Desnudista por un dia

Flavio era un hombre que poseia una enorme verga, y que por necesidad, y por consejo de su pareja, accedio a ser desnudista por una noche... no conto con la incredulidad de las asistentes con respecto a su enorme miembro.

La verdad es que Flavio con Karen pasaban tiempos difíciles. Si bien no estaban casados, convivían desde ya un buen tiempo. El había perdido su trabajo debido a… bueno, problemas de convivencia con su secretaria. Lo habían descubierto en pleno acto sobre su escritorio. Y es que Flavio tenía un gran secreto, que en realidad ya se había divulgado en todas las mujeres de su oficina: Tenía una enorme verga. Gruesa y larga.

Su pareja actual muy bien lo sabía, y Flavio siempre tenía miedo de que las mujeres estuvieran con el solo por tan generoso aparato. La verdad es que el sexo era increíble, ya que lo que más le gustaba a él era complacer a sus parejas. Y aunque no lo crean, con suerte, a sus 25 años, había tenido unas 3 o 2. Quizás porque era tímido, o desconfiaba de la sinceridad de ellas.

Bueno, Flavio y Karen vivían solo de su sueldo, así que cuando perdió su empleo, tuvieron que recurrir a ahorros, que obviamente no durarían para siempre.

Sin embargo, cierto día, Karen encontró la solución a todos sus problemas:

"Mira – le dijo – creo que ya sé cómo puedes ganar dinero rápido y fácil"

"Como? Prostituyéndome?" – dijo él, en tono de broma. Pero su pareja lo miro seriamente.

Al ver la cara que le ponía Flavio, se apuro en decir "No, no,… bueno, no exactamente. Lo que ocurre es que una conocida mía anda buscando un desnudista para una despedida de soltera, y bueno, pagan muy bien, y solo tienes que desnudarte un poco y bailar, nada mas…"

"Nada mas?!..." – Dijo él. La verdad es que no le gustaba mucho la idea, de hecho no le gustaba para nada.

"Mira" – respondió Karen – "Con suerte tenemos dinero para una semana más, no veo otra solución, con este trabajo podríamos vivir lo más bien un mes más, para ese entonces tu ya habras encontrado empleo.

Flavio sabía que su pareja tenía razón. Así que se convención que no le quedaba nada más que obedecer… ¿Qué tan malo podía ser? Por mover el trasero un par de horas iba a recibir buena paga.

Llego entonces el día del compromiso. Flavio, asesorado por su pareja, había escogido un diminuto calzoncillo de leopardo – En donde apenas le entraba todo el bulto – y se había depilado todo el cuerpo.

"Ya "– dijo Karen antes de despedirse – "Acuérdate que solo vas a bailar… solo te dejo que hagas esto por la necesidad, tampoco creas que me hacer mucha gracia".

Momentos después, ahí estaba Flavio, de pie frente a la dirección de la fiesta. Dio un gran suspiro y toco el timbre.

La puerta se abrió, y se escucho un griterío agudo. Cerca de 10 brazos lo adentraron a la casa. La verdad es que ahí dentro había una especia de revolución por la llegada del hombre. Flavio miro a su alrededor intentando saludar, pero no lograba calmarlas. Al fin una le hablo. "Hola, yo soy Claudia, estoy organizando esta despedida para mi amiga Paola… a todo esto, ella no sabe que estas aquí, así que este es el plan... tú te subes a ese pequeño escenario que construimos, y esperas a que entre".

Y así lo hizo, vestido con un traje negro completo, con camisa blanca y sin corbata. Espero un tanto nervioso, hasta que entraron más mujeres al improvisado lugar. Lo primero que le llamo la atención fueron los enormes senos de una, el culo de la otra… en realidad todas tenían cuerpazos… bueno, casi todas, había una que si bien no era gorda, era algo más robusta. Y así es, esa era Paola.

Paola se puso a gritar como si le acabaran de aumentar el cupo de la tarjeta de crédito. Se sentó ansiosa en el sillón, desvistiendo con la mirada a Flavio. Y empezaron todas "Que baile, que baile" y no falto la entusiasmada que grito "DAME UN HIJO!".

La música empezó a recorrer el lugar, y Flavio empezó a sacarse la ropa. La verdad es que era más fácil de lo que parecía, no sabía si era o porque estas mujeres nunca habían visto un hombre o el realmente era muy guapo, pero estaban vueltas locas.

Todo iba muy bien, hasta el momento que se saco los pantalones. Las mujeres se callaron de golpe. Todas tenían clavada la mirada en el desproporcional Bulto que se veía en sus ajustados calzoncillos. De improviso todas comenzaron a abuchearlo.

"Farsante!" – Gritaban – "sácate los calcetines que te pusiste ahí!!" y le empezaron a tirar vasos y zapatos.

"Pero si yo… yo no…" – trataba de decir, pero ellas no paraban de abuchearlo, y como no supo que mas hacer, hizo lo único que se le ocurrió.

