Desmadre en la fiesta de Carla
Relato de cuando fui a una fiesta en casa de mi amiga Carla y unos cuantos nos dejamos llevar más de la cuenta...
Hacía algo más de 3 meses que había roto con Adriana pero habíamos mantenido muy buena relación. Además, después de tantos años de relación me había hecho muy amigo de sus amigas y seguíamos viéndonos de forma habitual.
Un día me llegó un mensaje de Carla diciendo que su novio estaba de viaje e iba a montar una fiesta en su casa y quería que fuera. También me comentó que le había preguntado a Adriana y que le había dicho que no había ningún problema, así que le confirmé que iría a la fiesta.
Me puse unos vaqueros y un polo que me queda ajustado en brazos y pecho y resalta mi musculatura y me fui a casa de Carla. No tenía demasiadas ganas de beber por lo que me fui en coche.
Yo no era el único que se había vestido para resaltar su cuerpo, cuando Carla me abrió la puerta me dejó encandilado, llevaba un vestido totalmente ajustado, que acababa justo por debajo de sus nalgas y con la espalda al aire.
-Tan sexy como siempre. Le dije
-Mira quien fue a hablar ojazos. Me apretó un brazo sonriendo y me dio dos besos en las mejillas, el segundo peligrosamente cerca de la boca. Ven, ya están todos.
Me llevó al salón y fui saludando a los presentes. Había otros dos chicos, Luis y Miguel, ninguno de los dos especialmente atractivo. Adriana y Ana (de la que ya os he hablado en otros relatos) estaban en uno de los sofás muy guapas las dos y a su lado había otras dos amigas, Marta y María que son súper graciosas pero no muy guapas. De pie en un lado había otras dos chicas que no conocía, pero una tenía que ser...
-¿No conoces a mi hermana pequeña, no? Me dijo Carla.
-No, creo que no hemos coincidido nunca. Me llamo Ismael, encantado.
-Yo soy Carolina. Me dijo y me dio dos besos. Y esta es mi amiga Carmen.
Se veía que eran más jóvenes que el resto, el grupo de amigos rondábamos todos los 25 años y ellas dos debían tener 19. Carmen era una chica guapa y con una mirada muy atrevida, pero Carolina era espectacular, parecía una modelo. De cara se parecía muchísimo a su hermana, ambas preciosas, pero de cuerpo eran bastante diferentes. Aunque las dos son delgadas, Carla tiene un culo muy potente y poco pecho mientras que Carolina es algo más alta, tiene menos culo (aunque muy sexy también) y unos pechos que llamarían la atención de cualquiera: grandes y bien colocados. Además iba con pantalones y un top de encaje que dejaba sus tetas a la vista y se te iban los ojos.
Me fui a la cocina a por una cerveza, Carla me acompañó y una vez solos me preguntó qué me había parecido su hermana.
-¡Menuda familia! Vaya dos hermanas más guapas y sexys. No le deben faltar pretendientes.
-No, no le faltan, pero siempre los rechaza. Es muy tímida con los chicos... Creo que aún es virgen.
Volvimos con todos y estuvimos mucho rato bebiendo y bailando, cuando nos cansamos nos sentamos y Ana propuso jugar a verdad o atrevimiento. El juego fue muy suave, preguntas y retos bastante fáciles. Cuando me tocó a mi Ana me preguntó por la última vez que había follado.
-Pues... Hace 4 meses, antes de que Adri y yo rompiéramos.
-¡Joder tío! Bueno ¿y liarte con alguien? Con alguien te habrás besado después de Adriana, ¿no? Insistió Ana.
-La verdad es que no, no ha surgido la oportunidad.
Nos quedamos callados todos un momento, Adriana y yo nos pusimos un poco rojos pero el juego siguió como si nada. Cuando le tocó a Carmen dijo reto y le hicieron quitarse la blusa durante una ronda. Carolina era la siguiente y como iba solo con top, por miedo a que le hicieran quitarse ropa dijo verdad. Marta le preguntó con cuantas personas se había acostado y Carolina aprovechó que estaba dando un trago para no contestar inmediatamente. Vi que ponía cara de vergüenza y me dio pena, así que fingiendo un accidente tiré mi cerveza al suelo y se derramó entera. Todos se levantaron, Carla fue a por un trapo para limpiar y cuando se había pasado el revuelo propuse cambiar de juego. Mientras el resto discutía a que jugar y aprovechando que nadie me miraba le guiñé un ojo a Carolina, ella me devolvió una sonrisa tímida.
