Despeduda de soltero en la oficina
Quisimos agasajar a un trabajador de nuestra empresa que se casaba con una pequeña fiesta de despedida de soltero, y la cosa se desmadró
Juan era un trabajados de la empresa que dirigimos mi mujer y yo, le teníamos mucho cariño ya que empezó con nosotros al cumplir 18 años y ahora, 10 años después se casaba.
Entre todos los trabajadores decidieron prepararle una despedida de soltero, la idea nos gustó así que no pusimos ningún inconveniente en que se hiciera en las oficinas, realmente no era la primera vez que hacíamos alguna celebración allí, cuando era el aniversario de Conchi o el mío, después del trabajo apartábamos las mesas de la oficina y hacíamos un pequeño lunch pero eso debía ser algo más, en la empresa solo había dos mujeres, Marta y mi mujer, lo demás todo eran hombres, ellas fueron las encargadas de prepararlo todo, pidieron la comida en un cáterin, pusieron mesas y sillas y una considerable cantidad de alcohol.
Así que un viernes después del trabajo, ducharse y cambiarse, el personal empezó a subir a la oficina, todos iban muy elegantes en especial Conchi y Marta, coincidieron en lo bien que lo habían preparado, empezamos con un pica pica antes de sentarnos a la larga mesa, la cena estuvo muy divertida, pensé que habían acertado con tanto alcohol ya que se notaba a todo el mundo muy desinhibido, llegó el momento de los postres y los regalos, todos con claras insinuaciones sexuales lo que provocó que la gente se riera mucho, al final alguien dijo que faltaba un striptease, añadiendo que una fiesta de aquel tipo no era tal sin una mujer que se desnudara, mi mujer, que también estaba muy achispada dijo:
- Lo siento chicos, pero el presupuesto no daba para tanto.
- No hay problema, dijo, puedes hacerlo tú.
Encontré el comentario muy atrevido, solo explicable por el alcohol, así que decidí pasar por alto lo que había oído pero vi a Marta que le decía cosas a mi mujer que entre risitas hacía que no con la cabeza, después este forcejeo verbal, Marta se levanta y dice:
- La jefa le hará el striptease pero no quiere sacarse ni las bragas ni el sujetador
La gente estalló entre gritos y aplausos pero el que no podía creerse aquello era yo, ¿cómo podía Conchi aceptar desnudarse ante un montón de hombres que además eran nuestros trabajadores?, la miré fijamente, bajó la cabeza pero mantenía la sonrisa en la boca, se produjo unos movimientos, apartaron las mesas y colocaron las sillas a modo de improvisado teatro, seguía atónito ante aquello, Marta preparó un sillón y lo puso delante de los otros de caras al público dejando un espacio para que mi mujer pudiera desnudarse, fue a por Juan y lo hizo sentar allí, al pobre chico se le veía nervioso, no era extraño, la situación era rara. Entre gritos y aplausos Marta consiguió llevar a mi mujer delante de aquella gente que solo querían ver a su jefa desnudarse, alguien puso música y bajó las luces, el ambiente estaba muy logrado, cuando casi a rastras consiguió dejarla allí se hizo un silencio total, mi mujer muy avergonzada se puso a bailar al ritmo de la música, noté como poco a poco iba sintiéndose cómoda, fue el momento que me di cuenta que era capaz de hacerlo, llevaba una blusa roja y una falda negra, de repente puso los dedos en el primer botón de la blusa, los gritos estallaron en la oficina, deshizo el primer botón inclinándose hacia delante, mostró la parte central del sujetador blanco, los gritos no cesaban, siguió desabrochando los botones sin abrir la blusa, cuando llegó al último los gritos era más fuertes que nunca, se giró quedando de caras a Juan y de espaldas al resto y abrió la blusa dejando que se cayera por las mangas, ver a Juan ya era por si solo un espectáculo, supongo que jamás había imaginado ver a su jefa así, los gritos de “que se gire” eran persistentes, de repente deja que se caiga la blusa, pone las manos sobre las copas del sujetador y se da la vuelta, las tetas quedaban tapadas por las manos, la gente estalló en aplausos, cuando vio que ya había creado la suficiente expectativa sacó las manos, pudimos ver como sus pezones se marcaban en la ropa, a continuación se puso a bailar acercándose a Juan, lo hacía tanto que en algunos momentos nos pareció que le rozaba.
