DESMADRE EN MI FAMILIA (Parte 4)

Después de la pijamada, así empezamos Patricia y yo a descubrir nuestra sexualidad.

GRACIAS POR VOLVER

Si es tu primera vez con mi historia BIENVENIDO Y BIENVENIDA, sin embargo, esta es la Parte 4, si quieres entender mejor la historia te invito a revisar los siguientes links primero.

Parte 1: https://www.todorelatos.com/relato/171507/

Parte 2: https://www.todorelatos.com/relato/171550/

Parte 3: https://www.todorelatos.com/relato/171615/

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Anteriormente

La petición de Patricia, más que incomodarme resultó ser liberadora, ya tendría alguien con quien compartir todo y no tener que guardarme todo volviéndome loca. Poco a poco terminamos quedándonos dormidas una abrazada a la otra y una sonrisa dibujando nuestros rostros.

Viviana

Tras una siesta que duró casi toda la tarde, mi madre nos despierta a la hora de cenar, Patricia y yo bajamos para jugar a la familiaperfecta en el comedor, mi padre me saluda dulcemente llenándome el rostro de besos haciéndome un poco de cosquillas con su escasa barba logrando hacerme reír a carcajadas y en seguida saluda a mi amiga (con mayor formalidad obviamente). Cenamos sin mayor contratiempo, en mi casa la comida siempre es deliciosa gracias a las habilidades culinarias de Lucia, es lo único que como ama de casa se le da bien, al terminar subimos a mi habitación a jugar. Nunca fui una niña de muñecas y Barbies , prefería muchas veces jugar con los Hot Wheels de Simón, aunque los peluches son mi perdición, cuando jugaba con Patricia optábamos por jugar a las escondidas o saltábamos lazo, pero como dentro de la casa no podíamos hacerlo sin despertar a todo el mundo, optamos por juegos de mesa o familiares, como ¿ Adivina Quién? , Batalla Naval , UNO e incluso ajedrez, no soy muy buena en ese ultimo y por lo general Patricia siempre me gana, pero al final lo importante es divertirnos.

Yo no tengo televisor en mi habitación, nunca lo he tenido, a papá no le gustaba que Simón y yo viéramos mucha TV, así que en la casa solo hay dos televisores, uno en la sala y otro en su cuarto, sin embargo, mi padre siempre ha sido un lector muy habido y es un hábito que me ha inculcado desde siempre, de más pequeña solíamos leer justos todas las noches, pero después empecé a hacerlo yo sola, así que una vez terminamos de jugar con Patricia y decidimos irnos a dormir, tomé mi libro de turno, me acomodé en mi cama y empecé a leer, mi amiga esta exhausta, creo que por la nueva experiencia del día, por eso una vez se acomodó en la cama auxiliar se quedó dormida de inmediato. Unos cuantos minutos después yo hice lo mismo.

En la madrugada sentía que alguien había empezado a empujar mi hombro con la intención de despertarme, abrí los ojos perezosamente y vi a Patricia sacudiéndome mientras intentaba obtener mi atención.

– Vivi, está lloviendo y hay truenos, tengo miedo, ¿puedo dormir en tu cama? – ella desde siempre les ha temido a las tormentas y es común que siempre que coincidía una tormenta con una de nuestras pijamadas, me pidiera dormir juntas. No le dije nada, simplemente me moví hacía un lado dándole espacio para acomodarse – gracias.

Se notaba su miedo, estaba temblando y en su rostro se notaba una expresión de terror. Ya más despierta me acerqué a ella y la acuné en mis brazos tratando de tranquilizarla.

– Tranquila Patty, es solo agua – le decía mientras le acariciaba la espalda.

– No me gustan las tormentas – me decía en medio de pucheros y apunto de llorar. Nunca me ha gustado verla llorar.

– Tranquila, ¿qué puedo hacer para que te sientas mejor?

