Despedida de soltero (3)

Este ‘negraso’, nada más ver mi prenda interior… me asusto su expresión, pues sus ojos parecían que se iban a salir de su cara, me aterrorizaron de verdad. Y encima escucharle decirme… “Joder… menuda maricona, ahora sí que no te escapas, no voy a tener compasión, te voy a follar hasta preñarte”.

Despedida de soltero (3)

No queriéndome enrollar en cómo se inició, pues prefiero que mejor leáis la anterior parte, pudiendo enterarnos mejor. Pero para aquellos que lo tengáis aun en la memoria, comenzaré en el momento en que llegue al ‘Puticlub’. Donde entro primero Bernardo como me hizo saber anteriormente, explicándome que era para no levanta sospechas, cosa que pensé que no debería, pues nadie a excepción al portero nos habían visto. Y tras entrar esté, minutos después continúe yo, haciendo tiempo como si estuviera acabándome un ‘cigarro’.

Pero bien recuerdo que cuando fui a entrar, ese hombre cuyo trabajo es ser portero, persona de casi dos metros y corpulento, uno de esos que te da un puñetazo y directamente te manda al hospital. Coge y me detiene, preguntarme sonriente...

  • “Y dime... ¿Qué porro te ha tocado fumarte, el que tenía tú amigo en su mano, o quizás el que le colgaba entre las piernas?”.

Le miro sorprendido... y sonrojado callo, pues me he visto pillado por esta persona, sonríe nuevamente y guillándome un ojo. Me suelta...

  • “Si ese vejestorio te ha dejado insatisfecho, y si aún no te has marchado, si quieres dentro de un cuarto de hora entro y te busco, pudiendo echar un rato”.

Dice y sutileza me toma la mano, dirigiéndola con discreción hacia su entrepierna, haciéndome palpar su polla, ¡y obligarme a comprobar la longitud de esta... uuummm!!. Viendo como era verdad eso que decía Bernardo... ‘de que esté como me cogiera, me iba a desgraciar’, ¡pues di por hecho que a esté le llegaba hasta medio muslo... uuuffff!!. Y asustado, me dio por meterme dentro a toda prisa, dándome por buscar a Bernardo, cosa que me dio por contarle lo ocurrido, y encima el muy cabron decirme...

  • “Joder, ¡pagaría solo por el placer de ver como ese negraso te parte en dos... uuuffff!!”.

Y entre el cansancio que tenía, ya sea por las horas allí como por el sexo recibido, estaba que deseaba marcharme ya de allí, y sobre todo viendo que la juerga iba para largo. Aproveche cuando un conocido dijo que se marcharía en un cuarto de hora, preguntándole si podría irme con él, quedando en la puerta. Encaminándome hacia la salida, viendo en la puerta de espalda a Bernardo, y acercándome sigilosamente hacia esté con la idea de despedirme, y fue llegar y escucharle como le contaba al portero su hazaña, diciéndole eso de...

  • “Joder tío, me he cogido finalmente a ese hetero que, no veas cómo ha acabado de rodillas chupándomela, nadie juraría que era su primera vez”.

Le cuenta al tiempo que percibo que se pellizca su entrepierna, volviéndole a decir…

  • “Pero lo mejor ha sido cuando me lo he follado, no veas cómo gemía y suspiraba la muy maricona, encima la muy puta pedía más, sabes… creo que sea quedado prendido de las pollas.

Acaba, y escucho responderle el portero, que se lo había imaginado al verme caminar lentamente, e incluso algo abierto de piernas, cosa que le había dado por proponerme cogerme. Y ese viejo bonachón, cortarle y responderle acto seguido… ‘que lo sabía, pues se lo había contado’, cosa que le dije...

  • “Que pagaría con gusto, y poder ver cómo le rompías el culo”.

Y decirle eso, y escucharle decirle sorprendió, como el viejo bonachón acababa por mentirle decirle al portero, eso de…

  • “Pero encima el muy cabrón, ¡me ha soltado que lo haría gratis… eeehhh!!”.

