Desnudando a Carlos (CARTUZ) Cap. 4

La vida se va desarrollando de situaciones inesperadas para todos y para mí. Que es lo que sucederá cuando este estado en el que estamos termine y volvamos a la vida normal? No se la respuesta y prefiero vivir el presente, con este presente por lo menos se hace más llevadero y nos abstraemos del fatalismo.

A la anterior historia de Carlos no escribí la mía, porque no había mucho que decir y porque estaba enfadada, por su actitud. Ya se me paso y escribo ahora esta porque todo va mejor y aunque le reprocho algunas cosas, me enfada también que no se haya dado cuenta de que ni publique nada cuando el sí lo hizo, no me gusta que sea tan pasota con mis cosas. Se había follado o intentado a todas menos a mí, si lo que hacía era como un halago se lo podía meter donde le cupiera. Eso lo pensaba y se lo decía a mi marido, que era con quien descargaba mi enfado y el único que me comprendía, pobrecillo, aguantando mi rabia y me calmaba. Esos días poco sabia de él, me enteré de que ese piso lo quería vender y luego mi marido me aclaro que no, que lo cerraría. Se iba a media hora de Valencia, se iban a acabar los cafés en donde nos conocimos. Iba acumulando mas rabia.

Llegaron unos días que no lo veía ni yo ni nadie apenas. Estaba absorto con algo. Escribiendo en todo momento. Desapareció dos días. Un día a la hora de la siesta estaban perdidos como siempre. Quise “interrogar” a Ray iba a poner en práctica todas mis cualidades. Está sentada junto a ella Daniela y sabía que ella en cuanto se diese cuenta me ayudaría.

  • Es curioso, hay profesiones en que la que son raros.

  • Cuales?

  • No sé, por ejemplo informáticos, os que se dedican a la tecnología. Mira un ejemplo Carlos, que se dedica al I+D+I y actúa lagunas veces de forma rara y también es un poco raro.

  • Jajaja Jajaja, Carlos seria así con cualquier profesión, va con el no con la profesión y no es rareza es una personalidad muy potente.

  • No me digas que no es raro?

  • Supongo que tendrá rarezas como todos.

  • Vamos a ver, físicamente esta que muy bien, es culto, inteligente, es divertido, lo sabe hacer casi todo y bien, aunque siempre se quite medallas. Tiene éxito profesional. Y sin pareja, no es raro eso?

  • Jajaja Jajaja, porque no ha llegado la que le haga tilín.

  • A mí me da que llegar si ha llegado, lo que pasa que por lo que se ve no fructifico.

  • No sé, si tú lo dices, pero vamos si así hubiera sido, es que no era la adecuada, si no supo ganárselo.

  • Oye no seas machista, o a él no ganársela a ella.

  • Iría mas por lo que he dicho.

  • Nunca ha estado enamorado?

  • No lo sé, pero el día que lo está él lo sabrá. Cuando le salga un te quiero a una mujer, ese será el día.

  • Es que nunca ha dicho un te quiero?

  • Mira él dice y por eso se han estropeado muchas de sus relaciones, que nunca diría un te quiero si no lo sintiera y para suplirlo dice un me gusta, para dejar tranquila a la mujer, pero como si dijera que pelo más bonito.

Mas no le pude sacar en cuanto se dio cuenta de que le estaba haciendo hablar, ni con la ayuda de Daniela. En la cena de esa noche, nos enteramos de que lo que entretenía a Carlos trabajando en ese caso concreto, era un proyecto de mas de un año, para niños en estado grave de salud. Así lo definieron. Me dio rabia que se hiciera dinero a costa de esos niños. Me dio nauseas. Daniela dijo lo que yo estaba pensando y saltaron Ray y Álvaro. Ray le pidió a Álvaro que le dejara y nos dio una cura de antes de pensar mal preguntar, “Daniela de verdad, se mas prudente y tú también Adriana, que he visto tu cara. Carlos está haciendo esto porque le sale del corazón. Con un oncólogo amigo tuvieron una idea y lleva más de un año desarrollándola. Encontrándose con muros, pero nunca se ha rendido y parece que esta vez sí lo logran y los mas importante, no es que no vaya a ganar dinero, es que le va a costar a él personalmente mucho, además de su trabajo. Ese es el raro de Carlos”

Álvaro nos miró perdonándonos la vida. Habíamos estado desafortunadas. Con Lidia me sentía mal, el verla revoloteando por alrededor de Carlos me sacaba de mis casillas, con Daniela era distinto, ella no sabía anda aunque estaba con la mosca detrás de la oreja y no iba a ser yo quien se lo contara. La primera noche que Carlos paso fuera le intercepte antes de que se volviera a trabajar, quise pedirle disculpas, perdón, por mi comportamiento y no lo hacía nada mas que motivada, por la libertad que él tenía igual que la que tenía yo. No me dejo terminar, tan correcto como siempre, le quitaba importancia y para él no había pasado nada, me dio una nalgada y eso me hizo ver que era verdad que no le daba importancia y en plan bromista me dijo que pronto seria suyo.

