Desnudando a Carlos (CARTUZ) Cap. 2

Me resulta difícil hacer una síntesis de la historia real que estoy viviendo, pero varia totalmente de la primera parte, como una vez que lo leáis podréis comprobar

Me va a resultar complejo escribir este capítulo. Porque cuando le pregunte a Carlos si iba a escribir algo sobre lo sucedido, me contesto que por supuesto, contundente como siempre. Estuve un poco subidita y le dije que haría lo mismo. No protesto, un único comentario, que lo publicaríamos a la vez, en el mismo momento y sin ninguno saber lo que había escrito el otro. Hubiera preferido leer primero el suyo. Lo malo que tengo menos de 24 horas para hacerlo y ya veremos cómo me sale. Buena intención voy a poner.

Lo he pensado mucho y he hecho mentalmente como unos apartados para que se me entienda mejor. La primera dificultad, que salvo su nombre y el nuestro, a los demás no les puedo poner sus nombres reales y él no ha querido decirme los que ha utilizado para ellos. Intentare con la ayuda de mi marido, encontrar algún parecido con personas conocidas, para que sea más visible.

1.- DESCRIPCIÓN DE LAS PERSONAS

Carlos, que los que seguidores ya sabéis como es y el único que es real su nombre.

José, más bajo que Carlos, como 10/12 cm. menos. La misma edad y un poco descuidado físicamente, claro comparándolo con Carlos, que si no estaría como la mayoría. Un actor parecido Joshua Jackson. Su esposa, Manuela más baja que él, pero poco y más joven, cuanto no lo es todavía. Al principio parecía un poco estirada, según tratas con ella resulta agradable. Parecidísima a Sarah Rafferty y rápida en comentarios jocosos, difícil de achantar. José es amigo de Carlos desde siempre.

Roberto, mulato. Físicamente como Carlos, otro que se cuida al máximo, aunque a diferencia que Carlos, si toma mas alcohol que él, algo que tampoco es que sea muy difícil. Es mulato oscuro de piel, Carlos y él se presentan y se tratan como hermanos. Se ve su conexión desde el principio. Para el no hemos encontrado parecido, pero es que acores o conocidos mulatos hay muy pocos. Pero un hombre que mirar y requetemirar. Su pareja, Rebeca, es clavada en todo, pero todo a Samantha Fox, eso sí, con bastante menos años. Lo tiene todo muy vistoso. Otra diferencia con la Fox es que esta es más alta, porque estar en el metro 65.

Mi marido que seguirá con Tiano y yo con Adriana, como nos “bautizo” Carlos. Siendo los mayores, porque ellos eran todos de la misma edad. Había una relación distinta entre Roberto, José y Carlos, aunque la verdadera unión estaba entre Carlos y Roberto.

2.- COMO LLEGAMOS A COINCIDIR DE NUEVO

Todo se debió a que volvimos a tener un problema en nuestra vivienda, el mismo que tuvimos la vez que estuvimos en casa de Carlos, pero esta vez agravado. Ya había hecho las gestiones oportunas para que a pesar de no tener muy buenas relaciones, una cuñada nos dejara unos días en un apartamento. Tiano llego por la noche y reconozco que después de hablar con mi cuñada, estaba que mordía, porque me había contestado que ya me diría algo, la muy estúpida.

Venía con una sonrisa típica de él, cuando ha hecho algo que no debía y no sabe cómo decírmelo. -A ver qué pasa, que has hecho?- le dije con genio. Le dio vueltas y más vueltas hasta que llego a donde tenía que llegar. Contándome que se había encontrado con Carlos casualmente. No le decía nada, callada esperando a que terminara de contarme y aunque no se lo decía con interés, porque cuando empezó diciéndome que se había encontrado con él, la tripa se me encogió de gusto. Siguio contándome cosas que me daban igual y me conto que le había dicho que no le caía mal, que lo mismo tenía que haberme dicho que lo iba a publicar, que le remordía la conciencia. Me gusto oírlo, pero no me creía la mitad, Carlos no creo que dijera eso. la duda la tenía y me propuso quedar con él para tomar un café, que lo había propuesto él. No conteste porque no sabía si era una maniobra de las de mi marido.

