Despertandome

...Fue como el toque del placer. Comenzó a explorar todo con esos dedos. Los movía de todas formas, sentía como resbalaban con ligereza gracias a mi humedad. ...

Ya eran apenas las 2 de la mañana y yo sin pegar un ojo. No era muy raro pues desde que me mude aquí a España la vida no se me ha hecho muy fácil que digamos. Pues siempre estoy en todo eso de trabajos de medio turno, escuela, estudios. Mi vida social no les cuento que va por el piso por que tengo una amiga. No es que seamos las mejores amigas, ya que la conocí en el trabajo y no socializamos mucho. Solo en las horas de trabajo. Ya eran las malditas 5 de la mañana, la alarma comenzó a sonar desesperadamente. La apague y me levante.

Fui directito a la bañera a tomar una ducha bien fría. A ver si me acabababa de levantar. Me quite la batita de que traía. Nada de ropa interior. Mientras buscaba la barra de jabón en el tocador, me mire al espejo. Y comencé a admirar mi figura, mis curvas, mi pequeña línea de vellos que traía entre mis labios. De niña me pasaba husmeando las revistas pornográficas de mi hermano. Miraba a esas modelos de pechos pequeños, nalgas recogiditas pero bien paradas, pequeñas curvas, todo en excelente proporción. Y así mismo me veía frente al espejo. Me amarre el pelo y deje de estar perdiendo el tiempo ahí parada.

Una vez entre el golpe de agua helada me callo sin aviso. Me moje de inmediato y me pase el jabón. En eso sentí mis pequeños pezones durísimos. Por un momento pensé en masturbarme. Pero me di cuenta que corría con mucha prisa. Así que me dije a mi misma que avanzara y no perdiera mas el tiempo. Salí rápido y me vestí con un mahón apretadito y una tank-top de color púrpura. Unos guantes hasta debajo del codo de lana en negro, con los dedos por fuera. Unos tres collares y con mi pelo ondulado una diadema con un lasito púrpura y obviamente unas Converse. De ahí me fui corriendo a coger el colectivo. Me senté con mi mochila en uno de los asientos. Me puse mi MP3 player y seguí ahí hasta que llegue al campus.

Llegue justo a tiempo para la primera clase. Me senté en la línea de afrente. Saque mi libreta para tomar mis apuntes, un lápiz y todo. Era una chica responsable, buenos aun lo soy. Muy atenta a todo lo que sucedía a mi alrededor. Sabía muy bien que era la inspiración de muchos chicos en la noche. Sabía que era bonita. Pero soy extremadamente tímida como para intimar por ahí con alguien en un momento como este. Tenía muchas responsabilidades y trabajo. Pero en eso llego la profesora. En verdad era una sustituta. Una mujer de aproximadamente unos 25 a 30. Nos dio trabajo como una maldita perra. Me mantuve toda la clase ocupada realizando unas preguntas. Cuando la clase termino. Al parecer fui la única que las termino, por que me pare para entregárselas pero nadie mas lo hizo. Así que me quede parada esperando a que ella terminara unos papeles. Cuando termino mas o menos toda la clase había terminado de salir.

-Profesora, tome.- me acerque para entregarle los papeles. -¿Mana?... Veo que eres muy responsable, te dedicaste a hacer los trabajos. Tranquila y callada. Y veo que tu acento no es de aquí. ¿Cierto? – me preguntaba mientras me ojeaba de arriba abajo. –Cierto. Soy de Nueva York.- le conteste tímida como siempre lo hago. –Que bien y los novios… ¿como le van?- me pregunto mientras se levantaba del asiento. –Pues usted vera yo no tengo.- le dije con una pequeña sonrisa. En eso me sonrio muy calidamente y recogió sus papeles y se dirigió así donde mi para desearme unas buenas tardes. Mientras que ligeramente rozó dos de sus dedos entre el "zipper" del pantalón. Mi humedad comenzó a fluir rápidamente. Ella salio del salón y yo le seguí. Pero titube en la puerta. Me recompuse y camine hacia mi próxima clase. Una vez allí me di cuenta que hoy no había clase. Así que volví a ir hacia el colectivo. En mi camino me la pase pensando en por que me había excitado tanto eso. Solo pensando en lo mismo se me fue el viaje. Me baje en la parada y me dirigí a la librería que ahí era mi trabajo. Como era mas temprano de lo común me senté allí. A hablar con Mayra, mi amiga.

