Desnudando a Carlos (CARTUZ) Cap. 6

Pues si llego un nuevo capítulo, el anterior no era el último. Lo que sucede que este nuevo capítulo la historia es bastante distinta a las anteriores.

Como explicaba en la introducción esta historia varia bastante a los 5 capítulos anteriores. La culpa la tiene la televisión. Estábamos toso en situación marmota. Como se notaba la ausencia de Carlos, alguna lo notaba, os mucho más. La televisión estaba encendida y de pronto aparece Carlos en ese gran pantallón. Que guapo madre mía, la tele le favorecía mucho más. Con aspecto serio y con esa sonrisa que no es sonrisa, pero que tanto le favorece. Le están entrevistando, habla sobre lo suyo y poco entendemos. Me llegan varios mensajes de amigas mías, que lo habían visto en la cafetería y que me decían, “enciente la tele, sale el guaperas de la cafetería, mira si además de mono es un lumbreras y buen partido. No acertamos ninguna” si supieran ellas lo que había, se desmayarían. Lo de que no acertamos, es que cada una decía a que se podía dedicar. Me había mentalizado de no pensar en él, de no llamarle de no enviarle ningún mensaje y era verlo y ponerme que me subía por las paredes.

El miércoles por la tarde mi marido se iría de viaje por trabajo a Barcelona y regresaría el lunes. Encima me tenía que quedar sola. Sola con las otras dos parejas. Quería irme con Carlos, ya que me quedaba sola, pero Tiano me lo quito de la cabeza y tenía razón. No podía salir así como así y además sería una intromisión en la decisión de Carlos. Tiano está hablando por teléfono algo ha sucedido, lo mismo no tiene que irse de viaje y sería un alivio. Termina diciendo que mañana lo tendría y que ahora lo iba a gestionar. Sigue haciendo llamadas y ya no presto atención. Me voy a la terraza con las chicas. Como no la conversación va con el virus, que cuanto más estaremos así, como será la salida y no somos muy positivas, Lidia dice, veis con Carlos esto no sucedía, siempre encontraba algo para animar y hasta Daniela que era la más reticente con él, lo acaba reconociendo, que falta su positivismo.

Nos interrumpe Tiano, “vaya faena, Carlos ha encontrado problemas con el ayuntamiento o mejor dicho con alguien del ayuntamiento y mañana hay que llevarle todos los documentos originales” no podía saltar de alegría, me tenía que contener, porque además Tiano había metido la pata hasta el corvejón. En teoría Carlos estaba de viaje. Lidia se dio cuanta enseguida y pregunto sobre eso. Lo arreglo diciendo que Carlos no estaba allí físicamente, que había que llevárselo a la persona que le llevaba todo. Pareció creíble y añadió que a él le venía muy mal, mentira, porque podía ir por la mañana a primera hora y le daba tiempo de volver, me lanzo una mirada de complicidad diciéndome, “podías hacerme el favor de ir tu cariño y si quieres te quedas unos días con tus tíos, que te pilla de camino” Me humedecí por completo y me fui a hablar con mi marido.

*Es verdad lo que me has dicho o es una treta tuya?

*Es verdad te lo juro.

*Pero para ir allí necesito algún papel de tu empresa por si me paran.

*Aquí lo tienes, como sabias que ibas a decir que sí.

*Que dirá Carlos cuando me vea?

*No tengo ni idea.

*Me invitara a quedarme o lo menos una noche? Me llevo algo de ropa por si acaso?

*Adriana no te puedes presentar con una maleta, que entonces le estas comprometiendo.

Por la mañana me había preparado una maleta con ropa para varios días. Pondría la excusa que me había dicho Tiano, mi intención de aprovechar el viaje para ver a esas supuestas tías. Llegue intencionadamente pasadas las 12. Me salió a recibir una chica muy joven, con el pelo desestructurado y que la hacía muy atractiva. Le explique quien era y la verdad que fui un poco altanera y me arrepiento. Mas tarde apareció una mujer de mi edad. Esta mas avispada y simpática. No sé el nombre que las pondrá Carlos, mientras las pondré Laura a la más joven y Rosa a la mayor. Pues bien, Laura aunque no la tenía encima no me quitaba el ojo. Fui hacia la parte nueva y vi su gran despacho, me gustaba mas su rincón del piso, era más personal. Ese era casi como una oficina, Una mesa corrida pegada a una pared, varios puestos de trabajo con ordenadores, una butaca bastante alta en el centro de la habitación y en la pared opuesta, murales de corcho donde estaban sujetos montones de papeles y dos pizarras blancas de melamina, que estaban llenas de números, de operaciones. Muy impersonal. Fui viendo todo con más detalle que la otra vez.