Llego la noticia del aislamiento y Tiano llego a casa. Estaba muy nerviosa, me tranquilizo diciéndome que hiciera con tranquilidad las maletas, pero que no me demorara. Le dije que a donde íbamos a ir, porque no quería ir a casa de mis padres y mi cuñada no había llamado. Entonces me conto que Carlos le había llamado para decirnos que nos estaba esperando. En ese momento se le olvido contarme que Carlos no estaba solo en su casa. No tarde en dejar que me convenciera, lo que me puso mas nerviosa y con un punto de excitación.

3.- LLEGADA A LA CASA DE CARLOS

Primer corte de respiración cuando vi que había más personas. Se le “olvido” a mi santo esposo comentármelo. Le mire, me miro y supe que me la había colado. Carlos nos recibió con esa sonrisa peligrosa, arropándonos con su amabilidad y presentándonos a sus huéspedes, todos más jóvenes que nosotros. Fuimos recibidos por ellos con alegría y simpatía. Todos habíamos tenido la misma idea porque llevamos comida para un ejército. Menos mal que había un señor congelador que íbamos a estrenar.

En ese primer día dejamos claro que había que ser aseados, marcarnos unas rutinas. Carlos nos mantendría físicamente y yo mentalmente. Repartimos el resto de las tareas y todos contentos. Por unanimidad quedamos en que por las noches, nos arreglaríamos como si fuéramos a salir de cena, porque eso mentalmente ayuda mucho.

4.- PRIMEROS DÍAS DE CONVIVENCIA

En contra de lo que aguardaba al principio, no hubo ningún choque, ni el más mínimo. Carlos solía estar levantando cuando lo hacía cualquiera de nosotras. Parecía que no dormía. Algunas mañanas cogía el casco y se iba a trabajar, cuando regresaba solía trabajar en su “exilio” privado, al que solo accedía Roberto. En estos primeros días mi relación con las chicas se fue estrechando, porque los hombres sobre todo hablaban de deportes, política, etc. aquí aparto a Carlos que de futbol no sabía nada.

En esta unión con Rebeca y Manuela me hizo saber más de Carlos. La que más sabia de él, era Manuela. Me entere en que trabajaba y flipe, no me lo esperaba ni de casualidad y empecé a comprender todo. En nuestras conversaciones parecía que Carlos y nosotros nos conocíamos mucho, porque el en el trato no hacía diferencias. Eso le llevaba sobre todo a Manuela a abrirse más. Cada dos por tres decía, si buscas la palabra cabezón, sale la foto de Carlos. decía que no había visto a persona mas cabezona, según ella, daba confianza a cualquiera, pero era desconfiado y cerrado en lo personal. Parece que ni siente ni le afecte nada.

Si no fuese por su simpatía arrolladora sería un hombre de hielo. Sin excepción nos hacía sentirnos muy bien. Nos hacía sentir que en verdad era nuestra casa.

5.- CONFIDENCIAS ENTRE MUJERES.

Rebeca nos hacia las confidencias de su vida con Roberto, según ella era un sin parar, siempre estaba dispuesto para el sexo, inagotable. De mente ingeniosa y calenturienta.

Manuela describió a su marido, como tranquilo en esos menesteres, que no se quejaba pero que precisamente imaginativo no lo era. Aunque últimamente en su cabeza rondaba algo.

Mi aportación fue la real, que mi marido mentalmente iba por delante mía, que era muy abierto y cuando sutilmente deslice como seria Carlos, entre las dos me hicieron un resumen completo. Era dominante, mujeriego, pero no le valía cualquiera y en esto Manuela nos contó casos que rechazo a mujeres que estaban de 10 y en otras ocasiones que se había ido con mujeres muy normalitas. Lo llamativo que aunque más de una lo intento, con ninguna llegaba a más. Rebeca en plan confidencial nos contó que a Carlos le gustaba mucho “estar” con parejas. Me hice la sorprendida y manuela confeso que algo le había contado José. Llegando a la conclusión las dos que eso era para no comprometerse seriamente con nadie y todas coincidimos que era un chollazo.