– No sé, cualquier cosa, algo que me distraiga – usualmente en estas situaciones empiezo a cantar para que se tranquilice, así que eso hice, empecé a cantar una de sus canciones favorita ( Titanum by David Guetta ft.Sia ).

You shout it out, but

I can't hear a word you say

I'm talking loud, not saying much.

You shout it out, but

I can't hear a word you say

I'm talking loud, not saying much

I'm criticized, but all your bullets ricochet

Shoot me down, but I get up.

Poco después ella ya más tranquila, pero aun sollozando se unió a la canción y empezamos a cantar juntas.

I'm bulletproof, nothing to lose

Fire away, fire away

Ricochet, you take your aim

Fire away, fire away.

You shoot me down, but I won't fall

I am titanium

You shoot me down, but I won't fall

I am titanium…

Seguimos cantando hasta que ya estuvo mejor, la tormenta empezó a disminuir y con ella la ansiedad de Patricia, luego abrazándome fuertemente dijo.

– Gracias Vivi, te quiero, buenas noches.

– Buenas noches Patty, yo a ti – después de eso dormimos toda la noche.

Al día siguiente Patricia estuvo hasta medio día en mi casa, apenas nos despertamos fuimos a nos bañamos (juntas, solíamos hacerlo siempre), nos cambiamos de ropa, desayunamos y seguimos jugando juegos de mesa como la noche anterior. El fin de semana pasó sin muchos contratiempos, una vez Patricia se fue me aliste para ir a mi clase de patinaje y más tarde a la de piano y técnica vocal. El domingo hice mis deberes del colegio en la mañana y en la tarde vi la película de Pocahontas con mi papá mientras como de costumbre Simón hasta ahora empezaba con las tareas, a las siete cené y me fui a dormir.

El lunes en el colegio Patricia me instó a que le siguiera pidiendo a mi mamá que me explicara cosas para que yo se las explicara después a ella (tal y como habíamos acordado). Accedí y esa tarde (al igual que el resto de la semana) al llegar a casa le pedí a mi mamá que me enseñara más cosas. Luego se volvió casi una tradición que todos los viernes hiciéramos pijamadas con Patricia, donde la rutina consistía en un primer momento donde le contaba todo lo que había pasado, luego lo poníamos en práctica si había algo nuevo o simplemente buscábamos darnos placer con lo que ya sabíamos, luego dormíamos hasta la hora de cenar y luego jugábamos, así pasaron los meses hasta que llegaron las vacaciones de fin de año y sus papás mandaron a Patricia a casa de sus abuelos.

Fue casi una tortura esos dos meses si ella, en primer lugar, porque pasaría las festividades decembrinas sin mí amiga, lo que me entristecía mucho, incluso más que de costumbre, y en segundo lugar porque me hacía falta nuestros encuentros semanales, trataba me masturbarme sola, pero a pesar de gustarme, no tenía el mismo efecto además de que empecé a hacerlo con mayor frecuencia, pero lo que me hacía más falta era que me comiera el coño, se lo pedí un par de veces a mamá, pero ya no era igual que antes, con Patricia habíamos explorado tantas cosas juntas que ella conocía a la perfección mis puntos débiles y yo los de ella, sin embargo, Lucia ayudaba a aliviar un poco la ansiedad. La penúltima semana antes regresar al colegio para cursar tercero* Patricia al fin regreso de sus vacaciones y por fin pude respirar en paz.

Volvió antes porque le insistió a su mamá diciéndole que como ella estaba por cumplir años el 17 de enero (yo había cumplido hacía 4 meses atrás y habíamos hecho, como no, una pijamada) y quería pasarlo conmigo, creo que también estaba tan ansiosa como yo, el día que llegó fue a mi casa a saludarme y no más entrar la llevé de inmediato a mi habitación, ese día estaba tan feliz de tenerla nuevamente conmigo que no fue sino entrar a la habitación y por primera vez la besé en los labios, lo hice tal y como tantas veces vi a mi mamá hacerlo con sus amantes, al principio ella reaccionó sorprendida y se separó de mí, pero después se acercó a mi nuevamente y me correspondió, terminamos por descubrir un nuevo placer hasta ahora desconocido para nosotras, los besos que nos dábamos nos estaban anticipando para lo que vendría después, nos acercamos a mi cama sin despejar nuestros labios mientras poco a poco nos íbamos desnudando, esta vez no solo de la cintura para abajo sino por completo, nos fuimos acomodando en la cama ella debajo con sus piernas abiertas y yo en medio de ellas.