Me metí por un pasillo que llevaba a una puerta acristalada con unas plantas a los lados. La abrí y llegue a una zona que era una piscina muy alargada, mas que estrecha, donde había una sauna, un gimnasio de alucine y una camilla de masajes. Todo lo que se me ocurría con la piscina, la sauna y la camilla. Dejar volar la imaginación y lo sabréis. Regrese sobre mis pasos y me fui a la parte antigua. No había rastro de Laura, se había dado por vencida y supe que estaba equivocada cuando fui a abrir una puerta que era doble, acristalada y que no se podía ver el interior, cuando me dice casi gritando, “el señor tiene prohibido que nadie entre ahí” muy chula le dije que yo no era nadie y entre. Acababa de descubrir su despacho, refugio, era más bonito que el de la otra casa. Lo primero que llamaba la atención era el techo tan alto que tenía. Que lo recorrían una vigas de madera, que no sabía si eran auténticas o de adorno, pero que hacían un habitación muy bonita. No describiré con exactitud la habitación porque daría más pistas de la cuenta. Libros y vinilos había por todos los lados. Cajas llenas de libros y mas vinilos, que estaban sin colocar.

Deambulé por toda la casa y eche una ojeada mejor al exterior, mi conclusión quería pasar la cuarentena allí. Ya llegaba Carlos venia paseando tan ricamente. Lo estaba viendo desde dentro de la casa. Miro el coche y al entrar pronuncio en alto el nombre de mi marido preguntando que donde estaba, me vio a mí me sonrió y me dio dos besos muy agradables. La niña lo llevo a parte y le conto algo que le hizo reír a Carlos. Me pregunto que como había venido yo y le conté mi versión, una mentira piadosa, estaba nerviosa, llama a Laura para decirle que preparara una habitación para mí que me quedaría unos días. Menudo subidón que me dio, aunque me hubiera dado más subidón oírle que pasaría esos días en su habitación. Porque seguro que su habitación sería una pasada, si la del piso era como era. Extendió su mano con la palma hacia arriba y no sabía que quería, hasta que dijo que le diera las llaves del coche, no sabía para que las quería y bromista me dijo que no se lo iba a llevar.

Le di el mando, fue hacia el coche, abrió el maletero y saco la maleta, que vergüenza que me dio. Me acompaño a la que sería su habitación, me dejo en la puerta y se fue a la suya. Que ya de entrada era de puerta doble. Ese día no ocurrió mucho mas, me llamaron la atención que las dos mujeres que trabajaban en su casa, que las había conocido hace nada, tuvieran tantas libertades, como ver la tele en el salón. Me llamo la atención. No tardó mucho en irse a dormir, se le veía cara de cansado. Me quede un poco mas allí y me quede viendo la serie “lejos de ti” que me entretenía y me gustaba mucho. Veía a esas dos mujeres como un “peligro” dos mujeres muy diferentes pero aunque no me van las mujeres, muy guapas y estaban muy bien. No sabía si las unía algún parentesco, si se conocían de antes, pero se las veía con un buen entendimiento y la mayor ejercía su madurez con ella.

Mi intuición, mi mente, algo, me hizo pensar en la pareja de la serie Massimo me recordaba a Carlos (no físicamente) y Candela a alguien que no conozco. Veía así su situación, no sé porque me vino ese pensamiento. Nada más acabar la serie me fui a dormir, porque si Carlos seguía con sus horarios, me tenía que levantar temprano. A las 6 de la mañana me desperté, me arregle y baje a hacer deporte. Todo estaba en silencio y a oscuras, solo una pequeña iluminación de noche. Fui por el pasillo y tampoco se oía nada, pero ya se veía luz. Estaba Carlos corriendo sobre la cinta a un ritmo muy alto. Estaba con un pantalón parecido similar al ciclista pero más corto, bien apretado y sin camiseta. Me pare para verle sin que me viera, era precioso ver un cuerpo de esas características en tensión.