Acabado ambos por reír, dándome por aparecer por detrás algo temeroso ante lo último, pero deseaba romper de paso esa armonía, pero no fue así, pues ambos me propusieron un trío. Y cuando les dije que no al tiempo que los mande a la mierda, momento en que ese portero me coge del brazo y con fuerza me tira hacia un lado, haciéndome saber que le he faltado al respeto. Y amenazante, decirme...

  • “Vamos a tener que llamar al encargado de la despedida, diciéndole lo ocurrido”.

Y cuando con miedo que le pedí disculpa por mi comportamiento, esté me miraba con reservas, acabando por tirar de mi brazo hacia dentro, al mismo tiempo que le hacía saber a su compañero que tardaría en volver, y este devolverle la contestación con una sonrisa. Me vi conducido hacia una puerta cuyo letrero se podía leer… ‘seguridad’, puerta que este mismo abrió y me lanzo hacia dentro con fuerza, acabando por caer al fondo sobre un sofá. Y antes de cerrarse la puerta, acabar por entrar ese viejo bonachón y este cerrar tras de sí. Recuerdo como me miraba ambos, pero fue el viejo bonachón quien se dirigió a mí, diciéndome…

  • “Te recomiendo comenzar por una mamada, antes que nada… más por comprobar el tamaño, pero eso sí, te sugiero que te desnude, no porque sea lo suyo, sino que, en un momento dado, a esté le dé por quitarte las ropas y estas pueden acabar rotas”.

Dijo, pero no le hice caso, pero vi como ese negraso se bajaba la cremallera de su pantalón, y a duras penas sacaba su miembro fuera, ¡vergón que casi me hace desmallar… uuuffff!!. Aquel monumento debía de medirle al menos veintidós o veintitrés centímetros por cinco o seis de diámetro, pollón que el viejo mismo dijo…

  • “No vez que tenía razón, cuando te dije que la polla del portero te puede desgraciar, pero tranquilo que eso lo vamos a comprobar ahora, pero lo seguro es que cuando te marches, ¡te vas a ir adicto a las pollas… eeehhh!!”.

Y echo un ‘bolillo de lana’ en el sofá, veo como se me acerca ese enorme tío hacia mí, cuyo cuerpo he mencionado con anterioridad, era el de un armario empotrado. Persona que fue acercarse y quedarse a unos pasos, alzar su brazo hasta que vi su mano rodear mi cabeza, acabando por tirar de mi hacia él. Sabiendo de sobra lo que toca, pero aun así finjo, intentando oponerme, pero su fuerza no me lo permite y siento su glande chocar contra mis labios. Oliendo ese olor de mezcla entre orín y precum (fluido preseminal), y vuelvo a sentir la presión de su mano en mi sien, y en escasos segundos separo mis labios. Pero no por voluntad propia, sino al sentir como pellizcan mis pezones, ¡cuyo dolor me hace expresarme y este aprovechar por hundirla… uuummm!!.

Y ya no era cuestión de saborear… sino de respirar, pues su glande no me entraba mucho más que tres o cuatro centímetros, momento en que Bernardo se nos acerca, colocando su pequeño bote en mi nariz, al tiempo que me sugiere oler con fuerza. Y fijarse en la polla del negraso, soltando…

  • “Te veo desencajando la mandíbula del chico, cuando la idea era romperle el culo”.

Y ese olor que llego a oler hasta por tres veces, me ayuda a abrir un poco más la boca, sintiéndome más flexible, sintiendo como su glande entra al tiempo que esté suelta un bruñido. Soltándole al viejo…

  • “No la debes de tener tan gruesa como la mía, ¡cuando al chico le cuesta metérsela… eeehhh!!”.

Y sacarla para volverla a introducir, sintiendo como poco a poco me voy adaptando a su grosor, saboreando ese trozo de carne negra entrarme, disfrutando, ¡aunque fingí no hacerlo… uuummm!!. Y es cuando escucho al dueño de ese pollón, decirme…

  • “Sabes chico, me llamo ‘Boneke’, y lo que antes te dijo Bernardo es verdad, sobre que te recomiendo que te desvista, pues me he visto tentado a arrancarte las ropas”.