– Te extrañé. No vuelvas a irte – le decía con la respiración entrecortada por la emoción de tenerla conmigo otra vez.

– También te extrañé… – fue todo lo que le dejé decir antes de volver a besarla.

Nos besábamos, nos abrazábamos, nos acariciábamos, para mi es como si fuera mentira que la tenía nuevamente a mi lado, así que esta vez antes de bajar a su coño le besé por todo su torso y luego empecé a comérselo como tantas veces en los últimos dos meses había querido hacer. Ella gemía de placer y era música para mis oídos, me decía cuanto me extrañaba, cuanto me quería y me pedía que no parara, mientras yo no dejaba de tocar su clítoris a la vez de succionaba sus jugos, estaba extasiada, deseaba mucho esto, quería hacerla sentir lo mejor posible para que nunca más se fuera de mi lado. Cuando ella se corrió volví a subir a sus labios y la besé otra vez, ella me abrazó y suavemente me lanzó a cama cambiando los papeles, ella también bajo hasta mi entrepierna llenándome de besos y empezó a lamerme y chuparme como tanto sabía que me gusta, estaba en el cielo, esta vez no tomé su cabeza bruscamente buscando satisfacerme, sino que empecé a acariciarla, no quería quitarle la mirada de encima, no quería verla desaparecer y darme cuenta que era un sueño más.

Poco antes de venirme levanté la vista y hacía el lado de la puerta descubrí a mi madre, atentamente mirándonos, con una mano en su entrepierna y una sonrisa maliciosa y de satisfacción en los labios. Así como ella había hecho tantas veces que nuestras miradas se cruzaban mientras la espiaba en sus faenas, ignoré su presencia y me concentré en disfrutar de mi orgasmo, [ Ya después hablo con ella ], después me dejé ir, y allí estaba nuevamente, la caída de la montaña rusa. Patricia subió nuevamente a mi lado y tras besarme un poco se acomodó a mi lado y empezó a quedarse dormida. Disimuladamente le hice señas a Lucía para que se fuera y cerrara la puerta dejándonos disfrutar de nuestra intimidad. Una vez se fue abracé a mi amiga y nos quedamos dormidas, profundamente, desnudas y juntas, por fin juntas.

Un par de horas después nos despertamos, aun abrazadas.

– Eso fue intenso – me dijo sonriendo.

– ¿Te gustó… mmm… el beso? – no entendía muy bien porque, pero estaba muy nerviosa.

– Besos – me corrigió – me encantaron, ¿cómo aprendiste?, ¿tu mamá te enseño?

– No – respondí en un susurro sonrojándome.

– Entonces…

– Simplemente quería hacerlo y… bueno… pues… lo hice.

– ¿Querías besarme? ¿Por qué?

– No sé…, porque me hiciste falta…, mucha falta… y porque… – no fui capaz de seguir aguantándole la mirada así que bajé la cara – te quiero muchísimo.

Patricia delicadamente hizo que la mirara nuevamente y me beso tiernamente en los labios, luego en la frente y por último me abrazó apoyando mi cabeza en su pecho. Permanecimos en silencio un par de minutos y después dijo.

– Yo también te quiero, y creo que también me gustas – sorprendida por sus palabras rompí el abrazó para poder mirarla a la cara.

– ¿En serio? – ella sonriéndome asintió.

– No te lo quería decir sino hasta el día de mi cumpleaños, pero aun faltan 5 días y pues con todo lo que pasó hoy pues… – suspira profundamente – creo que ya no quiero ser tu amiga.