Al verme me hizo una seña con la mano y no bajo el ritmo. Me hizo mas caso cuando sonó un pitido y la cinta fue reduciendo su velocidad hasta pararse. Me hablo y me dijo que no em daba dos besos por la sudada que llevaba. Me hubiera dado igual. Me animo a hacer ejercicio y ya iba preparada para eso. Allí había mas maquinas que en su casa. Me preguntó que quería fortalecer. Le explique que todo un poco y me fue explicando que hacer. El mientras se puso a hacer pesas con barra. Yo ya estaba afonada y el fresco como una lechuga. Me dio un pequeño tirón nada importante y se ofreció a darme un masaje que acepte de inmediato. Me hizo que me quitara la ropa y después de colocar una tela en la camilla me dijo que me tumbase. Me había dejado solo las bragas.

A los cinco minutos de notar sus manos, estaba excitada no, lo siguiente, cachonda perdida. Sabía que me iba a coger allí mismo. Sus manos llegaban arriba de mi entrepierna, sin llegar pero rozando el límite. A su pantalón le era imposible ocultar una tremenda erección y menos en Carlos. No quería ser la que iniciara todo, aunque estuve a punto de pasarle mi mano por semejante bulto. Me costaba hablar, él me explicaba que desde el confinamiento no sabía en que día vivía. A mí me pasaba lo mismo. la mano ya tocaba la tela de mis bragas. Me mordía los labios y recuerdo que dije, “hoy que me vas a regalar un libro o una rosa” paro de darme el masaje y con voz preocupante me pregunto, “HOY ES SANT JORDI?” al decirle que si, dijo que tenía que hacer algo importante y salió como el rayo. Mire el reloj eran casi las 9 de la mañana, que era tan importante para dejar un buen polvo que estaba ya casi hecho y que no pudiera esperar un rato? Mi enfado era monumental. Pero no evito que me tuviera que masturbar sobre la camilla. Al tercer orgasmo lo deje porque no lograba quitarme la calentura. Sería un “castigo” uno de sus juegos?

Me vestí y fui para adentro de la casa, va y lo pillo ante el ordenador, parado pensando, con la vista en otro sitio, que narices hacía. Antes de las 10 salió y vino a la cocina, donde estaba tomando un café y él se preparó otro. Me contuve y quitando importancia le pregunte que le había pasado, oír su respuesta y decirme mátame camión. Pues me dice que tenía que hacer una felicitación muy particular y especial. Joder que felicitar a un tío su santo, se puede hacer en cualquier momento del día. Lo de este hombre era increíble. Miro la hora y solo dijo me he perdido la piscina. Piscina le iba a dar yo. Se fue a vestir y al rato fui yo. En la ducha no lo puede evitar me volví a tocar. Los orgasmos que conseguía con mis dedos no eran suficiente, necesitaba algo más. Llame a mi marido, era una forma de desahogarme.

*Como va tu viaje amor?

*Bien si no fuera por el alojamiento que nos buscaron. Al regresar hare una cuarentena en nuestra casa y luego ya iré a la de Carlos, que no me dio.

*Si nuestra casa no está en condiciones.

*No te preocupes que ya me las apañare. Y tú, como lo llevas?

*Pue me subo por las paredes. Me tiene en un estado de excitación permanente.

*Pero no ha pasado nada?

*Algo, pero no hemos rematado.

*Nada de nada?

*Nada de nada, salvo que cuente como algo, el aliviarme yo sola.

*Y eso? Porque lo tenéis mejor los dos solos.

*Solos, solos no. Que tiene a una mujer y una cría trabajando aquí.

*Como son?

*Las dos están de muy buen ver, pero mucho. Pero no tiene nada con el si es lo que piensas.

*Entonces?

*No sé, es como si estuviese más duro y distante. Con la cabeza en otro lado.

*Es posible, tiene su trabajo habitual, se monta un negocio nuevo, casa nueva sin terminar y ese nuevo proyecto que le ilusiona y le quita también tiempo, es que le tiene que faltar horas al día.

*Seguro que si en vez de llamarme Adriana me llamara XXXXXX, tendría tiempo, todo el tiempo.

*No desesperes y te dejo que no puedo seguir hablando, luego hablamos.