Llamo una mañana a Ray y por el supimos que había sido un éxito. Rebusco por toda la cocina y la despensa hasta que encontró dos botellas de cava, las puso a enfriar. Era como si el existo fuera suyo. Al entrar Carlos nos saludó a todas y todos con mucha alegría, que se desbordo cuando se abrazaron él y Ray, que abrazados se pusieron a chillar y dar saltos. Estaba desaforado, alegre y aun así, le notaba algo. brindamos después de comer y no paraba de hablar de lo que habían logrado. Ray le pregunto que como lo iba a llamar y dio el nombre, que era un acrónimo con dos nombres, Ray entendió una parte la otra no y fue muy prudente no preguntando a Carlos públicamente por eso. Luego me miro a mi y me dijo seriamente, “y esto no lo escribas” nadie lo entendió pero yo sí y aunque él no lo lea, no quiero que Ray pudiera contarlo.

Estaba sentada junto a mi marido y me encontraba rara, me hubiera gustado que Carlos se hubiera dirigido mas a mí. No sé cuándo pero vi la luz de mi móvil parpadeando, lo mire con desgana, porque sería de la familia mandándome bromas, que es que no paraban, familia amigos. Vi que era de Carlos y puse toda la atención. Wasap exacto “Creo que te debo un castigo por tu mal comportamiento, si estás de acuerdo conmigo y estas dispuesta a subsanarlo… solo tienes que hacerme una señal, no hace falta que contestes al whatsapp… si lo haces ya te daré instrucciones” la alegría me lleno por completo. No sabía qué hacer, no sabía que señal y me acorde de una conversación que tuve con Diana. Los dos días anteriores.

  • Adriana no puedes estar así y tienes que cambiar la mentalidad.

  • Si es que no puedo, me saca de mis casillas.

  • Venga tranquilízate.

  • Es que me cuesta. Carlos ha sido el único hombre que me ha sacado de mi zona de confort.

  • Pero tú que le has visto?

  • Tú has visto la pinta de cabronazo que tiene, la mirada que te deshace, la sonrisa pícara y cuando lo conoces, tan seguro, tan duro. Lo tiene todo o casi todo. Tiene pinta de ser un empotrador “educado”

  • Jajaja Jajaja, buena definición. Ray no es así pero se le aproxima bastante.

  • Que dice Ray? No le has sondeado?

  • Ray aparte de decir que le quiere mucho y que es un gran cabezón, no dice mucho más. Y de otras mujeres no te ha contado nada?

  • De ninguna en general, sé que ha tenido parejas intermitentes pero que han durado poco. Por eso de sus gustos y porque según Ray no persiguen lo que él quiere conseguir.

  • Se que tu estabas casada y de la noche al día te fuiste con Ray. Como fue eso?

  • Te estás pensando en dejar a tu marido?

  • Nooooooo.

  • Pues mi exmarido es una buena persona, lo que pasa que no tenía la personalidad de Ray, primero nos hicimos amantes y si mi marido hubiera sido como el tuyo, ahora la situación seria distinta. Me lie la manta a la cabeza y lo deje todo, quisiera Ray estar conmigo o no. Me fui directa a por él, e olvide de mi situación que era excelente, me olvide de todo, del conflicto familiar que iba a tener.

  • Es que esa no es mi situación exactamente, es que no sé qué hacer con Carlos, como hacerle ver lo que deseo.

  • No seas tonta. Éntrale tu a saco, no te cortes. Olvídate de todo. Que la arpía de Lidia te mira mal, que la den, tú a lo tuyo. Carlos en muchas cosas es como Ray.

  • Es que no se, hable con una prima le conté lo que pasaba y me tacho de loca, me dijo que me alejara o que no cediera, que pusiera yo las condiciones.

  • Pero quien siente por Carlos, tu o tu prima? No me conteste. Tu prima que viva su vida, tu resetea tu cabeza y vive la tuya no la de las demás. Esta pregunta si háztela, cuantas vidas tienes? Pues vívela.