-Bueno pues vamos a jugar a la botella. Dijo Carla. ¿No dices que llevas 4 meses de sequía Isma? Pues vamos a ponerle solución.
Nadie puso problemas, así que cuando estábamos todos sentados en círculo se pusieron las normas: la primera vez que dos coincidían era un pico rápido, la 2ª un pico largo, la 3ª beso con lengua corto y si alguien llegaba a la 4ª beso con lengua largo.
Tuve la mala suerte de que en mi primer turno me tocó con Adriana, fue algo incómodo pero a ninguno nos importó. Peor suerte tuvieron Luis y Miguel, que tuvieron que besarse a la primera. Como es normal al estar mucho rato jugando empezaron a llegar los besos con lengua. Las primeras fueron Ana y Carmen y aunque era su 3ª vez se dieron un beso larguísimo, reconozco que me puso cachondo y diría que no fui el único. Yo llegué a la 4ª con Carolina y la besé apasionadamente pero con delicadeza, fue un beso genial y lo disfruté mucho. También me tocó beso largo con María y aunque no me atrae mucho, el beso estuvo muy bien.
Mientras jugábamos yo me acabé mi tercera cerveza y no iba a beber más para poder conducir luego, pero el resto se había acabado también sus copas y nos levantamos para rellenar y dejamos de jugar. Carla me dijo que se había quedado con las ganas de que nos tocara juntos en la botella y le dije que eso tenía solución, pero no quiso besarme delante del resto. Estábamos otra vez bailando y Carla se fue al baño. Al momento me llegó un mensaje suyo: "asegúrate de que nadie ve tu móvil". Me fui a la cocina y le dije que estaba solo a lo que ella contestó mandándome una foto. Me quedé boquiabierto, la foto era de ella frente al espejo del baño, pero se había quitado el vestido y estaba de espaldas, solo con un tanga que me dejaba ver sus nalgas por completo. Lo acompañaba un mensaje: "si te quedas aquí esta noche, esto será todo tuyo".
Fui al baño, abrí la puerta y la encontré medio desnuda aún. Entré y después de cerrar la puerta la besé apasionadamente, le di la vuelta y la apoyé en el lavabo para tener su culo en pompa para mi. Aparté el tanga y le metí la polla en el coño de un empujón, soltó un gemido y le tuve que poner la mano en la boca para que no nos escuchara el resto. Tanto tiempo sin follar y lo cachondo que estaba por la situación hicieron que no pudiera aguantar casi nada y me corrí al poco dentro de ella. Me subí el pantalón, volví a besarla y antes de salir le dije:
-Gracias por el aperitivo, luego más.
Se me ocurrió que si bebía tendría una excusa para no irme hasta el día siguiente, así que me puse una copa y volví al salón. Un rato después Adriana, Luis, Miguel y Marta dijeron que había pedido un taxi y se iban todos juntos porque vivían cerca y estaban cansados.
-¿Carmen, María vosotras os quedáis un rato más, no? Preguntó Carla.
-Sí, sí. He hablado antes con Carmen y vivimos bastante cerca así que nos iremos juntas, ¡pero aún tengo ganas de fiesta! Contestó María.
Me puse una copa y me senté al lado de Carolina. Ella estaba ya algo cansada y apoyó su cabeza sobre mí hombro. Yo le puse la mano en la rodilla y le hacía caricias sobre el pantalón.
-¡Vamos a jugar a algo antes de que nos quedemos todos dormidos del aburrimiento! Dijo Carla viendo a su hermana.
María propuso jugar a un juego de pruebas, cada uno escribía una prueba en un papel, se mezclan y cada uno va sacando uno y tiene que hacer lo que le toque. Las primeras rondas fueron algo suaves, con pruebas como "bébete una copa de un trago", "suelta un gemido por la ventana" o "quítate una prenda". Este último le tocó a Carolina y como no valían los zapatos se quitó los pantalones, quedándose solo con el top y las bragas. No pude evitar una erección al ver en ropa interior a una chica tan espectacular. Carla lo notó y se empezó a reír.
