¿Despedida? de CARTUZ
Lo mismo resultó exagerada, pero espero que mis corazonadas no se cumplan.
Carlos nos envió una invitación para pasar el domingo y el lunes en su casa, en el campo. Los días eran el 25 y el 26 de este mes de octubre. A mi marido y a mí nos pareció un tanto extraña, porque hubiera sido más lógico, viernes, sábado o sábado domingo. Aunque viniendo de Carlos no era tanta extrañeza pensándolo bien, el mundo giraba de una manera pero para él giraba de otra. Daniela me confirmó que ellos también estarían. Llegamos el domingo temprano y no fuimos los primeros. Carlos nos dio una explicación por los días y era que había estado toda la semana sin parar, incluido el sábado que terminó de trabajar a las 11 de la noche. Todos coincidimos en una cosa, que era un hombre muy ocupado, pero que siempre atendía una llamada de un amigo o hacía tiempo para escuchar a cualquiera.
Esta vez llevaba el convencimiento de que no iba a pasar nada entre nosotros dos. Sabía de algunas de sus andanzas sexuales por algún relato que había escrito, pero también sabía que lo mismo había más andanzas no publicadas, como con algunos de nuestros encuentros. El domingo pasó volando, todo muy ameno, divertido y Carlos aunque parecía alegre, no lo estaba, intuición femenina, pero le notaba como liberado de una carga. Si me preguntáis que carga, no sabría deciros, pero es una interpretación mía. Estuvieron algunos amigos y el tocando música y estaba exultante. Otra cosa que me di cuenta, estaba bebiendo alcohol y un par de veces le vía apartado, mirándonos detenidamente, no se dio cuenta. Qué era lo que miraba? Por qué nos miraba así de embelesado?
Se acostó pronto porque al día siguiente iba a valencia a donar sangre y quería estar descansado, tan responsable como siempre. Nos quedamos el grupo de mujeres y no fui yo quien sacó el tema de conversación, fue una de las grandes amigas de Carlos, que nos preguntó si no le habíamos visto raro y de seguidas, todas dijimos que sí o que por lo menos cambiado. Hice lo posible por quedarme a solas con Daniela y lo conseguí.
- Dani tú sabes a que ha venido esta reunión? porque es más eso que una invitación.
- Algo se cuece pero no me preguntes que no le he sacado nada a Ray. Solo sé que le ha dejado un montón de sobres grandes bien cerrados.
- Y que tiene que ver los sobres con lo que te he preguntado?
- Porque los sobres van numerados y no digo más que no quiero meter la pata.
- Cuanta intriga. Lo mismo estamos dándole vueltas a un supuesto misterio y luego es todo una tontería.
- Pues puede que sea si, Ray le ha dicho que se pensara lo de ir a saltar a ese sitio.
- Yo también traté de convencerle pero infructuosamente.
- Ray ni se ha molestado en intentarlo, porque dice que nadie puede convencerle, salvo una rara excepción y cuando le he preguntado por esa rara excepción se ha encogido de hombros y no ha dicho nada más, lo que conociendo a Ray, quiere decir que se ha guardado algo.
- Tu qué piensas, tu intuición?
- Pues lo que te dije al principio, que se cuece algo y no tengo ni idea de que. Porque llevan hablando Carlos y Ray varios días, conversaciones no muy largas salvo el día 12 de madrugada que estuvieron hablando más de una hora larga.
- De algo te enterarías.
- Pues no mucho, porque Ray hablaba poco, un sí, algún no, de vez en cuando un normal y le llamaba muchas veces cabezón. Para decir también varias veces cabezones, en plural.
Mis dotes detectivescas después de esa conversación, no me llevaron a aclararme nada. A las 6,30 de la mañana oí ruidos por la casa y me levante pensando que sería él y no me equivoque. Me había preparado un café y me lo había dejado junto con dos madalenas. Sabía que me iba a levantar, que coraje que me dio. Hacía algo más que fresco y él se había puesto un polo de manga corta y unos vaqueros ajustados, que le quedaban como un guante. Quise hablar con el de el motivo de esa invitación y se comprometió a hablar a solas conmigo cuando volviera, que no quería llegar tarde. Oyendo luego como salía con el coche a toda prisa. Regrese a mi cama.