Se despidió muy cariñoso y dándome muchos ánimos. Mire al hora y di un salto, este casi seguro que se me había escapado. Me vestí lo más rápido posible. Baje y no le vi, iba a fuera para ver si lo veía y oigo voces. Vamos le oigo a él solo. Esta en el despacho ese anodino. Está hablando solo, sentado en la banqueta que está en el centro de la habitación, hace ligeros movimientos y no para de hablar consigo mismo. Era como si hablara con un amigo invisible. Pensé que hablaba por teléfono, pero no se le veía nada en las manos, nada en las orejas y vi el móvil sobre una mesa. Me vio alzo una mano para saludarme y me hizo señas de que no hablase. Entre y ya me di cuenta, en la oreja que no veía, tenía colocado un aparato de esos que llevan un micro incorporado. Por lo que hablaba estaba haciéndolo con personal de su trabajo, porque era todo un lenguaje muy técnico. Termino de hablar y me pregunto si ya estaba lista. Me paso una caja y en ella había unas gafas grandes sin graduar, unos guantes y una mascarilla.

Nos fuimos andando sin salir de la propiedad, hasta llegar a unas instalaciones. Todo lo que había dentro era como de acero inoxidable o aluminio, no sé qué era. Personal de un lado para otro y se acercan tres con batas blancas. Se saludan sin tocarse y le empiezan a dar explicaciones a Carlos de algún proceso, a mí me suena a chino. Carlos habla con ellos y se ve que si sabe de qué hablan, porque él hace preguntas muy precisas. No puede ser que de esto también sepa. Pues me ponía mucho verle tan serio, controlando todo, mandando. Nos pasamos toda la mañana deesa manera. Hablaba con todo el mundo, escuchaba todo lo que le decían y al irnos a la casa, saco de un bolsillo una grabadora y fue dictándose notas hasta llegar a la casa.

Rosa vestía con gusto, nos saludó al vernos y Laura, joder con la niña, un pantalón corto por llamarlo pantalón, que su culito se lo separaba bien, marcándolo y un top color mostaza, que marcaba sus pechos, nada pequeños, sin nada debajo y los pezones se le marcaban de forma extraña, como si llevara piercing. Que mala me ponía esa cría, con su cara de niña inocente, aunque me daba de que no era tan inocente. Terminamos de comer y Carlos se fue a seguir trabajando, no me extrañaba que al llegar la noche terminara agotado. Estuve paseando por fuera, con mi e-book estuve bajándome nuevos libros que leer y se me hacía muy aburrida la tarde. Estando sentada fuera se me acerco Rosa, se sentó a mi lado y nos pusimos a hablar.

*Aquí se está muy bien para pasar el rollo este.

*Desde luego que si, ha sido una suerte que nos contrataran, Laura y a mí.

*Que os conocéis del pueblo?

*Si y además somos familia lejana, pero al fin y al cabo familia. Y tú conoces mucho a Carlos?

*Un poco, mi marido y yo somos amigos de él. Y como mi marido ahora esta fuera, pues aprovechando, estos pocos días. Laura es muy reservada, no?

*Que va es una chica muy alegre, lo que pasa que no ha tenido suerte y si muchos problemas, no por ella si no porque la querían como casar ya y le queda mucho por vivir.

No quiso decirme mas sobre Laura y de ella saque que estaba divorciada, que había tenido pareja de forma esporádica y que según palabras de ella, fallaban donde fallaban y ya me entiendes. Eso podía significar muchas cosas y no le saque nada más. Se oyó una música, era Carlos tocando el saxo y Rosa me pregunto, “este muchacho sabe hacer de todo? Porque mira que toca bien. Cuando lleva mucho trabajando para y toca, luego vuelve a trabajar” le dije que sí que era muy polifacético. No salió hasta la hora de cenar. Mientras cenábamos pensaba en que hacia el dedicándose al vino, que apenas lo probaba, porque lo del aceite todavía podía entenderse. No pensaba dejarle escapar esa noche, por lo menos lo iba a intentar. En la cena andaba como despistado, algo tenía en la cabeza, y le pregunte, su contestación me dejo sin preguntas y sin respuestas, “pues tengo que escribir algo, expresar mas bien y no se ni lo que debo decir, ni lo que no debo decir” me vino lo que oí en la conversación, que no estaba de acuerdo con echar a nadie y lo discutía con alguien, con todo fuerte. Seria eso.