Les tire un poco más de la lengua y me contaron como era sexualmente, porque conocían a mujeres que habían estado con él. Era incansable, duro y tierno, dominante, con una imaginación desbordante para el sexo e intransigente, si no vas en su onda no hay nada que hacer. Unas risas y llegaron a la parte física. Muy bien dotado y que aguantaba hasta el cansancio. Rebeca lo confirmo porque Roberto era muy bien dotado y le decía que Carlos igual o más.

Lo mejor era que mientras lo estábamos hablando, en la terraza estaba Carlos y Roberto haciendo ejercicio. Carlos en concreto estaba haciendo abdominales y todas lo decíamos que estaba muy bien cuidado. La realidad que lo que pensaba que tenía un revolcón donde fuera y seguro que ellas pensaban igual.

Sus miradas a lo largo del día me causaban desasosiego, porque no quería mirarle, me excitaba y tenía miedo de que se me notara. Me daban ganas de engancharme a su cuello y que me diera uno de esos besos que me fundían. Porque tenía una forma de besar escandalosa. Le miraba y se me ponía carne de pollo.

6.- PRIMER CONTACTO.

Él se perdió, no sé si se fue a su habitación o a su exilio. El caso que para distraerme y no pensar nada, me ofrecí a hacer la cocina. Acabe rápido porque la verdad que no estaba sucia. Puse desinfectante en un cubo con agua y pase el mocho por todo el suelo. Quedándome en el cuarto donde habían colocado el congelador. Me puse a ordenarlo por productos. Cuando siento que alguien me agarra y una manaza me tapa la boca. Me lleve el susto de mi vida, una tontería porque estaba en una casa con más gente. Le di un puñetazo fuerte en el pecho cuando me soltó y le recrimine seriamente que me hubiera dado el susto.

Se agacho y me beso. No sé porque deseándolo, hice la tontería de tartar de quitarme y cuando le fui a decir que parara, me metió la lengua en la boca y eso pudo conmigo. Quise hablar con el de lo que acababa de suceder y no recuerdo bien todo, lo que quería era según el domarme y me apoyo abruptamente contra el congelador, no me podía mover, con una mano sola me dominaba. Con la otra me levanto la falda y esperaba que me metiera mano y no lo hizo, se puso a darme una “paliza” en mi trasero.

Eso de que me azotaran nunca me había gustado, porque mi marido lo hacía, pero no igual. Carlos se pasó con es paliza a mi pobre trasero, lo peor es que me dejo el culo ardiendo y se fue, el muy cabronazo me dijo que lo había hecho para ayudarme. Espere un poco después de irse y le vi tan campante sentado, llame a mi marido no recuerdo la excusa y vino a la habitación. En este punto seré muy sincera. Iba confusa, no sabía cómo contárselo a mi marido, mejor que lo viera. Me levante la falda y mire al espejo para verme también. Estaba marcadísima, no sé porque pero me lleno de orgullo y me subió una calentura por todo mi cuerpo. Se lo conté a Tiano y se puso “bruto”

Lo único que me dijo que era una pena habérselo perdido. Hice que se sentara y con voz pausada y tranquila -Esto está tomando un cariz que puede hacer que se nos vaya de la mano. Tenemos que pensar que hacemos, si continuamos o no y este (Carlos) si seguimos adelante va a ser quien lleve el control. Lo entiendes? lo tienes claro?- Tiano lo tenía muy claro y solo me pregunto si yo lo deseaba y si quería dar ese paso, -Tiano lo deseo muchísimo, lo único que no quiero hacerte daño, esa es mi única duda- se levantó me beso y me dijo que adelante, aprovecho para meterme mano y al tocarme vio lo que era evidente.

Me dejo sola y me quede pensando y cuanto más pensaba mas me calentaba, quería que me besara de nuevo. Fui derecha a la escalera para subir a la terraza superior y como esperaba el vino detrás y mi corazón se salía. No sé si para que no se oyera o para darle más intimidad y ponerme más caliente, pego su boca a mi oído diciéndome si quería e iba a ser su puta, no podía ni hablar de la excitación que tenía, solo pude mover la cabeza de arriba abajo diciéndole que sí. Esperaba algo así, un pequeño tonteo, no lo que sucedió y lo que desataría.

7.- EL INICIO SIN RETORNO.