Los cálculos es que a las once estuviera ya allí y me levante a esa hora y no había llegado. Hice ver mi extrañeza y unos dijeron que se habría entretenido con alguien, que habría ido al trabajo un momento y se había liado y Ray, que dijo que tenía que pasar por el notario y que eso sería lo que le había hecho no estar a la hora que dijo. Algo que me extraño porque no he visto a nadie tan puntual. Mas me extraño cuando llegaron un grupo de personas de color, entre ellas y ellos, una mujer preciosa de no más de 38 años. El resto eran de 20 años y casi todo mujeres. Ray hizo de anfitrión al no estar Carlos y porque se vio que se conocían. Hablaban en un fluido inglés y de vez en cuando entendía algo de lo que hablaban, porque hablaban muy rápido. A las 12 se oía venir a un vehículo, pensábamos que era él, pero no, era un taxi. Vimos que era Carlos y lo primero que pensé, que se había dado un golpe o el coche se le había quedado estropeado. Pero no fue nada de eso. Su color moreno de piel, se había quedado como blanquecino, casi amarillento. Lo primero que nos dijo, “no me preguntéis, que me ha sentado fatal la donación de sangre, no podía casi ni moverme, no me he atrevido ni a conducir”
Lo cierto es que traía muy mala cara. Se fue hacia la cocina y nosotros detrás. Para que se sentara, descansara un poco y para que se repusiera. Cogió un montón de fruta, la metió en la licuadora y se hizo más de un litro, que lo bebió de manera compulsiva. Después se fue a uno de los sillones grandes y se tumbó. Le costaba hasta hablar y queríamos llevarle al médico, pero decía que después de beber eso se recuperaría. A la hora de comer, estaba medio dormido y su cara no cambiaba, el color de piel seguía siendo el mismo. Se levantó y parecía un poco más recuperado, “por lo que sea me ha pillado mal el cuerpo y lo que no me ha pasado nunca, me ha pasado esta vez, ahora me siento ya de lujo” el término de lujo, siempre tenía la intuición que era más bien, que estaba echo una mierda. Esta situación me iba a estropear tener esa conversación con él.
Lo importante era que se pusiera bien del todo y más teniendo al día siguiente que hacer un viaje de bastantes horas. El resto del día se veía que hacía sus buenos esfuerzos para aparentar normalidad, pero seguía estando como un trapo. Llegaron dos furgonetas y hablaron con él, les indico algo y se pusieron a montar luces y unas cámaras, me tenían intrigada. Estaba claro que iban a grabar algo, el que era lo que no sabíamos nadie, exceptuando Ray como siempre y cuando le preguntábamos, nos decía que iba a estar bien, una sorpresa. Carlos había desaparecido y cuando estaban probando el sonido, porque también había sonido, nos acercamos a donde habían montado todo y un tío pequeñito, bajito, casi como yo y con muy malas pulgas nos gritó diciéndonos que no podíamos colocarnos en ese sitio y nos marcó donde. Sonaba una música de fondo y el tío bajito reclamaba algo y la mujer de color le indicaba que tranquilidad, haciéndole las indicaciones con las manos. Esperaban a Carlos y varios de los que estábamos invitados aparecieron también cambiados. Todos y todas con pantalones vaqueros, ajustados, algunas llevaban leggins disimulando que eran pantalones vaqueros y todos con camisa, tops o blusas blancas.