-¿Le ponemos un poco de picante al juego? Para la siguiente ronda ponemos cosas más hot, podéis poner lo que queráis pero luego nadie puede negarse a hacer lo que le toque. Propuso María.
Prometimos todos que nunca diríamos a los demás lo que pudiera pasar el resto de la noche, pues parecía que el juego se podía ir de las manos. La primera en jugar fue Carmen, le tocó quedarse solo en bragas. María empezó a reírse y dijo que había sido ella la que lo había escrito. Carmen se quitó los tacones, los pantalones y la camisa y mientras se soltaba el sujetador le dijo a María:
-Espero que te toque algo gordo cabrona.
Y dicho esto dejó al aire unos preciosos pechos. Es una chica con muchas curvas, delgada y con unas tetas de tamaño medio, algo separadas pero muy bien colocadas y con unos pezones rosaditos que en ese momento se pusieron algo duros.
-Tranquila Carmen, las hay peores... Contestó Carla.
Carmen asintió, debían haber puesto algo bastante fuerte las dos, así que iba a ponerse interesante el juego. La siguiente fue María, tras mirar su papel empezó a partirse de risa, cuando paró de reír nos lo leyó al resto:
-Deja que la persona de tu derecha se beba un chupito de tu ombligo. ¿Quién ha escrito esto? ¡Si esto no es nada!
Con cara de vergüenza Carolina dijo que había sido ella y que la siguiente ronda pondría algo más fuerte. Además era ella quien se encontraba a la derecha de María y se bebió un chupito de su ombligo. A Carolina le tocó el de Carla: masturbarse durante un minuto delante de todos. A la pobre se le cayó el alma a los pies, estaba ya medio desnuda y siendo la más recatada de todos le tocaba masturbarse. Además su hermana fue corriendo a su cuarto y trajo un satisfyer.
-Usa esto, verás como va mucho mejor.
Sin quitarse las bragas Carolina se colocó el aparato y lo puso en acción. No llegó a cumplir el minuto, cuando llevaba unos 30 segundos empezó a tener convulsiones y entre grandes gritos tuvo un orgasmo increíble. Todos rompimos en aplausos y le pusimos una copa para que se refrescara después del calentón. En mi turno me tocó mi propio papel: "déjate besar por cada uno del grupo el tiempo que quieran". Ninguna renunció a su oportunidad. Carolina había disfrutado con el beso que nos habíamos dado jugando a la botella y repitió con ganas, su beso fue el más largo con diferencia, más incluso que el de Carla que me dio uno muy fogoso. También Carmen y María me brindaron muy buenos besos.
-Pues me ha tocado la mejor. Dije entre risas después del último beso.
-Me toca el tuyo Carmen, ¿qué es? Pregunto Carla.
-Tienes que desnudarte, darte un azote y decir "soy una chica mala".
Todos nos reímos ante su ocurrencia, pero Carla no se quejó, es más, parecía contenta. Se quitó el vestido y el tanga, se dio un azote más fuerte de lo necesario y dijo su frase. Cada uno cogió un nuevo papel y mientras pensábamos miré a los lados, tenía a Carla desnuda, a Carmen solo en bragas y a Carol en ropa interior, solo María y yo conservábamos la ropa. Los retos siguientes iban a ser fuertes, tenía que pensar algo bueno.
Empezamos la ronda a la inversa. A Carla volvió a tocarle el de Carmen, tenía que vendarse los ojos, ser masturbada 1 minuto por alguien e intentar adivinar, si no adivinaba se repetía. La primera en hacerlo fue María pero al acabar Carla dijo Carmen, así que repetimos y está vez fui yo quien le metió mano. Como era de esperar acertó, pues yo era el único chico y era fácil notar mis manos. El siguiente era yo, cogí un papel y leí en alto:
-Deja que alguien te meta un dedo por el culo. ¿Quién ha puesto esto? ¡Que cabronas!
-He sido yo. Dijo Carla. Así que, si os parece bien chicas, se lo meto yo, voy a por lubricante. Ve desnudándote Isma.