Con una cachaza increíble, fue bajando la cremallera de su pantalón. Extrajo y saco su falo. Aun no estaba con una erección, pero era bonito, no me pidió ni nada parecido, me ordeno que se lo mamase. Me puso nerviosa por si alguien subía, a él estaba claro que el daba igual. Me olvide de todo y me puse a cumplir la orden. Es inenarrable el sentir como algo tan majestuoso va creciendo dentro de tu boca, como te obliga a abrir lo máximo la boca, como según va creciendo va cogiendo una temperatura anormal. El cabronazo en lo mejor me hizo parar. Me levanto y me dio la vuelta, me quito mis bragas, me acariciaba con esos dedos expertos, tenía que hacer un gran esfuerzo para no gritar, que no me oyeran y si oía conversaciones de los de abajo, en vez de preocuparme, me ponían más caliente.

Se agacho y me lamio y comió el culo y con esa lengua exageradamente grande, me llegaba a todos los lado y donde no llegaba por estar en esa posición llegaban sus dedos. Se levanto y con su boca y labios lleno de mis efluvios, me beso, algo que jamás había permitido a mi marido, siempre le hacía limpiarse la boca. Me dio igual. Me gustaba que supiera a mí. Ya no me dio asco que me diera a chupar sus dedos llenos de mis efluvios, los cupe golosamente y luego, con una destreza inusual, me follo tanto mi ano como mi vagina, un poco de daño sentí en mi ano, pero me gusto. Consiguió que tuviera un orgasmo idílico y fuera de lo normal. Me fascino aunque me hubiera gustado mas una penetración y al final iba a ser verdad, que hay mas formas de conseguir el placer que la penetración. Volvió a hablarme con esa suavidad embaucadora, quería que esa noche empezara a ejercer de su puta. Quería que estuviera por encima de las otras y que no llevara ropa interior. Eso me incomodaba pero sabía que le obedecería.

8.- CENA Y BAILE.

Me gusto verme deseada por Carlos, había acertado en lo que me puse. No quería darlo a entender pero sabía que lo pondría excitado. La cena y el alcohol soltaron las lenguas y se hicieron muchos comentarios sexuales y el único que miraba, sonreía y no comentaba era Carlos. Era un gran observador. Una opinión generalizada es que Carlos sin necesidad de hacer ningún esfuerzo tenía una capacidad de seducción absoluta. José dijo que le daba lo que fuera por saber lo que pensaba y Carlos se echó a reír y Roberto nos dijo que ni lo intentásemos, que Carlos era indescifrable, ni el tan siquiera, que era el que mejor lo conocía.

Carlos había preparado una zona de baile, con luces especiales y esa luz que hace que los dientes, lo blanco en general, se vea como violáceo. Todos bailando, Carlos mirándonos y José y manuela que se sientan y se ponen a darse arrumacos o algo más que arrumacos. Mi primer rebote contenido, cuando Roberto le dice a Carlos que baile con Rebeca que él va al baño. No sé porque me dio esa rabieta. Menos mal que cuando Roberto volvió del baño, se llevó a su pareja, sentí alivio. Se puso a bailar conmigo, me daba apuro porque estaban José y Manuela allí y aunque estaban a lo suyo, los avances de Carlos, que no se cortaban, me hacían no dudar, pero si ponerme nerviosa, porque en cualquier momento le veía besándome. Pero no lo que hizo fue meterme mano e imagino que comprobar que había sido obediente, porque me toco bien tocada. Intente que fuera un poco más comedido, me dio un azote sin cortarse y apoye mi cabeza en ese pecho de acero, me tenía derretida.

Hubo un desencuentro entre manuela y su marido, no me llegue a enterar pero se marcharon. Otra vez que sentí alivio cuando se fueron. Pensaba que ahora nos iríamos a su habitación y terminaría lo empezado por la tarde. Nos quedamos solos los tres y seguimos “bailando” desabrocho mi vestido y cuando note que me caía allí en medio, donde cualquiera nos podía ver, pero impedí que cayera. Fue inútil, no me dijo nada, deje que cayera. Con la misma cachaza que por la tarde, se desnudó, pasándole la ropa a Tiano. Para tranquilidad mía dijo -VAMOS- iba a su habitación, que me gustaba cuando la vi la otra vez. Me corto en seco, íbamos a nuestra habitación. Nunca acertaba con él, si quería ir a la derecha, el me llevaba a la izquierda, si quería ir arriba, el abajo, todo lo contrario a lo que yo quería.