Una de las mujeres que vino a ultima hora que iba vestida de distinta manera, impartía ordenes a todo el grupo e iba haciendo indicaciones, Carlos y la mujer de color se colocaron solos, nadie alrededor. Hablaban entre ellos y Carlos ponía buena cara y hacia como si estuviera perfecto. Aunque se le notaba alicaído. La mujer de color le paso la mano por la espalda dándole ánimos y cuando la mujer dijo que todos preparados Carlos y la mujer de color, se quitaron las mascarillas, se las pasaron a otra persona y la cara de Carlos cambio, su sonrisa cautivadora apareció, se pusieron a BAILAR, primero los dos, luego se fueron añadiendo, en varias tandas el resto de las personas, era un baile que se oye mucho ahora. No duro los 3 o 4 minutos típicos de una canción lo alargaron como 10 minutos. Les vi perfectos a todos y la mujer que dirigía todo quiso que lo repitieran, aunque para mi que era imposible hacerlo mejor. Pues lo hicieron mejor. Esta segunda vez si lo grave con mi móvil. Carlos que era en el que mas me fijaba lo hizo como un bailarín profesional y esto es lo que me molesto. Me molesto porque cuando lo conocí y varias veces mas se lo oí, que cuando alguien le preguntaba si le gustaba bailar, si bailaba, su contestación era la misma, que le gustaba bailar, pero de ahí a saber bailar era otra cosa, que el se movía, una m… baila perfectamente, esta claro que ha tenido que tomar clases, muchas clases.
La prueba más fehaciente de que no se encontraba nada bien, que no cocino él la cena. Jugó con la cena en su plato y después se levantó y dijo que mañana estaría mejor. Se fue a la cama. Lo mismo es que soy mala, pero ese viaje, ese salto como decía él, me daban mala espina, un presentimiento muy oscuro. Por eso en parte me alegraba de que estuviera mal y a ser posible que no se recuperara del todo al día siguiente y que tuviera que anular ese viaje. Otra vez más nos quedamos solo las mujeres, fuimos por unas chaquetas para abrigarnos, porque varias fumaban y salimos fuera a fumar.
Me había sentado de tal forma que veía el interior de la casa y ya siendo la 1 calculo yo o más de la 1, vi una luz al fondo, unas sombras y otra luz, la del despacho de Carlos. Si no hubiera pasado lo del café hubiera ido en el momento, pero para no parecer una acosadora deje que pasara un poco de tiempo, lo que me hizo estar más nerviosa y pendiente de la puerta del despacho, ya no me enteraba bien de lo que hablaban. Me acordaba y repasaba en mi mente el último relato que había publicado, donde me enteré en una respuesta a un comentario, que íbamos a comer o cenar juntos. Le pregunté a mi marido y me dijo que era verdad, que se le había olvidado decírmelo, SE LE HABÍA OLVIDADO.
Su relato era curioso, porque Carlos siendo joven es un hombre especial, distinto. Te abre la puerta del coche para que te subas, si llega una mujer se levanta enseguida, no se sienta hasta que no te sientas, no se le pasa ningún detalle, que no es una actitud “machista” simplemente que es su manera de ser. Por eso chocaba por cómo era en el sexo y por lo que hizo a una mujer que no sé el nombre, he dicho le hizo y es lo que no le hizo. Resultaba chocante pero era así, que lo domina muy bien, porque te hace desear el orgasmo más que el respirar, lo controla con tanto arte, que cuando llegas a ese orgasmo insólito por la extraordinaria sacudida que te da en todo el cuerpo, que parece que te vas a un paraíso si es que eso existe. Me interrumpieron en mi pensamientos, porque me preguntaron algo y no había oído la pregunta. Me disculpé diciendo que el sueño me estaba dejando fuera de juego. Decidimos irnos a dormir. Fui a mi habitación, me cambié y me puse un conjunto para dormir que despertaría al más indeciso.