Y cuando el ambiente estuvo al máximo, Conchi puso los dedos en el cierre de la falda abriéndola despacio, puso los pulgares en los costados y poco a poco la fue bajando, cuando empezó a verse las bragas blancas se detuvo como queriendo que todos disfrutaran de aquel momento, por fin continuó, de espaldas a nosotros y de caras a Juan muy despacito dejó que fueran saliendo las braguitas que dejaban transparentar ligeramente el culo para nosotros y su vello púbico muy oscuro para Juan, cuando ya no ocultaba nada dejó que se cayera al suelo quedando tal como había prometido solo en bragas y sujetador, ante los gritos y cuando el agasajado ya había visto lo suficiente se dio la vuelta para que la viéramos todos, pero no se acabó aquí, siguió bailando delante de Juan, los gritos continuaban y evidentemente la gente pedía que continuara desnudándose pero ella no lo hacía, simplemente se movía muy cerca de Juan, le pasaba las tetas por las narices hasta que vemos que se sienta a la falda del agasajado y le dice algo al oído, este le hizo repetir ya que temía no haberlo oído bien, le puso los dedos en el cierre del sujetador desabrochándolo, se aguantaba esta pieza con las manos encima de las tetas, se levantó y aguantándoselo se puso a bailar hasta que se giró quedando de caras a Juan y de espaldas a los otros y se lo saca!!!!!, estaba enseñando las tetas al agasajado, a este casi se le salían los ojos de las órbitas, miraba encantado las tetas de mi mujer y a la vez su jefa, los gritos continuaban, evidentemente todos pedían que se girara pero mi mujer no lo hacía, solo eran para los ojos de Juan, claro que mientras se movía podíamos captar algunas imágenes laterales de sus tetas, de repente se pone de pié justo entre las piernas de este, le coge las manos y se las pone en los costados de la braguita blanca, este ya sin ni tan solo espera instrucciones las baja arrastrando la única prenda que le quedaba, desde la posición nuestra solo podíamos verle el culo pero fue suficiente para que la gente se levantara, sabía perfectamente lo que el chico veía, el bello oscuro del coño de mi mujer, si antes tenía los ojos abiertos ahora parecía que se le iban a salir, de repente veo que levanta una pierna y la pone sobre la de Juan, le estaba enseñando el coño !!!!!!!!.
Hay algo que no he contado, desde el primer momento tenía la polla erecta al igual que los demás, poco me importaba que fuera mi esposa quien hacía aquello.
Cuando creí que ya había suficiente bajó la pierna y se fue corriendo a mi despacho ya que era el que quedaba detrás de Juan, de nada sirvió que la gente le pidiera que se girara, lo único que pudieron verle era el culo.
Marta cogió la ropa del suelo, la falda, la blusa, el sujetador y las braguitas, se lo dio a Juan y le indicó que se la llevara, me miró como pidiendo permiso, es curioso por qué para desnudarla no lo hizo, simplemente asentí, con aquello en la mano abrió la puerta, entró, esperaba que saliera inmediatamente pero lo único que vimos es la mano de Conchi cerrándola, nos quedamos todos en silencio, aquello iba mucho más lejos de lo que esperábamos, pasaron unos minutos y nadie se atrevía a decir nada, pero Juan no salía, de repente se abre una rendija de la puerta y se oye a mi mujer llamando a Marta, esta se acercó inmediatamente, Conchi le dijo algo, se gira y nos dice:
- ¿Alguien tiene un condón?
Mi mujer se iba a follar a Juan!!!!!!, además, sabiéndolo todos, no podía creérmelo!!!!!, ¿cómo podía estar tan loca?, varios sacaron de su cartera condones, no podía creerme que la gente fuera tan preparada, Marta cogió uno y regresó, pasó la mano y Conchi lo cogió cerrándola de nuevo, ya no había nada a ocultar, ni tan solo pensar que realmente allí no pasaba nada, era todo sabido, MI MUJER SE FOLLABA A JUAN!!!!!!
Poco después no hizo falta especular, pudimos oír claramente como Conchi se corría, gritaba más de lo que nunca la había oído, el orgasmo fue tal que el silencio se interrumpió por unos sonoros aplausos.
Unos minutos después la puerta se abrió, salió Juan con cara de felicidad y no era para menos, acababa de follar en su despedida de soltero y nada más y nada menos que con la jefa encima de la mesa del jefe.
Detrás iba mi mujer, al verla todo el mundo la volvió a aplaudir, el único que no hacía nada era yo ya que no sabía exactamente qué pasaría a partir de aquel momento pero no pude dejar de estar excitado en todo el rato por lo que pensé que si todo había salido tan bien, la gente estaba contenta, especialmente Juan, mi mujer se había corrido como una loca, era que no debía de haber pasado nada malo así que simplemente le di un beso.