Me tumbo cariñosamente en la cama, me hizo ponerme boca abajo y temí lo “peor” y por llevarme la contraria, se puso a acariciar, mis nalgas, mi cintura, los muslos. Era un gustazo. Sabéis cuando acaricias a un perrito que se deja caer en el suelo y se abra de patas para recibir las caricias, pues así estaba y de pronto sorpresivamente, me empezó a dar una colección de azotes, cada cual mas fuerte. Me llamaba puta, me los daba por haberme portado mal, por no obedecer, en vez de enfadarme o protestar, le daba la razón en todo y sentía como se formaba una charquera en la sabana. La palabra que define mejor mi estado en ese momento, -PERRA- muy perra.

Me dijo que ya sabía cómo tenía que colocarse una perra. Me coloque igual y me puso su erecto falo cerca de mi cara, lo mamaba muy gustosamente. Me acaricio mis pezones que además de estar duros estaban muy sensibles. Al principio me dolió, luego era una mezcla de dolor y placer, es como si supiera cuando llegaba al límite. Sus movimientos me anunciaban su eyaculación y seria fuera de serie. Así fue me lleno la boca por completo, me lo trague todo, deje algo en mi boca y me di la vuelta, que mi marido estaba detrás. Sabía que se haría el duro al estar Carlos, por la vergüenza de verle saborear mi boca, a él le gustaba. Se relajo y nos besamos con la pasión de los primeros años. Me hizo con sus dedos lo mismo que por la tarde y mi orgasmo fue aún mejor y besando a mi marido. Mi marido quería continuar al quedarnos solos y se lo dije, que de eso nada y también le recordé que se lo advertí, que mientras estuviéramos allí seria suya y el mi dueño. Mientras le decía eso y más cosas se masturbo y tuvo una eyaculación admirable. Me gusto y me excito sobremanera cuando hubo en un momento en el que Carlos le impidió a mi marido hacerme nada, como le obedeció y le dijo que le iba a hacer un regalo para que lo saboreara y no el, yo supe cuál era el regalo.

9.- DIA 19, DIA DEL PADRE.

Aquí en Valencia era festivo aunque eso daba igual. Lo raro era que Carlos no estaba, pensaba que se había ido a hacer algo. Ray y José hablaban algo y se fueron para la habitación de él. Vino con ellos y se tomó un café, Ray nos dijo que tenía una cefalea. Nada mas comer que comió poco se fue a echar una siesta, antes de irse le preguntaron Rebeca y manuela que como se encontraba ya -de lujo- hable con el antes de que se fuera y me contesto los mismo -estoy de LUJO-

Sus dos amigos se pusieron a secretear entre ellos, Ray se levantó y se fue a un cajón de un mueble de la entrada. Saco unas llaves y llamo a José y Tiano. Mi marido se levantó medio dormido sin saber que pasaba. Se iban fuera de la casa y todas les dijimos si estaban tontos, que a la calle no podía salirse. Nos dijeron que no iban a la calle que iban al garaje, a los trasteros.

Tardaron en subir y cuando lo hicieron. Venían cargados de algo muy similar a baúles, eran de aluminio o acero inoxidable, los traían empujando porque llevaban ruedas. Los dejaron a un lado de la entrada y se volvieron a ir. Esta vez subieron más rápido con mas baúles. Manuela fue la que nos dijo lo que eran. Ellos tres y otros tres mas tenían un conjunto musical amateur. Lo hacían por placer.

La otra vez que estuve vi un saxo y no sabía si Carlos lo tocaba, ahora ya pensaba que sí. Montaron todo en la terraza. Una vez montado probaron uno a uno todos los elementos. Se fueron para la habitación de Carlos, que tal como estaba no podría tocar y regresaron con una amplia sonrisa los dos. Carlos salió después y su cara era completamente distinta, fue hacia la terraza y les dijo que estaban locos, pero que ya sabían que las locuras le encantaban. Carlos dijo que ahora volvía y todas preguntamos cómo lo habían logrado y José decía que el poder de convicción de Ray y seguimos preguntando, -pues le ha dicho Ray, a que no hay cojones de tocar a las 8 después de los aplausos, a que no hay cojones- como niños, pero lo lograron.