  • Te entiendo peo no sé. Te has dado cuenta la energía que trasmite Carlos?

  • Si, claro que em he dado cuenta.

Hablamos mucho mas, pero está narrada la conversación con bastante exactitud. Por eso después de leer el wasap, me levante me acerque a él y le di un beso suave en la comisura de sus labios. Me gusto y me excito ver que le había sorprendido. Tenía razón Diana hay que sorprenderle. Esa tarde después de los aplausos de las 8 volvieron a tocar y nos pusieron a todos la carne de gallina. Al final de la noche hizo una señal y me levante y Tiano se vino conmigo. Fuimos a su habitación, había un sobre a nombre de Tiano. Lo leyó y no em dijo nada. Encendió las velas, dejo la iluminación como esta cuando llegamos. Me hizo desnudar. Me excitaba ver a mi marido preparándome para Carlos. Me anudo las muñecas y tiro de las cuerdas quedando de pie, con los brazos estirados hacía arriba y completamente desnuda. Me veía reflejada en los juegos de espejos y hasta me excitaba yo.

Tiano salió de la habitación y no tardo en volver, cuando lo hizo me puso un antifaz muy grande que me impedía ver nada. Se fue a sentar porque le oí. No sabía cuánto tiempo había pasado y cada vez estaba mas excitada y nerviosa, porque recordaba la palmada en el culo diciéndome que pronto seria suyo. Me puse a hablar con mi marido, no sé ni que hablaba. Se acerco me toco y metió sus dedos, sé que me llamo puta y que estaba muy cachonda, le respondí alguna salvajada, ni se si le llame cornudo, que no es que le hubiera molestado de decírselo, todo lo contrario. Hice antes de estar allí que Tiano me llenara de lubricante. Si tenía que ser, quería estar preparada. Seguía hablando con mi marido y de pronto sentí un golpe de fusta, porque ya los distinguía, se me escapo un grito que ahogue rápidamente.

Me hizo sacar el culo, su voz me derretía y llegaron mas golpes con la fusta. Igual que por sorpresa me “pego” por sorpresa dejo de hacerlo. Trataba de escuchar lo que podía estar haciendo. Me ordeno que colocara el culo mejor y me ayudo a ello. Sentí como un chorro quemando, el cabronazo me dejaba caer cera, justo en la raya del culo. Era más placer que dolor. Oí su respiración delante de mí. dejo caer cera en mis pechos, no en los pezones. Me retorcí y podía oír su respiración, le gustaba hacerme eso, me cayeron unas gotas en los pezones y me desbordo, primero un pequeño dolor y luego un inmenso placer. Me quito la cera de los pezones y note algo frio, eran unas pinzas, me asuste un poco, pero no apretaban mucho, era soportable. Sin esperármelo empecé a recibir como pequeñas descargas electicas en mis pezones y a la vez sus dedos tocaban mi clítoris. Aumento el ritmo de las corrientes y de los dedos, llevándome a tener un orgasmo con mayúsculas.

Me falto hasta la respiración por recibir tanto placer. Me quito el antifaz y me costó un poco el ver bien. Lo tenía desnudándose delante de mí. Lo hacía con mucha provocación y si me gustaba su miembro, mas me gustaban sus músculos oblicuos, creo que se llaman así los que van hacia las inglés y las corrientes en los pezones me seguían teniendo con una excitación distinta. Mi vista esta clavada en su cuerpo, en la erección que mostraba, una erección que era por mí. Se acerco y con cuidado me giro dejándome de cara a mi marido, que se estaba haciendo una paja con ojos de salido.

En el momento que note su polla recorriendo toda mi rajita y en algunos momentos parándose junto a mi ano, respire profundamente y me prepare para el momento tan temido por mí. Notar toda su polla me mataba de placer, ya me daba igual todo, que me lo hiciera por detrás pero que em hiciera algo. Me desconcertó cuando mando a mi marido que viniera a comerme el chocho. Vino con tanta prisa que casi se cae, porque no se había quitado los pantalones y al llevarlos sueltos estuvo muy cerca de dar de brices en el suelo. Era una maravilla comiéndomelo, jamás le vi tan excitado. Dude que en algún momento la polla de Carlos no le diera en su boca y eso me ponía fuera de mí, me provocaba una excitación añadida.