Me asusté e inmediatamente me reincorporé mientras la vista se empezaba a nublar [ ¿Por qué? ¿Qué hice mal? ¿Fue por el beso? ¿No quiero que deje de ser mi amiga? ].

– Creo que quiero que seamos… – ahora ella era la nerviosa – ¿novias?

– ¿Cómo?

– Pues es que durante las vacaciones estuve pensando que nosotras ya no hacemos las cosas que hacen sólo las amigas, he espiado un poco a Katherine y Diego (su hermana mayor y el novio) y muchas de las cosas que nosotras hacemos también las hacen ellos, menos lo de los besos, esos si no lo habíamos hecho hasta hoy, y pues… yo te quiero mucho a ti… y tú me quieres a mí y pues…

– ¡Si quiero! – dije de pronto casi gritando de la emoción, su rostro se iluminó y volvimos a besarnos.

Después de un rato de hablar, donde ella me contó sus vacaciones y yo las mías convenimos que lo mejor sería seguir guardando todo lo que hacíamos como un secreto, después de ese día, en público lo único que hacíamos era tomarnos de la mano, lo cual siendo niñas y por nuestra edad no desvelaba nada realmente (sociedad machista, de haber sido niños ni eso abrimos podido hacer). Empezamos a pasar mucho más tiempo juntas, una vez iniciamos el curso escolar Patricia venía casi todas las tardes a mi casa a hacer las tareas juntas (los únicos días que no venía eran los martes y jueves que era las días que tenía clase de patinaje, el martes y de piano y técnica vocal, el jueves), luego de terminar los deberes nos acostábamos en mi cama y empezábamos a besarnos, muchas veces (la mayoría creo yo) no hacíamos nada más, solo nos besábamos y nos abrazábamos, seguíamos jugando (al fin y al cabo seguíamos siendo niñas), a veces bajábamos a la sala y veíamos películas juntas, seguimos con nuestras pijamadas los viernes, donde ahora todas las veces compartíamos la cama. También empezamos a espiar juntas a mi mamá y sus amantes, para después tocarnos juntas, comentar lo que paso y en ocasiones hasta reírnos por algunas ridiculeces que pasaban.

El día que mi mamá nos vio teniendo sexo (aunque a esas alturas para mí eso ya no era sólo sexo), después de que Patricia se fuera a su casa me acerqué para hablar con ella.

– Tranquila nena, yo ya sospechaba que algo pasaba.

– ¿De verdad?

– Esas pijamadas semanales tenían que tener una razón de ser. Viviana, ¿Te gustan las niñas?

– No sé, – dije encogiéndome de hombros – nunca he hecho nada con un niño, lo único que sé es que me gusta lo que hago con Patty y que hoy… – no estaba muy segura de contarle – nos hicimos novias.

– ¿En serio? – preguntó enarcando las cejas.

– Sí, yo la quiero y ella a mí.

– Bueno pues mientras sigas siendo juiciosa en el colegio, yo no le veo ningún problema, si quieren pueden pasar más tiempo acá para que puedan disfrutar más. Y podría enseñarte más cosas para que hagan juntas.

– Gracias mami – Lucia se disponía a dar por terminada la conversación cuando yo la llamé nuevamente – Mami… – no sabía como decirlo, era un poco hipócrita de mi parte, pero creía que era necesario aclararlo – mmm… no quiero que nos vuelvas a espiar, por favor.

Ella esbozó una sonrisa entre divertida por la ironía y comprensiva por la petición – Esta bien, no volveré a mirar, pero cierra la puerta la próxima, preferiblemente con llave – mi mamá noto un poco la indecisión de mi rostro así que añadió – en cuanto a mí, puedes seguir mirando si es lo que quieres y si Patty también quiere lo puede hacer, me excita saber que me están observando – diciendo eso terminó la conversación.