Suelta, volviéndome a meter prisa, diciéndome…

  • “Vale… o no, pues venga desvístete”.

Suelta y saca su polla de mi dolorida mandíbula, comenzando a desvestirme al tiempo que miraba en dirección hacia la puerta, pues no deseaba que nadie entrara y que hubiera más intruso. Me quito la camisa, el pantalón y descalzo, quedándome con mi prenda interior, prenda que debo recordar que era un tanga. Y que este ‘armario empotrado’, nada más verla me asusto su expresión, pues sus ojos parecían que se iban a salir de su cara, expresión que me asusto de verdad. Y escucharle decirme…

  • “Joder… menuda maricona, ahora sí que no te escapas, te voy a follar hasta preñarte”.

Comenzando a metérmela en la boca, pidiéndome colaboración para poder disfrutar ambos de verdad, ¡cosa que gracias al popper me ayudo un poco más… ooohhh!!. Y viendo como esté le daba también a ese botecillo de etiqueta amarilla, poniéndose aún más excitado y agresivo, ¡tanto que le dio por pellizcar mis doloridos pezones… ooohhh!!. Eso como animar a Bernardo a unirse, acabando por llegar a pedirle que le acercara una pequeña mochila, cosa que este le dio y sin necesidad de sacar su pollon de mi boca, ¡acabar por sacar una bolsita… uuuffff!!.

Y para esos momentos me ve poner de mi parte, cuando tomo su tronco con una de mis manos, mientras con mi otra mano magreo sus genitales. Dándome por levantar su verga y lamer desde su glande hasta la base, impregnarla en saliva y continuar ensalivando hasta sus genitales, chupo e intento metérmelos en la boca, ¡misión difícil de conseguir… aaahhh!!.

Y ver como ‘Boneke’ disfruta de mi labor, ¡como acaricia mi nuca con una de sus enormes manos, como juguetea con mi oreja, e incluso araña mi espalda o tira de mi pezón… uuummm!!. Levantando la vista y ver esa bolsita cuelga de sus dedos, dándole por retroceder y sacar su polla de mi dolorida boca, cuyos labios los tengo ya hasta hinchados. Ver como esté ríe y suelta un poco del contenido de esa bolsita sobre la punta de su polla, volviéndomela a introducir en mi boca, ¡saboreando su precum y ese sabor amargo de esos polvos… uuummm!!. Y en minutos, acaba por sacarme de nuevo su polla de mi boca, hacerme girar, quedando de espalda a esté en posición de cuatro, mientras me dice…

  • “Eso que te he dado, te aliviara posibles dolor o sensaciones molestias, causadas al metértela por este estrechó orificio”.

Suelta, y acaba…

  • “Y ahora relájate, pues viene lo mejor, vas a disfrutar de una buena polla, y cuando acabemos, te aseguro que suplicaras que te dé más”.

Dice al tiempo que siento como me introduce uno de sus dedos, ¡como hurga y entra y sale una vez tras otra… uuummm!!, como saca este dedo y ahora son dos los que me introduce… uuuffff!!. Y levanto la vista y veo como Bernardo me acerca su polla, miembro que con gusto me meto en la boca, ¡sintiendo para ese momento como son tres los dedos que me parten en dos… ooohhh!!. Alertándome este que ahora viene lo mejor, sintiendo como saca esos tres dedos y lo sustituye por su verga negra y enorme, polla que me hace temblar, aunque aún no me la ha introducido.

Y ahora es cuando comienza lo bueno, sintiendo el dolor inicial de su verga entrarme, contentándose con introducir parte al principio, sacándola y un nuevo embiste me mete la mitad. Me arqueo de dolor y al mismo tiempo de placer, suspiro y gimo, miro hacia atrás para ver a ese semental, ¡macho que no deja de esnifar popper… uuuffff!!. Y siento como este intenta masturbarme, dándose cuenta como ni me había empalmado, ríe y hace mención a mi sensualidad, haciéndome saber que soy toda una maricona pues no tengo ni pene, pues para esa medida mejor ser una ‘nena’.