Hicimos una pequeña sobremesa como le gusta a Carlos y de pronto se levantó, se fue por el portátil, se sentó apartado y de reojo lo miraba, media hora y se levantó resoplando, se fue fuera y hacia bastante fresco. Ya estábamos las tres que empezaba supervivientes. Vemos que se quita la camiseta que llevaba, los pantalones y se sienta en el suelo en penumbra, porque la única luz que había era la que salía de la casa. Ellas me miraron a mí y yo a ellas quedándonos sin decirnos nada. Se me olvido el programa de supervivientes, solo miraba su espalda, a él. No se movió ni un milímetro. Yoga? Meditación? Se había sentado como sobre sus talones, la cabeza la tenía como agachada y lo que digo no se movió. Que intriga. Me acerque al cristal, no veía signos en su piel de estar pasando frio. Los ojos los tenía como abiertos. Usaría esa misma técnica para aguantar tanto en el sexo?

Estaba como en trance, estuvo una hora o más, no lo sé. Se levanto, su cara estaba como más tranquila, se puso la ropa y se fue al portátil. No paro de escribir y se quedó como muy relajado. Tuve que ir al aseo y cuando volví ya no estaba. No quise preguntar. Al final no me aguante, quería saber si se había ido a dormir. Pregunte muy sutilmente y Rosa me contesto que estaba en la piscina. Me levante para ir y la niña impertinente, me dijo, “el señor estará desnudo, que se baña así” y muy digna le dije que ya lo sabía, aunque no tenía ni idea. Estaba haciendo largos y era vedad estaba desnudo y era una monada ver su culito en tensión. Termino y se quedó apoyado en uno de los bordillos mirándome. Me pregunto si no me bañaba y la respuesta, que no eran horas para bañarse. No sé cómo lo hizo, pero me hizo caer al agua vestida. Se salió y se sonreía. Si me molestaba era porque mi pelo, que es abundante se mojó del todo y para secarlo era una mierda y tampoco podía dormir con el mojado.

No paso nada esa noche, porque cuando termine de secarme el pelo ya no había nadie levantado. Me sacaba de quicio. Al levantarme, que lo hice mas tarde, Carlos ya no estaba, se había ido. A mitad de la mañana llamaron a la casa y Rosa nerviosa dijo que subieran. Apareció un coche pequeño. Bajo una mujer de la misma edad o aproximada, las vi hablar alteradas y la mujer que vino se fue. Era la hermana de Rosa, su marido había tenido un accidente y tenía que ir a valencia, le había endosado a sus dos sobrinos, que serían de 8 y 10 años. La preocupación de Rosa era por lo que les había dicho Carlos, que allí no quería ni familia, ni amigos, a nadie y que no había excepciones. Rosa no me caía mal, desde el principio vi que era una mujer simpática, abierta. Por eso estuve tratando de tranquilizarla, pero ella no se tranquilizaba y menos con los niños que estaban “desbocados” sin parar de correr y haciendo poco caso a su tía. Cuando Rosa les llamó la atención de que no fueran a un sitio, fue cuando me fije mejor.

Era un sitio con un vallado de postes de colores. Dentro había un parque infantil, con suelo de colores, que parecen goma o espuma, dos toboganes, balancines y un columpio para dos niños. Todos estaban bien enrollados en plásticos, protegidos para las inclemencias del tiempo y el sol. Vimos venir a Carlos y me pidió que la echara una mano. Carlos nos miró, miro a los dos niños. Rosa le explico todo, Carlos no respondió y se fue rápido para adentro de la casa. Hasta me quede helada por esa falta de empatía. Salió de nuevo, se metió algo en el bolsillo, se fue hacia los niños. Les dijo algo al oído, a los niños se les lleno la cara de ilusión. Abrió la puerta se metieron los tres y les decía que si no le ayudaban el solo no iba a poder. Saco un cúter del bolsillo y se puso a quitar todos los plásticos. Qué raro que era, nos había dado un susto de muerte. Se volvió a Rosa y le dijo que no se preocupara que él se encargaba de las dos fieras.