Día tras día Patricia y yo íbamos creciendo, yo empecé a desarrollarme antes que ella, empezó a salirme el busto cuando cursaba quinto y ese mismo año antes una semana antes de mi cumpleaños tuve mi menarquía, Patricia por su parte llegó a la mitad de sexto grado y aun no menstruaba hasta que un día durante una de nuestras pijamadas manchó mi cama mientras dormía. Los cólicos eran mortales, a mi solían darme más fuertes que a ella, y a pesar que muchas veces coincidíamos con nuestro periodo, ella me mimaba mucho para hacerme sentir mejor. Superado el dolor del desarrollo de las glándulas mamarías, encontramos un nuevo mundo de placer por explorar, las mías eran más pequeñas que las de ella y por lo visto cuando alcanzáramos la madurez reproductiva la tendencia se iba a mantener, pero lo que a mi me faltaba en busto me sobraba en cola, mientras que a ella si le faltaba un poco más, así que, en ese aspecto, yo ganaba. Por lo visto mi figura se asemejaría a la de Lucía, excepto por los senos que sería más pequeños, me parecía mucho a mi mamá, excepto en el tono de piel que era un poco mas clara que el trigueño que a ella la caracterizaba y el cabello, el mío era rubio oscuro y lacio como el de mi papá y también su estatura (1,73 m), al parecer la genética había hecho bien su trabajo porque además también tenía los ojos de mi mamá.

Cuando terminamos séptimo grado nuestros padres para navidad después nos regalaron celulares, así que empezamos a comunicarnos mucho más, sobre todo cuando ella se iba a casa de sus abuelos, para ese cumpleaños cuando regresó, decidimos que veríamos juntas por primera vez porno, obviamente la categoría que elegimos fueron las relaciones lésbicas y tratamos de probar juntas todo lo que había ahí, también vimos otras categorías lo que provocó que cuando entramos a octavo grado un año después nuestro interés por el sexo opuesto empezara a despertarse, aún seguíamos siendo novias (o por lo menos para mí era algo serio, desde siempre lo fue), pero ahora chismeábamos sobre los chicos del colegio, a mí personalmente no me atraían mucho, me parecía demasiado inmaduros, aunque he de admitir que en algunas ocasiones les dedicaba uno que otro orgasmo, a ella le parecían simpatiquísimos y solía coquetear con ellos, a ella le gusta besarlos, a mí solo me gustaba besarla a ella, pero no me importaba que lo hiciera.

Patricia y yo nos convertimos en el soporte emocional de la otra, yo estuve con ella durante la muerte de su hermana y durante el cáncer y tratamiento de su padre, ella estuvo a mi lado durante la hospitalización de Simón por una deficiencia renal causada por el Lupus que le diagnosticaron, también me consoló el día después de la noche que lloré por haber soñado con mi padre y cuando hospitalizaron a Lucía después de un accidente que casi la mata.

Pero todo lo que empieza tiene que terminar y nuestra relación no fue la excepción, poco después de ingresar a noveno grado Patricia me dijo el tan temido “Tenemos que hablar” .

– Vivi, antes de cualquier otra cosa quiero que sepas que te quiero muchísimo…

– Vas a terminar conmigo ¿verdad?... – la interrumpí con un nudo obstruyéndome la respiración, sentía las lágrimas a punto de salir, pero no quería darle gusto – es por Christian ¿verdad?... – espere en silencio a que respondiera, cada vez era más difícil controlarme – es por él ¿cierto?... ¡¿CIERTO?!

– Vivi yo…

– Sólo di sí o no.

– Sí.

– Ok – las lágrimas empezaron a correr involuntariamente por mis mejillas, agache la mirada para evitar que se diera cuenta.

– Vivi, creo que él verdad me gusta, y yo quiero intentar otras cosas que… contigo… bueno, contigo… no puedo, y… – intentó tomarme del brazo y yo me solté bruscamente de ella.