El tiempo no acompañaba mucho, menos mal que había sitio porque apartaron todo lo que había en la terraza. Carlos se había cambiado de ropa. Se había puesto un pantalón negro y una camisa Mao blanca. Se sentaron los tres y se pusieron a ver partituras. No llegaban a un entendimiento. Llegaron a la conclusión de que tocarían 3 una elegida por cada uno y llegaron a un acuerdo. Oíamos que a Carlos le decía Ray que es le pegaba mucho. José iba a tocar la guitarra, Ray era quien llevaba dos teclados, una mesa con muchas clavijas en un lado y en otro como una batería pero plana. Calos nada de saxo, una caja con algo pequeño. 8 empiezan los aplausos. Sabemos que primero sonara la música elegida por Carlos, la siguiente la de José y la ultima la de Ray.

Mientras suenan Carlos saca el artilugio que parece un violín, pero si lo es muy raro, ya se oyen pocos aplauso y Ray empieza a funcionar. Le sigue Carlos y si es un violín eléctrico, muy moderno. Reconozco lo que tocan, vive la vida de Coldplay. Miramos y vemos como se asoman cada vez más personas y los de enfrente encienden sus móviles la linterna. Cuanto sentimiento de los tres. Al acabar se oyen aplausos y pitidos (no de abucheo) y piden otra. Empieza José la canción no se cual es pero es muy bonita. Es solo música nada de cantar ninguno. Ray hace los fondos musicales y Carlos los acompañamientos con otra guitarra. Suena fabuloso y al acabar Ray se acerca a Carlos le entrega un saxo y le dice que y sabe cuál.

No la distingo pero la música, ver a Carlos con los ojos cerrados mientras la toca, a Ray apretando la mandíbula para aguantar alguna lagrima y José que no las puede aguantar, me pierdo no sé qué pasa veo que Rebeca tampoco lo sabe y manuela esta con un kleenex. Es muy bonita la música, muy sentida pero no para llorar. Después cuando me enteré por manuela, lo comprendí. La noche quedo perfecta y a Carlos se le fue todo.

10.- REMATANDO O CASI REMATANDO.

Me fui a cambiar para la cena con Tiano. Como siempre el acabo rápido, solo cambio el jersey por una chaqueta. La puerta se abrió y pensé que se le había olvidado a Tiano. Estaba desnuda, con las medias y era Carlos, me sentí, sucia, guarra, como lo queráis decir, pero deseada. Me trajo una caja con algo con la forma de un huevo mas grande. Era un regalo. Me explico con rapidez lo que era y para qué. No fue una queja, no sabía cómo iba a mantener eso dentro de mi sin que se me saliese y le pedí que me dejara ponerme algo. Fu estricto, me volvió a azotar el culo con “agresividad” como me puso el cabronazo y verme el culo bien marcado me llevo al éxtasis. Lave bien el regalo y me lo puse. Tenía que llevar las piernas muy juntas, me daba pánico que se me cayese delante de todos. Antes de marcharse le trate como amo y vi que eso le gusto.

El muy cerdo en plena cena puso a funcionar el “huevo” y que sensación. Me miraba y eso ya no me calentaba, directamente me ponía cachonda. Mis pensamientos eran solo para el su falo, su lengua y destrozándome. Como sabía que le había gustado lo de amo. Cuando nos quedamos los tres solos lo trate así -Amo ha estado todo bien?- solo con voz dominante me dijo que fuéramos a su habitación. Mi marido al oírme sé que se puso cachondo. Le ordeno a mi marido que me desnudase y le obedeció rápido. Mientras él iba al vestidor, mi marido me dejo desnuda, me toco mi rajita y me decía -que putona que estas, ahora tu macho te va a dar lo que quieres- era verdad estaba putona.

