguitas y oigo tu primer gemido...

Mis besos se vuelven locos entre tus labios, juego con ellos, a ratos paro por un instante para recuperar el aliento... tu lengua arde de pasión al igual que la mía y suavemente giran en una danza sin final alocada y excitante... mis manos, encandiladas por la bravura de tus pechos continúan acariciarlos hasta el desgaste.. tus pezones, perfectamente erectos arden en deseos y tus braguitas están ya tan mojadas que con cada movimiento de mi miembro resbalan sobre tu chochete juguetón..

Entre tus piernas mi poya ha crecido hasta su máximo esplendor, mojada de tus jugos y con la punta bien lubricada y gorda... tus braguitas se han vuelto semitransparentes debido a tus líquidos y se distinguen perfectamente los labios de ese coñito que arde en deseos de disfrutar.

Una de mis manos se desentiende de tus pechos y se coloca encima de las braguitas; instintivamente abres las piernas, y eso me incita sobremanera. Sin dudarlo empiezo a acariciarte por encima de ellas, con 3 dedos, 2 acariciando los labios y otro en el centro, buscando rozar ese clítoris que ya ha empezado a crecer y salir de su escondite. Lo hago muy velozmente, de arriba a abajo, lo más rápido que pueden mis dedos... Tu cuerpo empieza a convulsionarse y tu pelvis se levanta de la cama en pequeños botes... Me gusta ver cómo te retuerces de placer... te veo disfrutar y así disfruto también yo... Sé que de un momento a otro y con esfuerzo por mi parte llegarás al orgasmo deseado... pero a ratos paro y te acaricio suavemente, muy muy lento, para dejarte con la miel en los labios. Mis dedos notan un gran calor entre tus piernas y eso les vuelve más juguetones.. Unas veces acarician los labios solamente, otras, sólo estimulan tu rajita y el clítoris... Las braguitas, empapadas, lubrican tus ingles y parte de tus muslos. De pronto vuelven a moverse con gran velocidad, vuelven los pequeños espasmos, los primeros gemidos aparecen y eso me hace acelerar el ritmo más aún. Estás ardiendo y noto que pronto te correrás, así que me detengo de nuevo... necesitaré la ayuda de mi otra mano. Te dejo sola unos segundos y, al volver veo cómo no has podido evitar la tentación de coger tus pechos y sus duros pezones... te dejo que sigas... entro sigiloso y de pronto poso un hielo en el borde de tus braguitas... tienes un escalofrío... dibujo el contorno con el hielo y al llegar a tus ingles el hielo empieza a derretirse.. separo las braguitas y, nada más poner el hielo entre los labios se derrite y pegas un gran bote en la cama sin soltar los pechos...

Mis dedos vuelven a trabajar tu entrepierna.. pero ahora tengo mis 2 manos en la masa... con un dedo introduzco un pequeño trozo de braguita en tu cueva.. sólo entra la yema del dedo, que empieza a moverse en círculos estimulando las paredes interntas de tu vagina... con la otra mano acaricio nuevamente el clítoris... y mi lengua recorre el camino marcado por el hielo... estás muy mojada... tus muslos están regados por los jugos de tu coñito juguetón... Al ver todo lo que he conseguido mi ritmo aumenta... quiero que llegues al orgasmo dentro de tus braguitas... y sé que lo conseguiré.

Segundos más tarde noto cómo estás a punto de llegar.. asi que paro, me subo a la cama, separo tus piernas y las levanto... pongo mi miembro entre ellas y las cierro para que lo presionen... empiezo a moverlo bien rápido de alante a atrás, follandome tus braguitas... tus gemidos se hacen fuertes, muy fuertes y mi ritmo llega a su máxima velocidad... te miraba disfrutar, con tus manos aún en los pechos... estás muy cachonda y tu querido orgasmo llega entre tus braguitas. Dura varios segundos durante los cuales no paro de frotarme para hacertelo más placentero... tu pelvis se levanta un palmo de la cama... está siendo bueno eh cielo? Acaricias tus pechos con virulencia, como poseída, deseosa, ardiente... me aparto y vuelvo a acariciarte rápido con los dedos... el orgasmo continúa y no paras de pegar botes en la cama hasta que caes agotada en ella... con las braguitas chorreando...