Desmadre en la reunión familiar (I)

Una serie de casualidades permite que bajo el amparo de la oscuridad dos (aparentemente) desconocidos den rienda suelta su pasión y viven una situación que se les va de las manos. (Amor filial, Anal)

Mis padres son de una generación que nació la posguerra española, pero que se casó y prosperó en los principios de la democracia. En esa época de auge eran más habituales las familias numerosas que hoy en día en plena recesión económica, así que nuestras reuniones familiares parecen casi convenciones. La parte negativa de ser tantos, es que es difícil mantener una relación estrecha con tanta gente y al final se pierde el contacto con algunos y relacionas más con los que viven más cerca. Nada nuevo hasta aquí.

Hace unos meses una de mis tías cumplió 60 años y decidió celebrar una gran fiesta para conmemorarlo en su casa. Se casó con un señor muy pudiente y enviudó recientemente quedándose la gran casa que compartían, no sé si llamarlo mansión, pero es un edificio de 3 plantas de nueva construcción, de unos 300 metros cuadrados por planta y con un relativamente pequeño jardín alrededor. En principio, éramos unos 70-80 invitados y contrató un servicio de catering para atender a tanta gente.

Lo cierto es que no me hacía demasiada gracia, el día antes de la celebración tenía una despedida de soltero de un compañero de la universidad y el estado en el que iba a llegar no iba a ser el mejor. Había barra libre, pero lo cierto es que uno tampoco puede desmadrarse demasiado para evitar situaciones incómodas ante el resto de la familia, con el añadido de ser el soltero de oro, que si cuando me voy a sacar novia, que si no me quiero casar y tener hijos, que se me pasa el arroz,...blabla. En resumen, cero ganas de acudir al evento, pero en fin la familia es la familia.

El día del evento fue tal y como preveía, puse la mejor de mis caras mientras sufría los estragos de la despedida de soltero en forma de resaca trepanadora, fui saludando a los tías, tíos, primas, primos, primeros y segundos,...el evento empezó bien entrada la tarde y después de la cena, primero actuó un grupo en un escenario improvisado en el jardín, para finalizar con un DJ que amenizó la noche. Lo cierto, es que la organización fue excelente.

Una vez terminada la actuación del grupo, y después de los obligados bailes con varias de mis tías, entre ellas la homenajeada, y de compartir algunos bailes con unas primas lejanas de Francia, el agotamiento se apoderó de mi, así que les dije que me subía a una de las habitaciones de invitados de la casa a estirarme un rato, ante el abucheo del resto de mis primos que hicieron burla de mi inmerecida fama de fiestero.Subí a la última planta y me metí en una de las múltiples habitaciones de invitados sin utilizar que tiene mi tía. Me descalcé y me estiré vestido sobre la cama, caí fulminado casi al instante.

No sé cuanto tiempo pasó, pero en un momento dado me desperté y sentía el calor de otro cuerpo pegado al mío. El ambiente apestaba vino, posiblemente se hubiese derramado una copa por encima, pero también noté un ligero aroma a perfume, vaya, pensé "uno/a que se ha venido a dormir la mona". La habitación estaba completamente a oscuras, las persianas estaban bajadas, además la noche era cerrada, nublada y sin luna por lo que no entraban luz por las rendijas de la persiana.

Intenté sacármelo/a de encima removiéndome, entonces confirmé que mi acompañante era una mujer al rozar un seno con mi codo, pero yo estaba casi en el borde de la cama y no tenía mucha margen de maniobra, ella me tenía abrazado y tenía una de sus piernas entrelazadas con las mías. Volví a sacudirla un poco, a ver si espabilaba y me dejaba un poco de espacio, pero con el movimiento lo que hice fue despertarla y empezó a protestar, pero no entendía nada de sus balbuceos de borracha. De repente apoyó su mano en mi entrepierna. Yo se la aparté, pero volvió a repetirlo y así repetidas veces hasta que claro, evidentemente, me fui empalmando sin remedio, oí su risilla al agarrar mi garrote en todo su esplendor.

La verdad, es que yo ya me había desperezado y hacía mucho que el alcohol ya no corría por mis venas, por lo que no tenía excusa para no detener esa locura. Pero sucumbí al morbo de la situación, me puse bocarriba y la dejé hacer para ver hasta donde estaba dispuesta a llegar mi misteriosa compañera. Oí como abría el cierre de mi pantalón y volvía a agarrarme el pene, esta vez ya sólo separada por la tela de mis calzoncillos, podía sentir la mancha de humedad del líquido preseminal por la creciente excitación. La sacó de mis calzoncillos y me empezó a masturbar, la tenía cogida bien firme, iba bajando y subiendo la piel, sin prisa, como si quisiera memorizar todas las venas de mi polla. En momento dado, noté como se movía sobre la cama y al poco lo que sentí fue su aliento sobre mi capullo justo antes de engullirlo.