– ¡Suéltame! – la miré con toda la ira que era capaz sentir – ¡No me vuelvas a tocar en toda tu puta vida! – le espeté hablando entre dientes tratando de alejarme de ella y salir de la cafetería donde habíamos estado hablando.

– Vivi, espera, Viviana… – salió ella detrás de mí alcanzándome en la esquina y sujetándome nuevamente para que la mirara.

– ¡QUE NO ME TOQUES!

Me soltó inmediatamente – Está bien, está bien, no te toco, pero déjame hablar sí, escúchame por favor – casi en contra de mi voluntad me quedé pasa saber que tenia que decir – Viviana, tú eres una persona muy especial en mi vida, hemos pasado por mucho juntas, pero creo que este ciclo debe…

– ¿Ciclo?, ¿eso es lo que todos estos años han sido para ti?, ¡UN PUTO CICLO!, vas a echar a mierda 6 años de relación sólo porque te quieres comer una verga y que te la metan en el coño, eres una hija de…

– ¡Viviana! – me interrumpe tal vez evitando que dijera algo de lo que me pudiera arrepentir, suspira profundamente y continua – yo no quiero perder tu amistad…

– ¡Nosotras no teníamos una amistad!, teníamos una relación y se acabó – en ese punto mis emociones me controlaban a mí, mientras lloraba a cantaros daba por terminada una relación de años y desahogué en palabras hirientes todo el dolor que sentía – olvídate de que existo, porque para mi a partir de este momento estas muerta y el día que el grandísimo care’verga que elegiste te engañe, no vengas a buscarme porque te voy a cerrar la puerta en la cara. ¡Vete… a… la… puta… mierda! – después de eso me di media vuelta y me fui llorando a casa.

Cuando llegué ese viernes a casa con el rostro bañado en lágrimas, mi mamá fue la primera en consolarme, o bueno, tratar de consolarme, como era la única persona de mi familia que sabía a ciencia cierta de mi relación con Patricia le conté lo que había pasado, ella intento subirme el ánimo, sin embargo, bueno, el instinto maternal no es lo suyo, me dijo que si quería ella me comía el coño para hacerme sentir mejor (sí lo suyo no es consolar), ese día no cené y al día siguiente no fui a mis clases de patinaje ni piano, me la pasé todo el día acostada en mi cama llorando como si me hubiesen quitado una parte del cuerpo, el pecho me dolía y mi respiración era dificultosa.

Esa noche tampoco bajé a cenar, a decir verdad, no había comido nada en todo el día, mi familia empezó a preocuparse por mí, incluso Simón, que a pesar de andar con el brazo izquierdo enyesado por un accidente de lo más estúpido jugando futbol, trato de hacer que comiera algo llevando (a duras penas) una bandeja con comida y casi obligándome a comer empezó a cucharearme torpemente ya que tenía su mano dominante inmovilizada. No comí mucho, no me pasaba la comida, pero por lo menos recibí un poco y bebí bastante líquido, me dijo que bebiera algo o sino me iba a deshidratar. Simón me hizo compañía esa noche un rato tratando de subirme el ánimo hablando de algunas de sus cosas locas en la universidad, iba iniciando la carrera de odontología.

Casi me hace reír con sus bobadas, pero no lo logró, no me preguntó porque estaba así, aunque lo sospechaba, él intuía desde hacía mucho mi relación con Patricia, aunque nunca se lo confirme, su habitación está al lado de la mía y es muy probable que nos allá escuchado cogiendo alguna vez, incluso puedo apostar que se pajeaba mientras nosotras lo hacíamos. Aun así, nunca me preguntó si nosotras teníamos algo, el no se metía en mi vida y yo no me metía en la suya. Después de un rato me dijo que fuera lo que fuera que me tuviera así, que no le diera el gusto de verme destruida, me dio un beso en la frente y me dejo sola.