Se acerco me beso, me coloco un antifaz. Luego sentí algo que me apretaba en mi cuello, un collar ancho. Llevo mis manos atrás y me las anudo al mismo collar. Ahora sí que era suya totalmente. Ordeno a mi marido que sacara el huevo y lo saco, le ordeno que lo probara y oía como mi marido lo saboreaba. Me dijo al oído que por ser mi primera vez seria benévolo. Olía a cera, velas encendidas. Estaba de pie y sentí en mi culo y cadera algo como un latigazo. Chille, como picaba y dolía. Menos mal que iba a ser benévolo, como seria cuando no lo fuese. Me propuse aguantar y lo hice. Del dolor empecé a pasar al placer, gozaba ahora y más cuando le oía a él murmurar. No sé si es que tenía un 6º sentido, estaba al límite para tener un orgasmo y paro. Me cogió entre sus grandes y fuertes brazos, me dejo suavemente sobre la cama.

Me soltó las manos, me libero y no duro mucho porque me ato al cabecero de la cama. Produciéndome mucho dolor me coloco algo que presionaba mis pezones. Tarde un poco en adaptarme. Me paso por mi dolorido culo algo similar a una pluma y lo que dolía al pasar por donde había recibido mi castigo. Me dejaba cachondísima, era un experto. Se aparto, oía algo pero no distinguía el que. de pronto oigo como un silbido y no es el motivo, pero me encogí. Una vez, otra, oía el silbido, que sería?, lo que sabía que cuando me relajara me enteraría. Y así fue, en cuanto me relaje, de nuevo el castigo. Esta vez era diferente, antes era como más rígido y ahora era menos rígido y como si tuviera tiras que impactaban a la vez. Di varios pequeños chillidos pero no por el dolor, disimulé que estaba teniendo un orgasmo. Se dio cuenta y me pregunto si me había corrido, le pedí perdón por haber tenido un orgasmo. Él dijo que no fuera tan fina, nada de orgasmo, corrida y me pregunto si era por mi marido. Le confesé que sí.

Mostro su disgusto insultándome, castigándome con mas rabia y diciéndome que era su puta y Tiano el cornudo. Tan cachonda estaba que le pedí que me castigara mas, algo alucinante, me ponía cachonda el que me poseyera de esa manera, en cuerpo y mente. Se acerco, me abrió las piernas y como me decía el nada de vagina, ni chocho, nada de eso. Se puso a comerme el coño. Sentir la lengua que tenía era “castigador” que manera de lamer y hasta donde llegaba su lengua y de qué manera. La sorpresa vino cuando empecé a sentir una leve descarga eléctrica en mis pezones, que barbaridad. Poco a poco fue subiendo la intensidad hasta que me llevo a la mayor y mejor corrida de mi vida y se la pegue en su deliciosa boca.

Fue soltándome de mis ataduras. Estaba consumida por todo. No sabía que el placer el gozar tanto, podía dejar a una de esta manera. Me quito el antifaz y me molesto la luz, vi sus ojos, su mirada y me volvía loca. Se preocupo por mí, le agradecí el placer que me había proporcionado. Se me soltó la risa nerviosa y le dije que días así todos los que quisiera. Pensaba que era un descanso y que seguiríamos pero me dijo que no, que ya estaba. No me gusto, me tuve que aguantar, aunque tratando de que cambiara de opinión, le avise de que me vendría unos días “malos” y le dio igual. No quiso que me quedara a dormir en su habitación y mando a mi marido que em ayudase a vestirme. Me levante y con tanto espejo, con tanto reflejo está orgullosa de mis marcas.

Esa noche tuve una larga con mi marido, nada malo, solo hablando de cómo alguien podía proporcionar tanto placer. También le conté a mi marido, algo que le sorprenderá a Carlos. No se dio cuenta, lo contare pero sin llegar a desvelar más de lo necesario. Con mi marido había hablado de que tenía la sensación de que cuando Carlos me castigaba, lo hacía pensando en alguien en concreto. Esa noche estuve convencidísima no me quedo ninguna duda. Mis castigos iban dirigidos a otra mujer con nombre. Que feliz seria si esa mujer fuera yo.

Aviso a quienes me quieran poner a parir, me da igual. Esto es un asunto entre mi marido y yo. PUNTO.