La mamada fue como la paja, sin prisa, pero sin pausa, saboreando el capullo, tenía el tronco bien sujeto y me lamía el capullo como si fuera un helado, mis pulsaciones estaban disparadas, busqué con mi mano su cabeza para imprimirle el ritmo de la mamada y contacté con una melena rizada y en ella se enredaron mis dedos. Melena larga, rizada? Piensa, piensa, ¿quién puede ser? Rápidamente acudieron a mi mente mis primas segundas francesas, llevaban el mismo peinado, la duda estaba ya entre Marie y Eugenie, pero no dije ningún nombre para evitar romper la magia del momento.

Las dos hermanitas, son de físico parecido. Altura media, pelo moreno rizado, Eugenie es la más joven, tiene 25 añitos y que yo sepa está soltera; Marie es la mayor, es de mi edad, 33, madre soltera a los 22, las dos tienen un pecho prominente pero el de Marie debe ser una talla mayor aunque un poco caído a raíz de la maternidad, pero al haber pasado tantos años ya ha recuperado la figura y era difícil decir quien era de las dos. Decidí dejar de mantener una actitud pasiva y con mis manos tanteé la oscuridad buscando su cuerpo, llevaba un vestido, se lo arremangué hasta la cintura y empecé a recorrer su culo, rápidamente mis manos se colaron por debajo de la tela de sus bragas y recorrieron sus cachetes a conciencia, buscando sus orificios, me metí dos dedos en la boca para humedecerlos y acto seguido incrustárselos en su vagina, ella abrió ligeramente las piernas para facilitarme las cosas, así que ya aproveche para bajarle las bragas. Ella, aprovechó para desabrocharme el cinturón y bajarme los pantalones hasta las rodillas.

Yo movía los dedos bruscamente, oyendo un claro sonido de chapoteo, la oí gemir con mi polla en mi boca. Mientras se recuperaba del primer orgasmo, apoyé el pulgar en su anito y presioné ligeramente haciendo pequeños círculos, estaba bastante cerrado y no progresaba, así que empecé a aplicarle parte de sus jugos en el ano y la fuí penetrando con los dedos con los que la había estado estimulando su conejito. Cuando noté que empezaba a dilatar le volví a sacar el índice y el dedo medio para volver a enterrárselos en su raja, reemplacé su sitio en el culo ahora sí con el pulgar, el cual le enterré unos 5 cm en su culo, por fin le hice lo que se conoce como la "pistola". Sin mover mucho el pulgar, reinicié el metesaca de mis dedos en su coño, pronto se volvían a oír sus gemidos amortiguados por mi polla y volvió a mojar mis dedos, tenía la parte interior de los muslos completamente mojada.

La situación era muy excitante, yo estaba desbocado, sin embargo no había forma de eyacular. A estas alturas no me iba a conformar con sólo con una mamada. Dejé de masturbarla, la agarré del pelo separándola de mi polla, ella protestó, pero yo estaba completamente sobrio, me incoporé y con rápidos movimientos me coloqué su espalda, estando ella todavía a cuatro patas, agarré mi polla y fui tanteando infructuosamente buscando su rajita, ella vio claramente mis intenciones y en lugar de protestar colaboró, ella misma la puso entre sus carnosos labios vaginales y de un golpe de pelvis se la enterré.

Las cosas empezaron a descontrolarse más si cabe, empezó a gemir muy alto, rápidamente llevé una mano a su boca y con la otra me agarré fuerte a su cadera para poder darle caña. Me las deseé para que nadie más estuviese durmiendo por alguno de los dormitorios cercanos, porque el escándalo iba a ser mayúsculo como trascendiera lo que estaba pasando en ese dormitorio. Una vez, me aseguré de que ya no se la oía, reemprendí las estocadas, dejé las delicadezas de lado para darme un festín con mi prima. Mi polla recorría una y otra vez su encharcado coño, se la sacaba hasta la punta para enterrársela de un golpe con el característico sonido que hace la pelvis al impactar con las posaderas. Ahora si que me estaba acercando al éxtasis final, en un momento de lucidez le anuncié que iba a correrme, con la calentura me había olvidado completamente de usar protección, no estaba seguro si me había entendido, pero entonces ella alargó la mano y rodeó mi verga por la base y se la sacó para ponerla apuntando a su puerta trasera.

