Despertando con Carlos. Viernes noche
Al despertar pude observar a Carlos que dormía desnudo junto a mí, comencé a acariciar su espalda hasta llegar a...
Al despertar pude observar a Carlos que dormía desnudo junto a mí, comencé a acariciar su espalda hasta llegar a su culo y fui moviendo mi mano hasta agarrar su polla, la cual estaba otra vez extremadamente dura, cerré los ojos y empecé a pensar en todo lo que había pasado la noche anterior…
Carlos y yo teníamos por aquel entonces 23 y 20 años respectivamente y hasta esa noche no me había planteado siquiera tener sexo con otro chico. Yo era el menor de la pandilla y las chicas no se me daban nada mal, justamente lo contrario que le pasaba a Carlos, él era un chico muy tímido y se ponía siempre muy nervioso y a la defensiva con las chicas, motivo por el cual era el único chico de la pandilla aún seguía siendo virgen, razón por la que Carlos se sentía cada día más frustrado.
Aquel fin de semana Carlos me invitó a dormir a su casa, algo bastante normal y que hacíamos bastante a menudo cuando sus padres salían de puente, nos marchábamos hasta tarde y después dormíamos allí. Aunque ese fin de semana sería distinto ya que Carlos estaba bastante deprimido y no le apetecía ir a la disco, por lo que el plan sería: ver futbol, jugar a algún videojuego y pillarnos una buena cogorza en su casa.
Viernes noche:
Llegue a casa de Carlos sobre las 8 de la tarde, ya se encontraba solo ya que sus padres ya habían salido y estaríamos solos todo el fin de semana.
Tras cenar unas pizzas y varios cubatas comenzamos a charlar sobre el su estado de ánimo:
- Carlos, ¿Te encuentras bien?
- La verdad es que no, todos practicáis el menos yo… lo que daría por ser uno de vosotros.
- Carlos, todo llega ya verás…
- Yo quiero sentir lo que sentís vosotros cuando estáis con vuestras novias, como os besan, como os acarician, como os la chupan…
- Seguro que se nos ocurrirá algo… podríamos buscar a alguna profesional, o quizás Ana esté dispuesta… ya sabes que ha follado con todos los chicos e incluso con alguna chica de la panda.
- Pagar a alguien no sería lo mismo, en cuento a lo de Ana no tengo práctica y seguro que se reirá de mí.
- Tienes razón…
- Óscar, en cuanto a lo de la práctica se me ocurre una idea.
- Dime Carlos a que te refieres.
- Recuerdas cuando teníamos 16 años, los chicos de la panda nos besábamos y tocábamos entre nosotros para practicar, para hacerlo bien con chicas…
- Carlos… No sería lo mismo, éramos unos niños y además, eran besos en la boca, ¿Quieres que… follemos?
- Nooo… Solo digo que podríamos tumbarnos, besarnos y acariciarnos, así podría saber lo que se siente y podrías explicarme como tocar a otra persona, además nadie lo sabrá y me harías un gran favor. Cuando éramos niños nos besamos entre nosotros y no pasó nada.
- Carlos… pero no es lo mismo, tendría que pensarlo.
- Ok, lo siento.
Carlos se sintió rechazado y se apartó de mí, lo abracé, mientras pensaba que no podía creer lo que Carlos me había propuesto, pero él era mi mejor amigo y total solo serían unos besos y meternos mano, finalmente acepté:
- Carlos. Está bien, pero solo será un magreo y besos como cuando éramos niños, nada más.
- Óscar. Gracias amigo.
Decidimos acomodarnos un poco y nos fuimos a la habitación, me tumbé en la cama y Carlos se quedó solamente con el pantalón del pijama.
Nos sentamos en la cama y comenzamos a besarnos, mientras acariciaba el pecho y la espalda de Carlos, Carlos estaba muy caliente y los besos eran cada vez más pasionales, empecé a notar como mi polla había empezando a ponerse muy dura, seguimos besándonos un buen rato, estaba muy excitado y empecé a besarle el pecho, Carlos gemía y gemía, le acariciaba la parte interna de sus muslos rozando sus huevos y su polla (la tenía enorme)… Carlos pedía más, decidí seguir besando su tripa hasta bajar a su ombligo momento en el que pararía y el juego terminaría, no debíamos continuar… esto estaba llegando demasiado lejos y cada vez estaba más cachondo, le tumbé en la cama boca arriba y bajé hasta su abdomen, entonces vi como su glande sonrosado asomaba por el pantalón del pijama, no pude evitarlo y metí la parte que asomaba en mi boca, Carlos respondió con un fuerte jadeo, acomodé su punta en mi lengua cerré los ojos y comencé a lamer su polla, tras un rato lamiendo que había dejado de ser un juego, saqué la polla de mi boca, giré mi cabeza, le miré y dije:
Hagámoslo.
Carlos asintió con la cabeza, me coloqué en la posición del 69 pero tumbados de lado, miré nuevamente su polla y me la metí en la boca mientras le quitaba el pantalón, Carlos hizo lo mismo, mientras acariciaba mi culo y sus dedos se acercaban peligrosamente a mi ano, cada vez que lo acariciaba me ponía más cachondo y se la chupaba con más esmero, Carlos mojó sus dedos y lubricó mi ano, los colocó presionando levemente y yo respondí con movimientos circulares de mi culo para ayudarle en la penetración, mientras que con la otra mano me hacía una de las mejores paja de mi vida… sentía que la polla de Carlos se ponía cada vez más gorda y comenzaba a tener un sabor distinto algo amargo, su polla estaba a punto de reventar en cualquier momento, mientras Carlos seguía intentando penetrar mi culo con dos dedos, tardo un poco pero finalmente, aún con un poco de dolor terminaron por entrar hasta el fondo de mí, jadee sin dejar de lamer esa hermosa polla y un borbotón de semen inundó mi boca y mi garganta… seguí lamiendo su pene hasta que finalmente también me corrí en su pecho.
Al terminar nos tumbamos mirándonos a los ojos, nos abrazamos mientras nos besábamos y entrelazábamos nuestras piernas tratando de juntar nuestros sexos hasta que terminamos dormidos.