Carlos se retiró y se me hizo eterno. Me lamio el cuello y lo mordió con suavidad y sin esperármelo, me empezó a meter su polla pero no por mi culo, me estaba follando el chocho. Como explicar lo que sentía con palabras? Imposible pero las mujeres me entenderán, era una “invasión” placentera, que me llenaba como si me abriera por primera vez, exageradamente dura y extraordinariamente caliente. Si no fuera porque podía notar como latía, hubiera tenido dudas de que eso fuera algo humano. Su cuerpo ya se pegó al mío, note el roce de la piel contra mi piel. Resoplo sobre mi hombro y que gusto que me dio. Paso sus manos por mis pechos, bajándolas hasta mis caderas. Mi marido ya se apartó. Se quedo allí agachado, mientras decía de todo, mi boca se descontrolo, no recuerdo aparte de los chillido lo que pude decir.

Carlos se salió un poco y no quería que lo hiciera, se lo iba a decir, cuando empezó a moverse rítmicamente, el sonido de su cuero contra el mío, como un plaf, plaf, que retumbaba y era tan fuertes sus acometidas, que me hacían despegar mis pies del suelo, protegiéndome de caer agarrándome bien por mis caderas. Miraba para un lado, miraba para el otro y veía ese cuerpo tan bien esculpido, con sus músculos en plena tensión, dándome unas acometidas irracionales pero muy satisfactorias. Se detuvo, me dio la vuelta y me levanto como si fuera una pluma, me coloco a la sillita de la reina, sobre esos dos pilares que era sus brazos y así empezó otra vez a follarme. Quería abrazarle y no podía, quería comérmelo. Tuve un orgasmo que me saco tan fuera de mí, que me molesto en los hombros. Carlos se dio cuenta me soltó los brazos y me llevo con mucha dulzura hasta la cama.

El que me hubieran molestado los hombros no fue motivo para darme ninguna tregua. Se puso encima mía y en esa posición empezó a follarme. Me encantaba ver su cara, besarle, ver esos brazos en tensión, como haciendo flexiones, pero flexiones que me llenaban de puro placer. Ver su espalda y ese culito que tiene, todo en tensión, me hacía alcanzar el mayor de los placeres y que me diréis de notar un hombre tan fuerte y grande, que te aplasta mientras te penetra de forma fuera. Notar su peso, su respiración, su esfuerzo, algo indescriptible. Me tenía desbordada por el placer y quería conseguir que llegáramos los dos juntos, pero esa “maquina” perfecta llego después de hacerlo yo y lo que me sorprendió agradablemente fue oírle como se corría, que gemidos, que “animal” tan hermoso.

Estaba tan cachonda, porque eso era estar cachonda y no otras cosas. Que el quite el condón, que bestia corriéndose, lo anude, se lo enseñe a los dos pero sobre todo a mi marido que se había venido a sentarse a mi lado y dije que era una pena que se quedara allí o algo así, que hubiera estado mejor dentro de mí, porque además no em gustan los condones y mi marido me recrimino suavemente lo que decía, porque me decía que había que tener aunque fuera un poco de cabeza y tenía mucha razón, cuando estoy tan hiper excitada no razono bien. Intente que mi marido nos dejara solos, lo habíamos hablado ya y Carlos lo impidió.

Si no razono bien que nos pusimos a hacer un 69 y con esa lengua de perdición me hizo de nuevo alcanzar un nuevo y grandioso orgasmo. Me quite e iba dispuesta a sentarme sobre esa majestuosa polla que me había estado comiendo y cuando lo iba a hacer, Carlos me levanto y me dijo que no. me dio un condón y se lo puse. Me senté sobre él y quise que viera, que sintiera lo bien que lo pasaba y lo que me provocaba. Me empecé a tocar para él, lo hice de una forma completamente obscena, pero nunca fingida, que mirándole a los ojos me salía de muy dentro. Era como si estuviera poseída. Otra vez me tenía derretidita de placer y no me pude aguantar, cuando empecé con mi orgasmo, no pare de besarle y de decirle cosas, cuando acabe lo repetí una vez mas y no le gusto. Con mucho disimulo me quito de encima y a preguntas de Tiano de que pasaba, mintió por mí, diciendo que le había dado un tirón.

Le acaricie y le mire para que no me hiciera caso por lo que había dicho, me quise quedar a dormir con él y me dijo que no. sospecho que lo que dije le trajo algún recuerdo y rompí la magia sin darme cuenta. Hice la “gatita” un rato para poder quedarme y fue tajante, “puedo estar follando hasta que amanezca, no hay problema, pero no duermo con ninguna mujer, salvo que sea una mujer especial y no es que tu no lo seas, pero eres especial en otro sentido” no dejaba nada para el engaño o para las ilusiones.