Embiste con fuerza, ¡sintiendo su glande golpear con violencia mi próstata… aaahhh!!, mientras tira de mis cabellos hacia atrás, volviéndome a probar de esa sustancia… uuummm!!. Y minutos después, vuelvo a estar en la gloria, ya no solo por estar siendo empalado, ¡sensación que para nada es nueva… uuuffff!!. Pero sí que estoy como en una nube, cuyas dos pollas de estos dos me tienen empalados literalmente, pues si Bernardo me la tenía metida en la boca, ¡‘Boneke’ era por detrás… aaahhh!!. Y todo esto quedando en constancia gracias a la cámara de Bernardo, pues el muy cerdo no dejaba de grabarnos… uuummm!

Y tras tragar una vez más la lechada de ese viejo bonachón, mi amigo ‘empalador’… el ‘armario empotrado’, me hace saber que pronto me iba a preñar, no pudiendo quedarse mucho más, pues está trabajando. Y entre alarido, sentir como me impregnaba por dentro, como me dejaba y en abundancia su corrida, ¡mientras sentía mis piernas temblar y no precisamente de frio… ooohhh!!. Tocando vestirse, arreglándome con rapidez, mientras Bernardo me espera en la puerta junto a ‘Boneke’, ambos hablan del fabuloso polvo, y que me animan a repetirlo en otra ocasión. Dicen, mientras me cuesta caminar, pues, aunque parezca ‘coña’ (broma, es una expresión del sur), lo cierto es que me marcho molesto.

Acabando por salir de uno de mis amigos de la despedida, haciéndome saber que se marchaba ya, y si deseaba marcharme, pues me podría acercar a mi casa, cosa que acepte. Y antes de despedirme de Bernardo, como mente en el momento habíamos intercambiado los contactos. Pues éste deseaba volver a vernos y repetir, cosa que le hice ver que ya se vería, y esté acabar por decirme…

  • “Para final de mes, vendrían unos amigos del norte para hacer turismo, amigos que desean un buen guía, y no solo para disfrutar de la ciudad, sino de la marcha y de lo que pueda venir después”.

Obviamente, me dio por decir qué que ya veríamos, pues aun no nos hemos ni ido, acabando por marcharnos, llegar a casa que era lo que más deseaba y darme un más que merecida ducha, acabando por comer algo e irme a la cama. Y semanas más tarde, recibo la llamada de Bernardo, ese al cual conocí en la despedida de soltero, y que acabamos detrás de los aparcamientos liados. Tras recordarme los hechos, acaba por preguntarme…

  • “Tienes el fin de semana libre, pues como te comenté, vienen unos amigos míos del norte de España, ya sabes para hacer turismo, y lo que surja”.

Y la cierta verdad, que en un principio tenía plan con mi novia, pero las rencillas que habíamos tenido en las últimas semanas, pelea a raíz de mi visita al ‘Puti Club’. Cosa que a pesar de no haberme comido rosca alguna (me refiero precisamente a una chica), está por el mismo echo de mi presencia, daba la sensación que era peor. Acabando está por cancelar nuestra cita, no pensándomelo dos veces y me dio por llamar a Bernardo, haciéndole saber que estaba libre para todo el fin de semana. Y antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.

No me tengo que excusar porque un día me dio por ahí, y desde entonces vivo y disfruto mi vida con pasión, y de una forma de libertinaje, dándome por compartirlo con vosotros como manera de desahogo. Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. También es verdad que hay que hacerlo con protección, pero suelo hacerlo a pelo por saber con quién voy o por el hecho de verlos, saber que puedo confiar. Aunque mis revisiones cada tres o seis meses, no me la quita nadie, pues me gusta comprobar que sigo bien en todo. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).