Fui hacia donde estaba Carlos, nerviosa, porque no sabía si le agradaría mi presencia. Llamé suavemente y como no me decían nada, abrí lentamente, por si se había dormido. Estaba con unos cascos puestos y escribiendo en el ordenador. Al verme, me hizo señales con la mano de que entrase, se quitó los cascos, me dijo que esperara unos segundos, en vez de sentarme, me puse a ver cosas que tiene en ese “refugio” algunas muy llamativas y que seguro que tienen para él un significado especial. Lo que más me llamó la atención eran dos velas blancas con dos rosas blancas junto a un cuadro, que no detallare. Que le quedaba justo de frente a la mesa donde estaba, en su perfecta visión. Lo que veía me empezaba a embaucar y en ese momento. * Adriana perdona, estaba terminando de mandar unos correos, que para mí eran urgentes. * No pasa nada, lo mismo te interrumpo algo. * Que va, si fuera así te lo diría y no se me ha olvidado que teníamos una conversación pendiente y aquí estoy, si te viene bien a mí también. * Pregunta directa, te has pensado bien lo de irte de viaje a hacer ese salto? Porque seguro que aquí en España hay también buenos sitios y si no hieras ese tipo de saltos mejor. * Pregunta mitin. Está pensado y muy bien pensado y si hay sitios en España pero ese sitio me gusto y me dije que algún día lo haría, ya de paso aprovecho y visito amigos. * No hay nadie que te pueda hacer cambiar? Porque tengo mal augurio y perdona mi franqueza. * A la pregunta la contratación es no sé. A lo del mal augurio, espero que no tengas que decir, se lo dije, lo dije. * Te molesta que escriba cosas sobre ti o que pueda escribir algo de todo esto? * Desde el primer día te dije, que lo que tu escribieras era problema tuyo, lo único que te pedí que fueras sincera, verdadera y a ser posible que no dieras muchos detalles personales. Si así lo has hecho, no te puedes reprochar nada, porque yo no he leído nada precisamente por eso. que no ha sido por hacerte de menos. * Es que no entiendo que puedas arriesgar todo lo que tienes tan alegremente. * No arriesgo nada, cuando te vas para el otro barrio no te llevas nada, solo el amor verdadero que has recibido de las personas que te han querido de verdad. * Pero te has visto la cara que tienes, se te ve fatal y te vas a meter, cuantos kilómetros, muchos y no te veo nada bien, que quieres que te diga. * Pues más de ocho mil kilómetros y si es en horas, depende del vuelo, desde nueve horas a dieciséis. * De verdad te crees que me importa ese dato. * Jajaja Jajaja * Pues no encuentro el motivo de la risa.
Se levantó y me dijo si le acompañaba. Fue a la cocina y tócate los… PIES, no va y se pone a hacer una tarta de fruta y una solo de manzana. Trocea la fruta de manera simétrica y como es en el siempre, buscando la perfección en el corte. Mientras me iba explicando al detalle la receta que él hace. Me estaba enfadando pero que mucho. No quiso saber nada de lo que le hablaba, él seguía con sus recetas y una vez que las cabo las metió en la nevera. Lo bueno es que ya no podía seguir hablándome de tartas. * Carlos de nuevo vuelvo a lo mío, por qué tienes esa necesidad de buscar el riesgo? Y por favor siempre dices que nadie te insulte tu inteligencia, práctica eso conmigo o no me contestes. * Te dije que te contestaria y lo haré con mucho respeto, tienes razón al exigirlo. Puede ser, que no lo sé seguro, que busque el riesgo para sentirme más vivo, para olvidar cosas o momentos, de verdad que no lo sé con exactitud. * Y esta vez por qué es? Qué persigues? * Ves te tendría que mentir y como no quiero hacerlo no las contestare. * Te juro que no lo contaré ni lo escribiré. * Jajaja Jajaja, ya te he dicho que eres libre de escribir lo que quieras y como no lo leeré si lo haces, no voy a padecer. * Te voy a hacer una pregunta y no me contestes con el título de una canción o con una frase rimbombante, contéstame con lo que sientas. Alguna mujer ocupa en estos momentos tu corazón o por lo menos lo trastoca? * Déjame pensar como contestarte, que no quiero mentirte. Ninguna mujer en estos momentos ocupa mi corazón como tú dices. Que hay alguien que lo trastoca si, un poco, pero después de este viaje te aseguro que ya no. * Mira hemos llegado a algo. Por qué después de tu viaje ya no? * Escucha bien, para luego si escribes algo reflejarlo bien. Porque las palabras pueden abrir caminos, abrir heridas o sin palabras se pueden abrir abismos imposibles de soslayar. * Te han hecho daño a tu corazón? * Ja y ja, esta risa es sarcástica. Después de lo que he pasado últimamente no hay nada que me pueda lastimar el corazón, porque no queda ni un sitio libre para dañar. * Pero no me has contestado a mi pregunta, por que después de que hagas tu viaje ya no? * Aquí te guste o no te guste, te voy a responder con una frase del libro los gorriones, - Como se arranca el hierro de una herida su amor de las entrañas me arranqué, aunque sentí al hacerlo que la vida me arrancaba con él – como lo mismo no te acuerdas cuando quieras recordarlo, libro los gorriones de Bécquer.