Me quité el polo y los vaqueros y cuando Carla volvió me bajé los calzoncillos y me puse a 4 patas. Debo reconocer que Carla lo hizo despacio, con cuidado y mucho lubricante y al rato me metió un dedo entero. Nunca lo había probado y aunque no es lo que más me gusta lo disfruté un poco. Todas me habían visto desnudo, así que no había razón para vestirme y me quedé desnudo. Era el turno de Carol y fue la más afortunada, le tocó el que había puesto yo "gira la botella y a quien señale te tiene que hacer sexo oral un par de minutos". Habíamos acordado que no podíamos negarnos, así que nos sentamos en círculo y Carol giró la botella... Que se paró señalando a su hermana, la cosa se ponía interesante. Se quitó las bragas, se sentó en el sofá con las piernas abiertas y Carla se agachó delante de ella y empezó a lamer con ganas. Carolina gemía con fuerza, pero el tiempo se acabó antes de que llegara al orgasmo.
-Toma, prueba tus fluidos pequeña. Le dijo su hermana levantándose para darle un beso.
Ante semejante escena mi polla estaba completamente dura y me moría de ganas de usarla.
-Joder, yo he puesto uno bastante fuerte y aún no ha salido... Dijo María.
Cogió uno de los papeles restantes y, en efecto, le tocó el suyo: "deja que cada uno haga lo que quiera contigo durante un minuto". Carolina fue la primera y pidió que la masturbara para poder llegar al orgasmo que no había conseguido en su reto. Pero los demás queríamos ser algo más crueles, María lo había puesto con la intención de hacerle pasar un mal trago a alguno de los demás y lo iba a pagar.
-¿Alguna vez te has comido un culo? Para mi es uno de mis fetiches. Dijo Carmen.
-Que va, nunca he hecho nada, no he comido ni me han comido y tampoco me han penetrado. Me da un poco de asco y miedo.
-Pues en mi minuto vas a comerte mi ano.
-Y yo voy a hacerte algo parecido a lo que le he hecho a Isma. Añadió Carla.
-¿Por qué no lo hacéis a la vez? Mientras María lame el ano de Carmen tú le metes los dedos a ella, Carla. Propuse yo.
Carmen se quitó las bragas y se puso a 4 patas, María que aún seguía vestida se desnudó también y se puso en la misma postura detrás de ella. Por último Carla se agachó también a 4 patas detrás de María con el lubricante en una mano. Carmen le pidió a Carolina que le abriera las nalgas para que su ano estuviera más accesible a la lengua de María. Saqué el móvil y les hice una foto, la visión era espectacular y quería guardar un recuerdo de ella.
-Cuando acabe el tiempo no te muevas María, que me viene bien esa postura para mi turno.
Puse el cronómetro y mientras las chicas hacían lo suyo yo empecé a masturbarme con fuerza, quería estar a punto cuando me llegara el turno y no tenía mucho tiempo. Al poco de empezar Carmen se llevó una mano a la entrepierna para tocarse y disfrutar más y Carla no estaba teniendo la delicadeza que había tenido conmigo. Aunque usaba muchísimo lubricante iba a toda velocidad y pasados unos segundos ya tenía 2 dedos metidos en el culo de María que soltaba algún gemido de dolor que a penas se oía con su cara enterrada entre las nalgas de Carmen. Cuando les avisé de que quedaban 10 segundos Carla metió un tercer dedo, perforó el ano de María hasta el final y al acabar el tiempo se apartó para dejarme sitio. Un hilillo de sangre salía de su culo, pero no me paré ni un segundo. Agarrando con fuerza su cadera le metí la polla de un golpe y bombeé con todas mis fuerzas. A pesar del dolor que se veía que sentía, María empezó a gemir de placer y pedir más. Pasado la mitad del tiempo me quedaba muy poco para correrme, así que le saqué la polla e hice que se arrodillara. La cogí de la cabeza y follé su boca, ella se dejaba hacer mientras saboreaba su culo de mi polla. Unos segundos antes de acabar el minuto sentí que no aguantaba más, le saqué la polla y me corrí por toda su cara. Ella, ante la sorpresa, empezó a reír y tragó lo que le había caído en la boca.