Esa noche no lloré (creo que estaba deshidratada y ya no me salían las lágrimas), pero tampoco dormí, esa habitación tenía muchos recuerdos y cada rincón me recordaba algún momento con ella. El domingo, papá no aguantó más verme en ese estado y tras preguntarme mil veces porque estaba así le conté, de forma muy maquillada lo que ocurría, él me consoló, me abrazó y me dejó llorar a mis anchas sobre su hombro, cuando ya estaba más calmada recosté mi cabeza sobre su regazó y mientras yo sollozaba él acarició mi cabeza hasta que me quedé dormida, era la primera vez en dos días que conseguía dormir de verdad.

El día siguiente debía volver al colegio, haciéndole caso a Lucia ese día me arreglé mejor que de costumbre, me mostraría bien, como si no me hubiese afectado lo que paso, durante las primeras clases de la mañana Patricia se sentó lejos de mi y cerca de Christian, cosa que todo el curso pareció notar, durante el descanso intento acercarse a mí para intentar hablar conmigo, la corté inmediatamente “los cadáveres no hablan” y me alejé de ella, en el resto de la jornada no intentó acercarse otra vez, a la hora de la salida ya todos los del curso especulaban del motivo de nuestra pelea, la teoría más sonada era que a mi me gustaba Christian y como Patricia se “había cuadrado con él” yo me molesté con ella.

Cuando salí del colegio inicié mi camino a casa sola, por primera vez en toda mi vida, una cuadra antes de llegar al barrio donde vivimos hay un parque, para mi sorpresa (y tormento) pude verlos sacándose las amígdalas el uno a otro, ya la había visto besarse con chicos antes, pero esa vez era diferente, me quedé un momento mirándolos (torturándome un poquito, necesitaba odiarla), de pronto pude notar como Patricia estaba masturbando a Christian sobre el pantalón [ Seguramente lo esta preparando para una mamada, que zorra y en público ].

No pude seguir mirando, ya no fue tristeza y dolor, ahora era rabia y sed de venganza [ ¿Así que me cambió por una verga cualquiera?, bien yo puedo hacer lo mismo ]. Aceleré el paso como si estuviera poseída por el demonio, entre a mi casa e inmediatamente me dirigí al cuarto de Simón (los lunes no tenía clase y los aprovechaba en casa para estudiar) entré sin tocar la puerta y la escena que me encontré era ideal para mis propósitos.

Simón, con el pantalón a las rodillas, recostado en la cama, tratando de masturbarse con su mano no dominante. [ Perfecto ]

  • ACLARACIÓN: Para los que no lo saben, en Colombia existen dos tipos de calendarios escolares, el calendario A inicia en febrero y finaliza en noviembre, es el más común en todo el país, el calendario B es como el de las escuelas estadounidenses, inicia en agosto o septiembre y va hasta mayo o junio. La protagonista estudia en un colegio de calendario A.

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GRACIAS POR LEER

Cada vez me siento más contenta por el recibimiento que está teniendo esta historia, mil gracias a los que la siguen, espero les siga gustando, este capítulo lo escribí con una sonrisa en el rostro gracias a ustedes. Este ha sido el capítulo más largo que he escrito hasta el momento, pero necesitada incluir muchos acontecimientos en un solo capítulo así que espero no les parezca tedioso, recuerden que sus comentarios y percepciones me ayudaría mucho, por eso sigan haciéndolo, díganme si les gustó, teorías de lo que va a pasar y críticas constructivas. Espero que sigan leyendo en algunos días subiré la siguiente parte.

Agradecimientos especiales a: Jomag, rafvallone, Rey, soplete36, Koke y Gonzo por sus comentarios en mi segunda y tercera publicación y por darme ánimos de seguir. Espero que lo disfruten.

CON CARIÑO, LYDIA B.

NOTA: Esta historia no es real ni está basada en hechos reales, ha sido una construcción ficticia de la autora, algún parecido con la realidad es mera coincidencia. Debido a la naturaleza del relato es importante aclarar que la autora no apoya ni aprueba muchas de las conductas presentadas por los personajes, es sólo una historia.