No me dejo hacerle más preguntas y me hizo volver a mi cama. Cerré la puerta de mi habitación y escribí retazos de lo que me había dicho, para que no se me olvidara y después me puse a escribir esto que os cuento. Abrí la puerta un poco y le oía moviéndose por la casa haciendo cosas. Estuve a punto de salir y mi marido me lo impidió sin impedírmelo, “Adriana déjale tranquilo, que tenga que tomar las decisiones que tenga que tomar, porque tú no le vas a hacer cambiar de idea, lo mismo otra persona sí, pero ni tu ni nadie de los que estamos hoy aquí podemos, ni su hermano Ray” sospeche que mi marido sabia más de lo que yo sabía, le pregunté y me dijo que le dejara dormir. Me hubiera gustado tener un buen presagio, pero el frío recorría mi cuerpo y me intranquilizaba. Se que lo que escribiré ahora está mal muy mal, pero lo hice. Ray se había levantado y estaban hablando.
- Joder hermano, ya estas vestido. Te ibas a fugar sin despedirte?
- Jajaja Jajaja, sabía que te levantarías antes de irme, que te conozco.
- Como nos conocemos, Jajaja Jajaja y has dejado hecha una tarta de frutas, fenomenal, aunque lo hubieras redondeado siendo perfecto con una de manzana.
- Mira en la nevera.
- Eres un fiera, prepara café que yo corto la tarta. Si has estado toda la noche despierto, imagino que no has cambiado de opinión, acierto?
- Has acertado.
- Me dan ganas de ir a la uni y avisar a alguien.
- Ya te librarás tú de eso, como de mearte encima.
- Vamos a lo que vamos. Cómo contacto contigo si es necesario?
- Que pesado eres ya te lo he dicho un millón de veces.
- Hangouts o por Meet.
- Ves como no eres sordo.
- Estás a tiempo de que te lleve al aeropuerto.
- Estás bien aquí, ya voy solo.
Llegaron las palabras de dos personas que se quieren y aprecian. Lo que me volvió a preocupar fueron las palabras de Ray, el tono, que reflejaban preocupación contenida. Poco después se oyó cerrarse la puerta de la calle y todo se llenó de silencio. Me levanté para hablar con Ray para sacarle algo y me lleve un corte en cuanto lo intente, “te respeto mucho Adriana, pero de Carlos no voy a hablar y si no has logrado resolver tus dudas con todo lo que has hablado con él, esta noche, en mí no vas a encontrar lo que quieras saber” y claro después de esto, no puedes decir nada más. Aunque no soy fácil de callar y le pregunté, claro que le pregunte, no me podía contener, “vale Ray, no te preguntare por nada de lo que pueda haber dicho Carlos, te preguntare por algo que has dicho tú, que has querido decir con lo de ir a la uni y avisar?” con que me haya entendido Carlos ya vale.
Esto he terminado en escribirlo el día 27 y lo mando este mismo día, se publicara el 28 o el 29. Carlos ya estara en Colombia preparando su primer salto del día 30, luego vienen los del día 31 y el 1 de noviembre. Cruzo los dedos sobre todo por el día 1 que no soy supersticiosa, pero no tiento con ciertas cosas como es el día de difuntos y cruzo los dedos de las dos manos para que surja algo que le haga pensar que no merece la pena arriesgarse por arriesgarse.