En la cama con Tiano, me preguntó por lo que había sucedido, si me había follado bien, que como me había sentado si había sido como lo había imaginado. Dude décimas de segundo en contestar de otra manera pero fui franca. “ha sido algo increíble y mucho mejor, pero con diferencia a lo que había soñado” y Tiano me dijo que si, que era un placer verle como un toro desbocado, como brillaba su piel, su musculación y que manera de hacerlo, era una maquina y que no le extrañaba que me hubiera corrido tantas veces, porque el como algo extraordinario logro hacerse tres pajas. Reconocimos que los dos contentos. Apagamos la luz y en la oscuridad mi marido me hablo, “se me olvidaba algo, no puedes dejar que se corra dentro de ti, salvo que te pongas un DIU, compréndelo” suspire porque tenía razón, “lo siento amor, tienes toda la razón, pero fue ver el condón lleno y debe de ser un placer especial sentir como se derrama dentro” y mi marido acabo diciéndome, “menos mal que él tiene la cabeza en su sitio, eso me tranquiliza”

Por la mañana se fueron los dos. A las 10 y algo llamo Tiano. Había que llevar con urgencia unos papeles, no me gusta mucho conducir y además no tenía coche. Dije de avisar a Ray pero Tiano me dijo que fuera yo que iba a quedarme con la boca abierta. Carlos se puso a darme los datos, me dijo dónde estaban las llaves del coche pequeño, me dio la matrícula para que lo viera en el garaje y me dijo donde coger los documentos, que estaban en unas carpetas en dos cajones. Encendí el ordenador quería ver otra vez a la mujer del salvapantallas, que estaba segura de que me sonaba de algo. Lo único que era una foto que con un programa puedes hacer que parezca un dibujo a lápiz y sorpresa, no estaba, aunque tenía la imagen en mi retina. Ahora había una foto de un avión de esos sin motor.

Cosa muy rara en mí, no me perdí y encontré el lugar a la primera. Efectivamente al llegar me quede impresionada. No sé cómo describir lo que veía. No era una casa en sí, era como un convento o algo similar, se veía que estaba reconstruido de varias alturas y se unía a una construcción nueva. No entendía porque esa diferencia entre las dos construcciones y cuando pregunte, una voz de mujer me contesto. Era una arquitecta, que me explicaba que al ser una construcción catalogada y protegida, la restauración tiene que quedar claramente diferenciada. Se podría montar un hotel rural y grande. Ahí era donde se iba a ir a vivir y por lo que se ve dije lo mismo que mi marido, que era el sitio ideal para hacer el confinamiento. Terreno había para dar y regalar.

La vuelta la hicimos en tres coches. Carlos y yo aparcamos en el garaje, mi marido tuvo que buscar donde aparcar en la calle. Por eso subimos los dos solos en el ascensor. En cuanto entre en el piso, me puse a dar voces para contar lo que había visto. Carlos me agarro de la muñeca y me dijo que fuera con él. En su habitación no me pidió, me exigió que no contase nada. Me salió mi vena chulesca y le rete diciéndole que si no quería. No lo dudo se puso en plan cabronazo. Me volvió a agarrar cerró la puerta y me llevó al vestidor que tiene vacío, no al suyo. Me volvió a empujar hacia dentro y cerro también esa puerta. No me lo esperaba tan torbellino. Me rasgo las bragas, las destrozo, me volvió a empujar contra una parte del vestidor, me azoto con las manos bestialmente y sin más, se puso a follarme. Sin condón ni nada, ahora sí que me empotraba, lo hizo pocas veces y se salió, se hizo una paja y me pego una corrida brutal, que mancho mi culo, la ropa, el pelo.

Se iba y me dejaba, seguí con mi vena atrevida, “ya quisiera que cuando me follas pensaras en mi igual que piensas en esa mujer, en la dueña de este vestidor” no me dijo nada, se fue como si no me hubiera oído. No pude deducir nada de su mirada, algo que era normal, porque Carlos era un experto en ocultar sensaciones y sentimientos, hasta Ray me lo reconoció. Como ese viaje tan extraño que hizo en la cuarentena, es que al volver se le veía cambiado y extraordinariamente raro, distinto y nadie supo que paso, que le pasaba, a excepción tal vez de Ray. Aunque sospecho que pudiera ser, pero no estaría tan tranquilo o aparentemente tan tranquilo.

Se admiten elucubraciones de que puede ser lo que le ronda por la cabeza y las incógnitas que sobre su viaje, sobre la mujer que ya ni está en el salvapantallas. Eso sí, que sean coherentes, para tonterías, mejor no decir nada.