Dejamos que María se limpiara y recompusiera un poco mientras comentábamos lo que había pasado. Estábamos todos desnudos menos Carolina, que aún conservaba el sujetador.
-Carol anda, quítate el sujetador y déjanos ver esas tetas, que los demás estamos desnudos. Le dijo Carla.
De perdidos al río, debió pensar ella y se soltó el sujetador dejando que todos viéramos su potente delantera. Sin lugar a dudas era la más sexy de las 4 y aunque acaba de correrme mi polla empezó a crecer poco a poco con lo que acaban de revelar delante de mis ojos. Solo quedaba por jugar Carmen que tenía que hacer lo que Carol hubiera puesto: "Verdad y reto, ambas".
-Después de hacer que me coma tu culo te vas a enterar, va a ser un reto difícil. Mientras pensamos el reto vamos a hacer la verdad. Dijo María.
-¿En qué orden te acostarías con nosotros y por qué? Fue la pregunta que le hicimos.
-Pues aunque soy bisexual me gusta más el sexo con tíos, además después de ver a Isma romperle el culo a María no me cabe duda, él sería el primero. De las chicas elegiría primero a Carol es con la que más confianza tengo porque nos conocemos de toda la vida y es la más atractiva de las que estamos. Y entre vosotras dos... Elegiría antes a Carla, ya os he dicho que tengo fijación por los culos y el suyo es perfecto. Espero que no te moleste María, aunque seas la última también me atraes mucho porque te veo muy intensa, nos lo pasaríamos bien.
-No te preocupes, entiendo perfectamente tu orden.
-Chicas, ya es tarde y además esto se nos está yendo de la manos... Después del reto de Carmen deberíamos dar la noche por acabada. Dije yo. Al final he bebido bastante y así no puedo coger el coche, ¿Carla te importa si me quedo a dormir en el sofá y me voy por la mañana?
-Sí, sin problema. Me dijo con una sonrisa, sabiendo ambos lo que nos esperaba después.
-Se me ha ocurrido un reto, además es perfecto si nos vamos a ir ya. Carmen, tienes que masturbarte en el taxi desde que nos subamos hasta que nos bajemos. Como los demás vais a estar los 3 aquí os hago videollamada y así lo podemos ver todos. Propuso María.
María se vistió y Carmen se puso un vestido suelto que le dejó Carla, pero no se puso la ropa interior. Cuando nos despedimos le dejé a Carmen un papel con mi número en el bolso y sin que el resto me oyera le dije:
-Llámame y quedamos un día para abrirte bien ese culo.
Ella me sonrió y salió con María. Cuando bajaron a la calle, las hermanas y yo nos sentamos en el sofá, todavía desnudos. Carla recibió la videollamada y vimos como llegaba el taxi, conducía una mujer de unos 40 años. María se puso detrás de la taxista y Carmen en el otro asiento trasero, se levantó el vestido hasta la cintura y empezó a meterse dos dedos en el coño. Tardó un rato en empezar a tocarse el clítoris, pero en cuanto lo hizo se le escaparon algunos gruñidos, la taxista no lo oyó porque iba concentrada y con la música puesta. Debían quedarles unos 5 minutos para llegar cuando Carmen echó el culo un poco hacia delante y se llevó la mano libre al ano y para penetrarse con los dedos en los dos agujeros a la vez. No pudo aguantar más y estalló en un intenso orgasmo y gritando sin disimulo. María se puso a aplaudir y se le cayó el móvil, por lo que dejamos de ver y sólo oíamos los aplausos y risas de María, los gemidos de Carmen y los gritos de la conductora que les decía que estaba locas y que no las echaba del taxi porque estaban a punto de llegar.
Cuando el taxi se paró las chicas pagaron, María recogió su móvil y se bajaron del coche. Antes de colgar la videollamada María nos dijo:
-No podemos hablar con nadie de lo que ha pasado hoy, pero prometedme que lo vamos a repetir algún día.
Todos estuvimos de acuerdo en que volveríamos a juntarnos los 5 cuando se presentara la ocasión. Y hasta ahí el desmadre en la fiesta de Carla. Lo que pasó en lo que quedaba de noche y la mañana siguiente os lo contaré en el próximo relato.