Pasadas las 6 de la tarde la hermana vino por los niños, que no se querían ir. Lo gracioso que la madre les pregunto porque querían quedarse con la tía y la contestación nos hizo reír, no se querían quedar con su tía se querían quedar con Carlos. La madre quería dar las gracias a Carlos y me ofrecí a entrar para decírselo. Me dijo que no, que no salía. Ahí salía el otro Carlos duro e impenetrable. Le disculpe diciendo que estaba en una videollamada. Rosa me contó que por la ventana de la cocina, había visto a Carlos más tiempo por el suelo peleando con los niños, que dé pie. Siguio sin pasar nada y eso me llevo a discutir varias veces con por tonterías, mas que discutir llevarle la contraria. El sábado por la noche Rosa y Laura querían ver el Deluxe, Carlos se levantó nos dio las buenas noches y les dijo que mañana el hacia la comida, que si les gustaba una parrillada que el la cocinaría. Otra noche en blanco.

Mientras veía el Deluxe, me dedique a escribir la historia y de vez en cuando a wasapear con Tiano y con Daniela que me preguntaba por mis avances y no se creía lo que le contaba. Cuando el domingo me levante iba decidida a ponerle las pilas. Lo que pasa que cuando estaba frente a él, estaba la zorrita revoloteando, era peor que un grano en el culo. La oportunidad cuando Carlos me pregunto que como había pasado la noche, algo que preguntaba siempre. Mentira piadosa, “pues he dormido fatal, me volvió a dar el tirón del muslo y no encontraba la posición para que no me doliera” y se ofreció a darme otro masaje. Mi cuerpo se alteró por completo y la cara de la cría se descompuso. Carlos me dijo que me fuera yendo a donde estaba la camilla y que ahora iba él. Antes me fui a mi habitación, me coloque una tanga de estilo mística, la duda era el color que el gustaría a él, la tenía en varios colores, me decante por el negro, me mire en el espejo y mi culo estaba irresistible.

Cuando llegue él estaba esperando ya. Para tratar de sacar una conversación blanca y que no se fuera corriendo por algo que le viniera a la cabeza, le pregunte por esa manera de relajarse. Le gusto porque en seguida me lo explicaba, me dijo que practicaba varios tipos de meditación, que en concreto esa era la meditación zazen (lo de zen lo había oído lo de zazen en mi vida) y me conto todo lo bueno. Me lo explico con detalle y cuando se puso a explicarme otras fórmulas de meditación y concentración, no me entere porque mi concentración estaban ahora en sus manos. Ni pagando me habían dado un masaje así. Eso sí que era relajarse. Me llego una ligera corriente, eso quería decir que alguien abrió aunque fuera rápido, la puerta. Solo podían ser Rosa o Laura, a Rosa no la veía cotilleando y a Laura sí. Me ocurrió como en casa de Carlos, el saberme observada me empezó a excitar. Estaba mojada por demás, las manos de Carlos me tocaban o más bien rozaban, toda mi rajita. Me salían bocanadas de aire contenidas, mientras oía sus palabras.

Se fue a una bolsa de plástico y saco lo que yo llamaba la raqueta de ping pon. Me decía que llevaba muchos días portándome mal y provocándole. No me tenía que explicar lo que venía. Trate nuevamente de que lo hiciera con la mano, no había negociación posible, se puso al costado de la camilla y sin ninguna delicadeza, me empezó a castigar mi culo. Me quejaba, pero me excitaba. Aparto mi tanga y me empezó a masturbar y penetrarme con sus diestros dedos. Recibia “dolor” y placer, tenía una técnica increíble para hacer que mi cuerpo recibiera placer por todos mis poros. Tuve un orgasmo inesperado para mí, me llego de pronto, sin avisar, fue una sacudida extraordinaria, casi me corta hasta la respiración. Vi una sombra, me daba igual quien fuera, se unió mas excitación a la que ya tenía.

Carlos no paro, no se conformó con ese orgasmo. Siguio llevándome al paroxismo, estaba siendo rudo, salvaje y seguramente estaría pensando en otra, me daba igual, lo media tan bien, que me provoco tres orgasmos en escalada, era único la primera vez. Hasta se me nublo la vista, me quede privada, no tenía ni fuerzas para decir nada. Bajo la camilla todo lo que dio de sí. Me dio un beso en la cabeza y me dijo que esperaba que se me hubiera ido el tirón. Me tapo con una toalla y me dejo totalmente relajada. Me dio hasta sueño y me quede dormida. Me despertó la jovencita Laura, que ya empezaban a hacer la parrillada. Me fije en ella y que me miraba, esperando que me levantara, como si me quisiera meter en el brete de verme medio desnuda. Me quite la toalla de golpe, me fui vistiendo y con mala uva, le dije, “te gusto lo que viste? Mirona. Es mucho hombre para ti” le dio la llantina y me dio pena, aunque no estaba vestida del todo, la abrace y estaba temblando, me pedía perdón.