Flavio quedo con los calzoncillos en los tobillos, dejando pendular su enorme falo al viento. La multitud nuevamente enmudeció. Luego de un rato, Paola dijo:

"Eso no puede ser de verdad" – dijo- "de seguro es de silicona o de goma, yo vi un programa una vez…"

"Tócalo" – dijo Flavio – "Vamos". Ahora habían herido su orgullo masculino, así que quería dejar bien en claro que él no tenía ni penes de silicona ni nada parecido.

Paola se acerco, al comienzo con temor, y luego decidida a demostrar la falsedad de tan enorme verga.

La tomo con las dos manos, y ahí sí que quedo en estado de Shock. Porque sintió su calor, su olor, su palpitante flujo de sangre… ningún juguete podía ser tan perfecto.

Lo que ocurrió a continuación fue tan rápido que Flavio no alcanzo a reaccionar. Con algo de dificultad por su tamaño, Paola metió toda la punta de su aun no erecta verga en su boca. Flavio le agarro la cabeza para impedir que lo hiciera, pero en el momento que su lengua toco el glande, debió oponer menos resistencia… su verga comenzaba lentamente a endurecerse, pero aun no estaba del todo excitado. Así que alcanzo a sacar la cabeza de Paola de su entrepierna, dejando su ahora húmeda verga por la saliva a medio erectar, palpitando con cautela.

"Basta" – "Yo tengo pareja, no puedo permitir que…" – pero no puedo seguir. Ahora fue una amiga de Paola, con enorme pechos, la que empezó a recorrer el enorme falo con la lengua.

Flavio veía hacia abajo el enorme escote con el par de tetas apenas contenidas, mientras su dueña se regodeaba con su verga. Esta imagen si era más excitante, así que su verga fue ganando dureza y tamaño. Paola aparto a su amiga de un codazo, y siguió haciendo el trabajo. Pero quizás como la tetona amiga sabia que la fiesta no era para ella, no opuso resistencia,, es más, ayudo, junto a las demás, a poner a punto esa verga abundante.

Pusieron de espaldas a Flavio en el escenario, quien ya no podía seguir resistiéndose, de tal manera que quedaba con las piernas colgando y con la espalda apoyada al escenario. Paola no sabía cómo mamar toda esa verga al mismo tiempo, así que recorría primero el glande, luego el tronco, volvía al palpitante sector de la cabeza, en un estado casi demencial. La tetona amiga tomo una de las manos de Flavio y las metió en su sostén. Flavio sintió la suavidad y firmeza de los gigantes pechos y no puedo más que apretarlos. Ahora sí que su verga tomaba dimensiones inverosímiles. Otra asistente tomo la otra mano, y se la puso en la vagina. Flavio sintió el húmedo agujero en la punta de los dedos, y comenzó también a escudriñarlos.

Con las dos manos ocupadas, veía como se acercaban ahora todas las presentes. Una mujer de tez morena se saco la ropa, y puso toda su chorreante vagina en la cara de Flavio, casi sentándose sobre ella. Ahora sin poder ver que ocurría, Flavio seguía aun gozando con las tetas enormes, frotando el viscoso clítoris y ahora metía su lengua por el agujero de aquella mujer, absorbiendo todos sus olores.

Como no podía ver, solo sintió como a Paola ahora se unían mas mujeres, porque un sin número de lenguas recorrían su ahora durísima verga. Ni sus testículos se salvaron, al menos dos mujeres los devoraban. Otras tres lamian el duro tronco y otras tantas escudriñaban hasta el último rincón del palpitante glande con sus lenguas. Y vio como se intercambiaban las mujeres que tenían sus manos. Sentía tetas, vaginas, culos, anos… todo esto mientras cada lamida se multiplicaba por diez en su verga. Sintió de repente, que dejaron su verga en paz. Justo a tiempo, porque estaba a punto de correrse. Sintió entonces como la punta del glande intentaba abrirse paso, con dificultades, dentro de un ajustado orificio. Después de forzarlo un poco, la verga entro de lleno dentro de la ajustada vagina. Flavio soltó un grito de placer, ya que se encontraba con todo esto en un estado onírico de placer sexual. La mujer que ahora cabalgaba su pene se remecía entera en cada estocada, empujando con fuerza hacia su interior. Flavio no puedo soportarlo más.

Eyaculo tanto semen que rebalso a la mujer a la que estaba penetrando. Sintió como inmediatamente todas las lenguas procedieron a limpiarle el falo hasta no dejar ninguna sola gota.

Cuando pudo recobrar el sentido, saco a la mujer que tenía sus tetas en su cara. Se sentó complacido. Vio a Paola, con la boca llena de su semen, tocándose las tetas. También vio su propia mano dentro sobre la vagina de Claudia. Y vio a Karen, desnuda, en el suelo, con el semen brotándole de la entrepierna, aun tiritando.