Vaya, con la francesita, ella misma se abrió los cachetes y yo con la excitación que llevaba encima ni me molesté en volver a dilatarla, me aferré a sus caderas y empujé sin miramientos. Obviamente la dilatación de mis juegos preliminares fue insuficiente, me costó un mundo que mi glande atravesara su apretadísimo esfínter, pero finalmente cedió y oí un gemido amortiguado, esta vez mi prima misteriosa mordió una almohada que tenía cerca mientras la iba ensartando. Seguí ejerciendo presión, conquistando centímetro a centímetro, sintiendo como estrangulaba mi pistón, mientras recorría los pliegues de su culo. Cuando llevaba media tranca, me detuve, estábamos sudando a mares, sentí mi camisa completamente pegada a mi cuerpo y ella con su vestido igual. Llevé una de mis manos a su todavía encharcado coño y fue recogiendo sus flujos para utilizarlos de lubricante y facilitar un poco la enculada. Retiré un poco mi herramienta de tortura para ir aplicándole lubricación en toda su extensión, cuando consideré que ya estaba más preparada, volví a empujar con decisión y esta vez sí que llegué hasta el final.

Después del titánico esfuerzo ella se dejó caer sobre la cama y yo con ella. Le aparté el pelo del cuelo y se lo fui besando, subiendo hasta llegar al lóbulo de su oreja y se lo fui mordisqueando mientras su culo se acostumbraba al nabo que le había plantado.

"¿Pablo?¿Eres tú?" susurró ella, su aliento hedía a vino

Esta vez al oír su voz sí que la reconocí, sin duda era Marie

Mi respuesta fue sacarle media polla y volver a clavársela.

Un aullido salió de su boca.

Volví a acercar mi boca a su oreja y le contesté:

"¿Cómo lo has sabido?"-le susurré mientras se la volvía retirar parcialmente para volver a penetrarla.

"Sólo un cerdo sin escrúpulos como tú se follaría a su prima sin mediar palabra"-respondió ella burlona

Seguí como mi vaivén de penetraciones lentas, pero cada vez más profundas

"Ahora me dirás que te has metido en MI cama sin saber quien era, yo, no? No te hagas la santa."-repliqué, acompañando última afirmación con un golpe seco de cadera, arrancándole otro sofocado aullido

"Bueno, primita, se ha acabado el juego de las preguntas"-continué mientras ella se recuperaba de la última embestida

Tanteé la cama buscando la otra almohada y se la coloqué debajo para mantenerle el culo en pompa

Con todas las cartas ya descubiertas decidí pasar a la acción y empecé un metesaca brutal, me concentré en mi propio placer, me daba igual que se volviese a correr o no. Su culo era un horno, a buen seguro su recto no estaba acostumbrado a ser sometido a los niveles de fricción que le estaba aplicando, ni yo tampoco, no podía aguantar mucho más así y por fin llegué a un orgasmo intensísimo, se la clavé hasta el fondo y un número indeterminado de descargas inundaron su culo, llevaba varias semanas sin meterla en caliente y traía los huevos cargados y fue una auténtica lavativa de leche calentita. Marie al sentir mi corrida soltó un bufido de alivio, yo me desplomé sobre ella y llevé una de sus manos a su coño, busqué su clítoris y se lo fui estimulando mientras reemprendía un suave metesaca en su ano con los últimos momentos de esplendor de mi erección, sentí como las piernas de Marie temblaban mientras volvía a correrse.

Mi pene fue perdiendo la dureza hasta salirse sólo de su culo. Con una de mis manos le acaricié su cara empapada en sudor y noté había dejado babeado el cojín de tanto morderlo, llevé mi otra mano a su culito y pude sentir como un hilo de semen iba descendiendo por sus muslos desde su culo.

"Si querías hacerme otro sobrinito, no era ahí donde tenías que acabar"-bromeó ella con la respiración aún entrecortada

"¿Ahí te referías?"-Y recogí parte de mi corrida con mis dedos y se los metí en su vagina siguiéndole el juego.

Volví a llevar mis dedos a su todavía dilatado ano y recogí otra buena cantidad de semen, pero esta vez llevé los dedos hasta su boca y volví a apoyarme sobre ella, Marie lamió golosamente mis dedos para luego girar el cuello buscando mi boca, finalmente nuestros labios se encontraron y compartió parte de la leche conmigo.

Rodé a un lado de la cama y me fui recomponiendo un poco la vestimenta, me subí los calzoncillos y los pantalones, Marie también lo comprendió y pareció imitarme. En la oscuridad no veía que pintas traíamos, pero si alguien entrase y nos viera en la cama podría intuir lo que allí había pasado, pero al menos no sería tan evidente como encontrarnos medio desnudos.