Le dije que no era para tanto y pregunte que porque se había puesto así, que porque ese llanto. Me desconcertó que me dijera, “que creía que era una degenerada y me alegra ver que no” se marchó corriendo. Estaba demasiado relajada y ya olía a parrilla. Carlos no permitía ayuda de nadie. Era una parrilla doble, cada una era ya de por si grande. En una estaba haciendo lo que era carne y en la otra iba a hacer verdura. La mesa que está en el exterior, era una mesa con años, rectangular. Laura y yo nos sentamos en un lateral, Carlos y Rosa en el otro. Como en uno de los extremos se colocaron utensilios, pan, bebida, nos tuvimos que juntar mas, sin llegar a tocarnos. A mitad de la comida y mientras Rosa decía lo bueno que estaba todo, la pierna de Laura se rozó con la mía, sentí su piel sobre mi piel. No pensé nada raro, un simple y fortuito roce. Cambie de opinión cuando apretó mas su pierna contra la mía e hizo movimientos. Ella estaba equivocada y a mí me confundía, aparte rápida la pierna. Laura no se cortó, estábamos con el postre cuando me pidió si podíamos hablar a solas. Lo terminamos y me tome el café con ella.

*No te tienes que equivocar, no me van las mujeres. Que eso no quiere decir que el que te gusten a ti sea malo, todo es cuestión de gustos. Eres muy joven ya lo entenderás.

*Si no me gustan las mujeres, nunca he estado con otra chica.

*Entonces, a que ha venido lo de la mesa?

*Me dio por ahí.

*Pues ten cuidado, que esos ímpetus te pueden dar más de un problema.

*Es que contigo no me hubiera importado.

*La bisexualidad no es mala. Es una opción más. No tienes novio o un amigo especial?

*Que va, tuve uno y al dejarlo, ha dicho de mi todo lo que ha querido. Todas mis intimidades y ahora me tachan de loca degenerada.

*Por qué?

*Porque desde siempre he tenido unos gustos sexuales distintos a las demás, no me vale solo con que me penetren, necesito mas y cuando se lo explique a mi novio, lo más suave que me llamo fue puta degenerada. Nos enfadamos y vi que era un blando para darme lo que necesito?

*No desesperes que ya encontraras a quien te entienda y comprenda. Eres muy jovencita, todavía tienes mucho tiempo.

*Y Carlos y tú? Por qué tu estas casada?

*Si estoy casada, pero eso es otra historia. Carlos y yo, muy buenos amigos.

No me gustaba por donde iba la conversación y la di por finalizada. Ya era domingo, el día se acababa y Carlos no había dado señales de querer algo mas conmigo. El jueves y el viernes estuvo demasiado tenso, inquieto y hasta mustio. Solo hubo un cambio cuando estuvo con los sobrinos de Rosa. Había ido a visitarle la peor semana. Dos días más para tener en cuenta, 23 y 24 de abril. Que significaban esos días? Se admiten especulaciones.

Esta noche (domingo) se iba a acostar pronto, porque había una cosa que venían a hacer en los terrenos y cuando me fuera él no estaría en la casa. “Adriana se, que no ha salido como tu esperabas. No me encontraba en el mejor de mis momentos. Otra vez seguro que será mejor” luego me dio un beso de tornillo. Me senté a ver la tele y mire que santos eran el 23 y el 24. San Jorge y San Fidel. Ninguna pista. Mire efemérides de los dos días y nada. Ya por curiosidad le mande un wasap, “que tengas una buena noche y por curiosidad, alguien en tu familia se llama o se llamaba Jordi o Fidel?” su contestación no tardo. Un NO en mayúsculas. Le escribí mas pero ya había apagado el móvil. Mi vuelta a mi mundo la hice pensando en volver cuanto antes, porque cuando acaba el confinamiento, sé que tiene un viaje que dice que es ineludible y urgente a Extremadura y luego otro viaje fuera y pensando, analizando todo sin su influjo, sin su magnetismo y su fuerza, de forma fría, me di cuenta de que había descubierto lo que a él le hace falta en realidad, solo falta ser la portadora de la “llave” o lograr saber cómo portar la “llave”