Cuando justo ahí sentada vi a la profesora entrar. Mi corazón se paralizo y la humedad volvió. Ella me miro y se rió. Se sentó en una mesa cerca de la mía. A los pocos minutos Mayra tuvo que irse. Hoy no trabajaría. –Alicia, quieres que te lleve a tu casa?- Se sentó alado mío la profesora. No se como por primera vez en mi vida actué por lo que sentía. No me deje llevar por nada más. Sin mirarla a los ojos mirando el suelo le dije que si. Ella se levanto de la silla y yo la seguí recogiendo así mi bulto. Nos montamos en su auto negro deportivo. El camino fue en completo silencio. Cuando vi que yo no le había dicho mi dirección. Que ni siquiera íbamos por mi camino. Ella me dijo que íbamos a parar primero en su apartamento. Yo asentí con la cabeza.

Una vez allí, solté mi bulto alado de la puerta. Ella me tomo por la mano y me llevo hacia su cuarto. Allí ella se acostó de la cama y me dejo a mi parada. –Desvístete.- La obedecí sin dudar.

Comencé por los zapatos. Luego la camisilla, no llevaba sostén. Así que mis pequeños pero bien formados senos estaban al aire y a la vista de ella. Luego los guantes. Después desabroche mi pantalón y lo baje lentamente. Una vez salí de ellos comencé a sobar mis labios por encima de la tela. Temerosa de quitármelos frente a ella. Ella se dio cuenta y me pidió que me los quitara. Los baje lentamente exhibiéndole a mi profesora sustituta todos mis bonitos atributos. Sentía la humedad entre mis labios Luego ella fue al baño, desde aya me pidió que me acostara en la cama. Cuando regreso estaba desnuda. Una mujer de 25 a 30 años muy bien formada. Unos senos bastante grandes y bien parados. Con un abdomen bien trabajado una vulva con mas vello que yo, pero aun así bien cuidada. Se dirigió hacia donde mi y se sentó en la cama. Sobo levemente mis senos. Lamió mis pezones, jugueteo con mis dos senos un rato. Luego de haberme escuchado gemir un ratito se paro de la cama y me halo por las piernas haciéndome estar completamente acostada en la cama. Tomo mis rodillas y las abrió levemente.

Yo como reacción coloque mis dos manos tapándome. Ella se rió un poco. Y lentamente saco mis manos. Luego se puso a besar mis muslos internos. Yo estaba un poco inclinada hacia arriba para poder ver lo que hacia. Coloco dos dedos en mi vagina. Fue como el toque del placer. Comenzó a explorar todo con esos dedos. Los movía de todas formas, sentía como resbalaban con ligereza gracias a mi humedad. Sus dedos comenzaron a enfatizar mi clítoris. De arriba abajo y en forma circular. Comencé a gemir más duro y más seguido. La miraba como ella me observaba gemir con ojos llenos de placer. Abría mis piernas pidiéndole que me hiciera mas placeres. Ella entendió el mensaje cuando abrí mas mis piernas. Se lamió los dedos y se acerco más hacia mi cuello y lo comenzó a besar. Mientras que sus manos iban desde mi ombligo hasta mi coño otra vez. Pero esta vez metió dos dedos dentro de mi. Al principio me fue incomodo. Pero al poco rato sentía como los entraba y los sacaba una vez me acostumbre muy bien aumento su velocidad. Y yo tiraba mi cabeza para atrás y disfrutaba cada penetración que ella hacia con sus dedos. Pero comencé a sentir que con cada penetración mandaba un choque eléctrico por todo el cuerpo. Para reaccionar a esto gemía aun mas duro casi gritando –Profe, Profe, Profe- gemía entre gritito y gritito. Encorve todo mi cuerpo así obteniendo una vista paranómica de mi cuerpo. Vi el cielo en ese momento. Cuando la profe termino paro de penetrarme pero no saco por completo sus dedos dejo solo la yema de los dedos adentro. Estaba en un éxtasis así que comencé a yo misma subir las caderas para penetrarme yo con sus dedos. Lo hice lo más rápido posible hasta volver a sentir el orgasmo otra vez. Luego caí rendida en la cama. Con las piernas abiertas por si acaso me volvería a hacer algo. Ella me sonrió y beso mi frente. Fue al baño y busco papel. Vino y limpio mis jugos. Y yo la miraba mientras pasaba el papel entre mis labios lentamente. Luego me cerro las piernas y me mando a descansar que pronto me tendría que llevar a mi casa. –Profe me seguirá haciendo estas cosas?- le decía mientras me recostaba de las almohadas. –Claro. Si quieres mañana de nuevo. Luego apago la luz del cuarto y me dejo dormir.