Marie se acurrucó junto a mi, me besó en la mejilla y apoyó su cabeza sobre mi pecho para no tener que apoyarse sobre su culo que aún le debía doler horrores. Así nos quedamos dormidos. Me desperté en la misma posición con la cabecita de Marie descansando sobre mi pecho, y oyendo su suave respiración, algunos rayos de sol se colaban por la persiana. Revolví mis bolsillos buscando mi móvil y vi que tenía varias llamadas perdidas en mi móvil de mis padres y de mi hermano, lo había silenciado para poder dormir y me había olvidado por completo. Le envié un whatsapp a mi hermano diciéndole que estaba bien y me estuvo explicando como se fue de madre la fiesta, que pasadas las dos, nuestras primas francesas se habían puesto a liarla, Marie bebió hasta caer redonda al suelo y que se tuvo que ir a dormir la turca a una de las habitaciones de invitados, Eugenie también estaba desaforada y había estado bailando como una posesa toda la noche, pero de todas formas no se quedó mucha gente hasta el final y no hubo que lamentar males mayores, había pasado alguna cosilla más pero que ya me lo comentaría en persona. Cerré a conversación y guardé el móvil en mi bolsillo.

Besé a Marie en el pelo, me salí silenciosamente de debajo de ella y la dejé durmiendo, nuestra pequeña fiestecilla y el alcohol ingerido habían sido demasiado para ella. Abrí la puerta de la habitación y eché un último vistazo a mi deliciosa primita durmiente antes de cerrarla. Me dirigí a uno de los baños de la planta para acabar de arreglarme un poco, pero oí como la puerta de la habitación contigua se abría y me escondí rápidamente en el baño. Sorpresa, sorpresa, mi otra primita, Eugenie salía a hurtadillas de la habitación con los zapatos en la mano para no hacer ruido, me quedé intrigado espiando a ver quien salía detrás de ella, ...ahí sí que casi me toca la mandíbula el suelo como en los dibujos animados! Mi hermano pequeño, Juan, salió detrás suyo completamente despeinado y con la ropa revuelta, se dieron un dulce beso como dos enamorados y se despidieron, mi hermano parecía buscar el baño, así que le esperé dentro. Cuando entró se llevó una buena sorpresa.

"¿Qué tal con Eugenie?"-le pregunté

"Esto, eh,..nada, eh, yo, eh..."-respondió él balbuceando poniéndose completamente colorado

"Claro, no pasó nada"-sonreí yo burlonamente

"Lo que sí fue un escándalo fue lo de la habitación contigua"-respondió él intentando cambiar de tema

"¿Qué pasó?"-le inquirí ingenuamente

"No sé quien estuvo allí, pero se oían gemidos y el marco de la cama golpeando la pared"-explicaba él gesticulando

"Para estar durmiendo, sin hacer hacer nada, veo que estabas muy concentrado espiándome"

"¿Cómo?¿Qué quieres decir?¿eras tú?¿con quién?"-preguntó con incredulidad

"Marie, oh la la"

"No me jodas"

"No, no, a la que jodí fue a ella"

Se quedó estupefacto

"Venga bajemos a desayunar algo que estoy hambriento, pero quiero todos los detalles sobre lo de Eugenie, así que guarda bien esta noche en tu memoria"-le dije sacándole de su estado de sorpresa

En la cocina me encontré con varios familiares que decidieron hacer noche en casa de mi tía, o bien porque o vivían lejos o bien porque prefirieron evitar problemas con los controles de alcoholemia. Eugenie estaba sentada en la mesa de la cocina absorta en sus pensamientos, al vernos entrar apartó la mirada como no queriendo reconocernos y se concentró en la magdalena que estaba mordisqueando como un ratoncillo.

Al rato apareció Marie por la puerta completamente desaliñada. Despeinada, sin maquillar (supongo que fue al baño a quitarse el maquillaje corrido), el vestido estaba arrugado, con una gran mancha de vino y avanzaba medio tambaleándose, pero yo sabía bien el porque de su extraño caminar.

Se fue junto a su hermana, Eugenie y estuvieron cuchicheando en francés en voz baja, yo observaba divertido la situación desde el otro extremo de la cocina mientras apuraba mi café con leche. A mi hermano se lo veía incómodo, él y Eugenie se miraban de reojo para apartar rápidamente sus miradas en cuanto se cruzaban. De repente Eugenie se quedó boquiabierta mirando hacia mi, supongo que Marie le estaría contando nuestro encuentro.

Bueno, ya era muy tarde, salí de la cocina y fui despidiéndome de los familiares que quedaban por la casa, volví a la cocina a recoger a mi hermano para volver juntos y me acerqué con él hasta nuestras ahora primas favoritas.

"Esto hay que repetirlo"-dejé caer alegremente

"A estas reuniones familiares, me refiero, pero quizás algo más...petit comité"-apuntillé

"¿Una reunión de primos?"-preguntó una sonriente Marie

"¿Qué os parece?¿Os animáis?"

Eugenie guardó silencio sin levantar la vista de su magdalena, mi hermano se quedó con la mirada perdida sin decir nada, ambos estaban lastrados por el peso de la culpabilidad, sin embargo Marie me miró desafiante a los ojos respondió:

"Creo que es una gran idea"

Continuará...